lunes, 2 de septiembre de 2013

Martes por los ángeles custodios. 03/09/2013. San Gregorio Magno ¡ruega por nosotros!

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 4, 31-37

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús fue a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y los sábados enseñaba a la gente. Todos estaban asombrados de sus enseñanzas, porque hablaba con autoridad.
Había en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo y se puso a gritar muy fuerte: "¡Déjanos! ¿Por qué te metes con nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a destruirnos? Sé que tú eres el Santo de Dios".
Pero Jesús le ordenó: 
"Cállate y sal de ese hombre". 
Entonces el demonio tiró al hombre por tierra, en medio de la gente, y salió de él sin hacerle daño. Todos se espantaron y se decían unos a otros: 
"¿Qué tendrá su palabra? Porque da órdenes con autoridad y fuerza a los espíritus inmundos y estos se salen". 
Y su fama se extendió por todos los lugares de la región.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354

Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

Misal

 

mar 22a. Ordinario año impar

Antífona de Entrada

Confío, Señor, en tu misericordia; alegra mi corazón con tu auxilio. Cantaré al Señor por el bien que me ha hecho.

Oración Colecta

Oremos:
Concédenos, Señor, ser dóciles a las inspiraciones de tu Espíritu, para que realicemos siempre en nuestra vida tu santa voluntad.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

Primera Lectura

Jesucristo murió por nosotros para que vivamos con él

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 5, 1-6. 9-11

Hermanos: En lo referente al tiempo y a las circunstancias de la venida del Señor, no necesitan que les escriba. Saben perfectamente que el día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Cuando estén diciendo: "¡Qué paz y qué seguridad tenemos!", de repente les vendrá la catástrofe, como de repente le vienen a la mujer encinta los dolores del parto, y no podrán escapar.
Pero a ustedes, hermanos, ese día no los tomará por sorpresa como un ladrón, porque ustedes no viven en tinieblas, sino que son hijos de la luz y del día, no de la noche y las tinieblas.
Por tanto, no vivamos dormidos como los malos; antes bien, mantengámonos despiertos y vivamos sobriamente. Porque Dios no nos ha destinado al castigo eterno, sino a obtener la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo. Porque él murió por nosotros para que, despiertos o dormidos vivamos siempre con él. Por eso, anímense mutuamente y ayúdense unos a otros a progresar, como de hecho ya lo hacen.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 26

El Señor es mi luz y mi salvación.

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar?
El Señor es mi luz y mi salvación.

Lo único que pido, lo único que busco, es vivir en la casa del Señor toda mi vida, para disfrutar las bondades del Señor y estar continuamente en su presencia.
El Señor es mi luz y mi salvación.

La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Armate de valor y fortaleza y en el Señor confía.
El Señor es mi luz y mi salvación.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.
Aleluya.

Evangelio

Sé que tú eres el Santo de Dios

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 4, 31-37

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús fue a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y los sábados enseñaba a la gente. Todos estaban asombrados de sus enseñanzas, porque hablaba con autoridad.
Había en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo y se puso a gritar muy fuerte: "¡Déjanos! ¿Por qué te metes con nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a destruirnos? Sé que tú eres el Santo de Dios".
Pero Jesús le ordenó: 
"Cállate y sal de ese hombre". 
Entonces el demonio tiró al hombre por tierra, en medio de la gente, y salió de él sin hacerle daño. Todos se espantaron y se decían unos a otros: 
"¿Qué tendrá su palabra? Porque da órdenes con autoridad y fuerza a los espíritus inmundos y estos se salen". 
Y su fama se extendió por todos los lugares de la región.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Que este sacrificio de acción de gracias y de alabanza nos ayude, Señor, a conseguir nuestra salvación eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Prefacio

Restauración universal en Cristo

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. 
A quien hiciste fundamento de todo y de cuya plenitud quisiste que participáramos todos. Siendo él de condición divina, se despojó de su rango, y por su sangre derramada en la cruz puso en paz todas las cosas; y así, constituido Señor del universo, es fuente de salvación eterna para cuantos creen en él.
Por eso, 
con los ángeles y arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Antífona de la Comunión

Proclamaré Señor, todas tus maravillas, me alegraré en ti y entonaré salmos a tu nombre, Dios altísimo.

