viernes, 14 de noviembre de 2014

Sábado de la Virgen María. 15/11/2014. En su día, lo que más agrada a María, es la Misa matutina.

JA

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 18, 1-8

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, para enseñar a sus discípulos la necesidad de orar siempre y sin desfallecer, Jesús les propuso esta parábola:
"En cierta ciudad había un juez que no temía a Dios ni respetaba a los hombres. Vivía en aquella misma ciudad una viuda que le solicitaba con frecuencia:
"Hazme justicia frente a mi adversario"".
Por mucho tiempo el juez no le hizo caso, pero después se dijo:
"Aunque no temo a Dios ni respeto a nadie, por la insistencia de esta viuda le haré justicia para que no me siga molestando".
Dicho esto, Jesús comentó:
"Si así pensaba el juez injusto, ¿creen acaso que Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche? ¿Que los hará esperar? Yo les aseguro que les hará justicia sin tardar.
Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿creen que encontrará esta fe en la tierra?"
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354

Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). ¿Qué pensaríamos de un cónyuge que le dice a su pareja: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

Misal

 

sab 32a. Ordinario año Par

Antífona de Entrada

Escucha, Señor, mi voz y mis clamores. Ven en mi ayuda; no me rechaces, no me abandones, Dios de mi salvación.

 

Oración Colecta

Oremos:
Dios nuestro, fuerza de todos los que en ti confían, ayúdanos con tu gracia sin la cual nada puede nuestra humana debilidad, para que podamos serte fieles en la observancia de tus mandamientos.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Debemos ayudar a los hermanos, para que seamos colaboradores en la difusión de la verdad

Lectura de la tercera carta del apóstol san Juan 5-8

Querido hermano: En todo lo que has hecho por los hermanos, y eso que son forasteros, te has portado como verdadero cristiano. Ellos han dado testimonio de tu amor ante la comunidad.
Harás bien en ayudarlos de una manera agradable a Dios con lo que necesitan para su viaje; ellos se han puesto en camino por Cristo, sin aceptar nada de los paganos. Por ello tenemos la obligación de ayudar a esos hermanos nuestros, para que seamos colaboradores en la difusión de la verdad.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 111

Dichosos los que temen al Señor.

Dichosos los que temen al Señor y aman de corazón sus mandamientos; poderosos serán sus descendientes. Dios bendice a los hijos de los buenos.
Dichosos los que temen al Señor.

Fortuna y bienestar habrá en su casa; siempre obrarán conforme a la justicia. Quien es justo, clemente y compasivo, como una luz en las tinieblas brilla.
Dichosos los que temen al Señor.

Dichosos los que compadecidos prestan, y llevan su negocio honradamente. Jamás se desviarán, vivirá su recuerdo para siempre.
Dichosos los que temen al Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Dios nos ha llamado, por medio del Evangelio, a participar de la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
Aleluya.

Evangelio

Dios hará justicia a sus elegidos que claman a él

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 18, 1-8

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, para enseñar a sus discípulos la necesidad de orar siempre y sin desfallecer, Jesús les propuso esta parábola:
"En cierta ciudad había un juez que no temía a Dios ni respetaba a los hombres. Vivía en aquella misma ciudad una viuda que le solicitaba con frecuencia:
"Hazme justicia frente a mi adversario"".
Por mucho tiempo el juez no le hizo caso, pero después se dijo:
"Aunque no temo a Dios ni respeto a nadie, por la insistencia de esta viuda le haré justicia para que no me siga molestando".
Dicho esto, Jesús comentó:
"Si así pensaba el juez injusto, ¿creen acaso que Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche? ¿Que los hará esperar? Yo les aseguro que les hará justicia sin tardar.
Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿creen que encontrará esta fe en la tierra?"
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Dios nuestro, que en estos dones que te presentamos nos has otorgado en pan que alimenta y el sacramento que da nueva vida; concédenos que nunca llegue a faltarnos este sustento del cuerpo y del espíritu.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

La alabanza, don de Dios

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Pues, aunque no necesitas de nuestra alabanza, es don tuyo el que seamos agradecidos; y aunque nuestras bendiciones no aumentan tu gloria, nos aprovechan para nuestra salvación, por Cristo, nuestro Señor.
Por eso,
unidos a los ángeles, te aclamamos llenos de alegría:

Antífona de la Comunión

Padre santo: guarda en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno como nosotros, dice el Señor.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Que nuestra participación en este sacramento, Señor, signo de nuestra unión contigo, realice la unidad de tu Iglesia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.


