viernes, 16 de agosto de 2013

Domingo por la Santísima Trinidad. 18/08/2013. Excepto causa grave, no asistir a Misa dominical es pecado GRAVE. Precepto: Misa ENTERA. Desde Sábado 16:00 puede ser Domingo, según diócesis (Catecismo 2042, 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 12, 49-53

Gloria a ti, Señor

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: 
"He venido a traer luego a la tierra ¡y cuánto desearía que estuviera ardiendo! Tengo que recibir un bautismo ¡y cómo me angustio mientras llega!
¿Piensen acaso que he venido a traer la paz de la tierra? De ningún modo . No he venido a traer la paz, sino la división. De aquí en adelante, de cinco que hayan en una familia, estarán divididos tres contra dos y dos contra tres. Estará dividido el padre contra el hijo, el hijo contra el padre, la madre contra la hija, y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354

Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

Misal

 

20o. Dom Ord Ciclo C

Antífona de Entrada

Dios nuestro y protector nuestro, un solo día en tu casa es más valioso para tus elegidos, que mil días en cualquier otra parte.

Se dice "Gloria".

Oración Colecta

Oremos:
Enciende, Señor, nuestros corazones con el fuego de tu amor a fin de que, amándote en todo sobre todo, podamos obtener aquellos bienes que no podemos nosotros ni siquiera imaginar y has prometido tú a los que te aman.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

Primera Lectura

Tomaron a Jeremías y lo echaran en un pozo

Lectura del libro del profeta Jeremías 38, 4-6.8-10

Durante el sitio de Jerusalén, los jefes que tenían prisioneros a Jeremías dijeron al rey:
"Hay que matar a este hombre, porque las cosas que dice desmoralizan a los guerreros que quedan en esta ciudad y a todo el pueblo. Es evidente que no busca el bienestar del pueblo, sino su perdición.
Respondió el rey Sedecías:
"Lo tienen ya en sus manos y el rey no puede nada contra ustedes".
Entonces ellos tomaron a Jeremías y, descolgándolo con cuerdas, lo echaron en el pozo del príncipe Melquías, situado en el patio de la prisión. En el pozo no había agua, sino lodo, y Jeremías quedó hundido en el lodo.
Ebed-Mélek, el etíope,oficial de palacio, fue a ver al rey y le dijo:
"Señor, está mal hecho lo que estos hombres hicieron con Jeremías, arrojándolo al pozo, donde va a morir de hambre".
Entonces el rey ordenó a Ebed-Mélek:
"Toma treinta hombres contigo y saca del pozo a Jeremías, antes de que muera"
Palabra de Dios.
Te alabamos Señor.

Salmo Responsorial

Del Salmo 39

Señor, date prisa en ayudarme.

Esperé en el Señor con gran confianza; él se inclinó hacia mí y escuchó mis plegarias.
Señor, date prisa en ayudarme.

Del charco cenagoso y la fosa mortal me puso a salvo; puso firme mis pies sobre la roca y aseguró mis pasos.
Señor, date prisa en ayudarme.

El me puso en la boca un canto nuevo, un himno a nuestro Dios. Muchos se conmovieron al ver esto y confiaron también en el Señor.
Señor, date prisa en ayudarme.

A mí, tu siervo, pobre y desdichado, no me dejes, Señor en el olvido. Tú eres quien me ayuda y quien me salva; no te tardes, Dios mío.
Señor, date prisa en ayudarme.

Segunda Lectura

Corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante

Lectura de la carta a los Hebreos 12, 1-4

Hermanos: Rodeados, como estamos, por la multitud de antepasados nuestros, que dieron prueba de su fe, dejemos todo lo que nos estorba; liberémonos del pecado que nos ata, para correr con perseverancia la carrera que tenemos por delante, fija la mirada en Jesús, autor y consumidor de nuestra fe. El, en vista del gozo que se le proponía, aceptó la cruz, sin temer su ignominia, y por eso está sentado a la derecha del trono de Dios.
Mediten, pues el ejemplo de aquel que quiso sufrir tanta oposición de parte de los pecadores, y no se cansen ni pierdan el ánimo, porque todavía no han llegado a derramar su sangre en la lucha contra el pecado.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen.
Aleluya.

