JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 13, 54-58
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo fue Jesús a su pueblo y se puso a enseñarles en la sinagoga judía. La gente, admirada, decía:
"¿De dónde le vienen a éste esa sabiduría y esos poderes milagrosos? ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No están todas sus hermanas entre nosotros? ¿De dónde, pues, le viene todo esto?"
Y los tenía desconcertados. Pero Jesús les dijo:
"Un profeta sólo es despreciado en su pueblo y entre los suyos".
Y no hizo allí muchos milagros por su falta de fe.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
vie 17a. Ordinario año Par
Antífona de Entrada
Sálvanos, Señor y Dios nuestro, reúnenos de entre las naciones; para que podamos agradecer tu poder santo y sea nuestra gloria alabarte.
Oración Colecta
Oremos:
Concédenos, Señor, Dios nuestro, amarte con todo el corazón y, con el mismo amor, amar a nuestros prójimos.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
La gente se amotinó contra Jeremías en el templo del Señor
Lectura del libro del profeta Jeremías 26, 1-9
Al comienzo del reinado de Joaquín, hijo de Josías, rey de Judá, el Señor me dirigió esta palabra:
"Párate en el atrio del templo del Señor y proclama, sin omitir nada, todo lo que te mando decir a los que vienen de las ciudades de Judá para dar culto en el templo. Tal vez te hagan caso y se conviertan de su mala conducta. Si lo hacen, yo me arrepentiré del mal que pensaba hacerles para castigar sus malas acciones: Les dirás:
Así dice el Señor: Si no me obedecen; si cumplen la ley que les he dado; si no escuchan las palabras de mis siervos los profetas, a quienes yo les envío sin cesar y ustedes no hacen caso, trataré a este templo como al santuario de Siló, y todas las naciones citarán el nombre de esta ciudad en sus maldiciones".
Los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo oyeron a Jeremías pronunciar estas palabras en el templo del Señor. Y cuando Jeremías acabó de decir lo que el Señor le había mandado decir a todo el pueblo, lo apresaron lo sacerdotes, los profetas y todo el pueblo, diciendo:
"Morirás por esto. ¿Por qué profetizas en nombre del Señor, diciendo que este templo correrá la suerte del santuario de Siló y que esta ciudad será destruida y despoblada?"
Entonces todo el pueblo se abalanzó sobre Jeremías en el templo del Señor.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Sal 68, 5.8-10.14
Escúchanos, Señor, conforme a tu clemencia.
Más que los cabellos de mi cabeza son los que me odian sin motivo; más fuertes que yo, los que me atacan sin razón. ¿Es que tengo que devolver lo que no he robado? Escúchanos, Señor, conforme a tu clemencia. Por ti sufro el insulto y la vergüenza cubre mi rostro. Soy un extranjero para mis hermanos, un extraño para los hijos de mi madre. Me desvelo por defender tu templo, el insulto de los que te insultan cae sobre mí.
Escúchanos, Señor, conforme a tu clemencia.
Pero yo dirijo mi oración a ti, Señor, en el tiempo propicio; por tu inmenso amor respóndeme, sálvame, Señor, pues eres fiel.
Escúchanos, Señor, conforme a tu clemencia.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
La palabra de Dios permanece para siempre. Y ésa es la palabra que se les ha anunciado.
Aleluya.
Evangelio
¿No es éste el hijo del carpintero? ¿De dónde, pues, ha sacado esa sabiduría y esos poderes milagrosos?
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 13, 54-58
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo fue Jesús a su pueblo y se puso a enseñarles en la sinagoga judía. La gente, admirada, decía:
"¿De dónde le vienen a éste esa sabiduría y esos poderes milagrosos? ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No están todas sus hermanas entre nosotros? ¿De dónde, pues, le viene todo esto?"
Y los tenía desconcertados. Pero Jesús les dijo:
"Un profeta sólo es despreciado en su pueblo y entre los suyos".
Y no hizo allí muchos milagros por su falta de fe.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, estos dones que te presentamos en señal de sumisión a ti, y conviértelos en el sacramento de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
La alabanza, don de Dios
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Pues aunque no necesitas nuestra alabanza, es don tuyo el que seamos agradecidos; y aunque nuestras bendiciones no aumentan tu gloria, nos aprovechan para nuestra salvación, por Cristo, Señor nuestro.
Por eso,
unidos a los ángeles y los arcángeles, te aclamamos llenos de alegría:
Antífona de la Comunión
Ven, Señor, en ayuda de tu siervo y sálvame por tu misericordia. Que no me arrepienta nunca de haberte invocado.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Que el sacramento del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo que acabamos de recibir, nos ayude, Señor, a vivir más profundamente nuestra fe.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
Dia 1/08 San Alfonso María de Ligorio ( obispo y doctor de la Iglesia, blanco)
Antífona de Entrada
Buscaré a mis ovejas, dice el Señor, y suscitaré un pastor que las apaciente: yo, el Señor, seré su Dios.
Oración Colecta
Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, que has puesto a san Alfonso al frente de tu pueblo; te rogamos que, por la eficiencia de sus méritos, concedas a tu pueblo tu amor y tu perdón.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Si estamos unidos a Cristo Jesús, la ley del Espíritu vivificador nos ha librado del pecado y de la muerte
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 1-4
Hermanos: Ya no hay condenación que valga contra los que están unidos a Cristo Jesús, porque ellos ya no viven conforme al desorden egoísta del hombre. Pues, si estamos unidos a Cristo Jesús, la ley del Espíritu vivificador nos ha librado del pecado y de la muerte.
