miércoles, 19 de abril de 2017

[ † ] Miércoles de San José. 19/04/2017. San León IX ¡ruega por nosotros!

JA

JMJ

Pax

Lo reconocieron al partir el pan

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 24, 13-35

Gloria a ti, Señor.

El mismo día de la resurrección, dos de los discípulos se dirigían a un pueblo llamado Emaús, que dista de Jerusalén unos once kilómetros. Iban hablando de todos estos sucesos. Mientras hablaban y se hacían preguntas, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos estaban tan cegados, que no eran capaces de reconocerlo. El les dijo:
"¿Qué es lo que vienen conversando por el camino?"
Ellos se detuvieron entristecidos, y uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió:
"¿Eres tú el único en Jerusalén que no sabe lo que ha pasado allí estos días?"
El les preguntó:
"¿Qué ha pasado?"
Ellos respondieron:
"Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras ante Dios y ante todo el pueblo. ¿No sabes que los sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para que lo condenaran a muerte y lo crucificaran? Nosotros esperábamos que él fuera el libertador de Israel. Y, sin embargo, ya hace tres días que ocurrió esto. Es cierto que algunas de nuestras mujeres nos han sorprendido, porque fueron
temprano al sepulcro y no encontraron su cuerpo. Hablaban incluso de que se les habían aparecido unos ángeles que decían que está vivo. Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y hallaron todo como las mujeres decían; pero a él no lo vieron".
Entonces Jesús les dijo:
"¡Qué torpes son para comprender, y qué duros son para creer lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías sufriera todo esto para entrar en su gloria?"
Y comenzando por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó lo que decían de él las Escrituras. Al llegar al pueblo adonde iban, Jesús hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le insistieron diciendo:
"Quédate con nosotros, porque es tarde y está anocheciendo".
Y entró para quedarse con ellos. Cuando estaba sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y lo dio a ellos. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero Jesús desapareció de su lado. Y se dijeron uno a otro:
"¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?"
En aquel mismo instante se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once y a todos los demás, que decían:
"Es verdad, el Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón".
Ellos, por su parte, contaban lo que les había ocurrido cuando iban de camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

 

mie 8a. de Pascua

Antífona de Entrada

Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. Aleluya.

 

Se dice "Gloria".

Oración Colecta

Oremos:
Dios nuestro, que nos concedes cada año la alegría de revivir la resurrección del Señor, haz que el júbilo de estos días alcance su plenitud en la Pascua del cielo.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Te voy a dar lo que tengo: En el nombre de Jesús, camina

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 3, 1-10

En aquel tiempo, Pedro y Juan subían al templo a la hora de la oración, hacia las tres de la tarde. Había allí un hombre paralítico de nacimiento, a quien todos los días llevaban y colocaban junto a la puerta Hermosa del templo para pedir limosna a los que entraban. Al ver que Pedro y Juan iban a entrar al templo, les pidió limosna. Pedro, acompañado de Juan, lo miró fijamente y le dijo:
"Míranos".
El los miró esperando recibir algo de ellos. Pedro le dijo:
"No tengo oro ni plata, pero te doy lo que tengo: en nombre de Jesucristo Nazareno, camina".
Y tomándolo de la mano derecha, lo levantó.
Inmediatamente sus pies y sus tobillos se fortalecieron, se puso en pie y comenzó a caminar. Luego entró con ellos en el templo caminando, saltando y alabando a Dios. Todo el pueblo lo vio
caminar y alabar a Dios. Al darse cuenta de que era el mismo que se sentaba junto a la puerta Hermosa para pedir limosna, se llenaron de admiración y asombro por lo que le había sucedido.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Sal 104, 1-2.3-4.6-7.8-9

La misericordia del Señor llena la tierra.

Den gracias al Señor, invoquen su nombre, publiquen entre los pueblos sus proezas, cántenle, toquen en su honor, proclamen sus maravillas.
La misericordia del Señor llena la tierra.

Gloríense de su nombre santo, que se alegren los que buscan al Señor. Recurran al Señor y a su poder, busquen su rostro sin descanso.
La misericordia del Señor llena la tierra.

