jueves, 18 de mayo de 2017

[ † ] Jueves del Santísimo Sacramento. 18/05/2017. San Félix ¡ruega para que seamos felices en la tierra como tu lo fuiste!

JA

JMJ

Pax

Permanezcan en mi amor para que su alegría sea plena

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 9-11

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Como el Padre me ama a mí, así los amo yo a ustedes;permanezcan en mi amor. Pero sólo permanecerán en mi amor si ponen en práctica mis mandamientos, lo mismo que yo he puesto en práctica los
mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho todo esto para que participen de mi alegría, y su alegría sea completa".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

 

jue 5a. Sem Pascua

Antífona de Entrada

Cantemos al Señor, pues su victoria es grande. Alabemos al Señor, porque él es nuestra fortaleza y salvación. Aleluya.

 

Oración Colecta

Oremos:
Señor Dios todopoderoso, que sin mérito alguno de muestra parte, nos has hecho pasar de la muerte a la vida y de la tristeza a la alegría; no pongas fin a tus dones, ni ceses de realizar tus maravillas en nosotros, y concede a quienes ya hemos sido justificados por la fe la fuerza necesaria para perseverar siempre en ella.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Juzgo que no se debe importunar a los paganos que se convierten a Dios

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 15, 7-21

Por aquellos días, después de una larga discusión sobre el asunto de la circuncisión, Pedro se levantó y les dijo:
"Hermanos: Ustedes saben que, desde los primeros tiempos, Dios me eligió a mí de entre ustedes para que los paganos oyeran por mi boca el mensaje de la buena noticia y creyeran. Y Dios, que conoce los corazones, dio testimonio a favor de ellos, otorgándoles el Espíritu Santo igual que a nosotros. Sin hacer diferencia entre ellos y nosotros, purificó sus corazones con la fe.
¿Por qué quieren ahora poner a prueba a Dios, tratando de imponer a los discípulos una carga que ni nosotros ni nuestros antepasados hemos podido soportar? Nosotros, en cambio, creemos que nos salvaremos por la gracia del Señor Jesús; y ellos exactamente igual".
Toda la multitud guardó silencio; y escuchaba a Pablo y a Bernabé contar las señales y prodigios que Dios había hecho entre los paganos por medio de ellos.
Cuando acabaron de hablar, tomó la palabra Santiago y dijo:
"Hermanos, escúchenme. Simón ha contado cómo, Dios, desde el principio, eligió de entre los paganos un pueblo consagrado a su nombre. Esto concuerda con las palabras de los profetas, porque está escrito:Después de esto regresaré y restauraré la tienda de David, que estaba destruida. Repararé sus ruinas y la volveré a levantar, para que el resto de los hombres busque al Señor, junto con todas las naciones sobre las que se ha invocado mi nombre. Así lo dice el Señor que realizó estas cosas, anunciadas desde antiguo.
Por eso, en mi opinión, no hay que crear dificultades a los paganos que se convierten. Es suficiente escribirles que se abstengan de toda contaminación, de la idolatría, de matrimonios ilegítimos, de comer la carne de animales muertos sin desangrar. Ya que desde hace siglos la ley de Moisés tiene en cada ciudad sus predicadores, que la leen en las sinagogas todos los sábados".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Sal 95, 1-2a.2b-3.10

Cantemos la grandeza del Señor.

Canten al Señor un canto nuevo, que toda la tierra cante al Señor; canten al Señor, bendigan su nombre.
Cantemos la grandeza del Señor.

Celebren día tras día su victoria. Propaguen su grandeza entre las naciones, sus maravillas entre todos los pueblos.
Cantemos la grandeza del Señor.

Digan a las naciones: "El Señor es rey". El aseguró el mundo para que permanezca firme; él gobierna a los pueblos con rectitud.
Cantemos la grandeza del Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen.
Aleluya.

Evangelio

Permanezcan en mi amor para que su alegría sea plena

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 9-11

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Como el Padre me ama a mí, así los amo yo a ustedes;permanezcan en mi amor. Pero sólo permanecerán en mi amor si ponen en práctica mis mandamientos, lo mismo que yo he puesto en práctica los
mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho todo esto para que participen de mi alegría, y su alegría sea completa".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Dios nuestro, que por medio de estos dones que vas a convertir en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, nos haces participar de tu misma vida divina, concédenos que nuestra conducta ponga de manifiesto las verdades que nos has revelado.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Cristo sacerdote y víctima

y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor; pero más que nunca en este tiempo en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Porque él, con la inmolación de su cuerpo en la cruz, dio pleno cumplimiento a lo que anunciaban los sacrificios de la antigua alianza, y ofreciéndose a sí mismo por nuestra salvación, quiso ser al mismo tiempo sacerdote, víctima y altar.
Por eso,
con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría, y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:

Antífona de la Comunión

Cristo murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí mismos, sino para el que murió y resucitó por ellos. Aleluya.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Ven, Señor, en ayuda de tu pueblo, y, ya que nos has iniciado en los misterios de tu Reino, haz que abandonemos nuestra antigua vida de pecado y vivamos, ya desde ahora, la novedad de la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Dia 18/05 San Juan I (papa y mártir, rojo)

Antífona de Entrada

Este santo luchó hasta la muerte en defensa de la ley de Dios, y no temió las palabras de los malvados; estaba afianzado sobre roca firme.

