jueves, 3 de abril de 2014

Viernes de la Pasión y Muerte de Jesucristo. 04/04/2014. Beato Francisco, vidente de Fátima, ¡ruega por nosotros!

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 7, 1-2.10.25-30

Gloria a ti, Señor.

Después de algún tiempo, Jesús andaba por Galilea. Evitaba estar en Judea, porque los judíos buscaban la ocasión para matarlo. Ya estaba cerca la fiesta judía de las tiendas de campaña.
Más tarde, cuando sus parientes subieron a la fiesta, subió también Jesús, pero en privado, no públicamente. Ante esto, algunos de los que vivían en Jerusalén se preguntaban:
"¿No es éste el hombre al que quieren matar? Resulta que está hablando en público y nadie le dice ni una palabra. ¿Es que habrán reconocido nuestros jefes que es en realidad el Mesías? Pero, por otra parte, cuando aparezca el Mesías, nadie sabrá de dónde viene; y éste sabemos de dónde es".
Al oír estos comentarios, Jesús, que estaba enseñando en el templo, levantó la voz y afirmó:
"¿De manera que me conocen y saben de dónde soy? Sin embargo, yo no he venido por mi propia cuenta, sino que he sido enviado por el que dice la verdad, y a quien ustedes no conocen. Yo sí lo conozco, porque vengo de él y es él quien me envió".
Intentaron entonces detenerlo, pero nadie se atrevió a hacerlo, porque todavía no había llegado su hora.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354

Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

Misal

 

vie 4a. Sem cuaresma

Antífona de Entrada

Señor, sálvame por tu nombre y líbrame con tu poder. Señor, escucha mi plegaria, atiende mis palabras.

 

Oración Colecta

Oremos:
Dios nuestro, que has preparado en tus sacramentos el auxilio adecuado a nuestra debilidad, concédenos recibirlos llenos de gozo y renovar con ellos nuestra vida. 
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Condenemos al justo a una muerte humillante

Lectura del libro de la Sabiduría 2, 1a.12-22

Los malvados reflexionando equivocadamente dicen: 
"Pongamos trampas al justo, porque nos resulta insoportable y se opone a nuestra forma de actuar; nos echa en cara que no hemos cumplido la ley y nos reprocha las faltas contra la educación recibida; presume de conocer a Dios y se proclama a sí mismo hijo del Señor.
Es un reproche contra nuestros pensamientos, y sólo verlo nos molesta. Pues lleva una vida distinta de los demás y va por caminos muy diferentes; nos considera moneda falsa, se aparta de nosotros como si fuéramos impuros; proclama dichosa la suerte de los justos y presume de tener a Dios por Padre. 
Veamos si es verdad lo que dice, comprobemos cómo le va al final. Porque si el justo es hijo de Dios, él lo asistirá y lo librará de las manos de sus adversarios. Probémoslo con ofensas y tortura: así veremos hasta dónde llega su paciencia y comprobaremos su resistencia. Condenémoslo a una muerte deshonrosa, pues, según dice, Dios lo librará".
Así piensan, pero se equivocan, pues los ciega su maldad. Ignoran los secretos de Dios, no confían en el premio de la virtud, ni creen en la recompensa de los intachables. 
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Sal 33, 17-18.19-20.21 y 23

El Señor está cerca de los que sufren.

El Señor se enfrenta con los malhechores, para borrar de la tierra su recuerdo. Cuando uno grita, el señor lo escucha y lo libra de todas sus angustias.
El Señor está cerca de los que sufren.

El Señor está cerca de los que sufren y salva a los que están desconsolados. Muchas son las desgracias del justo, pero de todas lo libra el Señor.
El Señor está cerca de los que sufren.

El cuida de todos sus huesos, ni uno solo se romperá. Porque el Señor redime a sus siervos, y no serán castigados los que se refugian en él.
El Señor está cerca de los que sufren.

Aclamación antes del Evangelio

Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios. 
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Evangelio

Trataban de capturar a Jesús, pero aún no había llegado su hora

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 7, 1-2.10.25-30

Gloria a ti, Señor.

