miércoles, 24 de mayo de 2017

[ † ] Viernes de la Pasión y Muerte de Jesucristo: día de penitencia y abstinencia de carne, excepto fiesta de precepto (CDC 1250/3). 25/05/2017. Santa María Magdalena Pazzi ¡ruega por nosotros!

JA

JMJ

Pax

Su tristeza se transformará en alegría

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 16, 16-20

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Dentro de poco dejarán de verme; pero, dentro de otro poco volverán a verme".
Al oír esto, algunos de sus discípulos comentaban:
"¿Qué significa esto? Acaba de decirnos: "Dentro de poco dejarán de verme, pero dentro de otro poco volverán a verme". También nos ha dicho: "Porque me voy al Padre"".
Y se preguntaban:
"¿Qué quiere decir con eso de "dentro de poco?" No sabemos a qué se refiere".
Sabiendo Jesús que deseaban una aclaración, les dijo:
"Están preocupados por el sentido de mis palabras: "Dentro de poco dejarán de verme, pero dentro de otro poco volverán a verme". Yo les aseguro que ustedes llorarán y gemirán, mientras que el mundo se sentirá satisfecho.
Ustedes estarán tristes, pero su tristeza se convertirá en alegría".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

 

jue 6a. Sem Pascua

Antífona de Entrada

Cuando saliste, Señor, al frente de tu pueblo y le abriste camino a través del desierto, la tierra se estremeció y hasta los cielos se fundieron. Aleluya.

 

Oración Colecta

Oremos:
Dios nuestro, que nos has hecho partícipes de los dones de la redención, concédenos vivir siempre la alegría de la resurrección de tu Hijo. El cual vive y reina contigo...
Amén.

 

Primera Lectura

Pablo se estableció en la casa de Aquila; trabajaba y predicaba en la sinagoga

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles18, 1-8

En aquellos días, Pablo partió de Atenas y fue a Corinto. Allí encontró a un judío llamado Aquila, originario del Ponto, el cual acababa de llegar de Italia con su mujer Priscila, a causa del decreto por el cual el emperador Claudio había expulsado de Roma a todos los judíos. Pablo se unió a ellos y, como eran del mismo oficio -se dedicaban a fabricar tiendas de campaña-, se quedó trabajando en casa con ellos. Todos los sábados conversaba en la sinagoga, tratando de convencer a judíos y griegos. Pero, cuando Silas y Timoteo llegaron de Macedonia, Pablo se dedicó enteramente a la predicación de la palabra, dando testimonio ante los judíos que Jesús era el Mesías. Como se oponían y no dejaban de insultarlo, sacudió su ropa en señal de protesta y les dijo:
"Ustedes son los responsables de cuanto les suceda. Mi conciencia está limpia. En adelante, pues, me dirigiré a los paganos".
Dicho esto, se fue de allí, y entró en la casa de un tal Ticio Justo, que adoraba al verdadero Dios y vivía junto a la sinagoga. Crispo, el jefe de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su familia, y muchos de los corintios que oían la predicación, creían y se bautizaban.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Sal 97, 1-2.3ab.3cd-4

El Señor nos ha demostrado su amor y su lealtad.

Canten al Señor un canto nuevo, porque ha hecho maravillas; su mano le ha dado la victoria, su santo brazo.
El Señor nos ha demostrado su amor y su lealtad.

El Señor hace pública su victoria, a la vista de las naciones muestra su salvación; ha recordado su amor y su fidelidad en favor de Israel.
El Señor nos ha demostrado su amor y su lealtad.

Toda la tierra ha visto la victoria de nuestro Dios. Aclamen al Señor habitantes de toda la tierra, estallen de gozo, griten de alegría, canten.
El Señor nos ha demostrado su amor y su lealtad.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Nos los dejaré desamparados, dice el Señor; me voy, pero volveré a ustedes y entonces se alegrará su corazón.
Aleluya.

Evangelio

Su tristeza se transformará en alegría

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 16, 16-20

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Dentro de poco dejarán de verme; pero, dentro de otro poco volverán a verme".
Al oír esto, algunos de sus discípulos comentaban:
"¿Qué significa esto? Acaba de decirnos: "Dentro de poco dejarán de verme, pero dentro de otro poco volverán a verme". También nos ha dicho: "Porque me voy al Padre"".
Y se preguntaban:
"¿Qué quiere decir con eso de "dentro de poco?" No sabemos a qué se refiere".
Sabiendo Jesús que deseaban una aclaración, les dijo:
"Están preocupados por el sentido de mis palabras: "Dentro de poco dejarán de verme, pero dentro de otro poco volverán a verme". Yo les aseguro que ustedes llorarán y gemirán, mientras que el mundo se sentirá satisfecho.
Ustedes estarán tristes, pero su tristeza se convertirá en alegría".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, las ofrendas que te presentamos, y purifica nuestros corazones para que podamos participar dignamente en este sacramento de tu amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Cristo, sacerdote y víctima

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor; pero más que nunca en este tiempo en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Porque él, con la inmolación de su cuerpo en la cruz, dio pleno cumplimiento a lo que anunciaban los sacrificios de la antigua alianza, y ofreciéndose a sí mismo por nuestra
salvación, quiso ser al mismo tiempo sacerdote, víctima y altar.
Por eso,
con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría, y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:

Antífona de la Comunión

Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo, dice el Señor. Aleluya.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Dios todopoderoso y eterno,que en Cristo resucitado nos has hecho renacer a la vida eterna, haz que este misterio pascual en el que acabamos de participar por medio de la Eucaristía, dé en nosotros abundantes frutos de salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Día 25/05-2 San Beda el Venerable, (presbítero y doctor de la Iglesia)

Antífona de Entrada

El justo se alegra con el Señor, se refugia en él y se felicitan los rectos de corazón.

 

Oración Colecta

Oremos:
Proclamamos, Señor, que sólo tú eres santo, sólo tú eres bueno y nadie puede serlo sin tu gracia; por eso te pedimos que, mediante la intercesión de san Beda el Venerable nos ayudes a vivir de tal forma en el mundo, que nunca nos veamos privados de tu gloria.
Por nuestro, Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Nosotros poseemos el modo de pensar de Cristo

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 2,10-16

Hermanos: El Espíritu conoce perfectamente todo, hasta lo más profundo de Dios. En efecto: ¿quién conoce lo que hay en el hombre, sino el espíritu del hombre que está dentro de él? Del mismo modo, nadie conoce lo que hay en Dios, sino el Espíritu de Dios.
Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que procede de Dios, para que conozcamos las gracias que Dios nos ha otorgado. De estas gracias hablamos, no con palabras aprendidas de la sabiduría humana, sino aprendidas del Espíritu y con las cuales expresamos realidades espirituales en términos espirituales.
El hombre, con su sola inteligencia, no puede comprender las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son una locura; no las puede entender, porque son cosas que sólo se comprenden a la luz del Espíritu. Pero el hombre iluminado por el Espíritu puede juzgar correctamente todas las cosas y nadie que no tenga el Espíritu lo puede juzgar correctamente a él. Por eso dice la Escritura: ¿ Quién ha entendido el modo de pensar del Señor, como para que pueda darle lecciones? Pues bien, nosotros poseemos el modo de pensar de Cristo.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 118

Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.

