†
JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 20, 1-16
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
"El Reino de los cielos es semejante a un propietario que, al amanecer, salió a contratar trabajadores para su viña. Después de quedar con ellos en pagarles un denario por día, los mandó a su viña. Salió otra vez a media mañana, vio a unos que estaban ociosos en la plaza y les dijo:
"Vayan también ustedes a mi viña y les pagaré lo que sea justo".
Salió de nuevo a medio día y a media tarde e hizo lo mismo. Por último, salió también al caer la tarde y encontró todavía otros que estaban en la plaza y les dijo:
"¿Por qué han estado aquí todo el día sin trabajar?"
Ellos le respondieron:
"Porque nadie nos ha contratado".
El les dijo:
"Vayan también ustedes a mi viña".
Al atardecer, el dueño de la viña le dijo a su administrador:
"Llama a los trabajadores y págales su jornal, comenzando por los últimos hasta que llegues a los primeros".
Se acercaron, pues, los que habían llegado al caer la tarde y recibieron un denario cada uno. Cuando les llegó su turno a los primeros, creyeron que recibirían más; pero también ellos recibieron un denario cada uno. Entonces comenzaron a reclamarle al propietario,
diciéndole:
"Estos últimos trabajaron sólo un rato y, sin embargo, les pagas lo mismo que a nosotros, que soportamos el peso del día y del calor".
Pero él respondió a uno de ellos:
"Amigo, yo no te hago ninguna injusticia. ¿Acaso no quedamos en que te pagaría un denario? Toma, pues, lo tuyo y vete. Yo quiero darle al que llegó de último lo mismo que a ti. ¿Qué no puedo hacer con lo mío lo que yo quiero? ¿O vas a tenerme rencor porque yo soy bueno?"
De igual manera, los últimos serán los primeros, y los primeros, los últimos".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/swf/l.swf?video_id=v82JVdXAUUs
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? abortar (todos los métodos anticonceptivos son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
mie 20a. Ordinario año impar
Antífona de Entrada
No me abandones, Señor, Dios mío, no te me alejes; ven de prisa a socorrerme, Señor mío, mi salvador.
Oración Colecta
Oremos:
Dios omnipotente y misericordioso, de cuya mano proviene el don de servirte y de alabarte, ayúdanos a vencer en esta vida cuanto pueda separarnos de ti.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Ustedes dijeron: "Que reine un rey sobre nosotros", siendo así que su rey es el Señor
Lectura del libro de los Jueces 9, 6-15
En aquellos días, se reunieron todos los hombres de Siquén y todas las familias de Bet-Mil-Lo y proclamaron rey a Abimelec, junto a la encina de la piedra conmemorativa de Siquén.
Se lo anunciaron a su hermano Jotán, quien subió a la cumbre del Garizín, y desde allí levantó la voz y clamó:
"Escúchenme, vecinos de Siquén, y que Dios los escuche a ustedes. Una vez los árboles fueron a buscarse un rey. Le dijeron al olivo:
"Sé nuestro rey".
Pero el olivo les respondió:
"¿Voy a renunciar al aceite que utilizan los dioses y los hombres, para ir a presumir por encima de los árboles?"
Entonces los árboles le dijeron a la higuera:
"Ven a ser nuestro rey".
Pero dijo la higuera:
"¿Voy a renunciar a mis dulces y sabrosos frutos, para ir a presumir por encima de los árboles?"
Entonces los árboles le dijeron a la vid:
"Ven a ser nuestro rey".
La vid les respondió:
"¿Voy a dejar mi vino, que alegra a los dioses y a los hombres, para ir a presumir por encima de los árboles?"
Finalmente, los árboles dijeron a la zarza:
"Ven a ser nuestro rey".
La zarza les respondió:
"Si de veras quieren hacerme su rey, vengan a descansar bajo mi sombra; pero si no es así, que brote fuego de la zarza y devore a los cedros del Líbano"".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 20
De tu poder, Señor, se alegra el rey.
De tu poder, Señor, se alegra el rey, se alegra con el triunfo que le has dado. Le otorgaste lo que él tanto anhelaba, no rechazaste el ruego de sus labios.
