JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos 3, 1-6
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, entró Jesús de nuevo en la sinagoga y había allí un hombre que tenía la mano atrofiada. Lo estaban acechando para ver si lo sanaba en sábado, y tener así un motivo para acusarlo. Jesús dijo entonces al hombre de la mano atrofiada:
"Levántate y ponte ahí en medio".
Y a ellos les preguntó:
"¿Qué está permitido en sábado: hacer el bien o hacer el mal; salvar una vida o destruirla?"
Ellos permanecieron callados.
Mirándolos con indignación y entristecido por la dureza de su corazón, dijo al hombre:
"Extiende la mano".
El la extendió y su mano quedó restablecida.
En cuanto salieron, los fariseos se pusieron de acuerdo con los herodianos para planear el modo de acabar con él.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu
El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). ¿Qué pensaríamos de un cónyuge que le dice a su pareja: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
mie 2a. Ordinario año impar
Antífona de Entrada
Sírveme de defensa, Dios mío, de roca y fortaleza salvadoras; ya que eres mi baluarte y mi refugio, acompáñame y guíame.
Oración Colecta
Oremos:
Señor nuestro, tú que prometiste venir y hacer tu morada en los corazones rectos y sinceros, concédenos la rectitud y sinceridad de vida que nos hagan dignos de esa presencia tuya.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Tú eres sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec
Lectura de la carta a los Hebreos 7, 1-3.15-17
Hermanos: Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios altísimo, salió al encuentro de Abrahán cuando éste regresaba de vencer a los reyes y lo bendijo. Abrahán, por su parte, le dio el diezmo de todo.
Melquisedec, cuyo nombre significa en primer lugar rey de justicia y luego rey de Salem, es decir, rey de paz, se presenta sin padre, ni madre, ni antepasados; no se conoce el comienzo ni el fin de su vida, y así, a semejanza del Hijo de Dios, es sacerdote para siempre.
Esto es aún más evidente si surge otro sacerdote que, a semejanza de Melquisedec, no lo es en virtud de un sistema de leyes terrenas, sino por la fuerza de una vida indestructible, pues así está testificado:
Tú eres sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec.
Palabra del Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Sal 109, 1.2.3.4
Tú eres sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec.
Oráculo del Señor a mi señor: "Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos como estrado de tus pies".
Tú eres sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec.
Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu reinado. ¡Domina en medio de tus enemigos!
Tú eres sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec.
"Tuyo es el señorío desde el día de tu nacimiento en el templo; antes de la aurora, como rocío, te engendré".
Tú eres sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec.
El Señor lo ha jurado y no se retractará: "Tú eres sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec".
Tú eres sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
El Señor es fiel a sus palabras, bondadoso en todas sus acciones.
Aleluya.
Evangelio
¿Está permitido en sábado salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos 3, 1-6
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, entró Jesús de nuevo en la sinagoga y había allí un hombre que tenía la mano atrofiada. Lo estaban acechando para ver si lo sanaba en sábado, y tener así un motivo para acusarlo. Jesús dijo entonces al hombre de la mano atrofiada:
"Levántate y ponte ahí en medio".
Y a ellos les preguntó:
"¿Qué está permitido en sábado: hacer el bien o hacer el mal; salvar una vida o destruirla?"
Ellos permanecieron callados.
Mirándolos con indignación y entristecido por la dureza de su corazón, dijo al hombre:
"Extiende la mano".
El la extendió y su mano quedó restablecida.
En cuanto salieron, los fariseos se pusieron de acuerdo con los herodianos para planear el modo de acabar con él.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las ofrendas
Que este sacrificio, Señor, que vamos a ofrecerte, nos purifique y nos ayude a obtener la recompensa eterna, prometida a quienes cumplen tu voluntad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
El misterio de nuestra salvación en Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias, Padre santo, siempre y en todo lugar, por Jesucristo, tu Hijo amado.
Por él, que es tu Palabra, hiciste todas las cosas; tú nos lo enviaste, para que, hecho hombre por obra del Espíritu Santo y nacido de María la Virgen, fuera nuestro Salvador y Redentor.
El, en cumplimiento de tu voluntad, para destruir la muerte y manifestar la resurrección, extendió sus brazos en la cruz, y así adquirió para ti un pueblo santo.
