JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Juan (8, 31-42)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a los que habían creído en él:
"Si se mantienen fieles a mi palabra, serán verdaderos discípulos míos, conocerán la verdad y la verdad los hará libres".
Ellos replicaron:
"Somos hijos de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú:
'Serán libres'?"
Jesús les contestó:
"Yo les aseguro que todo el que peca es un esclavo y el esclavo no se queda en la casa para siempre; el hijo sí se queda para siempre. Si el Hijo les da la libertad, serán realmente libres. Ya sé que son hijos de Abraham; sin embargo, tratan de matarme, porque no aceptan mis palabras. Yo hablo de lo que he visto en casa de mi Padre: ustedes hacen lo que han oído en casa de su padre".
Ellos le respondieron:
"Nuestro padre es Abraham".
Jesús les dijo:
"Si fueran hijos de Abraham, harían las obras de Abraham. Pero tratan de matarme a mí, porque les he dicho la verdad que oí de Dios. Eso no lo hizo Abraham. Ustedes hacen las obras de su padre".
Le respondieron:
"Nosotros no somos hijos de prostitución. No tenemos más padre que a Dios".
Jesús les dijo entonces:
"Si Dios fuera su Padre me amarían a mí, porque yo salí de Dios y vengo de Dios; no he venido por mi cuenta, sino enviado por él".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te quiero, pero no te quiero ver todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesar pecados graves al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
Bendito seas, Señor, para siempre
Feria de la 5a. semana de Cuaresma
Señor, haz que seamos fieles a tu palabra
Antífona de Entrada
Tú me libras, Señor, de la ira de mis enemigos, me haces triunfar sobre mis adversarios y me salvas del hombre malvado.
Oración Colecta
Oremos:
Ilumina, Señor, el corazón de tus hijos, purificado por las penitencias cuaresmales y concédenos manifestar en nuestra vida el deseo de servirte que nos has inspirado.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Daniel (3, 14-20. 49-50. 91-92. 95)
En aquellos días dijo el rey Nabucodonosor:
"¿Es cierto, Sedrak, Mesak y Abednegó, que no quieren servir a mis dioses, ni adorar la estatua de oro que he mandado levantar? Pues bien, si no es cierto, estén dispuestos para que, al oír sonar el cuerno, la flauta, la cítara, el salterio, la chirimía y toda clase de instrumentos, se postren y adoren la estatua que he mandado hacer. Pero si no la adoran, serán arrojados inmediatamente a un horno encendido. ¿Y qué dios podrá librarlos entonces de mis manos?"
Pero Sedrak, Mesak y Abednegó contestaron al rey Nabucodonosor: "No es necesario responder a tu pregunta, pues el Dios a quien servimos puede librarnos del horno encendido y nos librará de tus manos; y aunque no lo hiciera, sábete que de ningún modo serviremos a tus dioses, ni adoraremos la estatua de oro,que has mandado levantar".
Entonces Nabucodonosor se enfureció y la expresión de su rostro cambió para Sedrak, Mesak y Abednegó. Mandó encender el horno y aumentar la fuerza del fuego siete veces más de lo acostumbrado. Después ordenó que algunos de los hombres más fuertes de su ejército ataran a Sedrak, Mesak y Abednegó y los arrojaran al
horno encendido.
Pero el ángel del Señor bajó del cielo, se puso junto a ellos, apartó las llamas y produjo en el horno un frescor como de brisa y de rocío, y el fuego no los atormentó, ni los hirió, ni siquiera los tocó. El rey Nabucodonosor, estupefacto, se levantó precipitadamente y dijo a sus consejeros: "¿Acaso no estaban atados los tres hombres que arrojamos al horno?" Ellos contestaron: "Sí, señor". El rey replicó: "¿Por qué, entonces, estoy viendo cuatro hombres sueltos, que se pasean entre las llamas, sin quemarse? Y el cuarto, parece un ángel".
