domingo, 8 de abril de 2012

Lecturas Lunes 09 de Abril de 2012. Santa Valdetrudis ¡ruega por más familias santas como la tuya!

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 28, 8-15

Gloria a ti, Señor.

Después de escuchar las palabras del ángel, las mujeres se alejaron a toda prisa del sepulcro y, llenas de temor, pero con mucha alegría, corrieron a llevar la noticia a los discípulos. Jesús salió a su encuentro y las saludó.
Ellas se acercaron, se echaron a sus pies y lo adoraron. Entonces les dijo Jesús:
"No teman, digan a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán".
Mientras las mujeres iban de camino, algunos de la guardia fueron a la ciudad y comunicaron a los sumos sacerdotes todo lo ocurrido. Estos se reunieron con los ancianos y acordaron en Consejo dar una fuerte suma de dinero a los soldados, advirtiéndoles:
"Digan que sus discípulos fueron de noche y robaron su cuerpo mientras ustedes dormían. Y si el asunto llega a oídos del gobernador, nosotros lo convenceremos y responderemos por ustedes".
Los soldados tomaron el dinero e hicieron lo que les habían dicho. Y ésta es la versión que ha corrido entre los judíos hasta hoy.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te quiero, pero no te quiero ver todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesar pecados graves al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

Misal

 

lun 8a. de Pascua

Antífona de Entrada

El Señor ha resucitado como lo había dicho; llenémonos de gozo y de alegría porque reina eternamente. Aleluya.

 

Se dice "Gloria".

Oración Colecta

Oremos:
Dios nuestro, que por medio del bautismo das nuevos hijos a tu Iglesia y la haces crecer continuamente, concédenos vivir siempre de acuerdo con la fe que recibimos en el bautismo.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

A este Jesús, Dios lo ha resucitado, y de ello somos testigos

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 2, 14. 22-33

El día de Pentecostés, se presentó Pedro con los Once ante la multitud, levantó la voz y
declaró solemnemente:
"Israelitas, escuchen: Jesús de Nazaret fue el hombre a quien Dios acreditó ante ustedes con los milagros, prodigios y señales que realizó por medio de él, como bien lo saben. Dios lo entregó conforme al plan que tenía previsto y determinado, y ustedes, valiéndose de los impíos, lo crucificaron y lo mataron. Dios, sin embargo, lo resucitó, rompiendo las ataduras de la muerte, pues era imposible que ésta lo retuviera en su poder, ya que el mismo David dice de él:
Tengo siempre presente al Señor, porque está a mi derecha, para que yo no dude. Por eso se goza mi corazón, se alegra mi lengua, y todo mi ser descansa confiado; porque no me entregarás al abismo, ni permitirás que tu fiel experimente la corrupción. Me enseñaste los caminos de la vida, y me saciarás de alegría en tu presencia.
Hermanos, permítanme decirles con franqueza que el patriarca David murió y fue sepultado, y su sepulcro aún se conserva entre nosotros. Pero, como era profeta y sabía que Dios le había jurado solemnemente sentar en su trono a un descendiente suyo, vio anticipadamente la resurrección de Cristo, y dijo que no sería entregado a la muerte, ni su cuerpo experimentaría la corrupción. A este Jesús, Dios lo resucitó, y de ellos somos testigos todos nosotros. El poder de Dios lo ha exaltado, y él, habiendo recibido del Padre el Espíritu Santo prometido, lo ha derramado, como ahora lo están viendo y oyendo".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial

Sal 15, 1-2a.5.7-8.9-10.11

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.

Protégeme, Dios mío que me refugio en ti. Yo digo al Señor: "Tú eres mi dueño, mi único bien". Señor, tú eres mi alegría y mi herencia, mi destino está en tus manos.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.

Bendeciré al Señor que me aconseja, ¡hasta de noche instruye mi conciencia! Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha jamás fracasaré.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.

Por eso se me alegra el corazón, hacen fiesta mis entrañas y todo mi ser descansa tranquilo; porque no me abandonarás en el abismo, ni dejarás a tu fiel experimentar la corrupción.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.

Me enseñarás la senda de la vida, me llenarás de alegría en tu presencia, de felicidad eterna a tu derecha. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Este es el día del triunfo del Señor; día de júbilo y de gozo.
Aleluya.

 

Evangelio

Vayan a decir a mis hermanos que se dirijan a Galilea; allí me verán

 

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 28, 8-15

Gloria a ti, Señor.

Después de escuchar las palabras del ángel, las mujeres se alejaron a toda prisa del sepulcro y, llenas de temor, pero con mucha alegría, corrieron a llevar la noticia a los discípulos. Jesús salió a su encuentro y las saludó.
Ellas se acercaron, se echaron a sus pies y lo adoraron. Entonces les dijo Jesús:
"No teman, digan a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán".
Mientras las mujeres iban de camino, algunos de la guardia fueron a la ciudad y comunicaron a los sumos sacerdotes todo lo ocurrido. Estos se reunieron con los ancianos y acordaron en Consejo dar una fuerte suma de dinero a los soldados, advirtiéndoles:
"Digan que sus discípulos fueron de noche y robaron su cuerpo mientras ustedes dormían. Y si el asunto llega a oídos del gobernador, nosotros lo convenceremos y responderemos por ustedes".
Los soldados tomaron el dinero e hicieron lo que les habían dicho. Y ésta es la versión que ha corrido entre los judíos hasta hoy.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

No se dice "Credo".