 

Oración Colecta

Oremos:
Dios de poder y misericordia, que infundiste tu fuerza a san Juan primero para que pudiera soportar el dolor del martirio; concede, a los que hoy celebramos su victoria, vivir defendidos de los engaños del enemigo bajo tu protección amorosa.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Entraré en su casa y cenaremos juntos

Lectura del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan 3, 14. 20-22

Esto dice el que es el "Amén" el testigo fiel y veraz, el origen de todo lo creado por Dios:
"Mira que estoy aquí, tocando a la puerta; si alguno escucha mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaremos juntos. Al que venza, lo sentaré conmigo en mi trono, junto a mí; lo mismo que yo, cuando vencí, me senté con mi Padre, en su trono.
El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las comunidades cristianas".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 22

El Señor es mi pastor, nada me faltará.

El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas. Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto.
El Señor es mi pastor, nada me faltará.

Así, aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás conmigo. Tu vara y tu cayado me dan seguridad.
El Señor es mi pastor, nada me faltará.

Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes.
El Señor es mi pastor, nada me faltará.

Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de mi vida; y viviré en la casa del Señor por años sin término.
El Señor es mi pastor, nada me faltará.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
a ustedes los llamo amigos, dice el Señor, porque les he dado a conocer todo lo que le he oído a mi Padre.
Aleluya.

Evangelio

Yo les voy a dar el Reino como mi Padre me lo dio a mí

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 22, 24-30

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, los discípulos se pusieron a discutir sobre cuál de ellos debería ser considerado como el más importante. Jesús les dijo:
"Los reyes de los paganos los dominan, y los que ejercen la autoridad se hacen llamar bienhechores. Pero ustedes no hagan eso, sino todo lo contrario: que el mayor entre ustedes actúe como si fuera el menor, y el que gobierna, como si fuera un servidor. Porque, ¿quién vale más, el que está a la mesa o el que sirve? ¿Verdad que es el que está a la mesa? Pues yo estoy en medio de ustedes como el que sirve. Ustedes han perseverado conmigo en mis pruebas, y yo les voy a dar el Reino, como mi Padre me lo dio a mí, para que coman y beban a mi mesa en el Reino, y se siente cada uno en un trono, para juzgar a las doce tribus de Israel".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Señor, santifica con tu bendición estas ofrendas que te presentamos, y concédenos la gracia de vivir encendidos en el fuego de tu amor que dio fuerza al mártir san Juan para soportar los tormentos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Testimonio y ejemplo de los mártires

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque la sangre del glorioso mártir san Juan derramada como la de Cristo para proclamar su fidelidad a ti, manifiesta tu admirable poder, que convierte la fragilidad en fortaleza y al hombre débil robustece para que sea testigo tuyo.
Por eso,
como los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros en la tierra te aclamamos diciendo si cesar:

Antífona de la Comunión

El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga, dice el Señor.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Señor, que el sacramento que hemos recibido nos dé la fortaleza con que el mártir san Juan se mostró siempre fiel a tu servicio y vencedor en el tormento.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

Pascua. 5ª semana. Jueves

OFRECER LAS OBRAS DEL DÍA

— El ofrecimiento de obras dirige a Dios nuestro día desde los comienzos. Nuestra primera oración.

— Cómo hacerlo. El "minuto heroico".

— El ofrecimiento de obras y la Santa Misa. Ofrecer nuestra tarea al Señor muchas veces al día.

I. Para ordenar nuestra vida, el Señor nos ha dado los días y las noches. El día habla al día y la noche comunica sus pensamientos a la noche1. Y cada nuevo día, al despedirse el día pasado, nos recuerda que hemos de continuar nuestros trabajos interrumpidos y renovar nuestros proyectos y nuestras esperanzas. "El hombre sale a trabajar hasta el anochecer: entonces llega la noche y, con una amable sonrisa, (Dios) nos manda dejar todos nuestros juguetes, con los cuales nos alborotamos tanto nosotros (...), nos cierra los libros, nos esconde las distracciones, extiende un gran manto negro sobre nuestra vida...; cuando la oscuridad se cierra a nuestro alrededor, vivimos un ensayo general de la muerte; el alma y el cuerpo se dan las buenas noches... Luego llega la mañana y con la mañana el renacimiento"2.