De tu poder, Señor, se alegra el rey.
Lo colmaste, Señor, de bendiciones, con oro has coronado su cabeza. La vida te pidió, tú se la diste, una vida por siglos duradera.
De tu poder, Señor, se alegra el rey.
Tu victoria, Señor, le ha dado fama, lo has cubierto de gloria y de grandeza. Sin cesar le concedes tus favores y lo colmas de gozo en tu presencia.
De tu poder, Señor, se alegra el rey.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
La palabra de Dios es viva y eficaz y descubre los pensamientos e intenciones del corazón.
Aleluya.
Evangelio
¿Es que tienes envidia porque yo soy bueno?
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 20, 1-16
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
"El Reino de los cielos es semejante a un propietario que, al amanecer, salió a contratar trabajadores para su viña. Después de quedar con ellos en pagarles un denario por día, los mandó a su viña. Salió otra vez a media mañana, vio a unos que estaban ociosos en la plaza y les dijo:
"Vayan también ustedes a mi viña y les pagaré lo que sea justo".
Salió de nuevo a medio día y a media tarde e hizo lo mismo. Por último, salió también al caer la tarde y encontró todavía otros que estaban en la plaza y les dijo:
"¿Por qué han estado aquí todo el día sin trabajar?"
Ellos le respondieron:
"Porque nadie nos ha contratado".
El les dijo:
"Vayan también ustedes a mi viña".
Al atardecer, el dueño de la viña le dijo a su administrador:
"Llama a los trabajadores y págales su jornal, comenzando por los últimos hasta que llegues a los primeros".
Se acercaron, pues, los que habían llegado al caer la tarde y recibieron un denario cada uno. Cuando les llegó su turno a los primeros, creyeron que recibirían más; pero también ellos recibieron un denario cada uno. Entonces comenzaron a reclamarle al propietario,
diciéndole:
"Estos últimos trabajaron sólo un rato y, sin embargo, les pagas lo mismo que a nosotros, que soportamos el peso del día y del calor".
Pero él respondió a uno de ellos:
"Amigo, yo no te hago ninguna injusticia. ¿Acaso no quedamos en que te pagaría un denario? Toma, pues, lo tuyo y vete. Yo quiero darle al que llegó de último lo mismo que a ti. ¿Qué no puedo hacer con lo mío lo que yo quiero? ¿O vas a tenerme rencor porque yo soy bueno?"
De igual manera, los últimos serán los primeros, y los primeros, los últimos".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Que este sacrificio que vamos a ofrecerte en comunión con toda tu Iglesia, te sea agradable, Señor, y nos obtenga la plenitud de tu misericordia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Restauración universal en Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
A quien hiciste fundamento de todo y de cuya plenitud quisiste que participáramos todos. Siendo él de condición divina se despojó de su rango, y por su sangre derramada en la cruz puso en paz todas las cosas; y así, constituido Señor del universo, es fuente de salvación eterna para cuantos creen en él.
Por eso,
con los ángeles y arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Antífona de la Comunión
Me has enseñado el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Continúa en nosotros, Señor, tu obra de salvación por medio de esta Eucaristía; para que, cada vez más unidos a Cristo en esta vida, merezcamos vivir con él eternamente.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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Dia 17/08 San Jacinto (religioso, blanco)
Antífona de Entrada
El Señor es la parte que me ha tocado en herencia; la parte que he recibido es la más hermosa. El mismo Señor es mi recompensa.
Oración Colecta
Oremos:
Señor, tú que otorgaste a san Jacinto la gracia de imitar con fidelidad a Cristo pobre y humilde, ayúdanos a vivir fielmente nuestra vocación cristiana para que reproduzcamos cada día mejor, en nosotros, la imagen de tu Hijo, que vive y reina contigo...
Amén.
Primera Lectura
Aguarda al Señor en el monte
Lectura del primer libro de los Reyes
19, 9-4a. 11-15a.
En aquellos días caminó Elías por el desierto una jornada de camino, y al final se sentó bajo una retama y se deseó la muerte diciendo:
"Basta ya, Señor; quítame la vida, pues yo no valgo más que mis padres".