Después de algún tiempo, Jesús andaba por Galilea. Evitaba estar en Judea, porque los judíos buscaban la ocasión para matarlo. Ya estaba cerca la fiesta judía de las tiendas de campaña.
Más tarde, cuando sus parientes subieron a la fiesta, subió también Jesús, pero en privado, no públicamente. Ante esto, algunos de los que vivían en Jerusalén se preguntaban:
"¿No es éste el hombre al que quieren matar? Resulta que está hablando en público y nadie le dice ni una palabra. ¿Es que habrán reconocido nuestros jefes que es en realidad el Mesías? Pero, por otra parte, cuando aparezca el Mesías, nadie sabrá de dónde viene; y éste sabemos de dónde es".
Al oír estos comentarios, Jesús, que estaba enseñando en el templo, levantó la voz y afirmó:
"¿De manera que me conocen y saben de dónde soy? Sin embargo, yo no he venido por mi propia cuenta, sino que he sido enviado por el que dice la verdad, y a quien ustedes no conocen. Yo sí lo conozco, porque vengo de él y es él quien me envió".
Intentaron entonces detenerlo, pero nadie se atrevió a hacerlo, porque todavía no había llegado su hora.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Tú, Señor, que eres la fuente de este sacrificio, purifícanos con su eficacia para que lleguemos más limpios a ti.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Los frutos del ayuno

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque con el ayuno corporal refrenas nuestras pasiones, elevas nuestro espíritu, nos fortaleces y recompensas, por Cristo, Señor nuestro. 
Por él, 
los ángeles y arcángeles y todos los coros celestiales celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza:

Antífona de la Comunión

Por medio de su Sangre, Cristo nos ha obtenido la redención y el perdón de nuestros pecados. En esto se manifiesta la inmensidad de su gracia.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Por medio de este sacramento, que nos señala el paso de la antigua a la nueva alianza, concédenos, Señor, despojarnos de todo lo que es pecado y revestirnos de la santidad de Cristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.

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Meditación diaria

Cuaresma. 4ª semana. Viernes

RECONOCER A CRISTO EN LOS ENFERMOS Y EN LA ENFERMEDAD

— Jesús se hace presente en los enfermos.

— Santificar la enfermedad. Aceptación. Aprender a ser buenos enfermos.

— El sacramento de la Unción de los Enfermos. Frutos de este sacramento en el alma. Preparar a los enfermos para recibirlo es una especial muestra de caridad y, a veces, de justicia.

I. Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de cualquier mal se los traían; y Él, poniendo las manos sobre cada uno, los curaba1.

Los enfermos eran tan numerosos, que estaba toda la ciudad agolpada junto a la puerta2. Traen los enfermos puesto ya el sol3. ¿Por qué no antes? Seguramente porque aquel día era sábado. Después de la puesta del sol comenzaba un nuevo día, en el que cesaba la obligación del descanso sabático, que con tanta fidelidad cumplían los judíos piadosos.

El Evangelio de San Lucas nos ha dejado constancia de este detalle entrañable de Cristo: los curó imponiendo sus manos sobre cada uno. Jesús se fija atentamente en cada uno de los enfermos y les dedica toda su atención, porque cada persona, y de modo especial la persona que sufre, es muy importante para Él. Cada hombre es siempre bien recibido por Jesús, que tiene un corazón compasivo y misericordioso para con todos, singularmente para aquellos que andan más necesitados.

La presencia de Jesús entre nosotros se caracteriza por anunciar el evangelio del reino y curar toda enfermedad y toda dolencia4; por eso se admiraba la muchedumbre viendo que hablaban los mudos, los mancos sanaban, los cojos andaban y veían los ciegos. Y todos glorificaban al Dios de Israel5.