Oración sobre las Ofrendas

Señor, recibe con bondad nuestras ofrendas, y tú que nos llamaste a la fe y nos has hecho renacer por el bautismo, guíanos a la felicidad eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

El misterio Pascual

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor; pero más que nunca en este día en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Porque él es el verdadero Cordero que quitó el pecado del mundo; muriendo destruyó nuestra muerte, y resucitando restauró la vida.
Por eso,
con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría, y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:

Antífona de la Comunión

Cristo, una vez resucitado, ya no puede morir; la muerte ya no tiene dominio sobre él. Aleluya.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Que la gracia de este sacramento, memorial de la Pascua de tu Hijo fructifique, Señor, en nuestros corazones, para que podamos corresponder a los dones de tu amor que nos abrió el camino de la salvación eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

 

Octava de Pascua. Lunes

LA ALEGRíA DE LA RESURRECCIóN

— La alegría verdadera tiene su origen en Cristo.

— La tristeza nace del descamino y del alejamiento de Dios. Ser personas optimistas, serenas, alegres, también en medio de la tribulación.

— Dar paz y alegría a los demás.

I. El Señor ha resucitado de entre los muertos, como lo había dicho, alegrémonos y regocijémonos todos, porque reina para siempre. ¡Aleluya!1.

Nunca falta la alegría en el transcurso del año litúrgico, porque todo él está relacionado, de un modo u otro, con la solemnidad pascual, pero es en estos días cuando este gozo se pone especialmente de manifiesto. En la Muerte y Resurrección de Cristo hemos sido rescatados del pecado, del poder del demonio y de la muerte eterna. La Pascua nos recuerda nuestro nacimiento sobrenatural en el Bautismo, donde fuimos constituidos hijos de Dios, y es figura y prenda de nuestra propia resurrección. Dios –nos dice San Pablo– nos ha dado vida por Cristo y nos ha resucitado con Él2. Cristo, que es el primogénito de los hombres, se ha convertido en ejemplo y principio de nuestra futura glorificación.

Nuestra Madre la Iglesia nos introduce en estos días en la alegría pascual a través de los textos de la liturgia: lecturas, salmos, antífonas..., en ellos pide sobre todo que esta alegría sea anticipo y prenda de nuestra felicidad eterna en el Cielo. Desde muy antiguo se suprimen en este tiempo los ayunos y otras mortificaciones corporales, como símbolo externo de esta alegría del alma y del cuerpo. "Los cincuenta días del tiempo pascual –dice San Agustín– excluyen los ayunos, pues se trata de una anticipación del banquete que nos espera allí arriba"3. Pero de nada serviría esta invitación de la liturgia si en nuestra vida no se produce un verdadero encuentro con el Señor, si no vivimos con una mayor plenitud el sentido de nuestra filiación divina.

Los Evangelistas nos han dejado constancia, en cada una de las apariciones, de cómo los Apóstoles se alegraron viendo al Señor. Su alegría surge de haber visto a Cristo, de saber que vive, de haber estado con Él.

La alegría verdadera no depende del bienestar material, de no padecer necesidad, de la ausencia de dificultades, de la salud... La alegría profunda tiene su origen en Cristo, en el amor que Dios nos tiene y en nuestra correspondencia a ese amor. Se cumple –ahora también– aquella promesa del Señor: Y Yo os daré una alegría que nadie os podrá quitar4. Nadie: ni el dolor, ni la calumnia, ni el desamparo..., ni las propias flaquezas, si volvemos con prontitud al Señor. Esta es la única condición: no separarse de Dios, no dejar que las cosas nos separen de Él; sabernos en todo momento hijos suyos.

II. Nos dice el Evangelio de la Misa: las mujeres se marcharon a toda prisa del sepulcro; impresionadas y llenas de alegría, corrieron a anunciarlo a los discípulos. De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: Alegraos. Ellas se acercaron, se postraron ante él y le abrazaron los pies5.

La liturgia del tiempo pascual nos repite con mil textos diferentes estas mismas palabras: Alegraos, no perdáis jamás la paz y la alegría; servid al Señor con alegría6, pues no existe otra forma de servirle. "Estás pasando unos días de alborozo, henchida el alma de sol y de color. Y, cosa extraña, ¡los motivos de tu gozo son los mismos que otras veces te desanimaban!

"Es lo de siempre: todo depende del punto de mira. —"Laetetur cor quaerentium Dominum!" —cuando se busca al Señor, el corazón rebosa siempre de alegría"7.

En la Última Cena, el Señor no había ocultado a los Apóstoles las contradicciones que les esperaban; sin embargo, les prometió que la tristeza se tornaría en gozo: Así pues, también vosotros ahora os entristecéis, pero os volveré a ver y se alegrará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestro gozo8. Aquellas palabras, que entonces les podrían resultar incomprensibles, se cumplen ahora acabadamente. Y poco tiempo después, los que hasta ahora han estado acobardados, saldrán del Sanedrín dichosos de haber padecido algo por su Señor9. En el amor a Dios, que es nuestro Padre, y a los demás, y en el consiguiente olvido de nosotros mismos, está el origen de esta alegría profunda del cristiano10. Y esta es lo normal para quien sigue a Cristo. El pesimismo y la tristeza deberán ser siempre algo extraño al cristiano. Algo que, si se diera, necesitaría de un remedio urgente.