Se echó debajo de la retama y se quedó dormido. De pronto, un ángel lo tocó y le dijo:
"Levántate, come".
Miró Elías y vio a su cabecera un pan cocido en las brasas y una jarra de agua. Comió, bebió y volvió a echarse. Pero el ángel del Señor lo tocó por segunda vez diciéndole:
"Levántate, come, que el camino es superior a tus fuerzas".
Se levantó Elías, comió y bebió, y con la fuerza de aquel alimento caminó cuarenta días y cuarenta noches, hasta el Horeb, el monte de Dios. Al llegar allí se refugió en una gruta. El Señor le dijo:
"Sal y aguarda al Señor en el monte, que el Señor va a pasar".
Pasó ante el Señor un viento huracanado, que agrietaba los montes y rompía los peñascos: en el viento no estaba el Señor. Vino después un terremoto, y en el terremoto no estaba el Señor. Después vino un fuego, y en el fuego no estaba el Señor. Después se escuchó un susurro. Elías al oírlo se cubrió el rostro con el manto y salió a la entrada de la gruta. Una voz le preguntó:
"¿Qué te trae por aquí, Elías?"
Contestó:
"Mi pasión por el Señor Dios de los ejércitos. Porque los israelitas han abandonado tu alianza, han derribado tus altares y han pasado a cuchillo a tus profetas. He quedado yo solo, y ahora me persiguen para matarme".
El Señor le dijo:
"Desanda el camino hasta el desierto de Damasco".
Palabra del Señor.
te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 102
Bendice, alma mía, al Señor.
Bendice, alma mía, al Señor y todo mi ser a su santo nombre. Bendice, alma mía, al Señor y no olvides sus beneficios.
Bendice, alma mía, al Señor.
El perdona todas tus culpas y cura todas tus enfermedades: él rescata tu vida de la fosa y te colma de gracia y de ternura.
Bendice, alma mía, al Señor.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia; no está siempre acusando ni guarda rencor perpetuo.
Bendice, alma mía, al Señor.
Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por sus fieles; porque él conoce nuestra masa, se acuerda de que somos barro.
Bendice, alma mía, al Señor.
Pero la misericordia del Señor dura siempre, su justicia pasa de hijos a nietos, para los que guardan la alianza.
Bendice, alma mía, al Señor.
Aclamación ante del Evangelio
Aleluya, aleluya. Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados y yo los aliviaré, dice el Señor. Aleluya.
Evangelio
El que pierda su vida por mí, la encontrará
Lectura del santo Evangelio según san Mateo
16, 24-27
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Si uno quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará.
¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si malogra su vida? ¿0 qué podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del hombre vendrá entre sus ángeles, con la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según su conducta".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Dios misericordioso, que transformaste a san Jacinto para hacer de él un hombre nuevo a imagen de Cristo, renuévanos también a nosotros mediante este sacrificio de reconciliación que vamos a ofrecerte.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Acción de los santos en la Iglesia
En verdad es justo y necesario, nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque con la vida de tus santos, enriqueces a tu Iglesia con formas siempre nuevas de admirable santidad, y nos das pruebas indudables de tu amor por nosotros; y también, porque su ejemplo nos impulsa y su intercesión nos ayuda a colaborar en el misterio de la salvación.
Por eso,
ahora nosotros, llenos de alegría, te aclamamos con los ángeles y santos diciendo:
Antífona de la Comunión
Yo les aseguro, dice el Señor, que los que han dejado todo para seguirme, recibirán cien veces más y alcanzarán la vida eterna.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, con la luz y la fuerza de este sacramento que hemos recibido, condúcenos siempre por el camino de tu amor, a fin de que la obra de salvación que has iniciado en nosotros, se vea coronada el día de la venida gloriosa de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
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† Meditación diaria
20ª semana. Miércoles
A TODAS LAS HORAS
— Para todos hay una llamada del Señor a trabajar en su viña. Nos llama a corredimir con Él en el mundo.
— Cualquier hora y circunstancia son buenas para el apostolado. El ejemplo de los primeros cristianos.
— Todo el que haya pasado cerca de nuestra vida debería poder decir que se sintió movido a vivir más cerca de Cristo.
