viernes, 28 de octubre de 2016

Sábado de la Virgen María. 29/10/2016. En su día, lo que más agrada a María, es la Misa matutina.

JA

JMJ

Pax

El que se engrandece a sí mismo será humillado, y el que se humilla será engrandecido

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 14, 1. 7-11

Gloria a ti, Señor.

Un sábado entró Jesús a comer en casa de uno de los jefes de los fariseos; y ellos lo espiaban. Mirando que los convidados escogían los mejores lugares, les hizo esta recomendación:
"Cuando te inviten a una boda, no te sientes en el lugar principal, no sea que haya otro invitado más importante que tú; y el que los invitó a los dos venga a decirte: "Déjale el lugar a éste"; y entonces tengas que ir avergonzado a ocupar el último lugar.
Por el contrario, cuando te inviten, siéntate en el último puesto; y así, cuando venga el que te invitó, te diga: "Amigo,
acércate a la cabecera". Entonces te verás honrado ante todos los convidados.
Porque todo el que se engrandece será humillado, y el que se humilla será engrandecido".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

 

sab 30a. Ordinario año Par

Antífona de Entrada

Firmeza es el Señor para su pueblo, defensa y salvación para sus fieles. Sálvanos, Señor, vela sobre nosotros y guíanos siempre.

 

Oración Colecta

Oremos:
Padre misericordioso, que nunca dejas de tu mano a quienes has hecho arraigar en tu amistad; concédenos vivir siempre movidos por tu amor y un filial temor de ofenderte.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Para mí la vida es Cristo, y la muerte una ganancia

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 1, 18b-26

Hermanos: El hecho de que se predique a Cristo me alegra; y me seguirá alegrando, porque sé que esto será para mi bien, gracias a sus oraciones y a la ayuda del Espíritu de Jesucristo, que me socorre. Tengo la firme esperanza de que no seré defraudado; ahora como siempre, ya sea por mi vida o por mi muerte, Cristo será
glorificado en mi cuerpo. Para mí la vida es Cristo y la muerte una
ganancia.
Pero si el vivir en este mundo me permite un trabajo provechoso, no sabría qué elegir. Me encuentro en esta alternativa: por un lado deseo morir para estar con Cristo, que es con mucho lo mejor; pero, por otro, quedarme en este mundo es más necesario para ustedes.
Convencido de esto último, presiento que me quedaré y los seguiré ayudando para que progresen gozosos en la fe; así, cuando vaya a visitarlos de nuevo, su orgullo de ser cristianos aumentará gracias a mi presencia.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Sal 41, 2-3.5bcd

Tengo sed de Dios, del Dios vivo.

Como busca el venado corrientes de agua, así, Dios mío, te busca todo mi ser.
Tengo sed de Dios, del Dios vivo.

Tengo sed de Dios, del Dios vivo, ¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios?
Tengo sed de Dios, del Dios vivo.

Recuerdo cómo entraba en el recinto e iba hacia el templo de Dios, en medio del pueblo en fiesta, entre gritos de alegría y acción de gracias.
Tengo sed de Dios, del Dios vivo.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Carguen con mi yugo sobre ustedes, dice el Señor, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón.
Aleluya.

Evangelio

El que se engrandece a sí mismo será humillado, y el que se humilla será engrandecido

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 14, 1. 7-11

Gloria a ti, Señor.

Un sábado entró Jesús a comer en casa de uno de los jefes de los fariseos; y ellos lo espiaban. Mirando que los convidados escogían los mejores lugares, les hizo esta recomendación:
"Cuando te inviten a una boda, no te sientes en el lugar principal, no sea que haya otro invitado más importante que tú; y el que los invitó a los dos venga a decirte: "Déjale el lugar a éste"; y entonces tengas que ir avergonzado a ocupar el último lugar.
Por el contrario, cuando te inviten, siéntate en el último puesto; y así, cuando venga el que te invitó, te diga: "Amigo,
acércate a la cabecera". Entonces te verás honrado ante todos los convidados.
Porque todo el que se engrandece será humillado, y el que se humilla será engrandecido".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, este sacrificio de reconciliación y alabanza que vamos a ofrecerte, a frf de que purifique nuestros corazones y podamos corresponder a tu amor con nuestro amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Proclamación del misterio de Cristo

