jueves, 26 de enero de 2012

Lecturas Viernes 27 de Enero de 2012. Santa Angela ¡ruega por nosotros!

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (4, 26-34)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud:

"El Reino de Dios se parece a lo que sucede cuando un hombre siembra la semilla en la tierra: que pasan las noches y los días, y sin que él sepa cómo, la semilla germina y crece; y la tierra, por si sola, va produciendo el fruto: primero los tallos, luego las espigas y después los granos en las espigas. Y cuando ya están maduros los granos, el hombre echa mano de la hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha".

Les dijo también:

"¿Con qué compararemos el Reino de Dios? ¿Con qué parábola lo podremos representar? Es como una semilla de mostaza que, cuando se siembra, es la más pequeña de las semillas; pero una vez sembrada, crece y se convierte en el mayor de los arbustos y echa ramas tan grandes, que los pájaros pueden anidar a su sombra".

Y con otras muchas parábolas semejantes les estuvo exponiendo su mensaje, de acuerdo con lo que ellos podían entender. Y no les hablaba sino en parábolas; pero a sus discípulos les explicaba todo en privado.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te quiero, pero no te quiero ver todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesar pecados graves al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

Misal

 

Misericordia, Señor, hemos pecado

Feria de la 3a. semana del Tiempo Ordinario o memoria libre de santa Angela de Merici, Virgen

Escucha, Señor, mi voz y mis clamores

Antífona de Entrada

Recordaremos, Señor, los dones de tu amor, en medio de tu templo. Que todos los hombres de la tierra te conozcan y alaben, porque es infinita tu justicia.

Oración Colecta

Oremos:

Dios nuestro, que por medio de la muerte de tu Hijo has redimido al mundo de la esclavitud del pecado, concédenos participar ahora de una santa alegría y, después en el cielo, de la felicidad eterna.

Por nuestro Señor Jesucristo…

Amén.

 

Primera Lectura

Lectura del segundo libro de

Samuel (11, 1-4. 5-10. 13-17)

En la época del año en que los reyes acostumbraban salir a la guerra, David envió a Joab con sus oficiales y todo Israel contra los amonitas. Los derrotaron y pusieron sitio a Rabbá.

David se había quedado en Jerusalén. Un día, al atardecer, se levantó de dormir y se puso a pasear por la terraza del palacio; desde ahí vio a una mujer que se estaba bañando. Era una mujer muy hermosa. David mandó preguntar quién era aquella mujer y le dijeron: "Es Betsabé, hija de Eliam, esposa de Urías, el hitita". David mandó unos criados a buscarla. Se la trajeron a su casa y durmió con ella. La mujer quedó embarazada y le mandó decir a David: "Estoy encinta"

Entonces David le envió un mensaje a Joab: "Haz que venga Urías, el hitita". Joab cumplió la orden, y cuando Urías se presentó a David, el rey le preguntó por Joab, por el ejército y por el estado de la guerra. Luego le dijo: "Ve a descansar a tu casa, en compañía de tu esposa". Salió Urías del palacio de David y éste le mandó un regalo. Pero Urías se quedó a dormir junto a la puerta del palacio del rey, con los demás servidores de su señor, y no fue a su casa. Le avisaron a David:

"Urías no fue a su casa". Al día siguiente, David lo convidó a comer con él y lo hizo beber hasta embriagarse. Ya tarde, salió Urías y se volvió a quedar a dormir con los servidores de su señor y no fue a su casa.

A la mañana siguiente escribió David a Joab una carta y se la envió con Urías. En ella le decía: "Pon a Urías en el sitio más peligroso de la batalla y déjalo solo para que lo maten".

Joab, que estaba sitiando la ciudad, puso a Urías frente a los defensores más aguerridos. Los sitiados hicieron una salida contra Joab y murieron algunos del ejército de David, entre ellos, Urías, el hitita.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial Salmo 50

Misericordia, Señor,

hemos pecado.

Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis delitos y purifícame de mis pecados.

Misericordia, Señor,

hemos pecado.

Puesto que reconozco mis culpas, tengo siempre presentes mis pecados. Contra ti solo pequé, Señor, haciendo lo que a tus ojos era malo.

Misericordia, Señor,

hemos pecado.

Es justa tu sentencia y eres justo, Señor, al castigarme. Nací en la iniquidad, y pecador me concibió mi madre.

Misericordia, Señor,

hemos pecado.

Haz que sienta otra vez júbilo y gozo y se alegren los huesos quebrantados. Aleja de tu vista mis maldades y olvídate de todos mis pecados.