Cada día comienza, en cierto modo, con un nacimiento y acaba con una muerte; cada día es como una vida en miniatura. Al final, nuestro paso por el mundo habrá sido santo y agradable a Dios si hemos procurado que cada jornada fuera grata a Dios, desde que despunta el sol hasta su ocaso. También la noche, porque del mismo modo la hemos ofrecido al Señor. El hoy es lo único de que disponemos para santificarlo. El día habla al día; el día de ayer susurra al de hoy, y nos dice de parte del Señor: Comienza bien. "Pórtate bien "ahora", sin acordarte de "ayer", que ya pasó, y sin preocuparte de "mañana", que no sabes si llegará para ti"3. El día de ayer ha desaparecido para siempre, con todas sus posibilidades y con todos sus peligros. De él solo han quedado motivos de contrición por las cosas que no hicimos bien, y motivos de gratitud por las innumerables gracias, beneficios y cuidados que recibimos de Dios. El "mañana" está aún en las manos del Señor.

Lo que debemos santificar es el día de hoy. ¿Y cómo vamos a empezarlo si no es ofreciéndoselo a Dios? Solo quienes no conocen a Dios y los cristianos tibios comienzan sus días de cualquier manera. El ofrecimiento de obras por la mañana es un acto de piedad que orienta bien el día, que lo dirige a Dios desde sus comienzos, de la misma manera que la brújula señala al Norte. El ofrecimiento de obras nos dispone desde el primer momento para escuchar y atender las innumerables inspiraciones y mociones del Espíritu Santo en este día, que ya no se repetirá nunca más. Hoy si oís su voz no queráis endurecer vuestros corazones4. Y en cada jornada nos habla Dios.

Le decimos al Señor que le queremos servir en el día de hoy, que le queremos tener presente. "Renovad cada mañana, con un serviam! decidido –¡te serviré, Señor!–, el propósito de no ceder, de no caer en la pereza o en la desidia, de afrontar los quehaceres con más esperanza, con más optimismo, bien persuadidos de que si en alguna escaramuza salimos vencidos podremos superar ese bache con un acto de amor sincero"5.

Nuestras obras llegarán antes a Dios si hacemos el ofrecimiento a través de su Madre, que es también Madre nuestra. "Aquello poco que desees ofrecer, procura depositarlo en aquellas manos de María, graciosísimas y dignísimas de todo aprecio, a fin de que sea ofrecido al Señor sin sufrir de Él repulsa"6.

II. La costumbre de ofrecer el día a Dios también la vivían los primeros cristianos: "apenas despertar, antes de enfrentarse de nuevo con el trasiego de la vida, antes de concebir en su corazón cualquier impresión, antes incluso de acordarse del cuidado de sus intereses familiares, consagran al Señor el nacimiento y principio de sus pensamientos"7.

San Pablo exhortaba a los primeros cristianos a ofrecer todo su día a Dios. Recomendaba a los primeros cristianos de Corinto: Ya comáis, ya bebáis o ya hagáis alguna otra cosa, hacedlo todo para gloria de Dios8. Y a los colosenses: Y todo cuanto hagáis de palabra o de obra, hacedlo todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por Él9.

Muchos buenos cristianos tienen el hábito adquirido de dirigir su primer pensamiento a Dios. Y enseguida el "minuto heroico", que es una buena ayuda para hacer bien el ofrecimiento de obras y comenzar bien el día. "Sin vacilación: un pensamiento sobrenatural y... ¡arriba! —El minuto heroico: ahí tienes una mortificación que fortalece tu voluntad y no debilita tu naturaleza"10. "Si, con la ayuda de Dios, te vences, tendrás mucho adelantado para el resto de la jornada.

"¡Desmoraliza tanto sentirse vencido en la primera escaramuza!"11.

Aunque no hay por qué adaptarse a una fórmula concreta, es conveniente tener un modo habitual de hacer esta práctica de piedad, tan útil para que marche bien toda la jornada. Unos recitan alguna oración sencilla aprendida de pequeños... o de mayores. Es muy conocida esta oración a la Virgen, que sirve a la vez de ofrecimiento de obras y de consagración personal diaria a Nuestra Señora: ¡Oh Señora mía! ¡Oh madre mía! Yo me ofrezco del todo a Vos, y en prueba de mi filial afecto, os consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo vuestro, ¡oh Madre de bondad!, guardadme y defendedme como cosa y posesión vuestra. Amén.

