JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 19, 23-30
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Yo les aseguro: es difícil que un rico entre el Reino de los cielos. De nuevo les digo: es más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios".
Al oír esto, los discípulos se quedaron impresionados y dijeron:
"Entonces, ¿quién podrá salvarse?"
Jesús los miró y les dijo:
"Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible".
Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo:
"Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué nos espera?"
Jesús les contestó:
"Les aseguro que ustedes, los que me han seguido, cuando todo se haga nuevo y el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, se sentarán también en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. Y todo el que haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o tierras por mi causa, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna.
Hay muchos primeros que serán últimos y muchos últimos que serán primeros".
Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor, Jesús.
Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.
El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk
El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu
El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc
Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?
Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).
Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?
Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).
† Misal
mar 20a. Ordinario año Par
Antífona de Entrada
El Señor es mi protector; él me libró de las manos de mis enemigos y me salvó, porque me ama.
Oración Colecta
Oremos:
Concédenos, Señor, que el curso de los acontecimientos del mundo se desenvuelva, según tu voluntad, en la justicia y en la paz, y que tu Iglesia pueda servirte con tranquilidad y alegría.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Eres hombre y no Dios, y te crees tan sabio como Dios
Lectura del libro del profeta Ezequiel 28, 1-10
En aquellos días recibí esta palabra del Señor:
"Hijo de hombre, di al rey de Tiro: Esto dice el Señor: Tu corazón se llenó de soberbia, y has dicho: "Soy un dios, he puesto mi trono divino en el corazón del mar. "Aunque eres un hombre y no un dios, has querido igualar en sabiduría a los dioses. Te creías más sabio que Daniel, ningún enigma se te resistía. Con tu sabiduría y tu inteligencia has conseguido riquezas, has amontonado tesoros de oro y plata. Comerciando hábilmente has acrecentado tus riquezas, y por ellas se llenó de soberbia tu corazón.
Por eso, así dice el Señor: Porque has querido igualarte a Dios, yo haré que vengan extranjeros contra ti, los más feroces de las naciones, que desenvainarán la espada contra tu brillante sabiduría y profanarán tu belleza. Te harán bajar a la tumba y perecerás de muerte violenta en el corazón del mar. ¿Podrás seguir diciendo ante tus verdugos que eres un dios? Para tus verdugos serás un simple hombre y no un dios. Muerte de incircunciso te darán gentes extrañas. Porque lo he dicho yo, palabra del Señor".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Dt 32, 26-27ab.27cd-28a.30.35cd-36ab
El Señor da la muerte y la vida.
Yo pensaba: "Los reduciré a polvo, borraré de entre los hombres su memoria, pero me detenía que el enemigo pudiera burlarse, que los adversarios lo interpretaran mal".
El Señor da la muerte y la vida.
Y dijeran: "Somos nosotros los que hemos vencido, no es el Señor el que ha hecho todo esto". Y es que son un pueblo sin sentido.
El Señor da la muerte y la vida.
Pues, ¿cómo puede uno solo perseguir a mil, y dos poner en fuga a diez mil, sino porque los ha vendido su Roca y el Señor los ha entregado?
El Señor da la muerte y la vida.
Está cerca el día de su ruina, se precipita su desenlace. El Señor hará justicia a su pueblo, tendrá misericordia de sus siervos.
El Señor da la muerte y la vida.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza.
Aleluya.
Evangelio
Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los cielos
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 19, 23-30
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Yo les aseguro: es difícil que un rico entre el Reino de los cielos. De nuevo les digo: es más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios".
Al oír esto, los discípulos se quedaron impresionados y dijeron:
"Entonces, ¿quién podrá salvarse?"
Jesús los miró y les dijo:
"Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible".
Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo:
"Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué nos espera?"
Jesús les contestó:
"Les aseguro que ustedes, los que me han seguido, cuando todo se haga nuevo y el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, se sentarán también en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. Y todo el que haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o tierras por mi causa, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna.
Hay muchos primeros que serán últimos y muchos últimos que serán primeros".
Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor, Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Que este pan y este vino que tú mismo nos das para ofrecértelos, nos ayuden, Señor, convertidos en el Cuerpo y Sangre de tu Hijo, a conseguir el premio de la felicidad eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Restauración universal en Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
A quien hiciste fundamento de todo y de cuya plenitud quisiste que participáramos todos. Siendo él de condición divina, se despojó de su rango, y por su sangre derramada en la cruz puso en paz todas las cosas; y así, constituido Señor del universo, es fuente de salvación eterna para cuantos creen en él.