Misericordia, Señor,

hemos pecado.

 

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.

Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla.

Aleluya.

 

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (4, 26-34)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud:

"El Reino de Dios se parece a lo que sucede cuando un hombre siembra la semilla en la tierra: que pasan las noches y los días, y sin que él sepa cómo, la semilla germina y crece; y la tierra, por si sola, va produciendo el fruto: primero los tallos, luego las espigas y después los granos en las espigas. Y cuando ya están maduros los granos, el hombre echa mano de la hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha".

Les dijo también:

"¿Con qué compararemos el Reino de Dios? ¿Con qué parábola lo podremos representar? Es como una semilla de mostaza que, cuando se siembra, es la más pequeña de las semillas; pero una vez sembrada, crece y se convierte en el mayor de los arbustos y echa ramas tan grandes, que los pájaros pueden anidar a su sombra".

Y con otras muchas parábolas semejantes les estuvo exponiendo su mensaje, de acuerdo con lo que ellos podían entender. Y no les hablaba sino en parábolas; pero a sus discípulos les explicaba todo en privado.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Que el sacrificio que vamos a ofrecerte nos purifique, Señor, y nos ayude a conformar cada día más nuestra vida con los ejemplos de tu Hijo Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén.

Prefacio Común IX

La gloria de Dios es el hombre

viviente.

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.

Tú eres el Dios vivo y verdadero; el universo está lleno de tu presencia, pero sobre todo has dejado la huella de tu gloria en el hombre, creado a tu imagen.

Tú lo llamas a cooperar con el trabajo cotidiano en el proyecto de la creación y le das tu Espíritu para que sea artífice de justicia y de paz, en Cristo, el hombre nuevo.

Por eso, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos con alegría el himno de tu alabanza:

Santo, Santo, Santo…

 

Antífona de la Comunión

Probad y ved qué bueno es el Señor; dichoso el que se acoge a él.

Oración después de la Comunión

Oremos:

Dios omnipotente y eterno, que nos has alimentado con el sacramento de tu amor, concédenos vivir siempre en tu amistad y agradecer continuamente tu misericordia.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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Meditación diaria

 

3ª semana. Viernes

LA FIDELIDAD A LA GRACIA

— La gracia de Dios da siempre sus frutos si nosotros no le ponemos obstáculos.

— Los frutos de la correspondencia.

— Evitar el desaliento por los defectos que no desaparecen y por las virtudes que no se alcanzan. Recomenzar muchas veces.

I. El Evangelio de la Misa1 nos presenta una pequeña parábola, que recoge solo San Marcos. Nos habla en ella el Señor del crecimiento de la semilla echada en la tierra; una vez sembrada crece con independencia de que el dueño del campo duerma o vele, y sin que sepa cómo se produce. Así es la semilla de la gracia que cae en las almas; si no se le ponen obstáculos, si se le permite crecer, da su fruto sin falta, no dependiendo de quien siembra o de quien riega, sino de Dios que da el incremento2.

Nos da gran confianza en el apostolado considerar frecuentemente que "la doctrina, el mensaje que hemos de propagar, tiene una fecundidad propia e infinita, que no es nuestra, sino de Cristo"3. En la propia vida interior también nos llena de esperanza saber que la gracia de Dios, si nosotros no lo impedimos, realiza silenciosamente en el alma una honda transformación, mientras dormimos o velamos, en todo tiempo, haciendo brotar en nuestro interior –quizá ahora mismo, en la oración– resoluciones de fidelidad, de entrega y de correspondencia.

El Señor nos ofrece constantemente su gracia para ayudarnos a ser fieles, cumpliendo el pequeño deber de cada momento, en el que se nos manifiesta su voluntad y en el que está nuestra santificación. De nuestra parte queda aceptar esas ayudas y cooperar con generosidad y docilidad. Sucede al alma algo parecido a lo que le ocurre al cuerpo: los pulmones necesitan aspirar oxígeno continuamente para renovar la sangre. Quien no respira, acaba por morir de asfixia; quien no recibe con docilidad la gracia que Dios da continuamente, termina por morir de asfixia espiritual4.

Recibir la gracia con docilidad es empeñarnos en llevar a cabo aquello que el Espíritu Santo nos sugiere en la intimidad de nuestro corazón: cumplir cabalmente nuestros deberes –en primer lugar todo lo que se refiere a nuestros compromisos con Dios–; empeñarnos con decisión en alcanzar una meta en una determinada virtud; llevar con garbo sobrenatural y sencillez una contrariedad que quizá se prolonga y nos resulta costosa... Dios nos mueve interiormente, recordándonos a menudo las orientaciones recibidas en la dirección espiritual, y cuanto mayor es la fidelidad a esas gracias, mejor nos disponemos para recibir otras, más facilidad encontramos para realizar obras buenas, mayor alegría hay en nuestra vida, porque la alegría siempre está muy relacionada con la correspondencia a la gracia.

