sábado, 28 de enero de 2017

[ † ] Domingo por la Santísima Trinidad. 29/01/2017. Excepto causa grave, no asistir a Misa dominical es pecado GRAVE (CIC 2042, 2181; Mt16,18-19; Ex20,8-10; Tb1,6; Hch20,7; 2Ts2,15). Precepto (desde los 7 años): Misa ENTERA. Víspera Domingo: desde Sáb.15hs.

JA

JMJ

Pax

La auténtica felicidad

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 1-12a

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, al ver tanta gente, Jesús subió a la montaña, se sentó, y se le acercaron sus discípulos. Entonces comenzó a enseñarles con estas palabras:
"Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos los afligidos, porque Dios los consolará.
Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra.
Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque Dios los saciará.
Dichosos los misericordiosos, porque Dios tendrá misericordia de ellos.
Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz, porque Dios los llamará sus hijos.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos ustedes cuando los insulten, y los persigan, y los calumnien de cualquier modo por mi causa. Alégrense y regocíjense, porque su recompensa será grande en los cielos".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

 

4o. Dom Ord Ciclo A

Antífona de Entrada

Sálvanos, Señor Dios nuestro; reúnenos de entre los pueblos; daremos gracias a tu santo nombre, y alabarte será nuestra gloria.

 

Se dice "Gloria".

Oración Colecta

Oremos:
Señor, concédenos amarte con todo el corazón y que nuestro amor se extienda también a todas las criaturas.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Dejaré en medio de ti un pueblo pobre y humilde

Lectura del libro del profeta Sofonías 2, 3; 3, 12-13

Busquen al Señor los humildes, los que cumplen sus mandamientos; busquen la justicia, busquen la humildad; quizá puedan ocultarse el día de la ira del Señor.
Dejaré en medio de ti un pueblo pobre y humilde, que confiará en el nombre del Señor. El resto de Israel no cometerá maldades, ni dirá mentiras, ni hablará con falsedad; se alimentarán y reposarán sin que nadie los inquiete.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 145

Dichosos los pobres de Espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.

El Señor siempre es fiel a su palabra, y es quien hace justicia al oprimido; él proporciona pan a los hambrientos y libera al cautivo.
Dichosos los pobres de Espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.

Abre el Señor lo ojos a los ciegos y alivia al agobiado. Ama el Señor el hombre justo y toma al forastero a su cuidado.
Dichosos los pobres de Espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.

A la viuda y al huérfano sustenta y trastorna los planes del inicuo. Reina el Señor eternamente, reina tu dios, oh Sión, reina por lo siglos.
Dichosos los pobres de Espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.

Segunda Lectura

Dios ha escogido a los débiles del mundo

Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios 1, 26-31

Hermanos: Fíjense en su comunidad, pues no hay entre ustedes muchos sabios según el criterio humano, ni muchos poderosos, ni muchos aristócratas; todo lo contrario, Dios ha elegido lo que el mundo considera necio para humillar a los sabios; ha escogido lo que el mundo considera débil para confundir a los fuertes. Aún más, ha escogido la gente baja del mundo, lo despreciable, lo que no es nada a los ojos del mundo para aniquilar a quienes creen que son algo, de modo que nadie pueda gloriarse en presencia del Señor.
A él deben ustedes su existencia cristiana, ya que Cristo fue hecho por Dios para nosotros sabiduría, justicia, santificación y redención. Y así como dice la Escritura, "el que se gloríe, que se gloríe en el Señor".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos.
Aleluya.

Evangelio

La auténtica felicidad

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 1-12a

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, al ver tanta gente, Jesús subió a la montaña, se sentó, y se le acercaron sus discípulos. Entonces comenzó a enseñarles con estas palabras:
"Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos los afligidos, porque Dios los consolará.
Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra.
Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque Dios los saciará.
Dichosos los misericordiosos, porque Dios tendrá misericordia de ellos.
Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz, porque Dios los llamará sus hijos.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos ustedes cuando los insulten, y los persigan, y los calumnien de cualquier modo por mi causa. Alégrense y regocíjense, porque su recompensa será grande en los cielos".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Se dice "Credo".

Oración de los Fieles

Celebrante:
Oremos, hermanos y hermanas, a Dios Padre todopoderoso en cuyas manos está el destino del universo, y pidámosle confiadamente que escuche las oraciones de su pueblo:

A cada petición respondemos:
Escucha a tu pueblo suplicante, Señor.

Por la santa Iglesia de Dios, para que busque cada día con mayor afán el rostro de su Señor, y sus fieles se esfuercen en purificarse de todas sus faltas y pecados, roguemos al Señor.
Escucha a tu pueblo suplicante, Señor.

Por los que gobiernan las naciones, para que trabajen con interés y constancia por la paz y el bienestar de sus ciudadanos, a fin de que reine entre los pueblos la justicia y la paz, roguemos al Señor.
Escucha a tu pueblo suplicante, Señor.

Por los enfermos, los encarcelados y por todos los que sufren, para que Dios, Padre de misericordia, venga en auxilio de sus males, roguemos al Señor.
Escucha a tu pueblo suplicante, Señor.

Por todos los que estamos aquí reunidos, para que el Señor nos conceda perseverar en la fe y progresar en el mutuo amor, roguemos al Señor.
Escucha a tu pueblo suplicante, Señor.