Evangelio

No he venido a traer la paz, sino la división

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 12, 49-53

Gloria a ti, Señor

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: 
"He venido a traer luego a la tierra ¡y cuánto desearía que estuviera ardiendo! Tengo que recibir un bautismo ¡y cómo me angustio mientras llega!
¿Piensen acaso que he venido a traer la paz de la tierra? De ningún modo . No he venido a traer la paz, sino la división. De aquí en adelante, de cinco que hayan en una familia, estarán divididos tres contra dos y dos contra tres. Estará dividido el padre contra el hijo, el hijo contra el padre, la madre contra la hija, y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice "Credo".

Oración de los Fieles

Celebrante:
Presentemos, hermanos y hermanas, nuestras súplicas al Señor y pidámosle que atienda a sus hijos, según las necesidades de cada uno de ellos:

A cada petición respondemos:
Te rogamos, Señor, óyenos.
Roguemos al Señor por quienes, a causa de su enfermedad, porque están al servicio de sus hermanos o por cualquier otro motivo, no han podido venir a celebrar con nosotros el domingo; a fin de que, ya que no pueden participar de la alegría de esta celebración, no se vean privados nunca del gozo del Señor, roguemos al Señor.
Te rogamos, Señor, óyenos.

Roguemos por los que ayudan a los pobres o hacen obras de misericordia en favor de sus hermanos, para que Dios premie abundantemente el bien que hacen, y lo que reparten a sus hermanos el Señor lo multiplique y lo convierta para ellos en premio de vida eterna, te rogamos Señor.
Te rogamos, Señor, óyenos.

Roguemos por los que están de viaje, por los que tienen que vivir fuera de su hogar o alejados de sus familiares y amigos, para que Dios los proteja de todo peligro, los ayude en sus dificultades y les conceda retornar, sanos y salvos, a sus hogares, te rogamos Señor.
Te rogamos, Señor, óyenos.

Roguemos finalmente por nosotros mismos, para que el Señor nos haga perseverar en la fe cristiana, nos ayude a conocer más y más el Evangelio de Cristo, fortalezca nuestra voluntad en el bien, nos guarde de todo mal y nos conceda alcanzar la vida eterna, te rogamos Señor.
Te rogamos, Señor, óyenos.

Celebrante:
Dios nuestro, que con la cruz de tu Hijo, bandera discutida, nos revelas la actitud de muchos corazones, escucha nuestras plegarias y no permitas que la humanidad rechace de nuevo la verdad y la gracia, sino que sepa descubrir los momentos que estamos viviendo para alcanzar así la salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, los dones que te presentamos para esta Eucaristía a fin de que, a cambio de ofrecerte lo que tú nos has dado, podamos recibir de ti, tu misma vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Prefacio

La acción del Espíritu en la Iglesia

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Por que de tal manera gobiernas a tu Iglesia, que en todo lugar y en cada momento, No cesas, en efecto, de asistirla con la fuerza del Espíritu Santo, para que, confiaba siempre a ti en el amor, ni abandone l plegaria en la tribulación, ni deje de darte gracias en el gozo, por Cristo nuestro Señor.
Por eso,,
unidos a los coros angélicos, te aclamamos diciendo, llenos de alegría:

Antífona de la Comunión

Mi alma espera al Señor con más ansia que los centinelas el amanecer, porque con el Señor viene la misericordia y la abundancia de su gracia.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Tú que nos has hecho partícipes de la vida de Cristo en este sacramento, transfórmanos, Señor, a imagen de tu Hijo, para que participemos también de su gloria en el cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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Meditación diaria

EL FUEGO DEL AMOR DIVINO

- Fe en el amor que Dios nos tiene y nos ha tenido siempre.