II. La docilidad a las inspiraciones del Espíritu Santo es necesaria para conservar la vida de la gracia y para tener frutos sobrenaturales. Como nos dice el Señor en la parábola que venimos meditando, la semilla en nuestro corazón tiene la fuerza necesaria para germinar, crecer y dar fruto. Pero en primer lugar es necesario dejar que llegue al alma, darle cabida en nuestro interior, acogerla y no dejarla a un lado, pues "las oportunidades de Dios no esperan. Llegan y pasan. La palabra de vida no aguarda; si no nos la apropiamos, se la llevará el demonio. Él no es perezoso, antes bien, tiene los ojos siempre abiertos y está siempre preparado para saltar, y llevarse el don que vosotros no usáis"5: vivir la pequeña mortificación de dejar ordenados los instrumentos de trabajo, confesar el día que se había previsto, hacer el examen de conciencia con el empeño necesario para darse cuenta de lo que falla y en qué quiere el Señor que se ponga la lucha al día siguiente, vivir el "minuto heroico" al levantarse, desviar o al menos callar en esa conversación en la que no queda bien una persona ausente... La resistencia a la gracia produce sobre el alma el mismo efecto que "el granizo sobre un árbol en flor que prometía abundantes frutos; las flores quedan agostadas y el fruto no llega a sazón"6. La vida interior se empobrece y muere.

El Espíritu Santo nos da innumerables gracias para evitar el pecado venial deliberado y aquellas faltas que, sin ser propiamente un pecado, desagradan a Dios; los santos han sido quienes con mayor delicadeza respondieron a estas ayudas sobrenaturales. También recibimos incontables gracias para santificar las acciones de la vida ordinaria, realizándolas con empeño humano, con perfección, con pureza de intención, por motivos humanos nobles y por motivos sobrenaturales. Si somos fieles, desde por la mañana hasta la noche, a las ayudas que recibimos, nuestros días terminarán llenos de actos de amor a Dios y al prójimo, en los momentos agradables y en los que quizá nos sentimos más cansados, con menos fuerzas y ánimos: todos son buenos para dar fruto. Una gracia lleva consigo otra –al que tiene se le dará7, leíamos ayer en el Evangelio de la Misa– y el alma se fortalece en el bien en la medida en que lo practica, cuanto más trecho se recorre. Cada día es un gran regalo que nos hace el Señor para que lo llenemos de amor en una correspondencia alegre, contando con las dificultades y obstáculos y con el impulso divino para superarlos y convertirlos en motivo de santidad y de apostolado. Todo es bien distinto cuando lo realizamos por amor y para el Amor.

III. "El hombre echa la semilla en la tierra cuando forma en su corazón el buen propósito (...); y la semilla germina y crece sin él darse cuenta, porque, aunque todavía no puede advertir su crecimiento, la virtud, una vez concebida, camina a la perfección, y de suyo la tierra fructifica, porque, con la ayuda de la gracia, el alma del hombre se levanta espontáneamente a obrar el bien. Pero la tierra primero produce el trigo en hierba, luego la espiga, y al fin la espiga el trigo"8. La vida interior necesita tiempo, crece y madura como el trigo en el campo.

La fidelidad a los impulsos que el Señor quiere darnos también se manifiesta en evitar el desaliento por nuestras faltas y la impaciencia al ver que sigue costando, quizá, llevar a término con profundidad la oración, desarraigar un defecto o acordarse más veces del Señor mientras se trabaja. El labriego es paciente: no desentierra la semilla ni abandona el campo por no encontrar el fruto esperado en un tiempo que él juzga suficiente para recogerlo; los labradores conocen bien que deben trabajar y esperar, contar con la escarcha y con los días soleados; saben que la semilla está madurando sin que él sepa cómo, y que llegará el tiempo de la siega. "La gracia actúa, de ordinario, como la naturaleza: por grados. —No podemos propiamente adelantarnos a la acción de la gracia: pero, en lo que de nosotros depende, hemos de preparar el terreno y cooperar, cuando Dios nos la concede.

"Es menester lograr que las almas apunten muy alto: empujarlas hacia el ideal de Cristo; llevarlas hasta las últimas consecuencias, sin atenuantes ni paliativos de ningún género, sin olvidar que la santidad no es primordialmente obra de brazos. La gracia, normalmente, sigue sus horas, y no gusta de violencias.