Sólo cumpliendo todos tus mandatos puede un joven vivir honestamente.
Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.

Con todo el corazón te estoy buscando, de tu ley no permitas que me aleje.
Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.

Guardo tus mandamientos en mi pecho para nunca ofenderte.
Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.

Bendito eres, Señor, enséñale a tu siervo lo que ordenas.
Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.

Todos los mandamientos de tu boca mis labios enumeran.
Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.

Me gozo más cumpliendo tus preceptos, que teniendo riquezas.
Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Tú tienes palabras de vida eterna.
Aleluya.

Evangelio

Jesús les enseñaba como quien tiene autoridad

+ Lectura del santo Evangelio según san Mateo 7, 21-29

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"No todo el que me diga: "¡Señor, Señor!", entrará en el Reino de los cielos, sino el que cumpla la voluntad de mi Padre, que está en los cielos. Aquel día muchos me dirán: "¡Señor, Señor!", ¿no hemos hablado y arrojado demonios en tu nombre y no hemos hecho, en tu nombre, muchos milagros? Entonces yo les diré en su cara: "Nunca los he conocido. Aléjense de mí, ustedes, los que han hecho el mal".
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica, se parece a un hombre prudente, que edificó su casa sobre roca. Vino la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos y dieron contra aquella casa; pero no se cayó, porque estaba construida sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica, se parece a un hombre imprudente, que edificó su casa sobre arena. Vino la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos, dieron contra aquella casa y la arrasaron completamente".
Cuando Jesús terminó de hablar, la gente quedó asombrada de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Te suplicamos, Dios todopoderoso, que este sacrificio, ofrecido humildemente en honor de tus santos, sea grato a tus ojos y purifique nuestro cuerpo y nuestro espíritu.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

La gloria de los santos

En verdad es justo darte gracias y deber nuestro glorificarte, Padre santo. Porque tu gloria resplandece en cada uno de los Santos, ya que, al coronar sus méritos, coronas tus propios dones. Con su vida, nos proporcionas ejemplo; ayuda, con su intercesión, y por la comunión con ellos, nos haces participar de sus bienes, para que, alentados por testigos tan insignes, lleguemos victoriosos al fin de la carrera y alcancemos con ellos la corona inmortal de la gloria, por Cristo, Señor nuestro.
Por eso,
con los ángeles y arcángeles, y con la multitud de los santos, te cantamos un himno de alabanza diciendo sin cesar:

Antífona de la Comunión

El que quiera servirme, que me siga dice el Señor; y donde esté yo, allí también estará mi servidor.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Reanimados con el pan del cielo, te rogamos, Señor, que, a imitación de san Beda, permanezcamos en continua acción de gracias por los dones recibidos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Día 25/05-03 San Gregorio VII, (Papa)

Antífona de Entrada

El Señor lo eligió sumo sacerdote y derramó sobre él todos los bienes.

 

Oración Colecta

Oremos.
Dios todopoderoso y eterno, que pusiste al papa san Gregorio al frente de tu pueblo, para que con su ejemplo y su palabra lo ayudara a crecer en santidad; protege, por su intercesión, a los pastores de la Iglesia y al rebaño que les has confiado, para que siempre caminen por las sendas de la salvación.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Miren por ustedes mismos y por todo el rebaño, del que los constituyó pastores el Espíritu Santo, para apacentar a la Iglesia de Dios

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 20, 17-18. 28-32. 36

En aquellos días, hallándose Pablo en Mileto mandó llamar a los presbíteros de la comunidad cristiana de Efeso. Cuando se presentaron, les dijo:
"Miren por ustedes mismos y por todo el rebaño, del que los constituyó pastores el Espíritu Santo, para apacentar a la Iglesia que Dios adquirió con la sangre de su Hijo.
Yo sé que después de mí partida, se introducirán entre ustedes lobos rapaces, que no tendrán piedad del rebaño y sé que, de entre ustedes mismos, surgirán hombres que predicarán doctrinas perversas y arrastrarán a los fieles detrás de sí. Por eso, estén alerta. Acuérdense que durante tres años, ni de día ni de noche he dejado de aconsejar, con lágrimas en los ojos, a cada uno de ustedes.
Ahora los encomiendo a Dios y a su palabra salvadora, la cual tiene fuerza para que todos los consagrados a Dios crezcan en el espíritu".
Dicho esto, se arrodilló para orar con todos ellos.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 109

Tú eres sacerdote para siempre.

Esto ha dicho el Señor a mi Señor: "Siéntate a mi derecha; yo haré de tus contrarios el estrado donde pongas los pies".
Tú eres sacerdote para siempre.

Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro y tú dominarás al enemigo.
Tú eres sacerdote para siempre.

Es tuyo el señorío; el día en que naciste, en su monte santo te consagró el Señor antes del alba.
Tú eres sacerdote para siempre.

Juró el Señor y no ha de retractarse: "Tú eres sacerdote para siempre, según el rito de Melquisedec".
Tú eres sacerdote para siempre.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Sígueme, dice el Señor, y haré de ustedes pescadores de hombres.
Aleluya.

Evangelio

Tú eres Pedro y a ti te daré las llaves del Reino de los cielos

+ Lectura del santo Evangelio según san Mateo 16, 13-19

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesárea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos:
"¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?"
Ellos le respondieron:
"Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas".
Luego les preguntó:
"Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?"
Simón Pedro tomó la palabra y le dijo:
"Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo".
Jesús le dijo entonces:
"¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi Padre que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de alabanza en honor de tus santos; que su protección poderosa nos defienda contra todos los males presentes y futuros.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Los santos pastores siguen presentes en la Iglesia

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque permites que tu Iglesia se alegre hoy con la festividad de san Gregorio para animarnos con el ejemplo de su vida, instruirnos con su palabra y protegernos con su intercesión.
Por eso,
con los ángeles y los santos, te cantamos el himno de alabanza diciendo sin cesar:

Antífona de la Comunión

El buen pastor dio la vida por las ovejas.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Señor, Dios nuestro, que estos sacramentos enciendan en nosotros el fuego de amor que abrasó el corazón de san Gregorio y le impulsó a entregarse sin reserva al servicio de la Iglesia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

Solemnidad de la Ascensión del Señor

JESÚS NOS ESPERA EN EL CIELO

— Culmina en este misterio la exaltación de Cristo glorioso.

— La Ascensión fortalece y alienta nuestro deseo de alcanzar el Cielo. Fomentar esta esperanza.