Descendencia de Abrahán, su siervo, hijos de Jacob, su elegido: el Señor es nuestro Dios, en toda la tierra están en vigor sus decretos.
La misericordia del Señor llena la tierra.

El se acuerda de su alianza eternamente, de la palabra que ha dado por mil generaciones; del pacto concluido con Abrahán, y del juramento que hizo a Isaac.
La misericordia del Señor llena la tierra.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Este es el día que actuó el Señor; sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Aleluya.

Evangelio

Lo reconocieron al partir el pan

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 24, 13-35

Gloria a ti, Señor.

El mismo día de la resurrección, dos de los discípulos se dirigían a un pueblo llamado Emaús, que dista de Jerusalén unos once kilómetros. Iban hablando de todos estos sucesos. Mientras hablaban y se hacían preguntas, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos estaban tan cegados, que no eran capaces de reconocerlo. El les dijo:
"¿Qué es lo que vienen conversando por el camino?"
Ellos se detuvieron entristecidos, y uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió:
"¿Eres tú el único en Jerusalén que no sabe lo que ha pasado allí estos días?"
El les preguntó:
"¿Qué ha pasado?"
Ellos respondieron:
"Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras ante Dios y ante todo el pueblo. ¿No sabes que los sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para que lo condenaran a muerte y lo crucificaran? Nosotros esperábamos que él fuera el libertador de Israel. Y, sin embargo, ya hace tres días que ocurrió esto. Es cierto que algunas de nuestras mujeres nos han sorprendido, porque fueron
temprano al sepulcro y no encontraron su cuerpo. Hablaban incluso de que se les habían aparecido unos ángeles que decían que está vivo. Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y hallaron todo como las mujeres decían; pero a él no lo vieron".
Entonces Jesús les dijo:
"¡Qué torpes son para comprender, y qué duros son para creer lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías sufriera todo esto para entrar en su gloria?"
Y comenzando por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó lo que decían de él las Escrituras. Al llegar al pueblo adonde iban, Jesús hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le insistieron diciendo:
"Quédate con nosotros, porque es tarde y está anocheciendo".
Y entró para quedarse con ellos. Cuando estaba sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y lo dio a ellos. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero Jesús desapareció de su lado. Y se dijeron uno a otro:
"¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?"
En aquel mismo instante se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once y a todos los demás, que decían:
"Es verdad, el Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón".
Ellos, por su parte, contaban lo que les había ocurrido cuando iban de camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

No se dice "Credo".

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, este sacrificio, con el que has redimido a todos los seres humanos, y concédenos la salvación del cuerpo y del espíritu.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

El misterio Pascual

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor; pero más que nunca en este día en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Porque él es el verdadero Cordero que quitó el pecado del mundo; muriendo destruyó nuestra muerte, y resucitando restauró la vida.
Por eso,
con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría, y también los coros
celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:

Antífona de la Comunión

Los discípulos reconocieron al Señor Jesús al partir el pan. Aleluya.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Te rogamos, Señor, que purificados ya de nuestras pasadas culpas, la participación en este sacramento de tu Hijo nos transforme en seres humanos nuevos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

Octava de Pascua. Miércoles

DEJARSE AYUDAR

— En el camino de Emaús. Jesús vive y está a nuestro lado.

— Cristo nunca abandona a los suyos, no le abandonemos nosotros. La virtud de la fidelidad. Ser fieles en lo pequeño.

— La virtud de la fidelidad debe informar todas las manifestaciones de la vida del cristiano.

I. El Evangelio de la Misa de hoy nos presenta otra aparición de Jesús el mismo día de Pascua por la tarde.

Dos discípulos se dirigen a su aldea, Emaús, perdida la virtud de la esperanza porque Cristo, en quien habían puesto todo el sentido de su vida, ha muerto. El Señor, como si también Él fuese de camino, les da alcance y se une a ellos sin ser reconocido1. La conversación tiene un tono entrecortado, como cuando se habla mientras se camina. Hablan entre sí de lo que les preocupa: lo ocurrido en Jerusalén la tarde del viernes, la muerte de Jesús de Nazaret. La crucifixión del Señor había supuesto una grave prueba para las esperanzas de todos aquellos que se consideraban sus discípulos y que, en un grado o en otro, habían depositado en Él su confianza. Todo se había desarrollado con gran rapidez, y aún no se han recobrado de lo que habían visto sus ojos.