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Cuya muerte celebramos unidos en caridad, cuya resurrección proclamamos con viva fe, y cuyo advenimiento glorioso aguardamos con firmísima esperanza.
Por eso,
con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando sin cesar:

Antífona de la Comunión

Los ojos de todos te miran, Señor, llenos de esperanza: tú das a cada uno su alimento.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Señor, tú que nos has renovado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, concédenos que la participación en esta Eucaristía nos ayude a obtener la plenitud de la redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

 

30ª semana. Sábado

EL MEJOR PUESTO

Los primeros puestos.

— Humildad de María.

— Frutos de la humildad.

I. Todos los días son buenos para hacer un rato de oración junto a la Virgen, pero en este, el sábado, son muchos los cristianos de todas las regiones de la tierra que procuran que la jornada transcurra muy cerca de María. Nos acercamos hoy a Ella para que nos enseñe a progresar en esa virtud fundamento de todas las demás, que es la humildad, pues ella "es la puerta por la que pasan las gracias que Dios nos otorga; es la que sazona todos nuestros actos, comunicándoles tanto valor, y haciendo que resulten y sean agradables a Dios. Finalmente, Ella nos constituye dueños del corazón de Dios, hasta hacer de Él, por decirlo así, nuestro servidor; pues nunca ha podido Dios resistir un corazón humilde"1. Es tan necesaria para la salvación que Jesús aprovecha cualquier circunstancia para ensalzarla.

El Evangelio de la Misa2 nos refiere que Jesús fue invitado a un banquete. En la mesa, como también ocurre frecuentemente en nuestros días, había lugares de mayor honor. Los invitados, quizá un tanto atropelladamente, se dirigían a estos puestos más considerados. Jesús lo observaba. Quizá cuando ya estaba terminando la comida, en los momentos en los que la conversación se hace más reposada, el Señor les dice: Cuando seas invitado a una boda, no te sientes en el primer puesto... Al contrario..., ve a sentarte en el último lugar, para que cuando llegue el que te invitó te diga: amigo, sube más arriba. Entonces quedarás muy honrado ante todos los comensales. Porque todo el que se ensalza será humillado; y el que se humilla será ensalzado.

Jesús se situaría probablemente en un lugar discreto o donde le indicó el que le había invitado. Él sabe estar, y a la vez se da cuenta de aquella actitud poco elegante, también desde el punto de vista humano, que adoptan los comensales. Estos, por otra parte, se equivocaron radicalmente porque no supieron darse cuenta de que el mejor puesto se encuentra siempre al lado de Jesús. Por llegar hasta allí, junto al Señor, es por lo que debieron porfiar. En la vida de los hombres se observa no pocas veces una actitud parecida a la de aquellos comensales: ¡cuánto esfuerzo para ser considerados y admirados, y qué poco para estar cerca de Dios! Nosotros pedimos hoy a Santa María, en este rato de oración y a lo largo del día, que nos enseñe a ser humildes, que es el único modo de crecer en amor a su Hijo, de estar cerca de Él. La humildad conquista el Corazón de Dios. ""Quia respexit humilitatem ancillae suae"
—porque vio la bajeza de su esclava...

"—¡Cada día me persuado más de que la humildad auténtica es la base sobrenatural de todas las virtudes!

"Habla con Nuestra Señora, para que Ella nos adiestre a caminar por esa senda"3.