Oración después de la Comunión

Oremos:
Que el Cuerpo y la Sangre de Cristo que nos has dado, Señor, en este sacramento, sean para nosotros prenda segura de vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Dia 3/09 San Gregorio Magno (papa y doctor de la Iglesia, blanco)

Antífona de Entrada

El Señor lo eligió sumo sacerdote y derramó sobre él todos los bienes.

Oración Colecta

Oremos:
Dios todo poderoso y eterno, que pusiste al papa san Gregorio al frente de tu pueblo para que con su ejemplo y su palabra lo ayudara a crecer en santidad; protege, por su intercesión, a los pastores de la Iglesia y al rebaño que les has confiado, para que siempre caminen por las sendas de la salvación.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

Primera Lectura

Predicamos que Cristo es Señor, y nosotros siervos de ustedes por Jesús

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 4, 1-2. 5-7

Hermanos: Encargados de este servicio, por la misericordia de Dios, no nos acobardamos; al contrario, hemos renunciado a la clandestinidad y vergonzante, dejándonos de intrigas y no adulterando la palabra de Dios; en vez de eso, mostrando nuestra sinceridad, nos recomendamos delante de Dios a la conciencia de todo hombre. Porque no nos predicamos a nosotros, predicamos que Cristo es Señor, y nosotros, siervos de ustedes por Jesús.
El Dios que dijo:

"Brille la luz del seno de la tiniebla", ha brillado en nuestros corazones, para que nosotros iluminemos, dando a conocer la gloria de Dios, reflejada en Cristo. Este tesoro lo llevamos en vasijas de barro, para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del Salmo 95

Canten a todos los pueblos las maravillas del Señor.

Canten al Señor un cántico nuevo; cante al Señor toda la tierra; canten al Señor, bendigan su nombre, proclamen día tras día su victoria.
Canten a todos los pueblos las maravillas del Señor.

Proclamen día tras día su victoria; cuenten a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las naciones.
Canten a todos los pueblos las maravillas del Señor.

Familias de los pueblos, aclamen al Señor; aclamen la gloria y el poder del Señor.
Canten a todos los pueblos las maravillas del Señor.

Digan los pueblos: "El Señor es rey; él afianzó el orbe, y no se moverá ; él gobierna a los pueblos rectamente".
Canten a todos los pueblos las maravillas del Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
A ustedes los llamo amigos, dice el Señor, porque todo lo que he oído a mi Padre se lo he dado a conocer.
Aleluya.

Evangelio

Yo les transmito el Reino, como me lo transmitió mi Padre a mí

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 22, 24-30

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, los discípulos se pusieron a disputar sobre quién de ellos debía ser tenido como el primero. Jesús les dijo:
"Los reyes de los gentiles los dominan y los que ejercen la autoridad se hacen llamar bienhechores. Ustedes no hagan así, sino que el primero entre ustedes pórtese como el menor, y el que gobierne, como el que sirve. Porque ¿quién es más, el que está en la mesa o el que sirve? ¿Verdad que el que está en la mesa? Pues yo estoy en medio de ustedes como el que sirve.
Ustedes son los que han perseverado conmigo en mis pruebas, y yo les transmito el Reino, como me lo transmitió mi Padre a mí: comerán y beberán a mi mesa en mi Reino, y se sentarán en tronos para regir a las doce tribus de Israel".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Prefacio

Los santos pastores siguen presentes en la Iglesia

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor.
Porque permites que tu Iglesia se alegre hoy con la festividad de Gregorio Magno, para animarnos con el ejemplo de su vida, instruirnos con su palabra y protegernos con su intercesión.
Por eso,
con los ángeles y los santos, te cantamos el himno de alabanza, diciendo sin cesar:

Antífona de la Comunión

El buen pastor dio la vida por las ovejas.

Oración después de la Comunión

Oremos:
Señor, que cuantos hemos sido fortalecidos con Cristo, verdadero pan de vida y único maestro de los hombres, aprendamos en la fiesta de san Gregorio Magno a conocer tu verdad y vivirla con amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

22ª semana. Martes

ENSEÑABA CON AUTORIDAD

— Jesús imparte su doctrina con poder y fuerza divina.