Celebrante:
Dios nuestro,que has prometido a los pobres y humildes la felicidad del reino eterno, escucha nuestras oraciones y no permitas que tus fieles se dejen seducir por los engaños del mundo, antes bien, a semejanza de los humildes del Evangelio, sigan con fidelidad a su esposo y Señor y experimenten así a fuerza de su Espíritu.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Oración sobre las Ofrendas

Presentamos, Señor, estas ofrendas en tu altar como signo de nuestra servidumbre; concédenos que, al ser aceptadas por ti, se conviertan para tu pueblo en sacramento de vida y redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

La creación alaba al Señor

Porque creaste el universo entero, estableciste el continuo retorno de las estaciones, y al ser humano, formado a tu imagen y semejanza, sometiste las maravillas del mundo, para que, en nombre tuyo dominara la creación, y, al contemplar tus grandezas, en todo momento te alabara, por Cristo, Señor nuestro.
A quien cantan los ángeles y los arcángeles, proclamando sin cesar:

Antífona de la Comunión

Haz brillar tu rostro sobre tu siervo, sálvame por tu misericordia, Señor, que no me avergüence de haberte invocado.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Reanimados por estos dones de nuestra salvación, te suplicamos, Señor, que el pan de vida eterna nos haga crecer continuamente en la fe verdadera.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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Dia 29/01 San Pedro Nolasco (Religioso, blanco)

 

Antífona de Entrada

El Señor es la parte que me ha tocado en herencia; la parte que he recibido es la más hermosa. El mismo Señor es mi recompensa.

 

Oración Colecta

Oremos:
Señor, tú que otorgaste a san Pedro Nolasco la gracia de imitar con fidelidad a Cristo pobre y humilde ayúdanos a vivir fielmente nuestra vocación cristiana para que reproduzcamos cada día mejor, en nosotros, la imagen de tu Hijo, que vive y reina contigo...
Amén.

 

Primera Lectura

Sal de tu tierra y de la casa de tu padre, y ven

Lectura del Génesis 12, 1-4a

En aquellos días, el Señor dijo a Abrán:
"Sal de tu tierra y de la casa de tu padre hacia la tierra que te mostraré. Haré de ti un gran pueblo, te bendeciré, haré famoso tu nombre, y será una bendición. Bendeciré a los que te bendigan. Maldeciré a los que te maldigan. Con tu nombre se bendecirán todas las familias del mundo".
Abrán marchó, como le había dicho el Señor.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial

Del salmo 1

Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.

Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni entra por la senda de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los cínicos, sino que su gozo es la ley del Señor, y medita su ley día y noche.
Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.

Será como un árbol plantado al borde de la acequia: da fruto en su sazón, y no se marchitan sus hojas; y cuanto emprende tiene buen fin.
Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.

No así los impíos, no así: serán paja que arrebata el viento, porque el Señor protege el camino de los justos; pero el camino de los impíos acaba mal.
Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.

 

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Aleluya.

 

Evangelio

Estén alegres y contentos, porque su recompensa será grande en el cielo

 

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 1-12

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar enseñándolos:
"Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra.
Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados.
Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados.
Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán "los hijos de Dios".
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos ustedes cuando, los insulten, y los persigan, y los calumnien de cualquier modo por mi causa. Estén alegres y contentos, porque su recompensa será grande en el cielo, pues así persiguieron a los profetas que vivieron antes que ustedes".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Dios misericordioso, que transformaste a san Pedro Nolasco, para hacer de él un hombre nuevo a imagen de Cristo, renuévanos también a nosotros mediante este sacrificio de reconciliación que vamos a ofrecerte.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Acción de los santos en la Iglesia.

En verdad es justo y necesario, nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque con la vida de tus santos, enriqueces a tu Iglesia con formas siempre nuevas de admirable santidad, y nos das pruebas indudables de tu amor por nosotros; y también, porque su ejemplo nos impulsa y su intercesión nos ayuda a colaborar en el misterio de la salvación.
Por eso,
ahora nosotros, llenos de alegría, te aclamamos con los ángeles y santos diciendo:

Antífona de la Comunión

Yo les aseguro, dice el Señor, que los que han dejado todo para seguirme, recibirán cien veces más y alcanzarán la vida eterna.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Señor Dios todopoderoso, que el banquete eucarístico intensifique en nosotros el poder de la gracia, al celebrar la memoria de tu santo Pedro Nolasco; así guardaremos íntegro el don de la fe y seguiremos siempre el camino de la salvación que tú nos has señalado.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

 

Cuarto Domingo

ciclo a

el camino de las bienaventuranzas

— Las bienaventuranzas, camino de santidad y de felicidad.

— Nuestra felicidad viene de Dios.

— No perderemos la alegría si buscamos en todo al Señor.

I. Una inmensa multitud venida de todas partes rodea al Señor. De Él esperan su doctrina salvadora, que dará sentido a sus vidas. Viendo Jesús este gentío subió a un monte, donde, habiéndose sentado, se le acercaron sus discípulos, y abriendo su boca les enseñaba1.

Y es esta la ocasión que aprovecha el Señor para dar una imagen profunda del verdadero discípulo: Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la tierra. Bienaventurados los que lloran...

No resulta difícil imaginar la impresión –quizá de desconcierto y, en algunos de los oyentes, incluso de decepción– que estas palabras del Señor debieron de causar en quienes escuchaban. Jesús acababa de formular el espíritu nuevo que había venido a traer a la tierra; un espíritu que constituía un cambio completo de las usuales valoraciones humanas, como la de los fariseos, que veían en la felicidad terrena la bendición y premio de Dios y, en la infelicidad y desgracia, el castigo2. En general, "el hombre antiguo, aun en el pueblo de Israel, había buscado la riqueza, el gozo, la estimación, el poder, considerando todo esto como la fuente de toda felicidad. Jesús propone otro camino distinto. Exalta y beatifica la pobreza, la dulzura, la misericordia, la pureza y la humildad"3.