"Fomenta tus santas impaciencias..., pero no me pierdas la paciencia"9, como no la pierde el labriego con una sabiduría de siglos. Aprendamos a "apuntar muy alto" en la santidad y en el apostolado esperando el tiempo oportuno, sin desalentarnos jamás, recomenzando muchas veces en nuestros propósitos audaces.

Es necesario saber esperar y luchar con paciente perseverancia, convencidos de que la superación de un defecto o la adquisición de una virtud no depende normalmente de violentos esfuerzos esporádicos, sino de la continuidad humilde de la lucha, de la constancia en intentarlo una y otra vez, contando con la misericordia del Señor. No podemos, por impaciencia, dejar de ser fieles a las gracias que recibimos; esa impaciencia hunde sus raíces, casi siempre, en la soberbia. "Hay que tener paciencia con todo el mundo –señala San Francisco de Sales–, pero, en primer lugar, con uno mismo"10. Nada es irremediable para quien espera en el Señor; nada está totalmente perdido; siempre hay posibilidad de perdón y de volver a empezar: humildad, sinceridad, arrepentimiento... y volver a empezar, correspondiendo al Señor, que está empeñado en que superemos los obstáculos. Hay una alegría profunda cada vez que recomenzamos de nuevo. Y en nuestro paso por la tierra habremos de hacerlo muchas veces, porque faltas las habrá siempre, y tendremos deficiencias, fragilidades, pecados. Seamos humildes y pacientes. El Señor cuenta con los fracasos, pero también espera muchas pequeñas victorias a lo largo de nuestros días; victorias que se alcanzan cada vez que somos fieles a una inspiración, a una moción del Espíritu Santo.

1 Mc 4, 26-32. — 2 Cfr. 1 Cor 3, 5-9. — 3 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 159. 4 Cfr. R. Garrigou-Lagrange, Las tres edades de la vida interior, vol I, p. 104. — 5 Card. J. H. Newman, Sermón para el Domingo de Sexagésima: Llamadas de la gracia. — 6 R. Garrigou-Lagrange, loc. cit., p. 105. — 7 Mc 4, 25. — 8 San Gregorio Magno, Homilías sobre Ezequiel, 2, 3. — 9 San Josemaría Escrivá, Surco, n. 668. — 10 San Francisco de Sales, Cartas, frag. 139, en Obras selectas de... BAC, Madrid 1954, II, p. 774.

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Santoral             (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

Santa Angela de Merici
(+ 1540)

Es la fundadora de las Hermanas Ursulinas. Su nombre significa "Mensaje de Dios".

Nació en Italia en 1474 y tiene el mérito de haber fundado la primera comunidad religiosa femenina para educar niñas.

Se crió en una familia campesina muy creyente, donde cada noche leían la vida de un Santo, y esto la enfervorizaba mucho y la entusiasmaba por la religión.

Quedó huérfana de padre y madre cuando aún era muy niña y esto la impresionó muchísimo. Después durante toda su vida le pediría perdón a Dios por no haber confiado lo suficientemente en su juventud en la Providencia Divina que a nadie abandona.

Su infancia es muy sufrida y tiene que trabajar duramente pero esto la hace fuerte y la vuelve comprensiva con las niñas pobres que necesitan ayuda para poderse instruir debidamente.

Se hace Terciaria Franciscana y sin haber hecho sino estudios de primaria, llega a ser Consejera de gobernadores, obispos, doctores y sacerdotes. Es que había recibido del Espíritu Santo el Don del Consejo, que consiste en saber lo que más conviene hacer y evitar en cada ocasión.

Viendo que las niñas no tenían quién las educara y las librara de peligros mortales, y que las teorías nuevas llevaban a la gente a querer organizar la vida como si Dios no existiera, fundó la Comunidad de Hermanas Ursulinas (en honor a Santa Ursula, la santa mártir del siglo IV, que dirigía el grupo de muchachas llamadas "Las once mil vírgenes, que murieron por defender su religión y su castidad).

Lo que más le impresionaba era que las niñas de los campos y pueblos que visitaba no sabían nada o casi nada de religión. Sus papás o no sabían o no querían enseñarles catecismo. Por eso ella organizó a sus amigas en una asociación dedicada a enseñar catecismo en cada barrio y en cada vereda.

Angela era de baja estatura pero tenía todas las cualidades de líder y de guía para influir en los demás. Y además tenía mucha simpatía y agradabilidad en su trato.