El alejamiento de Dios, el descamino, es lo único que podría turbarnos y quitarnos ese don tan apreciado. Por tanto, luchemos por buscar al Señor en medio del trabajo y de todos nuestros quehaceres, mortifiquemos nuestros caprichos y egoísmos en las ocasiones que se presentan cada día. Este esfuerzo nos mantiene alerta para las cosas de Dios y para todo aquello que puede hacer la vida más amable a los demás. Esa lucha interior da al alma una peculiar juventud de espíritu. No cabe mayor juventud que la del que se sabe hijo de Dios y procura actuar en consecuencia.

Si alguna vez tuviéramos la desgracia de apartarnos de Dios, nos acordaríamos del hijo pródigo, y con la ayuda del Señor volveríamos de nuevo a Dios con el corazón arrepentido. En el Cielo habría ese día una gran fiesta, y también en nuestra alma. Esto es lo que ocurre todos los días en pequeñas cosas. Así, con muchos actos de contrición, el alma está habitualmente con paz y serenidad.

Debemos fomentar siempre la alegría y el optimismo y rechazar la tristeza, que es estéril y deja el alma a merced de muchas tentaciones. Cuando se está alegre, se es estímulo para los demás; la tristeza, en cambio, oscurece el ambiente y hace daño.

III. Estar alegres es una forma de dar gracias a Dios por los innumerables dones que nos hace; la alegría es "el primer tributo que le debemos, la manera más sencilla y sincera de demostrar que tenemos conciencia de los dones de la naturaleza y de la gracia y que los agradecemos"11. Nuestro Padre Dios está contento con nosotros cuando nos ve felices y alegres con el gozo y la dicha verdaderos.

Con nuestra alegría hacemos mucho bien a nuestro alrededor, pues esa alegría lleva a los demás a Dios. Dar alegría será con frecuencia la mejor muestra de caridad para quienes están a nuestro lado. Fijémonos en los primeros cristianos. Su vida atraía por la paz y la alegría con que realizaban las pequeñas tareas de la vida ordinaria. "Familias que vivieron de Cristo y que dieron a conocer a Cristo. Pequeñas comunidades cristianas, que fueron como centros de irradiación del mensaje evangélico. Hogares iguales a los otros hogares de aquellos tiempos, pero animados de un espíritu nuevo que contagiaba a quienes los conocían y los trataban. Esos fueron los primeros cristianos, y eso hemos de ser los cristianos de hoy: sembradores de paz y alegría, de la paz y de la alegría que Jesús nos ha traído"12. Muchas personas pueden encontrar a Dios en nuestro optimismo, en la sonrisa habitual, en una actitud cordial. Esta muestra de caridad con los demás –la de esforzarnos por alejar en todo momento el malhumor y la tristeza y remover su causa– ha de manifestarse particularmente con los más cercanos. En concreto, Dios quiere que el hogar en el que vivimos sea un hogar alegre. Nunca un lugar oscuro y triste, lleno de tensiones por la incomprensión y el egoísmo.

Una casa cristiana debe ser alegre, porque la vida sobrenatural lleva a vivir esas virtudes (generosidad, cordialidad, espíritu de servicio...), a las que tan íntimamente está unida esta alegría. Un hogar cristiano da a conocer a Cristo de modo atrayente entre las familias y en la sociedad.

Debemos procurar también llevar esta alegría serena y amable a nuestro lugar de trabajo, a la calle, a las relaciones sociales. El mundo está triste e inquieto y tiene necesidad, ante todo, del gaudium cum pace13, de la paz y de la alegría que el Señor nos ha dejado. ¡Cuántos han encontrado el camino que lleva a Dios en la conducta cordial y sonriente de un buen cristiano! La alegría es una enorme ayuda en el apostolado, porque nos lleva a presentar el mensaje de Cristo de una forma amable y positiva, como hicieron los Apóstoles después de la Resurrección. Jesucristo debía manifestar siempre su infinita alegría interior. La necesitamos también para nosotros mismos, para crecer en la propia vida interior. Santo Tomás dice expresamente que "todo el que quiere progresar en la vida espiritual necesita tener alegría"14. La tristeza nos deja sin fuerzas; es como el barro pegado a las botas del caminante que, además de mancharlo, le impide caminar.

Esta alegría interior es también el estado de ánimo necesario para el perfecto cumplimiento de nuestras obligaciones. Y "cuanto más elevadas sean estas, tanto más habrá de elevarse nuestra alegría"15. Cuanto mayor sea nuestra responsabilidad (sacerdotes, padres, superiores, maestros...), mayor también nuestra obligación de tener paz y alegría para darla a los demás, mayor la urgencia de recuperarla si se hubiera enturbiado.

Pensemos en la alegría de la Santísima Virgen. Ella está "abierta sin reservas a la alegría de la Resurrección (...). Ella recapitula todas las alegrías, vive la perfecta alegría prometida a la Iglesia: Mater plena sanctae laetitiae, y, con toda razón, sus hijos en la tierra, volviendo los ojos hacia la madre de la esperanza y madre de la gracia, la invocan como causa de su alegría: Causa nostrae laetitiae"16.