Dia 15/11 San Alberto Magno (obispo y doctor de la Iglesia, blanco)

Antífona de Entrada

Buscaré a mis ovejas, dice el Señor, y suscitaré un pastor que las apaciente: yo, el Señor, seré su Dios.

 

Oración Colecta

Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, que has dado un doctor a tu Iglesia en la figura de tu obispo san Alberto Magno; has que todo cuanto él enseñó bajo el magisterio de Espíritu, arraigue para siempre en nuestros corazones; y que, por gracia tuya, es nuestro protector, sea también nuestro abogado y atraiga sobre nosotros tu misericordia.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Lo llenará con un espíritu de inteligencia

Lectura del libro del Eclesiástico 15, 1-6

El que teme al Señor hará siempre el bien y quien es fiel a la ley obtendrá sabiduría.
Ella le saldrá al encuentro como una madre y lo recibirá como una esposa recién casada.
Lo nutrirá con el pan de la sensatez y le dará a beber el agua de la prudencia.
Si se apoya en ella, no vacilará; si confía en ella, no quedará defraudado.
La sabiduría lo hará destacar entre sus compañeros y le dará elocuencia en la asamblea.
Lo llenará con un espíritu de inteligencia, lo revestirá con una túnica de gloria.
Lo colmará de gozo y alegría y le dará en herencia un nombre perdurable.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 118

Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.

Sólo cumpliendo todos tus mandatos puede un joven vivir honestamente.
Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.

Con todo el corazón te estoy buscando, de tu ley no permitas que me aleje.
Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.

Guardo tus mandamientos en mi pecho para nunca ofenderte.
Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.

Bendito eres, Señor, enséñale a tu siervo lo que ordenas.
Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.

Todos los mandamientos de tu boca mis labios enumeran.
Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.

Me gozo más cumpliendo tus preceptos, que teniendo riquezas.
Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Abre, Señor, nuestros corazones, para que comprendamos las palabras de tu Hijo.
Aleluya.

Evangelio

Cosas nuevas y cosas antiguas

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 13, 47-52

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud:
"El Reino de los cielos se parece a la red que los pescadores echan en el mar y recoge toda clase de peces. Cuando se llena la red, los pescadores la sacan a la playa y se sientan a escoger los pescados; ponen los buenos en canastos y tiran los malos. Lo mismo sucederá al final de los tiempos: vendrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los arrojarán al horno encendido. Allí será el llanto y la desesperación. ¿Han entendido todo esto?"
Ellos le contestaron:
"Sí".
Entonces él les dijo:
"Por eso, todo escriba instruido en las cosas del Reino de los cielos es semejante al padre de familia, que va sacando de su tesoro cosas nuevas y cosas antiguas".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Cuya vida y doctrina nos impulsan a alabarte con todo nuestro ser.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Los santos pastores siguen presentes en la Iglesia

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, nuestro Señor.
Porque permites que tu Iglesia se alegre hoy con la festividad de San Alberto Magno, para animarnos con el ejemplo de su vida, instruirnos con su palabra y protegernos con su intercesión.
Por eso,
con los ángeles y los santos, te cantamos el himno de alabanza, diciendo sin cesar:

Antífona de la Comunión

Este es el criado fiel y solicito a quién el Señor ha puesto al frente de su familia, para que les reparta la ración a sus horas.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Reanimados por estos sacramentos te rogamos, Señor, humildemente que, a ejemplo de san Alberto Magno nos esforcemos en dar testimonio de aquella misma fe que él profesó en su vida, y en llevar a la práctica todas sus enseñanzas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.


Meditación diaria

32ª semana. Sábado

LA ORACIÓN DE PETICIÓN Y LA MISERICORDIA DIVINA

— Nuestra confianza en la petición tiene su fundamento en la infinita bondad de Dios.

— Acudir siempre a la misericordia divina.

— La intercesión de la Virgen.

I. El Señor nos enseñó de muchas maneras la necesidad de la oración y la alegría con que acoge nuestras peticiones. Él mismo ruega al Padre para darnos ejemplo de lo que habíamos de hacer nosotros. Bien sabe Dios que cada instante de nuestra existencia es fruto de su bondad, que carecemos de todo, que nada tenemos. Y, precisamente porque nos ama con amor infinito, quiere que reconozcamos nuestra dependencia, pues esta conciencia de nuestra nada es para nosotros un gran bien, que nos lleva a no separarnos un solo instante de su protección.