Al volver a meditar ahora, en nuestra oración, estas palabras del Señor, vemos que aún hoy día se insinúa en las personas el desconcierto ante ese contraste: la tribulación que lleva consigo el camino de las Bienaventuranzas y la felicidad que Jesús promete. "El pensamiento fundamental que Jesús quería inculcar en sus oyentes era este: solo el servir a Dios hace al hombre feliz. En medio de la pobreza, del dolor, del abandono, el verdadero siervo de Dios puede decir con San Pablo: Sobreabundo de gozo en todas mis tribulaciones. Y, por el contrario, un hombre puede ser infinitamente desgraciado aunque nade en la opulencia y viva en posesión de todos los goces de la tierra"4. No en vano aparecen en el Evangelio de San Lucas, después de las Bienaventuranzas, aquellas exclamaciones del Señor: ¡Ay de vosotros, los ricos, porque ya habéis recibido vuestra consolación! ¡Ay de vosotros, los que os saciáis ahora (...). ¡Ay de vosotros, todos los que sois aplaudidos por los hombres, porque así hicieron sus padres con los falsos profetas!5.

Quienes escuchaban al Señor entendieron bien que aquellas Bienaventuranzas no enumeraban distintas clases de personas, no prometían la salvación a determinados grupos de la sociedad, sino que señalaban inequívocamente las disposiciones religiosas y la conducta moral que Jesús exige a todo el que quiera seguirle. "Es decir, los pobres de espíritu, los mansos, los que lloran (...) no indican personas distintas entre sí, sino que son como diversas exigencias de santidad dirigidas a quien quiere ser discípulo de Cristo"6.

El conjunto de todas las Bienaventuranzas señala el mismo ideal: la santidad. Hoy, al escuchar de nuevo, en toda su radicalidad, las palabras del Señor, reavivamos el afán de santidad como eje de toda nuestra vida. Porque "Jesucristo Señor Nuestro predicó la buena nueva para todos, sin distinción alguna. Un solo puchero y un solo alimento: mi comida es hacer la voluntad del que me ha enviado, y dar cumplimiento a su obra (Jn 4, 34). A cada uno llama a la santidad, de cada uno pide amor: jóvenes y ancianos, solteros y casados, sanos y enfermos, cultos e ignorantes, trabajen donde trabajen, estén donde estén"7. Cualesquiera que sean las circunstancias que atraviese nuestra vida, hemos de sabernos invitados a vivir la plenitud de la vida cristiana. No puede haber excusas, no podemos decirle al Señor: espera a que se solucione este problema, a que me reponga de esta enfermedad, a que deje de ser calumniado o de ser perseguido..., y entonces comenzaré de verdad a buscar la santidad. Sería un triste engaño no aprovechar esas circunstancias duras para unirnos más al Señor.

II. No desagrada a Dios que pongamos los medios oportunos para evitar el dolor, la enfermedad, la pobreza, la injusticia..., pero las Bienaventuranzas nos enseñan que el verdadero éxito de nuestra vida está en amar y cumplir la voluntad de Dios sobre nosotros. Nos muestran, a la vez, el único camino capaz de llevar al hombre a vivir con la plena dignidad humana que conviene a su condición de persona. En una época en que tantas cosas empujan hacia el envilecimiento y la degradación personal, las Bienaventuranzas son una invitación a la rectitud y a la dignidad de vida8. Por el contrario, intentar a toda costa –como si se tratara de un mal absoluto– sacudir el peso del dolor, de la tribulación, o buscar el éxito humano como un fin en sí mismo, son caminos que el Señor no puede bendecir, y que no conducen a la felicidad.

"Bienaventurado" significa "feliz", "dichoso", y en cada una de las Bienaventuranzas "comienza Jesús prometiendo la felicidad y señalando los medios de conseguirla. ¿Por qué comenzará Nuestro Señor hablando de la felicidad? Porque en todos los hombres existe una tendencia irresistible a ser felices; este es el fin que todos sus actos se proponen; pero muchas veces buscan la felicidad donde no se encuentra, donde no hallarán sino miseria"9.

El Señor nos señala aquí los caminos para ser felices sin límite y sin fin en la vida eterna, y también para serlo en esta vida, viviendo con plena dignidad, como conviene a la condición de persona. Son caminos bien diferentes a los que, con frecuencia, suele escoger el hombre.

Buscad al Señor los humildes que cumplís sus mandamientos (...). Dejaré en medio de ti un pueblo pobre y humilde, que confiará en el nombre del Señor, se nos dice en la Primera lectura de la Misa10.

La pobreza de espíritu, el hambre de justicia, la misericordia, la limpieza de corazón y el soportar ser rechazados por causa del Evangelio manifiestan una misma actitud del alma: el abandono en Dios. Y esta es la actitud que nos impulsa a confiar en Dios de un modo absoluto e incondicional. Es la postura de quien no se contenta con los bienes y consuelos de las cosas de este mundo, y tiene puesta su esperanza última más allá de estos bienes, que resultan pobres y pequeños para una capacidad tan grande como es la del corazón humano.

Bienaventurados los pobres de espíritu... Y en el Magnificat de la Virgen escuchamos: Colmó de bienes a los hambrientos, y a los ricos los despidió sin nada11. ¡Cuántos se transforman en hombres vacíos, porque se sienten satisfechos con lo que ya tienen! El Señor nos invita a no contentarnos con la felicidad que nos pueden dar unos bienes pasajeros, y nos anima a desear aquellos que Él tiene preparados para nosotros.

III. Dice Jesús a quienes le siguen –en aquel tiempo y ahora– que no será obstáculo para ser felices el que los hombres os insulten, y os persigan, y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el Cielo12. Así como ninguna cosa de la tierra puede dar la felicidad que todo hombre busca, tampoco nada, si estamos unidos a Dios, puede quitárnosla. Nuestra felicidad y nuestra plenitud vienen de Dios. "¡Oh vosotros que sentís más pesadamente el peso de la cruz! Vosotros que sois pobres y desamparados, los que lloráis, los que estáis perseguidos por la justicia, vosotros sobre los que se calla, vosotros los desconocidos del dolor, tened ánimo; sois los preferidos del reino de Dios, el reino de la esperanza, de la bondad y de la vida; sois los hermanos de Cristo paciente, y con Él, si queréis, salváis el mundo"13.