1 Antífona de entrada en la Misa. — 2 Ef 2, 6. — 3 San Agustín, Sermón 252. — 4 Jn 16, 22. — Mt 28, 8-9. — 6 Sal 99, 2. — 7 San Josemaría Escrivá, Surco, n. 72. — 8 Jn 16, 22. — 9 Hech 5, 40. — 10 Cfr. Santos Evangelios, EUNSA, Pamplona 1983, pp. 1125-1126. — 11 P. A. Reggio, Espíritu sobrenatural y buen humor, Rialp, Madrid 1966, p. 12. — 12 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 30. — 13 Misal Romano, Preparación de la Santa Misa, Formula intentionis. — 14 Santo Tomás, Comentario a la Carta a los Filipenses, 4, 1. — 15 P. A. Reggio, o. c., p. 24. — 16 Pablo VI, Exhor. Apost. Gaudete in Domino, 9-V-1975, IV.

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Santoral             (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

 

Vadim o Bademio, Santo Mártir, Abril 9  

Vadim o Bademio, Santo

Mártir

Etimológicamente: Vadim es un nombre propio masculino de origen incierto. Se baraja en un origen eslavo, aunque algunos investigadores consideran que es de origen persa. También es posible la procedencia árabe, relacionada con la palabra wadi. En español ha dado lugar a Bademio, del latín Bademus.

 

Archimandrita, mártir. Nació en el siglo IV en Bethlapat, Persia. Fue ejecutado por orden del rey Sapor II en el año 376.

En el año 36 de la persecución de Sapor II, Bademio fue arrestado junto a siete de sus monjes. Durante meses estuvo encadenado en una mazmorra. Al mismo tiempo un noble cristiano llamado Nersan, príncipe de la satrapía de Aria, también fue encarcelado por negarse a adorar al sol. Al principio Nersan parecía decidió a mantenerse en su fe, pero ante la visión de las posibles torturas terminó cediendo y prometió aceptar al dios solar. Para probar la sinceridad de Nersan el rey Sapor ordenó que Bademio fuera trasladado a la celda de Nersan, que se encontraba en una cámara en su palacio real. Sapor le dijo a Nersan que si mataba a Bademio le devolvería sus privilegios y derechos como príncipe.

Nersan aceptó las condiciones del rey. Le dieron una una espada y se dispuso a hundirla en el pecho del monje. Sin embargo, se vio asaltado por un repentino terror, así que se detuvo al instante y fue incapaz de levantar el arma para golpear. Sin embargo, a pesar del miedo que sentía, continuó tratando de clavar su alma en el costado de Bademio. Sin embargo, una combinación de miedo, vergüenza, remordimiento y respeto le invadión y sus golpes resultaron débiles e imprecisos. Sin embargo las heridas del mártir eran tan numerosas que los testigos que presenciaron el martirio admiraron la invencible paciencia de Bademio, que aguardaba la muerte impertérrito.

El decidido mártir amonestó a su torturador diciéndole: Infeliz Nersan, mira a que foso de impiedad te ha llevado tu apostasía. Con gozo voy al encuentro de la muerte; pero con gusto estaría dispuesto a morir bajo una mano que no fuera la tuya: ¿Por qué debes ser tú mi verdugo?

Nersan tuvo que golpear cuatro veces a Bademio para separarle la cabeza de su cuerpo. Poco tiempo después, asaltado por los remordimientos y la vergüenza por lo que había hecho, Nersan se suicidó. El cuerpo de San Bademio fue arrojado fuera de la ciudad por los persas sasánidas, pero los cristianos recogieron sus restos y los enterraron en secreto. Sus discípulos fueron liberados de su prisión en el año 379, tras la muerte del rey Sapor.

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Acacio de Amida, Santo Obispo, Abril 9  

Acacio de Amida, Santo

Opispo

Martirologio Romano: En Amida, de Mesopotamia, san Acacio, obispo, que, para redimir a unos persas cautivos y sometidos a crueles torturas, interesó al clero y vendió a los romanos los vasos sagrados de la Iglesia (s. V).

Etimológicamente: Acacio = Aquel que no tiene malicia, es de origen griego.

 

El santo de hoy pertenece al siglo V. Fue obispo y confesor de Amida, Irak.

No le quedó más remedio que vivir el instante. No pensaba en el pasado nunca.

En el año 419, el emperador Teodosio II le envió como embajador al rey de los Persas. Misión nada fácil. El asunto era el siguiente: ver la manera de convocar un concilio de las iglesia persas. Lo promovía un nestoriano.

A los dos años estalló una guerra entre los dos imperios. Los Bizantinos hicieron 7000 prisioneros.

Tan malos eran que querían dejarlos morir en las cárceles de hambre porque – según comentaban los altos jefes – eran muchos para darles cada día de comer.

Ante esta realidad concreta, el obispo Acacio actuó al instante. Vendió los vasos sagrados de su iglesia para pagar sus rescate y liberarlos. Muchos, en agradecimiento al obispo, se hicieron cristianos.