Nabucodonosor los hizo salir del horno y exclamó: "Bendito sea el Dios de Sedrak, Mesak y Abednegó, que ha enviado a su ángel para librar a sus siervos, que confiando en él, desobedecieron la orden del rey y expusieron su vida, antes que servir y adorar a un dios extraño".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Daniel 3
Bendito seas, Señor, para siempre.
Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres. Bendito sea tu nombre santo y glorioso.
Bendito seas, Señor, para siempre.
Bendito seas en tu templo santo y glorioso. Bendito seas en el trono de tu reino.
Bendito seas, Señor, para siempre.
Bendito eres tú, Señor, que penetras con tu mirada los abismos y te sientas en un trono rodeado de querubines.Bendito seas, Señor, en la bóveda del cielo.
Bendito seas, Señor, para siempre.
Aclamación antes del Evangelio
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón bueno y sincero, y
perseveran hasta dar fruto.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Juan (8, 31-42)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a los que habían creído en él:
"Si se mantienen fieles a mi palabra, serán verdaderos discípulos míos, conocerán la verdad y la verdad los hará libres".
Ellos replicaron:
"Somos hijos de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú:
'Serán libres'?"
Jesús les contestó:
"Yo les aseguro que todo el que peca es un esclavo y el esclavo no se queda en la casa para siempre; el hijo sí se queda para siempre. Si el Hijo les da la libertad, serán realmente libres. Ya sé que son hijos de Abraham; sin embargo, tratan de matarme, porque no aceptan mis palabras. Yo hablo de lo que he visto en casa de mi Padre: ustedes hacen lo que han oído en casa de su padre".
Ellos le respondieron:
"Nuestro padre es Abraham".
Jesús les dijo:
"Si fueran hijos de Abraham, harían las obras de Abraham. Pero tratan de matarme a mí, porque les he dicho la verdad que oí de Dios. Eso no lo hizo Abraham. Ustedes hacen las obras de su padre".
Le respondieron:
"Nosotros no somos hijos de prostitución. No tenemos más padre que a Dios".
Jesús les dijo entonces:
"Si Dios fuera su Padre me amarían a mí, porque yo salí de Dios y vengo de Dios; no he venido por mi cuenta, sino enviado por él".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, estos dones que tú has querido que te ofrezcamos para alabanza tuya y salvación nuestra.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio de la pasión del Señor I
La fuerza de la cruz
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque en la pasión salvadora de tu Hijo diste a los hombres una nueva comprensión de tu majestad y una nueva manera de alabarla, al poner de manifiesto, por la eficacia inefable de la cruz, el poder del crucificado y el juicio que del mundo has hecho.
Por eso, ahora nosotros, llenos de alegría, te aclamamos con los ángeles y los santos diciendo:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de la Comunión
Dios nos ha hecho entrar al Reino de su Hijo amado, por cuya sangre recibimos la redención y el perdón de los pecados.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Concédenos, Señor, que este sacramento que hemos recibido, nos purifique de todos nuestros vicios y nos confirme para siempre en tu amistad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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† Meditación diaria
Cuaresma. 5ª semana. Miércoles
CORREDIMIR CON CRISTO
— Jesucristo nos redimió y liberó del pecado, raíz de todos los males. Valor de corredención del dolor sufrido por amor a Cristo.
— Jesucristo ha venido a traernos la salvación. Todos los demás bienes han de ordenarse a la vida eterna.
— A cada hombre se le aplican los méritos que Cristo nos alcanzó en la Cruz. Necesidad de corresponder. La Redención se actualiza de modo singular en la Santa Misa. Corredentores con Cristo.
I. Nos ha trasladado Dios al reino de su Hijo querido, por cuya Sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados1.
