jueves, 18 de diciembre de 2014

Viernes de la Pasión y Muerte de Jesucristo: día de penitencia y abstinencia de carne, excepto fiesta de precepto (CDC 1250/3). 19/12/2014. San Darío ¡ruega por nosotros!

JA

JMJ

Pax

Lectura del santo Evangelio según san Lucas (1, 5-25)

Gloria a ti, Señor.

Hubo en tiempo de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, del grupo de Abías, casado con una descendiente de Aarón, llamada Isabel. Ambos eran justos a los ojos de Dios, pues vivían irreprochablemente, cumpliendo los mandamientos y disposiciones del Señor. Pero no tenían hijos, porque Isabel era estéril y los dos, de avanzada edad.

Un día en que le correspondía a su grupo desempeñar ante Dios los oficios sacerdotales, le tocó a Zacarías, según la costumbre de los sacerdotes, entrar al santuario del Señor para ofrecer el incienso, mientras todo el pueblo estaba afuera, en oración, a la hora de la incensación. Se le apareció entonces un ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y un gran temor se apoderó de él. Pero el ángel le dijo: "No temas, Zacarías, porque tu súplica ha sido escuchada. Isabel, tu mujer, te dará un hijo, a quien le pondrás el nombre de Juan. Tú te llenarás de alegría y regocijo, y otros muchos se alegrarán también de su nacimiento, pues él será grande a los ojos del Señor; no beberá vino ni licor y estará lleno del Espíritu Santo, ya desde el seno de su madre. Convertirá a muchos israelitas al Señor; irá delante del Señor con el espíritu y el poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacia sus hijos, dar a los rebeldes la cordura de los justos y prepararle así al Señor un pueblo dispuesto a recibirlo".

Pero Zacarías replicó: "¿Cómo podré estar seguro de esto? Porque yo ya soy viejo y mi mujer también es de edad avanzada". El ángel le contestó: "Yo soy Gabriel, el que asiste delante de Dios. He sido enviado para hablar contigo y darte esta buena noticia. Ahora tú quedarás mudo y no podrás hablar hasta el día en que todo esto suceda, por no haber creído en mis palabras, que se cumplirán a su debido tiempo".

Mientras tanto, el pueblo estaba aguardando a Zacarías y se extrañaba de que tardara tanto en el santuario. Al salir no pudo hablar y en esto conocieron que había tenido una visión en el santuario. Entonces trató de hacerse entender por señas y permaneció mudo.

Al terminar los días de su ministerio, volvió a su casa. Poco después concibió Isabel, su mujer, y durante cinco meses no se dejó ver, pues decía: "Esto es obra del Señor. Por fin se dignó quitar el oprobio que pesaba sobre mí".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354

Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). ¿Qué pensaríamos de un cónyuge que le dice a su pareja: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

Misal

 

Que mi boca, Señor, no deje de alabarte

Feria de Adviento: día 19

Señor, tú eres mi esperanza

Antífona de Entrada

El que ha de venir, vendrá sin tardanza, y ya no tendremos nada que temer, porque él es nuestro salvador.

Oración Colecta

Oremos:

Dios nuestro, que te dignaste manifestar al mundo el esplendor de tu gloria por medio del parto de la santísima Virgen María, concédenos venerar con fe íntegra y celebrar con sincera piedad el gran misterio de la encarnación de tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

Amén.

Primera Lectura

Lectura del libro de los Jueces (13, 2-7. 24-25)

En aquellos días, había en Sorá un hombre de la tribu de Dan, llamado Manoa. Su mujer era estéril y no había tenido hijos. A esa mujer se le apareció un ángel del Señor y le dijo: "Eres estéril y no has tenido hijos; pero de hoy en adelante, no bebas vino, ni bebida fermentada, ni comas nada impuro, porque vas a concebir y a dar a luz un hijo. No dejes que la navaja toque su cabello, porque el niño estará consagrado a Dios desde el seno de su madre y él comenzará a salvar a Israel de manos de los filisteos".