I. El Señor se compara en el Evangelio de la Misa1 a un padre de familia que sale a distintas horas a contratar obreros para trabajar en su viña: al amanecer, a la hora de tercia, de sexta, de nona... Con los primeros –los que fueron contratados en primer lugar– se ajustó el salario en un denario. Los demás fueron contratados por lo que fuera justo. A última hora, cuando ya estaba próximo el final de la jornada laboral, a la hora undécima, salió de nuevo el padre de familia y encontró a otros que estaban sin trabajar, y les dijo: ¿Cómo es que estáis aquí todo el día parados? Y le contestaron: Porque nadie nos ha contratado. Y los envió también a trabajar en su viña.
El Señor quiere darnos una enseñanza fundamental: para todos los hombres hay una llamada de parte de Dios. Unos reciben la invitación de Cristo en el amanecer de su vida, en una edad muy temprana, y recae sobre ellos una particular predilección divina por haber sido llamados tan pronto. Otros, cuando ya han recorrido una buena parte del camino. Y todos en circunstancias bien distintas: las que presenta el mundo en que vivimos. El denario que todos reciben al terminar el día es la gloria eterna, la participación en la misma vida de Dios2, en una felicidad sin término al concluir la jornada de la vida, y la incomparable alegría, ya aquí, de trabajar para el Maestro, de gastar la vida por Cristo.
Trabajar en la viña del Señor, en cualquier edad en que nos encontremos, es colaborar con Cristo en la Redención del mundo: difundiendo su doctrina, con ocasión y sin ella; facilitando a otros el sacramento de la Confesión, quizá enseñándoles el modo de hacer el examen de conciencia, exponiendo los grandes bienes que se derivan de este sacramento; llamando a otros a que sigan a Cristo más de cerca a través de una vida de oración; participando en alguna catequesis o labor de formación; colaborando económicamente para crear nuevos instrumentos apostólicos; apartando a alguno de una situación en la que puede ofender a Dios, con el oportuno consejo o mediante la corrección fraterna; planteando a algún amigo, con la prudencia necesaria y después de pedir insistentemente luces en la oración, la posibilidad de entregarse más plenamente a Dios...
Quien se siente llamado a trabajar en la viña del Señor debe, de muy diversos modos, "participar en el designio divino de la salvación. Debe marchar hacia la salvación y ayudar a los demás a fin de que se salven. Ayudando a los demás se salva a sí mismo"3.
No sería posible seguir a Cristo, si a la vez no transmitimos la alegre nueva de su llamada a todos los hombres, "pues el que en esta vida procura solo su propio interés no ha entrado en la viña del Señor"4. Trabajan para Cristo quienes "se desvelan por ganar almas y se dan prisa por llevar a otros a la viña"5; prisa, porque el tiempo de la vida es escaso.
II. El Señor sale a contratar obreros para su viña a horas muy diversas y en situaciones distintas. Cualquier hora, cualquier momento es bueno para el apostolado, para llevar obreros a la viña del Señor, para que sean útiles y den frutos. Dios llama a cada uno de acuerdo con sus circunstancias personales, con su modo de ser peculiar, con sus defectos y también con la capacidad de nuevas virtudes. Pero son incontables quienes quizá mueran sin saber apenas que Cristo vive y que trae la salvación a todos, porque nadie les transmitió la llamada del Señor. ¿Vamos nosotros a estar parados, sin hablar de Dios? "Me dirás, quizá: ¿y por qué habría de esforzarme? No te contesto yo, sino San Pablo: el amor de Cristo nos urge (2 Cor 5, 14). Todo el espacio de una existencia es poco, para ensanchar las fronteras de tu caridad"6.