En Brescia fundó una escuela y de allí se extendió su Comunidad de Ursulinas por muchas partes. Un grupo de 28 muchachas muy piadosas se vino a vivir en casa de Angela y con ellas fundó la Comunidad. En una visión contempló un enorme grupo de jóvenes vestidas de blanco que volaban hacia el cielo, y una voz le dijo: "Estas son tus religiosas educadoras".

La gente consideraba a Santa Ursula como una gran líder o guía de mujeres. Por eso Angela puso a sus religiosas el nombre de Ursulinas.

La Comunidad de Ursulinas fue fundada en 1535, y cinco años después murió su fundadora, Santa Angela, el 27 de enero de 1540. Fue canonizada en 1807.

Un hombre le preguntó un día en plena calle: ¿Qué consejo me recomienda para comportarme debidamente? Y ella le respondió: "Compórtese cada día como deseara haberse comportado cuando le llegue la hora de morirse y de darle cuenta a Dios".

Sus últimas palabras fueron: "Dios mío, yo te amo".

Que estas sean también las palabras que nosotros digamos no sólo al tiempo de morir, sino muchísimas veces durante toda nuestra vida.

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Enrique de Ossó y Cervelló, Santo Sacerdote y Fundador. Enero 27  

Enrique de Ossó y Cervelló, Santo

Fundador de las Hermanas de la Compañía
de Santa Teresa de Jesús

Martirologio Romano: En la villa de Gilet, en la provincia de Valencia, en España, san Enrique de Ossó y Cervelló, presbítero, que fundó la Sociedad de Santa Teresa, para la formación de las jóvenes, y más adelante, obligado a dejar dicha institución, pasó el resto de sus años en el convento de los Hermanos Menores (1896).

En Vinebre, población aldeana de Tarragona (España), nació Enrique el 16 de octubre de 1840.

Tras la muerte de su madre en el año 1854 se fue al seminario para hacerse sacerdote cumpliendo así un último deseo que ella le había manifestado. Recibió la ordenación sacerdotal el 21 de septiembre de 1867.

Enseñó en el seminario de Tortosa hasta que en el año 1868 la revolución dispersó a los seminaristas. El padre Enrique se refugió en su natal Vinebre. Al año siguiente, en medio de grandes dificultades, reanudó las clases en el palacio episcopal y en algunas casas particulares para un centenar de seminaristas que vivían como externos y con cuya ayuda reorganizó la catequesis en la ciudad, combatiendo el ambiente liberal y anticatólico de la revolución.

En el año 1872 inició la publicación de la revista teresiana que se difundió por Francia, Bélgica, Portugal y América; en vida del padre Ossó se publicaron 280 números en los que ininterrumpidamente colaboró con artículos y notas. El 15 de octubre de 1873 fundó la congregación teresiana que era una agrupación de jóvenes en el seno de cada parroquia con el objeto de renovar el ambiente de indiferencia religiosa que se había extendido entre la población.

Apoyado por Teresa Blanch, el 23 de junio de 1876 fundó en Tarragona la Companía de Santa Teresa de Jesús con ocho cofundadoras. Las religiosas teresianas, dedicadas a la educación, tuvieron una rápida y asombrosa difusión: habiendo fundado su primer colegio en Villalonga en el año 1878, para el año 1881 tenían ya nueve donde recibían educación católica más de mil niñas con el reconocimiento y aplauso de las autoridades civiles y educativas. También la archicofradía teresiana fundada por él tuvo gran crecimiento: de 100,000 en el 1882 a 140,000 asociadas en solo un año.

Mientras estuvo en Roma, de abril a agosto de 1894, escribió un libro de devoción que pronto salió a la imprenta: Siete Moradas en el Corazón de Jesús. A fines diciembre de 1895 empezó ejercicios espirituales en un convento franciscano. Hacia la media noche del 27 de enero le sobrevino un derrame cerebral. Aún tuvo fuerzas para salir de la habitación y pedir ayuda. Los franciscanos lo encontraron agonizante y poco después murió. En la tarde del día siguiente fue sepultado en el cementerio del monasterio, acompañado únicamente de los franciscanos y del párroco de Gilet.

Fue beatificado el 14 de octubre de 1979 y canonizado el 16 de junio de 1993 por el papa Juan Pablo II.