Redimir significa liberar por medio de un rescate. Redimir a un cautivo era pagar un rescate por él, para devolverle la libertad. Os aseguro –son palabras de Jesucristo, en el Evangelio de la Misa de hoy– que quien comete pecado es esclavo del pecado2. Nosotros, después del pecado original, estábamos como en una cárcel, éramos esclavos del pecado y del demonio, y no podíamos alcanzar el Cielo. Jesucristo, perfecto Dios y perfecto Hombre, pagó el rescate con su Sangre, derramada en la Cruz. Satisfizo sobreabundantemente la deuda contraída por Adán al cometer el pecado original y la de todos los pecados personales cometidos por los hombres y que se habrían de cometer hasta el fin de los tiempos. Es nuestro Redentor y su obra se llama Redención y Liberación, pues verdaderamente Él nos ha ganado la libertad de hijos de Dios3.
Jesucristo nos liberó del pecado, y así sanó la raíz de todos los males; de esa forma hizo posible la liberación integral del hombre. Ahora cobran su sentido pleno las palabras del Salmo que hoy reza la Iglesia en la liturgia de las Horas: "Dominus illuminatio mea et salus mea, quem timebo?, el Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? (...) Si un ejército acampa contra mí, mi corazón no tiembla; si me declaran la guerra, me siento tranquilo"4. Si no se hubiera curado el mal en su raíz, que es el pecado, el hombre jamás habría podido ser verdaderamente libre y sentirse fuerte ante el mal. Jesús mismo quiso padecer voluntariamente el dolor y vivir pobre para mostrarnos que el mal físico y la carencia de bienes materiales no son verdaderos males. Solo existe un mal verdadero, que hemos de temer y rechazar con la gracia de Dios: el pecado5; esa es la esclavitud más honda, es la única desgracia para toda la humanidad y para cada hombre en concreto.
Los demás males que aquejan al hombre solo es posible vencerlos –parcialmente en esta vida y totalmente en la otra– a partir de la liberación del pecado. Más aún, los males físicos –el dolor, la enfermedad, el cansancio–, si se llevan por Cristo, se convierten en verdaderos tesoros para el hombre. Esta es la mayor revolución obrada por Cristo, que solo se puede entender en la oración, con la luz que da la fe. "Yo te voy a decir cuáles son los tesoros del hombre en la tierra para que no los desperdicies; hambre, sed, calor, frío, dolor, deshonra, pobreza, soledad, traición, calumnia, cárcel..."6.
Por eso hoy podemos examinar si de verdad consideramos el dolor, físico o moral, como un tesoro que nos une a Cristo. ¿Hemos aprendido a santificarlo o, por el contrario, nos quejamos? ¿Sabemos ofrecer a Dios con prontitud y serenidad las pequeñas mortificaciones previstas y las que surjan a lo largo del día?
II. La liturgia de las Horas hoy proclama: Vultum tuum, Domine, requiram: Tu rostro buscaré, Señor7. La contemplación de Dios saciará nuestras ansias de felicidad. Y esto tendrá lugar al despertar, porque la vida es como un sueño... Así la compara muchas veces San Pablo8.
Mi reino no es de este mundo, había dicho el Señor. Por esto, cuando declaró: Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia9, no se refería a una vida terrena cómoda y sin dificultades, sino a la vida eterna, que se incoa ya en esta. Vino a liberarnos principalmente de lo que nos impide alcanzar la felicidad definitiva: del pecado, único mal absoluto, y de la condenación a la que el pecado conduce. Si el Hijo os hace libres seréis realmente libres, nos dice el Señor en el Evangelio de hoy10. Nos dio también así la posibilidad de vencer las otras consecuencias del pecado: la opresión, las injusticias, las diferencias económicas desorbitadas, la envidia, el odio..., o padecerlas por Dios con alegría cuando no se pueden evitar.
Es de tal valor la vida que Cristo nos ha ganado que todos los bienes terrenos deben estarle subordinados. De ninguna manera quiere decir esto que los cristianos debamos quedar pasivos ante el dolor y la injusticia; por el contrario, toca a cada uno, manteniendo esa subordinación de todos los demás bienes al bien absoluto del hombre, asumir el compromiso, nacido de la caridad y en ocasiones de la justicia, de hacer un mundo más humano y más justo, comenzando por la empresa en que trabajamos, en el barrio de la gran ciudad o en el pueblo en el que nos encontramos.
