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Dice MarÃa: "El Santo
Rosario es el arma a la cual le teme el enemigo, es también el
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Promesa
hecha el 25 de febrero de 1949
“Hija mÃa, haz que yo sea amado, consolado y reparado en mi EucaristÃa. Haz saber en mi nombre que cuantos hagan bien la comunión con sincera humildad, fervor y amor, durante los primeros jueves de mes consecutivos y pasen una hora de Adoración ante mi sagrario en Ãntima unión conmigo, les prometo el Cielo.
Di que honren, por medio de la EucaristÃa, mis santas llagas, honrando primero la de mi sagrada espalda, tan poco recordada.
Quien al recuerdo de mis llagas una la de los dolores de mi Madre bendita y por ellos nos pida gracias espirituales o corporales, tiene mi promesa que serán concedidas, a menos que no sean daño para sus almas. En el momento de la muerte traeré conmigo a mi SantÃsima Madre para defenderlos”.
“Hija mÃa, haz que yo sea amado, consolado y reparado en mi EucaristÃa. Haz saber en mi nombre que cuantos hagan bien la comunión con sincera humildad, fervor y amor, durante los primeros jueves de mes consecutivos y pasen una hora de Adoración ante mi sagrario en Ãntima unión conmigo, les prometo el Cielo.
Di que honren, por medio de la EucaristÃa, mis santas llagas, honrando primero la de mi sagrada espalda, tan poco recordada.
Quien al recuerdo de mis llagas una la de los dolores de mi Madre bendita y por ellos nos pida gracias espirituales o corporales, tiene mi promesa que serán concedidas, a menos que no sean daño para sus almas. En el momento de la muerte traeré conmigo a mi SantÃsima Madre para defenderlos”.
Resumen
de las condiciones
a)
comunión
con sincera humildad, fervor y amor al menos dos primeros
jueves de mes
seguidos
b)
una
hora de adoración al SantÃsimo Sacramento
c)
honrando
la llaga de la espalda y las demás (por ejemplo, las de los
clavos y la lanza)
Beata
Alexandrina Maria da Costa
Nace en el año 1904 en Balasar (diócesis de Braga), pequeño centro rural, en Portugal, y muere en el mismo lugar en 1955, cuando tenÃa 51 años de edad.
También ella tiene en su vida puntos de semejanza con Teresa Neumann, Marthe Robin y el Padre PÃo. No tenÃa los estigmas visibles pero durante 30 años permanece inmovilizada en el lecho. A menudo revivÃa la Pasión del Señor, en forma tan patética que impresionaba grandemente a quienes asistÃan. Diariamente tenÃa diálogos con Jesús y con la Virgen. Como Marthe, como el P. PÃo, era asaltada y golpeada por Satanás y los espÃritus del mal.
Alexandrina, hija de madre soltera, crece en medio de grandes dificultades económicas y también psicológicas por su falta de padre y lo que el medio condicionaba en ella por su circunstancia. Sin embargo, su carácter era abierto, vivaz, optimista. De su madre recibió educación religiosa seria y profunda. Fue a la escuela sólo durante un año y medio. A los ocho años empezó a trabajar bajo patrón. A los 12 fue vÃctima de una muy grave enfermedad y corrió el riesgo de morir. A los 14 era una señorita y de su persona, fina y delicada, emanaba gran fascinación. En una ocasión unos individuos trataron, tres en total, tomaron por asalto la casa de Alexandrina, cuando ella, su hermana y una amiga estaban empeñadas en la costura, con la intención de violarlas. Alexandrina, para salvar su pureza, no hesitó en lanzarse por la ventana y como consecuencia de la caÃda se hirió en la columna vertebral con gravÃsimas consecuencias. Fue atendida médicamente durante siete años pero inútilmente y terminó por quedar postrada, paralizada en el lecho.
Al comienzo hizo de todo por sanar. Le rogaba a Dios le diera la gracia de la salud, pero cuando se dio cuenta que aquella era su misión, es decir el sufrimiento, aceptó de corazón el calvario y lo vivió hasta su muerte con una sonrisa en los labios.