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Fuente: Santopedia.com
Jorge Matulaitis, Beato Obispo y Fundador, Enero 27  

Jorge Matulaitis, Beato

Obispo y Fundador

Martirologio Romano: En la ciudad de Kaunas, en Lituania, beato Jorge Matulaitis, obispo de Vilna y después Visitador Apostólico en Lituania, fundador de la Congregación de Clérigos Marianos y la Congregación de Hermanas bajo el título de la Santísima Virgen María Inmaculada (1927)

El Beato Matulaitis nació en Lugine, Lituania, el 13 de abril de 1871, quedó huérfano a pronta edad, al morir su padre en 1874 y su madre en 1881. Durante la infancia, desarrolló tuberculosis en el hueso de su pierna, de lo que sufrió el resto de su vida.

Alcanzó su doctorado en teología en la Universidad de Friburgo, en Suiza. Enseñó Latín y derecho canónico en el seminario de Kielce. Era el jefe del departamento de sociología y el vicerrector de la Academia Espiritual de San Petesburgo, donde enseñaba teología dogmática. Era un notable profesor, clérigo, director espiritual y confesor, pero resigno a su cargo en la academia para trabajar por la revitalización mariana.

Recibió la orden sacerdotal el 20 de noviembre de 1898 y entonces profesó como religioso en la Congregación Mariana en 1909. El 14 de julio de 1911 fue elegido superior general de la Congregación de Padres Marianos. Reformó los Marianos de la Inmaculada Concepción, cambiando sus constituciones, su hábito y su forma de vida.

Malutaitis fundó las Hermanas de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María en Lituania el 15 de octubre de 1918 y fue ordenado obispo de Vilnius el 8 de diciembre del mismo año. Matulaitis fundó la Congregación de Sirvientas de Jesús en la Eucaristía en 1924 en Belarus. También estableció casas religiosas Marianistas en Bielany, Polonia, Marijampolé, Lituania, Friburgo, Suiza y Chicago. En 1926, Matulaitis viajó a los Estados Unidos por segunda vez, donde participó en un congreso eucarístico.

Jurgis Matulaitis luchó vigorosamente para defender los derechos de la Iglesia y la libertad del pueblo. Renunció a su sede el 14 de julio de 1925. El 1 de septiembre de 1925, el Papa Pío XI le nominó arzobispo y visitador apostólico en Lituania. El Vaticano despachó a Matulaitis a Vilnius para completar el concordato con el gobierno lituano y así restaurar las relaciones diplomáticas, cosa que consiguió Matulaitis poco antes de morir de apendicitis el 27 de enero de 1927.

El 28 de junio de 1987 fue beatifica do por el Papa Juan Pablo II.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Julián de Le Mans, Santo Obispo, Enero 27  

Julián de Le Mans, Santo

Obispo

Martirologio Romano: En Cenomanum (hoy Le Mans), en la Galia Lugdunense (hoy Francia), san Julián, que es considerado como el primer obispo de esta ciudad (s. III).

Etimología: Julián = Aquel que pertenece a la familia Julia, es de origen latino.

En el tiempo en que escribía Alban Butler, se conservaba en la catedral una reliquia que pasaba por ser el cráneo de San Julián. Dicho santo era muy celebrado en Inglaterra, ya que su nombre es mencionado en este día por el calendario del Salterio de Eadwine, del Colegio de la Trinidad de Cambridge (anterior al año 1170), y todas las diócesis del sur que seguían el uso saro, celebraban su fiesta.

Pero no sabemos prácticamente nada sobre la vida de San Julián. Las lecciones del breviario saro le describen como un noble romano que fue el primer obispo de Le Mans y el evangelizador de esa región de Francia. Le atribuyen también extraordinarios milagros. Lo único que podemos añadir es que hay pruebas de que en el siglo VII existía una capilla llamada "basílica Sti Juliani Epis copi", y que San Julián encabeza los catálogos de los obispos de Le Mans.

Probablemente la introducción del culto de San Julián en Inglaterra se debe al hecho de que el rey Enrique II, que había nacido en Le Mans, parece haber sido bautizado en la iglesia de San Julián de dicha ciudad y debió conservar cierta devoción personal a su patrono.

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Fuente: saintedevotemonaco.com
Devota, Santa Virgen y Mártir, Enero 27  

Devota, Santa

Virgen y Mártir

Martirologio Romano: En Mariana, en la isla de Córcega (hoy Francia), conmemoración de santa Devota, virgen y mártir (c. 300).

La historia y la leyenda

A principios del sexto siglo en Córcega (en aquellos tiempos provincia romana), el gobernador romano Dioclitiano la gran persecución de los Cristianos.