Aparte del ofrecimiento de obras, cada cual verá lo que estima oportuno añadir a sus oraciones al levantarse: alguna oración más a la Virgen, a San José, al Ángel de la Guarda. Es un momento también oportuno para traer a la memoria los propósitos de lucha que se concretaron en el examen de conciencia del día anterior, renovando el deseo y pidiendo a Dios la gracia para cumplirlos.

Señor, Dios todopoderoso, que nos has hecho llegar al comienzo de este día: sálvanos hoy con tu poder, para que no caigamos en ningún pecado; sino que nuestras palabras, pensamientos y acciones sigan el camino de tus mandatos12.

III. Hemos de dirigirnos al Señor cada día pidiéndole ayuda para tenerle siempre presente; y no solo en los momentos expresamente dedicados a hablar con Él, sino también en las normales actividades diarias, pues queremos que además de estar bien realizadas sean oración grata a Dios. Por eso podemos decir con la Iglesia: Te pedimos, Señor, que prevengas nuestras acciones y nos ayudes a proseguirlas, para que todo nuestro trabajo empiece en Ti y por Ti alcance su fin13.

En la Santa Misa encontramos el momento más oportuno para renovar el ofrecimiento de nuestra vida y de las obras del día. Cuando el sacerdote ofrece el pan y el vino, nosotros ofrecemos cuanto somos y poseemos, y todo aquello que nos proponemos hacer en esa jornada que comienza. En la patena ponemos la memoria, la inteligencia, la voluntad... Además, familia, trabajo, alegrías, dolor, preocupaciones... Y las jaculatorias y actos de desagravio, las comuniones espirituales, las pequeñas mortificaciones, los actos de amor con que esperamos llenar el día. Siempre resultarán pobres y pequeños estos dones que ofrecemos, pero al unirse a la oblación de Cristo en la Misa se hacen inconmensurables y eternos. "Todas sus obras, sus oraciones e iniciativas apostólicas, la vida conyugal y familiar, el cotidiano trabajo, el descanso de alma y de cuerpo, si son hechas en el Espíritu, e incluso las mismas pruebas de la vida, si se sobrellevan pacientemente, se convierten en sacrificios espirituales, aceptables a Dios por Jesucristo (Cfr. 1 Pdr 2, 5), que en la celebración de la Eucaristía se ofrecen piadosamente al Padre junto con la oblación del Cuerpo del Señor"14.

En el altar, junto al pan y al vino, hemos dejado cuanto somos y poseemos: ilusiones, amores, trabajos, preocupaciones... Y en el momento de la Consagración se lo entregamos definitivamente a Dios. Ahora, ya nada de eso es solo nuestro, y por tanto –como quien lo ha recibido en depósito y administración– deberemos utilizarlo para el fin al que lo hemos destinado: para la gloria de Dios y para hacer el bien a quienes están cerca de nosotros.

El haber ofrecido todas nuestras obras a Dios nos ayudará a hacerlas mejor, a trabajar con más eficacia, a estar más alegres en la vida de familia aunque estemos cansados, a ser mejores ciudadanos, a vivir mejor la convivencia con todos. El ofrecimiento de nuestras obras podemos repetirlo, aunque solo sea con el pensamiento, muchas veces a lo largo del día; por ejemplo, cuando iniciamos una nueva actividad, o cuando lo que estamos haciendo nos resulte particularmente dificultoso. El Señor también acepta nuestro cansancio, que así adquiere un valor redentor.

Vivamos cada día como si fuera el único que tenemos para ofrecer a Dios, procurando hacer las cosas bien, rectificando cuando las hemos hecho mal. Y un día será el último y también se lo habremos ofrecido a Dios nuestro Padre. Entonces, si hemos procurado vivir ofreciendo continuamente a Dios nuestra vida, oiremos a Jesús que nos dice, como al buen ladrón: En verdad te digo, hoy estarás conmigo en el paraíso15.

1 Sal 18, 3. — 2 R. A. Knox, Ejercicios para seglares, Rialp, 2ª ed., Madrid 1962, pp. 45-46. — 3 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 253. — 4 Sal 94, 7-8. — 5 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 217. — 6 San Bernardo, Hom. en la Natividad de la B. Virgen María, 18. — 7 Casiano, Colaciones, 21. — 8 1 Cor 10, 31. — 9 Col 3, 17. — 10 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 206. — 11 Ibídem, n. 191. — 12 Liturgia de las Horas. Laudes. — 13 Ibídem, Oración de Laudes. Lunes 1ª semana. — 14 Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 34. — 15 Lc 23, 43.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

San Juan I

Papa y mártir

(año 526)

