lunes, 22 de febrero de 2016

Fiesta de la Cátedra de Pedro. Lunes por las almas del Purgatorio. 22/02/2016. Santa Margarita de Cortona ¡ruega por nosotros!

JA

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (16, 13-19)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?" Ellos le respondieron: "Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas".

Luego les preguntó:

"Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?" Simón Pedro tomó la palabra y le dijo: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo".

Jesús le dijo entonces: "¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi Padre que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.

Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

 

La Cátedra de san Pedro apóstol

Fiesta

El Señor es mi pastor, nada me falta

Antífona de Entrada

Dijo el Señor a Simón Pedro:

Yo he rogado por ti para que tu fe no desfallezca y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos.

Se dice Gloria.

Oración Colecta

Oremos:

Que nada pueda perturbar, Señor, la fe que profesamos y que tú quisiste cimentar sobre la roca firme de san Pedro.

Por nuestro Señor Jesucristo…

Amén.

 

Primera Lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro (5, 1-4)

Hermanos: Me dirijo ahora a los pastores de las comunidades de ustedes, yo, que también soy pastor como ellos y además he sido testigo de los sufrimientos de Cristo y participante de la gloria que se va a manifestar.

Apacienten el rebaño que Dios les ha confiado y cuiden de él no como obligados por la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere; no por ambición de dinero, sino con entrega generosa; no como si ustedes fueran los dueños de las comunidades que se les han confiado, sino dando buen ejemplo. Y cuando aparezca el Pastor supremo, recibirán el premio inmortal de la gloria.

Palabra de Dios.

Te alabamos Señor.

 

Salmo Responsorial Salmo 22

El Señor es mi pastor, nada me faltará.

El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas.

El Señor es mi pastor, nada me faltará.

Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto; así, aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás conmigo. Tu vara y tu cayado me dan seguridad.

El Señor es mi pastor, nada me faltará.

Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes.

El Señor es mi pastor, nada me faltará.

Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de mi vida; y viviré en la casa del Señor, por años sin término.

El Señor es mi pastor, nada me faltará.

 

Aclamación antes del Evangelio

Honor y gloria a ti,

Señor Jesús.

Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella, dice el Señor.

Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

 

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (16, 13-19)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?" Ellos le respondieron: "Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas".

Luego les preguntó:

"Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?" Simón Pedro tomó la palabra y le dijo: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo".

Jesús le dijo entonces: "¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi Padre que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.

Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración de los Fieles

Celebrante:

Hermanados en la roca firme de la fe de Pedro, oremos a Dios por la Iglesia y por todo el mundo del nuevo milenio.

Digamos con fe:

Escucha, Señor, nuestra oración.

Por el Papa Benedicto XVI y todos los obispos del mundo: para que la fe vivida y proclamada del apóstol Pedro sea para ellos, y para el pueblo de Dios que tienen encomendado, un punto de referencia constante y una consigna para seguir al Señor.

Oremos.

Escucha, Señor, nuestra oración.

Por los que han sido enviados a anunciar el Evangelio a los países más lejanos y pobres: para que hagan brillar en ellos la luz de la salvación que Cristo nos trajo. Oremos.

Escucha, Señor, nuestra oración.

Por los teólogos y los catequistas, por los laicos comprometidos y por los religiosos: para que permaneciendo fieles al Evangelio de Jesucristo den testimonio de acogida, respeto y amor sincero.

Oremos.

Escucha, Señor, nuestra oración.

Por los que sufren los horrores de la guerra, la miseria, el hambre, la desnudez o la marginación: para que encuentren en los cristianos la ayuda y el cariño que necesitan y en ellos descubran el rostro de Dios.

Oremos.

Escucha, Señor, nuestra oración.

Por los difuntos, por los que esperaron en Dios y por los que no lo conocieron: para que disfruten de su gozo que no tiene fin.

 Oremos.

Escucha, Señor, nuestra oración.

Por nosotros, Pueblo de Dios unido en una misma fe y en un mismo Pan: para que confesemos con nuestra vida y con nuestra entrega que Jesús es el Mesías. Oremos.

Escucha, Señor, nuestra oración.

 

Celebrante:

Oh Dios, que elegiste a Pedro y lo pusiste como signo de unidad de tus discípulos; atiende nuestras oraciones y concédenos la gracia de permanecer atentos a tu voz, unidos en la verdad y dóciles a tu voluntad.

Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

 

Oración sobre las Ofrendas

Recibe Señor, con bondad los dones que tu Iglesia te presenta, y concédele fidelidad a la fe del apóstol san Pedro y docilidad a su magisterio para que pueda llegar a la patria eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de los Apóstoles I

Los apóstoles, pastores del pueblo de Dios

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso, Pastor eterno. Porque no abandonas a tu rebaño, sino que lo cuidas continuamente por medio de los santos Apóstoles, para que sea gobernado por aquellos mismos pastores que le diste como vicarios de tu Hijo.

Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo…

 

Antífona de la Comunión

Pedro le dijo a Jesús: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Jesús le respondió: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.

Oración después de la Comunión

Oremos:

Concédenos, Señor, que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo que hemos recibido hoy al celebrar la cátedra de san Pedro, sean para nosotros sacramento de unidad y de paz.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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Meditación diaria

22 de febrero

LA CÁTEDRA DEL APÓSTOL SAN PEDRO*

Fiesta

— Sentido de la fiesta.

— San Pedro en Roma.

— Amor y veneración al Romano Pontífice.

I. El Señor dice a Simón Pedro: Yo he pedido por ti, para que tu fe no se apague. Y tú, cuando te recobres, da firmeza a tus hermanos1.

La voz cátedra significa materialmente la silla desde donde enseña el maestro, en este caso el Obispo, pero ya los Santos Padres la utilizaban como símbolo de la autoridad que tenían los Obispos, y especialmente la sede de Pedro, la de Roma. San Cipriano, en el siglo iii, decía: "Se da a Pedro el primado para mostrar que es una la Iglesia de Cristo y una la Cátedra", es decir, el magisterio y el gobierno. Y para recalcar aún más la unidad, añadía: "Dios es uno, uno el Señor, una la Iglesia y una la Cátedra fundada por Cristo"2.

Como símbolo de que Pedro había establecido su sede en Roma, el pueblo romano tenía un gran aprecio a una verdadera cátedra de madera, en la que, según una tradición inmemorial, se habría sentado el Príncipe de los Apóstoles. San Dámaso, en el siglo iv, la trasladó al baptisterio del Vaticano, construido por él. Durante muchos siglos estuvo bien visible y fue muy venerada por los peregrinos de toda la Cristiandad llegados a Roma. Al levantarse la actual Basílica de San Pedro, se creyó conveniente guardar como una reliquia la venerada cátedra. Al fondo del ábside se encuentra, a manera de imagen principal, la llamada "gloria de Bernini", un gran relicario en el que se conserva la silla del Apóstol cubierta de bronce y oro, sobre la que el Espíritu Santo irradia su asistencia.

Entre las fiestas que se encuentran en los calendarios anteriores al siglo iv, las primeras de la Iglesia, se cuenta la de hoy, con el título de Natale Petri de Cathedra, es decir, el día de la institución del Pontificado de Pedro. Con esta fiesta se quiso realzar y señalar el episcopado del Príncipe de los Apóstoles, su potestad jerárquica y magisterio en la urbe de Roma y en todo el orbe. Era costumbre antigua conmemorar la consagración de los Obispos y la toma de posesión de sus respectivas sedes. Pero estas conmemoraciones se extendían solo a la propia diócesis. Solo a la de Pedro se le dio el nombre de Cátedra, y fue la única que se celebró, desde los primeros siglos, en toda la Cristiandad. San Agustín, en un sermón para la fiesta del día, señala: "La festividad que hoy celebramos recibió de nuestros antepasados el nombre de Cátedra, con el que se recuerda que al primero de los Apóstoles le fue entregada hoy la Cátedra del episcopado"3. A nosotros nos recuerda, una vez más, la obediencia y el amor al que hace las veces de Cristo en la tierra.

II. Sabemos por la tradición de la Iglesia4 que Pedro residió durante algún tiempo en Antioquía, la ciudad donde los discípulos empezaron a llamarse cristianos5. Allí predicó el Evangelio, y volvió después a Jerusalén, donde se desató una sangrienta persecución: el rey Herodes, después de haber hecho degollar a Santiago, viendo que esto complacía a los judíos, determinó también prender a Pedro6. Liberado por el ministerio de un ángel, abandonó Palestina y se retiró a otro lugar7. Los Hechos de los Apóstoles no nos dicen a dónde marchó, pero por la tradición sabemos que se dirigió a la Ciudad Eterna. San Jerónimo afirma que Pedro llegó a Roma en el año segundo del principado de Claudio -que corresponde al año 43 después de Cristo y permaneció allí por espacio de veinticinco años, hasta su muerte8. Algunos suponen un doble viaje a Roma: uno, después de marcharse de Jerusalén; habría regresado a Palestina hacia el año 49, fecha del Concilio de Jerusalén, y poco después habría vuelto, realizando luego algunos viajes misioneros.