- El amor pide amor, y éste se demuestra en las obras.

- Encender a otros en el amor a Cristo.

I. El fuego aparece frecuentemente en la Sagrada Escritura como símbolo del Amor de Dios, que purifica a los hombres de todas sus impurezas (1). El amor, como el fuego, nunca dice basta (2), tiene la fuerza de las llamas y se enciende en el trato con Dios: Me ardía el corazón en mi interior, se encendía el fuego en mi meditación (3), exclama el Salmista... En el día de Pentecostés, el Espíritu Santo ‑el Amor divino- se derrama sobre los Apóstoles en forma de lenguas de fuego (4) que purifican sus corazones, los inflaman y disponen para su misión de extender el Reino de Cristo por todo el mundo.

Jesús nos dice hoy en el Evangelio de la Misa: Fuego he venido a traer a la tierra, ¿y qué quiero sino que arda? (5). En Cristo alcanza su expresión máxima el amor divino: Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo Unigénito (6). Jesús entrega voluntariamente su vida por nosotros, y nadie tiene amor más grande que el de dar uno la vida por sus amigos (7). Por eso nos declara también su impaciencia santa hasta no ver cumplido su Bautismo, su propia muerte en la Cruz por la que nos redime y nos eleva: Tengo que ser bautizado con un bautismo, ¿y cómo me siento urgido hasta que se lleve a cabo! El Señor quiere que su amor prenda en nuestro corazón y provoque un incendio que lo invada todo. Él nos ama a cada uno con amor personal e individual, como si fuera el único objeto de su caridad. En ningún momento ha cesado de amarnos, de ayudarnos, de protegernos, de comunicarse con nosotros; ni siquiera en los momentos de mayor ingratitud por nuestra parte o en los que cometimos las faltas y pecados más grandes, tanto cuando correspondimos a sus gracias como cuando nos alejamos de Él. Siempre nos mostró el Señor su benevolencia; ahora también. Dios, que es infinito e infinitamente simple, no nos ama a medias, sino con todo su ser, nos ama sin medida. Este misterio de amor se realizó de una manera absolutamente particular en su Madre, Santa María.

La Virgen, Nuestra Madre, es el espejo donde debemos mirarnos nosotros. Ella vivió una vida normal, de tal manera que sus paisanos y familiares nunca pudieron imaginar lo que ocurría en su corazón; ni siquiera José habría sabido nada, si Dios no se lo hubiera manifestado. Ella, la criatura que Dios más amaba, permanecía en la más completa normalidad. En el momento de la Anunciación, cuando se le reveló el modo singular en que era amada por Dios, María creyó y aceptó ser la criatura que Dios había predestinado desde la eternidad como Madre suya. (Qué gran fe la de la Virgen, al pensar que en Ella estaba la salvación de Israel, mucho más, sin comparación posible, que en otros momentos de la historia de Israel lo estuvo en Judith o en Esther! Pero Ella no sólo creyó en el amor de absoluta predilección divina, sino que creyó sin limitación alguna.

Santa María nos enseña a creer en el amor sin límites de Dios, nos ayuda ahora, teniéndola a Ella delante, a examinar nuestra correspondencia a ese amor, pues "no es razón que amemos con tibieza a un Dios que nos ama con tanto ardor "(8). ¿Es una hoguera de lumbre viva nuestro corazón, como el de la Virgen, o sólo rescoldo de tibieza, de mediocridad aceptada? Dios me ama, y esto es lo fundamental de mi existencia. Lo demás apenas tiene importancia.