Pidamos al Señor que transforme nuestras almas, que realice un cambio radical en nuestros criterios sobre la felicidad y la desgracia. Somos necesariamente felices si estamos abiertos a los caminos de Dios en nuestras vidas, y si aceptamos la buena nueva del Evangelio.

Y esto, también en el caso de que otras gentes parezcan conseguir todos los bienes que se pueden alcanzar en esta corta vida. No se debe tener al rico por dichoso solo por sus riquezas –dice San Basilio–; ni al poderoso por su autoridad y dignidad; ni al fuerte por la salud de su cuerpo; ni al sabio por su gran elocuencia. Todas estas cosas son instrumentos de la virtud para los que las usan rectamente; pero ellas, en sí mismas, no contienen la felicidad14. Sabemos que, muchas veces, estos mismos bienes se convierten en males y en desgracia para la persona que los posee y para los demás, cuando no están ordenados según el querer de Dios. Sin el Señor, el corazón se sentirá siempre insatisfecho y desgraciado.

Cuando para encontrar esa felicidad los hombres ensayamos otros caminos que no son los de la voluntad de Dios, que no son los que nos ha trazado el Maestro, al final solo se encuentra soledad y tristeza. La experiencia de todos los que no quisieron entender a Dios, que les hablaba de distintas maneras, ha sido siempre la misma: han comprobado que fuera de Dios no hay felicidad estable y duradera. Lejos del Señor solo se recogen frutos amargos y, de una forma u otra, se acaba como el hijo pródigo fuera de la casa paterna: comiendo bellotas y apacentando puercos15.

Son dichosos quienes buscan a Cristo, quienes piden y fomentan el deseo de santidad. En Cristo están ya presentes todos los bienes que constituyen la verdadera felicidad. ""Laetetur cor quaerentium Dominum" —Alégrese el corazón de los que buscan al Señor.

 

"—Luz, para que investigues en los motivos de tu tristeza"16.

Cuando falta la alegría, ¿no estará la causa en que, en esos momentos, no buscamos de verdad al Señor en el trabajo, en quienes nos rodean, en las contradicciones? ¿No será que no estamos todavía desprendidos del todo? ¡Que se alegren los corazones que buscan al Señor!

1 Mc 5, 1-2. — 2 Cfr. Sagrada Biblia, Santos Evangelios, EUNSA, 2ª ed., Pamplona 1985, nota a Mt 5, 2. — 3 Fray Justo Pérez de Urbel, Vida de Cristo, Rialp, Madrid 1987, p. 212. — 4 Ibídem, p. 214. — 5 Lc 6, 24-26. — 6 Sagrada Biblia, Santos Evangelios, cit., nota a Mt 5, 2. — 7 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 294. — 8 Cfr. J. Orlandis, 8 Bienaventuranzas, EUNSA, Pamplona 1982, p. 30. — 9 R. Garrigou-Lagrange, Las tres edades de la vida interior, vol. I, p. 188. — 10 Sof 2, 3; 3, 12-13. — 11 Lc 1, 53. — 12 Mt 5, 11-12. — 13 Conc. Vat. II, Mensaje a la Humanidad. A los pobres, a los enfermos, a todos los que sufren, 6. — 14 Cfr. San Basilio, Homilía sobre la envidia, en Cómo leer la literatura pagana, Rialp, Madrid 1964, p. 81. — 15 Cfr. Lc 15, 11 ss. — 16 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 666.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

 San Pedro Nolasco
 Fundador de la Comunidad de 
Padres Mercedarios 
(+1258)

Nació cerca de Barcelona, España, hacia 1189.

A los 15 años quedó huérfano de padre, y dueño de grandes posesiones. La madre le colaboró en todos sus deseos de hacer el bien y de obtener santidad.

Estando en edad de casarse hizo una peregrinación a la Virgen de Monserrat y allí se puso a pensar que las vanidades del mundo pasan muy pronto y no dejan sino insatisfacción y que en cambio lo que se hace para la vida eterna dura para siempre. Entonces promedió a la Virgen mantenerse puro y se le ocurrió una idea que iba a ser de gran provecho para muchas gentes.
En aquel tiempo la cuestión social más dolorosa era la esclavitud que muchísimos cristianos sufrían de parte de los mahometanos. Estos piratas llegaban a tierras donde había cristianos y se llevaban a todos los hombres que encontraban. Las penalidades de los prisioneros cristianos en las tenebrosas cárceles de los mahometanos sobrepasaban lo imaginable. Y lo más peligroso era que muchos perdían su fe, y su moralidad se dañaba por completo.

Esto fue lo que movió a Pedro Nolasco a gastar su gran fortuna en libertar al mayor número posible de esclavos cristianos. Cuando se le presentaba la ocasión de gastar una buena cantidad de dinero en obtener la libertad de algún cautivo recordaba aquella frase de Jesús en el evangelio: "No almacenen su fortuna en esta tierra donde los ladrones la roban y la polilla la devora y el moho la corroe. Almacenen su fortuna en el cielo, donde no hay ladrones que roben, ni polilla que devore ni óxido que las dañe". (Mt. 6,20) Y este pensamiento lo movía a ser muy generoso en gastar su dinero en ayudar a los necesitados.

Y sucedió que, según dicen las antiguas narraciones, que una noche (agosto de 1218) se apareció la Sma. Virgen a San Pedro Nolasco y al rey Jaime de Aragón (que era amiguísimo de nuestro santo) y les recomendó que fundaran una Comunidad de religiosos dedicados a libertar cristianos que estuvieran esclavos de los mahometanos.