San Pedro llegó a esta ciudad, centro del mundo en aquel tiempo, "para que la luz de la verdad, revelada para la salvación de todas las naciones, se derramase más eficazmente desde la misma cabeza por todo el cuerpo del mundo -afirma San León Magno Pues, ¿de qué raza no había entonces hombres en aquella ciudad? ¿O qué pueblos podían ignorar lo que Roma enseñase? Este era el lugar apropiado para refutar las teorías de la falsa filosofía, para deshacer las necedades de la sabiduría terrena, para destruir la impiedad de los sacrificios; allí con suma diligencia se había ido reuniendo todo cuanto habían inventado los diferentes errores"9.

El pescador de Galilea se convirtió así en fundamento y roca de la Iglesia, y estableció su sede en la Ciudad Eterna. Desde allí predicó a su Maestro, como lo había hecho en Judea y en Samaria, en Galilea y en Antioquía. Desde esta cátedra de Roma gobernó a toda la Iglesia, adoctrinó a todos los cristianos y derramó su sangre confirmando su predicación, a ejemplo de su Maestro.

La tumba del Príncipe de los Apóstoles, situada debajo del altar de la Confesión de la Basílica vaticana –según afirma de manera unánime la tradición, ratificada por los hallazgos arqueológicos–, da a entender, también de un modo material y visible, que Simón Pedro es, por expresa voluntad divina, la roca fuerte, segura e inconmovible que soporta el edificio de la Iglesia entera a través de los siglos. En su magisterio y en el de sus sucesores resuena infalible la voz de Cristo y, por eso, está cimentada firmemente nuestra fe.

III. El Evangelio de la Misa recoge las palabras de Jesús en Cesarea de Filipo, en las que promete a Pedro y a sus sucesores el Primado de la Iglesia: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del Reino de los Cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el Cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el Cielo10. Y exclama San Agustín: "Bendito sea Dios, que ordenó exaltar al Apóstol Pedro sobre la Iglesia. Es digno honrar a este fundamento, por medio del cual es posible escalar el Cielo"11.

Desde Roma, unas veces a través de escritos, otras personalmente o por enviados suyos, consuela, reprende o fortalece en la fe a los cristianos que crecen ya por todas las regiones del Imperio Romano. En la Primera lectura de la Misa se dirige con cierta solemnidad a los pastores de diversas Iglesias locales del Asia Menor, exhortándolos a cuidar amorosamente de quienes les están encomendados: Sed pastores del rebaño de Dios que tenéis a vuestro cargo, gobernándolo, no a la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere; no por sórdida ganancia12. Estas exhortaciones nos recuerdan las de Jesús hablando del Buen Pastor13 y las que le dirigió después de su Resurrección: Apacienta mis corderos... Apacienta mis ovejas14.

Esta es la misión encomendada por el Señor a Pedro y a sus sucesores: dirigir y cuidar de los demás pastores que rigen la grey del Señor, confirmar en la fe al Pueblo de Dios, velar por la pureza de la doctrina y de las costumbres, interpretar –con la asistencia del Espíritu Santo– las verdades contenidas en el depósito de la Revelación. Por lo cual -escribe en su segunda Carta- no cesaré jamás de recordaros estas cosas, por más que las sepáis y estéis firmes en la verdad que ya poseéis. Pues considero que es mi deber –mientras permanezca en esta tienda– estimularos con mis exhortaciones, pues sé que pronto tendré que abandonarla, según me lo ha manifestado nuestro Señor Jesucristo. Y procuraré que aun después de mi partida podáis recordar estas cosas en todo momento15.

La fiesta de hoy nos ofrece una oportunidad más para manifestar nuestra filial adhesión a las enseñanzas del Santo Padre, a su magisterio, y para examinar el interés que ponemos en conocerlas y llevarlas a la práctica.

El amor al Papa es señal de nuestro amor a Cristo. Y este amor y veneración se han de poner de manifiesto en la petición diaria por su persona y por sus intenciones: Dominus conservet eum et vivificet eum et beatum faciat eum in terra... El Señor lo conserve y lo vivifique y le haga feliz en la tierra, y no permita que caiga en manos de sus enemigos. Este amor se ha de señalar aún más en determinados momentos: cuando realiza un viaje apostólico, en la enfermedad, cuando arrecian los ataques de los enemigos de la Iglesia, cuando por cualquier circunstancia nos encontramos más próximos a su persona... "Católico, Apostólico, ¡Romano! -Me gusta que seas muy romano. Y que tengas deseos de hacer tu "romería", "videre Petrum", para ver a Pedro"16.