Por eso,
con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Antífona de la Comunión
Cantaré al Señor por el bien que me ha hecho; entonaré un himno de alabanza al Dios.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Te pedimos, Padre misericordioso, que por este sacramento con que ahora nos fortaleces, nos hagas algún día participar de la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
Dia 19/08 San Juan Eudes (presbítero, blanco)
Antífona de Entrada
El Espíritu de del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres, para vendar los corazones desgarrados.
Oración Colecta
Oremos:
Señor, luz de tu pueblo y pastor de los hombres, que, dentro de la Iglesia, has confiado a san Juan Eudes la misión de apacentar a tu pueblo con su vida y su ejemplo; concédenos, por su intercesión, guardar íntegro el don de la fe que nos legó su palabra y seguir el camino que nos marcó su ejemplo.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Comprendiendo lo que trasciende toda filosofía: el amor cristiano
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 3, 14-19
Hermanos: Doblo las rodillas ante el Padre, de quien toma nombre toda familia en el cielo y en la tierra, pidiéndole que, de los tesoros de su gloria, les conceda por medio de su Espíritu: robustecerlos en lo profundo de su ser; que Cristo habite por la fe en sus corazones; que el amor sea su raíz y su cimiento; y así, con todo el pueblo de Dios, lograrán abarcar lo ancho, lo largo, lo alto y lo profundo, comprendiendo lo que trasciende toda filosofía: el amor cristiano. Así llegarán a su plenitud, según la plenitud total de Dios.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del Salmo 130
Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.
Señor, mi corazón no es ambicioso, ni mis ojos altaneros; no pretendo grandezas que superan mi capacidad.
Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.
Sino que acallo y modero mis deseos, como un niño en brazos de su madre.
Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Bendito seas, Padre, Señor del cielo y de la tierra porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla.
Aleluya.
Evangelio
Has escondido estas cosas a los sabios y las has revelado a la gente sencilla
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 25-30
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús exclamó:
"Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán su descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Dios todopoderoso, humildemente imploramos de tu divina Majestad que estos dones, que ofrecemos en honor de tus santos y que testimonian tu poder y tu gloria, le alcancen a tu pueblo los frutos de la eterna salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
prefacio
Los santos pastores siguen presentes en la Iglesia
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque permites que tu Iglesia se alegre hoy con la festividad de san Juan Eudes, para animarnos con el ejemplo de su vida, instruirnos con su palabra y protegernos con su intercesión.
Por eso,
con los ángeles y los santos, te cantamos el himno de alabanza diciendo sin cesar:
Antífona de la Comunión
Sepan que yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo, dice el Señor.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, que estos sacramentos que hemos recibido nos hagan dignos de los gozos eternos que mereció san Juan Eudes, tu servidor bueno y fiel.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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Dia 16/08 Esteban de Hungría (santo, rojo)
Antífona de Entrada
El justo se alegra con el Señor, se refugia en él y se felicitan los rectos de corazón.
Oración Colecta
Oremos:
Proclamamos, Señor, que sólo tú eres santo, sólo tú eres bueno y nadie puede serlo sin tu gracia; por eso te pedimos que, mediante la intercesión de san Esteban de Hungría, nos ayudes a vivir de tal forma en el mundo, que nunca nos veamos privados tu gloria.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
El Señor es su heredad
Lectura del libro del Deuteronomio 10, 8-9
Moisés habló al pueblo y dijo:
"El Señor apartó a la tribu de Leví para que llevara el arca de la alianza del Señor, estuviera en presencia del Señor, a su servicio, y bendijera en su nombre, y así hacen todavía hoy. Por eso el levita no recibe parte en la heredad de sus hermanos, sino que el Señor es su heredad, como le dijo el Señor tu Dios".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del Salmo 111
Dichoso quien teme al Señor.
Dichoso quien teme al Señor y ama de corazón sus mandatos. Su linaje será poderoso en la tierra, la descendencia del justo será poderosa en la tierra, la descendencia del justo será bendita.
Dichoso quien teme al Señor.
En su casa habrá riquezas y abundancia; su caridad es constante, sin falta. En las tinieblas brilla como luz el que es justo, clemente y compasivo.
Dichoso quien teme al Señor.
Dichoso el que se apiada y presta y administra rectamente sus asuntos. El justo jamás vacilará; su recuerdo será perpetuo; no temerá las malas noticias.
Dichoso quien teme al Señor.
Su corazón está firme en el Señor. Su corazón está seguro, sin temor, hasta ver derrotados a sus enemigos.
Dichoso quien teme al Señor.
Reparte limosna a los pobres, sus caridad es constante, sin falta, y alzará la frente con dignidad.