La mujer fue a contarle a su marido: "Un hombre de Dios ha venido a visitarme. Su aspecto era como el del ángel de Dios, terrible en extremo. Yo no le pregunté de dónde venía y él no me manifestó su nombre, pero me dijo: 'Vas a concebir y a dar a luz un hijo. De ahora en adelante, no bebas vino ni bebida fermentada, no comas nada impuro, porque el niño estará consagrado a Dios desde el seno de su madre hasta su muerte' ".

La mujer dio a luz un hijo y lo llamó Sansón. El niño creció y el Señor lo bendijo y el espíritu del Señor empezó a manifestarse en él.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 70

Que mi boca, Señor, no deje de alabarte.

Señor, sé para mí un refugio, ciudad fortificada en que me salves. Y pues eres mi auxilio y mi defensa, líbrame, Señor, de los malvados.

Que mi boca, Señor, no deje de alabarte.

Señor, tú eres mi esperanza; desde mi juventud en ti confío. Desde que estaba en el seno de mi madre, yo me apoyaba en ti y tú me sostenías.

Que mi boca, Señor, no deje de alabarte.

Tus hazañas, Señor, alabaré, diré a todos que sólo tú eres justo. Me enseñaste a alabarte desde niño y seguir alabándote es mi orgullo.

Que mi boca, Señor, no deje de alabarte.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.

Retoño de Jesé, que brotaste como señal para los pueblos, ven a librarnos y no te tardes.

Aleluya.

Evangelio

Lectura del santo Evangelio según san Lucas (1, 5-25)

Gloria a ti, Señor.

Hubo en tiempo de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, del grupo de Abías, casado con una descendiente de Aarón, llamada Isabel. Ambos eran justos a los ojos de Dios, pues vivían irreprochablemente, cumpliendo los mandamientos y disposiciones del Señor. Pero no tenían hijos, porque Isabel era estéril y los dos, de avanzada edad.

Un día en que le correspondía a su grupo desempeñar ante Dios los oficios sacerdotales, le tocó a Zacarías, según la costumbre de los sacerdotes, entrar al santuario del Señor para ofrecer el incienso, mientras todo el pueblo estaba afuera, en oración, a la hora de la incensación. Se le apareció entonces un ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y un gran temor se apoderó de él. Pero el ángel le dijo: "No temas, Zacarías, porque tu súplica ha sido escuchada. Isabel, tu mujer, te dará un hijo, a quien le pondrás el nombre de Juan. Tú te llenarás de alegría y regocijo, y otros muchos se alegrarán también de su nacimiento, pues él será grande a los ojos del Señor; no beberá vino ni licor y estará lleno del Espíritu Santo, ya desde el seno de su madre. Convertirá a muchos israelitas al Señor; irá delante del Señor con el espíritu y el poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacia sus hijos, dar a los rebeldes la cordura de los justos y prepararle así al Señor un pueblo dispuesto a recibirlo".

Pero Zacarías replicó: "¿Cómo podré estar seguro de esto? Porque yo ya soy viejo y mi mujer también es de edad avanzada". El ángel le contestó: "Yo soy Gabriel, el que asiste delante de Dios. He sido enviado para hablar contigo y darte esta buena noticia. Ahora tú quedarás mudo y no podrás hablar hasta el día en que todo esto suceda, por no haber creído en mis palabras, que se cumplirán a su debido tiempo".

Mientras tanto, el pueblo estaba aguardando a Zacarías y se extrañaba de que tardara tanto en el santuario. Al salir no pudo hablar y en esto conocieron que había tenido una visión en el santuario. Entonces trató de hacerse entender por señas y permaneció mudo.