— La Ascensión y la misión apostólica del cristiano.

I. Una bendición fue el último gesto de Jesús en la tierra, según el Evangelio de San Lucas1. Los Once han partido desde Galilea al monte que Jesús les había indicado, el monte de los Olivos, cercano a Jerusalén. Los discípulos, al ver de nuevo al Resucitado, le adoraron2, se postraron ante Él como ante su Maestro y su Dios. Ahora son mucho más profundamente conscientes de lo que ya, mucho tiempo antes, tenían en el corazón y habían confesado: que su Maestro era el Mesías3. Están asombrados y llenos de alegría al ver que su Señor y su Dios ha estado siempre tan cercano. Después de aquellos cuarenta días en su compañía podrán ser testigos de lo que han visto y oído; el Espíritu Santo los confirmará en las enseñanzas de Jesús, y les enseñará la verdad completa.

El Maestro les habla con la Majestad propia de Dios: Se me ha dado todo poder en el Cielo y en la tierra4. Jesús confirma la fe de los que le adoran, y les enseña que el poder que van a recibir deriva del propio poder divino. La facultad de perdonar los pecados, de renacer a una vida nueva mediante el Bautismo... es el poder del mismo Cristo que se prolonga en la Iglesia. Esta es la misión de la Iglesia: continuar por siempre la obra de Cristo, enseñar a los hombres las verdades acerca de Dios y las exigencias que llevan consigo esas verdades, ayudarles con la gracia de los sacramentos...

Les dice Jesús: recibiréis el Espíritu Santo que descenderá sobre vosotros y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.

Y después de decir esto, mientras ellos miraban, se elevó, y una nube lo ocultó a sus ojos5. Así nos describe San Lucas la Ascensión del Señor en la Primera lectura de la Misa.

Poco a poco se fue elevando. Los Apóstoles se quedaron largo rato mirando a Jesús que asciende con toda majestad mientras les da su última bendición, hasta que una nube lo ocultó. Era la nube que acompañaba la manifestación de Dios6: «era un signo de que Jesús había entrado ya en los cielos»7.

La vida de Jesús en la tierra no concluye con su muerte en la Cruz, sino con la Ascensión a los Cielos. Es el último misterio de la vida del Señor aquí en la tierra. Es un misterio redentor, que constituye, con la Pasión, la Muerte y la Resurrección, el misterio pascual. Convenía que quienes habían visto morir a Cristo en la Cruz entre insultos, desprecios y burlas, fueran testigos de su exaltación suprema. Se cumplen ahora ante la vista de los suyos aquellas palabras que un día les dijera: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios8. Y aquellas otras: Ya no estoy en el mundo, pero ellos están en el mundo y voy a Ti, Padre Santo9.

La Ascensión del Señor a los Cielos la contemplamos en el segundo misterio glorioso del Santo Rosario. «Se fue Jesús con el Padre. —Dos Ángeles de blancas vestiduras se aproximan a nosotros y nos dicen: Varones de Galilea, ¿qué hacéis mirando al cielo? (Hech1, 11).

»Pedro y los demás vuelven a Jerusalén –cum gaudio magno– con gran alegría. (Lc 24, 52). —Es justo que la Santa Humanidad de Cristo reciba el homenaje, la aclamación y adoración de todas las jerarquías de los Ángeles y de todas las legiones de los bienaventurados de la Gloria»10.

II. «Hoy no solo hemos sido constituidos poseedores del paraíso –enseña San León Magno en esta solemnidad–, sino que con Cristo hemos ascendido, mística pero realmente, a lo más alto de los Cielos, y conseguido por Cristo una gracia más inefable que la que habíamos perdido»11.

La Ascensión fortalece y alienta nuestra esperanza de alcanzar el Cielo y nos impulsa constantemente a levantar el corazón, como nos invita a hacer el prefacio de la Misa, con el fin de buscar las cosas de arriba. Ahora nuestra esperanza es muy grande, pues el mismo Cristo ha ido a prepararnos una morada12.

El Señor se encuentra en el Cielo con su Cuerpo glorificado, con la señal de su Sacrificio redentor13, con las huellas de la Pasión que pudo contemplar Tomás, que claman por la salvación de todos nosotros. La Humanidad Santísima del Señor tiene ya en el Cielo su lugar natural, pero Él, que dio su vida por cada uno, nos espera allí. «Cristo nos espera. Vivimos ya como ciudadanos del cielo (Flp 3, 20), siendo plenamente ciudadanos de la tierra, en medio de dificultades, de injusticias, de incomprensiones, pero también en medio de la alegría y de la serenidad que da el saberse hijo amado de Dios (...).

»Si, a pesar de todo, la subida de Jesús a los cielos nos deja en el alma un amargo regusto de tristeza, acudamos a su Madre, como hicieron los apóstoles: entonces tornaron a Jerusalén... y oraban unánimemente... con María, la Madre de Jesús (Hech 1, 12-14)»14.

La esperanza del Cielo llenará de alegría nuestro diario caminar. Imitaremos a los Apóstoles, que «se aprovecharon tanto de la Ascensión del Señor que todo cuanto antes les causaba miedo, después se convirtió en gozo. Desde aquel momento elevaron toda la contemplación de su alma a la divinidad sentada a la diestra del Padre; la misma visión de su cuerpo no era obstáculo para que la inteligencia, iluminada por la fe, creyera que Cristo, ni descendiendo se había apartado del Padre, ni con su Ascensión se había separado de sus discípulos»15.

III. Cuando estaban mirando atentamente al cielo mientras Él se iba, se presentaron junto a ellos dos hombres con vestiduras blancas que dijeron: Hombres de Galilea, ¿qué hacéis ahí mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo, vendrá de igual manera que le habéis visto subir16. «También como los Apóstoles, permanecemos entre admirados y tristes al ver que nos deja. No es fácil, en realidad, acostumbrarse a la ausencia física de Jesús. Me conmueve recordar que, en un alarde de amor, se ha ido y se ha quedado; se ha ido al Cielo y se nos entrega como alimento en la Hostia Santa. Echamos de menos, sin embargo, su palabra humana, su forma de actuar, de mirar, de sonreír, de hacer el bien. Querríamos volver a mirarle de cerca, cuando se sienta al lado del pozo cansado por el duro camino (Cfr. Jn 4, 6), cuando llora por Lázaro (Cfr. Jn 11, 35), cuando ora largamente (Cfr. Lc 6,12), cuando se compadece de la muchedumbre (Cfr. Mt 15, 32, Mc 8, 2).

»Siempre me ha parecido lógico y me ha llenado de alegría que la Santísima Humanidad de Jesucristo suba a la gloria del Padre, pero pienso también que esta tristeza, peculiar del día de la Ascensión, es una muestra del amor que sentimos por Jesús, Señor Nuestro. Él, siendo perfecto Dios, se hizo hombre, perfecto hombre, carne de nuestra carne y sangre de nuestra sangre. Y se separa de nosotros, para ir al cielo. ¿Cómo no echarlo en falta?»17.