Dichoso quien teme al Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
El que me ama guardará mi palabra y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él.
Aleluya.
Evangelio
Has sido fiel en lo poco, pasa al banquete de tu señor
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 25, 14-30
Gloria ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
"Un hombre que iba al extranjero llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó.
El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.
"Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos, y le presentó otros cinco diciendo:
"Señor cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco".
Su señor le dijo:
"Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor".
Se acercó luego el que había recibido dos talentos, y dijo:
"Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos".
Su señor le dijo:
"Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor: como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor".
Finalmente se acercó el que había recibido un talento y dijo
"Señor, sabía que eres exigente, que sigas donde no siembras y recoges donde no esparces; tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo".
El Señor le respondió:
"Eres un empleado negligente y holgazán; ¿conque sabias que siego donde no siembre y recojo donde no esparzo. Pues debías hacer puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quítenle el talento y désenlo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil échenlo fuera, a las tinieblas: allí será el llanto y el rechinar de dientes.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas.
Te suplicamos, Dios todopoderoso, que este sacrificio, ofrecido humildemente en honor de tus santos, sea grato a tus ojos y purifique nuestro cuerpo y nuestro espíritu.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Acción de los santos en la Iglesia
En verdad es justo y necesario, nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque con la vida de tus santos, enriqueces a tu Iglesia con formas siempre nuevas de admirable santidad, y nos das pruebas indudables de tu amor por nosotros; y también, porque su ejemplo nos impulsa y su intercesión nos ayuda a colaborar en el misterio de la salvación.
Por eso,
ahora nosotros, llenos de alegría, te aclamamos con los ángeles y santos diciendo:
Antífona de la Comunión
El que quiera servirme, que me siga dice el Señor; y donde esté yo, allí también estará mi servidor.
Oración después de la Comunión
Oremos:
En el aniversario de la glorificación de tus santos, te suplicamos, Señor, que, robustecidos con los sacramentos, alcancemos plenamente en el cielo los bienes con que ahora nos ayudas por tu misericordia.
Por Jesucristo, Señor nuestro.
Amén
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† Meditación diaria
20ª semana. Martes
EL SENTIDO CRISTIANO DE LOS BIENES
— Los bienes de la tierra se han de ordenar al fin sobrenatural del hombre.
— La riqueza y los talentos personales deben estar al servicio del bien. Cómo es la pobreza de quien vive en medio del mundo y ha de santificarse con los quehaceres temporales.
— Desarrollar los talentos que el Señor nos ha dado en bien de los demás.
I. Los Apóstoles vieron con pena –el Señor también– cómo se marchaba el joven que no quiso dejar a un lado sus riquezas para seguir al Maestro. Le vieron partir con esa tristeza peculiar del que no corresponde a lo que Dios le pide. Todos quizá pensaron que podía haber sido uno del grupo de los más íntimos, aquellos que escucharon confidencias entrañables de Jesús y recibieron más tarde el mandato de evangelizar el mundo, de ir con la doctrina de Cristo hasta los confines de la tierra.
En este clima, mientras reemprenden la marcha, el Señor les dijo: Difícilmente entrará un rico en el Reino de los Cielos. Y añadió: Es más, os digo que es más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el Reino de Dios. Los discípulos quedaron muy asombrados1.
Quien pone su corazón en los bienes de la tierra se incapacita para encontrar al Señor, porque el hombre puede tener como fin a Dios, al que alcanza también a través de las cosas materiales como simples medios que son, o poner las riquezas como meta de su vida, en sus muchas manifestaciones de deseo de lujo, de comodidad, de poseer más... El corazón se orienta según uno de estos dos fines. Quien lo tiene repleto de bienes materiales no puede amar a Dios: no se puede servir a Dios y a las riquezas2, enseñó el Señor en otra ocasión.
El término arameo original de riquezas que utilizó el Señor, es Mammon, que "designa con irrisión un ídolo. ¿Por qué se trata de un ídolo? Por un doble motivo. Primeramente porque el ídolo es un sustitutivo de Dios. Se trata del uno o del otro (...). En segundo lugar, por su contenido. Más allá del dinero, simple unidad monetaria, el ídolo Mammon simboliza un instrumento de la voluntad de poder, un medio de posesión del mundo, una expresión de la avidez de las cosas y también una desviación de las relaciones de los hombres entre sí. El dominio que el ídolo ejerce sobre el hombre se opone a lo que es propio de la persona humana creada a imagen y semejanza de Dios, y por tanto a su relación con el Creador"3.