Para alentarnos a esta oración de súplica, Jesús quiso darnos todas las garantías posibles, al mismo tiempo que nos mostraba las condiciones que ha de tener siempre la petición. Y daba argumentos, ponía ejemplos para que lo entendiéramos bien. El Evangelio de la Misa nos presenta a la viuda que clama sin cesar ante un juez inicuo que se resiste a atenderla1, pero que, por la insistencia de la mujer, acabará escuchándola. Dios aparece en la parábola en contraste con el juez. ¿Acaso Dios no hará justicia a sus elegidos que claman a Él día y noche, y les hará esperar? Si el que es injusto e inicuo decide al final hacer justicia, ¿qué no hará el que es infinitamente bueno, justo y misericordioso? Si la postura del juez es desde el principio de resistencia a la viuda, la de Dios, por el contrario, es siempre paternal y acogedora. Este es el tema central de la parábola: la misericordia divina ante la indigencia de los hombres.

Las razones que da el juez de la parábola para atender a la viuda son superficiales y de poca consistencia. Al final se dijo a sí mismo: aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, ya que esta viuda está molestándome, le haré justicia, para que no siga viniendo a importunarme. La "razón" de Dios, por el contrario, es su infinito amor. Jesús concluye así la parábola: Prestad atención a lo que dice el juez injusto. ¿Acaso Dios no hará justicia a sus elegidos que claman a Él día y noche, y les hará esperar? Y comenta San Agustín: "Por tanto, deben estar bien seguros los que ruegan a Dios con perseverancia, porque Él es la fuente de la justicia y de la misericordia"2. Si la constancia ablanda al juez "capaz de todos los crímenes, ¿con cuánta más razón debemos postrarnos y rogar al Padre de las misericordias, que es Dios?"3.

El amor de los hijos de Dios debe expresarse en la constancia y en la confianza, pues "si a veces tarda en dar, encarece sus dones, no los niega. La consecución de algo largamente esperado es más dulce... Pide, busca, insiste. Pidiendo y buscando obtienes el crecimiento necesario para obtener el don. Dios te reserva lo que no te quiere dar de inmediato, para que aprendas a desear vivamente las cosas grandes. Por tanto, conviene orar y no desfallecer"4. No debemos desalentarnos jamás en nuestras súplicas a Dios. "¡Dios mío, enséñame a amar! —¡Dios mío, enséñame a orar!"5. Ambas cosas coinciden.

II. Mucho vale la oración perseverante del justo6. Y tiene tanto poder porque pedimos en nombre de Jesús7. Él encabeza nuestra petición y actúa de Mediador ante Dios Padre8. El Espíritu Santo suscita en nuestra alma la súplica, cuando ni siquiera sabemos lo que debemos pedir. Quien ha de conceder pide con nosotros que nos sea concedido, ¿qué más seguridad podemos desear? Solamente nuestra incapacidad de recibir limita los dones de Dios. Como cuando se va a una fuente con una vasija pequeña o agujereada.

El Señor es compasivo y misericordioso9 con nuestras deficiencias y con nuestros males. La Sagrada Escritura presenta con frecuencia al Señor como Dios de misericordia, utilizando para ello expresiones conmovedoras: tiene entrañas de misericordia, ama con amor entrañable10, como las madres... Santo Tomás, que insiste frecuentemente en que la omnipotencia divina resplandece de manera especial en la misericordia11, enseña cómo en Dios esta es abundante e infinita: "Decir de alguien que es misericordioso –enseña el Santo– es como decir que tiene el corazón lleno de miserias, o sea, que ante la miseria de otro experimenta la misma sensación de tristeza que experimentaría si fuese suya; de donde proviene que se esfuerce en remediar la tristeza ajena como si se tratase de la propia, y este es el efecto de la misericordia. Pues bien, a Dios no le compete entristecerse por la miseria de otro; pero remediar las miserias, entendiendo por miseria un defecto cualquiera, es lo que más compete a Dios"12.

