†
JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 21-28
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús se retiró a la comarca de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea le salió al encuentro y se puso a gritar: "Señor, hijo de David, ten compasión de mí. Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio".
Jesús no le contestó una sola palabra; pero los discípulos se acercaron y le rogaban:
"Atiéndela, porque viene gritando detrás de nosotros".
El les contestó:
"Yo no he sido enviado sino a las ovejas descarriadas de la casa de Israel".
Ella se acercó entonces a Jesús, y postrada ante él, le dijo: "¡Señor, ayúdame!"
El le respondió:
"No está bien quitarles el pan a los hijos para echárselo a los perritos". Pero ella replicó:
"Es cierto, Señor; pero también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de sus amos".
Entonces Jesús le respondió:
"Mujer, ¡qué grande es tu fe! Que se cumpla lo que deseas".
Y en aquel mismo instante quedó curada su hija.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/swf/l.swf?video_id=v82JVdXAUUs
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? abortar (todos los métodos anticonceptivos son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
20o. Dom Ord Ciclo A
Antífona de Entrada
Dios nuestro y protector nuestro, un solo día en tu casa es más valioso para tus elegidos, que mil días en cualquier otra parte.
Oración Colecta
Oremos:
Enciende, Señor, nuestros corazones con el fuego de tu amor a fin de que, amándote en todo y sobre todo, podamos obtener aquellos bienes que no podemos nosotros ni siquiera imaginar
y has prometido tú a los que te aman.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Conduciré a los extranjeros a mi monte santo
Lectura del libro del profeta Isaías 56, 1. 6-7
Esto dice el Señor:
"Velen por los derechos de los demás, practiquen la justicia, porque mi salvación está a punto de llegar y mi justicia a punto de manifestarse.
A los extranjeros que se han adherido al Señor para servirlo, amarlo y darle culto, a los que guardan el sábado sin profanarlo y se mantienen fieles a mi alianza, los conduciré a mi monte santo y los llenaré de alegría en mi casa de oración. Sus holocaustos y sacrificios serán gratos en mi altar, porque mi casa será casa de oración para todos los pueblos".
Palabra de Dios.
Ta alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 66
Que te alaben, Señor, todos los pueblos.
Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora.
Que te alaben, Señor, todos los pueblos.
Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia; con equidad tú juzgas a los pueblos y riges en la tierra a las naciones.
Que te alaben, Señor, todos los pueblos.
Que te alaben, Señor, todos los pueblos, que los pueblos te aclamen todos juntos. Que nos bendiga Dios y que le rinda honor el mundo entero.
Que te alaben, Señor, todos los pueblos.
Segunda Lectura
Dios no se arrepiente de sus dones ni de su elección
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 11, 13-15. 29-32
Hermanos: Tengo algo que decirles a ustedes, los que no son judíos, y trato de desempeñar lo mejor posible este ministerio. Pero esto lo hago también para ver si provoco los celos de los de mi raza y logro salvar a algunos de ellos. Pues, si su rechazo ha sido reconciliación para el mundo, ¿qué no será su reintegración, sino resurrección de entre los muertos? Porque Dios no se arrepiente de sus dones ni de su elección.
Así como ustedes antes eran rebeldes contra Dios y ahora han alcanzado su misericordia con ocasión de la rebeldía de los judíos, en la misma forma, los judíos, que ahora son los rebeldes y que fueron la ocasión de que ustedes alcanzaran la misericordia de Dios, también ellos la alcanzarán. En efecto, Dios ha permitido que todos cayéramos en la rebeldía, para manifestarnos a todos su misericordia.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Jesús predicaba el Evangelio del Reino y curaba las enfermedades y dolencias del pueblo.
Aleluya.
Evangelio
Mujer, ¡qué grande es tu fe!
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 21-28
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús se retiró a la comarca de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea le salió al encuentro y se puso a gritar: "Señor, hijo de David, ten compasión de mí. Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio".
Jesús no le contestó una sola palabra; pero los discípulos se acercaron y le rogaban:
"Atiéndela, porque viene gritando detrás de nosotros".