En efecto, lo que bajo el régimen de la ley de Moisés era imposible por el desorden y egoísmo del hombre, Dios lo ha hecho posible, cuando envió a su propio Hijo, que se hizo hombre y tomó una condición humana semejante a la nuestra, que es pecadora, y para purificarnos de todo pecado, condenó a muerte al pecado en la humanidad de su Hijo. De este modo, la salvación prometida por la ley se realiza cumplidamente en nosotros, puesto que ya no vivimos conforme al desorden y egoísmo humanos, sino conforme al Espíritu.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor
Salmo Responsorial
Del Salmo 118
Enséñame, Señor, tus leyes.
¿Cómo podrá un joven andar honestamente? Cumpliendo tus palabras. Te busco de todo corazón, no consientas que me desvíe de tus mandamientos.
Enséñame, Señor, tus leyes.
En mi corazón escondo tus consignas, así no pecaré contra ti.
Enséñame, Señor, tus leyes.
Bendito eres, Señor; enséñame todas tus leyes.
Enséñame, Señor, tus leyes.
Mis labios van enumerando los mandamientos de tu boca. Mi alegría es el camino de tus preceptos más que todas las riquezas.
Enséñame, Señor, tus leyes.
Aclamación Antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Alumbre así nuestra luz a los hombres, para que vean nuestras buenas obras y den gloria a nuestro Padre.
Aleluya.
Evangelio
Ustedes son la luz del mundo
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 13-16
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.
Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar un ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una vela para meterla debajo de una olla, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa.
Alumbre la luz de ustedes luz a los hombres, para que vean sus buenas obras y den gloria a su Padre que está en el cielo".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Señor, dirige tu mirada propicia sobre las ofrendas que te presentamos en la festividad de san Alfonso; que ellas nos merezcan tu perdón y glorifiquen tu piedad y tu nombre.
Por Jesucristo, Señor nuestro.
Amén.
Prefacio
La gloria de los santos
En verdad es justo darte gracias y deber nuestro glorificarte, Padre santo, porque tu gloria resplandece en cada uno de los Santos, ya que, al coronar sus méritos, coronas tus propios dones.
Con su vida, nos proporcionas ejemplo; ayuda, con su intercesión, y por la comunión con ellos, nos haces participar de sus bienes, para que, alentados por testigos tan insignes, lleguemos victoriosos al fin de la carrera y alcancemos con ellos la corona inmortal de la gloria, por Cristo, Señor nuestro.
Por eso,
con los ángeles y arcángeles y con la multitud de los santos, te cantamos un himno de alabanza diciendo sin cesar:
Antífona de la Comunión
No son ustedes los que me han elegido, dice el Señor; soy yo quien los he elegido, y los he destinado para que vayan y den fruto, y su fruto dure.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Reanimados por estos sacramentos te rogamos, Señor, humildemente, que, a ejemplo de san Alfonso, nos esforcemos en dar testimonio de aquella misma fe que él profesó en su vida, y en llevar a la práctica todas sus enseñanzas.
Por Jesucristo, Señor nuestro.
Amén
† Meditación diaria
17ª Semana. Viernes
SIN RESPETOS HUMANOS
— Valentía para seguir a Cristo en cualquier ambiente y circunstancias.
— Vencer los respetos humanos, parte de la virtud de la fortaleza.
— Muchos necesitan el testimonio claro de nuestro sentir cristiano. Ejemplaridad.
I. Cuando Jesús inició su vida pública, muchos vecinos y parientes le tomaron por loco1, y en su primera visita a Nazaret, que leemos en el Evangelio de la Misa2, sus paisanos se niegan a ver en Él nada sobrenatural y extraordinario. En sus palabras se puede ver la envidia, apenas contenida. ¿De dónde le viene a este esa sabiduría y esos poderes? ¿No es este el hijo del artesano?... Y se escandalizaban de Él.
Desde el principio, Jesús arrostró una corriente de maledicencias y de desprecios, nacidas de egoísmos cobardes, porque proclamaba la Verdad sin respetos humanos. Esa corriente iría aumentando con los años, hasta desatarse en calumnias y en persecución abierta, que le llevaría a la muerte. Sus mismos enemigos reconocerán en ocasiones diversas: Maestro, sabemos que eres sincero y que con verdad enseñas el camino de Dios, sin darte cuidado de nadie, y que no haces acepción de personas3.
La misma disposición –desprendimiento de juicios y alabanzas– pide el Maestro a sus discípulos. Los cristianos debemos cultivar y defender el debido prestigio profesional, moral y social, justamente labrado, porque forma parte de la dignidad humana, y para llevar a cabo la labor apostólica que hemos de realizar en medio de nuestras tareas. Pero no debemos olvidar que, en muchas ocasiones, nuestra conducta chocará con el comportamiento de los que se oponen a la moral cristiana, o de aquellos otros que se han aburguesado en el seguimiento de Cristo. Además, el Señor nos puede pedir también –en circunstancias extraordinarias– que renunciemos incluso a ese patrimonio de honra, y aun a la misma vida. Y a eso estamos dispuestos, con la ayuda de la gracia. Todo lo nuestro es del Señor.