"En su actividad mesiánica en medio de Israel –nos recuerda Juan Pablo II–, Cristo se acercó incesantemente al mundo del sufrimiento humano. Pasó haciendo el bien (Hech 10, 38), y este obrar suyo se dirigía, ante todo, a los enfermos y a quienes esperaban ayuda. Curaba los enfermos, consolaba a los afligidos, alimentaba a los hambrientos, liberaba a los hombres de la sordera, de la ceguera, de la lepra, del demonio y de diversas disminuciones físicas; tres veces devolvió la vida a los muertos. Era sensible a todo sufrimiento humano, tanto al del cuerpo como al del alma. Al mismo tiempo instruía, poniendo en el centro de su enseñanza las ocho bienaventuranzas, que son dirigidas a los hombres probados por diversos sufrimientos en su vida temporal"6.

Nosotros, que queremos ser fieles discípulos de Cristo, debemos aprender de Él a tratar y a amar a los enfermos. Hemos de acercarnos a ellos con gran respeto, cariño y misericordia, alegrándonos cuando podemos prestarles algún servicio, visitándolos, haciéndoles compañía, facilitándoles que puedan recibir oportunamente los sacramentos. En ellos, de modo especial, vemos a Cristo. "—Niño. —Enfermo. —Al escribir estas palabras, ¿no sentís la tentación de ponerlas con mayúsculas?

"Es que, para un alma enamorada, los niños y los enfermos son Él"7.

En nuestra vida habrá momentos en que quizá estemos enfermos, o lo estén las personas que nos rodean. Eso es un tesoro de Dios que hemos de cuidar. El Señor se pone junto a nosotros para que amemos más y sepamos también encontrarle a Él. En el trato con los que padecen y sufren enfermedades se hacen realidad las palabras del Señor: lo que hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, por mí lo hicisteis8.

II. La enfermedad, llevada por amor de Dios, es un medio de santificación, de apostolado; es un modo excelente de participar en la Cruz redentora del Señor.

El dolor físico, que tantas veces acompaña la vida del hombre, puede ser un medio del que Dios se vale para purificar las culpas e imperfecciones, para ejercitar y fortalecer las virtudes, y una oportunidad especial para poder unirnos a los padecimientos de Cristo que, siendo inocente, llevó sobre sí el castigo que merecían nuestros pecados9.

Especialmente en la enfermedad hemos de estar cerca de Cristo. "Dime, amigo –preguntó el Amado–, ¿tendrás paciencia si te doblo tus dolencias? Sí –respondió el amigo–, con tal que dobles mis amores"10. Cuanto más dolorosa sea la enfermedad más amor necesitaremos tener. Más gracias de Dios también recibiremos. Las enfermedades son ocasiones muy singulares que el Señor permite para corredimir con Él y para purificarnos de las huellas que dejaron en el alma nuestros pecados.

Si llega la enfermedad, debemos aprender a ser buenos enfermos. En primer lugar, aceptando la enfermedad. "Es necesario sufrir con paciencia no solo el estar enfermos, sino el estarlo de la enfermedad que Dios quiere, entre las personas que quiere y con las incomodidades que quiere, y lo mismo digo de las demás tribulaciones"11.

Hemos de pedir ayuda al Señor para llevar la enfermedad también con garbo humano, procurando no quejarse, obedeciendo al médico. Pues "mientras estamos enfermos, podemos ser cargantes: no me atienden bien, nadie se preocupa de mí, no me cuidan como merezco, ninguno me comprende... El diablo, que anda siempre al acecho, ataca por cualquier flanco; y en la enfermedad, su táctica consiste en fomentar una especie de psicosis, que aparte de Dios, que amargue el ambiente, o que destruya ese tesoro de méritos que, para bien de todas las almas, se alcanza cuando se lleva con optimismo sobrenatural –¡cuando se ama!– el dolor. Por lo tanto, si es voluntad de Dios que nos alcance el zarpazo de la aflicción, tomadlo como señal de que nos considera maduros para asociarnos más estrechamente a su Cruz redentora"12.