En Cristo, enseña el Papa Juan Pablo II, se hace particularmente visible la misericordia de Dios. "Él mismo la encarna y personifica. Él mismo es, en cierto sentido, la misericordia"13. Él nos conoce bien y se compadece de la enfermedad, de la mala situación económica que atravesamos quizá..., de las penas que la vida lleva a veces consigo. "Nosotros –cada uno– somos siempre muy interesados; pero a Dios Nuestro Señor no le importa que, en la Santa Misa, pongamos delante de Él todas nuestras necesidades. ¿Quién no tiene cosas que pedir? Señor, esa enfermedad... Señor, esta tristeza... Señor, aquella humillación que no sé soportar por tu amor... Queremos el bien, la felicidad y la alegría de las personas de nuestra casa; nos oprime el corazón la suerte de los que padecen hambre y sed de pan y de justicia; de los que experimentan la amargura de la soledad; de los que, al término de sus días, no reciben una mirada de cariño ni un gesto de ayuda.

"Pero la gran miseria que nos hace sufrir, la gran necesidad a la que queremos poner remedio es el pecado, el alejamiento de Dios, el riesgo de que las almas se pierdan para toda la eternidad"14. El estado del alma de quienes tratamos más frecuentemente debe ser nuestra primera solicitud, la petición más urgente que elevamos cada día al Señor.

III. El pueblo cristiano se ha sentido movido a lo largo de los siglos a presentar sus peticiones a Dios a través de su Madre, María, y a la vez Madre nuestra. En Caná de Galilea puso de manifiesto su poder de intercesión ante una necesidad material de unos novios que quizá se encontraron con una afluencia de amigos y conocidos mayor de la prevista. El Señor había determinado que su hora fuera adelantada por la petición de su Madre. "En la vida pública de Jesús –señala el Concilio Vaticano II– aparece significativamente su Madre ya desde el principio, cuando en las bodas de Caná de Galilea, movida por la misericordia, suscitó con su intercesión el comienzo de los milagros del Mesías"15. Desde el principio, la obra redentora de Jesús está acompañada por la presencia de María. En aquella ocasión, no solo se remedió, con abundancia, la carencia del vino en la fiesta de bodas, sino que, como el Evangelista indica expresamente, el milagro confirmó la fe de aquellos que seguían más de cerca a Jesús. Así en Caná de Galilea hizo Jesús el primero de sus milagros con el que manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él16.

La Virgen Santa María, siempre atenta a las dificultades y carencias de sus hijos, será el cauce por el que llegarán con prontitud nuestras peticiones hasta su Hijo. Y las enderezará si van algo torcidas. "¿Por qué tendrán tanta eficacia los ruegos de María ante Dios?", se pregunta San Alfonso Mª de Ligorio. Y responde el Santo: "Las oraciones de los santos son oraciones de siervos, en tanto que las de María son oraciones de Madre, de donde procede su eficacia y carácter de autoridad; y como Jesús ama inmensamente a su Madre, no puede rogar sin ser atendida (...).

"Para conocer bien la gran bondad de María recordemos lo que refiere el Evangelio (...). Faltaba el vino, con el consiguiente apuro de los esposos. Nadie pide a la Santísima Virgen que interceda ante su Hijo en favor de los consternados esposos. Con todo, el corazón de María, que no puede menos de compadecer a los desgraciados (...), la impulsó a encargarse por sí misma del oficio de intercesora y pedir al Hijo el milagro, a pesar de que nadie se lo pidiera (...). Si la Señora obró así sin que se lo pidieran, ¿qué hubiera sido si le rogaran?"17.

Hoy, un sábado que procuramos dedicar especialmente a Nuestra Señora, es una buena ocasión para acudir a Ella con más frecuencia y con más amor. "A tu Madre María, a San José, a tu Ángel Custodio..., ruégales que hablen al Señor, diciéndole lo que, por tu torpeza, tú no sabes expresar"18.