El cristiano debe rechazar el miedo de parecer chocante si, por vivir como discípulo de Cristo, su conducta es mal interpretada o claramente rechazada. Quien ocultara su condición de cristiano en medio de un ambiente de costumbres paganas, se doblegaría, por cobardía, al respeto humano, y sería merecedor de aquellas palabras de Jesús: quien me niegue ante los hombres, Yo también le negaré ante mi Padre que está en los cielos4. El Señor nos enseña que la confesión de la fe –con todas sus consecuencias, en cualquier ambiente– es condición para ser discípulo suyo.
De este modo se comportaron muchos fieles seguidores de Jesús, como José de Arimatea y Nicodemo, que –siendo discípulos ocultos del Señor– no tuvieron inconveniente en dar la cara a la hora en que humanamente parece todo perdido, pues Jesús ha muerto crucificado. Ellos, al contrario de otros, "son valientes declarando ante la autoridad su amor a Cristo –"audacter"– con audacia, a la hora de la cobardía"5. Así se comportaron después los Apóstoles, que se mostraron firmes ante el abuso del Sanedrín y ante las persecuciones de los paganos, bien convencidos de que la doctrina de la Cruz de Cristo es necedad para los que se pierden, pero para los que se salvan, para nosotros, es fuerza de Dios6. Y el mismo San Pablo, que nunca se avergonzó de predicar el Evangelio, escribía a su discípulo Timoteo: no nos ha dado Dios un espíritu de temor, sino de fortaleza, de amor y de templanza. No te avergüences jamás del testimonio de nuestro Señor7. Son palabras dirigidas hoy a nosotros para que mantengamos la fidelidad al Maestro cuando las circunstancias o el ambiente se presenta adverso.
II. La vida del cristiano ha de desarrollarse llena de normalidad, allí donde le ha tocado vivir, pero con frecuencia representará un fuerte contraste con modos de obrar tibios, aburguesados o indiferentes, y más con tantos comportamientos anticristianos, que no raramente son indignos de un ser humano. En estos casos, es lógico que la diferencia sea más llamativa; y no ha de sorprendernos que quienes actúan al margen de las enseñanzas de Cristo juzguen injustamente a los cristianos y que exterioricen esos juicios con ironías, comentarios mordaces e incluso con palabras ofensivas. Lo mismo sucedió a Nuestro Señor.
Quizá no se trate, normalmente, de sufrir grandes violencias físicas por causa del Evangelio, sino de soportar murmuraciones y calumnias, sonrisas burlonas, discriminaciones en el lugar de trabajo, pérdida de ventajas económicas o de amistades superficiales... A veces, quizá en la misma familia o con los amigos será necesaria una buena dosis de serenidad y fortaleza sobrenatural para mantener una postura coherente con la fe. Y en esas incómodas situaciones se puede presentar la tentación de escoger el camino fácil y evitar en los otros un movimiento de rechazo, de incomprensión, incluso de burla, a costa de ceder en la postura que debe mantener siempre un buen cristiano; puede meterse en el alma la idea de no perder amigos, de no cerrarse puertas por las que quizá será necesario pasar más tarde... Viene la tentación de dejarse llevar por los respetos humanos, ocultando la propia identidad, la condición de discípulos de Cristo que quieren vivir muy cerca de Él.
En esas situaciones difíciles, el cristiano no debe preguntarse qué es lo más oportuno, aquello que será bien acogido o aceptado, sino qué es lo mejor, qué espera el Señor en aquella concreta circunstancia. Muchas veces los respetos humanos son consecuencia de la comodidad de no llevarse un pequeño mal rato, del afán de agradar siempre o del deseo de no distinguirse dentro de un grupo. Y quizá el Señor espera eso, que nos distingamos, que seamos coherentes con la fe y el amor que llevamos en el corazón, que expresemos, aunque solo sea con el silencio, con unas pocas palabras, con un gesto o con una actitud... nuestras convicciones más profundas. Esta firmeza en la fe, que se transparenta en la conducta, es frecuentemente, sin darnos cuenta, el mejor modo de expresar el atractivo de la fe cristiana, y el comienzo del retorno de muchos hacia la Casa del Padre.
Para muchos que comienzan a seguir a Cristo, este es uno de los principales obstáculos que se presentarán en su camino. "¿Sabéis –pregunta el Santo Cura de Ars– cuál es la primera tentación que el demonio presenta a una persona que ha comenzado a servir mejor a Dios? Es el respeto humano"8, porque toda persona normal posee un sentido innato de vergüenza que la lleva a rehuir aquellas situaciones que la ponen en evidencia delante de los demás. Esta será nuestra mayor alegría: dar la cara por Jesucristo, cuando la ocasión lo requiera. Jamás nos arrepentiremos de haber sido coherentes con nuestra fe cristiana.