El precio que Cristo pagó por nuestro rescate fue su propia vida. Así nos mostró la gravedad del pecado, y cuánto vale nuestra salvación eterna y los medios para alcanzarla. San Pablo también nos recuerda: Habéis sido comprados a gran precio; y a continuación añade, como consecuencia: glorificad a Dios y llevadle en vuestro cuerpo11. Pero sobre todo, quiso el Señor llegar tan lejos para demostrarnos su amor, pues nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos12, porque la vida es lo más que puede dar el hombre. Esto hizo Cristo por nosotros. No se conformó con hacerse uno de nosotros, sino que quiso dar su vida como rescate para salvarnos. Nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros13. "Nos ha trasladado Dios al reino de su Hijo querido, por cuya Sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados"14. Cualquier hombre puede decir: El Hijo de Dios me amó y se entregó por mí15.
¿Cómo aprecio la vida de la gracia que me consiguió Cristo en el Calvario?, nos podemos preguntar hoy cada uno de nosotros. ¿Pongo los medios para aumentarla: sacramentos, oración, buenas obras? ¿Evito las ocasiones de pecar, manteniendo una lucha decidida contra la sensualidad, la soberbia, la pereza...? Os aseguro que quien comete pecado, es esclavo del pecado...
III. El aparente "fracaso" de Cristo en la Cruz se vuelve redención gozosa para todos los hombres, cuando estos quieren. Nosotros estamos ahora recibiendo copiosamente los frutos de aquel amor de Jesús en la Cruz. "En la misma historia humana que es el escenario del mal, se va tejiendo la obra de la salvación eterna"16, en medio de nuestros olvidos y negaciones, y de nuestra correspondencia llena de amor.
La Cuaresma es un buen momento para recordar que la Redención se sigue haciendo día a día y para detenernos a considerar los momentos en que se hace más patente: "Cada vez que se celebra en el altar el sacrificio de la Cruz, por el que se inmoló Cristo nuestra Pascua, se realiza la obra de nuestra redención"17. Cada Misa posee un valor infinito; los frutos en cada fiel dependen de las disposiciones personales. Con San Agustín podemos decir, aplicándolo a la Misa, que "no está permitido querer con amor menguado (...), pues debéis llevar grabado en vuestro corazón al que por vosotros murió clavado en la Cruz"18. La Redención se realizó una sola vez mediante la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, y se actualiza ahora en cada hombre, de un modo particularmente intenso, cuando participa íntimamente del Sacrificio de la Misa.
Se realiza también la redención, de modo distinto a lo dicho anteriormente sobre la Misa, en cada una de nuestras conversiones interiores, cuando hacemos una buena Confesión, cuando recibimos con piedad los sacramentos, que son como "canales de la gracia". El dolor ofrecido en reparación de nuestros pecados –que merecían un castigo mucho mayor–, por nuestra salvación eterna y la de todo el mundo, nos hace también corredentores con Cristo. Lo que era inútil y destructivo se convierte en algo de valor incalculable. Un enfermo en un hospital, la madre de familia que se enfrenta a problemas que aparentemente la superan, la noticia de una desgracia que nos hiere profundamente, los obstáculos con los que cada día tropezamos, las mortificaciones que hacemos sirven para la Redención del mundo si las ponemos en la patena, junto al pan que el sacerdote ofrece en la Santa Misa. Nos puede parecer que son cosas muy pequeñas, de poco peso, como las gotas de agua que el sacerdote añade al vino en el Ofertorio. Sin embargo, del mismo modo que esas gotas de agua se unen al vino que se convertirá en la Sangre de Cristo, también nuestras acciones así ofrecidas alcanzarán un valor inmenso a los ojos de Dios, porque las hemos unido al Sacrificio de Jesucristo. "El pecador perdonado es capaz de unir su propia mortificación física y espiritual, buscada o al menos aceptada, a la Pasión de Jesús que le ha obtenido el perdón"19. Nos hacemos así corredentores con Cristo.