II. La Virgen nos enseña el camino de la humildad. Esta virtud no consiste esencialmente en reprimir los impulsos de la soberbia, de la ambición, del egoísmo, de la vanidad..., pues Nuestra Señora no tuvo jamás ninguno de estos movimientos y fue adornada por Dios en grado eminente con esta virtud. El nombre de humildad viene del latín humus, tierra, y significa, según su etimología, inclinarse hacia la tierra. La virtud de la humildad consiste esencialmente en inclinarse ante Dios y ante todo lo que hay de Dios en las criaturas4, reconocer nuestra pequeñez e indigencia ante la grandeza del Señor. Las almas santas "sienten una alegría muy grande en anonadarse delante de Dios, y reconocer prácticamente que Él solo es grande, y que en comparación de la suya, todas las grandezas humanas están vacías de verdad, y no son sino mentira"5. Este anonadamiento no empequeñece, no acorta las verdaderas aspiraciones de la criatura, sino que las ennoblece y les da nuevas alas, les abre horizontes más amplios. Cuando Nuestra Señora es elegida para ser Madre de Dios, se proclama enseguida su esclava6. Y en el momento en que escucha la alabanza de que es bendita entre todas las mujeres7 se dispone a servir a su prima Isabel. Es la llena de gracia8, pero guarda en su intimidad la grandeza que le ha sido revelada. Ni siquiera a José le desvela el misterio; deja que la Providencia lo haga en el momento oportuno. Llena de una inmensa alegría canta las maravillas que le han sucedido, pero las atribuye al Todopoderoso. Ella, de su parte, solo ha ofrecido su pequeñez y su querer9. "Se ignoraba a sí misma. Por eso, a sus propios ojos no contaba. No vivió pendiente de sí misma, sino pendiente de Dios, de su voluntad. Por eso podía medir el alcance de su propia bajeza, de su, a la vez, desamparada y segura condición de criatura, sintiéndose incapaz de todo, pero sostenida por Dios. La consecuencia fue el entregarse, el vivir para Dios"10. Nunca buscó su propia gloria, ni aparentar, ni primeros puestos en los banquetes, ni ser considerada, ni recibir halagos por ser la Madre de Jesús. Ella solo buscó la gloria de Dios.

La humildad se funda en la verdad, en la realidad; sobre todo en esta certeza: es infinita la distancia que existe entre la criatura y su Creador. Cuanto más se comprende esta distancia y el acercamiento de Dios con sus dones a la criatura, el alma, con la ayuda de la gracia, se hace más humilde y agradecida. Cuanto más elevada está una criatura más comprende este abismo; por eso la Virgen fue tan humilde. Ella, la Esclava del Señor, es hoy la reina del Universo. En Ella se cumplieron de modo eminente las palabras de Jesús al final de la parábola: el que se humilla, el que ocupa su lugar ante Dios y ante los hombres, será ensalzado. El que es humilde oye siempre a Jesús que le dice: amigo, sube más arriba. "Que sepamos ponernos al servicio de Dios sin condiciones y seremos elevados a una altura increíble; participaremos en la vida íntima de Dios, ¡seremos como dioses!, pero por el camino reglamentario: el de la humildad y la docilidad al querer de nuestro Dios y Señor"11.

III. La humildad nos hará descubrir que todo lo bueno que existe en nosotros viene de Dios, tanto en el orden de la naturaleza como en el de la gracia: Mi sustancia es como nada delante de Ti, Señor12, exclama el Salmista. Lo específicamente nuestro es la flaqueza y el error. A la vez, nada tiene que ver esta virtud con la timidez, con la pusilanimidad o la mediocridad. Lejos de apocarse, el alma humilde se pone en las manos de Dios, y se llena de alegría y de agradecimiento cuando Dios quiere hacer cosas grandes a través de ella. Los santos han sido hombres magnánimos, capaces de grandes empresas para la gloria de Dios. El humilde es audaz porque cuenta con la gracia del Señor, que todo lo puede; acude con frecuencia a la oración –es muy pedigüeño–, porque está convencido de la absoluta necesidad de la ayuda divina; es agradecido, con Dios y con sus semejantes, porque es consciente de las muchas ayudas que recibe; tiene especial facilidad para la amistad y, por tanto, para el apostolado... Y aunque la humildad es el fundamento de todas las virtudes, lo es de modo muy particular de la caridad: en la medida en que nos olvidamos de nosotros mismos, podemos preocuparnos de los demás y atender sus necesidades. Alrededor de estas dos virtudes se encuentran todas las demás. "Humildad y caridad son las virtudes madres –afirma San Francisco de Sales–; las otras las siguen como polluelos a su clueca"13. La soberbia, por el contrario, es la "raíz y madre" de todos los pecados, incluso de los capitales14, y el mayor obstáculo que el hombre puede poner a la gracia.