— Al leer el Evangelio cada día es Jesús quien nos habla, nos enseña y nos consuela.

— Cómo encontrarle en esta lectura del Evangelio.

I. Los Evangelistas, repetidas veces señalan la sorpresa de las gentes y de los mismos discípulos ante la doctrina de Jesús y sus prodigios1, y sienten cierto temor a interrogarle2... Era un temor reverencial ante la majestad de Cristo, reflejada en sus palabras y en sus obras, que se apoderaba de las muchedumbres y las cautivaba. San Lucas nos relata en el Evangelio de la Misa3 cómo, después de haber curado Jesús a un endemoniado, quedaron todos atemorizados, y se decían unos a otros: ¿Qué palabra es esta que con potestad y fuerza manda a los espíritus y salen? Y San Marcos señala en otra ocasión que las gentes estaban admiradas de su doctrina, pues les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas4. A través de su Santísima Humanidad hablaba la Segunda Persona de la Trinidad, y las gentes, conscientes de su poder extraordinario, acuden para señalarle a los nombres y a las jerarquías más altas que conocían: ¿Será el Bautista, Elías, Jeremías o alguno de los Profetas?5. Bien cortos se quedaron.

El pueblo que escuchaba a Jesús percibió con claridad la diferencia radical que había entre el modo de enseñar de los escribas y fariseos y la seguridad y fuerza con que Jesucristo declaraba su doctrina. Jesús no expone una mera opinión, ni da muestra alguna de inseguridad o de duda6. No habla, como otros profetas, en nombre de Dios; no es un profeta más. Habla en nombre propio: Yo os digo... Enseña los misterios de Dios y cómo han de ser las relaciones entre los hombres, y apoya sus enseñanzas con los milagros; explica su doctrina con sencillez y con potestad porque habla de lo que ha visto7, y no necesita largos razonamientos. «Nada prueba, no se justifica, no argumenta. Enseña. Se impone, porque la sabiduría que de Él emana es irresistible. Cuando se ha apreciado esta sabiduría, cuando se tiene el corazón lo bastante puro para estimarla, se sabe que no puede existir otra. No se siente la necesidad de comparar, de estudiar. Se ve.

»Se ve que es lo absoluto; se ve que frente a Él todo es polvo; se ve que Él es la Vida. Igual que las estrellas se apagan cuando sale el sol, así ocurre con todas las sabidurías y todas las escuelas. Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes palabras de vida eterna»8.

Jesús nos sigue hablando a cada uno, personalmente, en la intimidad de la oración, al leer cada día el Evangelio... Hemos de aprender a escucharle también entre los mil sucesos del día, y en lo que en nuestro lenguaje llamamos fracaso o dolor. «Al abrir el Santo Evangelio, piensa que lo que allí se narra –obras y dichos de Cristo– no solo has de saberlo, sino que has de vivirlo. Todo, cada punto relatado, se ha recogido, detalle a detalle, para que lo encarnes en las circunstancias concretas de tu existencia.

»—El Señor nos ha llamado a los católicos para que le sigamos de cerca y, en ese Texto Santo, encuentras la Vida de Jesús; pero, además, debes encontrar tu propia vida.

»(...) toma el Evangelio a diario, y léelo y vívelo como norma concreta. —Así han procedido los santos»9.

II. La doctrina de Jesús tenía tal fuerza y autoridad que algunos de los que le escuchaban exclaman que nunca en Israel se había oído algo parecido10. Los escribas enseñaban también al pueblo lo que está escrito en Moisés y los Profetas, comenta San Beda; pero Jesús predicaba al pueblo como Dios y Señor del mismo Moisés11.