Estos que regresan a su aldea, después de haber celebrado la fiesta de la Pascua en Jerusalén, muestran su inmensa tristeza, su desesperanza y desconcierto a través de la conversación: Nosotros esperábamos que había de redimir a Israel, dicen. Ahora hablan de Jesús como de una realidad pasada: Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso... "Fijaos en este contraste. Ellos dicen: (...) "¡Que fue!"... ¡Y lo tienen al lado, está caminando con ellos, está en su compañía indagando la razón, las raíces íntimas de su tristeza!

""Que fue...", dicen ellos. Nosotros, si hiciéramos un sincero examen, un detenido examen de nuestra tristeza, de nuestros desalientos, de nuestro estar de vuelta de la vida, encontraríamos una clara vinculación con ese pasaje evangélico. Comprobaríamos que espontáneamente decimos: "Jesús fue...", "Jesús dijo...", porque olvidamos que, como en el camino de Emaús, Jesús está vivo a nuestro lado ahora mismo. Este redescubrimiento aviva la fe, resucita la esperanza, es hallazgo que nos señala a Cristo como gozo presente: Jesús es, Jesús prefiere; Jesús dice; Jesús manda, ahora, ahora mismo"2. Jesús vive.

Conocían estos hombres la promesa de Cristo acerca de su Resurrección al tercer día. Habían oído por la mañana el mensaje de las mujeres que han visto el sepulcro vacío y a los ángeles. Habían tenido suficiente claridad para alimentar su fe y su esperanza; sin embargo, hablan de Cristo como de algo pasado, como de una ocasión perdida. Son la imagen viva del desaliento. Su inteligencia está a oscuras y su corazón embotado.

Cristo mismo –a quien al principio no reconocen, pero cuya compañía y conversación aceptan– les interpreta aquellos acontecimientos a la luz de las Escrituras. Con paciencia, les devuelve la fe y la esperanza. Y aquellos dos recuperan también la alegría y el amor: ¿No es verdad –dicen más tarde– que sentíamos abrasarse nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?3.

Es posible que nosotros también nos encontremos alguna vez con el desaliento y la falta de esperanza ante defectos que no acabamos de desarraigar, ante dificultades en el apostolado o en el trabajo que nos parecen insuperables... En esas ocasiones, si nos dejamos ayudar, Jesús no permitirá que nos alejemos de Él. Quizá sea en la dirección espiritual donde, al abrir el alma con sinceridad, veamos de nuevo al Señor. Con Él vienen siempre la alegría y los deseos de recomenzar cuanto antes: Y se levantaron a toda prisa y regresaron a Jerusalén... Pero es necesario dejarse ayudar, estar dispuestos a ser dóciles a los consejos que recibimos.

II. La esperanza es la virtud del caminante que, como nosotros, todavía no ha llegado a la meta, pero sabe que siempre tendrá los medios para ser fiel al Señor y perseverar en la propia vocación recibida, en el cumplimiento de los propios deberes. Pero hemos de estar atentos a Cristo, que se acerca a nosotros en medio de nuestras ocupaciones, y "agarrarnos a esa mano fuerte que Dios nos tiende sin cesar, con el fin de que no perdamos el punto de mira sobrenatural; también cuando las pasiones se levantan y nos acometen para aherrojarnos en el reducto mezquino de nuestro yo, o cuando –con vanidad pueril– nos sentimos el centro del universo. Yo vivo persuadido de que, sin mirar hacia arriba, sin Jesús, jamás lograré nada; y sé que mi fortaleza, para vencerme y para vencer, nace de repetir aquel grito: todo lo puedo en Aquel que me conforta (Flp 4,13), que recoge la promesa segura de Dios de no abandonar a sus hijos, si sus hijos no le abandonan"4.

El Señor nos habla con frecuencia de fidelidad a lo largo del Evangelio: nos pone como ejemplo al siervo fiel y prudente, al criado bueno y leal en lo pequeño, al administrador fiel, etcétera. La idea de la fidelidad penetra tan hondo dentro del cristiano que el título de fieles bastará para designar a los discípulos de Cristo5.