El que sufre en unión con el Señor, completa con su sufrimiento lo que falta a los padecimientos de Cristo13. "El sufrimiento de Cristo ha creado el bien de la redención del mundo. Este bien es en sí mismo inagotable e infinito. Ningún hombre puede añadirle nada. Pero, a la vez, en el misterio de la Iglesia como cuerpo suyo, Cristo en cierto sentido ha abierto el propio sufrimiento redentor a todo sufrimiento del hombre14.

Con Cristo tienen sentido pleno el dolor y la enfermedad. Haz, Señor, que tus fieles participen en tu Pasión mediante los sufrimientos de su vida, para que se manifiesten en ellos los frutos de tu Salvación15.

III. Entre las misiones confiadas a los Apóstoles sobresale el encargo de predicar y de curar a los enfermos. Habiendo convocado a los Doce, les dio poder sobre todos los demonios y de curar enfermedades. Ellos partieron y recorrieron las aldeas anunciando el Evangelio y curando en todas partes16. En la misión confiada a sus discípulos después de la Resurrección se contiene esta promesa: quienes crean en Él pondrán las manos sobre los enfermos, y estos sanarán17.

Este encargo lo cumplieron los discípulos, siguiendo el ejemplo del Maestro. Los Hechos de los Apóstoles y las Cartas del Nuevo Testamento describen y ponderan el desvelo por los enfermos entre los primeros cristianos. El sacramento de la Unción de los Enfermos, instituido por Jesucristo y proclamado por el Apóstol Santiago en su Carta18, hace presente de modo eficaz la solicitud del Señor por todos los que padecían alguna enfermedad grave. "La presencia del presbítero junto al enfermo es signo de la presencia de Cristo, no solo porque es ministro de la Unción, de la Penitencia y la Eucaristía, sino porque es especial servidor de la paz y del consuelo de Cristo"19.

La enfermedad, que entró en el mundo a causa del pecado, es también vencida por Cristo en cuanto se puede convertir en un bien mucho mayor que la misma salud física. Con la Unción de los Enfermos se reciben innumerables bienes, que el Señor ha dispuesto para santificar la enfermedad grave. El primer efecto de este sacramento es aumentar la gracia santificante en el alma; por esto, antes de recibirlo es conveniente confesarse. Sin embargo, si no se estuviera en gracia y fuera imposible confesarse (por ejemplo, una persona que ha sufrido un accidente y está inconsciente), esta santa Unción borra también el pecado mortal: basta con que el enfermo haga o haya hecho antes un acto de contrición, aunque sea imperfecta.

Además de aumentar la gracia, limpia las huellas del pecado en el alma, da una gracia especial para vencer las tentaciones que se pueden presentar en esa situación, y otorga la salud del cuerpo si conviene para la salvación20. Así se prepara el alma para entrar en el Cielo. Muchas veces produce en el enfermo una gran paz y una serena alegría, al considerar que ya está muy cerca de su Padre Dios.

Nuestra Madre la Iglesia recomienda que los enfermos y las personas de edad avanzada reciban este sacramento en el momento oportuno, sin retrasar su administración por falsas razones de misericordia, compasión, etcétera, en las fases terminales de la vida aquí en la tierra. Sería una pena que personas que podrían haber recibido la Unción, mueran sin ella por ignorancia, descuido o un cariño mal entendido de parientes y amigos. Preparar a los enfermos para recibirlo es una especial muestra de cariño y, a veces, de justicia.

Nuestra Madre Santa María está muy cerca siempre. "La presencia de María y su ayuda maternal en esos momentos (de enfermedad grave) no debe ser pensada como cosa marginal y simplemente paralela al sacramento de la Unción. Es, más bien, una presencia y una ayuda que se actualiza y se transmite por medio de la Unción misma"21.

Estamos en Cuaresma. Abramos, de modo especial en este tiempo litúrgico, nuestros ojos al dolor que nos rodea. Cristo quiere hacerse presente en su Pasión, en ese dolor, en la enfermedad propia o ajena, y darle un valor redentor.