III. Muchas personas están a nuestro alrededor esperando el testimonio claro de un sentir cristiano. ¡Cuánto bien podemos hacer con la conducta! ¡Qué necesitado está el mundo de cristianos trabajadores, amables, cordiales y firmes en su fe! A veces oímos hablar de un "artículo valiente" porque ataca el magisterio del Papa o porque defiende el aborto o los anticonceptivos... Sin embargo, lo valiente en la época en que nos ha tocado vivir es precisamente defender la autoridad del Romano Pontífice en lo que a la fe y a la moral se refiere, defender el derecho a la vida de toda persona concebida, tener –si esa es la voluntad de Dios– una familia numerosa o defender la indisolubilidad del matrimonio. ¡Cuántos corazones vacilantes han sido fortalecidos por una actuación llena de firmeza!
Es necesario y urgente obtener de Dios, si nos faltara, la audacia propia de los hijos de Dios para vencer los temores. No podemos permitir que al Señor se le expulse o se le ponga entre paréntesis en la vida social, que hombres sectarios pretendan relegarlo al ámbito de la conciencia individual amparados en la inoperancia de gente buena acobardada.
No nos ha de extrañar sentir la tentación de pasar inadvertidos en determinadas situaciones que resultan conflictivas, a causa del Evangelio. El mismo San Pedro, después de haber sido confirmado como Cabeza de la Iglesia, después de recibir el Espíritu Santo, por respetos humanos cayó en pequeñas concesiones prácticas al ambiente adverso, que le fueron señaladas por San Pablo con firmeza y lealtad9. Este episodio, lejos de empañar la santidad y la unidad de la Iglesia, demostró la perfecta unión de los Apóstoles, el aprecio de San Pablo hacia la Cabeza visible de la Iglesia y la gran humildad de San Pedro para rectificar. También nosotros nos podemos ayudar mucho si en estos casos, con fortaleza y aprecio verdadero, practicamos la corrección fraterna, como hacían los cristianos de la primera hora.
El Señor nos da ejemplo de la conducta que hemos de seguir. Él sabía, desde aquel día en Nazaret, que muchos no estarían de acuerdo con Él. Jamás actuó de cara a los hombres; solo le importó una cosa: cumplir la voluntad del Padre. Nunca dejó de curar, por ejemplo, en sábado, aunque bien sabía que estaban espiándole para ver si curaba en ese día10. Jesús sabe lo que quiere, y lo sabe desde el principio. Jamás se le ve en todo su ministerio, ya sea en sus palabras o en su modo de actuar, vacilar, permanecer indeciso, y menos volverse atrás. Jesús pide esta misma voluntad firme a los suyos. "Con ello infunde a sus discípulos su modo de ser. Están muy lejos de Él la precipitación y más aún la indecisión, las claudicaciones y las salidas de compromiso. Todo su ser y su vida son un "sí" o un "no". Jesús es siempre el mismo, siempre dispuesto, porque cuando habla y cuando obra, siempre lo hace con plena lucidez de conciencia y con toda su voluntad"11.
Pidamos a Jesús esa firmeza para guiarnos en toda circunstancia por el querer de Dios, que permanece para siempre, y no por la voluntad de los hombres, que es cambiante, antojadiza y poco duradera.
1 Mc 3, 21. — 2 Mt 13, 54-58. — 3 Mt 22, 16. — 4 Mt 10, 32. — 5 Cfr. San Josemaría Escrivá, Camino, n. 841. — 6 1 Cor 1, 18. — 7 2 Tim 1, 7-8 — 8 Santo Cura de Ars, Sermón sobre las tentaciones. — 9 Gal 2, 11-14. — 10 Mc 3, 2. — 11 K. Adam, Jesucristo, Herder, Barcelona 1970, p. 95.
1 de agosto
SAN ALFONSO M.ª DE LIGORIO*
Memoria
— Su devoción a la Virgen.
— La mediación de Nuestra Señora.
— Eficacia de esta mediación.
I. El espíritu del Señor está sobre mí; por eso me ha consagrado con la unción, me ha mandado anunciar a los pobres la alegre noticia y a curar al que tiene el corazón herido1.
La larga vida de San Alfonso "estuvo llena de un trabajo incesante: trabajo de misionero, de obispo, de teólogo y de escritor espiritual, de fundador y superior de una congregación religiosa"2. Le tocó vivir un tiempo en que la descristianización iba en continuo aumento. Por eso, el Señor le llevó a entrar en contacto con el pueblo, culturalmente desatendido y espiritualmente necesitado, mediante las misiones populares. Predicó incansablemente, enseñando la doctrina y alentando a todos, con la palabra y con sus escritos, a la oración personal, "que devuelve a las almas la tranquilidad de la confianza y el optimismo de la salvación. Escribió entre otras cosas: "Dios no niega a nadie la gracia de la oración, con la cual se obtiene la ayuda para vencer toda concupiscencia y toda tentación. Y digo, y repito y repetiré siempre mientras tenga vida recalcaba el Santo, que toda nuestra salvación está en la oración". De donde el famoso axioma: "El que reza se salva, el que no reza se condena""3. La oración ha sido siempre el gran remedio de todos los males, la que nos abre la puerta del Cielo. Ha sido esta una enseñanza continua de las almas que han estado muy cerca de Dios.
San Alfonso procuró que los fieles cristianos centraran su vida en el Sagrario, con una piedad íntima hacia Jesús Sacramentado, dio una particular importancia a la Visita al Santísimo, y para facilitarla escribió un pequeño tratado4. Por la rectitud y hondura de su doctrina, especialmente en materia de Moral, fue declarado Doctor de la Iglesia5.