A la perseverancia se opone la inconstancia, que inclina a desistir fácilmente de la práctica del bien o del camino emprendido, al surgir las dificultades y tentaciones. Entre los obstáculos más frecuentes que se oponen a la perseverancia fiel está, en primer lugar, la soberbia, que oscurece el fundamento mismo de la fidelidad y debilita la voluntad para luchar contra las dificultades y tentaciones. Sin humildad, la perseverancia se torna endeble y quebradiza. Otras veces, lo que dificulte la lealtad a los compromisos contraídos, será el propio ambiente, la conducta de personas que tendrían que ser ejemplares y no lo son y, por eso mismo, parece querer dar a entender que el ser fiel no es un valor fundamental de la persona.

En otras ocasiones, los obstáculos pueden tener su origen en el descuido de la lucha en lo pequeño. El mismo Señor nos ha dicho: Quien es fiel en lo pequeño, también lo es en lo grande6. El cristiano que cuida hasta los pequeños deberes de su trabajo profesional (puntualidad, orden...); el que lucha por mantener la presencia de Dios durante la jornada; el que guarda con naturalidad los sentidos; el marido leal con su esposa en los pequeños incidentes de la vida diaria; el estudiante que prepara sus clases cada día..., esos están en camino de ser fieles cuando sus compromisos requieran un auténtico heroísmo.

La fidelidad hasta el final de la vida exige la fidelidad en lo pequeño de cada jornada, y saber recomenzar de nuevo cuando por fragilidad hubo algún descamino. Perseverar en la propia vocación es responder a las llamadas que Dios hace a lo largo de una vida, aunque no falten obstáculos y dificultades y, a veces, incidentes aislados de cobardía o derrota. El llamamiento de Cristo exige una respuesta firme y continuada y, a la vez, penetrar más profundamente en el sentido de la Cruz y en la grandeza y en las exigencias del propio camino.

III. Esta virtud de la fidelidad debe informar todas las manifestaciones de la vida del cristiano: relaciones con Dios, con la Iglesia, con el prójimo en el trabajo, en sus deberes de estado y consigo mismo. Es más, el hombre vive la fidelidad en todas sus formas cuando es fiel a su vocación, y es de su fidelidad al Señor de donde se deduce, y a la que se reduce, la fidelidad a todos sus compromisos verdaderos. Fracasar, pues, en la vocación que Dios ha querido para nosotros es fracasar en todo. Al faltar la fidelidad al Señor, todo queda desunido y roto. Aunque luego Él, en su misericordia, puede recomponerlo todo, si el hombre, humildemente, se lo pide.

Dios mismo sostiene constantemente nuestra fidelidad, y cuenta siempre con la flaqueza humana, los defectos y las equivocaciones. Está dispuesto a darnos las gracias necesarias, como a aquellos dos de Emaús, para salir adelante en todo momento, si hay sinceridad de vida y deseos de lucha. Y ante el aparente fracaso de muchas tentativas (si lo hubiera), debemos recordar que Dios, más que el "éxito", lo que mira con ojos amorosos es el esfuerzo continuado en la lucha.

De este modo, perseverando con la ayuda de Dios en lo poco de cada día, lograremos oír al final de nuestra vida, con gozosísima dicha, aquellas palabras del Señor: Muy bien, siervo bueno y fiel; has sido fiel en lo poco, te constituiré sobre lo mucho; entra en el gozo de tu Señor7.

Es muy posible que nosotros también nos encontremos con personas que han perdido el sentido sobrenatural de su vida, y tendremos que llevarlas –en nombre del Señor– a la luz y a la esperanza. Porque es mucha la tibieza en el mundo, mucha la oscuridad, y la misión apostólica del cristiano es continuación de la de Jesús, concretada en aquellas personas entre las que transcurre su vida.