La soberbia y la tristeza andan con frecuencia de la mano15, mientras que la alegría es patrimonio del alma humilde. "Mirad a María. Jamás criatura alguna se ha entregado con más humildad a los designios de Dios. La humildad de la ancilla Domini (Lc 1, 38), de la esclava del Señor, es el motivo de que la invoquemos como causa nostrae laetitiae, causa de nuestra alegría. Eva, después de pecar queriendo en su locura igualarse a Dios, se escondía del Señor y se avergonzaba: estaba triste. María, al confesarse esclava del Señor, es hecha Madre del Verbo divino, y se llena de gozo. Que este júbilo suyo, de Madre buena, se nos pegue a todos nosotros: que salgamos en esto a Ella –a Santa María–, y así nos pareceremos más a Cristo"16.

1 Santo Cura de Ars, Sermón para el Domingo décimo después de Pentecostés. — 2 Lc 14, 1; 7-11. — 3 San Josemaría Escrivá, Surco, n. 289. — 4 Cfr. R. Garrigou-Lagrange, Las tres edades de la vida interior, vol. II, p. 670. — 5 Ibídem. — 6 Cfr. Lc 1, 38. — 7 Lc 1, 42. — 8 Lc 1, 28. — 9 Cfr. Lc 1, 47-49. — 10 F. Suárez, La Virgen Nuestra Señora, pp. 138-139. — 11 A. Orozco, Mirar a María, Rialp, Madrid 1981, p. 238. — 12 Sal 38, 6. — 13 San Francisco de Sales, Epistolario, fragm. 17, en Obras selectas de..., BAC, Madrid 1953, p. 651. — 14 Santo Tomás, Suma Teológica, 2-2, q. 162, aa. 7-8. — 15 Cfr. Casiano, Colaciones, 16. — 16 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 109.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

 

Beato Miguel Rúa
"Sucesor de Don Bosco: hijo, discípulo, apóstol"
Año 1910

Dios envíe a su santa Iglesia muchos religiosos y
sacerdotes tan observantes como él.

¿Has visto a uno que cumple bien su deber?
Ése llegará a ser importante (S. Biblia. Proverbios).

En el año 1852 San Juan Bosco se encontró en la calle con un grupo de jovencitos que le pedían les regalara alguna medalla. A cada uno le obsequió su medalla, menos a uno pálido y delgaducho, de noble mirada, al cual el santo haciendo como que partía su brazo izquierdo con la mano del derecho le dijo: "A ti sólo te doy esto". El jovencito no entendió qué significado podría tener esa acción, pero 30 años más tarde, le preguntará a Don Bosco: "¿Qué me quiso decir en mi niñez cuando me ofreció regalarme la mitad de su brazo?", y el santo le responderá: "Te quise decir que los dos obraríamos siempre ayudándonos el uno al otro y que tú serías mi mejor colaborador". Y así fue en verdad.

Miguel Rúa nació en Turín (Italia) de una modesta familia. Hizo sus estudios de primaria con los Hermanos Cristianos que lo apreciaron mucho porque era sin duda el alumno de mejor conducta que tenían en su escuela.

Y resultó que al Instituto de los Hermanos iba San Juan Bosco a confesar y los alumnos se encariñaron de tal manera con este amable santo que ya no aceptaban confesarse con ningún sacerdote que no fuera él. Y Rúa fue uno de los que se dejaron ganar totalmente por la impresionante simpatía y santidad del gran apóstol.