Por eso,
con los ángeles y los santos, proclamamos
tu gloria diciendo:
Antífona de la Comunión
Tanto amó Dios al mundo, que le dio a su Hijo único; para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, aviva cada vez más en nosotros el deseo de recibir este pan eucarístico, por medio del cual nos comunicas tú la vida verdadera.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
Dia 21/01 Santa Inés (Virgen y mártir, rojo)
Antífona de Entrada
Esta es una virgen sabia y prudente, que salió a recibir a Cristo con la lámpara encendida.
Oración Colecta
Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, que eliges a los débiles para confundir a los fuertes de este mundo; concédenos a cuantos celebramos el triunfo de tu mártir santa Inés, imitar la firmeza de su fe.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Dios ha elegido a los débiles del mundo
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1, 26-31
Hermanos: Consideren que entre ustedes, los que han sido llamados por Dios, no hay muchos sabios, ni muchos poderosos, ni muchos nobles, según los criterios humanos. Pues Dios ha elegido a los ignorantes de este mundo, para humillar a los sabios; a los débiles del mundo, para avergonzar a los fuertes; a los insignificantes y despreciados del mundo, es decir, a los que no valen nada, para reducir a la nada a los que valen; de manera que nadie pueda presumir delante de Dios.
En efecto, por obra de Dios, ustedes están injertados en Cristo Jesús, a quien Dios hizo nuestra sabiduría, nuestra justicia, nuestra santificación y nuestra redención. Por lo tanto, como dice la Escritura: "El que se gloría, que se gloríe en el Señor".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 22
El Señor es mi pastor, nada me faltará.
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas. Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto.
El Señor es mi pastor, nada me faltará.
Así, aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás conmigo. Tu vara y tu cayado me dan seguridad.
El Señor es mi pastor, nada me faltará.
Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes.
El Señor es mi pastor, nada me faltará.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de mi vida; y viviré en la casa del Señor por años sin término.
El Señor es mi pastor, nada me faltará.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Permanezcan en mi amor, dice el Señor; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante.
Aleluya.
Evangelio
vende cuanto tiene y compra el campo
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 13, 44-46
Gloria a ti Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud:
"El Reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en un campo. El que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va y vende cuanto tiene y compra aquel campo.
El Reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una perla muy valiosa, va y vende cuanto tiene y la compra".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Señor, te proclamamos admirable en tu virgen santa Inés, y humildemente rogamos a tu divina Majestad que, así como te complaces en los méritos de esta virgen, aceptes igualmente complacido el culto que tu pueblo te tributa.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
La vida de consagración exclusiva a Dios
En verdad es justo y necesario que te alaben, Señor, tus criaturas del cielo y de la tierra, y, al recordar a los santos que por el Reino de los cielos se consagraron a Cristo, celebremos la grandeza de tus designios.
En ellos recobra el ser humano la santidad primera que de ti había recibido, y gusta ya en la tierra los dones reservados para el cielo.
Por eso,
con todos los ángeles y santos, te alabamos proclamando sin cesar:
Antífona de la Comunión
¡Que llega el esposo; salgan a recibir a Cristo, el Señor!
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, fortalecidos con esta Eucaristía te pedimos que, a ejemplo de santa Inés, llevemos en nuestro cuerpo la muerte de Cristo y nuestra vida sea un esfuerzo continuo por unirnos cada vez más ti.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
† Meditación diaria
2ª semana. Miércoles
VIVIR LA FE EN LO ORDINARIO
— La fe es para vivirla, y debe informar los acontecimientos menudos del día.
— Fe y "visión sobrenatural".
— Fe y virtudes humanas.
I. Entró Jesús en una sinagoga, y allí encontró a un hombre que tenía una mano seca, paralizada. San Marcos nos dice que todos le espiaban para ver si curaba en sábado1. El Señor no se esconde ni disimula; por el contrario, pidió a este hombre que se colocara en medio, para que todos lo pudieran ver bien. Y les dijo: ¿Es lícito en sábado hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla? Ellos permanecieron callados. Entonces, Jesús, indignado por su hipocresía, los miró airado y, a la vez, entristecido por la ceguera de sus corazones. Fue patente para todos esta mirada llena de indignación de Jesús ante la dureza de sus almas. Y le habló al hombre: extiende tu mano. La extendió, y su mano quedó curada.