Al terminar nuestra oración también le decimos nosotros a Jesús: Quédate con nosotros, porque se hace de noche. Quédate con nosotros, Señor, porque sin Ti todo es oscuridad y nuestra vida carece de sentido. Sin Ti, andamos desorientados y perdidos. Y contigo todo tiene un sentido nuevo: hasta la misma muerte es otra realidad radicalmente diferente. Mane nobiscum, quoniam advesperascit et inclinatus est iam dies. Quédate, Señor, con nosotros..., recuérdanos siempre las cosas esenciales de nuestra existencia..., ayúdanos a ser fieles y a saber escuchar con atención el consejo sabio de aquellas personas en las que Tú te haces presente en nuestro continuo caminar hacia Ti. ""Quédate con nosotros, porque ha oscurecido..." Fue eficaz la oración de Cleofás y su compañero.

"—¡Qué pena, si tú y yo no supiéramos "detener" a Jesús que pasa!, ¡qué dolor, si no le pedimos que se quede!"8.

1 Lc 24, 13-35. — 2 A. Gª Dorronsoro, Dios y la gente, Rialp, Madrid 1973, p. 103. — 3 Lc 24, 32. — 4 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 213. — 5 Cfr. Hech 10, 45; 2 Cor 6, 15; Ef 1, 1. — 6 Lc 16, 10. — 7 Mt 25, 21-23. — 8 San Josemaría Escrivá, Surco, n. 671.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

León IX, Papa CLII Papa, Abril 19  

León IX, Papa

CLII Papa

Se llamaba Bruno de Dagsburgo y estaba emparentado con la familia real de Alemania. Había nacido en 1002, en Alsacia, de un hogar cristiano y muy culto.

A temprana edad comenzó a estudiar en la escuela episcopal de Toul, y ya en su juventud dio muestras de estar dotado de notables cualidades. En este tiempo, padeció de una grave enfermedad, cuya curación se atribuyó a san Benito. Desde entonces profesó una especial devoción al santo patriarca.

Canónigo de la iglesia de san Esteban, en Toul, a la muerte del obispo de dicha ciudad fue designado para sucederlo. Un año después su pariente Conrado II - llamado el Sálico, fundador de la casa de Franconia - se hizo proclamar en Italia emperador romano.

Bruno fue un obispo enérgico y austero, que restauró la disciplina un tanto alicaída de los monasterios y defendió con firmeza los derechos de la Iglesia. A la muerte del papa Dámaso II, en 1048, se eligió a Bruno para ocupar el solio pontificio, siendo coronado a comienzos del año siguiente con el nombre de León IX. En este nuevo y alto cargo desplegó una intensa actividad. Promovió la reforma del clero y las buenas costumbres del pueblo; convocó varios sínodos diocesanos que condenaron severamente la simonía y la venta de indulgencias, práctica entonces muy arraigada, y trató de intensificar la vida monacal. Se mantuvo en permanente contacto con san Hugo, abad de Cluny, y con Halinard, arzobispo de Lyon, organizador de uno de los movimientos reformistas de Francia. Al mismo tiempo, llamó a su lado como colaboradores a los hombres más eminentes del clero, entre ellos al monje Hildebrando, futuro san Gregorio VII, el pontífice más grande de su siglo y uno de los mayores en toda la historia de la Iglesia.

Realizó numerosos viajes, visitando las distintas diócesis, en ocasiones, para reconciliar a soberanos enemistados. Cruzó los Alpes, llegó a Sajonia, luego a Colonia, a Toul, a Reims, a Metz, a Magnucia.

San León IX había sido designado sumo pontífice por su pariente el emperador Enrique III, hijo y sucesor de Conrado II. Sin embargo, él fue el primero en proponer que en el futuro los papas fuesen elegidos entre los cardenales. Tal disposición se hizo definitivamente efectiva en 1059.

Miguel Cerulario, patriarca de Constantinopla, censuró a la Iglesia de Occidente a causa de algunas normas disciplinarias y litúrgicas que diferían de las de Oriente. Era un pretexto para realizar la separación y situarse a la cabeza de la Iglesia Griega. San León IX le escribió una notable carta y envió una embajada a Constantinopla, pero no pudo evitar el cisma, que se produjo en 1054.

Enfermo, sintió que la muerte estaba cercana. Colocado su lecho junto al altar mayor de San Pedro, como era su deseo, murió el 19 de abril de 1054.