El que pone su deseo en las cosas de la tierra como si fueran un bien absoluto comete una especie de idolatría4, corrompiendo su alma como se corrompe con la impureza5, y, con frecuencia, acaba uniéndose a los "príncipes de este mundo", que se levantan contra Dios, contra Cristo6.
El amor desordenado a los bienes materiales, pocos o muchos, es un gravísimo obstáculo para el seguimiento de Cristo, como se manifiesta en el pasaje del joven rico que considerábamos en nuestra meditación de ayer, y en las duras y enérgicas palabras con que el Señor condena el mal uso de las riquezas. Por eso, el cristiano ha de examinar con frecuencia si ama la sobriedad y la templanza, si está realmente desprendido de las cosas de la tierra, si valora más los bienes del alma que los del cuerpo, si utiliza los bienes para hacer el bien, si le acercan a Dios o lo separan de Él, si es parco en las necesidades personales, restringiendo los gastos superfluos, no cediendo a los caprichos, vigilando la tendencia a crearse falsas necesidades. Ha de ver si cuida las cosas de su hogar, los instrumentos de trabajo... ¡Qué pena si alguna vez no viéramos a Jesús que pasa a nuestro lado porque tuviéramos el corazón puesto en algo que pronto hemos de dejar! ¡Algo que vale tan poco en comparación de las riquezas sin límite que Cristo da a quienes le siguen!
II. El cristiano que vive en medio del mundo no debe olvidar, sin embargo, que los bienes materiales en sí mismos son bienes que debe hacer producir en favor de la propia familia y de la sociedad, de las buenas obras que sostiene con su esfuerzo, y que ha de santificarse con ellos. Nada más lejano del verdadero espíritu de pobreza secular que la actitud encogida del que ve con miedo el mundo y sus riquezas. El verdadero progreso y el desarrollo –también material– son buenos y queridos por Dios. Y el Señor no predicó nunca ni la suciedad ni la miseria. Todos hemos de luchar, en la medida de las propias posibilidades, contra la pobreza, la miseria y cualquier situación de indigencia que degrade al ser humano.
La pobreza del cristiano corriente, que se ha de santificar en medio de sus tareas seculares, no consiste en una circunstancia meramente exterior: tener o no tener bienes materiales; se trata de algo más profundo que afecta al corazón, al espíritu del hombre; consiste en ser humilde ante Dios, en sentirse siempre necesitado ante Él, en ser piadoso, en tener una fe rendida que se manifiesta en la vida y en las obras. Si se poseen estas virtudes y además abundancia de bienes materiales, la actitud del cristiano ha de ser la de desprendimiento, de caridad generosa. El que no posee bienes materiales abundantes no por ello está justificado ante Dios, si no se esfuerza por adquirir las virtudes que constituyen la verdadera pobreza. También en la escasez puede manifestar su generosidad, su señorío, y también debe estar desprendido de lo poquísimo de que dispone.
Jesús estuvo muy cerca de los pobres, de los enfermos, de quienes padecían cualquier necesidad, pero entre los más allegados a su Persona no faltaron gentes de fortuna más o menos cuantiosa. Las mujeres que subvenían a sus necesidades eran gente acomodada. Algunos de sus Apóstoles, como Mateo y los hijos de Zebedeo, tenían ciertos medios económicos. José de Arimatea, hombre rico, es mencionado expresamente como discípulo suyo7; él y Nicodemo tienen el privilegio de recibir el Cuerpo muerto de Jesús8, para cuya sepultura trajo este último gran cantidad de aromas (unas cien libras, ¡más de treinta kilos!). La familia de Betania con la que tenía una especial amistad era, probablemente, de cierto relieve social, pues son muchos los judíos que acuden a su casa a la muerte de Lázaro. Llama a Zaqueo para hospedarse en su casa y le admite entre sus seguidores9. El mismo vestido de Jesús no carecía de prestancia, pues llevaba una túnica inconsútil, orlada...
"Los bienes de la tierra no son malos; se pervierten cuando el hombre los erige en ídolos y, ante esos ídolos, se postra; se ennoblecen cuando los convertimos en instrumentos para el bien, en una tarea cristiana de justicia y de caridad. No podemos ir detrás de los bienes económicos, como quien va en busca de un tesoro; nuestro tesoro (...) es Cristo y en Él se han de centrar todos nuestros amores (...)"10; Él es el verdadero valor que define toda nuestra vida, por encima del cual nada hay. A Él debemos imitar, según las circunstancias personales de cada uno. Y nunca debemos dar por supuesto el desprendimiento de los bienes y su recto uso, porque la tendencia de todo hombre, de toda mujer, es fabricarse sus propios ídolos, crearse "necesidades innecesarias", gastar más de lo debido, poseer los bienes para los propios caprichos sin tener en cuenta que "el hombre, al usarlas, no debe tener las cosas que legítimamente posee como exclusivamente suyas, sino también como comunes, en el sentido de que no le aprovechen a él solamente, sino también a los demás"11.