Aquel enfermo, en el centro de todos, se llenó de confianza en Jesús. Su fe se manifiesta en obedecer al Señor y en poner por obra aquello que, con sobrada experiencia, sabe que hasta ahora no puede realizar: extender la mano. La confianza en el Señor, dejando a un lado su experiencia, hizo el milagro. Todo es posible con Jesús. La fe nos permite lograr metas que siempre habíamos creído inalcanzables, resolver viejos problemas personales o de una tarea apostólica que parecían insolubles, echar fuera defectos que estaban arraigados.
La vida de este hombre tomaría un nuevo rumbo después del pequeño esfuerzo exigido por Cristo; es el que nos pide también en los asuntos más normales de la vida diaria. Hoy debemos considerar "cómo el cristiano, en su existencia ordinaria y corriente, en los detalles más sencillos, en las circunstancias normales de su jornada habitual, pone en ejercicio la fe, la esperanza y la caridad, porque allí reposa la esencia de la conducta de un alma que cuenta con el auxilio divino"2 y necesitamos esta ayuda del Señor para salir de nuestra incapacidad.
La fe es para vivirla, y debe informar las grandes y las pequeñas decisiones; y, a la vez, se manifiesta de ordinario en la manera de enfrentarse con los deberes de cada día. No basta asentir a las grandes verdades del Credo, tener una buena formación quizá; es necesario, además, vivirla, practicarla, ejercerla, debe generar una "vida de fe" que sea, a la vez, fruto y manifestación de lo que se cree. Dios nos pide servirle con la vida, con las obras, con todas las fuerzas del cuerpo y del alma. La fe es algo referido a la vida, a la vida de todos los días, y la existencia cristiana aparece como un despliegue de la fe, como un vivir con arreglo a lo que se cree3, a lo que se conoce como querer de Dios para la propia vida. ¿Llevamos nosotros una "vida de fe"? ¿Influye en el comportamiento, en las decisiones que tomamos...?
II. El ejercicio de la virtud de la fe en la vida cotidiana se traduce en lo que comúnmente se conoce como "visión sobrenatural", que consiste en ver las cosas, incluso las más corrientes, lo que parece intrascendente, en relación con el plan de Dios sobre cada criatura en orden a su salvación y a la de otros muchos; en acostumbrarse "a andar en los quehaceres cotidianos como mirando al Señor por el rabillo del ojo para ver si es aquella, realmente, su voluntad, si es aquel el modo como desea que hagamos las cosas; en habituarse a descubrir a Dios a través de las criaturas, a adivinarle tras lo que el mundo llama azar o casualidad, a percibir su huella por doquier"4.
La vida cristiana, la santidad, no es un revestimiento externo que recubre al cristiano, ignorando lo propiamente humano. De ahí que las virtudes sobrenaturales influyan en las virtudes humanas y hagan del cristiano un hombre honrado, ejemplar en su trabajo y en su familia, lleno de sentido del honor y de la justicia, que se distingue ante los demás hombres por un estilo de conducta en el que destacan la lealtad, la veracidad, la reciedumbre, la alegría...: cuanto hay de verdadero, de honorable, de justo, de íntegro, de amable y de encomiable, tenedlo en estima5, recordaba San Pablo a los primeros cristianos de Filipo.
La vida de fe del cristiano le lleva, por tanto, a ser un hombre con virtudes humanas, porque hace realidad su fe en sus actuaciones corrientes. No solo se sentirá movido a realizar un acto de fe al divisar los muros de una iglesia, sino que se dirigirá a su Señor para pedirle luz y ayuda ante un problema laboral o doméstico, a la hora de aceptar una contradicción, ante el dolor o la enfermedad, al ofrecer una alegría, al continuar por amor un trabajo que estaba a punto de abandonar por cansancio; en el apostolado, para pedir las luces de la gracia para esas personas que pretende acercar al sacramento de la Penitencia. Visión sobrenatural cuando no se ven frutos, quizá porque se está realizando la primera labor en aquella alma y "la reja que rotura y abre el surco, no ve la semilla ni el fruto"...6. La fe está continuamente en ejercicio, y la esperanza, y la caridad... Ante problemas y obstáculos quizá ya viejos, el Señor nos dice: extiende tu mano... La fe no es una virtud para ejercerla solo en unas cuantas ocasiones, en los momentos de las prácticas de piedad, sino en el deporte, en la oficina, en medio del tráfico. Mucho menos, como hacen algunos cristianos, que parecen tener reservada la fe para el domingo a la hora de cumplir con el precepto dominical.