El 25 de abril 2004 fue proclamada Beata por el Papa Juan Pablo II.
En palabras del Postulador de la causa de beatificación, el P. Pasquale Liberatore sdb, “Alexandrina es una crucificada. Desde los 21 años y durante 30, queda postrada en el lecho hasta su muerte. Desde octubre del 38 hasta marzo del 42, es decir por tres años y medio, vive, hasta visiblemente, la Pasión de Cristo, que duraba cada semana del jueves al viernes. Entraba en éxtasis y revivÃa varias fases de la Pasión, asà como la relatan los Evangelios. Sus padecimientos llegaban al culmen entre las 12 y las 3 de la tarde del viernes. A los testimonios se han sumado films y fotos. Sin saber cómo (ya que estaba paralÃtica desde 1925), al mediodÃa Alexandrina descendÃa de la cama. Cuando revivÃa la Pasión se movÃa como si la parálisis no existÃa. RepetÃa la agonÃa de Jesús en el GetsemanÃ, que era larga y penosa y emitÃa quejidos profundos y sollozos. Luego seguÃan, como si fuese un film, todos los otros episodios de la Pasión: la captura por los soldados, el proceso ante Pilato, la flagelación, la coronación de espinas, el camino al Calvario, la crucifixión. Alexandrina trasuntaba un enorme sufrimiento, estaba pálida, sudaba, sus cabellos se le empastaban. Después se notaban heridas en todo su cuerpo. En esos momentos estaba totalmente insensible a agentes exteriores de dolor. CaÃa camino al Calvario y quedaba como aplastada en tierra. Una vez un médico intentó levantarla y no pudo ni con la ayuda de otros dos colegas. No llegaron a alzarla ni siquiera un milÃmetro. Terminado el éxtasis quedaba ligera. En aquel tiempo pesaba sólo 34 kilos. Luego de marzo del 42, después de sufrir la Pasión vino el ayuno total. Durante los últimos 13 años y 7 meses de su vida no comió ni bebió nada. Su único alimento era la EucaristÃa que el párroco le traÃa todas las mañanas. Jesús le habÃa dicho: “No te alimentarás más en la tierra. Tu alimento es mi carne. Tu sangre mi sangre. Grande es el milagro de tu vida”.
Ningún médico creÃa que pudiese acontecer algo asà y querÃan demostrar que todo era un fraude. Llegaron a convencer a Alexandrina a someterse a un control cientÃfico, en ambiente hospitalario. La única condición que puso Alexandrina fue la de recibir todas las mañanas la Santa Comunión. En junio del 43 se hicieron las experiencias en un hospital cercano a Oporto. El especialista, Dr. Henrique Gomes de Araújo, que guiaba la verificación era profesor miembro de la Real Academia de Medicina de Madrid y miembro de la Sociedad Portuguesa de QuÃmica. Quedó aislada durante 40 dÃas y bajo estricta vigilancia. Pese a que eran médicos agnósticos debieron concluir que se encontraban ante un hecho absolutamente inexplicable.
A los sufrimientos del ayuno y de la Pasión se agregaban las vejaciones diabólicas y las incomprensiones de los hombres, incluso (y esto era lo peor) de Iglesia. El Demonio la tentaba contra la fe, la asaltaba arrojándola del lecho e hiriéndola.
La misión de Alexandrina era la de sacudir al mundo acerca de los efectos del pecado, invitando a la conversión, ofreciendo testimonio de vivÃsima participación a la Pasión de Cristo y por tanto a la redención del hombre.
La beata querÃa cerrar el infierno. Sobre su tumba hizo poner este epitafio: “Pecadores, si las cenizas de mi cuerpo pueden ser útiles para salvaros, acercaos, pasad por encima, pisotead hasta que desaparezcan. Pero, no pequéis más, no ofendáis más a nuestro Jesús! Pecadores, querrÃa deciros tantas cosas! Para escribirlas todas no bastarÃa todo este gran cementerio. ConvertÃos. No ofendáis a Jesús! No queráis perderlo para toda la eternidad! Él es tan bueno. Basta con el pecado. Amad a Jesús. Amadlo!”