Una joven Cristiana que no renegó su fe

Una joven Cristiana, Devota, fue arrestada, encarcelda y torturada. Murió sin renegar su fe. Depués de su muerte, el gobernador de la provincia ordenó quemar su cuerpo pero un grupo de cristianos se apoderó de él y lo colocaron sobre una barca que salía para Africa donde, pensaban, recibiría cristiana sepultura.

Y la barca varó en el vallejo "des Gaumates"

Ya a primeras horas de la travesía, una tormenta estalló. Fue entoces cuando de la boca de Devota salió una paloma que guió la barca sin encombre hasta Mónaco donde varó en el vallejo "des Gaumates" (ubicación de la actual iglesia de Santa Devota). Era el sexto día antes de las calendas de febrero, lo que corresponde aproximadamente a la fecha del 27 de enero.

Las reliquias robadas

Un oratorio señaló el lugar de la tumba. Los fieles, habitantes de Mónaco o navegantes de paso, numerosos fueron aquellos que vinieron a recogerse y los primeros milagros tuvieron lugar. No obstante una noche, un individuo robó las reliquias de la Santa con intención de negociar sus beneficios. El sacrílegio se evitó, pués un grupo de pescadores persiguió al ladrón y éste fue detenido inmediatamente. La barca del ladrón fue quemada en playa, en sacrificio expiatorio.

UN GRAN FERVOR
El alma protectora de la identidad monegasca


El culto de Santa Devota queda siempre ferviente en el Principado. Su culto vinculado a Mónaco y a sus príncipes, es patente oficialmente en cada iglesia del Principado y en las monedas. Es el alma protectora de la identidad monegasca, cuyas reliquias han sido imploradas en momentos de alegría. Cabe destacar que le primer libro escrito en monegasco por el poeta monegasco Louis Notari se llama "A legenda de Santa Devota" (La leyenda de Santa Devota).

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Vitaliano, Santo LXXVI Papa, Enero 27  

Vitaliano, Santo

LXXVI Papa

Martirologio Romano: En Roma, en la basílica de San Pedro, sepultura de san Vitaliano, papa, que se preocupó por la salvación de los anglos (672).

Se cuenta que el Papa Vitaliano era originario de Segni, en la Campania, pero no sabemos nada sobre él, antes de su elección al pontificado, en 657, ni conocemos su vida posterior a excepción de sus actos públicos.

Su pontificado se vio turbado por las tendencias monotelitas de dos patriarcas de Constantinopla y del emperador Constante II y su sucesor. Más consolador es el cuadro de las relaciones del Papa con otras Iglesias, como la de Inglaterra, según puede leerse en los escritos de San Beda.

Bajo el reinado de este Papa, San Benito Biscop hizo su primera visita a Roma. Las diferencias entre los obispos celtas y anglosajones, sobre la fiesta de la Pascua y otros puntos, quedaron zanjadas en el Concilio de Streaneshalch (Whitby).

San Vitaliano envió a Inglaterra a Teodoro de Tarso como obispo de Canterbury, y al monje africano San Adriano, que fue abad de San Agustín. La influencia de ambos, en la preparación del clero anglosajón y en el establecimiento de relaciones más estrechas entre la corona de Inglaterra y la Santa Sede, fue muy grande.

San Vitaliano murió en 672 y fue enterrado en la basílica de San Pedro.

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Fuente: Vatican.va
Pablo José Nardini, Beato Presbítero y Fundador, 27 de enero  

Pablo José Nardini, Beato

Presbítero y Fundador
de las Franciscanas Pobres de la Sagrada Familia

Nació el 25 de julio de 1822 en Germersheim, una aldea situada a la ribera del Rhin, de Margarita Lichtenberger y de padre desconocido, por lo que fue bautizado con el apellido de su madre, la cual, dado que no tenía trabajo y por tanto no podía mantenerlo, se lo dio en adopción a su tía, María Bárbara, y a su marido, Anton Nardini, de origen italiano. Estos esposos lo amaban como si fuera su propio hijo y le impartieron una buena educación en todos los aspectos.

Pablo José, aunque siempre amó mucho a sus padres adoptivos, no olvidó nunca a su madre natural; cuando fue nombrado párroco de Pirmasens, se la llevó para que viviera con él en la casa parroquial.

Desde pequeño fue muy aplicado en sus estudios; se distinguió entre sus compañeros por su extraordinaria diligencia y los excelentes resultados que obtenía.

Terminados sus estudios de secundaria, vio cada vez más claramente que tenía vocación al sacerdocio. Por eso, solicitó al obispo mons. Johannes von Geissel que le permitiera ingresar en el seminario de Espira, donde, desde 1841 hasta 1843, estudió filosofía. Concluidos los estudios de filosofía, el obispo mons. Nikolaus von Weis lo envió a estudiar la teología en la universidad de Munich, en la que el 25 de julio de 1846 consiguió el título de doctorado "summa cum laude".