Examinemos nosotros hoy con qué frecuencia hacemos realidad el ideal cristiano que informa y da un sentido nuevo a todo lo humano que realizamos, lo amplía y lo hace fecundo sobrenaturalmente. Examinemos también cómo vamos de "visión sobrenatural" ante los acontecimientos diarios.
III. La fe cristiana conduce a la reforma de la propia vida, exigiéndonos una continua rectificación de la conducta, una mejora en el modo de ser y de actuar. Entre otras consecuencias, la fe nos llevará a imitar a Jesucristo, que fue "perfecto Dios, y hombre perfecto"7, a ser hombres y mujeres de temple, sin complejos, sin respetos humanos, veraces, honrados, justos en los juicios, en sus negocios, en la conversación... Las virtudes humanas son las propias del hombre en cuanto hombre, y por eso Jesucristo, perfecto hombre, las vivió en plenitud. Hasta sus propios enemigos estaban asombrados del vigor humano de su figura: Maestro -le dicen en cierta ocasión-, sabemos que eres veraz, y que no tienes respetos humanos, y que enseñas el camino de Dios con autoridad...8. "Lo primero que llama la atención al estudiar la fisonomía humana de Jesús es su clarividencia viril en la acción, su lealtad impresionante, su áspera sinceridad, en una palabra, el carácter heroico de su personalidad. Esto era, en primer término, lo que atraía a sus discípulos"9. Él nos dio ejemplo de una serie de cualidades humanas bien entrelazadas, que compete vivir a cualquier cristiano.
Considera tan importante la perfección de las virtudes humanas que apremia a sus discípulos: si no entendéis las cosas de la tierra, ¿cómo entenderéis las celestiales?10. Si no se vive la reciedumbre humana ante una dificultad, el frío o el calor, ante una pequeña enfermedad, ¿dónde se podrá asentar la virtud cardinal de la fortaleza? ¿Cómo puede ser fuerte una persona que se queja continuamente? ¿Cómo llegará a ser responsable y prudente un estudiante que deja a un lado su estudio? O ¿cómo podrá vivir la caridad quien descuida la cordialidad, la afabilidad o los detalles de educación? Aunque la gracia de Dios puede transformar enteramente a una persona –y encontramos ejemplos en la Sagrada Escritura y en la vida de la Iglesia–, lo normal es que el Señor cuente con la colaboración de las virtudes humanas.
La vida cristiana se expresa a través del actuar humano, al que dignifica y eleva al plano sobrenatural. Por otra parte, lo humano sustenta y hace posibles las virtudes sobrenaturales. Quizá, a lo largo de nuestra vida, hayamos encontrado a "tantos que se dicen cristianos –porque han sido bautizados y reciben otros Sacramentos–, pero que se muestran desleales, mentirosos, insinceros, soberbios... Y caen de golpe. Parecen estrellas que brillan un momento en el cielo y, de pronto, se precipitan irremisiblemente"11. Les fallaron los cimientos humanos y no pudieron mantenerse en pie. El ejercicio de la fe, de la esperanza, de la caridad y de las virtudes morales llevará al cristiano a ser ese ejemplo vivo que el mundo espera. Dios busca madres de familia fuertes que den testimonio a través de su maternidad y de su alegría, que sepan entablar amistad con sus hijos; y hombres de negocios justos; y médicos que no descuidan su formación profesional porque saben sacar unas horas para el estudio, que atienden al enfermo con comprensión, como él quisiera ser tratado en esas mismas circunstancias: con eficiencia y amabilidad; y estudiantes con prestigio y que se preocupan de sus compañeros de Facultad, y campesinos, artesanos, obreros de las fábricas y de la construcción... Dios quiere hombres y mujeres cabales, que expresen en la realidad menuda de su vida el gran ideal que han encontrado.
En San José encontramos un modelo espléndido de varón justo, vir iustus12, que vivió de fe en todas las circunstancias de su vida. Pidámosle que sepamos ser lo que Cristo espera de cada uno en el propio ambiente y circunstancias.