Su misión fue expiatoria y de intercesión.
Pedidos y promesas del Señor hechos a la Beata Alexandrina Maria da Costa, mensajera de la EucaristÃa
Promesa hecha el 25 de febrero de 1949
“Hija mÃa, haz que yo sea amado, consolado y reparado en mi EucaristÃa. Haz saber en mi nombre que cuantos hagan bien la comunión con sincera humildad, fervor y amor, durante los primeros jueves de mes consecutivos y pasen una hora de Adoración ante mi sagrario en Ãntima unión conmigo, les prometo el Cielo.
Di que honren, por medio de la EucaristÃa, mis santas llagas, honrando primero la de mi sagrada espalda, tan poco recordada.
Quien al recuerdo de mis llagas una la de los dolores de mi Madre bendita y por ellos nos pida gracias espirituales o corporales, tiene mi promesa que serán concedidas, a menos que no sean daño para sus almas. En el momento de la muerte traeré conmigo a mi SantÃsima Madre para defenderlos”.
“Habla de la EucaristÃa, que es prueba de amor infinito, que es el alimento de las almas.
Di a las almas que me aman, que vivan unidas a mà durante el trabajo, en sus casas, sea de dÃa que de noche, se arrodillen a menudo en espÃritu y con la cabeza inclinada digan:
‘Jesús, te adoro en cada lugar donde moras sacramentado, te hago compañÃa por aquellos que te desprecian, te amo por aquellos que no te aman, te doy alivio por aquellos que te ofenden. Jesús, ¡ven a mi corazón!”
“Estos momentos serán para mà de gran alegrÃa y consuelo. ¡Qué crÃmenes se cometen contra de mà en la EucaristÃa!
“Que la devoción a los sagrarios sea bien predicada y propagada, porque por dÃas y dÃas las almas no me visitan, no me aman, no reparan,…No creen que yo vivo allÃ. Quiero que en las almas se encienda la devoción hacia estas prisiones de Amor…Son muchos los que, aún entrando en las iglesias, ni siquiera me saludan y no se detienen un momento a adorarme.”
“Lejos del Cielo, lejos de Jesús son todos los que están lejos del sagrario… ¡Oh, si el sagrario fuese bien comprendido! El sagrario es la vida, es el amor, es la alegrÃa, es la paz. El sagrario es el lugar de dolor, de ofensas, de sufrimiento. El sagrario es despreciado; Jesús del sagrario no es comprendido”
“Yo querrÃa muchos guardias fieles, postrados ante los sagrarios, para no dejar que ocurran tantos y tantos crÃmenes!”
“Que me pidan todo cuanto quieran estando ante mi presencia, delante del sagrario. Es de allà que viene el remedio para todos los males.”
El Señor le explicó el motivo por el cual Alexandrina, viviendo los últimos 13 años de vida de la sola EucaristÃa, sin alimentarse con nada más. Le dijo:
“Hago que tú vivas sólo de mÃ, para mostrar al mundo el valor de la EucaristÃa, y que es mi vida para las almas… Háblales a las almas, hija mÃa, háblales del Rosario y de la EucaristÃa! El Rosario! El Rosario! El Rosario! La EucaristÃa, mi Cuerpo, mi Sangre!”
Según cuenta Alexandrina en su “AutobiografÃa”, fue en Póvoa de Varzim que hizo su primera comunión..”Yo tenÃa entonces 7 años…Tomé la comunión de rodillas y a pesar de que era pequeña de talla pude fijarme en la Sagrada Hostia de tal manera que se quedó impresa en mi alma. Creà entonces unirme a Jesús para no separarme nunca más de Él. Él tomó posesión de mi corazón, asà me parece. La alegrÃa que sentÃa no se puede expresar. A todos les anunciaba la buena nueva... »
“Tú eres el sagrario que Yo he elegÃ, para que Yo more en él y en él repose. Quiero saciar tu sed por mi Sacramento de amor.