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Fuente: Corazones.org
Expedito, Santo Mártir, Abril 19  

Mártir

San Expedito fue comandante de una legión romana y como tal defendió al Imperio ante las invasiones de los Bárbaros. Al convertirse en cristiano fue martirizado (posiblemente por orden del emperador Diocleciano) en Melitene, Armenia (hoy Malatya, Turquía). Junto con él murieron sus compañeros de armas: Caio, Gálatas, Hermógenes, Aristónico y Rufo. Muchos otros mártires dieron gloria a Dios en su época, entre ellos Santa Filomena y San Jorge.

Según la tradición, en el momento de la conversión, se le acercó el demonio, en forma de un cuervo que le gritaba "cras, cras cras" (En latín significa "Mañana, Mañana, Mañana"). Así trataba de persuadirlo a que dejase su decisión para después ya que el demonio sabe que lo que se deja para mañana hay mucha posibilidad de que se quede sin hacer. Pero Expedito aplastó al cuervo tentador con prontitud diciendo "¡HODIE, HODIE, HODIE!" (HOY, HOY, HOY). No dejaré nada para mañana, a partir de HOY seré cristiano". Así se convirtió en soldado de Cristo, utilizando desde ese momento su valor y disciplina para el Reino de Dios.

Aunque se desconoce el origen su nombre, aparece en la Martiriología Romana junto a Hermógenes y compañeros. Su nombre es sinónimo con prontitud y se le tiene por gran y pronto intercesor.

A san Expedito se le invoca en problemas urgentes. Debemos saber que lo mas importante es renunciar a la vida de pecado y decidirnos cabalmente por Cristo. Seamos pues inspirados por su prontitud y valor al seguir a Cristo en tan difíciles circunstancias cuando los cristianos eran perseguidos a muerte. Que nosotros también digamos "HOY" a Jesús y aplastemos los engaños del tentador.

También se le venera como protector de jóvenes, estudiantes, enfermos, problemas laborales y de familia, y juicios.

Se alega que el santo aparece como un error de escribano cuando, en el siglo XIX, una caja de reliquias fue enviada a monjas francesas con la anotación: "expedir". Sheppard (1969). Pero esta hipótesis no puede ser cierta ya que Expedito era conocido en el siglo XVIII

Expedito, Santo

en Alemania y Sicilia y se le invocaba en casos de urgencia (Attwater).

En la iconografía, Expedito es representado como un soldado con una cruz en la que esta escrito "Hodie" (Hoy) y la hoja de palma (martirio). A sus pies hay un cuervo y la palabra "cras" (mañana).

Aunque no aparece en el actual calendario litúrgico no deja de ser un santo reconocido por la Iglesia.

ORACION A SAN EXPEDITO
PARA VENCER LAS PRUEBAS


¡Señor Jesús acudo a tu auxilio!
¡Virgen Santísima socórreme!
San Expedito, tu que lleno de valor abrirste tu corazón a la gracia de Dios
y no te dejaste llevar por la tentación de postergar tu entrega,
ayúdame a no dejar para mañana lo que debo hacer hoy por amor a Cristo.
Ayúdame desde el cielo a renunciar a todo vicio y tentación con el poder que Jesús me da.
Que sea yo diligente, valiente y disciplinado al servicio del Señor,
y no me acobarde ante las pruebas.
Tú que eres el santo de las causas urgentes,
te presento mi necesidad (intención).
Sobre todo te pido que intercedas por mi para que persevere en la fe,
y así llegue al gozo del cielo con Cristo,
con la Virgen María, los ángeles y los santos.
Amén

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Emma de Sajonia, Santa Joven noble, Abril 19  

Emma de Sajonia, Santa

Joven Noble

Etimológicamente significa "Dios con nosotros", de la lengua hebrea; "gentil, fraterna", de la lengua alemana.

Los creyentes intentan hacer un mundo más habitable, comprender por la confianza del corazón, vivir de la realidad del perdón...Todo esto les hacen creadores con Dios. Si la pasión del perdón se convirtiese en un fuego para ti, encenderías la llama de comunión en la noche de los pueblos.

Esta joven alemana fue hermana del obispo de Paderbon. Se casó con el conde Ludgero de Sajonia.

Cuando se visita el monasterio de san Ludgero en Werdem, en el Ruhr, cerca de Dusseldorf, se puede ver la mano de la santa prodigiosamente intacta.