1 Lc 4, 40. — 2 Mc 1, 33. — 3 Mt 1, 32. — 4 Mt 9, 35. — 5 Mt 15, 31. — 6 Juan Pablo II, Carta Apost. Salvifici doloris, 11-II-1984, 16. — 7 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 419. — 8 Mt 25, 40. — 9 Cfr. 1 Jn 4, 10. — 10 R. Llul, Libro del Amigo y del Amado, 8. — 11 San Francisco de Sales, Introd. a la vida devota, III, 3. — 12 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 124. — 13 Cfr. Col 1, 24. — 14 Juan Pablo II, loc. cit., 24. — 15 Liturgia de las Horas. Preces de Vísperas. Viernes de la 4ª Semana de Cuaresma. — 16 Lc 9, 1-6. — 17 Mc 16, 18. — 18 Sant 5, 14-15. — 19 Ritual de la Unción de los enfermos, 6. — 20 Cfr. Conc. de Trento, Dz 909; Ritual de la Unción de los enfermos, 6. — 21 A. Bandera, La Virgen María y los Sacramentos, Rialp, Madrid 1978, p. 184.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

Fuente: Mercaba.org
José Benito Dusmet, Beato Obispo, Abril 4  

José Benito Dusmet, Beato

Obispo de Catania

Nació en Palermo, Sicilia, Italia el 15 de agosto de 1818, en una familia aristocrática.

Fue monje y abad benedictino, y muchos acudían a él para pedirle consejo y para su dirección espiritual. Su caridad para con los pobres fue extraordinaria y acudía presuroso donde quiera que hubiera una calamidad.

Fue preconizado obispo de Catania y se entregó plenamente a todos, pero de modo especial a los más necesitados. Tuvo un cuidado y esmero especial para los sacerdotes, y promovió la vida parroquial con gran intensidad.

A pesar de su oposición, fue nombrado cardenal por el papa León XIII, pero no duró mucho en su cargo, pues su salud se deterioró rápidamente y murió dos años después el 4 de abril de 1894.

Los que lo amortajaron no encontraron en el ropero ni una sola pieza para cambiarle de ropa. Todo lo había dado para los pobres, hasta su propio pectoral y anillo..

Su pueblo lo lloró como a un padre bueno y lo veneró como a un santo.

Fue beatificado por el papa Juan Pablo II, el 25 de septiembre de 1988.

El Martirologio Romano lo festeja el 4 de Abril, pero en Catania se lo recuerda el 25 de Septiembre.

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Fuente: Franciscanos.org
Benito Moro, Santo Religioso Franciscano, Abril 4  

Benito Moro, Santo

Religioso

A este San Benito se le llama de Palermo, por la ciudad en que murió, o de San Fratello o San Filadelfo por el lugar en que nació, o también el Moro o el Negro por el color de su piel y su ascendencia africana. De joven abrazó la vida eremítica, pero más tarde pasó a la Orden franciscana. No tenía estudios, pero sus dotes naturales y espirituales de consejo y prudencia atraían a multitud de gente. Aunque hermano lego, fue, no sólo cocinero, sino también guardián de su convento y maestro de novicios.

San Benito el Moro nació en 1526 en San Fratello, antes llamado San Filadelfo, provincia de Mesina (Sicilia), de padres cristianos, Cristóbal Manassari y Diana Larcari, descendientes de esclavos negros. De adolescente Benito cuidaba el rebaño del patrón y desde entonces, por sus virtudes, fue llamado el "santo moro".

A los veintiún años entró en una comunidad de ermitaños, fundada en su región natal por Jerónimo Lanza, que vivía bajo la Regla de San Francisco. Cuando los ermitaños se trasladaron al Monte Pellegrino para vivir en mayor soledad, Benito los siguió, y a la muerte de Lanza, fue elegido superior por sus compañeros.

En 1562 Pío IV retiró la aprobación que Julio II había dado a aquel instituto e invitó a los religiosos a entrar en una Orden que ellos mismos escogieran. Benito escogió la Orden de los Hermanos Menores, y entró en el convento de Santa María de Jesús, en Palermo, fundado por el Beato Mateo de Agrigento.