Tú eres como el canal por donde pasarán las gracias que quiero distribuir a las almas y a través del cual las almas vendrán a mÃ. Me sirvo de ti para que muchas almas vengan a mÃ. Por tu intermedio muchas almas serán estimuladas a amarme en la SantÃsima EucaristÃa.”
Nace en el año 1904 en Balasar (diócesis de Braga), pequeño centro rural, en Portugal, y muere en el mismo lugar en 1955, cuando tenÃa 51 años de edad.
También ella tiene en su vida puntos de semejanza con Teresa Neumann, Marthe Robin y el Padre PÃo. No tenÃa los estigmas visibles pero durante 30 años permanece inmovilizada en el lecho. A menudo revivÃa la Pasión del Señor, en forma tan patética que impresionaba grandemente a quienes asistÃan. Diariamente tenÃa diálogos con Jesús y con la Virgen. Como Marthe, como el P. PÃo, era asaltada y golpeada por Satanás y los espÃritus del mal.
Alexandrina, hija de madre soltera, crece en medio de grandes dificultades económicas y también psicológicas por su falta de padre y lo que el medio condicionaba en ella por su circunstancia. Sin embargo, su carácter era abierto, vivaz, optimista. De su madre recibió educación religiosa seria y profunda. Fue a la escuela sólo durante un año y medio. A los ocho años empezó a trabajar bajo patrón. A los 12 fue vÃctima de una muy grave enfermedad y corrió el riesgo de morir. A los 14 era una señorita y de su persona, fina y delicada, emanaba gran fascinación. En una ocasión unos individuos trataron, tres en total, tomaron por asalto la casa de Alexandrina, cuando ella, su hermana y una amiga estaban empeñadas en la costura, con la intención de violarlas. Alexandrina, para salvar su pureza, no hesitó en lanzarse por la ventana y como consecuencia de la caÃda se hirió en la columna vertebral con gravÃsimas consecuencias. Fue atendida médicamente durante siete años pero inútilmente y terminó por quedar postrada, paralizada en el lecho.
Al comienzo hizo de todo por sanar. Le rogaba a Dios le diera la gracia de la salud, pero cuando se dio cuenta que aquella era su misión, es decir el sufrimiento, aceptó de corazón el calvario y lo vivió hasta su muerte con una sonrisa en los labios.
El 25 de abril 2004 fue proclamada Beata por el Papa Juan Pablo II.
En palabras del Postulador de la causa de beatificación, el P. Pasquale Liberatore sdb, “Alexandrina es una crucificada. Desde los 21 años y durante 30, queda postrada en el lecho hasta su muerte. Desde octubre del 38 hasta marzo del 42, es decir por tres años y medio, vive, hasta visiblemente, la Pasión de Cristo, que duraba cada semana del jueves al viernes. Entraba en éxtasis y revivÃa varias fases de la Pasión, asà como la relatan los Evangelios. Sus padecimientos llegaban al culmen entre las 12 y las 3 de la tarde del viernes. A los testimonios se han sumado films y fotos. Sin saber cómo (ya que estaba paralÃtica desde 1925), al mediodÃa Alexandrina descendÃa de la cama. Cuando revivÃa la Pasión se movÃa como si la parálisis no existÃa. RepetÃa la agonÃa de Jesús en el GetsemanÃ, que era larga y penosa y emitÃa quejidos profundos y sollozos. Luego seguÃan, como si fuese un film, todos los otros episodios de la Pasión: la captura por los soldados, el proceso ante Pilato, la flagelación, la coronación de espinas, el camino al Calvario, la crucifixión. Alexandrina trasuntaba un enorme sufrimiento, estaba pálida, sudaba, sus cabellos se le empastaban. Después se notaban heridas en todo su cuerpo. En esos momentos estaba totalmente insensible a agentes exteriores de dolor. CaÃa camino al Calvario y quedaba como aplastada en tierra. Una vez un médico intentó levantarla y no pudo ni con la ayuda de otros dos colegas. No llegaron a alzarla ni siquiera un milÃmetro. Terminado el éxtasis quedaba ligera. En aquel tiempo pesaba sólo 34 kilos. Luego de marzo del 42, después de sufrir la Pasión vino el ayuno total. Durante los últimos 13 años y 7 meses de su vida no comió ni bebió nada. Su único alimento era la EucaristÃa que el párroco le traÃa todas las mañanas. Jesús le habÃa dicho: “No te alimentarás más en la tierra. Tu alimento es mi carne. Tu sangre mi sangre. Grande es el milagro de tu vida”.