Al enterarse el rey Persa Bahram V de lo que había hecho Acacio, dejó de perseguir a los cristianos nestorianos de su imperio. Le dieron una nueva misión diplomática para que negociase la paz en el año 422.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Liborio de Le Mans, Santo Obispo, 9 de abril  

Liborio de Le Mans, Santo

Obispo

Martirologio Romano: En la ciudad de los cenomanos (hoy Le Mans), en la Galia Lugdunense, san Liborio, obispo (s. IV).

 


San Liborio, por lo general se lo considera el cuarto Obispo de Le Mans, Francia, pero es difícil determinar exactamente la época en que ejerció este ministerio. Lo que sí se sabe, es que fue alrededor del 380, y que estuvo en él durante 49 años.

En algunos documentos se cuenta que uno de sus sucesores, el Obispo Aldrico, al consagrar la catedral (el 21 de junio de 835) quiso que uno de loa altares fuera dedicado al santo del lugar: Liborio.

En el año 836, el Obispo de Paderborn envió una delegación a Le Mans para conseguir alguna reliquia del Santo por haber tenido noticias de sus milagros.

Entre las dos Diócesis se estableció una suerte de "Fraternidad" por la cual San Liborio se convirtió también en Patrono de Paderborn.

Es el protector de los enfermos de cálculos renales y sus imágenes suelen representarlo como un anciano obispo, dándole como atributo identificatorio unas pequeñas piedras en recuerdo del legendario milagro producido durante la traslación de las reliquias

Su culto se difundió mucho en Francia, Alemania, España e Italia.

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Antonio Pavoni, Beato Mártir Dominico, Abril 9  

Antonio Pavoni, Beato

Presbítero y Mártir

Martirologio Romano: En Bricherasio, cerca de Pinerolo, en el Piamonte, beato Antonio Pavoni, presbítero de la Orden de Predicadores y mártir, que fue apuñalado al salir de la iglesia, después de predicar contra la herejía (1374).

Etimológicamente: Antonio = Aquel que es digno de estima, es de origen latino.

 

Nacido en Savigliano, provincia de Cuneo, Italia en el año 1326.

Joven inteligente y pío, fue monje con apenas 15 años, y sacerdote a los 25.

En 1360, el Papa Urbano V lo nombró Inquisidor General para luchar contra las herejías en Lombardy y Genoa, siendo uno de los más jóvenes en ocupar ese cargo. Un trabajo duro y difícil, y casi una sentencia de muerte al tener que enfrentar a los herejes.

Su apostolado duró 14 años.

En 1368 fue elegido prior de Savigliano, construyó la nueva abadía, misma que fue hecha sin ningún lujo, mientras, los herejes esperaban cualquier oportunidad para atacar y usar cualquier obstentación como arma para desacreditarlo.

Antonio era amigo de la pobreza, llevaba una vida simple y sencilla, lo que encolerizaba a los herejes por no poder desacreditarlo, entonces deciden matarlo.

El Domingo de Pascua, después de que él predicara contra la herejía en Brichera, siete herejes lo apuñalaron. Era el 9 de abril de 1374.

Fue enterrado en Savigliano, lugar que se convirtió en sitio de peregrinasiones hasta 1827, año en que los restos fueron trasladados a la iglesia dominica de Racconigi.

Fué beatificado el 4 de diciembre de 1856, por el Papa Pío IX.

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Celestina (Catalina) Faron, Beata Religiosa; Virgen y Mártir, Abril 9  

Celestina (Catalina) Faron, Beata

Religiosa y Mártir

Martirologio Romano: En el campo de concentración de Oswiecim o Auschwitz, cerca de Cracovia, en Polonia, beata Celestina Faron, virgen de la Congregación de las Pequeñas Siervas de la Inmaculada Concepción y mártir, la cual, al ser ocupada militarmente Polonia durante la guerra, fue encarcelada por la fe de Cristo y, agotada por las privaciones, alcanzó la gloriosa corona (1944).

Etimológicamente: Celestina = Aquella caída del cielo, es de origen latino.

 

Katarzyna (Catalina en castellano o Caterina en italiano) Faron, nacida en Zabrzez, Polonia, el 24 de abril de 1913, forma parte del grupo de mártires del nazismo.

Ofreció su vida por la conversión de un sacerdote.

Arrestada por la Gestapo fue condenada a trabajos forzados en el campo de concentración de Auschwitz. Afrontó heróicamente el sufrimiento, muriendo el día de Pascua del año 1944.

La joven religiosa fue beatificada por S.S. Juan Pablo II en Polonia, el 13 de Junio de 1999 junto con otros
107 mártires y a Edmundo Bojanowski fundador de la Congregación a la que ella pertenecía: Las Pequeñas Siervas de la Inmaculada Concepción y en la que tomó el nombre de Celestina.

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Fuente: acoantioquena.com
Demetrio de Tesalónica, Santo Mártir. Abril 9  

Demetrio de Tesalónica, Santo

Mártir

Martirologio Romano: Cerca de Sirmio, en Panonia, san Demetrio, mártir, muy venerado en todo el Oriente y, de modo especial, en la ciudad de Tesalónica (s. III/IV).

Etimológicamente: Demetrio = Aquel que se dedica a la agricultura o la Tierra, es de origen griego.

 

Nació en la ciudad de Solún, Grecia.

Sus padres, quienes practicaban el Cristianismo en secreto, lo bautizaron y le enseñaron la religión.