1 Antífona de entrada. Lc 22, 32. — 2 San Cipriano, Epístola 43, 5. — 3 San Agustín, Sermón 15, sobre los santos. — 4 Cfr. San León Magno, En la fiesta de los Apóstoles Pedro y Pablo. Homilía 82, 5. — 5 Hech 11, 26. — 6 Hech 12, 3. — 7 Hech 12, 17. — 8 San Jerónimo, De viris illustribus, 1. — 9 San León Magno, loc. cit., 3-4. — 10 Mt 16, 13-19. — 11 San Agustín, loc. cit. — 12 1 Pdr 5, 2. — 13 Jn 10, 1 ss. — 14 Jn 21, 15-17. — 15 2 Pdr 1, 12-15. — 16 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 520.

* Se celebraba esta fiesta, ya antes del siglo iv, para señalar que Pedro había establecido su sede en Roma. Se encuentra en los calendarios más antiguos bajo el título de Natale Petri de Cathedra, y con la indicación de que se celebrara el 22 de febrero. Con la festividad de hoy se quiso expresar, desde los comienzos, la unidad de toda la Iglesia, que tiene su fundamento en Pedro y en sus sucesores en la sede romana.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

Fiesta de la Cátedra de Pedro

 

Hoy es la fiesta del Papa. Celebremos con el Papa Francisco y regalémosle una oración (la que quieras) o una donación para sus obras de caridad:

http://www.vatican.va/roman_curia/secretariat_state/obolo_spietro/documents/index_sp.htm

(para depositar en tu país, consulta a la nunciatura apostólica de tu país)

Pedro signfica "piedra" y sobre esa piedra Jesús edificó Su Iglesia y prometió que las puertas del infierno nunca prevalecerán sobre ella... De hecho, la Basílica de San Pedro está sobre el cuerpo del apóstol Pedro.

Por gracia del Espíritu Santo, jamás un Papa falló doctrinalmente y por eso es infalible. Gracias a las "piedras vivas" de los Papas, la Iglesia jamás erró en temas de fe y moral. El Papa sostiene a la Iglesia. Agradezcamos a Dios por nuestro papá espiritual, el Papa Francisco (y no olvidemos de rezar por Benedicto XVI).

La cátedra o sede que actualmente se conserva en la Basílica de San Pedro en Roma fue donada por Carlos el Calvo al Papa Juan VIII en el siglo IX, con motivo de su viaje a Roma para su coronación como emperador romano de occidente. Este trono se conserva como una reliquia, en una magnífica composición barroca, obra de Gian Lorenzo Bernini construida entre 1656 y 1665.

 

La obra de Bernini está enmarcada por pilastras. En el centro se sitúa el trono de bronce dorado, en cuyo interior se encuentra la silla de madera y que se decora con un relieve representando la "traditio clavum" o "entrega de llaves".

 

El trono se apoya sobre cuatro grandes estatuas, también en bronce, que representan a cuatro doctores de la Iglesia, en primer plano San Agustín y San Ambrosio, para la Iglesia latina, y San Atanasio y San Juan Crisóstomo, para la Iglesia oriental.

 

Por encima del trono aparece un sol de alabastro decorado con estuco dorado rodeado de ángeles que enmarca una vidriera en la que está representada una paloma de 162 cm de envergadura, símbolo del Espíritu Santo. Es la única vidriera coloreada de toda la Basílica de San Pedro.

 

Todos los años en esta fecha, el altar monumental que acoge la Cátedra de San Pedro permanece iluminado todo el día con docenas de velas y se celebran numerosas misas desde la mañana hasta el atardecer, concluyendo con la Misa del Capítulo de San Pedro.

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Santa Margarita de Cortona
(año 1297)

La mujer escandalosa que llegó a ser de muy buen ejemplo.

Margarita nació en Italia en 1247. Hija de una familia de agricultores, los primeros años los pasa alegremente junto a su madre que es muy piadosa y que le enseña a ofrecer por la salvación y por la conversión de los pecadores todo lo que hace y lo que reza.

Pero a los 7 años queda huérfana de madre, y entonces su padre se casa con una mujer dominante y agresiva que se dedica a hacerle la vida imposible a la joven Margarita, la cual empieza a volverse triste y desconfiada y a buscar fuera del hogar las alegrías que en su casa no logra hallar.

A los 17 años ya es una joven muy hermosa pero no puede encontrar cariño en su hogar. Es entonces cuando se deja engañar por un terrateniente, un rico agricultor que prometiéndole que se casará con ella, logra obtener que se fuera de su casa y se vaya con él. Ella al principio opone resistencia porque sabe que lo que le ofrece es la deshonra y una vida de pecado, pero los regalos espléndidos y las promesas mentirosas de aquel engañador la logran convencer, y una noche sale huyendo y se va con él.