Examinemos hoy la rectitud con que usamos los bienes y si tenemos el corazón puesto en el Señor, desasido de lo mucho o de lo poco que poseamos, teniendo en cuenta que "un signo claro de desprendimiento es no considerar –de verdad– cosa alguna como propia"12.
III. Debemos desarrollar sin miedo, sin falsa modestia ni timideces, todos los talentos que el Señor nos ha dado, poner nuestras energías para que la sociedad progrese y lograr que sea cada vez más humana, que se den las condiciones necesarias para que todos lleven una vida digna, como corresponde a hijos de Dios. Hemos de aprender a dar de lo nuestro, a fomentar y a ayudar, según nuestras circunstancias, a instituciones y fundaciones que eleven y rediman al hombre de su incultura o de sus condiciones menos humanas. Debemos procurar, en lo que de nosotros depende, que no existan más esas desigualdades y diferencias sociales que claman al Cielo: por un lado, personas que luchan cada día por sobrevivir; por otro, despilfarros que ofenden a la criatura y al Creador.
Encontramos muchas dificultades, internas –en nuestro corazón, donde subsisten las raíces del egoísmo, de la posesión desordenada– y externas –las de un ambiente lanzado sin freno hacia los bienes de consumo–. Este ambiente externo, que lleva consigo frecuentemente una fuerte carga de sensualidad, es "el marco más adecuado para que proliferen las desviaciones morales de todo signo: el erotismo, la exaltación del placer estimado y cultivado por sí mismo, la degradación por el abuso del alcohol y las drogas, etc. Es evidente que tales excesos aparecen como consecuencia de la insatisfacción profunda que padece el hombre cuando se aparta de Dios (...). El resultado está a la vista: hombres y mujeres –incontables ya– faltos de ideales, sin criterio ni sentido claro de las cosas y de la vida"13, que se levantan contra el Señor y contra Cristo14.
Para la mayoría de los cristianos, para aquellos que se han de santificar en medio de las realidades temporales, seguir a Cristo significará desarrollar su capacidad –también en cuanto a la creación y añoramiento de bienes materiales– en bien de la sociedad entera, comenzando por la familia, que ha de tener los medios necesarios, ayudando a quienes se encuentran más necesitados, creando puestos de trabajo... Pero el fin del cristiano en la vida no puede ser enriquecerse, acumular bienes, poseer lo más posible. Esto llevaría al mayor empobrecimiento de su persona. La templanza en la posesión y en el uso de los bienes da al cristiano una madurez humana y sobrenatural que permite seguir de cerca a Cristo y llevar a cabo un gran apostolado en el mundo. La Virgen, que supo vivir como nadie esta virtud de la pobreza, nos ayudará hoy a formular un propósito, quizá pequeño, pero bien concreto.
1 Mt 19, 23-25. — 2 Mt 6. 24. — 3 J. M. Lustiger, Secularidad y teología de la Cruz, Madrid 1987, pp. 155-156 — 4 Col 3, 5. — 5 Cfr. Ef 4, 19; 5, 3. — 6 Cfr. Sal 2, 2. — 7 Mt 27, 57. — 8 Jn 19, 38. — 9 Lc 19, 5. — 10 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 35. — 11 Conc. Vat. II, Const. Gaudium et spes, 69. — 12 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 524. — 13 A. Fuentes, El sentido cristiano de la riqueza, Rialp, Madrid 1988, pp. 186-187. — 14 Cfr. Sal 2, 2.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
San Esteban rey de Hungría Año 1038
Esteban significa: "coronado" (estebo= corona).
Este santo tiene el honor de haber convertido al catolicismo al reino de Hungría.
Fue bautizado por San Adalberto y tuvo la suerte de casarse con Gisela, la hermana de San Enrique de Alemania, la cual influyó mucho en su vida.
Valiente guerrero y muy buen organizador, logró derrotar en fuertes batallas a todos los que se querían oponer a que él gobernara la nación, como le correspondía, pues era el hijo del mandatario anterior.