Al terminar los días de su ministerio, volvió a su casa. Poco después concibió Isabel, su mujer, y durante cinco meses no se dejó ver, pues decía: "Esto es obra del Señor. Por fin se dignó quitar el oprobio que pesaba sobre mí".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Mira, Señor, con bondad las ofrendas que te presentamos, para que tu poder consagre los dones de nuestra pobreza.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de Adviento IV

María, nueva Eva

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo darte gracias, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Te alabamos, te bendecimos y te glorificamos por el misterio de la Virgen Madre.

Porque, si del antiguo adversario nos vino la ruina, en el seno virginal de la hija de Sión ha germinado aquel que nos nutre con el pan de los ángeles, y ha brotado para todo el género humano la salvación y la paz.

La gracia que Eva nos arrebató nos ha sido devuelta en María. En ella, madre de todos los hombres, la maternidad, redimida del pecado y de la muerte, se abre al don de una vida nueva.

Así, donde había crecido el pecado, se ha desbordado tu misericordia en Cristo, nuestro salvador. Por eso nosotros, mientras esperamos la venida de Cristo, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos el himno de tu gloria:

O bien

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. A quien todos los profetas anunciaron y la Virgen esperó con inefable amor de madre; Juan lo proclamó ya próximo y lo señaló después entre los hombres. 
El es quien nos concede ahora prepararnos con alegría al misterio de su nacimiento, para
 encontrarnos así, cuando llegue, velando en oración y cantando su alabanza. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo…

Antífona de la Comunión

Vendrá a visitarnos de lo alto un sol naciente, Cristo el Señor, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.

Oración después de la Comunión

Oremos:

Te damos gracias, Señor, por los bienes que nos has dado, y te rogamos que enciendas en nosotros el deseo de lo que nos has prometido, para que, con un espíritu renovado, podamos celebrar dignamente el nacimiento de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén.

 

Prefacio

La doble espera de Cristo

 

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Meditación diaria

Adviento. 3ª semana. Viernes

LA SEGUNDA VENIDA DEL SEÑOR

— Todos los hombres se dirigirán hacia Cristo triunfante. Señales que acompañarán la segunda venida del Señor. La señal de la Cruz.

— El juicio universal. Jesús nuestro Amigo.

— Preparar nuestro propio juicio. El examen de conciencia. La práctica de la Confesión frecuente.

I. Aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo. Él transformará nuestra condición humilde según el modelo de su condición gloriosa1.

El tiempo de Adviento prepara también nuestras almas a la expectación de la segunda venida de Cristo al final de los tiempos, entonces el mundo verá al Hijo del hombre venir sobre una nube con gran poder y majestad2 para juzgar a vivos y muertos en un juicio universal, antes de que lleguen los cielos nuevos y la tierra nueva donde mora toda justicia3. Y mientras tanto, "la Iglesia peregrina lleva en sus Sacramentos e instituciones la imagen de este siglo que pasa, y ella misma vive entre las criaturas que gimen con dolores de parto al presente, en espera de la manifestación de los hijos de Dios (Cfr. Rom 8, 19-22)"4.

Vendrá Jesucristo como el Redentor del mundo, como Rey, Juez y Señor de todo el Universo. Y sorprenderá a los hombres ocupados en sus negocios, sin advertir la inminencia de su llegada: como el relámpago sale del Oriente y brilla hasta el Occidente, así será la venida del Hijo del hombre5.

Se reunirán a su alrededor buenos y malos, vivos y difuntos: todos los hombres se dirigirán irresistiblemente hacia Cristo triunfante, atraídos los unos por el amor, forzados los otros por la justicia6.

Aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre7, la Santa Cruz. Esa Cruz tantas veces despreciada, tantas abandonada, escándalo para los judíos, necedad para los gentiles8, que había sido considerada como algo sin sentido; esa Cruz aparecerá ante la mirada asombrada de los hombres como signo de salvación.