Viajan aquella noche por un río en una balsa. Chocan y la balsa se hunde. Ella corre gravísimo peligro de ahogarse, pero su prometido logra salvarla nadando ágilmente. La joven considera esto como una llamada de Dios, pero en aquella hora pueden más las promesas del pecado que los avisos de Dios, y sigue con aquel hombre.

Son ocho años de pecado, de lujos, de fiestas y placeres, pero su alma no es feliz. Desea fuertemente volver a los tiempos antiguos cuando aunque no tenía lujos ni fiestas, ni honores, sin embargo tenía el alma limpia de pecado y tranquila su conciencia. Tiene un hijo (que más tarde será franciscano) pero en su alma se libra cada día una violenta batalla entre su deseo de vivir en gracia y amistad con Dios y los deseos pasionales de su naturaleza humana. La gente la ve atravesar plazas y calles, elegantísima, en lujosas cabalgaduras, pero no imaginan que su alma agoniza de angustia.

Para calmar un poco los remordimientos de su conciencia se dedica a repartir limosnas entre los pobres. A una viejita agradecida que le dice: "Gracias señora, Ud. si es buena persona". Le responde: ¡Por favor: no diga eso, que yo sólo soy una miserable pecadora!

A ratos se retira a las soledades del bosque a llorar. Y allí exclama: "Oh Dios: que bueno es poder hablarte, aunque el alma se siente tan débil y pecadora. Te repito las palabras del hijo pródigo: He pecado contra el cielo y contra Ti".

Le ruega a su compañero que contraigan matrimonio porque su alma no puede vivir tranquila en esa vida de ilegitimidad, pero él le responde que prefiere vivir en unión libre todavía por muchos años. Entonces ella ruega a Dios que le proporcione alguna solución. Y no se cansa de pedirle, con lágrimas, penitencias y mucha fe.

Una mañana su compañero se va al campo a visitar sus fincas. Por el camino unos sicarios guerilleros lo atacan, y lo matan a puñaladas, y esconden su cadáver entre unas matas, el hombre no vuelve esa tarde a casa, pero su fiel perro llega al día siguiente dando aullidos muy lastimeros y tira insistentemente de la falda de Margarita como diciéndole: "Por favor, sígame". Ella lo sigue llena de afán y de temor de que algo grave le haya sucedido a su compañero. En el bosque, junto a un gran árbol hay un montón de ramas y hasta allí la lleva el perro fiel. Margarita mueve ramas y encuentra el cadáver de su amante, destrozado con horrorosas heridas y empezando a descomponerse.

Margarita siente en aquel momento como un relámpago la llamada del cielo a volver a vivir en gracia y en amistad con Dios. Estalla en llanto por la tristeza de ver muerto a aquel hombre y por los terribles remordimientos que atormentan su propia conciencia. Pero recuerda que el Padre Celestial tiene siempre abiertos sus brazos bondadosos para recibir a todos los hijos pródigos que quieren volver a su divina amistad, y que Jesucristo nunca rechaza a las Magdalenas que quieran arrepentirse y cambiar de comportamiento, y con todas las energías de su alma se propone darle un vuelco total a su vida. Bien sabe que mientras vivamos en esta tierra nunca es tarde para convertirse y lograr salvarse.

Margarita no es mujer de medias tintas. Cuando se decide por algo lo hace con todas sus fuerzas. Así que lo primero que hace al volver del funeral de su amante es devolverles a los familiares de él todas las fincas que el hombre tenía. Vende luego las joyas y los lujos, y el dinero obtenido lo reparte a los pobres y ella se dispone a seguir viviendo en total pobreza.

Se va con su hijito a casa de su padre, pero la madrastra no permite que sea recibida allí, pues la considera una mujer escandalosa, y no cree en su arrepentimiento. Entonces sentada bajo un árbol se pone a llorar y a pensar. Los enemigos de la salvación le dicen: "Eres hermosa, tienes apenas 25 años, lánzate a la vida, que amadores no te van a faltar". Pero mientras reza siente que el Espíritu Santo le inspira esta idea: ¿Por qué no ir a la ciudad de Cortona donde están los Padres Franciscanos que son tan amigos de los pobres, y pedirles que me ayuden? Y hacia esa ciudad dirige sus pasos.

Al llegar a Cortona, en la entrada de la ciudad se encuentra con dos buenas señoras que se conmueven al verla en tan impresionante estado de pobreza y se ofrecen a ayudarla. La llevan a su casa; se encargan de la educación del niño y ellas mismas van donde los Padres Franciscanos a recomendarla.