II. El amor pide amor, y éste se demuestra en las obras, en el empeño diario por tratar a Dios y por identificar nuestra voluntad con la suya. La Segunda lectura (9) nos anima a esa pelea diaria, sabiendo que estamos rodeados de una nube tan grande de testigos, los santos, que presencian nuestro combate, y quienes tenemos a nuestro lado, a los que tanto podemos ayudar con el ejemplo y con nuestro mismo empeño por estar más cerca de Cristo. Sacudamos todo lastre y el pecado que nos asedia -sigue la Lectura-, y continuamos corriendo con perseverancia la carrera emprendida: fijos los ojos en Jesús, iniciador y consumador de la fe... En Él tenemos puesta la mirada, como el corredor que, una vez comenzada la carrera, no se deja distraer por nada que le separe de la meta, alejando toda ocasión de pecado con decisión y energía, pues no habéis resistido todavía hasta la sangre al combatir contra el pecado. Hasta eso hemos de llegar si fuera preciso, incluso por no cometer ni siquiera un pecado venial. Vale más morir que ofender a Dios, aunque sólo fuera levemente.

Muchas veces hemos de decir sí al Amor; una respuesta afirmativa que Él mismo nos pide a través de mil pequeños acontecimientos diarios: al negarnos a nosotros mismos para servir a quienes conviven o trabajan con nosotros en cosas muchas veces menudas; en la mortificación pequeña, que nos ayuda a guardar la templanza y la sobriedad; en la puntualidad a la hora de comenzar nuestros deberes; en el orden en que dejamos la ropa, los libros o los instrumentos de trabajo; en el esfuerzo que frecuentemente supone hacer bien el rato de meditación, diciéndole al Señor muchas veces que le amamos, luchando con las distracciones; en la aceptación alegre de la voluntad de Dios, cuando no sigue los propios planes o nuestro querer... Así se forjan las pequeñas victorias que todos los días espera Dios de quien le ama. También por amor hemos de decir no muchas veces: en la guarda de la vista; al cuerpo que pide más comodidades, más confort y menos sacrificio; al deseo de dejar el trabajo antes de la hora... Son muchas las sugerencias, las mociones del Espíritu Santo para corresponder a ese Amor infinito con que Jesús nos ama.

El amor se expresa en el dolor de los pecados, en la contricción, pues tantas veces –casi sin darnos cuenta- decimos: No al Amor.Son ocasiones para hacer un acto de dolor más profundo por aquello en lo que no hemos sabido corresponder, deseando mucho esa Confesión frecuente en la que encontramos siempre la Misecordia Divina y el Remedio de nuestros males. "Quien no se arrepiente de verdad, no ama de veras". Es evidente que cuanto más queremos a una persona, tanto más nos duele haberla ofendido. Es pues, este uno más de los defectos del Amor" (10).

Y voló hacia mí uno de los serafines – reza la Liturgia de las Horas – con un ascua en la mano que había cogido del Altar con unas tenazas, la aplicó a mi boca y me dijo: Mira, esto ha tocado tus labios, ha desaparecido tu culpa, está perdonado tu pecado (11). Le pedimos al Señor que el juego de su amor purfique nuestra alma. ¡Tanta suciedad! y nos inunde por completo: "¡Oh Jesús... fortalece nuestras almas allá en el camino y sobre todo, embriáganos de Amor": Haznos así hogueras vivas, que enciendan la tierra con el divino fuego que Tú trajiste (12).

III. Los cristianos hemos de ser fuego que encienda como Jesús encendió a sus discípulos. Nadie que nos haya conocido deberá quedar indiferente. Nuestro amor debe ser lumbre viva que convierte en punto de ignición, otras fuentes de amor y de apostolado a quienes tratamos. El Espíritu Santo soplará, a través de nosotros, en muchos que parecían apagados, y de su rescoldo de vida cristiana saldrá en llamas que se propagarán a otros ambientes que de no ser por ellos hubieran permanecidos frios y muertos. No importa que nos parezca que somos poca cosa, que apenas podemos hacer nada, que no sabemos, que nos falta formación. El Señor sólo quiere poder contar del todo con cada uno. No olvidemos que una chispa pequeña puede dar lugar a un gran fuego. ¡Qué grato le es al Señor el que, en la intimidad de nuestra alma, le digamos que somo todo de Él, que puede contar con lo poco que somos!. <<Escríbías:"Yo te oigo clamar, Rey Mïo, con viva voz, que aún vibra:ignem veni mittere in terram, et quid volo nisi ut accendatur?" – he venido a traer el fuego a la tierra, ¿y qué quiero sino que arda?".