Jesucristo, con toda su gloria, se mostrará ante aquellos que –en Él o en su Iglesia– le negaron; ante los que, no contentos con esto, le persiguieron; ante los que vivieron ignorándole. También se mostrará a quienes le amaron con obras. La humanidad entera se dará cuenta de que Dios le ensalzó y le dio un nombre superior a todo nombre, a fin de que al nombre de Jesús, se doble toda rodilla en el cielo, en la tierra y en el infierno y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor para la gloria de Dios Padre9.

Entonces daremos por bien empleados todos nuestros esfuerzos, todas aquellas obras que hicimos por Dios, aunque quizá nadie en este mundo se diera cuenta de ellas. Y sentiremos una gran alegría al ver esa Cruz que procuramos buscar a lo largo de nuestra vida, que quisimos poner en la cima de las actividades de los hombres. Y tendremos la alegría de haber colaborado como siervos fieles en el reinado de aquel Rey, Jesucristo, que aparece ahora lleno de majestad en su gloria.

II. El Señor enviará a sus ángeles que, con trompeta clamorosa, reunirán a sus elegidos desde los cuatro vientos, de un extremo al otro de los cielos10. Allí estarán todos los hombres desde Adán. Y todos comprenderán con entera claridad el valor de la abnegación, del sacrificio, de la entrega a Dios y a los demás. En la segunda venida de Cristo se manifestará públicamente el honor y la gloria de los santos, porque muchos de ellos murieron ignorados, despreciados, incomprendidos, y serán ahora glorificados a la vista de todos.

Los propagadores de herejías recibirán el castigo que acumularon a lo largo de los siglos, cuando sus errores pasaban de unos a otros, siendo un obstáculo para que muchos encontraran el camino de la salvación. De la misma manera, quienes llevaron la fe a otras almas y encendieron a otros en el amor de Dios recibirán el premio por el fruto que su oración y sacrificio produjo a lo largo de los tiempos. Verán los resultados en el bien que tuvieron cada una de sus oraciones, de sus sacrificios, de sus desvelos.

Se verá el verdadero valor de hombres tenidos por sabios, pero maestros del error, que muchas generaciones rodearon de alabanza y consideración, mientras que otros eran relegados al olvido, cuando debieron ser considerados y llenos de honor. Estos recibirán entonces la paga de sus trabajos, que el mundo les negó.

El juicio del mundo servirá para glorificación de Dios11, pues hará patente Su Sabiduría en el gobierno del mundo, Su bondad y Su paciencia con los pecadores y, sobre todo, Su justicia retributiva. La glorificación del Dios-Hombre, Jesucristo, alcanzará su punto culminante en el ejercicio de Su potestad judicial sobre el Universo.

Los juicios particulares no serán ni revisados ni corregidos en el juicio universal, sino confirmados y dados a conocer públicamente. En el juicio universal cada hombre será juzgado ante toda la humanidad y como miembro de la sociedad humana. Entonces se complementarán el premio y el castigo al hacerlos extensivos al cuerpo resucitado12.

III. Antes de la segunda venida gloriosa de Nuestro Señor tendrá lugar el propio juicio particular, inmediatamente después de la muerte.

"El máximo enigma de la vida humana es la muerte. El hombre sufre con el dolor y con la disolución progresiva de su cuerpo. Pero su máximo tormento es el temor por la desaparición perpetua. Juzga con instinto certero cuando se resiste a aceptar la perspectiva de la ruina total y del adiós definitivo. La semilla de eternidad que en sí lleva, por ser irreductible a la sola materia, se levanta contra la muerte"13. La Revelación nos enseña que la muerte es un paso, un trámite hasta la vida eterna. Y entre la vida aquí en la tierra y la vida eterna, tendrá lugar el juicio particular de cada uno, que hará Jesucristo mismo, donde cada uno será juzgado según sus obras. Es forzoso que todos comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba el pago debido a las buenas o malas acciones que habrá hecho mientras ha estado revestido de su cuerpo14.