Su padre, procónsul romano, falleció cuando Demetrio era mayor de edad.

El emperador Maximiano (s. IV) nombró a Demetrio gobernador y militar de toda Tesalónica. La principal función de San Demetrio era defender la provincia de los enemigos, obligándolo el emperador a que exterminara también a los cristianos.

Demetrio en lugar de esto comenzó a eliminar las costumbres paganas y a los paganos los convertía a la fe cristiana.

Pronto llegó a oídos del emperador que el procónsul Demetrio era cristiano; y sabiéndolo Demetrio, se preparó para la muerte, repartió sus pertenencias a los pobres, haciendo una vida de ayuno y penitencia.

El emperador recluyó al procónsul y comenzó a distraerse con escenas de gladiadores y circos, donde llevaba a la arena a los cristianos.

El conocido gladiador Liaco fácilmente dominaba a los sumisos cristianos en las luchas y ante la exaltada multitud los arrojaba sobre las lanzas de los guerreros.

El joven cristiano San Néstor, visitó a San Demetrio en el cautiverio y San Demetrio lo bendijo para un combate cuerpo a cuerpo con Liaco. Reforzado por Dios, San Néstor venció al orgulloso gladiador.

En cuanto Maximiano conoció la razón por la que Néstor había ganado, ordenó que San Demetrio fuera traspasado con las lanzas de sus celadores, y que San Néstor fuera decapitado con su propia espada.

El cuerpo del mártir San Demetrio fue arrojado como alimento para las bestias, pero los pobladores lo sepultaron en secreto.

Durante el gobierno del emperador Constantino el Grande (324-337) ante la tumba del mártir San Demetrio fundaron un templo y a los 100 años fueron encontradas sus santas reliquias.

La biografía de san Demetrio dice que liberaba reclusos de las manos de los contrarios y les ayudaba a llegar hasta Solún.

Desde el siglo VII junto a sus reliquias comenzó a fluir una aromática y milagrosa mirra, lo cual se divulgó en esa época. "por su composición no es agua, es más espesa y eso no se parece a ninguna sustancia conocida por nosotros... Es sumamente aromática no solo de lo que conocemos como artificial sino en relación a todo lo creado por Dios."

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Fuente: Franciscanos.org
Tomás de Tolentino, Beato Mártir Franciscano, Abril 9  

Tomás de Tolentino, Beato

Sacerdote y mártir de la
Primera Orden Franciscana

Martirologio Romano: En Tana, en la India occidental, beato Tomás de Tolentino, presbítero de la Orden de Hermanos Menores y mártir, que, habiendo viajado hasta el imperio de China para anunciar el Evangelio, al dirigirse después hacia el territorio de los tártaros y de los hindúes coronó su misión con un glorioso martirio (1321).

Etimológicamente: Tomás = gemelo, mellizo. Es de origen arameo.

 

(1260-1321)

León XIII aprobó su culto el 23 de julio de 1894.

Tomás de Tolentino y tres compañeros también franciscanos: el sacerdote Jaime de Padua, el clérigo fray Pedro de Siena y el religioso laico fray Demetrio de Tiflis, de origen georgiano o armenio, conocedor de lenguas asiáticas, murieron mártires en la India. Pero sólo el culto de Tomás fue oficialmente confirmado por la Iglesia.

Nacido hacia el año 1260 en Tolentino, ciudad de la Marca de Ancona (Italia), Tomás ingresa en la Orden de los Hermanos Menores en 1285 y forma parte de los espirituales de las Marcas, seguidores de Ángel Clareno. En 1290 parte como misionero, y a través de Grecia llega a Armenia, donde los franciscanos alcanzan la amistad del rey Aitón II, que en 1291 envía a Tomás como legado suyo al Papa Nicolás IV, al rey de Francia y al rey de Inglaterra para solicitar de ellos ayuda contra los sarracenos. En 1296 vuelve por segunda vez a Italia, en esta ocasión para defender a los espirituales de Clareno ante el Ministro General Juan de Morrevallo y la "comunidad" de la Orden.

En 1307 lo encontramos de nuevo en Europa como enviado especial de Juan de Montecorvino, el célebre misionero franciscano y primer Arzobispo de Pekín, para pedir ayuda y especialmente personal para la misión de China. Tomás se entrevistó con Clemente V en Poitiers, y obtuvo de él muchas ayudas.

En los años 1308-1320 ejerce el apostolado en China, junto a Juan de Montecorvino. Hacia finales de 1320 lo encontramos en Ormuz, en el Golfo Pérsico.
Con los tres compañeros, los hermanos Jaime, Pedro

Tomás de Tolentino, Beato

y Demetrio, llega al actual Bombay.

Desembarcan en la isla Salsetta, en la ciudad de Tana, donde los acogen algunos cristianos nestorianos. Hospedados en una familia, son identificados por los mahometanos de la ciudad y conducidos ante el Cadí (Juez), al cual explica Pedro la doctrina cristiana, no sin oponerla a la doctrina musulmana, al Corán y a Mahoma. Esta fue la acusación causante de su condena y del martirio. Cuatro sicarios los arrestan nuevamente y decapitan a tres de ellos, comenzando por Tomás, mientras fray Pedro, por el momento, escapa de la muerte; pero es alcanzado días más tarde y decapitado también. El martirio de los tres primeros tuvo lugar el 3 de abril de 1321, y el de Pedro el 11 del mismo mes y año, todos en Tana.