Era italiano, de Toscana. En 523 fue elegido Sumo Pontífice. En Italia gobernaba el rey Teodorico que apoyaba la herejía de los arrianos. Y sucedió que el emperador Justino de Constantinopla decretó cerrar todos los templos de los arrianos de esa ciudad y prohibió que los que pertenecían a la herejía arriana ocuparan empleos públicos (los arrianos niegan que Jesucristo es Dios y esto es algo muy grave y contrario a la religión Católica). El rey Teodorico obligó entonces al Papa a que fuera a Constantinopla y tratar de obtener que el emperador Justino quitara las leyes que habían dado contra los arrianos. Pero Juan no tenía ningún interés en que apoyaran a los herejes. Y así lo comprendió la gente de esa gran ciudad.

Más de 15,000 fieles salieron en Constantinopla a recibir al Papa Juan, con velas encendidas en las manos, y estandartes. Y lo hicieron presidir muy solemnemente las fiestas de Navidad. Y claro está que el emperador Justino, aunque les devolvió algunas iglesias a los arrianos, no permitió que ninguno de estos herejes ocupara puestos públicos.

Y Teodorico se encendió en furiosa rabia, y al llegar el Santo Padre a Ravena (la ciudad donde el rey vivía) lo hizo encarcelar y fueron tan crueles los malos tratos que en la cárcel recibió, que al poco tiempo murió. Junto con el Papa fueron martirizados también sus dos grandes consejeros, Boecio y Símaco.

Y dicen los historiadores que el rey Teodorico sintió tan grande remordimiento por haber hecho morir a San Juan Primero, que en adelante lo veía hasta en los pescados que le servían en el almuerzo.

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Fuente: EWTN.com

San Félix de Cantalicio, el capuchino de la alegría

Religioso

(Año 1587)

¿En qué imitaré a San Félix? ¡Dios mío ilumíname!.

El que se humilla será enaltecido. (Jesucristo).

Nació en Cantalicio (Italia) en 1513. Hijo de dos campesinos muy pobres y muy piadosos. De niño tuvo por oficio pastorear ovejas, y allá en el campo, trazaba una cruz en la corteza de un árbol, y ante esa cruz pasaba horas rezando. Le encantaba rezar el Santo Rosario. Y decía que en cualquier oficio y a cualquier hora hay que acordarse de Dios y ofrecer por El todo lo que se hace o sufre.

Cuando ya era mayor, un día estaba arando el campo y de pronto los bueyes se asustaron y se le lanzaron encima. Al sentir que iba a morir allí pisoteado, prometió a Nuestro Señor dedicarse a una vida más perfecta. Salió ileso del accidente y al oír leer un libro de vidas de santos sintió un fuerte deseo de imitar a los grandes amigos de Dios en la oración y en la penitencia. Entonces le preguntó a un amigo cuál era la Comunidad religiosa más exigente y fervorosa que existía en ese entonces. El otro le dijo que eran los padres Capuchinos. Y hacia allá se dirigió a pedir que lo admitieran.

El superior, para que no se hiciera ilusiones le describió de manera muy fuerte las penitencias que había que hacer en aquella comunidad y la gran pobreza en que allí se vivía. Félix le preguntó: "Padre ¿en mi habitación hay un crucifijo?". "Sí, lo habrá", le dijo el superior. "Pues bastará mirar a Cristo Crucificado y su ejemplo me animará a sufrir con paciencia". El superior comprendió que este joven amaba y meditaba la Pasión de Cristo, y lo admitió.

El oficio de Félix desde que entró a la comunidad hasta que se murió, fue por 40 años, el de pedir limosna por las calles de Roma, para ayudar a los necesitados. Era un oficio duro, cansado y humillante, pero él lo hacía con una alegría que impresionaba gratamente a la gente. A su compañero de limosnería le decía: "Amigo: los ojos en el suelo, el espíritu en el cielo y en la mano, el santo rosario". Y repetía: "o santo, o nada". "La única tristeza es la de no ser santo". Y con lo que recogía ayudaba a familias muy necesitadas y a enfermos y gente abandonada.

La gente se admiraba de sus buenos consejos y le preguntaba en qué libro había aprendido tanta sabiduría y él respondía: en un libro que tiene seis páginas: cinco son las heridas de Cristo Crucificado, y la sexta es la Sma. Virgen María.

Siempre alegre, parecía no sufrir. Se chistoseaba con San Felipe Neri. Un día San Felipe le dice: "Fray Félix, que te quemen vivo los herejes, para que te consigas un gran puesto en el cielo". Fray Félix le responde: "Padre Felipe: que lo picadillen los enemigos de la religión para que así se consiga una gran gloria en la eternidad".