Ningún médico creÃa que pudiese acontecer algo asà y querÃan demostrar que todo era un fraude. Llegaron a convencer a Alexandrina a someterse a un control cientÃfico, en ambiente hospitalario. La única condición que puso Alexandrina fue la de recibir todas las mañanas la Santa Comunión. En junio del 43 se hicieron las experiencias en un hospital cercano a Oporto. El especialista, Dr. Henrique Gomes de Araújo, que guiaba la verificación era profesor miembro de la Real Academia de Medicina de Madrid y miembro de la Sociedad Portuguesa de QuÃmica. Quedó aislada durante 40 dÃas y bajo estricta vigilancia. Pese a que eran médicos agnósticos debieron concluir que se encontraban ante un hecho absolutamente inexplicable.
A los sufrimientos del ayuno y de la Pasión se agregaban las vejaciones diabólicas y las incomprensiones de los hombres, incluso (y esto era lo peor) de Iglesia. El Demonio la tentaba contra la fe, la asaltaba arrojándola del lecho e hiriéndola.
La misión de Alexandrina era la de sacudir al mundo acerca de los efectos del pecado, invitando a la conversión, ofreciendo testimonio de vivÃsima participación a la Pasión de Cristo y por tanto a la redención del hombre.
La beata querÃa cerrar el infierno. Sobre su tumba hizo poner este epitafio: “Pecadores, si las cenizas de mi cuerpo pueden ser útiles para salvaros, acercaos, pasad por encima, pisotead hasta que desaparezcan. Pero, no pequéis más, no ofendáis más a nuestro Jesús! Pecadores, querrÃa deciros tantas cosas! Para escribirlas todas no bastarÃa todo este gran cementerio. ConvertÃos. No ofendáis a Jesús! No queráis perderlo para toda la eternidad! Él es tan bueno. Basta con el pecado. Amad a Jesús. Amadlo!”
Su misión fue expiatoria y de intercesión.
Pedidos y promesas del Señor hechos a la Beata Alexandrina Maria da Costa, mensajera de la EucaristÃa
Promesa hecha el 25 de febrero de 1949
“Hija mÃa, haz que yo sea amado, consolado y reparado en mi EucaristÃa. Haz saber en mi nombre que cuantos hagan bien la comunión con sincera humildad, fervor y amor, durante los primeros jueves de mes consecutivos y pasen una hora de Adoración ante mi sagrario en Ãntima unión conmigo, les prometo el Cielo.
Di que honren, por medio de la EucaristÃa, mis santas llagas, honrando primero la de mi sagrada espalda, tan poco recordada.
Quien al recuerdo de mis llagas una la de los dolores de mi Madre bendita y por ellos nos pida gracias espirituales o corporales, tiene mi promesa que serán concedidas, a menos que no sean daño para sus almas. En el momento de la muerte traeré conmigo a mi SantÃsima Madre para defenderlos”.
“Habla de la EucaristÃa, que es prueba de amor infinito, que es el alimento de las almas.
Di a las almas que me aman, que vivan unidas a mà durante el trabajo, en sus casas, sea de dÃa que de noche, se arrodillen a menudo en espÃritu y con la cabeza inclinada digan:
‘Jesús, te adoro en cada lugar donde moras sacramentado, te hago compañÃa por aquellos que te desprecian, te amo por aquellos que no te aman, te doy alivio por aquellos que te ofenden. Jesús, ¡ven a mi corazón!”