1 Lc 18, 1-8. — 2 San Agustín, en Catena Aurea, vol. VI, p. 295. — 3 Teofilacto, en Catena Aurea, vol. VI, p, 296. — 4 San Agustín, Sermón 61, 6-7. — 5 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 66. — 6 Sant 5, 16. — 7 Cfr. Jn 15, 16; 16, 26. — 8 Cfr. San Cirilo DE Jerusalén, Comentario al Evangelio de San Juan, 16, 23-24. — 9 Sant 5, 11. — 10 Cfr. Ex 34, 6; Ioel 2, 13; Lc 1, 78. — 11 Cfr. Santo Tomás, Suma Teológica, 1, q, 21, a. 4; 2-2, q. 30, a. 4. — 12 ídem, o. c., 1, q. 21, a. 3. — 13 Juan Pablo II, Enc. Dives in misericordia, 30-XI-1980, 2. — 14 San Josemaría Escrivá, Amar a la Iglesia, Palabra, 2ª ed., Madrid 1986, pp. 77-78. — 15 Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 58. — 16 Jn 2, 11. — 17 San Alfonso Mª de Ligorio, Sermones abreviados, 48. — 18 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 272.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

San Alberto Magno
Doctor de la Iglesia
Año 1280

La Virgen Santísima nos conceda como a su buen devoto San Alberto,
el don de la sabiduría, para hacer mucho bien.

El primer paso para adquirir sabiduría es
tener un gran deseo de instruirse
(S. Biblia. Proverbios).

 

Alberto significa: "de buena familia" (Al = familia. Bert = buena).

Ya en su tiempo la gente lo llamaba "El Magno", el grande, el magnífico, por la sabiduría tan admirable que había logrado conseguir. Lo llamaban también "El Doctor Universal" porque sabía de todo: de ciencias religiosas, de ciencias naturales, de filosofía, etc. Era geógrafo, astrónomo, físico, químico y teólogo. La gente decía "Sabe todo lo que se puede saber" y le daba el título de "milagro de la época", "maravilla de conocimientos" y otros más.

Tuvo el honor San Alberto de haber sido el maestro del más grande sabio que ha tenido la Iglesia Católica, Santo Tomás de Aquino, y esto le aumentó su celebridad. El descubrió el genio que había en el joven Tomás.

Nació en Alemania en 1206. Era de familia rica y de importancia en el gobierno y en la alta sociedad. Su padre era Conde, o sea gobernador de la región. Estudió en la Universidad de Padua. Allí se encontró con el más grande pescador de vocaciones, el beato Jordán de Sajonia, sucesor de Santo Domingo, y aunque el papá de Alberto se oponía a que su hijo se hiciera religioso, sin embargo la personalidad de Jordán fue tan impresionante para él, que dejó todo su futuro de hacendado, político y hombre de mundo, y entró de religioso con los Padres Dominicos.

Él mismo contaba que de joven le costaban los estudios y por eso una noche dispuso huir del colegio donde estudiaba. Pero al tratar de huir por una escalera colgada de una pared, en la parte de arriba, le pareció ver a Nuestra Señora la Virgen María que le dijo: "Alberto, ¿por qué en vez de huir del colegio, no me rezas a Mí que soy 'Trono de la Sabiduría?'.

Si me tienes fe y confianza, yo te daré una memoria prodigiosa. Y para que sepas que sí fui yo quien te la concedí, cuando ya te vayas a morir, olvidarás todo lo que sabías". Y así sucedió. Y al final de su vida, un día en un sermón se le olvidó todo lo que sabía, y dijo: "Es señal de que ya me voy a morir, porque así me lo anunció la Virgen Santísima". Y se retiró de sus labores y se dedicó a orar y a prepararse para morir, y a los pocos meses murió.

En Colonia, en París y en varias otras universidades fue profesor brillantísimo y de muchas naciones iban estudiantes a escuchar sus clases. Él tuvo el mérito de haber separado la teología de la filosofía, y de haber descubierto que el filósofo Aristóteles tiene un gran parecido con las ideas cristianas (lo cual perfeccionará luego su discípulo Santo Tomás).

Escribió 38 volúmenes, de todos los temas. Teología, filosofía, geografía, química, astronomía, etc. Era una verdadera enciclopedia viviente.

Fue nombrado superior provincial de su comunidad de Dominicos. Y el Sumo Pontífice lo nombró Arzobispo de Ratisbona, pero a los dos años renunció a ese cargo para dedicarse a dar clases y escribir, que eran sus oficios preferidos.

Habiendo sido de familia muy rica y de alta posición social, recorrió Alemania predicando, y viajando de limosna y hospedándose donde le dieran posada como a un limosnero. Era una buena práctica para aumentar la virtud de la humildad.