Siempre viajaba descalzo por calles y caminos, todos los días. Dormía sobre una tabla. La mayor parte de la noche la pasaba rezando. Se alimentaba con las sobras que quedaban de la mesa de los demás. Cuando ya estaba anciano, un cardenal le dijo: "Fray Félix, ya no cargue más esa maleta de mercados que recoge para los pobres. Ya es tiempo de descansar", y el santo le respondió: "Monseñor: el burro se hizo para llevar cargas. Mi cuerpo es un borriquillo y si lo dejo descansar le puede hacer daño al alma".

Ya desde pequeño nunca se sentía ofendido cuando lo humillaban e insultaban. Cuando alguien lo insultaba u ofendía muy fuertemente le decía: "Que Dios te haga un santo. Pediré a Dios que te haga un buen santo".

Ayunaba muchas veces a pan y agua. Trataba de ocultar los dones sobrenaturales que recibía del cielo, para que nadie los supiera, pero muchas veces mientras ayudaba a Misa se elevaba por los aires.

Eran tantas las veces que repetía la frase "Gracias a Dios", que las gentes sencillas al verlo decían: allá viene el hermanito "Gracias a Dios".

San Carlos Borromeo le pidió unos consejos para obtener que sus sacerdotes se hicieran más santos y le respondió: "Que cada sacerdote se preocupe por celebrar muy bien la Misa y por rezar muy devotamente los salmos que tiene que rezar cada día, el Oficio Divino".

Al franciscano Padre Montalto que iba a ser nombrado Sumo Pontífice le dijo: "Si un día lo nombran Papa, esmérese por ser un verdadero santo, porque si no es así, sería mucho mejor que se quedara como sencillo fraile en un convento". Montalto llegó a ser Papa Sixto V y siempre recordaba el consejo del humilde hermano Félix.

Desde pequeñito se sintió favorecido por la Santísima Virgen y le tuvo un cariño inmenso. Cuando pasaba por frente a las imágenes de Nuestra Señora le repetía aquello que a San Bernardo le agradaba tanto decirle: "Acuérdate que eres mi Madre". Y le decía frecuentemente: "Yo soy siempre un pobre niño y los niños no pueden andar sin la ayuda de la madre. No me sueltes jamás de tus manos".

Pocos minutos antes de morir se llenó de alegría y de emoción y exclamó: "Veo a mi Madre, la Virgen María, que viene rodeada de ángeles a llevarme".

Murió el 18 de mayo de 1587 a los 72 años.

El Papa Sixto V decía que en su tiempo ya se habían obtenido 18 milagros por intercesión de Félix de Cantalicio.

En 1712, el Papa Inocencio XI lo declaró santo.

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Fuente: ACIprensa.com
Rafaela María del Sagrado Corazón, Santa Co-Fundadora, Mayo 18  

Rafaela María del Sagrado Corazón, Santa

Co-Fundadora de las
Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús

Rafaela María del Rosario Francisca Rudencinda Porras y Ayllón nació en Pedro Abad, Córdoba, el 1 de marzo de 1850.

Era miembro de una familia de once hermanos y dos hermanas. Al morir los padres, las hermanas pasaron un tiempo en las clarisas de Córdoba.

A la edad de 15 años habia hecho voto de castidad perpetua, e intensificó su piedad y obras de caridad.

Con la ayuda de Mons. Ceferino González, la santa y su hermana Dolores fundan el Instituto de Adoradoras del Santísimo Sacramento e Hijas de María Inmaculada, pero al poco tiempo se traslada junto con otras 16 religiosas a Madrid, donde se les concede la aprobación diocesana en 1877, y 10 años más tarde, el Papa León XIII apruebla la Congregación con el nombre de Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús.

Pronto se multiplicaron las fundaciones de nuevas casas: obras de apostolado y adoración reparadora. En la base de todo estaba la altísima y continua oración, que la M. Rafaela vivía e infundia en sus hijas, y sus heroicas virtudes, sobre todo la profundísima humildad, tanto que alguien llamó a la Madre "la humildad hecha carne".

Sin embargo, surgen pronto las desconfianzas, las incomprensiones, el arrinconamiento, el largo y absoluto olvido; graves dificultades que surgieron en el gobierno, la movieron a renunciar a favor de su hermana Dolores. Durante 30 años permaneció en el aislamiento, realizando duros trabajos y sufriendo pacientemente terribles humillaciones.

El Año Santo 1925, el 6 de enero, falleció.

Fue beatificada el 18 de mayo de 1952 y el 23 de enero de 1977 el Papa Paulo VI la canonizó.

En muchos santorales se la recuerda el 6 de enero y en otros el 18 de mayo.