"Después añadías: Señor te respondo – Todo yo con mis sentidos y potencias. Aquí me tienes porque me has llamado!".

"- Que sea esta respuesta tuya una realidad cotidiana" (13).

El amor verdadero a Dios se manifiesta enseguida en apostolado, en deseos de que otros conozcan y amen a Jesucristo. "Como la maravillosa normalidad de lo Divino, el alma contemplativa se desborda en afán apostólico". Me ardía el corazón dentro del pecho, se encendía el fuego de mi meditación. ¿Qué fuego es ése sino el mismo del que habla Cristo? Fuego he venido a la Tierra y que he de querer sino que arda(Lc 12-49). Fuego de apostolado que se robustece en la Oración, en el trato íntimo con Cristo.

Allí se alimenta el afán apostólico. El Sagrario, tendremos luz y fuerzas, hablaremos a Jesús de los hijos, de los padres, de los hermanos, de los amigos, de aquellas que acabamos de conocer, de los que encontraremos ese día por motivos profesionales o en los menudos incidentes de la vida diaria. Ninguna se deberá marchar vacía, a todas, de uno modo u otro, con la palabra, con el ejemplo, con la Oración, hemos de anunciarles a Cristo que les busca, que les espera y que se sirve de nosotros como instrumentos. "Aún resuena en el mundo aquel grito divino: "Fuego he venido a traer a la Tierra" ¿Y qué quiero si no que se encienda?" Y ya ves: casi todo está apagado...

"¿No te animas a propagar el incendio? (15).

Le decimos a Jesús que cuente con nosotros, con nuestras pocas fuerzas y nuestros escasos talentos: ¡Aquí estoy porque me has llamado!. Le pedimos a Santa María, Regina Apostolorum, que sepamos ser audaces en esta tarea de dar a conocer a Cristo.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

Santa Elena
Reina 
Año 330

Quien honra a su madre, es como 
quien encuentra un tesoro.
(Eclesiástico).

 

Elena significa: "antorcha resplandeciente".

Esta gran santa se ha hecho famosa por haber sido la madre del emperador que les concedió la libertad a los cristianos, después de tres siglos de persecución, y por haber logrado encontrar la Santa Cruz de Cristo en Jerusalén.

Nació ella en el año 270 en Bitinia (hacia el sur de Rusia, junto al Mar Negro). Era hija de un hotelero, y especialmente hermosa.

Y sucedió que llegó por esas tierras un general muy famoso del ejército romano, llamado Constancio Cloro y se enamoró de Elena y se casó con ella. De su matrimonio nació un niño llamado Constantino que se iba a hacer célebre en la historia por ser el que concedió la libertad a los cristianos.

Cuando ya llevaban un buen tiempo de matrimonio sucedió que el emperador de Roma, Maximiliano, ofreció a Constancio Cloro nombrarlo su más cercano colaborador, pero con la condición de que repudiara a su esposa Elena y se casara con la hija de Maximiliano. Constancio, con tal de obtener tan alto puesto repudió a Elena. Y así ella tuvo que estar durante 14 años abandonada y echada a un lado. Pero esto mismo la llevó a practicar una vida de santidad.