Los ángeles dicen a los Apóstoles que es hora de comenzar la inmensa tarea que les espera, que no se debe perder un instante. Con la Ascensión termina la misión terrena de Cristo y comienza la de sus discípulos, la nuestra. Y hoy, en nuestra oración, es bueno que oigamos aquellas palabras con las que el Señor intercede ante Dios Padre por nosotros mismos: no pido que los saques del mundo, de nuestro ambiente, del propio trabajo, de la propia familia..., sino que los preserves del mal18. Porque quiere el Señor que cada uno en su lugar continúe la tarea de santificar el mundo, para mejorarlo y ponerlo a sus pies: las almas, las instituciones, las familias, la vida pública... Porque solo así el mundo será un lugar donde se valore y respete la dignidad humana, donde se pueda convivir en paz, con la verdadera paz, que tan ligada está a la unión con Dios.

«Nos recuerda la fiesta de hoy que el celo por las almas es un mandato del Señor, que, al subir a su gloria, nos envía como testigos suyos por el orbe entero. Grande es nuestra responsabilidad: porque ser testigo de Cristo supone, antes que nada, procurar comportarnos según su doctrina, luchar para que nuestra conducta recuerde a Jesús, evoque su figura amabilísima»19.

Quienes conviven o se relacionan con nosotros nos han de ver leales, sinceros, alegres, trabajadores; nos hemos de comportar como personas que cumplen con rectitud sus deberes y saben actuar como hijos de Dios en las incidencias que acarrea cada día. Las mismas normas corrientes de la convivencia –que para muchos quedan en algo externo, necesario para el trato social– han de ser fruto de la caridad, manifestaciones de una actitud interior de interés por los demás: el saludo, la cordialidad, el espíritu de servicio...

Jesús se va, pero se queda muy cerca de cada uno. De un modo particular lo encontramos en el Sagrario más próximo, quizá a menos de un centenar de metros de donde vivimos o trabajamos. No dejemos de ir muchas veces, aunque solo podamos con el corazón en la mayoría de las ocasiones, a decirle que nos ayude en la tarea apostólica, que cuente con nosotros para extender por todos los ambientes su doctrina.

Los Apóstoles marcharon a Jerusalén en compañía de Santa María. Junto a Ella esperan la llegada del Espíritu Santo. Dispongámonos nosotros también en estos días a preparar la próxima fiesta de Pentecostés muy cerca de nuestra Señora.

1 Lc 24, 51. — 2 Cfr. Mt 28, 17. — 3 Cfr. Mt 16, 18. — 4 Mt 28, 18. — 5 Primera lectura. Hech 1, 7 ss. — 6 Cfr. Ex 13, 22; Lc 9, 34 ss. — 7 San Juan Crisóstomo,Homilías sobre los Hechos, 2. — 8 Jn 20, 17. — 9 Jn 17, 11. — 10 San Josemaría Escrivá, Santo Rosario, Rialp, 24ª ed., Madrid 1979, Segundo misterio glorioso.  11San León Magno, Homilía I sobre la Ascensión. — 12 Cfr. Jn 14, 2. — 13 Cfr. Apoc. 5, 6. — 14 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 126. — 15 San León Magno,Sermón 74, 3. — 16 Hech 1, 11.— 17 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 117. — 18 Jn 17, 15. — 19 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 122.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

San Gregorio VII

pontífice

Año 1085

San Gregorio VII: valeroso defensor de nuestra santa religión: pídele a Dios que todos los sacerdotes y obispos sean personas verdaderamente dignas y santas.  Más te ama el que te corrige tus defectos, que el que te alaba por lo que no vale la pena.

(Proverbios)

Se llamaba Hildebrando, nombre que en Alemán significa "Espada del batallador". Al ser elegido Papa, cambió su nombre por el de Gregorio, que significa: "el que vigila". Nació de padres muy pobres en la provincia de Toscana en Italia. Muy joven fue llevado a Roma por un tío suyo que era superior de un convento de esa ciudad. Y allí le costeó los estudios, que hizo muy brillantemente, hasta el punto que uno de sus profesores exclamó que nunca había conocido una inteligencia igual. Uno de sus profesores, el P. Juan Gracián estimaba tanto a su discípulo, que cuando lo eligieron Papa con el nombre de Gregorio VI, nombró a Hildebrando como secretario.

Después de la muerte del Papa Gregorio VI, Hildebrando se fue de monje al famoso monasterio de Cluny, donde tuvo por maestros a dos grandes santos: San Odilón y San Hugo. Ya pensaba pasar el resto de su vida como monje, cuando al ser elegido Papa San León XI, que lo estimaba muchísimo, lo hizo irse a Roma y lo nombró ecónomo del Vaticano, y Tesorero del Pontífice.

Y desde entonces fue el consejero de confianza de cinco Sumos Pontífices, y el más fuerte colaborador de ellos en la tarea de reformar la Iglesia y llevarla por el camino de la santidad y de la fidelidad al evangelio.

Durante 25 año se negó a ser Pontífice, pero a la muerte del Papa Alejandro II, mientras Hildebrando dirigía los funerales, todo el pueblo y muchísimos sacerdotes empezaron a gritar: "¡Hildebrando Papa, Hildebrando Papa!" - El quiso subir a la tarima para decirles que no aceptaba, pero se le anticipó un obispo, el cual con sus elocuentes elogios convenció a los presentes de que por el momento no había otro mejor preparado para ser elegido Sumo Pontífice. El pueblo se apoderó de él casi a la fuerza y lo entronizó en el sillón reservado al Papa. Y luego los cardenales confirmaron su nombramiento diciendo: "San Pedro ha escogido a Hildebrando para que sea Papa".

Un arzobispo le escribió diciéndole: "En ti están puestos los ojos de todo el pueblo. El pueblo cristiano sabe los grandes combates que has sostenido para hacer que la Iglesia vuelva a ser santa y ahora espera oír de ti grandes cosas". Y esa esperanza no se vio frustrada.

San Gregorio se encontró con que en la Iglesia Católica había desórdenes muy graves. Los reyes y gobernantes nombraban los obispos y párrocos y los superiores de conventos y para estos puestos no se escogía a los más santos sino a los que pagaban más y a los que les permitían obedecerles más ciegamente. Y sucedió entonces que a los altos puestos de la Iglesia Católica llegaron hombres muy indignos de tales cargos, y que tenían una conducta verdaderamente desastrosa. Muchos de estos ya no observaban el celibato (la obligación de mantenerse solteros y conservando la virtud de la pureza) y vivían en unión libre y varios hasta se casaban públicamente. Y los gobernantes seguían nombrando gente indigna para los cargos eclesiásticos.