“Estos momentos serán para mà de gran alegrÃa y consuelo. ¡Qué crÃmenes se cometen contra de mà en la EucaristÃa!
“Que la devoción a los sagrarios sea bien predicada y propagada, porque por dÃas y dÃas las almas no me visitan, no me aman, no reparan,…No creen que yo vivo allÃ. Quiero que en las almas se encienda la devoción hacia estas prisiones de Amor…Son muchos los que, aún entrando en las iglesias, ni siquiera me saludan y no se detienen un momento a adorarme.”
“Lejos del Cielo, lejos de Jesús son todos los que están lejos del sagrario… ¡Oh, si el sagrario fuese bien comprendido! El sagrario es la vida, es el amor, es la alegrÃa, es la paz. El sagrario es el lugar de dolor, de ofensas, de sufrimiento. El sagrario es despreciado; Jesús del sagrario no es comprendido”
“Yo querrÃa muchos guardias fieles, postrados ante los sagrarios, para no dejar que ocurran tantos y tantos crÃmenes!”
“Que me pidan todo cuanto quieran estando ante mi presencia, delante del sagrario. Es de allà que viene el remedio para todos los males.”
El Señor le explicó el motivo por el cual Alexandrina, viviendo los últimos 13 años de vida de la sola EucaristÃa, sin alimentarse con nada más. Le dijo:
“Hago que tú vivas sólo de mÃ, para mostrar al mundo el valor de la EucaristÃa, y que es mi vida para las almas… Háblales a las almas, hija mÃa, háblales del Rosario y de la EucaristÃa! El Rosario! El Rosario! El Rosario! La EucaristÃa, mi Cuerpo, mi Sangre!”
Según cuenta Alexandrina en su “AutobiografÃa”, fue en Póvoa de Varzim que hizo su primera comunión..”Yo tenÃa entonces 7 años…Tomé la comunión de rodillas y a pesar de que era pequeña de talla pude fijarme en la Sagrada Hostia de tal manera que se quedó impresa en mi alma. Creà entonces unirme a Jesús para no separarme nunca más de Él. Él tomó posesión de mi corazón, asà me parece. La alegrÃa que sentÃa no se puede expresar. A todos les anunciaba la buena nueva... »
“Tú eres el sagrario que Yo he elegÃ, para que Yo more en él y en él repose. Quiero saciar tu sed por mi Sacramento de amor.
Tú eres como el canal por donde pasarán las gracias que quiero distribuir a las almas y a través del cual las almas vendrán a mÃ. Me sirvo de ti para que muchas almas vengan a mÃ. Por tu intermedio muchas almas serán estimuladas a amarme en la SantÃsima EucaristÃa.”
Fuente:
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Unidos en el Corazón de la Sagrada Familia,
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http://www.youtube.com/watch? v=MBiXbJmGzc4
(se sugiere apagar el audio por ser
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busca en youtube.com “cuerpos incorruptos”
busca
en youtube.com “Ricardo Castañón” (esto no es un aval a Catalina
Rivas)
busca en youtube.com “milagros eucarÃsticos”
y “exorcismo real”
busca en youtube.com “Gloria Polo”
Marino
Restrepo, secuestrado por las FARC y liberado por un Niño:
http://www.youtube.com/user/ PeregrinosdelAmor/videos?sort= da&view=0&flow=list
Testimonio en la web
Bajar a MP3 (click
derecho, y guarde como...)
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Invitación
MÃralo y dile:
“Jesús en Ti confÃo”
“Jesús en Ti confÃo”
“Jesús en Ti confÃo”
Jesús prometió misericordia a quien rece
esto ante esta imagen y prometió obrar milagros por esta imagen,
¡difúndela y llénate de bendiciones!
No tengas vergüenza:
Marcos 9, 38 "Porque quien se
avergüence de mà y de mis palabras en esta generación adúltera y
pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando
venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles." Ver
también Mt 10,33; Lc 12,9; 2 Tm 2, 12
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En el email de tu empleador puedes poner
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