Cuando ya hubo derrotado a todos aquellos que se habían opuesto a él cuando quiso propagar la religión católica por todo el país y acabar la idolatría y las falsas religiones, y había organizado la nación en varios obispados, envió al obispo principal, San Astrik, a Roma a obtener del Papa Silvestre II la aprobación para los obispados y que le concediera el título de rey. El sumo Pontífice se alegró mucho ante tantas buenas noticias y le envío una corona de oro, nombrándolo rey de Hungría. Y así en el año 1000 fue coronado solemnemente por el enviado del Papa como primer rey de aquel país.
El cariño del rey Esteban por la religión católica era inmenso; a los obispos y sacerdotes los trataba con extremo respeto y hacía que sus súbditos lo imitaran en demostrarles gran veneración. Su devoción por la Virgen Santísima era extraordinaria. Levantaba templos en su honor y la invocaba en todos sus momentos difíciles. Fundaba conventos y los dotaba de todo lo necesario. Ordenó que cada 10 pueblos debían construir un templo, y a cada Iglesia se encargaba de dotarla de ornamentos, libros, cálices y demás objetos necesarios para mantener el personal de religiosos allá. Lo mismo hizo en Roma.
La cantidad de limosnas que este santo rey repartía era tan extraordinaria, que la gente exclamaba: "¡Ahora sí se van a acabar los pobres!". El personalmente atendía con gran bondad a todas las gentes que llegaban a hablarle o a pedirle favores, pero prefería siempre a los más pobres, diciendo: "Ellos representan mejor a Jesucristo, a quien yo quiero atender de manera especial".
Para conocer mejor la terrible situación de los más necesitados, se disfrazaba de sencillo albañil y salía de noche por las calles a repartir ayudas. Y una noche al encontrarse con un enorme grupo de menesterosos empezó a repartirles las monedas que llevaba. Estos, incapaces de aguardar a que les llegara a cada quien un turno para recibir, se le lanzaron encima, quitándole todo y lo molieron a palos. Cuando se hubieron alejado, el santo se arrodilló y dio gracias a Dios por haberle permitido ofrecer aquel sacrificio. Cuando narró esto en el palacio, sus empleados celebraron aquella aventura, pero le aconsejaron que debía andar con más prudencia para evitar peligros. El les dijo: " Una cosa sí me he propuesto: no negar jamás una ayuda o un favor. Si en mí existe la capacidad de hacerlo".
A su hijo lo educó con todo esmero y para él dejó escritos unos bellos consejos, recomendándole huir de toda impureza y del orgullo. Ser paciente, muy generoso con los pobres y en extremo respetuoso con la santa Iglesia Católica.
La gente al ver su modo tan admirable de practicar la religión exclamaba: " El rey Esteban convierte más personas con buenos ejemplos, que con sus leyes o palabras".
Dios, para poderlo hacer llegar a mayor santidad, permitió que en sus últimos años Esteban tuviera que sufrir muchos padecimientos. Y uno de ellos fue que su hijo en quien él tenía puestas todas sus esperanzas y al cual había formado muy bien, muriera en una cacería, quedando el santo rey sin sucesor. El exclamó al saber tan infausta noticia: "El Señor me lo dio, el Señor me los quitó. Bendito sea Dios". Pero esto fue para su corazón una pena inmensa.
Los últimos años de su vida tuvo que padecer muy dolorosas enfermedades que lo fueron purificando y santificando cada vez más.
El 15 de agosto del año 1038, día de la Asunción, fiesta muy querida por él, expiró santamente. Desde entonces la nación Húngara siempre ha sido muy católica. A los 45 años de muerto, el Sumo Pontífice permitió que lo invocaran como santo y en su sepulcro se obraron admirables milagros.
Que nuestro Dios Todopoderoso nos envíe en todo el mundo muchos gobernantes que sepan ser tan buenos católicos y tan generosos con los necesitados como lo fue el santo rey Esteban.
Los 5 consejos de San Esteban de Hungría que ayudaron a su hijo a ser santo también
1.- Conservar la fe
"En primer lugar, te ordeno, te aconsejo, te recomiendo, hijo amadísimo, si deseas honrar la corona real, que conserves la fe católica y apostólica con tal diligencia y desvelo que sirvas de ejemplo a todos los súbditos que Dios te ha dado, y que todos los varones eclesiásticos puedan con razón llamarte hombre de auténtica vida cristiana, sin la cual ten por cierto que no mereces el nombre de cristiano o de hijo de la Iglesia".
2.- El don de la vigilancia y protección
"En el palacio real, después de la fe ocupa el segundo lugar la Iglesia, plantada primero por Cristo, nuestra cabeza, transplantada luego y firmemente edificada por sus miembros, los apóstoles y los santos padres, y difundida por todo el orbe. Y, aunque continuamente engendra nuevos hijos, en ciertos lugares ya es considerada como antigua".