Luego fue enviado al convento de Santa Ana Giuliana, donde permaneció sólo tres años. Trasladado nuevamente a Palermo, vivió allí veinticuatro años.

Al principio ejerció el oficio de cocinero con gran espíritu de sacrificio y de caridad sobrenatural. Se le atribuyeron muchos milagros.

Se le tenía en tal aprecio que en 1578, siendo religioso no sacerdote, fue nombrado superior del convento. Por tres años guió a su comunidad con sabiduría, prudencia y gran caridad. Con ocasión del Capítulo provincial se trasladó a Agrigento, donde, por la fama de su santidad, que se había difundido rápidamente, fue acogido con calurosas manifestaciones del pueblo.

Nombrado maestro de novicios, atendió a este delicado oficio de la formación de los jóvenes con tanta santidad, que se creyó que tenía el don de escrutar los corazones. Finalmente volvió a su primitivo oficio de cocinero.

Un gran número de devotos iba a él a consultarlo, entre los cuales también sacerdotes y teólogos, y finalmente el Virrey de Sicilia. Para todos tenía una palabra sabia, iluminadora, que animaba siempre al bien. Humilde y devoto, redoblaba las penitencias, ayunando y flagelándose hasta derramar sangre. Realizó numerosas curaciones. Cuando salía del convento la gente lo rodeaba para besarle la mano, tocarle el hábito, encomendarse a sus oraciones. Dócil instrumento de la bondad divina, hacía inmenso bien a favor de las almas.

En 1589 enfermó gravemente y por revelación conoció el día y hora de su muerte. Recibió los últimos sacramentos, y el 4 de abril de 1589 expiró dulcemente a la edad de 63 años, pronunciando las palabras de Jesús moribundo: "En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu". Su culto se difundió ampliamente y vino a ser el protector de los pueblos negros.

Fue canonizado por Pío VII el 24 de mayo de 1807.

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Platón, Santo Abad, Abril 4  

Platón, Santo

Abad de Bitinia

Etimológicamente significa "ancho de hombros". Viene de la lengua griega.

Elegir a Cristo Jesús supone no seguir más que uno. ¿Elegirás tú a Cristo? Tú comienza. Dale tu confianza. No esperes a que tu corazón haya cambiado: día tras día Cristo lo cambiará

Este confesor, muerto en el año 814, eligió a Cristo. No tuvo la menor duda. En abandonar muchos bienes y el porvenir halagüeño que le aguardaba para hacerse monje.

Primero estuvo en Bitinia, y a continuación pasó como abad al monasterio de Sakkoudion en Constantinopla.

Y aquí le vino el primer lío. Resulta que el emperador Constantino IV repudió a su mujer con el fin de casarse con una prima de san Platón.

Hubo algunos que vieron muy mal esta actitud del emperador. Sin embargo, el abad lo condenó con palabras duras. ¡Menudo atrevimiento!

Cristo actuaba en él. La verdad hace al hombre libre. A él le costó decirla 14 años de cárcel y sentirse perseguido siempre.

Una vez que fue librado, no se lo pensó dos veces. Se fue al monasterio de Studion durante algún tiempo.

Poco después, el patriarca Nicéforo lo llevó encarcelado a la isla de Oxeia, en el archipiélago de los Príncipes.

La razón de este destierro fue porque Platón no aceptaba su rápida elevación al trono patriarcal.

Vuelto al monasterio de Studion por orden del emperador Miguel I, murió tres años más tarde cantando el himno: "Yo soy la Resurrección y la Vida". Murió en el año 814.

Cuando se hace una elección por Cristo, se hace de forma definitiva.

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Fuente: ACI Prensa
Francisco Marto, Beato Vidente de Fátima, Abril 4  

Francisco Marto, Beato

Nació en Aljustrel, Fátima, el 11 de Junio de 1908. Fue bautizado el 20 de Junio de 1908.