Acudimos a la Virgen para que nos enseñe a vivir nuestra vocación de corredentores con Cristo en medio de nuestra vida ordinaria. "¿Qué sentiste, Señora, al ver así a tu Hijo? –le preguntamos en la intimidad de nuestra oración–. Te miro, y no encuentro palabras para hablar de tu dolor. Pero sí entiendo que al ver a tu Hijo que lo necesita, al comprender que tus hijos lo necesitamos, aceptas todo sin vacilar. Es un nuevo "hágase" en tu vida. Un nuevo modo de aceptar la corredención. ¡Gracias, Madre mía! Dame esa actitud decidida de entrega, de olvido absoluto de mí mismo. Que frente a las almas, al aprender de ti lo que exige el corredimir, todo me parezca poco. Pero acuérdate de salir a mi encuentro, en el camino, porque solo no sabré ir adelante"20.
1 Antífona de comunión. Col 1, 13-14. — 2 Jn 8, 34. — 3 Cfr. Gal 4, 31. — 4 Sal 26. — 5 Cfr. San Josemaría Escrivá, Camino, n. 386. — 6 Ibídem, n. 194. — 7 Sal 26. — 8 Cfr. 1 Tes 4, 14. — 9 Jn 10, 10. — 10 Jn 8, 36. — 11 1 Cor 6, 20. — 12 Jn 15, 13. — 13 Cfr. Ef 5, 2. — 14 Antífona de comunión. Gal 1, 13-14. — 15 Gal 2, 20. — 16 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 186. — 17 Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 3. — 18 San Agustín, Sobre la santa virginidad, 55. — 19 Juan Pablo II, Exhor. Apost. Reconciliatio et Paenitentia, 31. — 20 M. Montenegro, Vía Crucis, Palabra, 3ª ed., Madrid 1976, IV.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Beato Enrique Susso
Religioso
Fue un prodigio de santidad en un ambiente muy corrompido. Nació en 1296 en Suabia, Alemania.
A los 15 años fue admitido como religioso en el convento de los Padres Dominicos en Constanza. Su apellido era Von Berg, pero como su padre era descuidado borrachín y en cambio la mamá era una santa, el joven tomó el apellido materno que era Susso.
En la comunidad encontró como profesor un místico muy famoso que influyó en él de manera inmensa. Era el Padre Eckart, cuyos consejos seguían muchas personas con gran entusiasmo. Enrique decía: "El Padre Eckart demuestra tan gran sabiduría que parece como si Dios no le hubiera ocultado nada".
Los datos que vamos a narrar enseguida están extraídos de la "Autobiografía" del propio Enrique Susso.
Los primeros años de religioso no fue muy fervoroso, pero luego un día empezó a oír continuamente este mandato: "Renuncie a todo lo que no lo ayude a conseguir la santidad". Y se repetía tan frecuentemente este mandato en su mente que se propuso empezar una vida espiritual verdaderamente seria.
El demonio intentó disuadirlo y desanimarlo con consideraciones de prudencia humana, haciéndole ver que esa conversión era demasiado rápida y que no sería capaz de perseverar en el bien. El se dedicó a pedir a Dios la sabiduría celestial. Y repetía las palabras del libro de la Sabiduría: "Señor, envíame la sabiduría que procede de tu trono. Tú sabes que soy muy joven, sin experiencia y de pocos años. Pero si Tú me mandas la sabiduría podré perseverar". Y pedía al Espíritu Santo el don de Consejo y la virtud de la prudencia, y así logro perseverar. En adelante durante toda su vida será un admirador constante de la Sabiduría Eterna, y recomendará a sus discípulos el pedir mucho a Dios el don de la sabiduría. Y les repetía las palabras del Libro Santo: "Sabiendo que no tendría la sabiduría si Dios no me la concedía, me dediqué a pedirla en oración, y me fue concedida".