Una gran bendición para Margarita fue encontrar entre los Padres Franciscanos dos santos y sabios sacerdotes que le supieron dar una excelente dirección espiritual. Por tres años largos tiene todavía que luchar esta joven contra las terribles tentaciones de su carne, pero estos prudentes directores la ayudan muchísimo animándola cuando está decaída y deprimida y guiándola con prudencia cuando ella se quiere dejar llevar por desmedidos entusiasmos. Deseaba hacer excesivas penitencias, porque decía que co nlas pasiones de su cuerpo nunca podía hacer las paces y que tenía que dominar a la fuerza ese cuerpo que tanto le había hecho ofender a Dios. Pero los Padres Franciscanos la moderaban y le insistían en que para la sociedad puede ser más útil un burro vivo que un cadáver.

Margarita fue al pueblo y a los campos donde había dado malos ejemplos viviendo en concubinato, y fue a vestida de penitencia y pidiendo perdón a los vecinos por todos los escándalos que les había dado con su vida pecaminosa de otros tiempos.

Luego por inspiración de Dios dejó de pensar tanto en sus antiguos pecados, y se dedicó más bien a pensar en el amor que Dios nos ha tenido, y esto la hizo crecer mucho en santidad. Entonces empezó a tener éxtasis (se llaman éxtasis a ciertos estados de contemplación y de meditación profunda cuyo resultado es la suspensión temporal de la actividad normal de los sentidos y cierta unión mística con Dios, acompañada de visiones sobrenaturales).

Sus directores, los dos Padres Franciscanos, fueron escribiendo todos los datos que lograron saber y redactaron la vida de la santa y muchas de sus visiones.

Fue admitida como Terciaria Franciscana, o sea como religiosa seglar, que viviendo en el mundo, se dedica a llevar una vida de mucha oración y de intenso apostolado.

Con la ayuda de otras jóvenes terciarais franciscanas, y pidiendo limosnas y ayudas de todas partes, Margarita funda un hospital en Cortona y allí se dedica con sus compañeras a atender gratuitamente a muchos enfermos.

Nuestro Señor empieza a hablarle en visiones, y así esta santa llega a ser una de las precursoras de la devoción al Sagrado Corazón. Recordemos algunos de los mensajes que Jesús le dio:

"Quiero que tu conversión sea un ejemplo para muchos pecadores, para que se sientan animados también a dejar la vida de pecado que han llevado, y a emprender desde ahora en adelante una vida llena de buenas obras. Deseo que todos los pecadores de todos los siglos recuerden que estoy dispuesto a recibirlos con los brazos abiertos como el padre recibió al hijo pródigo".

Cuando le asaltan las angustias al pensar si Jesucristo le habrá perdonado todas sus maldades, oye la voz de Nuestro Señor que le dice: "Porque he muerto en la cruz por salvarte, por eso te perdono todas tus culpas, sin dejar ninguna que no quede perdonada".

Otro día le dice Nuestro Señor: "Glorifícame, y Yo te glorificaré. Ámame, ámame y Yo te amaré. Dedícate a buscar lo que más te convenga para tu salvación".

En sus últimos años Margarita recibió de Dios el don de obrar milagros. Y se dedica a continuas penitencias. Ayuna; duerme sobre el duro suelo; pasa horas y horas rezando. Atiende con exquisito cuidado a toda clase de enfermos, especialmente a los más repugnantes. Ayuda a las mujeres pobres que van a tener hijos y que no tienen quién las atienda. Y sobre todo soporta con gran paciencia la increíble cantidad de cuentos y calumnias que las gentes malas le inventan contra su buena fama. Hasta los Padres Franciscanos dejan de atenderla porque las malas lenguas dicen que es una mujer indigna. Se retira a pasar sus últimos días en un rancho miserable y abandonado, para hacer penitencia de sus pecados.

Muere el 22 de febrero de 1297, a los 50 años. La mitad de la vida la pasó en pecado y la otra mitad haciendo penitencia y obras buenas. Lo último que dijo al morir fue: "Dios mío: yo te amo". El Papa Benedicto Trece, al declararla santa, dijo que Margarita es la mujer que más parecido tiene con María Magdalena.

Santa Margarita, la convertida: pídele a Dios, que nosotros también logremos convertirnos.

Nuestro sacrificio más agradable para Dios será el arrepentirnos y convertirnos de nuestros pecados.

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Fuente: Franciscanos.org
Isabel de Francia, Beata Fundadora, Febrero 22  

Isabel de Francia, Beata

Hermana de Luis VIII

Martirologio Romano: En Longchamp, suburbio de París, en Francia, beata Isabel, virgen, que, siendo hermana del rey san Luis IX, renunció a matrimonio de realeza y a ventajas mundanas y fundó un monasterio de Hermanas Menores, con las que sirvió a Dios en humildad y pobreza (1270).