Consultaron al director espiritual de juntos, que era San Raimundo de Peñafort, y éste los llevó ante el Sr. Obispo de Barcelona, al cual le pareció muy buena la idea y la aprobó. Entonces el militar Pedro Nolasco hizo ante el obispo sus tres votos o juramentos. de castidad, pobreza y obediencia, y añadió un cuarto juramento o voto: el de dedicar toda su vida a tratar de libertar cristianos que estuvieran siendo esclavos de los mahometanos. Este cuarto voto o juramento lo hacían después todos sus religiosos.

Los antiguos dicen que la Virgen les recomendó:

Fundad una asociación con hábito blanco y puro que sea defensa y muro de la cristiana nación.

San Raimundo predicó con gran entusiasmo en favor de esta nueva Comunidad y fueron muchos los hombres de buena voluntad que llegaron a hacerse religiosos. El vestido que usaban era una túnica blanca y una cruz grande en el pecho. San Pedro Nolasco fue nombrado Superior General de la Congregación y el Papa Gregorio Nono aprobó esta nueva Comunidad.

San Pedro Nolasco ayudó al rey Don Jaime a conquistar para los cristianos la ciudad de Valencia que estaba en poder de los mahometanos, y el rey, en agradecimiento, fundó en esa ciudad varias casas de la Comunidad de los Mercedarios.

El rey Jaime decía que si había logrado conquistar la ciudad de Valencia, ello se debía a las oraciones de Pedro Nolasco. Y cada vez que obtenía algún resonante truinfo lo atribuía a las oraciones de este santo.

San Pedro hizo viajes por muchos sitios donde los mahometanos tenían prisioneros cristianos, para conseguir su libertad. Y viajó hasta Argelia, que era un reino dominado por los enemigos de nuestra santa religión. Allá lo hicieron prisionero pero logró conseguir su libertad.

Como había sido un buen comerciante, organizó técnicamente por muchas ciudades las colectas en favor de los esclavos y con esto obtuvo abundante dinero con los cuales logró la libertad de muchísimos creyentes.

Poco antes de morir repitió las palabras del Salmo 76: "Tú, oh Dios, haciendo maravillas, mostraste tu poder a los pueblos y con tu brazo has rescatado a los que estaban cautivos y esclavizados". Tenía 77 años de edad.

Por su intercesión se obraron muchos milagros y el Sumo Pontífice lo declaró santo en 1628. La Comunidad fundada por él se dedica ahora a ayudar a los que están encarcelados. Es un apostolado maravilloso.

Jesús nos recuerda lo que prometió a quienes ayuden y consuelen a los encarcelados: "Estuve preso y me fuisteis a visitar. Todo el bien que le habéis hecho a cada uno de estos necesitados, lo recibe como si me lo hubierais hecho a Mí mismo (Mt. 25, 40).

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Fuente: Archidiócesis de Madrid
Radegunda de Treviño, Santa Virgen, 29 Enero  

Radegunda de Treviño, Santa

Se desconoce todo lo que se refiere a su nacimiento. El martirologio romano la llama Radegundis y es una de las gloriosas vírgenes que ha dado España.

Aparece como la última religiosa del monasterio de san Pablo, en Burgos, que perteneció a la Orden Premostratense. La extrema pobreza llevó a la extinción a este monasterio que quedó anexionado al de san Miguel de Treviño.

Llevada por sus deseos irresistibles de visitar los Santos Lugares de Roma, donde murieron tantos mártires y donde reside el Vicario de Cristo, marcha a la Ciudad Eterna. Tiene en su contra la poca salud que disfruta y los pocos medios de que dispone para tan largo, peligroso y costoso viaje; pero el fervor puede más que los miedos.

Saciada y llena de agradecimiento al Señor, animada por los besos puestos en las calles que pisaron los mártires, venerados los monumentos, regresa con numerosas reliquias. Ahora sólo quiere soledad y retiro.

Junto al monasterio de San Miguel habita en una pobre y mísera habitación que tiene un ventanuco por donde puede presenciar los santos oficios de la iglesia. No cambiaría aquel sitio por el mejor palacio. Sólo piensa en ser agradable a su Divino Esposo. Vive como los antiguos anacoretas del desierto y la gente del pueblo comenta con asombro sus penitencias, ayuno y oración.

Muere el 29 de enero del año 1152, cuando reina en Castilla Alfonso VI y es papa Eugenio III.

Es sepultada en la iglesia de San Miguel de Treviño donde sus reliquias son veneradas a través de los siglos.

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Sulpicio Severo, Santo Obispo de Bourges, 29 Enero  

Sulpicio Severo, Santo

Etimológicamente significa " caritativo" Viene de la lengua latina.

Sulpicio sufrió una gran transformación para mejor a lo largo de su vida. Llegada la edad normal, contrajo matrimonio con una joven de su ciudad, Agen (Lot- et –Garona), Francia hacia el año 353.

Las cosas no le iban mal pero no se sentía completamente en la felicidad en la que tanto soñaba y para la cual le llamaba Dios.

Era un buen abogado. Ganaba su buen dinero ya en aquel lejano tiempo. Pero no dejaba de pensar en el camino para escalar la perfección que sentía muy adentro.

Por eso, cuando menos se lo esperaba – tenía ya 35 años - habló con su mujer acerca de sus planes.

Todo el mundo, al enterarse, lo tomaron por loco. Sin embargo, su suegra – menos mal – fue la única que lo entendió muy bien.

No solamente aprobó su decisión, sino que incluso le hizo ofertas de tierras al lado de la bellísima ciudad medieval de Carcasona.

Le convenía mucho para su nueva vida y vocación.

Sulpicio se pasó en ese lugar todo el resto de su larga vida, rezando, haciendo penitencia y escribiendo muchos libros, basados en los estudios que iba haciendo de san Paulino de Nola, san Jerónimo y otros personajes célebres de tiempos anteriores.