Pero al morir Constancio Cloro, fue proclamado emperador por el ejército el hijo de Elena, Constantino, y después de una fulgurante victoria obtenida contra los enemigos en el puente Milvio en Roma (antes de la cual se cuenta que Constantino vio en sueños que Cristo le mostraba una cruz y le decía: "Con este signo vencerás"), el nuevo emperador decretó que la religión católica tendría en adelante plena libertad (año 313) y con este decreto terminaron tres siglos de crueles y sangrientas persecuciones que los emperadores romanos habían hecho contra la Iglesia de Cristo.

Constantino amaba inmensamente a su madre Elena y la nombró Augusta o emperatriz, y mandó hacer monedas con la figura de ella, y le dio plenos poderes para que empleara el dinero del gobierno en las obras buenas que ella quisiera.

Elena, que se había convertido al cristianismo, se fue a Jerusalén, y allá, con los obreros, que su hijo, el emperador, le proporcionó, se dedicó a excavar en el sitio donde había estado el monte Calvario y allá encontró la cruz en la cual habían crucificado a Jesucristo (por eso la pintan con una cruz en la mano).

Dice San Ambrosio que Santa Elena aunque era la madre del emperador, vestía siempre con mucha sencillez y se mezclaba con la gente pobre y aprovechaba de todo el dinero que su hijo le daba para hacer limosnas entre los necesitados. Que era supremamente piadosa y pasaba muchas horas en el templo rezando.

En Tierra Santa hizo construir tres templos: uno en el Calvario, otro en el monte de los Olivos y el tercero en Belén.

Gastó su vida en hacer obras buenas por la religión y los pobres, y ahora reina en el cielo y ruega por nosotros que todavía sufrimos en la tierra.

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Fuente: http://www.egrupos.net/grupo/caminando-con-jesus
Padre Alberto Hurtado Cruchaga Fundador del HOGAR DE CRISTO, 18 de agosto  


Padre Alberto Hurtado Cruchaga

Sacerdote Jesuita Chileno

Martirologio Romano: En Santiago de Chile, beato Alberto Hurtado Cruchaga, presbítero de la Compañía de Jesús, que fundó una obra para que los pobres que carecen de techo y los vagabundos, sobre todo niños, pudieran encontrar un verdadero y familiar hogar (1952).

UN SANTO DE NUESTRO TIEMPO

Muchos artículos escribió el Padre Alberto Hurtado, grande fue y es su obra, su trabajo fue tan impresionante como su legado, pues lo que dejó y transmitió a sus sucesores y a su pueblo, es una tarea de amor total, es así como me es difícil tomar una decisión sobre que escrito mostrar para hacer ver como pensó este santo de nuestro tiempo, porque cada cosa que leo, artículos, pensamientos, cada hecho o suceso, cada instante de su vida y obra, es camino de santidad.

En uno de sus tantos artículos escribió: "Sería peligroso sin embargo, bajo el pretexto de guardar contacto con Dios, refugiarnos en una pereza soñolienta, en una quietud inactiva. Entra en el plan de Dios el ser estrujado... La caridad nos urge de tal manera que no podemos rechazar el trabajo; consolar un triste, ayudar un pobre, un enfermo que visitar, un favor que agradecer, una conferencia que dar; dar un aviso, hacer una diligencia, escribir un artículo, organizar una obra, y todo esto añadido a las ocupaciones de cada día, a los deberes cotidianos. Si alguien ha comenzado a vivir para Dios en abnegación y amor a los demás, todas las miserias se darán cita en su puerta. Si alguien ha tenido éxito en el apostolado, las ocasiones de apostolado se multiplicarán para él. Si alguien ha llevado bien las responsabilidades ordinarias, ha de estar preparado para aceptar las mayores. Así nuestra vida y el celo por la gloria de Dios nos echan a una marcha rápidamente acelerada, que nos desgasta, sobre todo porque no nos da el tiempo para reparar nuestras fuerzas físicas o espirituales... y un día llega en que la máquina se para o se rompe. ¡Y donde nosotros creíamos ser indispensables se pone otro en nuestro lugar!"