"En nuestro reino, hijo amadísimo, debe considerarse aún joven y reciente, y, por esto, necesita una especial vigilancia y protección; que este don, que la divina clemencia nos ha concedido sin merecerlo, no llegue a ser destruido o aniquilado por tu desidia, por tu pereza o por tu negligencia".
3.- El mismo trato con todos
"Hijo mío amantísimo, dulzura de mi corazón, esperanza de una descendencia futura, te ruego, te mando que siempre y en toda ocasión, apoyado en tus buenos sentimientos, seas benigno no sólo con los hombres de alcurnia o con los jefes, los ricos y los del país, sino también con los extranjeros y con todos los que recurran a ti. Porque el fruto de esta benignidad será la máxima felicidad para ti".
4.- Compasivo y misericordioso
"Sé compasivo con todos los que sufren injustamente, recordando siempre en lo íntimo del corazón aquella máxima del Señor: Misericordia quiero y no sacrificios. Sé paciente con todos, con los poderosos y con los que no lo son".
5.- Fuerte y honesto
"Sé, finalmente, fuerte; que no te ensoberbezca la prosperidad ni te desanime la adversidad. Sé también humilde, para que Dios te ensalce, ahora y en el futuro. Sé moderado, y no te excedas en el castigo o la condena. Sé manso, sin oponerte nunca a la justicia. Sé honesto, de manera que nunca seas para nadie, voluntariamente, motivo de vergüenza. Sé púdico, evitando la pestilencia de la liviandad como un aguijón de muerte".
"Todas estas cosas que te he indicado someramente son las que componen la corona real; sin ellas nadie es capaz de reinar en este mundo ni de llegar al reino eterno".
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Fuente: EWTN.com
Roque, Santo Peregrino, 16 de agosto
Peregrino y Taumaturgo Martirologio Romano: En la Lombardía, san Roque, que, nacido en Montpellier, del Languedoc, en Francia, adquirió fama de santidad peregrinando piadosamente y curando por toda Italia a los afectados de peste (c. 1379)
Este santo se ha hecho famoso en el mundo por los grandes favores que consigue a favor de pobres y enfermos. Su popularidad ha sido verdaderamente extraordinaria cuando a pueblos o regiones han llegado pestes o epidemias, porque consigue librar de la enfermedad y del contagio a muchísimos de los que se encomiendan a él. Quizás él pueda librarnos de epidemias peligrosas. |
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Fuente: vidasejemplares.org
Serena, santa Emperatriz Romana, 16 de agosto
Emperatriz Martirologio Romano: Santa Serena de Roma, emperatriz, mujer del emperador Diocleciano. Convertida y bautizada por San Ciriaco, practicó la religión católica en el palacio del emperador y salvó las vidas de muchos cristianos, interponiendo su valimiento ante aquel monstruo de crueldad.
Santa Serena fue emperatriz romana de finales del siglo III. Fue esposa nada menos que de Diocleciano. La cruelísima persecución que desencadenó este emperador contra los cristianos en los últimos años de su reinado, después de un largo período de paz, movió a piedad el corazón de Serena, que intercedió repetidamente ante su esposo para que pusiera fin a tantos y tan crueles martirios. Pero no amainó la tormenta, sino que fue in crescendo. Y llegó a ser tal la admiración que despertó en Serena el valor de los cristianos, que acabó sintiéndose atraída por aquella fe tan recia y se convirtió al cristianismo, siendo bautizada por san Ciríaco. A pesar de la severidad con que se perseguía a los cristianos, Serena pudo practicar su fe en la corte sin ser molestada por nadie. La corte imperial era inaccesible a los jueces, y el emperador amaba demasiado a su esposa como para incomodarse por su fe después de haberla tolerado tantos años. Pudo por tanto Serena acabar sus días en paz, reconfortando a los cristianos perseguidos. La Iglesia la elevó al honor de los altares y conmemora su fiesta el 16 de agosto, el día siguiente de la Asunción |
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Fuente: ACIprensa.com
Gabriel Mª de Benifayó (José María Sanchís Mompó), Beato Religioso y Mártir, 16 de agosto
Religioso y Mártir Martirologio Romano: En la localidad de Picasent, en el territorio de Valencia, en España, beato Gabriel María de Benifayo (José María Sanchís Mompó), religioso de los Terciarios Capuchinos de la Virgen de los Dolores y mártir, que, por la violencia de los enemigos de la Iglesia, emigró al Señor (1936).