De sus muchas obras tan sólo se conserva la biografía que escribió de su maestro y buen amigo san Martín.

Es el único documento que existe acerca del que llevó a Francia a la conversión.

Desde entonces, todos los que se dedicaban a escribir hagiografías lo imitaron de tal forma que parecían suyas.

San Gregorio de Tours, quien nos da el dato de su nombramiento a la sede de Tours (584) en vez de otros candidatos simoníacos, habla de San Sulpicio con gran respeto y nos dice que convocó un concilio provincial en Auvernia. El santo tomó también parte en el Concilio de Maçon, en 585.

No se sabe exactamente la edad que tenía cuando murió. Lo más probable, según sus hagiógrafos, es que debería rondar los 50 o los 80.

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Fuente: www.caminando-con-jesus.org
Valero, Santo Obispo de Zaragoza 29 de enero  

Valero, Santo

Obispo de Zaragoza 29 de enero



Los nombres de Valeriano, Valerio y Valero proceden de la noble estirpe romana de los Valerios, y derivan del verbo valere, de donde procede también el nombre de Valentín. En todos ellos subyace la idea de valiente, fuerte, eficaz, vigoroso.

OBISPO DE ZARAGOZA

San Valero, fue elegido obispo de Zaragoza, en el año 290, y dedicó su vida a predicar la fe cristiana y evangelizar a sus fieles. Había nacido en Zaragoza y murió desterrado en Anet (Eure y Loira), el año 315. Su biógrafo, el poeta cristiano-romano Prudencio, nos cuenta que pertenecía a la familia consular de los Valerios.

LA FORTALEZA CRISTIANA

Alcanzó una larga longevidad. Hubo de resistir durante su episcopado, la persecución de Diocleciano y Maximiano. Pero digno heredero de la tradición de fortaleza de los cristianos, sabiendo, como los mártires que le habían precedido, que estaba arriesgando su vida, no dejó nunca de predicar y de reconfortar a los perseguidos. Es el santo patrón de la ciudad de Zaragoza.

PERSEGUIDO POR DACIANO

Llegó a oídos de Daciano, gobernador de Hispania, que el obispo Valero y su diácono Vicente predicaban abiertamente la fe cristiana. Mandó detenerlos y conducirlos cargados de cadenas a Valencia, donde él residía. No se arredró Valero ante Daciano; pero éste, que entendía que hacer mártires cristianos fortalecía la fe que pretendía desarraigar, en vez de debilitarla; y no deseando ensañarse con un pobre anciano, lo condenó al destierro, reteniendo preso en Valencia a su discípulo y diácono Vicente, a que cruelmente martirizó.

DATOS ESCASOS DE SU VIDA

De su vida se nos han transmitido pocos datos, lo que no es extraño, teniendo en cuenta que estamos en los inicios del siglo IV. Los últimos años de su episcopado no podía cumplir con el cargo de la predicación, por un problema en la lengua, por lo que fue llamado "el tartamudo". Pero encontró un magnífico ayudante en el diácono Vicente, San Vicente Mártir, que fue traído por sus padres desde Huesca, para que lo educara. Como hemos dicho anteriormente en esta época, a principios del siglo IV, todo lo cristiano resultaba una clara amenaza para el imperio romano y Diocleciano y Maximino desencadenaron una cruel persecución contra la Iglesia, principalmente contra obispos, presbíteros y diáconos. Valero y Vicente fueron llevados prisioneros a Valencia para ser juzgados por un tribunal. Vicente halló el martirio y Valero fue desterrado a Enate, pueblo cercano a Barbastro. Como San Valero por su problema de locución, no se pronunció ante el tribunal valenciano, tomó Vicente la palabra y dirigió su atención principal hacia él, y pagó con la vida su discurso, siendo San Valero desterrado. CONCILIO DE ELVIRA

Sabemos que estuvo presente en el primer Concilio español del que existe noticia: el de Elvira, en Granada. Prudencio, en su Peristéphanon nos dice que Vicente, natural de Huesca y martirizado en Valencia era su diácono. Juntos fueron apresados en Zaragoza y le acompañó en su cautiverio hasta la ciudad del Turia durante la persecución de Diocleciano, y en donde salvó la vida, tal vez en vista de su ancianidad. Hubo más de un obispo cesaraugustano con el nombre de Valero, en la Edad Antigua. Y no hay duda -por las Actas del Concilio de Elvira- acerca de que era un Valero quien gobernaba la diócesis Zesarausgustana a comienzos del siglo IV.

RETIRADO A LA ORACION Y PENITENCIA

Valero se retiró al pueblo de Anet, donde se entregó unos doce años a la oración y penitencia en el templo que había hecho edificar en honor de su diácono el mártir Vicente, una vez conocido su martirio, hasta su fallecimiento en el año 315. Murió lleno de años y méritos. Su cuerpo fue sepultado cerca de Anet, en el castillo de Strada, de donde fue trasladado a Rota en 1065 y de allí a Zaragoza en 1170 por orden del rey Alfonso II de Aragón.

SUS RELIQUIAS

Después de la invasión musulmana, cuando acababa de nacer el Reino de Aragón, llegaron noticias de que se habían descubierto sus restos en el Pirineo. Se supuso que el obispo había sido exilado a aquellas tierras poco hospitalarias. En 1050, lo que se creyó que era su cuerpo venerable fue llevado a la sede episcopal de Roda de Isábena, entonces cabeza eclesial de Aragón. Sus reliquias, entonces muy veneradas y solicitadas, sufrieron varios traslados, sobre todo durante la ocupación de España por los árabes. Estuvieron primero en el castillo de Estrada y posteriormente fueron trasladados a Roda de Isábena, entonces cabeza eclesial de Aragón.