Etimológicamente: Isabel = Aquella a quien Dios da la salud, viene de la lengua hebrea.

Nació el año 1225 y era hija del rey Luis VIII de Francia y de su esposa Blanca de Castilla, y era, por tanto, hermana del rey San Luis IX.

Isabel se cría en la corte paterna bajo los cuidados de su madre que infundió en ella, como en su hermano Luis, los más fervorosos sentimientos religiosos y el horror al pecado. Ya de pequeña aprendió a amar a los pobres y a emplear mucho tiempo en los actos de piedad y culto divino.

Solicitó su mano el príncipe Conrado, hijo y heredero del emperador Federico II. La propuesta fue acogida con satisfacción por la reina viuda Blanca de Castilla y por su propio hermano Luis, y al papa Inocencio IV, a quien se había dado noticia de la petición, le pareció buena para soldar la paz entre los príncipes cristianos y le escribe a Isabel diciéndole que contaría con su bendición. Pero Isabel contesta al papa que ella ha hecho voto de virginidad y que desea mantener su consagración a Dios. Inocencio IV contesta a la princesa que no puede menos que alabarla por esta deliberación y que la animaba a proseguir en tan santo propósito.

Isabel prosigue entonces en medio de la corte llevando una vida dedicada a la caridad y a la piedad y puede ver cómo su hermano Luis, llevado de un alto idealismo, marcha a las Cruzadas, donde sus armas no consiguen el triunfo esperado sino que incluso es apresado y a gran precio recupera la libertad. Estando su hermano ausente, muere su madre Blanca.

A partir de entonces ya no se cree necesaria en la corte y piensa poner en práctica el propósito concebido de fundar un convento de clarisas en el que pasar el resto de sus días. Su hermano le da la oportuna licencia y surge así el convento de Longchamp el año 1257, que ella coloca bajo la advocación de la Humildad de Nuestra Señora. Parece claro que, aunque la Orden Franciscana presenta a Isabel como monja de la segunda orden y con ese título se confirmó su culto, en realidad ella nunca profesó ni emitió los votos religiosos. Vivió en un ala del convento, en una especie de casa aparte, no en las celdas de las monjas, y continuó su costumbre de generosidad extrema con los pobres. De esta forma además evitó el que las monjas la pudieran elegir abadesa.

Su vida fue santa: toda ella dedicada a la oración, la penitencia y las buenas obras, pudiendo ser vista en éxtasis con que el Señor la favorecía.

Murió el 22 [para otros, el 23] de febrero del año 1270, y su culto fue confirmado por el papa León X el año 1521 al permitir al monasterio de Longchamp celebrar su fiesta, que posteriormente el papa Inocencio XII, a finales del s. XVIII, extendió a toda la Orden Franciscana.

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Fuente: SMR.org
María de Jesús, Beata Fundadora, Febrero 22  

María de Jesús, Beata

Fundadora de la Congregación
de Hermanas de María Reparadora

Martirologio Romano: En Florencia, de la Toscana, beata María de Jesús (Emilia) d'Outremont, la cual, nacida en Bélgica y madre de cuatro hijos, al quedar viuda, sin descuidar sus deberes maternos fundó y rigió la Sociedad de Hermanas de María Reparadora, confiando en el auxilio divino, y superando no pocas enfermedades, cuando regresaba a su patria terminó su terrena peregrinación, descansando en el Señor (1878).

La Beata María de Jesús (en el siglo: Émilia D´Oultremont D´ Hoogvorst) nace en Wégimont, Bélgica, el 18 de Octubre de 1818. Dotada de una rica personalidad, tiene encanto y voluntad. Su padre es embajador de Bélgica ante la Santa Sede, y Emilia le acompaña en sus viajes a través de Europa. Muy joven, se siente atraída fuertemente por Dios como el absoluto y descubre la persona y la espiritualidad de Ignacio de Loyola.

En ella crece el deseo de la vida religiosa. Pero a los 18 años, siguiendo la costumbre de la época, sus padres le hablan de matrimonio. Después de un tiempo de vacilación, el 19 de Octubre de 1837, contrae matrimonio con Víctor d'Hooghvorst. Es un matrimonio concertado que se va a transformar en un matrimonio de amor y que será bendecido con el nacimiento de cuatro hijos, dos niños y dos niñas.