Los primeros cristianos aprendieron bien que el apostolado no tiene limitaciones de personas, lugares o situaciones. Con frecuencia comenzaban por la propia familia: "a los siervos y siervas y a los hijos, si los tienen, les persuaden a hacerse cristianos por el amor que hacia ellos tienen, y cuando se hacen tales, los llaman hermanos sin distinción"7. Fueron incontables las familias que, desde el menor de los siervos hasta los hijos, o los padres, recibieron la fe y vivieron en el amor a Cristo. Después quizá fueron los vecinos, los clientes o los compañeros de oficio o de armas... La vida de los campamentos, las mismas virtudes castrenses y bien pronto el testimonio de los mártires favoreció la expansión del Evangelio entre soldados. El ejército proporciona mártires en Italia, en África, en Egipto y hasta en las orillas del Danubio. Incluso la última persecución comenzó por una depuración de las legiones8.
Todas las situaciones eran buenas para acercar las almas a Cristo, incluso las que humanamente podrían parecer menos adecuadas, como la de comparecer ante un tribunal. San Pablo, prisionero en Cesarea, habla en defensa propia ante el procurador Festo y el rey Agripa. Les desvela los misterios de la fe de tal forma que mientras se defendía de este modo (anunciando la resurrección de Cristo), el rey dijo en alta voz: Estás loco, Pablo, las muchas letras te han hecho perder el juicio. Y comenta San Beda: "Consideraba locura que un hombre encadenado no hablara de las calumnias que le hostigaban desde fuera sino de las convicciones que le iluminan por dentro"9.
Más tarde, Agripa dirá a Pablo: Un poco más y me convences de que me haga cristiano. Y Pablo le respondió: Quisiera Dios que, con poco o con mucho, no solo tú sino todos los que me escuchan hoy se hicieran como yo... pero sin estas cadenas10.
Y nosotros, ¿no sabremos llevar, con paciencia, con cordialidad, a nuestros parientes, vecinos, amigos... hasta el Señor? El sentido apostólico de nuestra vida nos indicará el amor que tenemos a Cristo. No desaprovechemos ninguna ocasión: todas las horas son buenas para llevar obreros hasta la viña del Señor. Todas las edades son buenas para llenar las manos de frutos.
III. Sorprende que el padre de familia saliera a última hora, cuando ya apenas quedaba tiempo para trabajar; y sorprende también la razón que dieron aquellos que fueron contratados a esta hora tardía: Nadie nos ha contratado, ninguno nos hizo llegar la buena noticia de que el dueño del campo buscaba obreros para que trabajaran en su viña. Es la misma respuesta que darían ahora muchos que fueron bautizados, pero que se encuentran con una fe que languidece por momentos, porque nadie se ocupó de ellos. "Has tenido una conversación con este, con aquel, con el de más allá, porque te consume el celo por las almas. —Persevera: que ninguno pueda después excusarse afirmando "quia nemo nos conduxit" -nadie nos ha llamado"11. Ninguno de nuestros parientes, de los amigos, de los vecinos..., de quien estuvo con nosotros una sola tarde, o realizó un mismo viaje, o trabajó en la misma empresa, o estudió en la misma Facultad... debería decir que no se sintió contagiado de nuestro amor a Cristo. Cuando el querer es grande se manifiesta en la más pequeña oportunidad.
Muchos se sentirán movidos por nuestras palabras que hablan con vigor y con alegría del Maestro, a otros les ayudará el ejemplo de un trabajo bien acabado, o la serenidad ante el dolor y la dificultad, o quizá el trato cordial que hunde sus raíces en la virtud de la caridad..., y todos se sentirán urgidos por nuestra oración y por una honda alegría, consecuencia de seguir a Cristo. Nadie que nos haya conocido en cualquier circunstancia debería poder decir al final de sus días que no hubo quien se ocupara de él.
Algunos de los contratados a la viña protestaron a la hora de recibir el salario. Sin razón, pues se le dio a cada uno lo que se había ajustado con él: un denario. No comprendieron que servir al Señor es ya un honor inmerecido. Trabajar para Cristo es reinar, y motivo de acción de gracias por haber sido llamados de la plaza pública a la propiedad de Dios. En el mismo servicio a Dios, siendo apóstoles en medio del mundo, encontramos la recompensa, porque en realidad nada buscamos para nosotros mismos: solo amar cada vez más a Cristo y servirle, llamando a otros para que vayan a trabajar en su campo. El Señor no nos olvidará jamás. Debemos tener en cuenta que en el denario del salario "está incisa la imagen del Rey"12: se nos da Dios mismo en esta vida. Y, al atardecer, nos dará una gloria sin fin: cada uno recibirá a la medida de su trabajo13.