Y fue aquí donde intervino Gregorio VII con mano fuerte. Empezó destituyendo al arzobispo de Milán pues lo habían nombrado para ese cargo porque había pagado mucho dinero (simonía se llama este pecado). Luego el Papa reunió un Sínodo de obispos y sacerdotes en Roma y decretó cosas muy graves. Lo primero que hizo este pontífice fue quitar a todos los gobernantes el derecho a las investiduras, que consistía en que por el sólo hecho de que un jefe de gobierno le diera a un hombre el anillo de obispo o el título de párroco ya el otro quedaba investido de ese poder y podía ejercer dicho cargo. El Papa Gregorio decretó que a los obispos los nombraba el Papa y a los párrocos, el obispo y nadie más. Y decretó que todo el que se atreviera a nombrar a un obispo sin haber tenido antes el permiso del Sumo Pontífice quedaba excomulgado (o sea, fuera de la Iglesia Católica) y la misma pena o castigo decretó para todo el que sin ser obispo se atreviera a nombrar a alguien de párroco.

Estos decretos produjeron una verdadera revolución de todas partes. Todos los que habían sido nombrados obispos o párrocos superiores de comunidades por los gobernantes civiles sintieron que iban a perder sus cargos que les proporcionaban buenas ganancias económicas y muchos honores ante las gentes, y protestaron fuertemente y declararon que no obedecerían al Pontífice. Y los gobernantes civiles sí que se sintieron más, porque perdían la ocasión de ganar mucho dinero haciendo nombramientos.

El primero en declarase en revolución contra el Papa fue el emperador Enrique IV de Alemania que ganaba mucho dinero nombrando obispos y párrocos. Enrique declaró que no obedecería a Gregorio VII y que se declaraba contra sus mandatos. Pero al Papa no le temblaba la mano y decretó enseguida que Enrique quedaba excomulgado, y envió un mensaje a los ciudadanos de Alemania declarando que ya no les obligaba obedecer a semejante emperador. Esto produjo un efecto fulminante. En toda la nación empezó a tramarse una revolución contra Enrique y éste se sintió que iba a perder el poder.

Cuando Enrique IV se sintió perdido se fue como humilde peregrino a visitar al Papa, que estaba en el castillo de Canossa, y allá, vestido de penitente, estuvo por tres días en las puertas, entre la nieve, suplicando que el Sumo Pontífice lo recibiera y lo perdonara. Gregorio VII sospechaba que eso era un engaño hipócrita del emperador, para no perder su puesto, pero fueron tantos los ruegos de sus amigos y vecinos que al fin lo recibió, le oyó su confesión, le perdonó y le quitó la excomunión.

Y apenas Enrique se sintió sin la excomunión se volvió a Alemania y reunió un gran ejército y se lanzó contra Roma y se tomó la ciudad. El Papa quedó encerrado en el Castillo de Santángelo, pero a los pocos días llegó un ejército católico al mando de Roberto Guiscardo, lo sacó de allí y lo hizo salir de la ciudad. El Papa tuvo que irse a refugiar al Castillo de Salerno.

Mientras los enemigos del Santo Pontífice parecían triunfar por todas partes, a Gregorio le llegó la muerte, el 25 de mayo del año 1085. Sus últimas palabras que se han hecho famosas fueron: "He amado la justicia y odiado la iniquidad. Por eso muero en el destierro". Cuando él murió parecía que sus enemigos habían quedado vencedores, pero luego las ideas de este gran Pontífice se impusieron en toda la Iglesia Católica y ahora es reconocido como uno de los Papas más santos que ha tenido nuestra santa religión. Un hombre providencial que libró a la Iglesia de Cristo de ser esclavizada por los gobernantes civiles y de ser gobernada por hombres indignos.

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Beda el Venerable, Santo Presbítero y Doctor de la Iglesia, Mayo 25  

Beda el Venerable, Santo

Presbítero y Doctor de la Iglesia

Martirologio Romano: San Beda el Venerable, presbítero y doctor de la Iglesia, el cual, servidor de Cristo desde la edad de ocho años, pasó todo el tiempo de su vida en el monasterio de Wearmouth, en Northumbria, en Inglaterra. Se dedicó con fervor en meditar y exponer las Escrituras, y entre la observancia de la disciplina regular y la solicitud cotidiana de cantar en la iglesia, sus delicias fueron siempre estudiar, o enseñar, o escribir (735).

Etimológicamente: Beda = Aquel que es un buen guerrero, es de origen germánico.

 


El nombre de Beda o Baeda en lengua sajona quiere decir oración. San Beda, "padre de la erudición inglesa" como lo definió el historiador Burke, murió a los 63 años en la abadía de Jarrow, en Inglaterra, después de haber dictado la última página de un libro suyo y de haber rezado el Gloria Patri. Era la víspera de la Ascensión, el 25 de mayo del 735. Cuando sintió que se acercaba la muerte, dijo: "He vivido bastante y Dios ha dispuesto bien de mi vida".

Beda nació en el año 672 de una modesta familia obrera de Newcastle y recibió su formación en dos monasterios benedictinos de Wearmouth y Jarrow, en donde fue ordenado a los 22 años.

Las dos más grandes satisfacciones de su vida las condensó él mismo en tres verbos: aprender, enseñar, escribir. La mayor parse de su obra de escritor tiene su origen y finalidad en la enseñanza. Escribió sobre filosofía, cronología, aritmética, gramática, astronomía, música, siguiendo el ejemplo de san Isidro. Pero san Beda es ante todo un teólogo, de estilo sencillo, accesible a todos.

Se le presenta como uno de los padres de toda la cultura posterior, influyendo, por medio de la escuela de York y la escuela carolingia, sobre toda la cultura europea. Entre los monumentos insignes de la historiografía queda su Historia eclesiástica gentis Anglorum, que le mereció ser proclamado en el sínodo de Aquisgrana, en el 836, "venerabilis et modernis temporibus doctor admirabilis". Le gustaba definirse "historicus verax", historiador veraz, consciente de haber prestado un servicio a la verdad.

Terminó su voluminosa obra histórica con esta oración: "Te pido, Jesús mío, que me concediste saborear con delicia las palabras de tu sabiduría, concederme por tu misericordia llegar un día a ti, fuente de sabiduría, y contemplar tu rostro". El Papa Gregorio II lo había llamado a Roma, pero Beda le suplicó que lo dejara en la laboriosa soledad del monasterio de Jarrow, del que se alejó sólo por pocos meses, para poner las bases de la escuela de York, de la que después salió el célebre Alcuino, maestro de la corte carolingia y fundador del primer estudio parisiense.

Después de haber dictado la última página de su Comentario a san Juan, le dijo al monje escribano: "ahora sosténme la cabeza y haz que pueda dirigir los ojos hacia el lugar santo donde he rezado, porque siento que me invade una gran dulzura".
Fueron sus últimas palabras.