Nada dejará de pasar por el tribunal divino: pensamientos, deseos, palabras, acciones y omisiones. Cada acto humano adquirirá entonces su verdadera dimensión: la que tiene ante Dios, no la que tuvo ante los hombres.

Allí estarán todos los pensamientos, imaginaciones y deseos...; todas esas debilidades internas que quizá ahora cueste trabajo conocer. Jesucristo sacará a plena luz lo que está en los escondrijos de las tinieblas y descubrirá en aquel día las intenciones de los corazones15. También las palabras que hayamos empleado unas veces al servicio de la propia excelencia; otras, como instrumento de mentira; en ocasiones, faltas de comprensión, de caridad o de justicia. Y nuestras obras. También se nos juzgará por ellas, porque tuve hambre y me disteis de comer...16. Cristo mirará nuestras vidas buscando cómo nos hemos comportado con Él, o con sus hermanos los hombres.

También aparecerán de modo claro todas las oportunidades que tuvimos de hacer algo por los demás. Cada día nuestro está lleno de posibilidades de hacer el bien, en cualquier circunstancia en la que nos encontremos. Sería triste que nuestra vida fuera como una gran avenida de ocasiones perdidas, de oportunidades desperdiciadas. Y todo por haber dejado que penetraran en nosotros la negligencia, la pereza, la comodidad, el egoísmo, la falta de amor.

Pero para quienes le tratamos a lo largo de la vida, Jesucristo no será un juez desconocido, porque procuramos servirle cada día de nuestra existencia terrena. Podemos ser amigos íntimos del que ha de juzgarnos, y cada día debe ser más grande esa amistad. ""Me hizo gracia que hable usted de la 'cuenta' que le pedirá Nuestro Señor. No, para ustedes no será Juez –en el sentido austero de la palabra– sino simplemente Jesús". —Esta frase, escrita por un Obispo santo, que ha consolado más de un corazón atribulado, bien puede consolar el tuyo"17.

Nos conviene meditar con alguna frecuencia sobre el propio juicio al que nos encaminamos. Cada vez nos encontramos más cerca. Y veremos la mirada de Cristo –juez y amigo– sobre nuestra vida, y nos animará a ir llenándola de pequeñas cosas que no pasan inadvertidas para Él, aunque los hombres muchas veces no las perciban ni las valoren.

El examen de conciencia diario y la práctica de la Confesión frecuente son medios muy importantes para preparar cada día ese encuentro definitivo con el Señor, que tendrá lugar dentro de un tiempo quizá no muy largo. Son también unos medios excelentes para preparar el encuentro nuevo con el Señor en la Nochebuena, que ya se acerca: Ven, Señor Jesús, y no tardes, para que tu venida consuele y fortalezca a los que esperan todo de tu amor18.

1 Antífona de la Comunión. Flp 3, 20-21. 2 Lc 21, 27. — 3 2 Pedr 3, 13. — 4 Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 43. — 5 Mt 24, 27. — 6 Cfr. Santos Evangelios, EUNSA, Pamplona 1985, nota a Mt 24, 23-28. — 7 Mt 24, 30. — 8 1 Cor 1, 23. — 9 Flp 2, 9-11. — 10 Mt 24, 31. 11 Cfr. Tes 1, 10. — 12 Cfr. Santo Tomás, Suma Teológica, Supl. 88, 1. — 13 Conc. Vat. II, Const. Gaudium et spes, 18. — 14 2 Cor 5, 10. — 15 1 Cor 4, 5. — 16 Cfr. Mt 25, 35. — 17 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 168. 18 Oración del día 24.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

San Urbano
Papa
Año 1370

Una de las épocas más difíciles de la Iglesia Católica fue lo que se ha llamado "El destierro de Avignon, o destierro de Babilonia", cuando los Papas se fueron a vivir a una ciudad francesa, llamada Avignon, poco después del año 1300, porque en Roma se les había hecho la vida poco menos que imposible a causa de las continuas revoluciones.