Al quedar huérfano de padre, empezó a frecuentar el Oratorio de Don Bosco, donde los muchachos pobres de la ciudad iban a pasar alegre y santamente los días festivos. Allí oyó un día que el santo le preguntaba: "Miguelín: ¿nunca has deseado ser sacerdote?". Al jovencito le brillaron los ojos de emoción y le respondió: "Si, lo he deseado mucho, pero no tengo cómo hacer los estudios".

"Pues te vienes cada día a mi casa y yo te daré clases de latín", le dijo Don Bosco. Y así empezó el joven sus clases de secundaria.

Más tarde Don Bosco lo envió a que recibiera clases de un excelente profesor de la ciudad, y cuando le pidió informes acerca de su alumno, el profesor respondió: "Es el mejor de la clase en todo: en aplicación, en conducta y en buenos modales".

San Juan Bosco deseaba mucho fundar una comunidad religiosa para educar a los jóvenes, y se propuso formar a sus futuros religiosos de entre sus propios alumnos. Y al primero que eligió para ello fue al joven Rúa. Le impuso la sotana y se interesó porque fuera haciendo sus estudios lo más completamente posible.

En 1856 Don Bosco hizo una curiosa votación entre los centenares de alumnos de su Oratoria de Turín (en el cual había muchos internos). Las preguntas eran estas: 1ª. ¿Cuál es el más santo y piadoso de los oratorianos? 2ª. ¿Cuál es el más simpático y buen compañero de todo el Oratorio? La segunda pregunta la ganó Santo Domingo Savio, porque en simpatía y compañerismo no le ganaba ninguno. Pero la primera la ganó por amplia votación el joven Rúa. Según el parecer de sus compañeros era el más piadoso y santo de todo el gran colegio. Y esto es mucho decir, porque allá había muchos jóvenes sumamente piadosos y santos.

Rúa fue el primer alumno de Don Bosco que ordenado de sacerdote se quedó a colaborarle en su obra. Fue también el primer director de colegio salesiano y el hombre de confianza que acompañó durante 37 años al gran apóstol en todas sus empresas apostólicas. En él depositaba San Juan Bosco toda su confianza y era en todo como su mano derecha.

Del beato Miguel Rúa hizo San Juan Bosco un elogio que envidiaría cualquier otro religioso o sacerdote. Hablando con algunos salesianos dijo el santo: "Si Dios me dijera: hágame la lista de las mejores cualidades que desea para sus religiosos, yo no sé qué cualidades me atrevería a decir, que ya no las tenga el Padre Miguel Rúa".

Cuando el Padre Rúa fue nombrado para ser director del primer colegio salesiano que se fundaba fuera de Turín, le pidió a su maestro Don Bosco que le trazara un plan de comportamiento, y el santo le escribió lo siguiente: "Ante todo trate de hacerse querer, más que de hacerse temer. Recuerde lo que decía San Vicente de Paúl: 'Yo tenía un carácter demasiado serio y un temperamento amargo, y me di cuenta de que si no hay amabilidad, se hace más mal que bien en el apostolado. Y me propuse adquirir un modo de ser amable y bondadoso'. Este sea su plan de comportamiento". Miguel Rúa conservó toda su vida estos consejos y llegó a practicarlos de manera admirable.

San Juan Bosco decía al final de su vida: "Si el Padre Rúa quisiera hacer milagros, los haría, porque tiene la virtud suficiente para conseguirlos". Pero la humildad de este santo sacerdote era tan grande que jamás se atrevía a querer obtener nada extraordinario. Él nunca hablaba de sí mismo. Pero un día, ya ancianito, le preguntaron los religiosos jóvenes: "Padre, ¿nunca le ha sucedido algún hecho extraordinario?". Y él, por bromear, les dijo: "Sí, un día me dijeron: ya que está reemplazando a Don Bosco que era tan milagroso, por favor coloque sus manos sobre una enferma que está moribunda. Yo lo hice, y tan pronto como le coloqué las manos sobre la cabeza, en ese mismo instante... ¡la pobre mujer se murió!". Los seminaristas rieron ante semejante final que no esperaban, pero se dieron cuenta de que lo sucedido en realidad era que no le gustaba hablar a favor de sí mismo.