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María Magdalena de Pazzi, Santa Maestra de Novicias, Mayo 25  

María Magdalena de Pazzi, Santa

Maestra de Novicias

La familia de Pazzi, a cuyo nombre está unida la famosa conjuración contra el gran duque de Médici, en tiempos de nuestra santa, era todavía de las más importantes de Florencia. Catalina de Pazzi (María Magdalena es el nombre que asumió la santa carmelita el día de su profesión religiosa) nació en 1566, en un siglo rico de acontecimientos en la historia civil y religiosa de Italia y caracterizado por el florecimiento excepcional de grandes santos.

También María Magdalena de Pazzi participó en la situación histórica y social de su tiempo escribiendo cartas muy valientes al Papa, a los cardenales, a los obispos y a los príncipes, señalando las causas de los males que afligían a la Iglesia, que ella atribuía a las deficiencias espirituales de los cristianos y de sus pastores.
Este es uno de los lados maravillosos de la santa, asociada a la pasión de Cristo con los estigmas y otros fenómenos místicos como las visiones, los éxtasis, los arrobamientos, durante los cuales trataba de difíciles cuestiones teológicas.

Tres hermanas, encargadas por el director espiritual, transcribían las revelaciones de Sor María Magdalena. El libro, titulado Contemplaciones y redactado de ese modo tan excepcional es considerado como un importante tratado de teología mística, y al mismo tiempo nos revela el itinerario espiritual de la santa, que a los 18 años había entrado al más austero convento florentino, el de las carmelitas.
Desde muy niña, Catalina de Pazzi se mostró más inclinada a la devoción que a la vida cómoda de su tiempo. Efectivamente, tuvo el privilegio, en ese tiempo muy raro, de hacer la primera Comunión a la edad de diez años.

Después de darle el adiós al mundo y de haber cambiado nombre, Sor María Magdalena fue dócil instrumento de la gracia divina, atravesando todos los estadios de la experiencia mística, desde las audacias de la contemplación hasta las torturantes pruebas de la noche de los sentidos, en la oscuridad abismal de la aridez espiritual, que duró cinco años, durante los cuales fue probada en la fe, en la esperanza y en la caridad. Y, finalmente, en Pentecostés de 1590, su espíritu quedó nuevamente sumergido por la brillante luz del éxtasis, fortaleciéndose para la nueva prueba sucesiva, la del dolor físico.

Martirizada en el cuerpo por llagas dolorosísimas, cuando el dolor se hacía insoportable, Sor María Magdalena, que había sido nombrada maestra de novicias, hallaba la fuerza para repetir las palabras que se convirtieron en el lema de su vida: "Pati, non mori", sufrir y no morir. Murió el 25 de mayo de 1607, en el convento de Santa María de los Ángeles, en Florencia.

Fue canonizada el 28 de abril de 1669 por el Papa Clemente IX.

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Fuente: ACIprensa.com
Magdalena Sofía Barat, Santa Fundadora, Mayo 25  

Fundadora de la Sociedad del Sagrado Corazón de Jesús

Santa Magdalena nació el 12 de diciembre de 1779, en Joigny de Borgoña y fue fundadora de la Congregación del Sagrado Corazón. Desde niña tuvo pasión por aprender, por ello, se entregó al estudio del latín, el griego, la historia, la física y las matemáticas. También se formó intensamente en el dominio de sus emociones y la voluntad.

La Santa fue llamada por el Padre Varín, de la Compañía de Jesús, para que le ayude con su plan de reestablecer la educación en las escuelas católicas, las cuales habían sido suprimidas a causa de la Revolución Francesa. El Padre Varín, le expuso también a la Santa, el proyecto de fundar una congregación de educadoras, inspirada por la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Santa Magdalena aceptó humildemente ayudar en tal misión, llena de desconfianza en sus fuerzas; "Lo acepté todo, sin comprender ni prever nada", dijo.

El 21 de noviembre de 1800, la Santa partió a Amiens para enseñar en una escuela que fue el primer convento de la congregación. A los 23 años, siendo la más joven de su comunidad, fue nombrada para gobernar la congregación. Fundó 105 casas; muchas de ellas en Francia, Roma, Inglaterra, Austria y Suiza.

Llena de amor por la juventud, la Santa trataba de fundar en cada sitio posible, una escuela para niñas pobres y un pensionado de paga.Como no podía visitar tantas fundaciones, se mantenía en contacto a través de la innumerable cantidad de cartas que escribía. Se encargaba también de la administración de la casa madre y de atender las visitas que llegaban para pedirle consejo. En una de sus cartas escribió: " El trabajo excesivo es un peligro para las almas imperfectas; pero las perfectas obtienen, por ese medio, una rica cosecha".

En diciembre de 1826, el Papa León XII aprobó oficialmente la Sociedad del Sagrado Corazón. En 1864, a los 85 años de edad, la Santa pide al congreso general que se le permitiera renunciar a su cargo, pero la asamblea no permitió más que se nombrase una vicaria que le ayudase en el trabajo. El 21 de mayo de 1865, la Santa sufre de un ataque que la deja paralítica y cuatro días más tarde, en la fiesta de Asunción, muere.

Fue canonizada el 24 de mayo de 1925 por el Papa Pío XI.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina05
Urbano I, Santo Papa y Mártir, Mayo 25  

Urbano I, Santo

XVII Papa

San Urbano, hijo de Ponciano: sucedió a Calixto. Fue varón santísimo de muy amable y dulce conversación, y con el ejemplo de su vida y predicación apostólica convirtió en Roma a nuestra santa fe gran número de ciudadanos y caballeros, y entre ellos fueron Valeriano esposo de Santa Cecilia, y Tiburcio su hermano, a los cuales el Santo Pontífice bautizó y animó para que constantemente muriesen por Jesucristo; a cuya honra y veneración San Urbano consagró la casa de Santa Cecilia y la hizo templo. Escribió una epístola llena de admirable doctrina de la que se coligen algunos decretos.

Daban en aquel tiempo los fieles sus heredades y posesiones para el culto divino y sustento de los ministros de ella y de los pobres. Mandó Urbano que los tales bienes no se pudiesen gastar en otros usos, añadiendo graves penas contra los que usurpasen las cosas eclesiásticas; porque son, dice, ofrendas de los fieles, y rescate de pecados y patrimonio de los pobres. Y porque algunas veces las mismas heredades, bienes y raíces se vendían para socorrer a las necesidades de los pobres. Ordenó que de allí en adelante no se vendiesen, sino que con las rentas de ellas se proveyese las que los ministros de la Iglesia y los pobres necesitaran, quedando siempre en pie la raíz y fuente de donde se pudiesen remediar semejantes necesidades.