"Acude conmigo a la Madre de Cristo. Madre Nuestra, que has visto crecer a Jesús, que le has visto aprovechar su paso entre los hombres: enséñame a utilizar mis días en servicio de la Iglesia y de las almas; enséñame a oír en lo más íntimo de mi corazón, como un reproche cariñoso, Madre buena, siempre que sea menester, que mi tiempo no me pertenece, porque es del Padre Nuestro que está en los Cielos"14. Pidamos ayuda a San José para que nos enseñe a gastar la vida en el servicio a Jesús, mientras realizamos con alegría nuestro quehacer en el mundo.
1 Mt 20,1-16. — 2 Cfr. F. M. Moschner, Las Parábolas del reino de los cielos, p. 215. — 3 Juan Pablo II, Sobre la virtud de la prudencia, 25-X-1978. — 4 San Gregorio Magno, Homilías sobre los Evangelios, 19, 2. — 5 Ibídem. — 6 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 43. — 7 Arístides, cit. por D. Ramos, El testimonio de los primeros cristianos, p. 195. — 8 A. G. Hamman, La vida cotidiana de los primeros cristianos, Palabra, 2ª ed., Madrid 1986, p. 81. — 9 San Beda, Comentario a los Hechos de los Apóstoles, in loc. — 10 Hech 26, 24-32. — 11 San Josemaría Escrivá, Surco, n. 205. — 12 San Jerónimo, Comentario al Evangelio de San Mateo, 4, 3. — 13 1 Cor 3, 8. — 14 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 54.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Fuente: Archidiócesis de Madrid
Jacinto de Polonia, Santo Patrono de Polonia, 17 de agosto
Patrono de Polonia Martirologio Romano: En Cracovia, en Polonia, san Jacinto, presbítero de la Orden de Predicadores, que fue designado por santo Domingo para propagar la Orden en aquella nación y, teniendo por compañeros al beato Ceslao y a Enrique Germánico, predicó el Evangelio en Bohemia y Silesia (1257). La Iglesia está en plena era feudal propia de la época. Los obispos y abades son grandes señores con mucho poder e influencia incluso en las decisiones políticas de los nobles y reyes. También un Francisco de Asís habla a las aves y un Domingo está convirtiendo herejes. Roma ha conseguido centralizar la disciplina y liturgia y se ve en la obligación de atender a todos los asuntos; hace mucho por arreglar las complicadas cosas de los reinos y algunas se escapan a su control. |
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Fuente: Archidiócesis de Madrid
Beatriz de Silva y Meneses, Santa Fundadora,17 de agosto
Fundadora de la Orden Martirologio Romano: En Toledo, en España, santa Beatriz da Silva Meneses, virgen, que fue dama noble de corte de la reina Isabel, pero, después, prefiriendo una vida de mayor perfección, se retiró a las religiosas de la Orden de Santo Domingo durante muchos años y fundó, finalmente, una nueva Orden con el título de Orden de la Concepción de la Bienaventurada Virgen María (1490). El padre de Beatriz había luchado con las fuerzas portuguesas en la conquista de Ceuta en el año 1415, a las órdenes del capitán Pedro Meneses, conde de Viana y descendiente de los reyes de Castilla. De esa conquista parte el origen de amistad, conocimiento y posterior unión de las familias Silva y Meneses por el matrimonio entre don Rui Gomes de Silva y doña Isabel Meneses. Tuvieron once hijos y dos de ellos están en los altares; Amadeo, el quinto de los hermanos, que tomó el hábito franciscano, fundó la Orden llamada de los "amadeístas" y se dedicó a implantar la reforma en la Iglesia y Beatriz que fue canonizada por el Papa Pablo VI el día 3 de
octubre del año 1976. |
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Bartolomé Días-Laurel, Beato Mártir, 17 de agosto
Religioso y Mártir Martirologio Romano: En Nagasaki, en Japón, beatos Francisco de Santa María, presbítero de la orden de los Hermanos Menores, y sus catorce compañeros, mártires, que por orden del gobernador de la ciudad sufrieron el martirio en odio al nombre cristiano (1627). Nacido en Acapulco y Mártir en Japón Nació en la ciudad de los Reyes y Puerto de Acapulco, en el Barrio del Pozo de la Nación, aproximadamente en 1599. |