Su amor a la Virgen María era inmenso y predicaba constantemente su devoción.
Publicó el libro titulado "Sabiduría Eterna", el cual fue sumamente famoso y muy popular por varios siglos.
Al principio de su conversión, creyó Enrique que debía dedicarse a mortificaciones muy fuertes y así lo hizo. Sus ayunos, vigilias, azotes y demás penitencias llegaron a causar asombro y casi acaban con su vida. Pero según cuenta en su "Autobiografía", una iluminación del cielo le comunicó que en vez de estas mortificaciones buscadas por él, debía más bien dedicarse a aceptar con buena voluntad los sufrimientos que Dios iba a permitir que le llegaran. Y fue entonces cuando empezaron a llegarle penas tremendas.
Los enemigos del alma trataban de atacarle de mil maneras. Le llegaban los pensamientos más impuros y las imaginaciones más indecentes. Y una melancolía o sentimiento continuo de tristeza que trataba de desanimarlo del todo. Y luego las tentaciones contra la fe. Y como si no bastara todo esto, le llegó la convicción de que él estaba destinado a condenarse para siempre.
Afortunadamente había tenido un buen profesor y se fue en busca del sabio Padre Eckart y le contó todo. "El famoso místico me consoló y logró sacarme de aquel infierno en el cual estaba viviendo". Y volvió a su alma la paz. Una vez más se cumplía lo que dice el Libro de los Proverbios: "Triunfarán los que saben pedir consejos". Pero ahora le iba a llegar un tercer tormento.
Una voz interior le dijo: "Hasta ahora has sufrido ataques venidos del interior. Ahora empezarán los ataques que llegan desde el exterior". Y así sucedió. Pronto empezó a experimentar la ingratitud y la pérdida de los amigos y de la buena fama. Sus paisanos se dividían en dos clases: los fervorosos y los relajados. Los fervorosos querían que se cumpliera exactamente los deberes de piedad. Entre ellos estaban Enrique Susso, su profesor Eckart y el gran predicador Taulero. Pero los otros eran mayoría y empezaron a perseguir a Susso.
Durante 37 años había recorrido campos y ciudades predicando. Había obtenido curaciones milagrosas. En pleno sermón vieron su rostro rodeado de resplandores. Pero insistía muy fuertemente en que había que dedicarse con toda seriedad a la santidad, y esto no agradaba a los relajados. Y entonces se valieron de la calumnia.
Se valieron de un muchacho mentiroso para inventar que él había cometido sacrilegios. Logró comprobar que era inocente. Luego inventaron que Enrique había tratado de envenenar a una persona. Pronto se supo que eso era mentira. Lo acusaron de haber inventado un milagro, pero los mentirosos quedaron al descubierto. Fueron tantas las acusaciones que tuvo que huir por un tiempo a Holanda. Allá lo acusaron de haber escrito herejías contra la fe. El logró probar que todo lo que había escrito estaba de acuerdo con nuestra santa religión.
Luego le llegó otro sufrimiento: su hermana, que era religiosa, perdió el fervor y se retiró de su comunidad. Enrique ofreció por ella una grave enfermedad que él tuvo que sufrir, y con este sufrimiento logró que la prófuga volviera otra vez al convento donde pasó santamente sus últimos años.
Enrique estaba dirigiendo espiritualmente a una mujer que lo engañaba diciéndole que ella se estaba convirtiendo de su mala vida. Pero cuando el santo sacerdote se dio cuenta de que aquella mujer le mentía, se negó a seguirle dando dirección espiritual. Entonces ella en venganza inventó el cuento de que él era el padre de una criatura que ella tenía. Y algunos hasta creyeron porque el religioso demostraba mucha caridad para con el pobre niño. Entonces el Superior General de la Comunidad mandó hacer una severa investigación y se supo que todo eran cuentos de aquella perversa mujer.