El les contestó:
"Yo no he sido enviado sino a las ovejas descarriadas de la casa de Israel".
Ella se acercó entonces a Jesús, y postrada ante él, le dijo: "¡Señor, ayúdame!"
El le respondió:
"No está bien quitarles el pan a los hijos para echárselo a los perritos". Pero ella replicó:
"Es cierto, Señor; pero también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de sus amos".
Entonces Jesús le respondió:
"Mujer, ¡qué grande es tu fe! Que se cumpla lo que deseas".
Y en aquel mismo instante quedó curada su hija.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración de los Fieles
Celebrante:
Presentemos, hermanos, nuestras súplicas al Señor y pidámosle que atienda a sus hijos, según las necesidades de cada uno de ellos:
Respondemos: Te rogamos Señor.
Roguemos al Señor por quienes, a causa de su enfermedad, porque están al servicio de sus hermanos o por cualquier otro motivo, no han podido venir a celebrar con nosotros el domingo; a fin de que, ya que no pueden participar de la alegría de esta celebración, no se vean privados nunca del gozo del Señor.
Te rogamos Señor.
Roguemos por los que ayudan a los pobres o hacen obras de misericordia en favor de sus hermanos, para que Dios premie abundantemente el bien que hacen, y lo que reparten a sus hermanos el Señor lo multiplique y lo convierta para ellos en premio de vida eterna.
Te rogamos Señor.
Roguemos por los que están de viaje, por los que tienen que vivir fuera de su hogar o alejados de sus familiares y amigos, para que Dios los proteja de todo peligro, los ayude en sus dificultades y les conceda retornar, sanos y salvos, a sus hogares.
Te rogamos Señor.
Roguemos finalmente por nosotros mismos, para que el Señor nos haga perseverar en la fe cristiana, nos ayude a conocer más y más el Evangelio de Cristo, fortalezca nuestra voluntad en el bien, nos guarde de todo mal y nos conceda alcanzar la vida eterna.
Te rogamos Señor.
Celebrante:
Dios nuestro, que con el ejemplo de tu Hijo, manso y humilde de corazón, nos has manifestado tu designio de salvar a todos los hombres, escucha nuestras oraciones y revístenos de los mismos sentimientos de Cristo, para que, con nuestras obras y palabras, demos siempre testimonio de tu amor fiel.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, los dones que te presentamos para esta Eucaristía a fin de que, a cambio de ofrecerte lo que tú nos has dado, podamos recibir de ti tu misma vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
El día del Señor
En verdad es justo bendecirte y darte gracias, Padre santo, fuente de la verdad y de la vida, porque nos has convocado en tu casa en este día de fiesta.
Hoy, tu familia reunida en la escucha de tu Palabra, y en la comunión del pan único y partido, celebra el memorial del Señor resucitado, mientras espera el domingo sin ocaso en el que la humanidad entera entrará en tu descanso. Entonces contemplaremos tu rostro y alabaremos por siempre tu misericordia.
Con esta gozosa esperanza, y unidos a los ángeles y a los santos, cantamos unánimes el himno de tu gloria:
[Misa]
Antífona de la Comunión
Mi alma espera al Señor con mas ansia que los centinelas el amanecer, porque con el Señor viene la misericordia y la abundancia de su gracia.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Tú que nos hecho partícipes de la vida de Cristo en este sacramento, transfórmanos, Señor, a imagen de tu Hijo, para que participemos también de su gloria en el cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
___________________________________________________________________________________________
† Meditación diaria
Vigésimo Domingo
ciclo a
EL VALOR DE LA ORACIÓN
— Cómo pedir. El Señor atiende con especial solicitud la oración por los hijos.
— Cualidades de la oración: perseverancia, fe y humildad. Buscar la ayuda de otros para que unan su oración a la nuestra.
— Pedir en primer lugar por las necesidades del alma, y por las materiales en la medida en que nos acerquen a Dios.