"Con todo esto, ¿podríamos rehusar? ¿No era el amor de Cristo la que nos urgía? y darse a los hermanos ¿no es acaso darse a Cristo?"

"Mientras más amor hay, más se sufre: el deseo de hacer el bien, siempre el bien, de socorrer a los desgraciados, de siempre enseñar y siempre adaptar la verdad eterna, todo esto no se puede realizar sino en ínfima medida. Aun rehusándonos mil ofrecimientos, imponiéndose una línea de frecuentes rechazos, queda uno desbordado y no nos queda el tiempo de encontrarnos a nosotros mismos y de encontrar a Dios. Doloroso conflicto de una doble búsqueda: la del plan de Dios que hemos de realizar en nuestros hermanos y la búsqueda del mismo Dios que deseamos contemplar y amar; conflicto doloroso que no puede resolverse sino en el amor que es indivisible."

BIOGRAFIA

Valparaíso, es la segunda provincia en importancia de mi país, esta larga y angosta faja de más de 5.000 kilómetros, que nace por el oriente al pie de la cordillera de los Andes, la que en muchos lugares llega hasta el mismo mar, Océano Pacifico, dejando algunos valles entre mar y cordillera. Junto al mar, en la misma ciudad donde nací, Viña del Mar, pero 49 años antes, nace Alberto Hurtado Cruchaga nació el 22 de enero de 1901, hijo de Ana y Alberto, luego hermano también de Miguel, otro de los hijo del matrimonio.

El padre de Alberto murió cuatro años después que el hubo nacido, se dice que por asuntos económicos, luego su madre vendió las propiedades familiares y emigró a Santiago, la capital donde vivió como allegada, el espíritu solidario de su familia y su madre fue una característica que llego a marcar y formar a Alberto "Las manos juntas para orar, pero abiertas para dar", quien de nacer en un hogar acomodado, hace luego una infancia que lo acerca a la vida humilde y a la pobreza.

Así fue, como a los ocho años de edad, Alberto ingresa a estudiar en el colegio San Ignacio de Santiago como alumno becado, donde se destaca por cumplir con sus obligaciones, reflejado en sus calificaciones, su natural inclinación por hacer el bien, su incondicional entrega a sus compañeros y amigos, sin dejar de ser un muchacho muy alegre y juguetón, lo que atrae con admiración a sus compañero de curso y sus maestros.

Por ser una escuela católica el Colegio San Ignacio, Alberto recibió una educación sólida y reforzada en la fe, es así como con tan sólo 15 años él manifestó sus inquietudes por ingresar a la Compañía de Jesús, siendo motivado a completar previamente su Bachillerato, del que egresó con el premio en Apologética y mención honrosa en todas las materias posteriormente, ya en 1918, ingresó a la Escuela de Derecho de la Universidad Católica.

Por el año 1920, el país sufría algunas crisis laborales en el área minera, principal fuente de riqueza hasta el día de hoy, como así mismo la más importante fuente laboral, y no habiendo otros recursos de trabajos Santiago, la capital, recibía gran cantidad de emigrantes que quedaban marginados en la pobreza, habitando en miserables albergues. En esa realidad, Alberto, quien se destacaba por su espíritu solidario, siendo estudiante , luego de las clases universitarias, visitaba asiduamente a los trabajadores desamparados a fin de ofrecer su apoyo moral y espiritual, esta tarea la hacia motivando a otros amigos para que lo acompañaran.

No descanses mientras haya un dolor que mitigar, era un bello lema del Joven Alberto, quien desde temprana edad adolescente fue inquieto luchador por los más necesitados. Su labor inicial la hizo apoyada desde el Patronato de Andacollo, ubicado en un sector marginal de Santiago, barrio de Mapocho. Allí su acción y su entrega a favor de lucha contra la miseria, le permitió ejercer una loable actividad, motivando su apostolado de carácter social.