Cuando San Juan Bosco era ya muy ancianito, el Santo Padre León XIII le dijo: "Dígame cuál es su sacerdote de mayor reemplazo". El santo le dijo que era Miguel Rúa y este recibió el encargo Pontificio de reemplazar a Don Bosco cuando muriera. Y así lo hizo en 1888 al morir el santo. Quedó Rúa elegido como Superior General de los salesianos y en los 22 años que dirigió la Congregación Salesiana, esta multiplicó por cinco el número de sus religiosos y abrió casas y obras sociales en gran cantidad de países.

Los salesianos decían: "Si alguna vez se perdiera nuestra Regla o nuestros Reglamentos, bastaría observar cómo se porta el Padre Rúa, para saber ya qué es lo que los demás debemos hacer". Su exactitud era admirable. Siempre amable y bondadoso, comprensivo con todos y lleno de paciencia, pero exactísimo en el cumplimiento de todos sus deberes.

Cuando Rúa tenía apenas unos 25 años, un día se enfermó muy gravemente y mandó llamar a San Juan Bosco para que le impusiera los santos óleos y le llevaran el viático. El santo respondió: "Miguel no se muere ahora, ni aunque lo lances de un quinto piso". Y después explicó el por qué decía esto. Es que en sueños había visto que todavía en el año 1906 (40 años después) estaría Miguel Rúa extendiendo la comunidad salesiana por muchos países del mundo. Y a él personalmente le dijo después: "Miguel: cuando ya seas muy anciano y al llegar a una casa alguien te diga: 'Ay padre, ¿por qué se ha envejecido tan exageradamete?', prepárate porque ya habrá llegado la hora de partir para la eternidad". Y así sucedió. Al principio del año 1910, el Padre Rúa fue a Sicilia a visitar un colegio salesiano y un antiguo discípulo suyo, al verlo le dijo: "Ay padre, ¿por qué se ha envejecido tan exageradamente?". El santo sacerdote palideció y se preparó a bien morir.

Y el 6 de abril de 1910, después de exclamar: "Salvar el alma, eso es lo más importante", expiró santamente. Había dedicado su existencia totalmente a tratar de hacer amar más a Dios y a colaborar totalmente a tratar de hacer amar más a Dios y a colaborar en la salvación de las almas.

 

Oración para pedir la canonización del beato Miguel Rua

Dios omnipotente y misericordioso,
tú pusiste sobre las huellas de san Juan Bosco
al beato Miguel Rua, que imitó sus ejemplos,
heredó su espíritu y propagó sus obras;
ahora que con la beatificación
lo has elevado a la gloria de los altares,
dígnate multiplicar su patrocinio hacia los que lo invocan
y apresurar su canonización.
Te lo pedimos por intercesión de María Auxiliadora,
a la que él amo y honró con corazón de hijo,
y por mediación de Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

Más información:

1.Don Rua "el fidelísimo de Don Bosco".

Las seis palabras misteriosas que vuelven.
Dos asuntos urgentes: uno para Don Bosco y otro para Miguel.
Una carta profética en su mesa.
Ser Don Bosco en Mirabello Monferrato.
"Hacerse Don Bosco aquí, en el Oratorio".

2. Don Rua "la Regla viviente".

¿Acaba también para Don Rua?
Don Bosco le comunica su mente y su corazón.
Hacerse Don Bosco día a día.
Las 'Reglas' aprobadas se convierten en el camino de la santidad.
"Don Rua me estudiaba a mí y yo estudiaba a Don Rua".
La mano de Don Bosco en la de Don Rua.

3. Don Rua: la fidelidad a la vida consagrada "para toda la vida".

Fidelidad fecunda a Don Bosco.
Jesús: alimento en la Eucaristía y amor misericordioso en su Corazón.
"Todo lo que tenemos se lo debemos a María Santísima Auxiliadora".
Obediencia.
Pobreza.
Castidad.