I. En el Evangelio de la Misa1, San Mateo nos dice que Jesús se retiró con sus discípulos a la región de Tiro y Sidón. Pasó de la ribera del mar de Galilea a la del Mediterráneo. Allí se le acercó una mujer gentil, perteneciente a la antigua población de Palestina –el país de Canaán– donde se asentaron los israelitas. Y a grandes voces le decía: ¡Señor, Hijo de David, apiádate de mí! ¡Mi hija es cruelmente atormentada por el demonio!
El Evangelista consigna que Jesús, a pesar de los gritos de la mujer, no respondió palabra. Este primer encuentro tuvo lugar, según indica San Marcos, en una casa, y allí la mujer se postró a sus pies2. El Señor, aparentemente, no le hizo el menor caso.
Después, Jesús y sus acompañantes debieron de salir de la casa, pues San Mateo escribe que los discípulos se le acercaron para decirle: Atiéndela para que se vaya, pues viene gritando detrás de nosotros. La mujer persevera en su clamor, pero Jesús se limita a decirle: No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de Israel. Esta madre, sin embargo, no se dio por vencida: se acercó y se postró ante Él diciendo: ¡Señor, ayúdame! ¡Cuánta fe!, ¡cuánta humildad!, ¡qué interés tan grande en su petición!
Jesús le explica mediante una imagen que el Reino había de ser predicado en primer lugar a los hijos, a quienes componían el pueblo elegido: No está bien -le dice- tomar el pan de los hijos y echárselo a los perrillos. Pero la mujer, con profunda humildad, con fe sin límites, con una constancia a toda prueba, no se echó atrás: Es verdad, Señor -le contesta-, pero también los perrillos comen de las migajas que caen de las mesas de sus amos. Se introduce en la parábola, conquista el Corazón de Cristo, provoca uno de los mayores elogios del Señor y el milagro que pedía: ¡Oh mujer, grande es tu fe! Hágase como tú quieres. Y quedó sana su hija en aquel instante. Fue el premio a su perseverancia.
Las buenas madres que aparecen en el Evangelio manifiestan siempre solicitud por sus hijos. Saben dirigirse a Jesús en petición de ayuda y de dones. Una vez será la madre de Santiago y de Juan la que se acerque al Señor para pedirle que reserve un buen puesto para sus hijos. Otra vez será aquella viuda de Naín que llora detrás de su hijo muerto y consigue de Cristo, quizá con una mirada, que se lo devuelva con vida... La mujer que nos presenta el Evangelio de hoy es el modelo acabado de constancia que deben meditar quienes se cansan pronto de pedir.
San Agustín nos cuenta en sus Confesiones cómo su madre, Santa Mónica, santamente preocupada por la conversión de su hijo, no cesaba de llorar y de rogar a Dios por él; y tampoco dejaba de pedir a las personas buenas y sabías que hablaran con él para que abandonase sus errores. Un día, un buen obispo le dijo estas palabras, que tanto la consolaron: «¡Vete en paz, mujer!, pues es imposible que se pierda el hijo de tantas lágrimas»3. Más tarde, el propio San Agustín dirá: «si yo no perecí en el error, fue debido a las lágrimas cotidianas llenas de fe de mi madre»4.
Dios oye de modo especial la oración de quienes saben amar; aunque alguna vez parezca que guarda silencio. Espera a que nuestra fe se haga más firme, más grande la esperanza, más confiado el amor. Quiere de todos un deseo más ferviente –como el de las madres buenas– y una mayor humildad.