La Historia Eclesiástica, escrita por el Adán de Bremen, nos habla de una joven noble senadora y hermana de Meinwerk, el obispo.

Una vez que se quedó viuda, todavía joven y bella, tuvo algunos pretendientes., pero los rechazó a todos para seguir su nuevo programa de vida, consistente en la dedicación plena a obras de caridad.

Era austera e intransigente consigo misma pero generosa en darse y en dar cuanto poseía a los pobres.

Tenía sus dificultades interiores. Hay que tener en cuenta de que estuvo casada y que era atractiva. Sin embargo, ella tuvo presente las palabras de san Bernardino de Siena:"Aprende a vivir como una religiosa, permanece viuda y entrégate a servir a Dios como puedas, dedícale todo el tiempo de tu vida".

Emma eligió la carrera de la perfección personal haciendo mucha oración simultaneada con las obras de caridad y la práctica de otras virtudes. Murió tal día como hoy del año 1040.

Millones de cristianos la honran con culto. Su cuerpo, con la mano intacta, se conserva en la catedral de Bremen.

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Fuente: Franciscanos.net
Conrado de Ascoli, Beato Religioso Franciscano, Abril 19  

Conrado de Ascoli, Beato

Sacerdote de la Primera Orden

Nació en Ascoli Piceno, de la familia Miliani, el 18 de septiembre de 1234. Junto con Jerónimo Masci, el futuro Nicolás IV, se hizo religioso en Ascoli y estudió en el Sacro convento de Asís y en Perusa, donde obtuvo el título de doctor.

Siempre en compañía de su amigo Jerónimo Masci, enseñó luego en las escuelas de la Orden en Roma, Y cuando Jerónimo fue hecho Ministro general de la Orden, Conrado obtuvo de él licencia para ir como misionero al Africa. Recorrió evangelizando varias regiones de Libia y fue el primer misionero y explorador de Cirenaica.

Cuando Nicolás III encargó a Masci inducir al rey de Francia a desistir de la guerra contra España, le asignó por compañero a Conrado. Resuelta felizmente la misión de paz, regresaron a Roma, donde Masci en 1278 fue nombrado cardenal.

Conrado, después de una permanencia de dos años en Roma, fue enviado a París para enseñar teología en la Universidad de dicha ciudad, donde se mostró como insigne maestro. En 1288, Jerónimo Masci fue elevado al trono pontificio con el nombre de Nicolás IV, y llamó a su lado a Conrado para aprovechar sus luminosos
consejos.

Cuando oyó rumores de su inminente elevación al cardenalato, que se habían difundido en el ambiente parisino, él respondió en el discurso de despedida en una plaza pública exhortando a todos a amar las virtudes cristianas, sobre todo la vida oculta. Extenuado por el largo viaje, a principios de marzo llegó a Ascoli, donde fue recibido con grandes honores. Un mes después enfermó y predijo el día y hora de su muerte.

Cuando se agravó el mal, recibió con angelical fervor los últimos sacramentos, se hizo colocar sobre el desnudo suelo y se durmió serenamente en el Señor. Era el 19 de abril de 1289. Tenía 55 años.

Nicolás IV sintió profundamente su muerte, y, confirmando que había tenido la intención de hacerlo cardenal, ordenó que se levantara un solemne mausoleo sobre su tumba en San Lorenzo delle Piagge. Después sus despojos mortales fueron transportados a la iglesia de San Francisco (mayo 28 de 1371).

Entre las virtudes practicadas por Conrado, fue característica la de la penitencia: revestido de un áspero hábito, caminaba con los pies descalzos, descansaba solamente unas pocas horas en una dura tabla, ayunaba a pan y agua cuatro de los siete días de la semana. Como base de su apostolado había puesto la devoción a la Santísima Trinidad, gracias a la cual obtuvo curaciones de toda clase y dos casos de resurrección de muertos.

Florecieron mientras vivía aún, muchas leyendas sobre su santidad. Se le rindió culto popular desde tiempo inmemorial en las Marcas y en las diversas familias de la Orden minorítica.

Pío VI concedió Oficio y Misa en su honor el 30 de agosto de 1783.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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