LA ENTRADA DE ALFONSO I

Cuando las tropas de Alfonso I y de Gastón de Bearn entraron en Zaragoza en 1118, la restauración de la diócesis cristiana exigía la presencia física de las reliquias de San Valero. El capítulo de Roda fue generoso y envió, en sucesivos momentos, primero un brazo y, más tarde, en 1170, ya bajo el cetro de Alfonso II, el cráneo del obispo confesor. Cuando Don Pedro de Luna fue elegido papa, regaló a la Seo, en 1397, el relicario para guardar el cráneo del obispo patrono y protector de Zaragoza. Hecho por orfebres y esmaltadores del taller de Aviñón, en plata sobredorada y con pedrerías, es una de las mejores piezas góticas que guarda Aragón

SU RETRATO EN EL MUSEO

Un retrato de San Valero, que reproduce los rasgos de Benedicto XIII, se guarda en el Museo Capitular de Zaragoza. Su festividad se celebra el día 29 de enero en la ciudad de Zaragoza, siendo este día el postre popular de todos los zaragozanos el típico "Roscón de San Valero". Ya es tradición que en la plaza del Pilar se reparta cada año un gran roscón bendecido y repartido entre 10.000 personas y que se coloca a las 10 de la mañana en la Plaza del Pilar.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01

Afraates, Santo Escritor Anacoreta, Enero 29  

 

Martirologio Romano: Cerca de Antioquía de Siria (hoy en Turquía), san Afraates, anacoreta, que, nacido y formado entre los persas, siguiendo las huellas de los magos se convirtió al Señor en Belén y se retiró a Edessa, viviendo en una pequeña casa fuera de las murallas. Más tarde, con su predicación y sus escritos defendió la fe católica contra los arrianos (c. 378).

 

Etimológicamente: Afraates = Aquel que vino de Africa, es de origen latino.

 

El más antiguo de los Padres de la Iglesia de Siria, es San Afraates, llamado "el Sabio persa" por los escritores sirios posteriores. Muy poco es lo que conocemos sobre su vida, De sus escritos podemos concluir que nació en el paganismo y que, al convertirse, abrazó la vida religiosa o de asceta. Poco tiempo después aparece ya cual figura prócer dentro de la Iglesia de Siria. Afraates cambió su nombre por el de Santiago. Ignoramos si esto aconteció al bautizarse, o si más bien tuvo lugar al ser consagrado obispo, conforme a una costumbre oriental, y no precisamente al iniciarse en las órdenes sagradas. El nombre de Santiago explicaría satisfactoriamente el que tanto Genadio como el traductor de las obras de Afraates al armenio le confundiesen con Santiago de Nísibe.

 

Sobre la duración de su vida y la fecha de su muerte no tenemos dato alguno preciso. Sin embargo, ateniéndonos a la ciencia de que él hace alarde, a su experiencia, al conocimiento de la Sagrada Escritura, es verosímil admitir que era de edad avanzada cuando, en 340, iniciaba en Persia el rey Sapor la persecución contra los cristianos. Por otra parte, Bar-Hebraeus nos presenta al escritor sirio como contemporáneo del obispo de Seleucia-Ctesifón, Papas. Ahora bien Papas, promotor de tantos disturbios en la Iglesia de mesopotámica, moría, según la cronología de Bar-Hebraeus, en 335. Estos datos concuerdan con los que el mismo Afraates nos ha transmitido en sus obras. Apoyados en tales pormenores nos permitimos proponer dos fechas que encierran la vida del escritor sirio: 280?-350?

 

Afraates es autor únicamente de 23 tratados o demostraciones, llamados erróneamente por algunos escritores homilías. Cada uno de estos tratados empieza por una letra del alfabeto siríaco, siguiendo el orden mismo del alfabeto. Las compuso en Persia bajo el reinado de Sapor. La fuerza y viveza de su estilo nos urge a pensar, cual lugar de redacción, en aquellas provincias iranianas fronterizas con el Imperio romano. Esta obra, dada a conocer por W. Cureton en 1855, tiene el gran mérito de ser el escrito más antiguo que poseemos íntegramente en siríaco.

 

Abarca diversos temas de carácter teológico, ascético y disciplinar. Varios tratados son de controversia. Polemiza con los judíos, que poseían en Persia y Mesopotámica grandes y célebres escuelas desde el tiempo de la cautividad. Afraates finge como interlocutor un "doctor judío" cuyos argumentos va refutando con brillantez.

 

De las 23 demostraciones nueve las escribió contra la estirpe israelita, tocando en ellas aquellos temas que más caracterizan la religiosidad del pueblo escogido: circuncisión, pascua, el sábado, alimentos legales, vocación de los gentiles, Cristo hijo de Dios, virginidad, persecución y restauración de la nación judía.

 

Otras diez son de carácter ascético-moral y expone temas tan sugestivos como el de la fe, caridad, ayuno, ascetas, penitentes, humildad, etc. Dos son circunstanciales, exhortando en una de ellas al clero y pueblo de Seleucia y Ctesifón, y en la otra sermonea sobre las guerras. Otras dos, por fin, son de sabor dogmático, discutiendo con los herejes en torno a la resurrección, la muerte y los últimos acontecimientos del fin del mundo. Compuso las diez primeras demostraciones en 336-337; las doce siguientes en 343-344 y la última en agosto del 345.

 

Realmente la obra de Afraates es una síntesis de toda la doctrina cristiana. Desde el punto de vista de la teología la labor del escritor sirio es pobre, sobre todo si se la compara con la de sus contemporáneos griegos y latinos. Sin embargo, tiene a su favor la gran valía de ser el testimonio más antiguo de la fe de su país. Es indiscutible también que sobre las materias por él tratadas su autoridad es considerable, porque vivía alejado del mundo romano y de las controversias doctrinales que surgieron a consecuencia del concilio de Nicea.