Fue nombrado Enrique como superior de un convento de Padres Dominicos y aquel convento estaba terriblemente endeudado. El nuevo superior en vez de dedicarse a pedir limosnas o a conseguir empréstitos lo que hizo fue recomendar a sus religiosos que se dedicaran a celebrar con mayor fervor la santa misa y a rezar con mayor fe y devoción. Muchos se burlaban de él diciendo que era un hombre que no ponía los pies en la tierra y que se imaginaba que con rezos se pagaban las deudas. Pero poco después un hombre rico sintió una inspiración interior de que debía ayudar a aquel convento y llegó con veinte libras de monedas de plata y con esto se pagaron todas las deudas.
Los últimos años los pasó el Padre Enrique dedicado a dar dirección espiritual a las religiosas, especialmente a las dominicas, las cuales lo consideraban un verdadero hombre de Dios y un guía espiritual sumamente acertado.
Le ofrecieron altos puestos pero una iluminación interior le dijo que si quería llegar a altos puestos en la santidad tenía que huir de los cargos que producen muchos honores. Y por eso se mantuvo siempre entre los más humildes y desconocidos aunque su sabiduría y sus escritos y su santidad lo hacían resplandecer ante muchísimas gentes piadosas que lo admiraban fervorosamente.
Murió en 1365, y dicen que su cuerpo permaneció muchos años incorrupto. Pero después el templo donde estaba enterrado pasó a poder de los protestantes y no se volvió a saber de sus restos.
Tuvo muchas visiones y se le apareció la Santísima Virgen María a traerle mensajes celestiales. En una de sus visiones preguntó qué medios debería emplear para alcanzar más fácilmente la santidad y la salvación y le fue respondido: "Negarse a sí mismo; no apegarse a las criaturas; recibir todo lo que sucede, como venido de la mano de Dios, y ser infinitamente paciente y amable con todos, aún con los que son ásperos e injustos en su modo de tratarlo a uno".
San Alfonso de Ligorio al meditar en las mortificaciones y en los sufrimientos de este hombre de Dios exclamaba: "Qué pequeños nos sentimos nosotros ante estos campeones tan valerosos para sufrir todo por amor de Dios y por la salvación de las almas".
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Fuente: VidasEjemplares.org
Juana María de Maillé Viuda, Marzo 28
Terciaria Franciscana La Beata Juana María de Maillé es un ejemplo ideal de mujer noble terciaria. Viuda y virgen de un valiente, el barón de Silly. |
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Doroteo de Gaza, Santo Asceta, Marzo 28
Asceta Etimológicamente significa " don de Dios". Viene de la lengua griega.
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Fuente: Vatican.va
José Sebastián Pelczar, Santo Obispo, Marzo 28
Obispo de Przemyśl Fundador de la Congregación de las
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Guntrano, Santo Laico, 28 de marzo
Rey de Borgoña y Orleáns. Era nieto de Santa Clotilde. Hermano de los reyes Charibert y Sigebert. |
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Fuente: ACI Prensa
Esteban Harding, Santo Abad, Marzo 28
Tercer abad de Cîster Martirologio Romano: En el monasterio de Cister, en Borgoña (hoy Francia), san Esteban Harding, abad, que junto con otros monjes vino de Molesmes y, más tarde, estuvo al frente de este célebre cenobio, donde instituyó a los hermanos conversos, recibió a san Bernardo con treinta compañeros y fundó doce monasterios, que unió con el vínculo de la Carta de Caridad, para que no hubiese discordia alguna entre ellos, sino que los monjes actuasen con unidad de amor, de Regla y con costumbres similares (1134). Nació en Sherborne en Dorsetshire, Inglaterra, a mediados del siglo XI; murió el 28 de Marzo de 1134. |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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