El sacrificio de estos heroicos mártires está documentado en las relaciones de privadas y sobre todo por la del Beato Odorico de Pordenone, viajero contemporáneo y misionero en China. En 1326 llegó a Tana, y transportó por mar los cuerpos de los mártires, no sin gravísimos peligros, a Zaiton, en China; luego describió su martirio. La cabeza del Beato Tomás fue posteriormente llevada a Tolentino, su patria, donde el glorioso mártir fue venerado con culto público, confirmado por León XIII.

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Fuente: Archidiócesis de Madrid
Casilda de Toledo, Santa Virgen Eremita, Abril 9  

Casilda de Toledo, Santa

La virgen mora que vino de Toledo

Martirologio Romano: En el lugar llamado San Vicente, cerca de Briviesca, en la región de Castilla, en España, santa Casilda, virgen, que, nacida en la religión mahometana, ayudó con misericordia a los cristianos detenidos en la cárcel y después, ya cristiana, vivió como eremita (1075).

Etimológicamente: Casilda = Aquella que canta con alegría, es de origen árabe.

 

En el cerro que domina el valle, en el santuario actual, descansan desde el 1750 las reliquias de Santa Casilda, -"la virgen mora que vino de Toledo", muy venerada en Burgos, en la urna, obra de Diego de Siloé, rematada por su propia imagen yacente. El lugar ha sido centro de peregrinación durante siglos y no deja de frecuentarlo la piedad de nuestros contemporáneos.

En torno a santa Casilda todo lo que encontramos es incierto, confuso y contradictorio. Pero su figura tiene el encanto de la sencillez y el sabor de lo heroico en el amor. Cautivó al pueblo cristiano medieval y le animó a la fidelidad. Su propio nombre -casida en árabe significa cantar- es como un verso con alas de canción.

Ni siquiera se conoce con exactitud el nombre de su padre, rey moro de Toledo, al que se nombra como Almacrin o Almamún. Sobre su condición, unos lo describen como un sanguinario perseguidor de los cristianos, mientras que otros lo presentan como apacible y bondadoso.

La princesita mora tiene un natural abundante en clemencia y ternura. Rodeada de todo tipo de comodidades y atenciones en la fastuosidad de la corte, no soporta la aflicción de los desafortunados que están en las mazmorras. Siente una especial piedad con los cautivos pobres y los intenta consolar llevándoles viandas en el hondón de su falda. Un día, cuando realizaba esta labor misericordiosa, fue sorprendida por su padre que le preguntó por lo que transportaba, contestando ella que "rosas" y ¡rosas aparecieron al extender la falda!

Quizá fueron los mismos cautivos cristianos quienes, viendo lo recto de su conducta, le hablaron de Cristo; posiblemente correspondieron a sus múltiples delicadezas y dádivas de la mejor manera que podían, instruyéndola en la fe cristiana.

Pero, aunque en su corazón era ya de Cristo, ¿cómo podría recibir ella el Bautismo con los lazos tan fuertes del Islam que la rodeaban?

Comienza una grave dolencia. El flujo de sangre aumenta y la ciencia médica de palacio es incapaz de curarla. El Cielo le revela que encontrará remedio en las aguas milagrosas de San Vicente, allá por la Castilla cristiana. Almamún prepara el viaje de su hija con comitiva real. En Burgos recibe Casilda el Bautismo y marcha luego a los lagos de San Vicente, junto al Buezo, cerca de Briviesca. Recuperada la salud según se le dijo, decide consagrar a Cristo la virginidad de su cuerpo milagrosamente curado y resuelve pasar el resto de sus días en la soledad, dedicada a la oración y a la penitencia.

Murió de muy avanzada edad, siendo sepultada en la misma ermita que ella mandó construir. Pronto se convirtió en lugar de peregrinación. Cuentan que los caminantes sintieron desde entonces su especial protección y las mujeres la invocan contra el flujo de sangre, y hasta dicen que basta que una mujer pruebe las aguas y eche una piedra al lago para tener asegurada la descendencia.

Se juntan la historia, la imaginación del pueblo sencillo y la bruma del misterio en torno a la santa. Resta aprender la lección del ejemplo. El amor a Cristo hace posible el trueque del regalo propio de la corte morisca por la aspereza de una vida austera y penitente.

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Fuente: ServitasCadiz.com
Ubaldo Adimari, Beato Presbítero Servita, Abril 9  

Ubaldo Adimari, Beato

Presbítero Servita

Martirologio Romano: En el monte Senario, en la Toscana, beato Ubaldo Adimari, presbítero de la Orden de Siervos de María, que pasó de la milicia terrestre al servicio de María, por obra de san Felipe Benizi (1315).

Etimológicamente: Ubaldo = Aquel de espíritu inteligente, es de origen germánico.

 

Ubaldo nació en Borgo Sansepolcro, en la región de Toscana, a mediados del siglo XIII. Ya "desde tierna edad amó la vida religiosa" – como atestigua fray Pablo Attavanti en su Diálogo sobre el origen de la Orden-.Primero estudió filosofía y humanidades; más tarde, por su devoción y reverencia hacia la Virgen gloriosa, ingresó en la Orden de los frailes Siervos de santa María y se dedicó al estudio de la teología.