 

Apartado de la contienda, San Afraates, cumpliendo la misión del buen pastor, se esfuerza por vivir su fe y por hacerla vivir en todos los que le rodean. Sus comentarios a la Escritura son sencillos, pero eficaces y penetrantes. La obra de Afraates no está exenta de errores doctrinales, pero no es mancha ninguna; sus puntos de vista fueron luego compartidos por San Efrén y otros escritores de la época. Pese a estos insignificantes desaciertos dogmáticos Afraates es un gran defensor de la ortodoxia y el conocimiento de sus escritos presta al teólogo una buena ayuda.

 

Habla con bastante seguridad acerca de Dios, Santísima Trinidad, Jesucristo, sacramentos y alma. A la Santísima Virgen dedica pocas líneas, como, en general, todos los escritores sirios, pero nos ofrece un precioso testimonio cuando confiesa su perpetua virginidad y maternidad divina. María, nos dice San Afraates, agradó más a Dios que todos los justos. Otro gran pilar sobre el que se levanta la grandeza de María es su humildad. Los ángeles, mensajeros de Dios, le sirven, le presentan las oraciones de los hombres, guardan a los individuos y a los pueblos y conducen a la humanidad al juicio. Afraates es un defensor vigoroso de la divinidad de Jesús y de su filiación divina; sostiene también, con no menor pujanza, la divinidad del Espíritu Santo. Aunque con terminología imprecisa su doctrina es abiertamente conforme a los cánones de Nicea. Espléndido es asimismo el testimonio sobre el primado de San Pedro. Santiago y San Juan, nos dice, son las columnas de la Iglesia, pero San Pedro es el fundamento.

 

Un segundo aspecto que no puede olvidarse en la obra de San Afraates es el interés que ofrece al filólogo y al historiador. En los escritos del primero de los Padres sirios el filólogo tiene en sus manos la obra más antigua de la literatura siríaca; le ha de interesar necesariamente la gramática y el léxico como punto de partida de la tradición manuscrita de este país; otras obras, la Biblia por ejemplo, no son más que traducciones y no obras originales.

 

El historiador profano advertirá en la obra de nuestro Santo las controversias con los gnósticos y judíos, y no pocas alusiones a los acontecimientos de la época. El historiador eclesiástico encontrará en San Afraates los orígenes del monacato oriental, vestigios de la jerarquía y organización de la comunidad cristiana de esta época, clericato, sacramentos, fiestas y culto.

 

Otra faceta del Santo, la más descuidada por los escritores, es el considerarle como un gran maestro de vida espiritual. Sus demostraciones sobre la fe, caridad, penitencia, ayuno, oración, humildad. etc., rezuman sencillez y unción y despiden fuego. Tiene un sentido tan maravilloso de la mesura y de la bondad que recuerda la dulzura de San Francisco de Sales. Y la doctrina espiritual de San Afraates se hace todavía más importante porque tiene un carácter exclusivamente cristiano; nuestro Santo no ha sido influido por ninguna filosofía, un acontecimiento raro entre griegos y sirios.

 

San Afraates es modelo y un ejemplar bien alto del sacerdote consagrado a su ministerio. Vivió intensamente la vida de santidad, enseñó la fe, la predicó y polemizó por defenderla. Se entregó sin reserva a evangelizar a su País. Hecho todo para todos, con justicia la Iglesia le incluye entre sus santos Y con orgullo su patria le venera entre sus héroes.

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Fuente: Martirologio Romano

Otros Santos y Beatos

 

Santos Sarbelio, presbítero, y Bebaia, mártires

En la ciudad de Edessa, en Osroene (hoy Turquía), santos mártires Sarbelio, presbítero, y Bebaia, su hermana, que, bautizados por el santo obispo Barsimeo, por Cristo padecieron el martirio (c. 250).

 

Santos Papías y Mauro, mártires

En Roma, en el cementerio Mayor de la vía Nomentana, santos mártires Papías y Mauro, soldados (c. s. III).

 

San Constancio, obispo

En la ciudad de Perusa, en la Umbría (hoy Italia), san Constancio, obispo (c. s. III).

 

Santos Juventino y Maximino, mártires

En Antioquía de Siria (hoy en Turquía), santos Juventino y Maximino, mártires, que fueron coronados con el martirio en tiempo del emperador Juliano el Apóstata (363).

 

San Valerio, obispo

En Tréveris, ciudad de la Galia Bélgica (hoy Luxemburgo), san Valerio, segundo obispo que gobernó esta sede (s. III ex.).

 

San Gildas, el "Sabio", abad

En la Bretaña Menor (hoy Francia), san Gildas, apellidado "Sabio", abad, que escribió sobre la ruina de Bretaña, llorando las calamidades de su pueblo, increpando a la maldad de príncipes y clérigos. Fundó el monasterio de Rhuyis, junto al mar, y murió en la isla de Houat (570).

 

Beata Villana de Bottis, penitente

En Florencia, ciudad de la Toscana (hoy Italia), beata Villana de Bottis, madre de familia, la cual, abandonando la vida mundana que llevaba, vistió el hábito de las Hermanas de la Penitencia de Santo Domingo y se distinguió por su asidua meditación de Cristo crucificado, por la austeridad de vida y por pedir limosna por la calles en favor de los pobres (1361).

 

Beata Boleslava María Lament, virgen fundadora

En la ciudad de Bialystok, en Polonia, beata Boleslava María Lament, virgen, que, en un período de cambios políticos, fundó la Congregación de las Hermanas Misioneras de la Sagrada Familia, para fomentar la unión de los cristianos, ayudar a los marginados y educar cristianamente a las jóvenes (1946).

 

San Serrano o Serano, obispo

Conmemoración de san Serrano o Serano, obispo, que desde el siglo XI está sepultado en la catedral de Oviedo (s. inc.). ___________________________________________________________________________________________

 

Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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