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Fuente: Corazones.org
Leonardo Murialdo, Santo Fundador, Mayo 18  

Leonardo Murialdo, Santo

Fundador

Leonardo Murialdo no es un hombre lejano: nace en Turín (Italia) el 26 de octubre de 1828 y muere en la misma ciudad el 30 de marzo de 1900. Es una persona dulce y noble, un hermano que se entrega todo a otros hermanos que no tienen casa y familia, que están solos y sin cariño, que non conocen a Dios.

A los 17 años, después de una crisis religiosa, decide consagrarse a Dios y en 1851 recibe la ordenación sacerdotal. Es el cura de los barrios pobres, el apóstol de los pequeños limpiachimeneas, de los chicos de la calle, de los encarcelados, de los jóvenes obreros.

Piensa en la formación profesional de los jóvenes, en su capacitación para el mundo adulto y obrero. En 1866 acepta dirigir el colegio "Artesanitos", una institución para chicos pobres y huérfanos.

Dócil a la voluntad de Dios y para dar continuidad a su misión educativa, el 19 de marzo de 1873 dio vida a la Congregación de San José (Josefinos de Murialdo), formada por sacerdotes y laicos.

La pedagogía de san Leonardo se puede resumir "en el espíritu de dulzura, de paciencia y de familiaridad, porque éste es el secreto para realizar el bien entre los niños y los jóvenes". Este estilo educativo encuentra su fuente en el amor misericordioso de Dios que Murialdo experimentó desde su juventud. Todo esto se puede resumir en el vivir con los niños y jóvenes como "amigo, hermano y padre".

Hoy los Josefinos de Murialdo continúan en la Iglesia su amor hacia los niños y los jóvenes en los centros juveniles, colegios, casa-hogar, parroquias, misiones... Están presentes en varios países de América Latina, de Europa y de Africa.

El 3 de mayo de 1970 Leonardo Murialdo es proclamado santo por el Papa Pablo VI. Su fiesta se celebra el 30 de Marzo, los salesianos lo festejan el 18 de Mayo.

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Erik IX de Suecia, Santo Rey, Mayo 18  

Erik IX de Suecia, Santo

Rey de Suecia
(~1120 - Gamla Uppsala, 18 de mayo de 1160)

Rey de Suecia de 1156 a 1160.

Es el fundador de la Casa de Erik. Sus obras se encaminaron a la consolidación y propagación de la fé cristiana en Escandinavia. Es considerado el santo patrón de la ciudad de Estocolmo. Su festividad es el día 18 de mayo.

Nació en Västergötland, hijo de un noble llamado Jedvard (esto se sabe porque un hermano de Erik tenía el patronímico Jedvardsson) del cual no se sabe nada. En 1150 fue electo rey por los suecos de Uppland, al mismo tiempo que reinaba en Suecia Sverker I, por lo que Erik fue rival de éste último. Después del asesinato de Sverker en 1154, Erik fue el soberano de toda Suecia, aunque algunos historiadores medievales, como Saxo Grammaticus, lo consideran un usurpador.

Probablemente su derecho a ocupar el trono le venía por su matrimonio con Cristina Bjørnsdatter, noble danesa nieta del rey Inge I de Suecia.

Las obras conocidas durante su reinado tienen un carácter religioso. Se terminó y consagró la Catedral de la Vieja Uppsala. Contando con el apoyo y consejo de San Enrique, Erik emprendió la primera Cruzada de Finlandia en 1155, con el fin de cristianizar a los finlandeses paganos. Esta cruenta guerra finalizaría con la victoria de Erik y constituiría el fundamento para un largo dominio sueco en Finlandia, que duraría hasta el siglo XIX.

Murió asesinado en 1160 el día de la Ascensión del Señor, junto a la Catedral de la Vieja Uppsala, cuando salía de misa. Fue abordado por varios hombres, derribado de su caballo y decapitado. Los sospechosos eran gente ligada a la Casa de Sverker, que pretendía controlar nuevamente el gobierno de Suecia. La Leyenda de San Erik, un manuscrito medieval que narra la vida del monarca, culpa al príncipe danés Magnus Henriksen, pretendiente al trono sueco. Magnus habría obtenido el apoyo de algún sector de la nobleza sueca, que decidió deshacerse de Erik, probablemente por su impopular política de pagar diezmo a la iglesia.

Fue sepultado en la catedral de Gamla Uppsala. En 1167 sus restos fueron guardados como reliquias, y en 1273 trasladados a la nueva Catedral de Uppsala, sede del nuevo arzobispado.

Es considerado el santo patrono de Estocolmo y el escudo de armas de la ciudad contiene la efigie del rey.