Las palabras de Jesús estaban llenas de vida, penetraban hasta el fondo del alma. Cuando Juan el Bautista señaló a Jesús que pasaba12, dos de sus discípulos le siguieron y permanecieron con Él aquel día. San Juan, el Evangelista que recogió los grandes diálogos de Jesús, en esta ocasión calla. Solo nos dice que le encontraron alrededor de la hora décima, hacia las cuatro de la tarde. Cuando, pasados muchos años, escribe su Evangelio, nos quiso dejar para siempre el momento preciso e inolvidable de su primer encuentro con el Maestro. ¿Qué les diría el Señor? Solo sabemos el resultado por las palabras de Andrés, el otro discípulo que siguió a Jesús: ¡Hemos encontrado al Mesías!13, le comunica a su hermano Simón. Dios se metió aquella tarde en lo más profundo del corazón de aquellos hombres. Cuando abrimos nosotros el alma, las palabras de Jesús también calan y transforman. Como aquellos otros que habían sido enviados para detenerle y volvieron sin Él14. ¿Por qué no lo habéis traído?, les increpan los fariseos. Y ellos responden rotundamente: Nunca un hombre ha hablado como este hombre.

Las palabras de Jesús encierran una sabiduría infinita, que entiende el filósofo y quien no tiene letras, jóvenes, niños, hombres y mujeres..., todos. Habla de lo más sublime con las palabras más sencillas; su doctrina –profunda como no habrá jamás otra– está al alcance de todos. En su predicación recurre a menudo a figuras y a imágenes conocidas por el público, que dan a su predicación una belleza y un atractivo incomparable. Los pormenores más sencillos sirven para expresar los rasgos más sublimes de una doctrina nueva y de una profundidad misteriosa e inabarcable.

Toda la vida del Señor fue una enseñanza continua: «su silencio, sus milagros, sus gestos, su oración, su amor al hombre, su predilección por los pequeños y los pobres, la aceptación del sacrificio total en la Cruz por la salvación del mundo, su Resurrección, son la actuación de su palabra y el cumplimiento de la revelación. Estas consideraciones (...) reafirman en nosotros el fervor hacia Cristo que revela a Dios a los hombres y al hombre a sí mismo; el Maestro que salva, santifica y guía, que está vivo, que habla, que exige, que conmueve, que endereza, juzga, perdona, camina diariamente con nosotros en la historia; el Maestro que viene y que vendrá en la gloria»15.

En el Santo Evangelio encontramos cada día a Cristo mismo que nos habla, nos enseña y nos consuela. En su lectura –unos pocos minutos cada día– aprendemos a conocerle cada vez mejor, a imitar su vida, a amarle. El Espíritu Santo –autor principal de la Escritura Santa– nos ayudará, si acudimos a Él en petición de ayuda, a ser un personaje más de la escena que leemos, a sacar una enseñanza, quizá pequeña pero concreta, para ese día.

III. «Tu oración –enseña San Agustín– es como una conversación con Dios. Cuando lees, Dios te habla a ti; cuando oras, tú le hablas a Él»16. El Señor nos habla de muchas maneras cuando leemos el Santo Evangelio: nos da ejemplo con su vida para que le imitemos en la nuestra; nos enseña el modo de comportarnos con nuestros hermanos; nos recuerda que somos hijos de Dios y que nada debe quitarnos la paz; llama la atención de nuestros corazones, para perdonar ese pequeño agravio que hemos recibido; nos alienta a preparar con esmero la Confesión frecuente, donde nos espera el Padre del Cielo para darnos un abrazo; nos pide que en esa jornada seamos misericordiosos con los defectos ajenos, pues Él lo fue en grado sumo; nos impulsa a santificar el trabajo, haciéndolo con perfección humana, pues fue su quehacer durante tantos años de su vida en Nazaret... Cada día podemos sacar un propósito, una enseñanza, un pensamiento que recordaremos mientras trabajamos. Por esto, si es posible, será mejor que leamos esos breves minutos a primera hora del día para ejercitarnos luego en esa enseñanza sencilla que tanto nos ayudará a mejorar un poco cada jornada. Hay incluso quien lo lee de pie, recordando la vieja costumbre de los primeros cristianos, que permanece en el gesto de la Misa de escuchar el Evangelio en esta actitud de vigilia.