El 15 de noviembre de 1280, mientras charlaba tranquilamente con unos religiosos de su comunidad, quedó muerto plácidamente. Tenía 74 años. Dejaba fama de haber sido más sabio que todos los sabios de su tiempo. Todas las enseñanzas tenían por fin llevar el alma hacia Dios que es amor.

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Fuente: Wikipédia
Eugenio de Toledo, Santo Obispo y mártir, 15 Noviembre  

Eugenio de Toledo, Santo

Obispo, escritor y poeta español de la época visigoda. Es uno de los Padres de la Iglesia hispánica.

Fue discípulo de Braulio de Zaragoza, estudiando con él en la Iglesia de Santa Engracia de esa ciudad. Fue llamado "El Poeta" y supo fundir las enseñanzas de su maestro y de San Isidoro de Sevilla. Se destacó, además de por su actividad poética, como músico y teólogo. Fue nombrado Obispo de Toledo y es considerado como el iniciador del Arzobispado de esta ciudad tras ser designado en el 649 por Chindasvinto.

Vida y obra
Sus poemas y los testimonios de San Ildefonso, además de un relato martirológico del siglo IX, son la principal fuente conocer su biografía. Se educó con San Eladio y más tarde, atraído por la fama de Zaragoza como foco cultural, ingresó en el monasterio de Santa Engracia para ampliar sus estudios con San Braulio, uno de los personajes más cultos de su tiempo y que mantuvo constante comunicación con San Isidoro.

San Braulio, tras ser nombrado obispo de la sede zaragozana en 626, escogió a Eugenio para que fuera su arcediano. En el año 649 fue nombrado arzobispo de Toledo por Chindasvinto, como muestra la carta del rey visigodo a Braulio, donde expresa su deseo de nombrar a Eugenio titular de un arzobispado en Toledo. Braulio, que veía en él a su sucesor en la sede cesaraugustana, se opuso sin ningún éxito. Desde su nueva cátedra toledana impulsó la cultura y celebró los concilios VIII, IX y X de Toledo. Fue asimismo, en tal sede catedralicia, promotor de la música sacra.

En cuanto a su actividad literaria, escribió libros de teología, epístolas y poemas. Entre su poesía, destaca el Libellus diversi carminis metro (Libro de poesías diversas). Una de sus composiciones habla de san Ildefonso, aunque no ha llegado hasta nuestros días. Otra, titulada "Lamentum de adventu propriae senectutis" ("Lamento por la llegada de mi propia vejez") [1], trata el tema de la vejez, el paso del tiempo y la implacabilidad de la muerte. Asimismo, Eugenio enseñó Gramática y Sagrada Escritura y fue consejero de los reyes Chindasvinto y Recesvinto.

La narración martirológica sobre su vida y reliquias fue compuesta a mediados del siglo IX por un autor anónimo, probablemente el presbítero del santuario de Deuil donde, según la leyenda hagiográfica, reposaron los restos de San Eugenio. Existen dos versiones del relato. La más extensa se conserva en manuscritos de las bibliotecas de Bruselas, La Haya y París.

Murió el año 657 en Toledo y fue sepultado en la basílica de Santa Leocadia.

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Leopoldo de Austria, Santo Príncipe, 15 Noviembre  

Leopoldo de Austria, Santo

Noviembre 15
Príncipe


Etimológicamente significa " valiente con la gente". Viene de la lengua alemana.

La Sabiduría dice: " Te compadeces de todos, Señor, porque todo lo puedes, Amas a todo lo que existe".

Leopoldo era príncipe que nació en Melk en 1073 y murió en Viena en 1136.

No se conoce mucho acerca de este príncipe, Leopoldo III, margrave de Austria.

Lo que se sabe es que fue querido por su pueblo y que fue un magnífico bienhechor de la Iglesia.
Tres de sus fundaciones religiosas existen todavía: las abadías de Matiazell, benedictina; Heiligenkreux, cisterciense y Klosterneuburg, de agustinos regulares.

En 1125 renunció a ser candidato para la corona real.

El cronista Otto de Freising era uno de sus 18 hijos. Le llamaban el piadoso. Era hijo de Leopoldo y de Ita, hija del emperador Enrique III.
Leopoldo prefirió vivir como un pobre en lugar de vivir con todo el boato de la corte.

Le hacía a Dios mucha oración pidiéndole buenos súbditos.