Fray Ubaldo era considerado como "insigne modelo de virginidad" –agrega Attavanti- y pronto adquirió fama de santidad. Era emprendedor y poseía un magnífico espíritu de trabajo; nunca se dejó vencer por una vida fácil y cómoda.

Lo que cuenta la tradición sobre su trato frecuente y amistad con san Felipe, añade a su imagen un rasgo muy personal y confirma la fama de sus virtudes.

En efecto, la obra titulada Sobre el origen y en alabanza de los Siervos de fray Tadeo Adimari y la Vida de Felipe de Florencia de Nicolás Borghese, que a su vez recogen datos de la antiquísima "Leyenda" de san Felipe, refieren que el Santo, hallándose en Todi en trance de agonía y sin conocimiento desde hacía tres horas, a la llegada de fray Ubaldo, quien había sido advertido prodigiosamente de este suceso, de improviso se incorporó un poco, abrazó a su hermano y amigo, y, contento de haberlo visto, murió en la paz del Señor.

No se sabe a ciencia cierta en cual convento de la Orden vivió el Beato, pero hay indicios para suponer que pasó sus últimos años en el convento de Monte Senario, en donde resplandeció por sus virtudes y milagros; según se cuenta, allí murió en olor de santidad el año 1315.

Fue sepultado en Monte Senario –como se lee en la Crónica de la Orden de la bienaventurada Virgen María de fray Miguel Poccianti-. En el año 1707 bajo el altar mayor de la iglesia de Monte Senario, cerca del sepulcro de nuestros siete santos Padres, fue hallado un cuerpo, que por su considerable estatura nadie dudó que fuera el del beato Ubaldo; efectivamente, fray Pablo Attavanti atestigua en la citada obra que el Beato era "un hombre bien parecido y de gran estatura". El Papa Pío VII confirmó su culto en el año 1821. El cuerpo del beato Ubaldo fue trasladado en 1969 a la capilla de san José de la Basílica de Monte Senario, donde es venerado con gran piedad.

Oración
Señor, Dios nuestro,
principio de la unidad y fuente del amor,
concede a tus hijos que,
a imitación del beato Ubaldo
y por intercesión suya,
te glorifiquen con la santidad del cuerpo
y la unión de los corazones.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén

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Fuente: santiebeati.it
Valdetrudis, Santa Monja, 9 de abril  

Valdetrudis, Santa

Monja

Martirologio Romano: En Castroloco (hoy Mons), de Henao, en Neustria, santa Valdetrudis, hermana de santa Aldegundis, que, siendo esposa de san Vicente Madelgario y madre de cuatro santos, a semejanza de su marido se ofreció a Dios y recibió el hábito monástico en el cenobio fundado por ella misma (688).

Etimológicamente: Valdetrudis = Aquella que gobierna con mano de hierro, es de origen germánico.

 

En la historia de la cristiandad no faltan, aunque a menudo desconocidos, los casos de enteras familias elevadas al honor de los altares, como por ejemplo la santa hoy celebrada, Valdetrudis, que es venerada ya sea con su familia de origen, aquella en la que creció: la cual estaba formada por sus padres san Walberto y santa Bertilia y su hermana santa Aldegondis, o con aquella familia que formó con su marido Vincenzo (Vicente) Maldegario con quien procreó cuatro hijos: Landerico (Obispo de París), Dentellino (quien murió siendo todavía joven), Aldetrudis (abadesa del monasterio de Maubeuge) y Madelberta (también ella abadesa del mismo monasterio), todos, esposo e hijos, son venerados como santos.

Junto a Maldegario formó una familia de condiciones bastante acomodadas. En cuanto los hijos fueron bastante grandes, los pareja decidió separarse, sin disolver el vínculo matrimonial, para poder dedicarse al servicio de Dios en la vida religiosa. Maldelgario emprendió entonces la fundación de un monasterio cerca de Haumont, donde se volvió monje asumiendo el nombre religioso de Vincenzo. Su mujer Valdetrudis, en cambio, esperó todavía dos años para luego apartarse del mundo, yendo a vivir en soledad en una pequeña vivienda. Fue invitada por la hermana Aldegondis a unirse a la comunidad de Maubeuge, pero ella creyó poder llevar una vida todavía más austera quedándose fuera de la abadía.

Con el pasar del tiempo, perdió la tranquilidad que buscaba por la cantidad de visitantes que acudían a ella en busca de consejo, eso la motivó a emprender la fundación de su propio convento cerca de Chateaulieu, en el centro de lo que actualmente es la ciudad de Mons en Bélgica.

Siguió ganando notoriedad por sus numerosas obras de misericordia y le fueron atribuidas bastantes curaciones milagrosas, tanto durante su vida como luego de su muerte. Su alma regresó a Dios por el año 688, para ese año ya tenía once años de viuda. Su culto se desarrolla a partir al menos por el IX siglo, momento en el que un monje de Mons redactó en latín una hagiografía de Valdetrudis. Su nombre fue introducido en el Martirologio Romano en el año 1679. Santa Valdetrudis es la patrona de Mons, ciudad que también custodia sus reliquias en una iglesia del siglo XV, construida cerca de Chateaulieu.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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