Mucho bien hará a nuestra alma procurar que la lectura del Evangelio nos dé frecuentemente la trama de la oración: unas veces porque nos introduciremos en la escena como lo haría alguno que vio el grupo reunido en torno a Jesús, o se paró en la puerta desde donde el Maestro enseñaba, o a la orilla del lago... Quizá solo llegó hasta él una parte de la parábola o unas frases aisladas, pero aquello fue suficiente para que algo muy profundo comenzara a cambiar en su alma; en otras ocasiones nos atreveremos a decirle alguna cosa: quizá lo que aquellos mismos personajes le hablaban o le gritaban, porque era mucha su necesidad: Domine, ut videam!17, que vea, Señor, da luz a mi alma, enciéndeme; ¡Oh Dios!, ten piedad de mí, que soy un pecador18, le suplicaremos con palabras del publicano que no se sentía digno de estar delante de su Dios; Domine, tu omnia nosti... Señor, Tú sabes todas las cosas, Tú sabes que te amo19..., y las palabras de Pedro tomarán en nuestro corazón un acento personal, y le expresaremos los sentimientos y deseos de amor y de purificación que llenan nuestro corazón... Muchas veces contemplaremos su Santísima Humanidad, y el verle perfecto Hombre nos moverá a quererle más, a tener deseos de serle más fieles. Le veremos trabajando en Nazaret, ayudando a San José, cuidando más tarde de su Madre..., o cansado porque han sido muchas las horas que ha predicado durante ese día, o el camino ha sido muy largo...

Todos los días, mientras leemos el Evangelio, pasa Jesús junto a nosotros. No dejemos de verlo y de oírlo, como aquellos discípulos que se encontraron con Él en el camino de Emaús. «"Quédate con nosotros, porque ha oscurecido...". Fue eficaz la oración de Cleofás y su compañero.

»—¡Qué pena, si tú y yo no supiéramos "detener" a Jesús que pasa!, ¡qué dolor, si no le pedimos que se quede!»20.

1 Cfr. Mc 9, 6; 6, 51; etc. — 2 Cfr. Mc 9, 32. — 3 Lc 4, 31-37. — 4 Mc 1, 22. — 5 Cfr.Mt 16, 14. — 6 Cfr. Sagrada Biblia, Santos Evangelios, EUNSA, Pamplona 1983, nota a Mt 7, 28-29. — 7 Cfr. Jn 3, 11 — 8 J. Leclerq, Treinta meditaciones sobre vida cristiana, pp. 53-54. — 9 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 754. — 10 Cfr. Lc 19, 48;Jn 7, 46. — 11 San Beda, Comentario al Evangelio de San Marcos, 1, 21. — 12 Cfr.Jn 1, 35 ss. — 13 Jn 1, 41. — 14 Jn 7, 46 ss. — 15 Juan Pablo II, Exhor. Apost.Catechesi tradendae, 16-X-1979, 9. — 16 San Agustín, Comentario sobre los Salmos, 85, 7. — 17 Mt 10, 51. — 18 Lc 18, 13. — 19 Jn 21, 17. — 20 San Josemaría Escrivá,Surco, n. 671.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

San Gregorio Magno
Papa y doctor de la Iglesia

Señor Dios, que cuidas a tu pueblo con ternura y lo gobiernas con amor, te pedimos que, por intercesión del papa San Gregorio Magno, concedas el Espíritu de sabiduría a quienes has establecido como maestros y pastores de la Iglesia, para que así el progreso de los fieles constituya el gozo eterno de sus pastores. Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.  