1 Mc, 1-6. — 2 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 169. — 3 Cfr P. Rodríguez, Fe y vida de fe, EUNSA, Pamplona 1974, p. 172. — 4 F. Suárez, El sacerdote y su ministerio, Rialp, Madrid 1969, p. 194. — 5 Flp 4, 8. — 6 San Josemaría Escrivá, Surco, n. 215. — 7 Symbolo Quicumque. — 8 Mt 22, 16. — 9 K. Adam, Jesucristo, Herder, Barcelona 1953, p. 110. — 10 Jn 3, 5. — 11 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 75. — 12 Mt 1, 19.
21 de enero. 4º Día del Octavario
EL FUNDAMENTO DE LA UNIDAD
— El primado de Pedro se prolonga en la Iglesia a través de los siglos en la persona del Romano Pontífice.
— El Vicario de Cristo.
— El Primado, garantía de la unidad de los cristianos y cauce del verdadero ecumenismo. Amor y veneración por el Papa,
I. San Juan inicia la narración de la vida pública de Jesús contándonos cómo se encontraron con Él los primeros discípulos y cómo Andrés le presentó a su hermano Pedro. El Señor le dio la bienvenida con este saludo: Tú eres Simón, hijo de Juan, tú te llamarás Cefas, que quiere decir Pedro1. Cefas es la transcripción griega de una palabra aramea que quiere decir piedra, roca, fundamento. Por eso el Evangelista, que escribe en griego, explica el significado del término empleado por Jesús. Cefas no era nombre propio, pero el Señor llama así al Apóstol para indicar la misión que el mismo Jesús le revelará más adelante. Poner el nombre equivalía a tomar posesión de lo nombrado. Así, por ejemplo, Dios constituye a Adán dueño de la creación y le manda poner nombre a todas las cosas2, manifestando así su dominio. El nombre de Noé se le impone como signo de nueva esperanza después del diluvio3. Dios cambió el nombre de Abram por Abrahán para designar que sería padre de muchas generaciones4.
Los primeros cristianos consideraron tan significativo el nombre de Cefas que lo emplearon sin traducirlo5; después se hizo corriente su traducción –Piedra, Pedro–, que motivó el olvido, en buena parte, de su primer nombre, Simón. El Señor le llamará con mucha frecuencia Simón Pedro, significando el nombre propio y la misión y el oficio que se le encomienda. Resultan aún más significativas estas palabras de Jesús al no ser Pedro –Cefas– nombre propio de persona en aquella época.
Desde el principio, Pedro ocupó un lugar singular entre los discípulos de Jesús y luego en la Iglesia. En las cuatro listas del Nuevo Testamento donde se enumeran los Doce, Simón Pedro ocupa el primer lugar. Jesús lo distingue entre los demás, a pesar de que Juan aparezca como su predilecto: se aloja en su casa6, paga el tributo por los dos7 y posiblemente se le aparece primero8. En muchas ocasiones se le destaca de los demás. Así, las expresiones Pedro y sus compañeros9, Pedro y los que te acompañaban10... El ángel dice a las mujeres: Id a decir a sus discípulos y a Pedro...11. Otras muchas veces, Pedro es el portavoz de los Doce; y también es quien pide al Señor que les explique el sentido de las parábolas12, etc.
Todos saben bien de esta preeminencia de Simón, Así, por ejemplo, los encargados de recaudar el tributo se dirigen a él para cobrar los dracmas del Maestro13... Esta superioridad no se debe a su personalidad, sino a la distinción de que es objeto por parte de Jesús, quien le otorgará de modo solemne este poder, fundamento de la unidad de la Iglesia, que se prolongará en sus sucesores hasta el fin de los tiempos: "El Romano Pontífice -enseña el Concilio Vaticano II es el principio y fundamento perpetuo y visible de la unidad, tanto de los obispos como de la multitud de los fieles"14.
En estos días en que nuestra oración se dirige a obtener del Señor la unidad de todos los cristianos, hemos de pedir de modo muy particular por el Papa, en quien está vinculada toda unidad. Debemos pedir por sus intenciones, por su persona: Dominus conservet eum et vivificet eum... El Señor lo conserve, y lo vivifique, y le haga feliz en la tierra..., le pedimos a Dios, y lo podemos repetir a lo largo del día, seguros de que será una oración muy grata al Señor.