La vida de Emilia se reparte entre su familia, el servicio a los pobres y sus compromisos sociales. Un día en Roma, en medio de una gran baile, Dios se le revela como el Único. Esto hace brotar en ella la respuesta: "¡Maestro, Tú solo en mi vida!" "A partir de este momento, comprendí que entre El y yo existía una unión que nadie podría romper".

La felicidad de Emilia y de Víctor será de corta duración: Víctor contrae una grave enfermedad y muere prematuramente en 1847.

A los 29 años, Emilia se encuentra viuda y con cuatro niños, entre los 2 y los 9 años, que ella educa con amor. Pero el deseo de pertenecer totalmente a Jesús se apodera más y más de su corazón. En los cuatro años siguientes a la muerte de su marido, fallecen también sus padres. En este momento decide poner a sus hijos en un colegio en Francia y ella con sus hijas hace las gestiones necesarias para establecerse en París; en 1854 sale definitivamente de Bélgica, distanciándose así de su familia. Pero antes de su marcha, una de sus tías le invita a su castillo de Bauffe. Allí le esperaba Dios.

¿Qué experiencia de Dios ha vivido?

El 8 de Diciembre de 1854, en el preciso momento en el que el Dogma de la Inmaculada Concepción se proclama en Roma, Emilia se encuentra en oración en la capilla de Bauffe. Allí vive una fuerte experiencia espiritual que va a iluminar y a transformar su vida para siempre.

Emilia relata esta experiencia como un encuentro con María. Esta le confía el deseo secreto de su corazón maternal. María le llama a amar a Jesús y a los miembros de su Cuerpo, "con la delicadeza del amor que se encuentra en el corazón de una madre" y ser así "María para Jesús". Es una invitación a colaborar en la misión de redención y de reparación de Cristo.
Emilia responde sin reserva:

"Prometí todo a María".


Emilia se siente impulsada a una vida de "reparación", según una corriente espiritual del siglo XIX y en una época muy sensible a las profanaciones de la Eucaristía; valora el peso de la ternura de Dios por el mundo y toma conciencia de la urgencia de responder con el don de su vida.

Para Emilia, reparar es querer estar vuelta a Cristo sin cesar, desear servirle y darle a conocer, aceptar seguirle hasta su pasión, viviendo la solidaridad efectiva con la humanidad que sufre la prueba, ofrecer gestos de comunión y ser artífices de la paz.

"Al lado de María y por medio de su Corazón,
todo en nuestra vida será
para Dios, su gloria y la Reparación".


¿Cómo serán los comienzos?

Desde el principio, Emilia, rodeada de jóvenes de distintas nacionalidades y ayudada por varios Jesuitas comienza una experiencia de vida religiosa, fundó la Congregación de las Hermanas de María Reparadora.

La primera comunidad oficial se abre en Estrasburgo el 1 de Mayo de 1857. Emilia toma el nombre de "María de Jesús". Paralelamente a esta fundación, continúa ocupándose del cuidado y la educación de sus hijos e hijas.

Desde los orígenes, la unidad del grupo se hace en torno a la Eucaristía, vivida en su doble dimensión de adoración y anuncio de la Palabra cuidando un equilibrio entre oración y actividad apostólica.

Murió en olor de santidad el día 22 de febrero del año de 1878 en Florencia, en Italia, a la edad de cincuenta y nueve años.

Su Santidad el pontífice Juan Pablo II aprobó la heroicidad de sus virtudes y la declaró "Venerable" el día 23 de diciembre del año de 1993, finalmente, aprobó el milagro atribuido por su intercesión y la declaró beata el día 12 de octubre del año de 1997.

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Fuente: Martirologio Romano
Otros Santos y Beatos Completando santoral de este día, Febrero 22  

Otros Santos y Beatos

San Papías, obispo
En Hierápolis, en Frigia, san Papías, obispo, de quien se dice que había escuchado al anciano Juan, que fue compañero de san Policarpo, y que comentó los discursos del Señor (s. II)

San Pascasio, obispo
En Vienne, en la Galia Lugdunense, san Pascasio, obispo, célebre por su erudición y la santidad de sus costumbres (s. IV).

San Maximiano, obispo
En Ravena, en la provincia de Flaminia, san Maximiano, obispo, que cumplió con fidelidad su función episcopal y luchó contra los herejes de la época en favor de la unidad de la Iglesia (556).

Beato Diego Carvalho, religioso presbítero y mártir
En la ciudad de Sendai, en Japón, beato Diego Carvalho, presbítero de la Compañía de Jesús y mártir, que, después de soportar injurias, cárceles y caminatas realizadas en pleno invierno, con fe intrépida confesó a Cristo, junto con sus compañeros, en el suplicio del agua helada (1624).

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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