4. Don Rua: "el evangelizador de los jóvenes".

Nuevos campos de trabajo pastoral.
Entre los obreros y los hijos de los obreros.
Entre los mineros de Suiza.
Emigrante entre los emigrantes.
Arriesgar todo lo que se puede arriesgar, como Don Bosco.
"Aquella sencillez con la que trataba de acompañar sus obras".

Conclusión.

Oración para pedir la canonización del Beato Miguel Rua.

 

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Fuente: Archidiócesis de Madrid
Narciso de Jerusalén, Santo Obispo, 29 octubre  

Narciso de Jerusalén, Santo

Octubre 29

 

La envidia es mala. Son temibles para los padres los "celos" que muestran algunos pequeños cuando viene al hogar un nuevo hermano. Llenan la casa de disensiones y discordias entre los niños, ante el cuidado normal que los padres dan a sus otros hermanos. Esta situación llega a ser, en ocasiones, mortificante para los padres cuando se dan en una casa. Lo bueno del asunto es que de ordinario pasa pronto, basta con adquirir un mayor grado de madurez natural. Lo malo del caso es no cuidar las pequeñas envidiejas y permitir que se asienten en el hombre tomando el cariz de pecado.

Narciso nació a finales del siglo I en Jerusalén y se formó en el cristianismo bebiendo en las mismas fuentes de la nueva religión. Debieron ser sus catequistas aquellos que el mismo Salvador había formado o los que escucharon a los Apóstoles.

Era ya presbítero modelo con Valente o con el Obispo Dulciano. Fue consagrado obispo, trigésimo de la sede de Jerusalén, en el 180, cuando era de avanzada edad, pero con el ánimo y dinamismo de un joven. En el año 195 asiste y preside el concilio de Cesarea para unificar con Roma el día de la celebración de la Pascua.

Permitió Dios que le visitara la calumnia. Tres de sus clérigos —también de la segunda o tercera generación de cristianos- no pudieron resistir el ejemplo de su vida, ni sus reprensiones, ni su éxito. Se conjuraron para acusarle, sin que sepamos el contenido, de un crimen atroz. ¡Parece fábula que esto pueda pasar entre cristianos!

Viene el perdón del santo a sus envidiosos difamadores y toma la decisión de abandonar el gobierno de la grey, viendo con humildad en el acontecimiento la mano de Dios. Secretamente se retira a un lugar desconocido en donde permanece ocho años.

Dios, que tiene toda la eternidad para premiar o castigar, algunas veces lo hace también en esta vida, como en el presente caso. Uno de los maldicientes hace penitencia y confiesa en público su infamia. Regresa Narciso de su autodestierro y permanece ya acompañando a sus fieles hasta bien pasados los cien años. En este último tramo de vida le ayuda Alejandro, obispo de Flaviada en la Capadocia, que le sucede.

El vicio capital de la envidia presenta un cuadro de tristeza permanente ante la contemplación de los bienes materiales o morales que otros poseen. En lo moral, es pecado porque la caridad es amar y, cuando se ama, hay alegría con los bienes del amado. Cuando hay envidia no hay amor, hay egoísmo, desorden, pecado.

El envidioso vive acongojado -casi sin vida- por el bien que advierte en el otro y que él anhela tener. En ocasiones extremas puede llegar a convertirse en una anomalía psíquica peligrosa ya que lleva a la ceguera y desesperación cuyas consecuencias van de la maledicencia al crimen, pasando por la calumnia y la traición: el envidioso se considera incapaz de alcanzar las cualidades ajenas; la estimación que los demás disfrutan es considerada como un robo del cariño que él merece; en la eficacia del trabajo ajeno, acompañado de éxito y merecidos triunfos, el envidioso ve intriga y apaño.

Ayer y hoy hubo y hay envidiosos. A los prójimos toca sufrir pacientemente las consecuencias. Sin olvidar que la envidia fue la causa humana que llevó al Señor al Calvario.

¡Gracias, San Narciso, porque me das ejemplo de paciencia ante la cruz!