Cayó victima de la neumonía en Diciembre de 1918 y falleció en Aljustrel a las 22 horas del día 4 de Abril de 1919.

Sus restos mortales quedaron sepultados en el cementerio parroquial de Fátima hasta el día 13 de marzo de 1952, fecha en que fueron trasladados para la Basílica de Cova da Iria (lado derecho según se entra).

Su gran preocupación era la de "consolar a Nuestro Señor". El Espíritu de amor y reparación para con Dios ofendido, fueron notables en su vida tan corta. Pasaba horas "pensando en Dios". Según su historia, el pequeño Francisco pasaba largas horas "pensando en Dios", por lo que siempre fue considerado como un contemplativo.

Su precoz vocación de eremita fue reconocida en el decreto de heroicidad de virtudes, según el que después de las apariciones "se escondía detrás de los árboles para rezar solo; otras veces subía a los lugares más elevados y solitarios y ahí se entregaba a la oración tan intensamente que no oía las voces de los que lo llamaban".

Hoy festejamos de nacimiento de Francisco al Reino de Dios;
Francisco junto a su hermana Jacinta son festejados el 20 de febrero.

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Fuente: Vatican.va
Cayetano Catanoso, Santo Fundador, Abril 4  

Cayetano Catanoso, Santo

Fundador de las Religiosas Verónicas de la Santa Faz

Nació en Chorio di San Lorenzo, archidiócesis de Reggio Calabria, en una familia de agricultores profundamente cristianos, el 14 de febrero de 1879. Ese mismo día fue bautizado. En 1882 recibió el sacramento de la Confirmación.

A los diez años sintió la vocación al sacerdocio y entró en el seminario arzobispal de Reggio.

Fue ordenado sacerdote el 20 de septiembre de 1902. Durante dos años fue prefecto de disciplina en el seminario. Luego, en 1904, fue nombrado párroco en una aldea, donde reinaba la pobreza, el analfabetismo, la ignorancia religiosa. Allí compartió las privaciones y sufrimientos de la gente. Fue celoso en el anuncio de la palabra de Dios y en la enseñanza de la doctrina cristiana, edificante en la celebración de los misterios divinos, asiduo en el ministerio de la Confesión, generoso con las familias necesitadas, y solícito con los enfermos. Para los jóvenes que no podían frecuentar las escuelas públicas abrió una escuela vespertina gratuita, en la que él era el maestro.

Colaboraba con los párrocos de las aldeas vecinas en la predicación y en la administración del sacramento de la Penitencia.

Era muy devoto de la santa faz de Cristo y difundió con celo esa devoción entre el pueblo, implicando a sacerdotes y laicos en el apostolado de la reparación por los pecados, especialmente de la blasfemia y la profanación de las fiestas religiosas. Con feliz intuición, unió esta devoción a la piedad eucarística: el rostro real de Cristo lo encontramos en la Eucaristía, donde se oculta bajo el blanco velo de la Hostia. En 1918 fundó la Pía unión de la Santa Faz.

Para ayudar a los jóvenes que querían ser sacerdotes pero no tenían recursos, instituyó la "Obra de los clérigos pobres".

Desde 1921 hasta 1940 fue párroco, en la ciudad de Reggio, de la iglesia de Santa María de la Purificación. Allí desempeñó una actividad aún más intensa y más amplia. Se dedicaba en especial a la catequesis, las misiones populares, el ministerio de la Confesión, la asistencia a los pobres, a los enfermos y a los perseguidos por asociaciones criminales. Fomentaba con empeño el culto a la Eucaristía y promovía las vocaciones sacerdotales. Además, fue director espiritual en el seminario arzobispal, capellán de hospitales, confesor en casas religiosas y en cárceles, y canónigo penitenciario de la catedral.

En 1934 fundó las religiosas Verónicas de la Santa Faz, para propagar la devoción que constituía el fulcro de su espiritualidad y para ayudar a los sacerdotes más necesitados en las parroquias más perdidas y abandonadas. En 1953 la congregación recibió la aprobación canónica.