Y es curioso que, siendo como era su altura real, no prefiriese nada para sí.

Sin embargo, a pesar de sus penitencias y vida de plegaria, no descuidaba el ser un buen gobernante.

Murió el año 1136.

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Fuente: Vatican.va
María de la Pasión, Beata Religiosa fundadora, 15 de noviembre  

María de la Pasión, Beata

Maria della Passione (1839-1904)
Hélène Marie Philippine de Chappotin de Neuville

Martirologio Romano: En San Remo, de la Liguria, en Italia, beata María de la Pasión (Helena) de Chappotin de Neuville, virgen, que, enamorada de la humildad y simplicidad de san Francisco, fundó las Hermanas Franciscanas Misioneras de María, para el servicio de la mujer en tierras de misión (1904).

 

Hélène Marie Philippine de Chappotin de Neuville, en religión María de la Pasión, nace el 21 de mayo de 1839 en Nantes, Francia, de una noble y cristiana familia. Desde la infancia manifiesta eminentes dones naturales y una fe profunda.

En abril de 1856, en unos ejercicios espirituales, hace una primera experiencia de Dios que la llama a una vida de consagración total. La improvisa muerte de la madre retrasa la realización. Sin embargo en diciembre de 1860, con el consentimiento del obispo de Nantes, entra en las Clarisas, atraída por el ideal de sencillez y pobreza de San Francisco.

El 23 de enero de 1861, aún postulante, hace una profunda experiencia de Dios que la invita a ofrecerse víctima por la Iglesia y el Papa. Esta experiencia marcará toda su vida. Cae gravemente enferma y tiene que dejar el monasterio. Después de su restablecimiento, su confesor la orienta hacia la Sociedad de María Reparadora y es admitida en mayo de 1864. El 15 de agosto del mismo año, en Toulouse, recibe el hábito con el nombre de María de la Pasión.

En marzo de 1865, aún novicia, es enviada a India, al Vicariato apostólico del Maduré, confiado a la Compañía de Jesús, donde las Reparadoras tienen como tarea principal la formación de las religiosas de una congregación autóctona y otras actividades apostólicas. En Maduré, el 3 de mayo de 1866, María de la Pasión pronuncia los votos temporales.

Por sus dones y virtudes es designada como superiora local y seguidamente, en julio de 1867, provincial de los tres conventos de las Reparadoras. Bajo su dirección las obras de apostolado se desarrollan, la paz — un tanto turbada por tensiones anteriores — se restablece, el fervor y la regularidad reflorecen en las comunidades. En 1874, funda una nueva casa en Ootacamund, en el Vicariato de Coimbatore, asignado a las Misiones Extranjeras de París. Pero en el Maduré las disensiones se agravan hasta tal punto de que veinte religiosas, entre ellas María de la Pasión, se ven obligadas, en 1876, a dejar la Sociedad de María Reparadora, Se reunen en Ootacamund bajo la jurisdicción del Vicario Apostólico de Coimbatore, Mons. José Bardou, M.E.P.

En noviembre de 1876, María de la Pasión se dirige a Roma para regularizar la situación de las veinte hermanas separadas y obtiene de Pío IX, el 6 de enero de 1877, la autorización de fundar un nuevo Instituto, específicamente misionero, bajo el nombre de Misioneras de María.

Sugerido por la Congregación de Propaganda Fide, María de la Pasión abre en Saint-Brieuc, Francia, un noviciado que acoge rápi-damente numerosas vocaciones. En abril de 1880 y en junio de 1882, la Sierva de Dios regresa a Roma para resolver las dificultades que amenazan obstaculizar la estabilidad y el crecimiento del joven Instituto. El último viaje, en junio de 1882, marca una etapa importante en su vida: se le autoriza a fundar en Roma una casa y, llevada por circunstancias providenciales, encuentra la orientación franciscana indicada por Dios veintidós años antes. El 4 de octubre de 1882, en la iglesia del Aracoeli es recibida en la Tercera Orden de San Francisco y entra en relación con el Siervo de Dios, Padre Bernardino de Portogruaro, ministro general de la Orden de Frailes Menores, que en sus pruebas le apoya con paternal solicitud.

En marzo de 1883, María de la Pasión es destituida en su función de Superiora del Instituto a causa de oposiciones latentes. Pero después de la investigación ordenada a este respecto por León XIII, se reconoce plenamente su inocencia y es reelegida en el Capítulo de julio de 1884.