José María Sanchis Mompó, su verdadero nombre, nace el 8 de octubre de 1866 en Benifayó de Espioca, diócesis y provincia de Valencia. Fueron sus padres Gabriel y Vicenta. |
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Fuente: Franciscanos.org
Enrique de Almazora (Enrique García Beltrán), Beato Diácoo y Mártir, 16 de agosto
Diácono y Mártir Martirologio Romano: En la localidad de Benicasim, cerca de Castellón, España, beato Enrique de Almazora (Enrique García Beltrán), diácono de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos y mártir, que, sufriendo el martirio, tuvo parte en la victoria de Cristo (1936).
Nació en Almassora (Castellón) el 16 de marzo de 1913, y fue fusilado el 16 de agosto de 1936 en La Pedrera (Castellón) a la edad de 23 años. |
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Fuente: Franciscanos.org
Plácido García Gilabert, Beato Sacerdote y Mártir, 16 de agosto
Sacerdote y Mártir Martirologio Romano: En Denia, en el territorio de Alicante, España, beato Plácido García Gilabert, religioso de la Orden de los Hermanos Menores y mártir, que llevó a cabo un glorioso combate por su amor a Cristo (1936).
Nació el día 1 de enero de 1895 en Benitachell, provincia de Alicante y diócesis de Valencia. Al día siguiente fue bautizado y se le impuso el nombre de Miguel. Su familia, profundamente cristiana, gozaba de gran estima, y en ella aprendió a amar y servir al Señor. Hizo los estudios primarios en las escuelas nacionales de su pueblo, destacando entre sus compañeros por sus dotes intelectuales y por su carácter bondadoso, avispado y organizador; era siempre el primero de clase. En 1907, a los doce años, ingresó en el Seminario menor franciscano de Benissa (Alicante), donde cursó las Humanidades con notable aprovechamiento. |
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Fuente: MadresDeDesamparados.org
Petra de San José (Ana Josefa Pérez Florido), Beata Fundadora, 16 de agosto
Fundadora de la Congregación Martirologio Romano: En Barcelona, en España, beata Petra de San José (Ana Josefa) Pérez Florido, virgen, que ofreció con alegría un cuidado asiduo a los ancianos abandonados y fue fundadora de la Congregación de Hermanas Madres de los Desamparados (1906).
La Beata Petra de San José nació el 7 de diciembre de 1845, en el Valle de Abdalajís (Málaga). En el bautismo recibió el nombre de Ana Josefa. Fue la más pequeña de cinco hermanos. Sus padres, José Pérez Reina y María Florido González, la educaron en un ambiente familiar verdaderamente cristiano. |
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Fuente: Santiebeati.it
Tomás Gengoro y compañeros, Beatos Mártires, 16 de agosto
Mártires Martirologio Romano: En Kokura, también en Japón, beatos mártires Simón Bokusai Kiota, catequista, y Magdalena, su esposa; Tomás Gengoro y su esposa María, y el hijo de ambos, Jacobo, todavía niño, que, por orden del prefecto Yetsundo y por odio hacia el nombre de Cristo, fueron crucificados cabeza abajo (1620).
Simón Bokusai Kiota y Magdalena su esposa, Tommaso Gengoro, María su esposa y su Jacobo paro, bajo la acusación de haber enseñado la doctrina cristiana a pesar de los edictos del emperador, fueron condenados a ser crucificados a cabeza abajo, como san Pedro, la orden fue dada por Yetsundo, prefecto de Kokura, capital de Bougen. |
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Fuente: Franciscanos.net
Juan de Santa Marta, Beato Presbítero y Mártir, 16 de agosto
Presbítero y Mártir Martirologio Romano: En Kioto, de Japón, beato Juan de Santa Marta, presbítero de la orden de los Hermanos Menores y mártir, que, mientras era conducido al lugar del suplicio, iba predicando al pueblo y cantando el salmo Alabad al Señor, todas las gentes (1618).
(1578‑1618) Beatificado por Pío IX el 7 de julio de 1867. |
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Fuente: Ocarm.org
Ángel Agustín Mazzinghi, Beato Presbítero, 16 de agosto
Presbítero Martirologio Romano: En Florencia, de la Toscana, beato Ángel Agustín Mazzinghi, presbítero de la Orden de los Carmelitas (1438).
Nació en Florencia, de la ilustre familia de los Mazinghi, alrededor de 1386. Ya grandito, a sus 25 años, allá por 1414, abrazó la vida del Carmelo en la recién iniciada "Observancia de Las Selvas", que intentaban vivir la Regla carmelita en toda su pureza. |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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