Mandó asimismo evitar al excomulgado por el obispo, aunque no fuese de todo punto la sentencia justa; y que de mano del mismo obispo recibiesen los fieles el sacramento de la Confirmación después del bautismo. Fue el primero que usó patenas, cálices y vasos de plata para el uso de la Iglesia y ministerio del sacrosanto Sacrificio de la Misa. Y no sólo cálices y vasos de plata, más de oro y piedras preciosas usaron los Santos en el servicio de la Iglesia, y los fieles las ofrecían al Señor, mostrando en esto su piedad y devoción, reconociendo que lo que los hombres tienen por más precioso debe servir al Señor de todo lo creado, que se los dio.

El desacuerdo que produjo Hipólito en la Iglesia Romana continuó durante el pontificado de Urbano. Hipólito y sus seguidores persistieron en el cisma; fue probablemente durante el reinado de Urbano que Hipólito escribió su "Philosophumena", en donde atacaba severamente al Papa Calixto. Urbano mantuvo la misma actitud adoptada por su predecesor hacia el grupo cismático y su líder. Nada dicen las autoridades históricas sobre que se haya dado algún otro problema durante la vida de la Iglesia Romana de esa era. En el año 222 Alejandro Severo se convierte en emperador romano. Éste favoreció un eclecticismo religioso y protegió asimismo al Cristianismo. Su madre, Julia Mammaea, era amiga del maestro alejandrino Origen, y lo llamó a Antioquia. Hipólito le dedicó a ella su trabajo sobre la Resurrección. El resultado de la opinión favorable que tanto el emperador como su madre tuvieron sobre el Cristianismo, permitió que los cristianos gozaran de una paz completa, aunque su estado legal no fue cambiado. Indudablemente, la Iglesia Romana experimentó unos buenos beneficios como resultado de estas amables intenciones y no se le molestó durante el reinado del emperador (222-235). Incluso, el emperador protegió a los cristianos romanos en una disputa legal sobre la propiedad de un terreno. Cuando ellos quisieron construir una iglesia en un terreno en Roma que era también reclamado por unos taberneros, se llevó el asunto ante la corte imperial, y Severo decidió a favor de los cristianos, declarando que era mejor que en ese lugar se adorara a Dios.

Vivió el Santo Pontífice Urbano en la silla de San Pedro seis años, siete meses y cuatro días, y habiendo padecido y trabajado mucho por la Iglesia del Señor, fue preso por el prefecto Almaquio; y después de azotado cruelmente con plomadas, fue degollado por su órden, y su cuerpo echado a las aves y bestias

Hay dos citas diferentes de los historiadores antiguos sobre la ubicación de la tumba de Urbano de las cuales, sin embargo, solamente una se refiere a un Papa con este nombre. En el Acta de Santa Cecilia y en el "Liber Pontificalis", se dice que el Papa Urbano fue enterrado en la Catacumba de Praetextatus en la Via Appia. Todos los Itinerarios a las tumbas de los mártires romanos del siglo siete, mencionan la tumba de un Urbano en relación con las tumbas de varios mártires enterrados en la Catacumba de Praetextatus. Uno de esos Itinerarios da a este Urbano el título de "Obispo y Confesor." Consecuentemente, desde el siglo cuarto, todas las tradiciones romanas han venerado al Papa de este nombre en el Urbano que se encuentra en la Catacumba de Praetextatus. Sin embargo, excavando una cámara doble en la Catacumba de San Calixto, De Rossi encontró un fragmento de la tapa de un sarcófago que tenía la inscripción OUPBANOCE [piskopos]. Él comprobó también que en la lista elaborada por Sixto III (432-440) sobre mártires y confesores enterrados en la Catacumba de San Calixto, no se encuentra el nombre Urbano. Por lo tanto, este gran arqueólogo De Rossi concluyó que el Urbano enterrado en San Calixto era el Papa, mientras que el santo del mismo nombre enterrado en San Praetextatus era el Obispo de otro lugar que murió en Roma y que fue enterrado en esta catacumba. La mayoría de historiadores está de acuerdo con esta opinión la cual, sin embargo, se basa principalmente en el Acta de Santa Cecilia. Las letras del epitafio mencionado más arriba sobre un Urbano en San Calixto indican un período posterior, en comparación con las letras de los epitafios papales tal como lo prueba la cripta papal. En la lista que preparó Sixto III y que se mencionó más arriba, Urbano no aparece en la sucesión de papas, pero aparece entre los obispos extranjeros que murieron en Roma y que fueron enterrados en San Calixto.

Parece así necesario aceptar el testimonio de que el Papa Urbano fue enterrado en la Catacumba de Praetextatus, mientras que el Urbano que se encuentra en San Calixto es un Obispo de una fecha posterior, proveniente de alguna otra ciudad. Esto reconciliaría las afirmaciones del "Martyrologium Hieronymianum". Con fecha 25 de mayo (VIII kal. Jun.) se encuentra la siguiente nota: "Via nomentana miliario VIII natale Urbani episcopi in cimiterio Praetextati" ("Martyr. Hieronym.", ed. De Rossi-Duchesne, 66). La catacumba de la Via Nomentana, sin embargo, es la que contiene la tumba del Papa Alejandro, mientras que la catacumba de Praetextatus está sobre la Via Appia. Duchesne comprobó que (Lib. Pontif., I, xlvi-xlvii) en la lista de tumbas de los papas, de donde se saca esta nota, falta una línea que originalmente decía la tumba del Papa Alejandro estaba sobre la Via Nomentana, y que la tumba del Papa Urbano en la Via Appia en la Catacumba de Praetextatus. Por lo tanto, el 25 de mayo es la fecha en que Urbano fue enterrado en esta catacumba. El mismo martirologio contiene una larga lista de mártires con fecha 19 de mayo, y esta lista está encabezada por dos romanos mártires, Calocerus y Partenius, quienes fueron enterrados en la Catacumba de San Calixto, incluyendo un Urbano; este Urbano es, aparentemente, el obispo extranjero que se encuentra enterrado en la misma catacumba.

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Fuente: Vatican.va
Agustín Caloca Cortés, Santo Sacerdote y Mártir, 25 de mayo  

Agustín Caloca Cortés, Santo

Nació en San Juan Bautista del Teúl, Zac. (Arquidiócesis de Guadalajara), el 5 de mayo de 1898.

Ministro en la parroquia de Totatiche y Prefecto del Seminario Auxiliar establecido en la misma población, para quienes fue un modelo de pureza sacerdotal.

Fue hecho prisionero después de ayudar a escapar a los seminaristas y conducido a la misma prisión en donde se encontraba su párroco el Sr. Cura Magallanes.

Un militar, en atención a su juventud, le ofreció la libertad, pero no aceptó si no la concedían también al señor Cura.

Frente al pelotón encargado de su ejecución, la actitud y las palabras de su párroco lo llenaron de fortaleza y pudo exclamar: "Por Dios vivimos y por Él morimos". Sufrió el martirio el 25 de mayo de 1927 en Colotlán, Jalisco (Diócesis de Zacatecas, Zac.).