Gregorio significa "el Vigilante", en Griego
N
ació y murió en Roma en 540 y 604.
E
studió Derecho y en 573 fue nombrado Prefecto.
C
omo heredó la fortuna de su padre, construyó varios monasterios en Roma y se retiró al Monte Celio.
Fue ordenado diácono y en 578 el Papa Benedicto I lo ordenó presbítero.
Fungió como Nuncio en Constantinopla entre 579 y 586. Tres años después fue elegido Papa, misión en que se distinguió por su oratoria, política tolerante, administración atinada, interés misionero en Inglaterra y España y tacto en la reforma del clero y la liturgia. Su acción pastoral se refleja en varias de sus obras: Regla pastoral, Diálogos, Sacramentario y Antifonario.
Se distinguió, también, por su obra bíblica (varios comentarios), ascética (su Moralina) y epistolar (859 cartas). Apenas muerto, fue venerado como santo y la tradición lo asumió como Patrón de los liturgistas, sabios e investigadores, por su amplia erudición; de los músicos, chantres y cantores, por la escuela de canto que fundó (cantos gregorianos); Defensor contra la enfermedad de la gota y la peste; y Abogado de las almas del purgatorio por las "misas gregorianas" que hasta él se hicieron remontar.
En la iconografía aparece, como todos los papas, con la tiara y la cruz papal; en calidad de Padre de la Iglesia (uno de los cuatro grandes de Occidente) al que la tradición conoce como El Grande; y como monje. Una paloma, símbolo de inspiración, una cartela con notas musicales, los emblemas pontificios y el ánima sola o varias almas del purgatorio son sus atributos principales.

 

Antonio Ixida (o Ishida) y Compañeros, Beatos Mártires, 3 de septiembre  

Antonio Ixida (o Ishida) y Compañeros, Beatos

Mártires

Martirologio Romano: En Nagasaki, en Japón, beatos Bartolomé Gutiérrez, presbítero, de la Orden de Ermitaños de San Agustín, y cinco compañeros, mártires, quienes, por odio a la fe cristiana, fueron sumergidos todos ellos en aguas sulfúreas hirviendo y después arrojados al fuego (1632).

Fecha de beatificación: Fueron beatificado por Pío IX el 7 de julio de 1867

 

Antonio Amador Ishida (o Ixida), nació en el año 1570 en Shimabara (Nagasaki), Japón.

Seminarista desde los quince años, se distinguió por sus dotes musicales y dominio de su lengua nativa, además de una seria formación clásica y de teología moral, adquirida en los colegios de Amakusa y Macao. Aun antes de su ordenación, se entregó con empeño al apostolado de la zona de Hiroshima, ayudando a uno o dos sacerdotes, en la ciudad y en sus excursiones pastorales por toda la región de Chugoku y parte de la isla de Shikoku. Después del edicto de expulsión (1614), continuó en Hiroshima, gracias a la benevolencia del daimyð Fukushima Masanori (quien era pagano), haciendo viajes apostólicos en compañía del P. Juan Bautista Porro hasta enero de 1618.

Por haber ocultado a Akashi Naiki Pablo de Hiroshima, noble prófugo, fue encarcelado hasta agosto de 1619, tras la caída de Fukushima Masanori. Una vez libre la Compañía de Jesús lo envió a Nagasaki donde tras diez años de fecundo apostolado fue apresado el 14 de noviembre de 1629. Casi tres años después, luego de superar por treinta días los tormentos en las ardientes aguas sulfurosas del monte Unsen, murió en la hoguera en Nagasaki, junto con cinco religiosos agustinos y franciscanos, el 3 de septiembre de 1632.

Sus compañeros del martirio fueron:

Bartolomé Gutiérrez nació en México en 1530. Se hizo agustino en 1596 y se ordenó de sacerdote en Puebla. En 1612 se fue a Japón como superior de Ukusi. Trabajó apostólicamente durante varios años, a pesar de que su vida corría siempre peligro.

Francisco Ortego nació en Villamediana, España. También era agustino. Lo enviaron a México y de aquí a Manila. Más tarde a Japón.

Gabriel Fonseca era un lego franciscano. Nació en Fonseca, España. Lo enviaron a Japón para estudiar medicina. La ejerció ayudando a todo enfermo sin cobrar nada. A los diez años de intenso trabajo apostólico fue arrestado hasta que murió mártir por Cristo.

Juan Jerónimo Jô era un sacerdote diocesano japonés. Recibió la educación en el seminario de Arima y ordenado de sacerdote en Manila. En 1628 volvió a su país y ejerció su ministerio sacerdotal hasta que lo arrestaron.

Vicente Carvalho nació en Lisboa. Era agustino. Lo enviaron a México y de aquí a Japón en donde sufrió la palma del martirio.