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Fuente: ACI Prensa
Cayetano (Gaetano) Errico, Santo Sacerdote y Fundador, 29 de octubre  

Cayetano (Gaetano) Errico, Santo

Presbítero y Fundador
de la Congregación de los Misioneros de los Sagrados Corazones

Martirologio Romano: En Secondigliano, cerca de Nápoles, en la Campania, san Cayetano Errico, presbítero, que fomentó los retiros espirituales y la devoción a la Eucaristía, para ganar almas para Cristo, fundando también la Congregación de los Misioneros de los Sagrados Corazones de Jesús y de María.

Etimología: Cayetano = Aquel que es nacido en Caieta, puerto de Campania, actualmente Gaeta; es de origen latino

Nació en Secondigliano (Nápoles), el 19 octubre de 1791. Era impedido por la ley de su tiempo, de ingresar a un Instituto Religioso, pero se adhirió al Clero de Nápoles, frecuentando así el Seminario Arquidiocesano de Esterno, siendo ordenado sacerdote el 23 de septiembre de 1815.

Se dedicó mucho al trabajo sobre la promoción social con los más pobres y abandonas, luego, más adelante, sin dejar de lado esta labor, se dedicó con gran fervor a la evangelización y con bastante particularidad al ejercicio del Sacramento de la Reconciliación.

Su acción apostólica fue muchas veces obstaculizada y combatida, dado que luchaba por abolir los residuos que quedaban del jansenismo y marginar toda acción anti-cristiana de las sectas. Fue fuertemente apaleado, fue atentado y amenazado de estar preso y de muerte.

En 1833 funda una Congregación misionera, dedicada a la "consagración de las acciones, estudios, experiencias y la vida toda, para así poder hacer conocer a todos los pueblos el ardiente amor del Sagrado Corazón hacia ellos y encender en sus corazones el fuego del divino amor".

Esta Congregación es aprobada definitivamente por el Papa Pío IX en 1846. Fue el gran Apóstol de la devoción al Santísimo Corazón de Jesús y de María al sur de Italia, propagando tal devoción ante mediante la "Pía Unión de los Santísimos Corazones" y el "Culto Perpetuo al Santísimo Corazón" instituidos por él. Constantemente se dedicaba a la oración, pasando frecuentemente la noche en adoración al Santísimo Sacramento.

Dotado de dones sobrenaturales (bilocación, éxtasis y escrutinio del corazón) fue aclamado y amado por el pueblo, consultado y estimado por Cardenales y Pontífices. El Cardenal Riario Sforza, Arzobispo de Nápoles, al enterarse de su muerte, el 29 de octubre de 1860, exclamó: "Se ha partido la columna más fuerte de mi diócesis". El 4 de octubre de 1974 se le fueron reconocidas su Virtudes en Grado Heroico, por el Papa Pablo VI.

Su hijos espirituales trabajan anunciando el Evangelio en Italia, América del Sur, América del Norte y en la India.

El Padre Gaetano Errico fue beatificado el 14 de abril de 2002 por S.S. Juan Pablo II, y canonizado el 12 de octubre de 2008 por S.S. Benedicto XVI.

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Honorato de Vercelli, Santo Obispo, 29 Octubre  

Honorato de Vercelli, Santo

El Obispo Honorato de Vercelli tiene unido su nombre al de su contemporaneo San Ambrosio.

En muchas pinturas se lo representa dando la comunión al moribundo obispo general de Milán, señal de una fuerte unión episcopal.

Vivió a finales del siglo III e inicio del siglo IV, era dificil con la comunidad dividida por cismas y herejías.

En Vercelli luego de la muerte del obispo Limenio, la elección de Honorato como obispo tuvo mucha oposición. San Ambrosio tuvo que usar toda su autoridad para consagrarlo personalmente.

Los hechos demostraron que su confianza estaba bien fundada, como lo recuerda una placa en la Catedral de Vercelli.

Honorato fue un digno discipulo de Eusebio y un predicador incansable de la doctrina católica en contra las influencias arianas.

Su labor episcopal duró aproximadamente dos decadas.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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