Frente al verdugo tuvo la fuerza de confortar a su ministro y compañero de martirio, que lo consoló, diciéndole: "Reanímate, Dios quiere mártires; un momento, Padre, y estaremos en el cielo". Después volviéndose a las tropas exclamó: "Soy y muero inocente y pido a Dios que mi sangre sirva para la paz de mexicanos desunidos".

Fue canonizado por S.S. Juan Pablo II en México, junto a otros
24 mártires méxicanos, el 21 de mayo del 2000.

Los 25 santos canonizados el 21 de mayo del 2000 fueron:

Cristobal Magallanes Jara, Sacerdote
Roman Adame Rosales, Sacerdote
Rodrigo Aguilar Aleman, Sacerdote
Julio Alvarez Mendoza, Sacerdote
Luis Batis Sainz, Sacerdote
Agustin Caloca Cortés, Sacerdote
Mateo Correa Magallanes, Sacerdote
Atilano Cruz Alvarado, Sacerdote
Miguel De La Mora De La Mora, Sacerdote
Pedro Esqueda Ramirez, Sacerdote
Margarito Flores Garcia, Sacerdote
Jose Isabel Flores Varela, Sacerdote
David Galvan Bermudez, Sacerdote
Salvador Lara Puente, Laico
Pedro de Jesús Maldonado Lucero, Sacerdote
Jesus Mendez Montoya, Sacerdote
Manuel Morales, Laico
Justino Orona Madrigal, Sacerdote
Sabas Reyes Salazar, Sacerdote
Jose Maria Robles Hurtado, Sacerdote
David Roldan Lara, Laico
Toribio Romo Gonzalez, Sacerdote
Jenaro Sanchez Delgadillo
David Uribe Velasco, Sacerdote
Tranquilino Ubiarco Robles, Sacerdote

Para ver las biografías de los Mártires Mexicanos del siglo XX
Haz Click AQUI

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Fuente: CONFERENCIA EPISCOPAL MEXICANA (CEM.org.mx)
Cristóbal Magallanes, Santo Sacerdote y Mártir, 25 de mayo  

Cristóbal Magallanes, Santo

Nació en Totatiche, Jalisco, el 30 de julio de 1869. De muy humilde origen, ingresó en su juventud al seminario conciliar de Guadalajara, donde se acreditó como un excelente candidato al ministerio eclesiástico. Ordenado presbítero el 17 de septiembre de 1899, prestó sus servicios en la Escuela de Artes y Oficios del Espíritu Santo, en Guadalajara; fue luego ministro y párroco de su pueblo natal, se distinguió por su vida limpia y una intensa labor social. Para atender las vocaciones sacerdotales de esa región, estableció en su parroquia, a partir de 1916, un seminario auxiliar.

El 21 de mayo de 1927, mientras desempeñaba sus labores apostólicas dentro de su circunscripción eclesiástica, un grupo de militares, encabezados por el general de brigada Francisco Goñi, capturó al párroco; ese mismo día el encargado del seminario de Totatiche, presbítero Agustín Caloca, también fue aprehendido. Acusado de sedición, el párroco desmintió los cargos presentando un artículo de su puño y letra, publicado un poco antes, donde exhortaba a sus feligreses a mantener la calma: "La religión ni se propagó ni se ha de conservar pro medio de las armas. Ni Jesucristo, ni los apóstoles, ni la Iglesia han empleado la violencia con este fin. Las armas de la Iglesia son el convencimiento y la persuasión por medio de la palabra"

Dos días después fueron trasladados a Momax, Zacatecas, y la mañana siguiente, sin ningún juicio, fueron fusilados en el patio de la presidencia municipal. Antes de ser ejecutado, el señor cura Magallanes distribuyó sus pertenencias entre los soldados del pelotón, dirigidos por el teniente Enrique Medina. Después ambos sacerdotes se dieron la absolución sacramental. El señor cura pidió permiso para decir lo siguiente: "Soy y muerto inocente, perdono de corazón a los autores de mi muerte y pido a Dios que mi sangre sirva para la paz de los mexicanos desunidos". Sus restos, exhumados de Colotlán, yacen en la parroquia de Totatiche, Jalisco.

Fueron muchos los fieles que sufrieron el martirio por defender su fe, de entre ellos presentamos ahora un total de veinticinco que fueron proclamados santos de la Iglesia por Juan Pablo II.

Los 25 santos canonizados el 21 de mayo del 2000 fueron:

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Fuente: Enciclopedia Católica || ACI Prensa
Zenobio de Florencia, Santo Obispo, Mayo 25  

Zenobio de Florencia, Santo

Obispo de Florencia

Es uno de los patrones de la ciudad, en la que nació a finales del reinado de Constantino I (fallecido en 337).

Esmeradamente educado por sus padres paganos, pronto sintió la influencia del santo Obispo Teodoro, del cual recibió el bautismo. Consiguió, no sin antes vencer obstinada resistencia, atraer a su padre y a su madre a la fe cristiana. Se convirtió en clérigo y ascendió rápidamente a la dignidad de archidiácono, en la cual su virtud y notables facultades como predicador llamaron la atención de San Ambrosio.

A instancias de éste el Papa Dámaso (366-86) llamó a Zenobio a Roma, donde le empleó en importantes misiones, entre ellas una embajada a Constantinopla.

A la muerte de Dámaso regresó a su ciudad natal, donde retomó su labor apostólica, y a la muerte del titular de la sede Zenobio fue llamado a sucederle, con gran gozo de sus fieles.

Las antiguas leyendas que narran su vida como obispo —entre las que, no obstante, hay muchas interpolaciones de épocas posteriores— son unánimes en la descripción de la santidad de su vida y sus dones sobrenaturales. Se le atribuyen extraordinarios milagros, entre ellos haber devuelto a la vida a diversas personas fallecidas.

Durante su largo episcopado su fervor y su celo como pastor de almas jamás flaqueó. Según cuenta su biógrafo y sucesor en la Silla florentina, Antonio, murió a los 90 años de edad el año 424; pero el mismo Antonio dice que Inocencio I (fallecido en el 417) era en aquel entonces Papa, con lo que no se puede tomar el dato como seguro.

Hay razones para creer que murió precisamente ese año 417, el 25 de mayo, fecha en la que cada año se decora con flores la torre en la que se supone que vivió, cerca del Ponte Vechio. Su cuerpo fue enterrado primero en la basílica de San Lorenzo (consagrada por San Ambrosio en el año 393) y luego trasladado a la iglesia de San Salvador, donde hoy se alza la Catedral. Bajo su altar mayor está el relicario en plata del santo, realizado por Ghiberti hacia 1440 en el mismo estilo que sus famosas puertas de bronce.

Hay una estatua de San Zenobio en San Marco y muchas otras evocaciones de él por toda la ciudad, en la que todavía se venera su nombre y su recuerdo.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

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