Este santo, tan preocupado por la formación de las conciencias, comprendió que el camino que lleva a la pérdida de la fe comienza en muchas ocasiones por la tibieza y frialdad en la devoción a la Virgen. Y, por el contrario, la vuelta a Jesús comienza por un gran amor a María. Por eso difundió su devoción por todas partes y preparó para los fieles, y en especial para los sacerdotes, un arsenal de "materiales para predicar y propagar la devoción a esta Madre divina". Siempre ha entendido la Iglesia que "un punto enteramente particular en la economía de la salvación es la devoción a la Virgen, Mediadora de las gracias y Corredentora, y por ello Madre, Abogada y Reina. En realidad afirma el Papa Juan Pablo II, Alfonso fue siempre todo de María, desde el comienzo de su vida hasta su muerte"6.
También cada uno de nosotros debe ser "todo de María", teniéndola presente en nuestros quehaceres ordinarios, por pequeños que sean. Y no olvidaremos jamás, y sobre todo si alguna vez hemos tenido la desgracia de alejarnos, que "a Jesús siempre se va y se "vuelve" por María"7. Ella nos conduce rápida y eficazmente a su Hijo.
II. San Alfonso murió muy anciano. Y los últimos años de su vida permitió el Señor que fueran de purificación. Entre las pruebas que padeció, una muy dolorosa fue la pérdida de la vista. Y el Santo distraía las horas rezando y haciendo que le leyeran algún libro piadoso. Se cuenta de él que un día, entusiasmado con el libro que le leían, y no recordando al autor de tales maravillas, preguntó quién había escrito tales cosas, tan llenas de piedad y de amor a Nuestra Señora. Por toda respuesta, quien le acompañaba abrió el libro por la portada y leyó: "Las glorias de María, por Alfonso María de Ligorio". El venerable anciano se cubrió el rostro con ambas manos, lamentando una vez más la perdida de la memoria8, pero alegrándose inmensamente de aquel testimonio de amor a la Virgen Santísima. Fue un gran consuelo que el Señor permitió, en medio de tanta oscuridad.
Los conocimientos teológicos del Santo y su experiencia personal le llevaron al convencimiento de que la vida espiritual y su restauración en las almas se ha de alcanzar, según el plan divino que Dios mismo ha preestablecido y realizado en la historia de la salvación, a través de la mediación de Nuestra Madre, por quien nos vino la Vida, y camino fácil de retorno al mismo Dios.
Dios quiere afirma el Santo que todos los bienes que de Él nos llegan, nos vengan por medio de la Virgen Santísima9. Y cita la conocida sentencia de San Bernardo: "que es voluntad de Dios que todo lo obtengamos por María"10. Ella es nuestra principal intercesora en el Cielo, la que nos consigue todo cuanto necesitamos. Es más, muchas veces se adelanta a nuestras peticiones, nos protege, sugiere en el fondo del alma esas santas inspiraciones que nos llevan a vivir con más delicadeza la caridad, a confesarnos con la regularidad que habíamos previsto; nos anima y da fuerzas en momentos de desaliento, sale en nuestra defensa en cuanto acudimos a Ella en las tentaciones... Es nuestra gran aliada en el apostolado: en concreto, permite que la torpeza de nuestras palabras encuentren eco en el corazón de nuestros amigos. Este fue con frecuencia el gran descubrimiento de muchos santos: con María se llega "antes, más y mejor" a las metas sobrenaturales que nos habíamos propuesto.
III. La función del mediador consiste en unir o poner en comunicación dos extremos entre los que se encuentra. Jesucristo es el Mediador único y perfecto entre Dios y los hombres11, porque siendo verdadero Dios y Hombre verdadero ha ofrecido un sacrificio de valor infinito su propia muerte- para reconciliar a los hombres con Dios12. Pero esto no impide que los santos y los ángeles, y de modo del todo singular Nuestra Señora, ejerzan esta función de mediadores. "La misión maternal de María hacia los hombres de ninguna manera oscurece ni disminuye esta única mediación de Cristo, sino más bien muestra su eficacia. Porque todo el influjo salvífico de la Bienaventurada Virgen en favor de los hombres no es exigido por ninguna ley, sino que nace de su beneplácito y de la superabundancia de los méritos de Cristo"13. La Virgen, por ser Madre espiritual de los hombres, es llamada especialmente Mediadora, ya que presenta al Señor nuestras oraciones y nuestras obras, y nos hace llegar los dones divinos.
Muchas de nuestras peticiones que no van del todo bien orientadas, Ella las endereza para que obtengan su fruto. Por su condición de Madre de Dios, Nuestra Señora entra a formar parte, de modo peculiar, en la Trinidad de Dios, y por su condición de Madre de los hombres tiene el encargo divino de cuidar de sus hijos que aún estamos como peregrinos que se dirigen a la Casa del Padre14. ¡Cuántas veces la hemos encontrado en el camino! ¡En cuántas ocasiones se hizo encontradiza, ofreciéndonos su ayuda y su consuelo! ¿Dónde estaríamos si Ella no nos hubiera tomado de la mano en circunstancias bien determinadas?