II. La oración de petición ocupa un lugar muy importante en la vida de los hombres. Aunque el Señor nos concede de hecho muchos dones y beneficios sin haberlos pedido, otras gracias ha dispuesto otorgarlas a través de nuestra oración, o de la de aquellos que se encuentran más cerca de Él. Enseña Santo Tomás5 que nuestra petición no se dirige a cambiar la voluntad divina, sino a obtener lo que ya había dispuesto que nos concedería si se lo pedíamos. Por eso es necesario pedir al Señor incansablemente, pues no sabemos cuál es la medida de oración que Dios espera que colmemos para otorgarnos lo que quiere darnos. Hemos de solicitar también a otras personas que rueguen por las intenciones santamente ambiciosas que tenemos en nuestro corazón, y por todo aquello que deseamos obtener del Señor. El mismo Santo Tomás explica que una de las causas de que Jesús no respondiera enseguida a esta mujer fue porque quería que los discípulos intercedieran por ella, para hacernos ver de esta manera lo necesaria que es, para conseguir algunas cosas, la intercesión de los santos6. El milagro extraordinario que le pedía esta mujer gentil necesitó también una oración excepcional, acompañada de mucha fe y de mucha humildad. Perseverar es la condición primera de toda petición: es preciso orar siempre y no desfallecer7, enseñó el mismo Jesús. «Persevera en la oración. –Persevera, aunque tu labor parezca estéril. –La oración es siempre fecunda»8. La petición de la mujer cananea fue eficaz desde el primer momento. Jesús solo esperó a que se dispusiera su corazón para recibir el gran don que solicitaba.
Hemos de pedir con fe. La misma fe «hace brotar la oración y la oración, en cuanto brota, alcanza la firmeza de la fe»9; ambas están íntimamente unidas. Esta mujer tenía una fe grande: «cree en la Divinidad de Cristo, cuando le llama Señor; y en su Humanidad cuando le dice Hijo de David. No pide ella nada en nombre de sus méritos; invoca solo la misericordia de Dios diciendo: "Ten piedad". Y no dice ten piedad de mi hija, sino de mí, porque el dolor de la hija es el dolor de la madre; y a fin de moverle más a compasión, le cuenta todo su dolor; por eso sigue: Mi hija es malamente atormentada por el demonio. En estas palabras descubre al Médico sus heridas y la magnitud y especie de su enfermedad; la magnitud, cuando le dice: Es atormentada malamente; la especie, por las palabras: por el demonio»10.
La constancia en la oración nace de una vida de fe, de confianza en Jesús que nos oye incluso cuando parece que calla. Y esta fe nos llevará a un abandono pleno en las manos de Dios. «Dile: Señor, nada quiero más que lo que Tú quieras. Aun lo que en estos días vengo pidiéndote, si me aparta un milímetro de la Voluntad tuya, no me lo des»11 Solo quiero lo que Tú quieres y porque Tú lo quieres.
III. Esta mujer que pide y recibe nos enseña con su ejemplo una cualidad más de la buena oración: la humildad. La oración debe brotar de un corazón humilde y arrepentido de sus pecados: Cor contritum et humiliatum, Deus, non despicies12, el Señor, que nunca desprecia un corazón contrito y arrepentido, resiste a los soberbios y da su gracia a los humildes13. A quien se sabe servus pauper et humilis14.
El Señor desea que le pidamos muchas cosas. En primer lugar, lo que se refiere al alma, pues «grandes son las enfermedades que la aquejan, y estas son las que principalmente quiere curar el Señor. Y, si cura las del cuerpo, es porque quiere desterrar las del alma»15. Suele suceder que «apenas nos aqueja una enfermedad corporal, no dejamos piedra por mover hasta vernos libres de su molestia; estando, en cambio, enferma nuestra alma, a veces todo son vacilaciones y aplazamientos (...): hacemos de lo necesario accesorio, y de lo accesorio necesario. Dejamos abierta la fuente de los males y pretendemos secar los arroyuelos»16. Para el alma podemos pedir gracia para luchar contra los defectos, más rectitud de intención en lo que hacemos, fidelidad a la propia vocación, luz para recibir con más fruto la Sagrada Comunión, una caridad más fina, docilidad en la dirección espiritual, más afán apostólico... También quiere el Señor que roguemos por otras necesidades: ayuda para sobreponernos a un pequeño fracaso; trabajo, si nos falta; la salud... Y todo en la medida en que nos sirva para amar más a Dios. No queremos nada que, quizá con el paso del tiempo, nos alejaría de lo que verdaderamente nos debe importar: estar siempre junto a Cristo.