Entre todos los Papas que vivieron en Avignon el más santo fue San Urbano V.

Nació en Languedoc, Francia, en 1310. Hizo sus estudios universitarios y entró de monje benedictino. Fue superior de los principales conventos de su comunidad y como tenía especiales cualidades para la diplomacia los Sumos Pontífices que vivieron en Avignon lo emplearon como Nuncio o embajador en varias partes.

Estaba de Nuncio en Nápoles cuando llegó la noticia de que había muerto el Papa Inocencio VI y que él había sido nombrado nuevo Sumo Pontífice. Y no era ni obispo menos cardenal. En sólo un día fue consagrado obispo, y coronado como Papa. Escogió el nombre de Urbano, explicando que le agradaba ese nombre porque todos los Papas que lo habían llevado habían sido santos.

Como Sumo Pontífice se propuso acabar con muchos abusos que existían en ese entonces. Quitó los lujos de su palacio y de sus colaboradores. Se preocupó por obtener que el grupo de sus empleados en la Corte Pontificia fuera un verdadero modelo de vida cristiana. Entregó los principales cargos eclesiásticos a personas de reconocida virtud y luchó fuertemente para acabar con las malas costumbres de la gente. Al mismo tiempo trabajó seriamente para elevar el nivel cultural del pueblo y fundó una academia para enseñar medicina.

Con la ayuda de los franciscanos y de los dominicos emprendió la evangelización de Bulgaria, Ucrania, Bosnia, Albania, Lituania, y hasta logró enviar misioneros a la lejanísima Mongolia.

Lo más notorio de este santo Pontífice es que volvió a Roma, después de que ningún Papa había vivido en aquella ciudad desde hacía más de 50 años. En 1366 decidió irse a vivir la Ciudad Eterna. El rey de Francia y los cardenales (que eran franceses) se le oponían, pero él se fue resueltamente. Las multitudes salieron a recibirlo gozosamente por todos los pueblos por donde pasaba y Roma se estremeció de emoción y alegría al ver llegar al nuevo sucesor de San Pedro.

Al llegar a Roma no pudo contener las lágrimas. Las grandes basílicas, incluso la de San Pedro, estaban casi en ruinas. La ciudad se hallaba en el más lamentable estado de abandono y deterioro. Le había faltado por medio siglo la presencia del Pontífice.

Urbano V con sus grandes cualidades de organizador, emprendió la empresa de reconstruir los monumentos y edificios religiosos de Roma. Estableció su residencia en el Vaticano (donde vivirán después por muchos siglos los Pontífices) y pronto una gran cantidad de obreros y artistas estaban trabajando en la reconstrucción de la capital. También se dedicó a restablecer el orden en el clero y el pueblo, y en breve tiempo se dio trabajo a todo mundo y se repartieron alimentos en gran abundancia. La ciudad estaba feliz.

Pronto empezaron a llegar visitantes ilustres, como el emperador Carlos IV de Alemania, y el emperador Juan Paleólogo de Constantinopla. Todo parecía progresar.

Empezaron otra vez las revoluciones, y sus empleados franceses insistían en que el Papa volviera a Avignon. Urbano se encontraba bastante enfermo y dispuso irse otra vez a Francia en 1370. Santa Brígida le anunció que si abandonaba Roma moriría. El 5 de diciembre salió de Roma y el 19 de diciembre murió. Dejó gran fama de santo.

No tengáis temor al que os pueda quitar la vida del cuerpo. Temed al que puede enviar el alma al infierno (Jesucristo).

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Autor: Archidiócesis de Madrid
Nemesio, Santo Mártir, 19 Diciembre  

Nemesio, Santo

Mártir

 

La historia de Nemesio —se adapte o no en todos sus extremos a la bella y adornada narración que conocemos— es la de un hombre fiel y cabal que era uno más del pueblo. Un cristiano anónimo. Quiero decir, sin oficio conocido ni de condición social acreditada. Por los años de madurez que se le atribuyen podría ser casado —condición común a sus años—, aunque bien pudiera ser que no hubiera formado familia. Ni siquiera eso sabemos.