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Fuente: iteadjmj.com
Venancio de Camerino, Santo Mártir, Mayo 18  

Venancio de Camerino, Santo

Camerino, ciudad del ducado de Espoleto, junto a la Marca de Ancona, fue patria, y al mismo tiempo teatro, del glorioso martirio de San Venancio.

Desde la edad de quince años empezó este santo a desear con ansia que todos conociesen y amasen a Jesucristo. Este celo suyo contribuía al crecimiento de la Iglesia y a la ruina de la idolatría.

Llegó esto a oídos de Antíoco, que gobernaba aquella ciudad por orden de Decio. Y, como Venancio supo que le habían mandado prender, él mismo se presentó y le dijo que los dioses que adoraba no eran sino hombres y mujeres de vida estragada y disoluta, invención del diablo, para que en ellos adorasen el vicio; que no hay más que un solo Dios, Criador de Cielo y Tierra, cuyo único Hijo se hizo hombre y se dejó prender y matar para libramos de la servidumbre y dé la muerte que acarrea el pecado.

Irritado el gobernador al ver que un imberbe joven osase vilipendiar en su presencia el culto de los ídolos, mandó a los soldados que le prendiesen y atormentasen del modo más cruel que pudieran imaginar.

Empezaron los verdugos por azotarle con tanta fiereza, que hubiera muerto en este martirio si no enviara Dios un ángel, el cual quebrantó sus prisiones y alejó a los que le maltrataban. Pero estos desventurados, en vez de ablandarse por esta maravilla, más crueles que fieras, colgándole cabeza abajo, le quemaron el cuerpo con planchas encendidas, y le abrían la boca para que, recibiendo el humo, se ahogase.

Muchos de los que presenciaban estos tormentos, viendo la constancia del mártir, se convirtieron a la fe, entre los cuales se cuenta Anastasio Cornientario, admitido después a la palma del martirio.

Antioco, admirado de que Venancio no hubiese todavía muerto, quiso ver si con promesas y halagos le arrancaría de su propósito. Viendo que nada podía conseguir, le llamó y trató de inobediente a sus órdenes, mandando que le partiesen los dientes y las quijadas, y le echasen en un muladar.

Le sacó de allí un ángel; y como le hubiesen llevado ante un juez para oír su sentencia, hablándole Venancio en defensa de la religión cristiana, cayó el juez de su tribunal y murió diciendo que el Dios de Venancio era el verdadero, a quien todos debían adorar, desechando los ídolos.

Antioco, luego que llegó esto a su noticia, mandó que Venancio fuese arrojado a los leones, los cuales, olvidados del hambre y de su natural fiereza, se postraron a sus pies lamiéndole la cara, predicando el mártir entre tanto la fe de Jesucristo al pueblo que había concurrido a aquel espectáculo, y exhortándolo a que obedeciesen al verdadero Dios, supuesto que hasta las bestias fieras se amansaban reconociéndole como a su Señor, traspasando las leyes de la naturaleza por cumplir en todo su divina voluntad. Desesperados con esto los verdugos, volvieron al Santo a la prisión.

El gobernador, ciego ya de ira y de cólera, y cada vez más empedernido y desatinado, dispuso que nuevamente le arrastrasen por lugares ásperos y pedregosos a mil pasos de la ciudad. En este martirio consiguió su corona; obrando antes el santo mártir un prodigio, que fue con la señal de la cruz sacar agua de una piedra para apagar la sed de sus verdugos. Muchos se convirtieron a la fe a vista de esta maravilla, a los cuales, juntamente con Venancio, mandó degollar el gobernador en el mismo sitio. Todo esto acaeció en el año 250.

Fue canonizado por Clemente X.

Baronio dice que las actas de este santo mártir, que vio en Camerino, están llenas de inexactitudes, de las cuales ha entresacado la Iglesia lo que hay de verdad para ponerlo en su Oficio. No debe confundirse este Santo con otro del mismo nombre, obispo y mártir, de que habla el Martirologio el día 1 de Abril.

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Blandita (o Blandina) Merten, Beata Ursulina, Mayo 18

 

Blandina fue el nombre elegido por María Magdalena Merten cuando ingresó a la Orden de las Ursulinas.

Nació en el pueblo de Düppenweiler, Alemania el 10 de julio de 1883. Ingresó a las Ursulinas en 1908 e hizo sus votos finales en 1913. Fue una activa maestra en Saarbrücken y Trier. Contrajo tuberculosis en 1916 y murió por esa enfermedad el 18 de mayo de 1918 en el convento en Trier.

Durante su vida dio muestras de su gran piedad y durante su enfermedad fue notoria su paciencia y fe profunda.

Fue beatificada por el Papa Juan Pablo II el 1 de noviembre de 1987.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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