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Juana de la Cruz (Delanoue), Santa Fundadora, 17 de agosto
Fundadora del Instituto Martirologio Romano: En Saumur, cerca de Angers, en Francia, santa Juana Delanoue, virgen, que, apoyada totalmente en la ayuda de la divina Providencia, acogió primeramente en su casa a huérfanas, ancianas y mujeres enfermas y de mala vida. Posteriormente, puso con sus compañeras los cimientos del Instituto de Hermanas de Santa Ana de la Divina Providencia (1763). Juana Delanoue nació el 18 de junio de 1666 en Saumur, Anjou (Francia), fue la más pequeña de los doce hermanos. Su padre vendía paños, su madre era propietaria y atendía una tienda de artículos religiosos. Su madre murió en 1691, y Juana se hizo cargo de la empresa. Inteligente y con gran capacidad de trabajo, hizo de la pequeña empresa todo un suceso. |
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Clara de la Cruz de Montefalco, Santa Abadesa, 17 de agosto
Abadesa Martirologio Romano: En Montefalcone, de la Umbría, santa Clara de la Cruz, virgen de la Orden de los Eremitas de San Agustín, que estuvo al frente del monasterio de la Santa Cruz con un amor ardiente a la pasión de Cristo (1308). Nació en Montefalco, Umbría (Italia), alrededor de 1268; sus padres fueron Damiano e Iacopa Vengente. Su hermana Giovanna vivía como ermitaña. En 1274, cuando Clara tenía 6 años, el obispo de Spoleto permitió a Giovanna recibir a mas hermanas y fue cuando Clara entra a la Tercera Orden de San Francisco, movida a ser ermitaña adopta el hábito franciscano. En 1278, la comunidad creció lo suficiente que tuvieron que construir una ermita más grande a las afueras del pueblo. |
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Fuente: misa_tridentina.t35.com
Eusebio, Santo XXXI Papa, 17 de agosto
XXXI Papa Martirologio Romano: En Sicilia, muerte de san Eusebio, papa, valeroso testigo de Cristo, que fue deportado por el emperador Majencio a esa isla, donde dejó la patria terrena para merecer la patria celestial. Trasladado su cuerpo a Roma, fue enterrado en el cementerio de Calixto (310). Fue el 31º Papa de la Iglesia Católica, desde abril de 309 hasta agosto de 309. |
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Mamés (o Mamante o Mameto), Santo Mártir, 17 de agosto
Mártir Martirologio Romano: En Cesarea de Capadocia, san Mamés o Mamante o Mameto, mártir, que, siendo pastor de condición muy humilde, vivió solitario en los bosques con la máxima frugalidad y, proclamando su fe en Cristo, consumó el martirio durante el imperio de Aureliano (273/274). Según cuenta la leyenda, Mamés ("el que fue amamantado") nació en el seno de una familia modesta. Algunos historiadores datan la fecha de su nacimiento en el 259 y la de su martirio en el 275. |
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Miróin, Santo Presbítero y Mártir, Santo
Presbítero y Mártir Martirologio Romano: En Cizico, en el Helesponto, san Mirón, presbítero y mártir, que, según una tradición, durante el imperio de Decio y bajo el prefecto, fue decapitado tras sufrir muchos tormentos (s. III). San Mirón vivió en la época del Emperador Decio (201-251), provenía de una familia de buena posición viviendo cómodamente. El Santo tenía un gran amor a Cristo que lo impulsó a estudiar hasta ser ordenado sacerdote. Se dedicaba todos los días a atender a los pobres, viudas y huérfanos. El prefecto Antípatro fue a la región donde oficiaba Mirón y encarceló a numerosos cristianos para presionar al Santo, y lo llevó ante un gentío y le dijo que negara a Cristo pero el Santo no lo negó, siendo luego torturado y decapitado. |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
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