"¿Por qué tendrán tanta eficacia los ruegos de María ante Dios?", se pregunta San Alfonso. Y responde: "Las oraciones de los santos son oraciones de siervos, en tanto que las de María son oraciones de Madre, de donde procede su eficacia y carácter de autoridad; y como Jesús ama inmensamente a su Madre, no puede rogar sin ser atendida". Y para probarlo, recuerda las bodas de Caná, donde Jesús realizó su primer milagro por intercesión de Nuestra Señora: "Faltaba el vino, con el consiguiente apuro de los esposos. Nadie pide a la Santísima Virgen que interceda ante su Hijo en favor de los consternados esposos. Con todo, el corazón de María, que no puede menos de compadecer a los desgraciados ( ... ), la impulsó a encargarse por sí misma del oficio de intercesora y pedir al Hijo el milagro, a pesar de que nadie se lo pidiera". Y concluye el Santo: "Si la Señora obró así sin que se lo pidieran, ¿qué hubiera sido si le rogaran?"15. ¿Cómo no va a atender nuestras súplicas?
Pedimos hoy, en su fiesta, a San Alfonso M.ª de Ligorio que nos alcance la gracia de amar a Nuestra Señora tanto como él la amó mientras estuvo aquí en la tierra, y nos aliente a difundir su devoción por todas partes. Aprendamos que con Ella llegamos antes, más y mejor a lo que solos no hubiéramos logrado jamás: metas apostólicas, defectos que debemos desarraigar, intimidad con su Hijo.
1 Antífona de Entrada de la Misa propia del Santo, Lc 4, 18; cfr. Is 61, 1. — 2 Juan Pablo II. Carta Apost. Spiritus Domini, en el II Centenario de la muerte de San Alfonso M.ª de Ligorio, 1-VIII-1987. — 3 Ibídem. — 4 San Alfonso M.ª de Ligorio. Visitas al Santísimo Sacramento, Rialp, Madrid 1965. — 5 Pío IX, Decr. Urbis et orbis, 23-III-1871. — 6 Juan Pablo II, loc. cit. — 7 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 495. — 8 P. Ramos, en el Prólogo a Las glorias de María, Perpetuo Socorro, Madrid 1941. — 9 Cfr. San Alfonso M.ª de Ligorio, Las glorias de María, Rialp, Madrid 1977, V, 3-4. — 10 San Bernardo, Sermón sobre el Acueducto. — 11 Cfr. 1 Tim 2, 51. — 12 Cfr. Santo Tomás, Suma Teológica, 3, q. 26, a. 2. — 13 Conc. vat. II, Const. Lumen gentium, 60. — 14 Cfr. Ibídem, n. 62; Juan Pablo II, Enc. Redemptoris Mater, 2-IV-1987, n. 40. — 15 San Alfonso M.ª de Ligorio, Sermones abreviados, en Obras ascéticas de..., II, BAC, Madrid 1952, 48.
* San Alfonso M.ª de Ligorio nació en Nápoles el año 1696. Obtuvo el doctorado en Derecho civil y en Derecho canónico, recibió la ordenación sacerdotal y fundó la Congregación del Santísimo Redentor. Para fomentar la vida cristiana en el pueblo, se dedicó a la predicación y publicó diversas obras, especialmente sobre la Virgen, la Eucaristía, la vida cristiana, y de teología moral, materia por la que fue nombrado Doctor de la Iglesia. Su dilatada vida constituye un admirable ejemplo de trabajo, de sencillez, de espíritu de sacrificio y de preocupación por ayudar a los demás a conseguir la salvación eterna. Fue elegido obispo de Sant'Agata de Goli, pero algunos años después renunció a dicho cargo y murió entre los suyos, en Pagani, cerca de Nápoles, el año 1787.
___________________________________________________________________________________________
† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
San Alfonso M. de Ligorio
(1696 - 1787)
Alfonso significa: "listo para el combate".
Nació cerca de Nápoles el 27 de septiembre de 1696. Sus padres fueron Don José, Marqués de Ligorio y Capitán de la Armada naval, y Doña Ana Cabalieri.
Nuestro santo fue el primogénito de siete hermanos, cuatro varones y tres niñas. Siendo aún niño fue visitado por San Francisco Jerónimo el cual lo bendijo y anunció: "Este chiquitín vivirá 90 años, será obispo y hará mucho bien".
A los 16 años, caso excepcional obtiene el grado de doctor en ambos derechos, civil y canónico, con notas sobresalientes en todos sus estudios.
Para conservar la pureza de su alma escogió un director espiritual, visitaba frecuentemente a Jesús Sacramentado, rezaba con gran devoción a la Virgen y huía como de la peste de todos los que tuvieran malas conversaciones.
Su padre, que deseaba hacer de él un brillante político, lo hizo estudiar varios idiomas modernos, aprender música, artes y detalles de la vida caballeresca. Y en su profesión de abogado iba obteniendo resaltantes triunfos. Pero todo esto no lo dejaba satisfecho, por el gran peligro que en el mundo existe de ofender a Dios.
A sus compañeros les repetía: "Amigos, en el mundo corremos peligro de condenarnos".