El Instituto inicia su rápido desarrollo: el 12 de agosto de 1885 emiten el Decreto laudatorio y él de afiliación a la Orden de Hermanos Menores; se aprueban las Constituciones ad experimentum el 17 de julio de 1890 y definitivamente el 11 de mayo de 1896. Es el momento del envío de misioneras, incluso a las puestos más lejanos y peligrosos, sin detenerse, más allá de todo obstáculo y de toda frontera.

El celo misionero de la fundadora no conoce límites para responder a las llamadas de los pobres y abandonados. También la promoción de la mujer y la situación social le interesan particularmente; con inteligencia y discreción ofrece a los pioneros que trabajan en este campo, una colaboración que ellos aprecian mucho.

Su intensa actividad y su dinamismo brotan de la contemplación de los grandes misterios de la fe. Para María de la Pasión todo confluye en la Unidad-Trinidad de Dios Verdad-Amor, que se da a nosotros a través del misterio pascual de Cristo. Unida a estos misterios vive su vocación de ofrenda en una dimensión eclesial y misionera. Jesús Eucaristía es para ella "el gran misionero" y María, en la disponibilidad de su "Ecce", traza el camino de la donación sin reserva a la obra de Dios. De este modo abre a su Instituto los horizontes de la misión universal, cumplida en el espíritu evangélico de sencillez, pobreza y caridad de Francisco de Asís.

Tiene gran cuidado, no solamente de la organización exterior de las obras, sino sobre todo de la formación espiritual de las religiosas. Dotada de una extraordinaria capacidad de trabajo, encuentra tiempo para redactar numerosos escritos de formación, y para mantener una frecuente correspondencia con sus misioneras esparcidas por el mundo, invitándolas con insistencia a una vida de santidad. En 1900, el Instituto recibe el sello de sangre con el martirio en China de siete Franciscanas Misioneras de María, beatificadas en 1946 y canonizadas en el transcurso del Gran Jubileo del año 2000. Este martirio es para María de la Pasión, junto con un gran dolor, un inmenso gozo, una emoción intensa de ser la madre espiritual de estas misioneras que han sabido vivir el ideal de su vocación, hasta la efusión de la sangre.

Agotada por las fatigas de incesantes viajes y por el trabajo cotidiano, María de la Pasión, después de una breve enfermedad, muere serenamente en San Remo el 15 de noviembre de 1904, dejando más de dos mil religiosas y ochenta y seis casas insertas en cuatro continentes. Sus restos mortales reposan en un oratorio privado de la casa general del Instituto en Roma.

En febrero de 1918 se abre en San Remo el Proceso informativo para la Causa de Beatificación y Canonización. En 1941 es promulgado el Decreto sobre los escritos y, en los años siguientes, llegan a la Santa Sede numerosísimas cartas postulatorias, de todas las partes del mundo, a favor de la Causa de la Sierva de Dios. Después del voto unánimemente favorable de los Consultores, se publica el Decreto para la Introducción de la Causa, con aprobación de S.S. Juan Pablo II, el 19 de enero de 1979.

El 28 de junio de 1999 es promulgado solemnemente por el Sumo Pontífice Juan Pablo II, el Decreto de la heroicidad de las virtudes de la Madre María de la Pasión.

El 5 marzo de 2002, se reconoce la curación de una religiosa afectada de "TBC pulmonar vertebral; Morbo de Pott", un milagro que Dios concede por intercesión de la Venerable. El 23 de abril de 2002, en presencia del Sumo Pontífice Juan Pablo II, es promulgado el Decreto que abre el camino a la Beatificación de la Venerable Sierva de Dios.
Fue beatificada el 20 de octubre de 2002.

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José Mkasa Balikuddembé, Santo Mártir, 15 Noviembre  

José Mkasa Balikuddembé, Santo

En Mengo, lugar de Uganda, san José Mkasa Balikuddembé, mártir, que siendo al consejero del rey por lo administraba el palacio real, recibió el bautismo y ganó a muchos jóvenes para Cristo y defendió a los niños de la corte de las pasiones viciosas del rey Mwenga, y, debido a esto, el rey, enfurecido, ordenó degollarle a los veinticinco años de edad (1885).

Es uno de los 22 mártires de Uganda

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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