El 5 de junio de 1846, recibió las órdenes menores de manos de mons. Carlo Luigi Morichini, arzobispo titular de Nisibis, y al día siguiente, el subdiaconado. Luego, de nuevo en Espira, tras concluir sus estudios, el 11 de agosto del mismo año fue ordenado diácono en la iglesia del seminario. Y, por último, el 22 de ese mes, fue ordenado sacerdote en la catedral de Espira.

En los primeros años, desempeñó su ministerio sacerdotal como vicario parroquial en Frankenthal, prefecto del colegio diocesano y rector de la parroquia de Geinsheim. El 17 de febrero de 1851 le encomendaron la difícil parroquia de Pirmasens, situada en una zona muy pobre, donde hasta su muerte, gracias a sus dotes humanas y morales extraordinarias, dio un espléndido testimonio de santidad. Es digno de destacar el hecho de que, animado por un gran celo, en junio de 1853 llamó a las religiosas del Santísimo Redentor de Niederborn para que se encargaran de la educación de los niños.

A estas religiosas les encomendó también que prestaran asistencia asidua a los enfermos, sin distinción de clases sociales o de religión. Sin embargo, el trabajo que debían realizar superaba sus escasas fuerzas; por ello, se enfermaron todas y tuvieron que volver a su casa. El padre Nardini las sustituyó con cuatro mujeres jóvenes de la Tercera Orden Franciscana, con las cuales fundó, el 2 de marzo de 1855, la congregación religiosa de las "Franciscanas Pobres", nombre que después se cambió por el de "Franciscanas Pobres de la Sagrada Familia".

A su muerte, acaecida el 27 de enero de 1862, la Congregación contaba ya con 220 religiosas y con treinta y cinco casas. En 1869 la sede central de la congregación se trasladó de Pirmasens a Mallersdorf, en Baviera.

Sus restos mortales descansan en la capilla de la casa de la Congregación en Pirmasens.

Fue beatificado el 22 de octubre de 2006.

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Fuente: Martirologio Romano
Otros Santos y Beatos Completando el santoral de este día, Enero 27  

Otros Santos y Beatos

San Julián, mártir
En la ciudad de Sora, en el Lacio (hoy Italia), conmemoración de san Julián, mártir, quien, según la tradición, padeció en tiempo del emperador Antonino (c. s. II).

San Mario o Marino, abad
En el monasterio de Bodón, en la región de Sisteron, en la Galia (hoy Francia), san Mario o Marino, abad (c. 550).

San Teodorico, obispo
En Tonnerre, ciudad de Borgoña (hoy Francia), tránsito de san Teodorico, obispo de Orleans, que falleció cuando viajaba peregrinando a Roma, a las tumbas de los apóstoles (1022).

San Gilduino, diácono
Cerca de la ciudad de Chartres, en Francia, tránsito de san Gilduino, diácono de la iglesia de Dol, en la Bretaña Menor, el cual, designado obispo siendo aún muy joven y considerándose indigno, renunció a este honor en presencia del papa san Gregorio VII y al regreso de Roma cayó enfermo al llegar a esta región, terminando así su peregrinación terrestre (1077).

Beato Juan, obispo
En la ciudad de Thérouanne, también en Francia, beato Juan, obispo, que, siendo canónigo regular, asumió la sede morinense, la cual gobernó por más de treinta años, resistiendo a los simoníacos y fundando ocho monasterios de canónigos y de monjes (1130).

San Vitale, presbítero y eremita
En Riva San Vitale, cerca de Como, en la Lombardía (hoy Italia), beato Manfredo Settala, presbítero y eremita (1217).

Beata Rosalía du Verdier de la Solinière, virgen y mártir
En la región de Anjou, en Francia, beata Rosalía du Verdier de la Solinière, virgen del monasterio del Calvario de la misma comarca y mártir, la cual, durante la Revolución Francesa, por causa del odio a la religión cristiana, fue degollada (1794).

San Juan María, llamado el "Muzeo" o "Anciano", mártir
Cerca de Mengo, en Uganda, pasión de san Juan María, apellidado "Muzeo" o "Anciano" por razón de su madurez espiritual, que fue servidor del rey y, hecho cristiano, en el momento de la persecución no quiso huir sino que confesó espontáneamente su fe ante el primer ministro del rey Mwenga, por lo cual fue decapitado, siendo la última víctima de aquella persecución (1887).

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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