II. Estando en Cesarea de Filipo, mientras caminaban, Jesús preguntó a los discípulos qué opinaba la gente de Él. Y ellos, con sencillez, le contaron lo que se decía sobre su Persona. Entonces Jesús les pidió a ellos su parecer, después de aquellos años de seguirle: Y vosotros, ¿quién decís que soy Yo? Pedro se adelantó a todos y dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo. El Señor le contestó con estas palabras tan trascendentales para la historia de la Iglesia y del mundo: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Juan, porque no te ha revelado eso ni la sangre ni la carne, sino mi Padre que está en los Cielos. Y Yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella. Te daré las llaves del reino de los Cielos, y todo lo que atares en la tierra quedará atado en los Cielos, y todo lo que desatares sobre la tierra quedará desatado en los Cielos15.
Este texto se encuentra en todos los códices antiguos y es citado ya por los primeros autores cristianos16. El Señor funda la Iglesia sobre la misma persona de Simón: Tú eres Pedro y sobre esta piedra... Las palabras de Jesús van dirigidas a él personalmente: "Tú"..., y contienen una clara alusión al primer encuentro17. El discípulo es el fundamento firme sobre el que se asienta este edificio en construcción que es la Iglesia. La prerrogativa propia de Cristo de ser la única piedra angular18 se comunica a Pedro. De aquí el nombre posterior que recibirá el sucesor de Pedro: Vicario de Cristo, el que le suple y hace sus veces. De ahí también ese entrañable título que Santa Catalina de Siena daba al Papa: el dulce Cristo en la tierra19. Viene el Señor a decir a Pedro: "aunque Yo soy el fundamento y fuera de Mí no puede haber otro, sin embargo también tú, Pedro, eres piedra, porque Yo mismo te constituyo en fundamento y porque las prerrogativas que son de mi propiedad Yo te las comunico y, por consiguiente, son comunes a los dos"20.
En aquellos tiempos de ciudades amuralladas, entregar las llaves era símbolo de dar la autoridad y de confiar el cuidado de la ciudad. Cristo deposita en Pedro la responsabilidad de guardar y cuidar la Iglesia, es decir, le da la autoridad suprema sobre ella. Atar y desatar, en el lenguaje semita de la época, significa "prohibir y permitir". Pedro y sus sucesores serán, al mismo tiempo que el fundamento, los encargados de orientar, mandar, prohibir, dirigir... Y este poder, como tal, será ratificado en el Cielo. Además, el Vicario de Cristo será encargado, a pesar de su debilidad personal, de sostener a los demás Apóstoles y a todos los cristianos. En la Última Cena, Jesús le dirá: Simón, Simón, he aquí que Satanás os ha reclamado para cribaros como el trigo. Pero Yo he rogado por ti para que no desfallezca tu fe; y tú, cuando te conviertas, confirma a tus hermanos21. Ahora, en el momento en que recuerda las verdades supremas, cuando ha instituido la Eucaristía y su Muerte está próxima, Jesús renueva la promesa del Primado: la fe de Pedro no puede desfallecer porque se apoya en la eficacia de la oración de Cristo.
Por la oración de Jesús, Pedro no desfalleció en su fe, a pesar de su caída. Se levantó, confirmó a sus hermanos y fue la piedra angular de la Iglesia. "Donde está Pedro, allí está la Iglesia; donde está la Iglesia, no hay muerte, sino vida"22, comenta San Ambrosio. Aquella oración de Jesús, a la que unimos hoy la nuestra, mantiene su eficacia a través de los Siglos23.
III. La promesa que Jesús hizo a Pedro en Cesarea de Filipo se cumple después de la Resurrección, junto al lago de Genesaret, después de una pesca milagrosa semejante a aquella primera en que Simón dejó las barcas y las redes y siguió definitivamente a Jesús24.
Pedro fue proclamado por Cristo su continuador, su vicario, con esa misión pastoral que el mismo Jesús indicó como su misión más característica y preferida: Yo soy el Buen Pastor.
"El carisma de San Pedro pasó a sus Sucesores"25. Él moriría unos años más tarde, pero era preciso que su oficio de Pastor supremo durara eternamente, pues la Iglesia –fundada sobre roca firme– debe permanecer hasta la consumación de los Siglos26.