Bibliografía: Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús
Charles E. O'Neill – Joaquín Mª Dominguez
Volumen III
Ortega Ediciones Gráficas
ISBN 84-8468-039-8

P. Felipe Santos Campaña
www.autorescatólicos.com

ar.geocities.com/misa_tridentina01

 

 

Marino, Santo Diácono, 3 de septiembre  

Marino, Santo

Diácono

Martirologio Romano: En el monte Titano, cerca de Rímini, en la Flaminia, san Marino, diácono y anacoreta, portador al pueblo gentil del Evangelio y de la libertad de Cristo (s. IV/V)

 

Nacido en una familia cristiana, era albañil, nativo de Dalmacia, y uno de los numerosos trabajadores que en el año 257 fueron movilizados, por orden de Diocleciano y de Maximiano, para la reconstrucción de las murallas de Rímini.

Tras haber trabajado un tiempo en Rímini, donde se distinguió por su grandísima caridad cristiana. Fue enviado a otras canteras en el monte Titano para trabajar las piedras. Pasados tres años, Marino regresó a Rímini. En esta ciudad predicó el evangelio por doce años.

Para evitar ser capturado cuando las autoridades descubrieron su acción cristiana, huyó de la ciudad y con la ayuda de Dios se refugió en una gruta del monte Titano, donde vivió en solitario durante un año sin temer las insidias del demonio, que continuamente intentaba asustarlo. Marino, para no ser molestado por los visitantes, se retiró a la cima del mismo monte, y allí construyo una pequeña celda y una iglesia que dedicó a San Pedro. Tales obras suscitaron la ira de Verissimo, hijo de una noble viuda de nombre Felicísima, propietaria de aquellas tierras. Este, presentándose delante de Marino con intenciones nada pacíficas, cayó por tierra paralizado y mudo, tras la oración del santo. La madre, al saber la desgracia de su hijo, se acercó a Marino y dijo estar dispuesta a concederle todo lo que pidiese. En aquel mismo instante su hijo se curó y se postró delante del santo convirtiéndose al cristianismo junto a su madre y familiares.

San Gaudencio, Obispo de Rímini, conociendo las virtudes de Marino, los llamó y le ordenó diacono para que pudiera bautizar a los muchos conversos que lograba hacer. Después, Marino regresó a su morada. El santo continuó viviendo en la misma celda, dedicado a la oración y al trabajo, hasta el día de su muerte, el 3 de septiembre.

Fue sepultado en la iglesia edificada por él. La población que se construyó en aquel sitio llegó a ser la ciudad de San Marino, capital de la república de ese nombre, y que es independiente desde el siglo XI.

Bibliografía: Dicccionario de los Santos
C. Leonoardi, A. Riccardi y G. Zarri
Volumen II
Editorial San Pablo
ISBN: 84-285-2259-6

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Bartolomé Gutiérrez, Beato Presbítero y Mártir, 3 de septiembre  

Bartolomé Gutiérrez, Beato

Presbítero y Mártir

Martirologio Romano: En Nagasaki, en Japón, beatos Bartolomé Gutiérrez, presbítero, de la Orden de Ermitaños de San Agustín, y cinco compañeros, mártires, quienes, por odio a la fe cristiana, fueron sumergidos todos ellos en aguas sulfúreas hirviendo y después arrojados al fuego (1632).

Fecha de beatificación: Fueron beatificado por Pío IX el 7 de julio de 1867.

Son sus compañeros: beatos presbíteros Vicente Carvalho y Francisco Terrero, de la Orden de Ermitaños de San Agustín;
Antonio Ishida, de la Compañía de Jesús; Jerónimo Jo; y Gabriel de la Magdalena, religioso de la Orden de los Hermanos Menores.

 

Nació en México en 1580. Fue bautizado el 4 de septiembre de 1580 en la Parroquia del Sagrario Metropolitano. Muy joven entró en la Orden de San Agustín. Hizo su profesión religiosa el 1° de junio de 1596. Siguió sus estudios sacerdotales en el convento de Yuriria, centro de estudios floreciente y alejado del bullicio de la capital. Una vez ordenado sacerdote fue trasladado al convento de Puebla. Pidió a sus superiores ser enviado a las misiones de Filipinas. Sus compañeros, en broma, le decían que no podría soportar las penalidades de las misiones, pues era muy obeso. "Tanto mejor -respondía con gracia- así habrá más reliquias para repartir cuando muera mártir; porque algún día iré a Filipinas y de allí a Japón, a morir por la fe de Cristo".