Más tarde escribiría: "Las vanidades del mundo están llenas de amargura y desengaños. Lo sé por propia y amarga experiencia"
Su padre quería casarlo con alguna joven de familia muy distinguida para que formara un hogar de alta clase social. Pero cada vez que le preparaban algún noviazgo, la novia tenía que exclamar: "Muy noble, muy culto, muy atento, pero... ¡Vive más en lo espiritual que en lo material!.
Hubo un pleito famoso entre el Doctor Orsini y el gran duque de Toscana. El Dr. Alfonso defendía al de Orsini. Su exposición fue maravillosa, brillante. Sumamente aplaudida. Creía haber obtenido el triunfo para su defendido. Pero apenas terminada su intervención, se le acerca el jefe de la parte contraria, le alarga un papel y le dice: "Todo lo que nos ha dicho con tanta elocuencia cae de su base ante este documento".
Alfonso lo lee, y exclama: "Señores, me he equivocado", y sale de la sala diciendo en su interior: "Mundo traidor, ya te he conocido. En adelante no te serviré ni un minuto más".
Se encierra en su cuarto y está tres días sin comer. No hace sino rezar y llorar.
Después se dedica a visitar enfermos, y un día en un hospital de incurables le parece que Jesús le dice: "Alfonso, apártate del mundo y dedícate sólo a servirme a mí". Emocionado le responde: "Señor, ¿qué queréis que yo haga?".
Y se dirige luego a la Iglesia de Nuestra Señora de la Merced y ante el sagrario hace voto de dejar el mundo. Y como señal de compromiso deja su espada ante el altar de la Sma. Virgen.
Pero tuvo que sostener una gran lucha espiritual para convencer a su padre, el cual cifraba en este hijo suyo, brillantísimo abogado, toda la esperanza del futuro de su familia. "Fonso mío - le decía llorando - ¿Cómo vas a dejar tu familia? - y él respondía: Padre, el único negocio que ahora me interesa es el de salvar almas".
Al fin, a los 30 años de edad logra ser ordenado sacerdote. Desde entonces se dedica trabajar con las gentes de los barrios más pobres de Nápoles y de otras ciudades. Reúne a los niños y a la gente humilde, al aire libre y les enseña catecismo.
Su padre que gozaba oyendo sus discursos de abogado, ahora no quiere ir a escuchar sus sencillos sermones sacerdotales. Pero un día entra por curiosidad a escucharle una de sus pláticas, y sin poderse contener exclama emocionado: "Este hijo mío me ha hecho conocer a Dios". Y esto lo repetirá después muchas veces.
Se le reunieron otros sacerdotes y con ellos, el 9 de noviembre de 1752, fundó la Congregación del Santísimo Redentor (o Padres Redentoristas). Y a imitación de Jesús se dedicaron a recorrer ciudades, pueblos y campos predicando el evangelio. Su lema era el de Jesús: "Soy enviado para evangelizar a los pobres".
Durante 30 años, con su equipo de misioneros, recorre campos, pueblos, ciudades, provincias, permaneciendo en cada sitio 10 o 15 días predicando, para que no quedara ningún grupo sin ser instruido y atendido espiritualmente.
La gente al ver su gran espíritu de sacrificio, corría a su confesionario a pedirle perdón de sus pecados. Solía decir que el predicador siembra y el confesor recoge la cosecha.
Es admirable como a San Alfonso le alcanzaba el tiempo para hacer tantas cosas. Predicaba, confesaba, preparaba misiones y escribía. Hay una explicación: Había hecho votos de no perder ni un minuto de su tiempo. Y aprovechaba este tesoro hasta lo máximo. Al morir deja 111 libros y opúsculos impresos y 2 mil manuscritos. Durante su vida vio 402 ediciones de sus obras.
Su obra ha sido traducida a 70 lenguas, y ya en vida llegó a ver más de 40 traducciones de sus escritos.
Para su libro más famoso, Las Glorias de María, empezó San Alfonso a recoger materiales cuando tenía 38 años de edad, y terminó de escribirlo a los 54 años, en 1750. Su redacción le gastó 16 años.
Sus obras las escribió en sus últimos 35 años, que fueron años de terribles sufrimientos.
En 1762 el Papa lo nombró obispo de Santa Agueda. Quedó aterrado y dijo que renunciaba a ese honor.Pero el Papa no le aceptó la renuncia. "Cúmplase la Voluntad de Dios. Este sufrimiento por mis pecados" - exclamó - y aceptó. Tenía 66 años.
Estuvo 13 años de obispo. Visitó cada dos años los pueblos. En cada pueblo de su diócesis hizo predicar misiones, y él predicaba el sermón de la Virgen o el de la despedida.
Vino el hambre y vendió todos sus utensilios, hasta su sombrero y anillo y la mula y el carro del obispo para dar de comer a los hambrientos.
Cuando le aceptaron su renuncia de obispo exclamó: Bendito sea Dios que me ha quitado una montaña de mis hombros.
Dios lo probó con enfermedades. Fue perdiendo la vista y el oído. "Soy medio sordo y medio ciego - decía - pero si Dios quiere que lo sea más y más, lo acepto con gusto".
Su delicia era pasar las horas junto al Santísimo Sacramento. A veces se acercaba al sagrario, tocaba a la puertecilla y decía: "¿Jesús, me oyes?"
Le encantaba que le leyeran Vidas de Santos. Un hermano tras otro pasaban a leerle por horas y horas.