Este Primado es garantía de la unidad de los cristianos y cauce por el que debe desarrollarse el verdadero ecumenismo. El Papa hace las veces de Cristo en la tierra; hemos de amarle, escucharle, porque en su voz está la verdad. Y procuraremos por todos los medios que esta verdad llegue a los rincones más lejanos o más difíciles de la tierra, sin deformaciones, para que muchos desorientados vean la luz y muchos afligidos recobren la esperanza. Viviendo la Comunión de los Santos, rezaremos cada día por su persona, como uno de los más gratos deberes de nuestra caridad ordenada.
La devoción y el amor al Papa constituye para los católicos un distintivo único que comporta el testimonio de una fe vivida hasta sus últimas consecuencias. El Papa es para nosotros la tangible presencia de Jesús, "el dulce Cristo en la tierra"; y nos mueve a quererlo, y a oír esa voz del Maestro interior que habla en nosotros y nos dice: Este es mi elegido, escuchadlo, pues el Papa "hace las veces de Cristo mismo, Maestro, Pastor y Pontífice, y actúa en su lugar"27.
1 Jn 1, 42. — 2 Gen 2, 20. — 3 Gen 5, 20. — 4 Gen 17, 5. — 5 Cfr. Gal 2, 9; 11; 14. — 6 Lc 4, 38-41. — 7 Mt 17, 27. — 8 Lc 24, 34. — 9 Lc 9, 32. — 10 Lc 8, 45. — 11 Mc 16, 7. — 12 Lc 12, 41. — 13 Mt 17, 24. — 14 Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 23. — 15 Mt 16, 16-20. — 16 Cfr. J. Auer, J. Ratzinger, Curso de Teología dogmática, Herder, Barcelona 1986, vol. VIII, La Iglesia, p. 267 ss. — 17 Jn 1, 42. — 18 Cfr. 1 Pdr 2, 6-8. — 19 Santa Catalina de Siena, Carta 207, ed. italiana de P. Misciateli, Siena 1913, vol. III, p. 270. — 20 San León Magno, Sermón 4. — 21 Lc 22, 31-32. — 22 San Ambrosio, Comentario sobre el Salmo 12. — 23 Cfr. Conc. Vat. II, Const. Pastor aeternus, 3. — 24 Jn 21, 15-17. — 25 Juan Pablo II, Alocución 30-XII-1980. — 26 Conc. Vat. II, loc. cit., 2. — 27 Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 21.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Fuente: Corazones.org
Nuestra Señora de la Altagracia Advocación Mariana, Enero 21
Patrona de República Dominicana Tiene la República Dominicana dos advocaciones marianas: |
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Santa Inés
Mártir
San Ambrosio en una de sus homilías habló de Santa Inés como un personaje muy conocido de las gentes de aquel tiempo. Recuerda que su nombre viene de Agnus, y significa "pura".
Y añade el santo: "Se refiere que ella tenía sólo trece años cuando fue martirizada. Y notemos el poder de la fe que consigue hacer mártires valientes en tan tierna edad. Casi no había sitio en tan pequeño cuerpo para tantas heridas. Se mostró valientísima ante las más ensangrentadas manos de los verdugos y no se desanimó cuando oyó arrastrar con estrépito las pesadas cadenas. Ofreció su cuello a la espada del soldado furioso. Llevada contra su voluntad ante el altar de los ídolos, levantó sus manos puras hacia Jesucristo orando, y desde el fondo de la hoguera hizo el signo de la cruz, señal de la victoria de Jesucristo. Presentó sus manos y su cuello ante las argollas de hierro, pero era tan pequeña que aquellos hierros no lograban atarla. Todos lloraban menos ella. Las gentes admiraban la generosidad con la cual brindaba al Señor una vida que apenas estaba empezando a vivir. Estaban todos asombrados de que a tan corta edad pudiera ser ya tan valerosa mártir en honor de la Divinidad. Cuántas amenazas empleó el tirano para persuadirla. Cuántos halagos para alejarla de su religión. Mas ella respondía: La esposa injuria a su esposo si acepta el amor de otros pretendientes. Unicamente será mi esposo el que primero me eligió, Jesucristo. ¿Por qué tardas tanto verdugo? Perezca este cuerpo que no quiero sea de ojos que no deseo complacer. Llegado el momento del martirio. Reza. Inclina la cabeza. Hubierais visto temblar el verdugo lleno de miedo, como si fuera él quien estuviera condenado a muerte. Su mano tiembla. Palidece ante el horror que va a ejecutar, en tanto que la jovencita mira sin temor la llegada de su propia muerte. H aquí dos triunfos a un mismo tiempo para una misma niña: la pureza y el martirio".