A Jesús le es especialmente grato que pidamos por otros. «La necesidad nos obliga a rogar por nosotros mismos, y la caridad fraterna a pedir por los demás. Es más aceptable a Dios la oración recomendada por la caridad que aquella que está motivada por la necesidad»17, enseña San Juan Crisóstomo.
Hemos de orar, en primer lugar, por aquellas personas a quienes nos une un vínculo más fuerte, y por aquellas que el Señor ha puesto a nuestro cuidado. Los padres tienen una especial obligación de pedir por sus hijos; mucho más si estos estuvieran alejados de la fe o el Señor hubiera manifestado una particular predilección por ellos llamándolos a un camino de entrega. Y para que Dios nos oiga con más prontitud, acompañemos con obras nuestra petición: ofreciendo horas de trabajo o de estudio por esa intención, aceptando por Dios el dolor y las contrariedades, ejerciendo la caridad y la misericordia en toda oportunidad.
Los cristianos de todos los tiempos se han sentido movidos a presentar sus peticiones a través de santos intercesores, del propio Ángel Custodio, y muy singularmente a través de Nuestra Madre Santa María. Dice San Bernardo que «subió al Cielo nuestra Abogada, para que, como Madre del Juez y Madre de Misericordia, tratara los negocios de nuestra salvación»18. No dejemos de acudir cada día a Nuestra Señora; mucho nos va en ello.
1 Mt 15, 21-28. — 2 Mc 7, 24-25. — 3 San Agustín, Las Confesiones, 3, 12, 21. — 4 ídem, Tratado sobre el don de la perseverancia, 20, 53. — 5 Santo Tomás, Suma Teológica, 2-2, q. 83, a. 2. — 6 ídem, Catena Aurea, vol. II, p. 338. — 7 Lc 18, 1. — 8 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 101. — 9 San Agustín, Sermón 115. — 10 Santo Tomás, Catena Aurea, vol. II, pp. 336-337. — 11 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 512. — 12 Sal 50, 19. — 13 Cfr. Pdr 5, 5; Sant 4, 6. — 14 Cfr. Liturgia de las Horas. Himno del oficio de lecturas en la Solemnidad del «Corpus et Sanguis Christi». — 15 San Juan Crisóstomo, Homilías sobre San Mateo, 14, 3. — 16 Ibídem. — 17 ídem, en Catena Aurea, vol. I, p. 354. — 18 San Bernardo, Sermón en la Asunción de la B. Virgen María, 1. 1.
___________________________________________________________________________________________
† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
San Maximiliano Kolbe
Mártir
Año 1941
Maximiliano significa: "El más importante de la familia".
Es este uno de los mártires modernos.
Murió en la Segunda Guerra Mundial. Había sido llevado por los nazis al terrorífico campo de concentración de Auschwitz.
Un día se fugó un preso. La ley de los alemanes era que por cada preso que se fugara del campo de concentración, tenían que morir diez de sus compañeros. Hicieron el sorteo 1-2-3-4...9...10 y al que le iba correspondiendo el número 10 era puesto aparte para echarlo a un sótano a morirse de hambre. De pronto al oírse un 10, el hombre a quien le correspondió ese número dio un grito y exclamó: "Dios mío, yo tengo esposa e hijos. ¿Quién los va a cuidar?".
En ese momento el padre Kolbe dice al oficial: "Yo me ofrezco para reemplazar al compañero que ha sido señalado para morir de hambre".
El oficial le responde: ¿Y por qué?
- Es que él tiene esposa e hijos que lo necesitan. En cambio yo soy soltero y solo, y nadie me necesita.
El oficial duda un momento y enseguida responde: Aceptado.
Y el prisionero Kolbe es llevado con sus otros 9 compañeros a morirse de hambre en un subterráneo. Aquellos tenebrosos días son de angustias y agonías continuas. El santo sacerdote anima a los demás y reza con ellos. Poco a poco van muriendo los demás. Y al final después de bastantes días, solamente queda él con vida. Como los guardias necesitan ese local para otros presos que están llegando, le ponen una inyección de cianuro y lo matan. Era el 14 de agosto de 1941.