Preguntaba: ¿Ya rezamos el rosario? Perdonadme, pero es que del Rosario depende mi salvación . "Traedme, a Jesucristo", decía, pidiendo la comunión.
San Alfonso muere el 1 de agosto de 1787, (Tenía 90 años).
El Papa Gregorio XVI lo declara Santo en 1839. El Papa Pío IX lo declara Doctor de la Iglesia en 1875.
Para un devoto de la Virgen ninguna lectura más provechosa que Las Glorias de María de San Alfonso.
No hay gente débil y gente fuerte en lo espiritual, sino gente que no reza y gente que sí sabe rezar.
(San Alfonso)
___________________________________________________________________________________________
Fuente: ACIprensa.com
Juan Bufalari de Rieti, Beato Eremita Agustino, 1 de agosto
Eremita Agostino Martirologio Romano: En Rieti, de la Sabina, beato Juan Bufalari, religioso de la Orden de los Eremitas de San Agustín, joven humilde y amable, y siempre solícito para con su prójimo (c. 1336). |
___________________________________________________________________________________________
Fuente: EWTN.com
Siete Hermanos Macabeos, Santos Mártires, 1 de agosto
Martirologio Romano: Conmemoración del triunfo de los siete santos hermanos mártires, que, en Antioquía, de Siria, durante el reinado de Antioco Epifanes, por su invencible fidelidad en el cumplimiento de la Ley del Señor sufrieron un fin cruel, al igual que su madre, que presenció con dolor la muerte de cada uno de sus hijos, coronada de gloria en todos ellos, como se nos refiere en el libro de los Macabeos. Conmemoración, asimismo, de san Eleazar, uno de los primeros escribas, varón de edad avanzada, que, en la misma persecución, por negarse para salvar su vida a comer carne prohibida, aceptó una muerte gloriosísima antes que una vida despreciable y se adelantó al lugar del suplicio, dándonos un gran ejemplo de fortaleza. En la S. Biblia hay dos libros llamados de Los Macabeos (palabra que significa: "fuerte contra el adversario"). Allí se narran las historias heroicas de quienes prefirieron perder todos sus bienes y hasta morir, con tal de defender la santa religión del verdadero Dios. |
___________________________________________________________________________________________
Fuente: Franciscanos.org
Bienvenido María de Dos Hermanas (José de Miguel Arahal), Beato Mártir Capuchino, 1 de agosto 1
Mártir Capuchino Martirologio Romano En Madrid, en España, beato Bienvenido (José) de Miguel Arahal, Presbítero de los Terciarios Capuchinos de la Virgen de los Dolores y mártir, que, en el furor de la persecución contra la fe, derramó su sangre por Cristo (1936). |
___________________________________________________________________________________________
Fuente: mercaba.org
Pedro Fabro (o Favre), Beato Primer Sacerdote Jesuita, 1 de agosto
Jesuita Martirologio Romano: En Roma, beato Pedro Favre, presbítero. Fue el primero entre los miembros de la Compañía de Jesús que mantuvo duros trabajos en distintas regiones de Europa. Murió en la ciudad de Roma, mientras se dirigía al Concilio Ecuménico de Trento (1546). |
___________________________________________________________________________________________
Fuente: www.archimadrid.es
María Estrella del Santísimo Sacramento (Adela) Mardosewicz y sus diez compañeras, Beatas Mártires de Bielorusia, 1 de agosto
___________________________________________________________________________________________
Fuente: santiebeati.it
Emerico de Quart, Beato Obispo, 1 de agosto
Obispo Martirologio Romano: En Aosta, en los Alpes Graios, beato Emerico de Quart, obispo, admirable por su austeridad de vida y por su celo en la salvación de las almas (1313). Otro fulgurante figura de santidad de la antigua diócesis de Aosta, que cuenta entre sus hijos a San Anselmo, San Urso, San Giocondo y San Grato. |
___________________________________________________________________________________________
Ethelwold, Santo Obispo, 1 de agosto
Obispo Martirologio Romano: En Winchester, en Inglaterra, sepultura de san Ethelwold, obispo. Compuso la famosa Concordia Regular, para restablecer la disciplina monástica que había aprendido de san Dunstán (984). Nació alrededor del año 912 en Winchester, Inglaterra. |
___________________________________________________________________________________________
Gerhard (Gerardo) Hirschfelder, Venerable Sacerdote y Mártir, 1 de agosto
Sacerdote y Mártir En el campo de concentración de Dachau, Alemania, Venerable Gerardo Hirschfelder, sacerdote diocesano y mártir por odio a la fe († 1942) Gerhard (Gerardo) Hirschfelder nace el 17 de febrero de 1907 en Glatz, localidad alemana, hoy perteneciente a Polonia. |
___________________________________________________________________________________________
Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
Si NO desea el evangelio, santoral y meditación diaria y sólo artículos interesantes censurados por la prensa (la mayoría), unos 4 por semana escriba a: ave-maria-purisima+subscribe@googlegroups.com (responder el mensaje de confirmación).
Para de-suscribirse escribir desde su casilla de email a:
Evangelio+unsubscribe@googlegroups.com
Si no se desuscribe es porque recibe el mensaje en su otro email que le reenvía al actual: debe escribir desde ese otro email.