Fue durante la persecución de Decio, por los años 250. Lo refiere San Dionisio, obispo de Alejandría que habla de un tal Nemesio o Nemesion, egipcio de origen, de costumbres y de idioma. Era un vecino más en su pueblo, no de muchos años aunque entrado en la madurez, un hombre hecho.

Se le estimaba entre los que más del pueblo por la conducta justa y sus costumbres sanas; en fin, apreciado por su bondad y conducta ética intachable, como cabe y debe esperarse en un discípulo de Cristo verdadero. Fue el hombre que todo joven quiere ser cuando crezca y que todo viejo lamenta no haber sido.

Pero había envidiosos. Siempre hubo gente así, están en todas partes y estamentos. Se sienten humillados por la honradez y nobleza ajena que lleva también a la envidia de la estima de que gozan los que son honrados y buenos. Lo acusaron de cooperar con canallas que fueron perseguidos, presos y condenados a la pena de muerte. Pronto el juez pudo declarar absuelto a Nemesio y probar que fue calumnia el intento.

Como el orgullo es perverso, repiten ante el magistrado la acusación; esta vez cambiando los términos: "Tristes estamos —le dicen— por haber perdonado a un reo como Nemesio". Te ha engañado; es hábil, conoce todo tipo de engaños... ¿no sabes que es cristiano?

Para el juez es el peor de los delitos. La ley de Decio es implacable. Confirmado por serena confesión del reo es remitido a Sabino, gobernador de Egipcio y residente en Alejandría. Se comprueba en nuevo juicio la identidad cristiana de Nemesio que se muestra firme en su decisión de no renegar de su Dios. No le conmueven promesas ni castigos. Termina quemado en la hoguera en compañía de algunos ladrones y asesinos de su tiempo.

La bella historia termina narrando el añadido contento de Nemesio por morir entre malhechores como lo hizo el Maestro.

Lo noble y recto de los cristianos fue verdad auténtica y generosa ayer como lo es hoy; en algunos, la bondad es eminente hasta la muerte. Lastimosamente las tristes y lastimosas bajezas de los hombres tampoco han cambiado mucho desde entonces.

¿Cómo puede mi amigo estar tan ciego? Sí, él afirma que la humanidad ha cambiado a mejor con el tiempo, piensa que el hombre está abocado al "progreso" sin remedio. Con la historia de hoy en las manos, a mí me parece que no ha mejorado mucho el hombre por dentro. Hoy también los veo tan engreídos, envidiosos, retorcidos y soberbios que los noto muy capaces de repetir la historia y de volver a liquidar a cualquier Nemesio.

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Bernardo de Teramo, Santo Obispo, 19 de diciembre  

Bernardo de Teramo, Santo

Diciembre 19
Obispo

 

Etimológicamente significa "fuerte como el oso". Viene de la lengua alemana.

Hijo de condes poderosos en tierras y buenos en santidad, tuvo una hermana, santa Paloma y un hermano llamado Rinaldo.

Cerca del castillo de los padres había una abadía benedictina. Y fue en ella en donde le vino la vocación a Berardo.

Una vez que se ordenó de sacerdote, soñaba aún más por lograr la perfección.

Por eso le pidió a sus superiores que lo enviaran al monasterio de san Juan. En él, parece ser, había un mayor recogimiento.

Al final del 1115, murió el obispo de la diócesis. Todo el mundo pensó que el digno sucesor era Bernardo.

Y, desde luego, no se equivocaron lo más mínimo.

Como obispo se caracterizó por su celo pastoral, su amor a la reforma, un príncipe feudal honrado y prudente – cosa difícil en aquella época.