Su familia, polaca, era inmensamente devota de la Sma. Virgen y cada año llevaba a los hijos en peregrinación al santuario nacional de la Virgen de Chestokowa. El hijo heredó de sus padres un gran cariño por la Madre de Dios.
Cuando era pequeño tuvo un sueño en el cual la Virgen María le ofrecía dos coronas, si era fiel a la devoción mariana. Una corona blanca y otra roja. La blanca era la virtud de la pureza. Y la roja, el martirio. Tuvo la dicha de recibir ambas coronas.
Un domingo en un sermón oyó decir al predicador que los Padres Franciscanos iban a abrir un seminario. Le agradó la noticia y con su hermano se dirigió hacia allá. En 1910 fue aceptado como Franciscano, y en 1915 obtuvo en la Universidad de Roma el doctorado en filosofía y en 1919 el doctorado en teología. En 1918 fue ordenado sacerdote.
Maximiliano gastó su vida en tratar de hacer amar y venerar a la Sma. Virgen. En 1927 fundó en Polonia la Ciudad de la Inmaculada, una gran organización, que tuvo mucho éxito y una admirable expansión. Luego funda en Japón otra institución semejante, con éxito admirable.
El padre Maximiliano fundó dos periódicos. Uno titulado "El Caballero de la Inmaculada", y otro "El Pequeño diario". Organizó una imprenta en la ciudad de la Inmaculada en Polonia, y después se trasladó al Japón y allá fundó una revista católica que pronto llegó a tener 15,000 ejemplares. Un verdadero milagro en ese país donde los católicos casi no existían. En la guerra mundial la ciudad de Nagasaki, donde él tenía su imprenta, fue destruida por una bomba atómica. A su imprenta no le sucedió nada malo.
Los nazis durante la guerra, al invadir Polonia, bombardearon la ciudad de la Inmaculada y se llevaron prisionero al padre Maximiliano, con todos los que colaboraban. El ya había fundado una radiodifusora y estaba dirigiendo la revista "El caballero de la Inmaculada", con gran éxito y notable difusión. Todo se lo destruyó la guerra, pero su martirio le consiguió un puesto glorioso en el cielo.
Cuando el Santo Padre Pablo VI lo declaró beato, a esa gran fiesta asistió, el hombre por el cual él había ofrecido el sacrificio de su propia vida. Juan Pablo II, su paisano, lo declaró santo ante una multitud inmensa de polacos.
En este gran santo sí se cumple lo que dijo Jesús: "Si el grano de trigo cae en tierra y muere, produce mucho fruto. Nadie tiene mayor amor que el que ofrece la vida por sus amigos".
Quiera Dios que también nosotros seamos capaces de sacrificarnos como Cristo y Maximiliano, por el bien de los demás.
Película
Maximiliano Kolbe, sacerdote que murió en un campo de concentración nazi:
Online: http://www.gloria.tv/?media=55185
MAXIMILIANO KOLBE
Bajar con jdownloader y descomprimir con winrar (ambos se encuentran con Google):
http://rapidshare.com/files/27767131/Vida_por_vida.Maximilian_Kolbe_RMVB_carlosfoces.part1.rar
http://rapidshare.com/files/27775665/Vida_por_vida.Maximilian_Kolbe_RMVB_carlosfoces.part2.rar
http://rapidshare.com/files/27713823/Vida_por_vida.Maximilian_Kolbe_RMVB_carlosfoces.part3.rar
___________________________________________________________________________________________
Fuente: ACIprensa.com
Arnulfo de Soissons, Santo Obispo, 14 de agosto
ObispoMartirologio Romano: En Aldemburgo, en Flandes, muerte de san Arnulfo, obispo de Soissons. Monje después de haber sido soldado, fue elevado al episcopado, desde donde se esforzó en buscar la paz y la concordia, y, finalmente, murió en el monasterio que él mismo había fundado (1087). Nació en Flándes hacia 1040. En su juventud, se distinguió en los ejércitos de Roberto y Enrique I de Francia. Pero Dios le llamó a una batalla más noble, por lo que decidió responder al llamado consagrando su vida al sevicio de los hombres. Ingresó entonces al monasterio de San Medardo de Soissons. Después de ejercitarse en la virtud, con la ayuda de la vida comunitaria, se enclaustró en una estrecha celda en la más estricta soledad, entregándose a la oración y la penitencia. |