La misa, celebrada diariamente, y la adoración frecuente del santísimo Sacramento fueron el alma de su sacerdocio y el apoyo de su apostolado. Cultivó una devoción filial a la Virgen María, que irradió a sus religiosas y al pueblo fiel. Desde niño aprendió a rezar el rosario todos los días y lo siguió haciendo hasta su muerte.

Practicó el sacrificio, la mortificación y la penitencia. Aceptó con paciencia las enfermedades y la ceguera que lo afligió en la última etapa de su vida. En 1929 se había ofrecido como víctima al Corazón de Cristo, anhelando completar en su carne lo que faltaba a los padecimientos de Cristo en favor de su cuerpo, que es la Iglesia.

Se preparó con gran serenidad al encuentro definitivo con el Señor, que tuvo lugar el 4 de abril de 1963, en Reggio, en la casa madre de la congregación que había fundado.

Fue beatificado por el Papa Juan Pablo II el 4 de mayo de 1987 y canonizado por S.S. Benedicto XVI el 25 de Octubre de 2005.

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26 de Abril
(4 de abril en Perú)

San Isidoro
Arzobispo de Sevilla
(año 636)

Isidoro significa: "Regalo de la divinidad (Isis: divinidad. Doro: regalo).

Nació en Sevilla en el año 556. Era el menor de cuatro hermanos, todos los cuales fueron santos y tres de ellos obispos. San Leandro, San Fulgencio y Santa Florentina se llamaron sus hermanos.

Su hermano mayor, San Leandro, que era obispo de Sevilla, se encargó de su educación obteniendo que Isidoro adquiriera el hábito o costumbre de dedicar mucho tiempo a estudiar y leer, lo cual le fue de gran provecho para toda la vida.

Al morir Leandro, lo reemplazó Isidoro como obispo de Sevilla, y duró 38 años ejerciendo aquel cargo, con gran brillo y notables éxitos.

Isidoro fue el obispo más sabio de su tiempo en España. Poseía la mejor biblioteca de la nación. Escribió varios libros que se hicieron famosos y fueron muy leídos por varios siglos como por ej. Las Etimologías, que se pueden llamar el Primer Diccionario que se hizo en Europa. También escribió La Historia de los Visigodos y biografías de hombres ilustres.

San Isidoro es como un puente entre la Edad Antigua que se acababa y la Edad Media que empezaba. Su influencia fue muy grande en toda Europa y especialísimamente en España, y su ejemplo llevó a muchos a dedicar sus tiempos libres al estudio y a las buenas lecturas.

Fue la figura principal en el Concilio de Toledo (año 633) del cual salieron leyes importantísimas para toda la Iglesia de España y que contribuyeron muy fuertemente a mantener firme la religiosidad en el país.

Se preocupaba mucho porque el clero fuera muy bien instruido y para eso se esforzó porque en cada diócesis hubiera un colegio para preparar a los futuros sacerdotes, lo cual fue como una preparación a los seminarios que siglos más tarde se iban a fundar en todas partes.

Dice San Ildefonso que "la facilidad de palabra era tan admirable en San Isidoro, que las multitudes acudían de todas partes a escucharle y todos quedaban maravillados de su sabiduría y del gran bien que se obtenía al oír sus enseñanzas".

Su amor a los pobres era inmenso, y como sus limosnas eran tan generosas, su palacio se veía continuamente visitado por gentes necesitadas que llegaban a pedir y recibir ayudas. De todas las ciencias la que más le agradaba y más recomendaba era el estudio de la Sagrada Biblia, y escribió unos comentarios acerca de cada uno de los libros de la S. Biblia. Cuando sintió que iba a morir, pidió perdón públicamente por todas las faltas de su vida pasada y suplicó al pueblo que rogara por él a Dios. A los 80 años de edad murió, el 4 de abril del año 636.

La Santa Sede de Roma lo declaró "Doctor de la Iglesia".

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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