Una vez que hubo desempeñado su trabajo episcopal con suma sencillez, una profunda piedad religiosa y una caridad desbordada hacia los pobres – la clave evangélica por excelencia para medir el grado de santidad -,

Murió en el año 1123 tal día como hoy.
La Iglesia de su diócesis sigue celebrando su fiesta en este día con mucho fervor.
Se conservan dos relicarios, su cabeza y un brazo, con el que bendecía a los fieles desde la escalera de la catedral. Hoy hace el obispo exactamente igual.

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

"La prueba del buen predicador es que salga de su púlpito no diciendo "qué hermoso sermón", sino "voy a hacer algo" ( San Francisco de Sales).

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Darío, Santo Mártir, 19 de diciembre  

Darío, Santo

Diciembre 19

 

Etimológicamente significa "represor". Viene de la lengua griega.

Felipe dice a Jesús: " Señor, muéstranos al Padre y nos basta. Jesús le dice: El que me ha visto a mí, ha visto al Padre".

Darío fue un mártir de los primeros siglos.
Hoy predomina en el calendario del Santoral, el gran rey de los Persas.

Su sombra aparece incluso en la Biblia y se proyecta en la antigua Grecia.

Junto a este personaje hay una santa de nombre Daría, una de las más célebres de la historia de la Iglesia..

NO fue mujer de Crisante. Era egipcia, de a Alejandría, y su marido era de Atenas.

Los dos eran cristianos en su matrimonio vivido en la continencia más absoluta.

Los dos murieron en Roma bajo el imperio e Numeriano.

Crisante sufrió el asalto a su castidad por parte de cinco chicas que querían hacerle caer en el pecado sexual.

Al contrario de este matrimonio, la vida de san Darío, festejado hoy, es muy sencilla.
Su nombre aparece juntamente con un grupo de mártires.

No hay datos seguros de su martirio.
Probablemente fue en la ciudad de Nicea, en Bitinia

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04
Anastasio I, Santo XXXIX Papa, 19 Diciembre  

Anastasio I, Santo

XXXIX Papa


Fue de nación romano; su padre se llamó Máximo. Fue elegido Sumo Pontífice imperando Graciano, y sucedió en la silla apostólica a San Siricio en diciembre del 398. Tuvo el sumo pontificado tres años, diez meses y veinticinco días.

Constituyó que los sacerdotes no estuviesen sentados, sino en pie e inclinados, cuando se leyese o cantase el Evagelio en la Iglesia, y que ningún peregrino, mayormente si era transmarino, fuese admitido en la clerecía si no traía fe de quién era, sellada y firmada de cinco obispos. Esto mandó por los Maniqueos, que entonces eran muy estimados en Africa, y para corromper a los católicos enviaban muchos de los suyos a diversas partes donde pudiesen sembrar sus herejías. Constituyó también que los débiles o mancos, o cualesquiera otros que careciesen de algún miembro, no fuesen clérigos.

Consagró la Iglesia llamada Crescentina en la región segunda, en la via Mamertina. Celebró dos veces órdenes por el mes de diciembre, y ordenó en ellas a 8 presbíteros, 5 diáconos y 10 obispos; y habiendo servido al Señor fielmente (porque no fue digno el mundo de gozarlo mucho tiempo, como dice San Jerónimo, su contemporáneo, pues fue hecho Pontífice por su gran santidad y pobreza apostólica a los 70 años y más de su edad, y también porque en su tiempo no viese rendida a la siempre triunfante Roma, señora del mundo), pasó de esta presente vida a tomar posesión eterna a los 27 de bril del año 401, imperando Graciano, según algunos Arcadio y Honorio.

San Anastasio combatió la herejía donatista en el Africa septentrional y condenó los errores de Orígenes.

Su santo cuerpo fue sepultado en el Cementerio de San Pedro junto al Oso Pleato y estuvo por su muerte vacante la silla aspostólica 21 días.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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