___________________________________________________________________________________________
Fuente: Vatican.va
Domingo Ibáñez de Erquicia y Francisco Shoyemon, Santos Mártires, agosto 14
Mártires en JapónMartirologio Romano: En Nagasaki, de Japón, santos mártires Domingo Ibáñez de Erquicia, presbítero de la Orden de Predicadores, y Francisco Shoyemon, novicio en la misma Orden y catequista, que, en tiempo del Emperador Tokugawa Yemitsu, recibieron la muerte por odio al nombre cristiano (1633). DOMINGO IBÁÑEZ DE ERQUICIA, español, sacerdote dominico. Nace en Régil (San Sebastián), hijo de la Provincia de España hasta su afiliación a la Provincia del Rosario. En Manila enseña en el Colegio de Santo Tomás y predica el Evangelio en diferentes lugares de Filipinas. Pasa a Japón en 1623, donde trabaja clandestinamente. Denunciado por un cristiano apóstata, es encarcelado y ajusticiado. Desempeñó un importante papel, como Vicario provincial de la misión. Se conserva una parte de su epistolario. Edad, 44 años. |
___________________________________________________________________________________________
Fuente: Franciscanos.org
Sante de Urbino Brancoisini, Beato Laico Franciscano, 14 de agosto
Laico FranciscanoMartirologio Romano: Cerca de Montebaroccio, en el Piceno, en Italia, beato Sante de Urbino Brancoisini, hermano converso de la Orden de los Hermanos Menores (1390). Hermano profeso franciscano, del que no sabemos con exactitud el año en que nació ni el año en que murió. En su juventud, noble estudiante y militar; luego, en el convento, maestro de postulantes y hermanos laicos, cocinero y hortelano, o dedicado a otros humildes menesteres. Destacó por su vida penitente y oculta a los ojos de los hombres, en la intimidad del retiro y en el trato continuo con Dios. |
___________________________________________________________________________________________
Fuente: chiesa.espressonline.it
Antonio Primaldo y casi ochocientos compañeros, Beatos Casi 800 mártires, 14 de agosto
MártiresMartirologio Romano: En Otranto, en la Apulia, beatos mártires, ochocientos casi en número. Llegada una incursión de soldados otomanos, se les conminó a renegar de su fe, pero exhortados por el beato Antonio Primaldo, un anciano tejedor, a perseverar en la fe de Cristo, recibieron la corona del martirio al ser decapitados (1480). Antonio Primaldo es el único del que ha sido trasmitido el nombre. Los otros compañeros suyos de martirio son ochocientos desconocidos pescadores, artesanos, pastores y agricultores de una pequeña ciudad, cuya sangre, hace cinco siglos, fue esparcida sólo porque eran cristianos. |
___________________________________________________________________________________________
Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: www.iesvs.org
Biblioteca Gratis: http://groups.google.com/group/evangelio/files
¿Email con poca capacidad? Reciba gratis de 6 Gb. con la opción de absorber los mensajes de todas sus demás casillas, y de consultar por outlook o web, escriba a: email arroba iesvs.org
Si no desea el evangelio, santoral y meditación diaria y sólo artículos interesantes censurados por la prensa (la mayoría), unos 4 por semana escriba a: ave-maria-purisima+subscribe@googlegroups.com (responder el mensaje de confirmación).
Para de-suscribirse escribir desde su casilla de email a:
Evangelio+unsubscribe@googlegroups.com
NO debe colocarlo en CC sino en "Para/To"
Si no se desuscribe es porque recibe el mensaje en su otro email que le reenvía al actual: debe escribir desde ese otro email.
Todos los emails que lleguen a IESVS serán automáticamente incorporados para recibir el Evangelio. Si Ud. no desea esto, favor de aclarar en cada envío.