Con Fray Pedro Solís, viajó en 1605 a Manila donde ocupó el puesto de maestro de novicios durante seis años. Por fin, en 1612, se embarcó para Japón. Allí ejerció su ministerio hasta que el emperador Taicosama expulsó a los misioneros. Bartolomé regresó a Manila, pero a petición de sus fieles, al cabo de cinco años pudo volver disfrazado a Japón, donde trabajó quince años. Al fin, traicionado, lo aprehendieron, y después de muy crueles suplicios. Lo hicieron morir a fuego lento en Omura, el 3 de septiembre de 1632.
Escribió una narración sobre los mártires de Japón en 1622.

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Fuente: Santiebeati.it
Brígida de Jesús Morello, Beata Fundadora, 3 de septiembre  

Brígida de Jesús Morello, Beata

Fundadora de la Congregación de Hermanas Ursulinas de María Inmaculada

Martirologio Romano: En Piacenza, en la región de Emilia, en Italia, beata Brígida de Jesús Morello, que, después de enviudar, se consagró a Dios, afanándose en obras de penitencia y caridad, y fundando la Congregación de Hermanas Ursulinas de María Inmaculada, dedicadas a la educación cristiana de la juventud femenina (1679).

Fecha de beatificación: El papa Juan Pablo II la beatificó el 15 de marzo1998.

 

Brígida Morello fue una mujer de su tiempo, el siglo XVII; una mujer de gran fe que supo ver en los acontecimientos históricos y sobre todo en los que a ella le toco vivir la santa voluntad de Dios.

"Dios es nuestro Padre y nunca nos abandonará"; esta seguridad de ser amada como hija, gratuita e incondicionalmente, la motivó a entregar su cariño a cada prójimo que tuviera cerca.

Nació el 17 de junio de 1610 a San Miguel de Pagana (Génova) sobre la Costa de Levante, sexta de once hijos, creció en entorno intensamente cristiano. A 23 años, el 14 de octubre de 1633, se casó Matteo Zancano de Cremona y se estableció con su marido en Salsomaggiore (Parma), dónde fue reconocida por sus virtudes.

A 27 años, el 11 de noviembre de 1637, quedó viuda, entonces hizo voto de castidad, deseando convertirse en religiosa, pero inútilmente intentó entrar entre las capuchinas de la localidad, el ser viuda se lo impedía.

En el 1640 se trasladó a Piacenza, en donde los jesuitas fueron sus directores espirituales, quienes siempre la guiaron y la mantuvieron en la vía a la perfección, especialmente por parte del padre Antonio Morando, su confesor y primer biógrafo.

Margarita de Medici, duquesa de Parma y Piacenza, quería dotar a Piacenza con un Instituto de Ursulinas para la educación de la juventud femenina, uno similar al que existía en Parma. Para ello Brígida Morello acogió en septiembre de 1646 a algunas jóvenes mujeres en su casa, bajo la denominación de Santa Úrsula, dando así inicio, el 17 de febrero de 1649, Miércoles de Ceniza, con cinco compañeras una nueva familia de Ursulinas, bajo la guía de los Jesuitas.

No fue sin embargo la primera superiora, ya que recién en 1665 fue elegida como tal, siendo confirmada en 1670 y en 1675; sus precarias condiciones de salud no le impidieron gobernar por largos períodos, incluso desde la cama, su Congregación de Ursulinas de María Inmaculada.

El 3 de septiembre de 1679 murió en Piacenza y fue enterrada en la iglesia local de San Pedro, hoy no existen rastros de su tumba, si existen un cierto número de cartas, algunos escritos autobiográficos y edificantes, documentos de los que se puede sacar una exacta visión de las experiencias espirituales de la fundadora.

Pero solamente en los años 1927-28 se celebró en Piacenza el proceso ordinario para su beatificación; el decreto sobre la heroicidad de las virtudes se obtuvo el 29 de abril1980.

 

 

Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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