Era de la noble familia romana Clodia. Nació cerca del año 290. Recibió muy buena educación cristiana y se consagró a Cristo con voto de virginidad.
Volviendo un día del colegio, la niña se encontró con el hijo del alcalde de Roma, el cual se enamoró de ella y le prometió grandes regalos a cambio de la promesa de matrimonio. Ella respondió: "He sido solicitada por otro Amante. Yo amo a Cristo. Seré la esposa de Aquel cuya Madre es Virgen; lo amaré y seguiré siendo casta".
El hijo recurre a su padre, el alcalde. Este la hace apresar. La amenazan con las llamas si no reniega de su religión pero no teme a las llamas. Entonces la condenan a morir degollada. Sus padres recogen el cadáver. La sepultan en el sepulcro paterno. Pocos días después su hermana Emerenciana cae martirizada a pedradas por estar rezando junto al sepulcro.
"Con mínimas fuerzas superó grandes peligros", dice San Dámaso en su epitafio.
Todos los historiadores coinciden en proclamarla mártir de la virginidad. Es patrona de las jóvenes que desean conservar la pureza. Cada año, el 21 de enero, día de Santa Inés, se bendicen los corderos con cuya lana se tejen los "palios", o sea el distintivo de los arzobispos.
En este tiempo de materialismo sea ella un modelo de castidad para la juventud.
La liturgia la presenta como modelo de los éxitos que logra alcanzar una persona cuando tiene una gran fe. La fe en Dios y en la eternidad lleva al heroísmo.
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Fuente: Archidiócesis de Madrid
Fructuoso, obispo, Augurio y Eulogio, diáconos, Santos Mártires, Enero 21
Mártires Martirologio Romano: En Tarraco (hoy Tarragona), ciudad de la Hispania Citerior (hoy España), pasión de los santos mártires Fructuoso, obispo, Augurio y Eulogio, sus diáconos, los cuales, en tiempo de los emperadores Valeriano y Galieno, después de haber confesado su fe en presencia del procurador Emiliano, fueron llevados al anfiteatro y allí, en presencia de los fieles y con voz clara, el obispo oró por la paz de la Iglesia, consumando su martirio en medio del fuego, puestos de rodillas y en oración (259). |
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Fuente: Franciscanos.net
José Nascimbeni, Beato Presbítero y Fundador, Enero 21
Presbítero y Fundador Martirologio Romano: En Castelletto di Brenzone, junto al lago de Garda, en Italia, beato José Nascimbeni, presbítero, fundador del Instituto de la Hermanitas de la Sagrada Familia (1922). |
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Fuente: laverdadcatolica.org
Josefa María de santa Inés, Beata Religiosa, Enero 21
Agustina Descalza Martirologio Romano: En el monasterio de Benigamin, en la región de Valencia, en España, beata Josefa María de santa Inés, virgen, de la Orden de las Descalzas de San Agustín (1696). |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Juan Bautista Turpín du Comier y compañeros, Beatos Mártires, Enero 21
Mártires Martirologio Romano: En la ciudad de Laval, en Francia, beatos presbíteros Juan Bautista Turpín du Comier y otros trece compañeros, mártires, que, por su constante fidelidad a la Iglesia católica, fueron degollados durante la Revolución Francesa (1794). Sus nombres son: beatos Juan Bautista Triquerie, de la Orden de los Hermanos Menores Conventuales, Juan María Gallot, José Pellé, Renato Luis Ambroise, Julián Francisco Morvin de la Gérardière, Francisco Duchesne, Jacobo André, Andrés Dudiou, Luis Gastineau, Francisco Migoret Lambardière, Julián Moulé, Agustín Manuel Philippot y Pedro Thomas. |
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Fuente: Martirologio Romano
Otros Santos y Beatos Completando el santoral de este día, Enero 21
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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