Alberto siente un natural impulso de aliviar el dolor de los demás, es así como este Joven de profunda espiritualidad, y de gran servicio a su prójimo, comienza a manifestar una bella actitud solidaria y samaritana en los pobres y sufridos hombres, abandonados a su suerte experimentando una espiritualidad muy profunda y de gran servicio. Es así, como en una ciudad fría, de cemento, inclemente, con una sociedad donde la aristocracia no se la juega por los pobres, y con grandes problemas de cesantía, Alberto, con un gesto valiente, solidario, inspirado en el amor de Cristo, su amigo y líder, vuelca todo su amor y muestra su adhesión y presta su apoyo a una causa ajena, en situaciones difíciles, llevando palabras de aliento y el mensaje de la Iglesia en cada albergue que visita.

El ejemplar comportamiento de vida y el respeto por la vida institucional de Alberto, se muestra también en el cumplimiento de su deber patriótico, y lo hace ingresado a cumplir con sus obligaciones militares como cualquier estudiante responsable en este deber.

Del mismo modo el vio la necesidad de no dejar de participar en los debates contingentes de la época en asuntos sociales a través de las organizaciones estudiantiles.

Dentro de toda su actividad, Alberto no descuida la oración, no deja de lado el ejercicio espiritual, participa en retiros, lo que indica que su buena enseñanza católica del Colegio san Ignacio, su buena educación en la familia, su grupo de amigos, es y sigue siendo algo muy importante en su fe cristiana, adoptando como forma de vida, las enseñanzas de Cristo y su incondicional amor por El, algo que refleja en sus actitud permanente con su prójimo y consigo mismo.

De esta manera, con esta actitud solidaria y comprometida con Cristo y sin entrar aún a la Compañía de Jesús, Alberto Hurtado concluye sus estudios de Derecho, con distinción unánime en la Universidad Católica de Chile.

Pero no era su carrera como abogado lo que el deseaba en su corazón, y es así como el 14 de agosto de 1923, ingresa a la Compañía de Jesús, con sus estudios en el Noviciado de Chillán, distante a poco mas de 400 Km. de su casa al sur de Chile, en ese lugar estaría dos años, después viaja a Argentina, ciudad de Córdoba, lugar donde continua con su etapa inicial preparatoria. En su caminar continua trasladándose por el año 1927 al Colegio Máximo de Sarriá de Barcelona, en España, hasta el año 1931, para cursar por tres años filosofía y teología y a continuación como consecuencia de la realidad política española de la época con la instauración de la República, se ve obligado a viajar a Bélgica, donde continua estudiando en la Universidad de Lovaina, allí cursa otras materia relacionadas con la pedagogía y psicología.

Por que así Dios lo quiso, así fue en el Plan de Vida de Alberto, es ordenado sacerdote en Lovaina, el 24 de agosto de 1933, luego continuando con su brillante formación recibe el grado de doctor en Pedagogía de la Universidad de Lovaina, finalizando su etapa de estudios jesuitas.

Así es, como en una de sus cartas escrita en le año 1933, refleja su inmensa alegría de ser sacerdote, expresándose así "¡Ya me tiene de sacerdote del Señor! Bien comprenderá mi felicidad y con toda sinceridad puedo decirte que soy plenamente feliz", luego, tres años mas tarde, regresa a su país natal que es Chile a ejercer su tarea encomendada divinamente. Sus primeras tareas, como educador y formador, la hace impartiendo clase en la misma escuela que lo formó, el Colegio san Ignacio, en la misma Universidad Católica de Chile y en el Seminario Pontificio Mayor.

Sin embargo, el país no había experimentado grandes cambios y los problemas sociales continuaban, como país subdesarrollado, pobre, marginal, clasista y racista, donde los que tenía buena situación económica se autoproclamaban aristócratas, formando una clase separatista en categoría Alta, que se mostraba indiferente a los afligido. En esa realidad, el Padre Alberto Hurtado, siente la enorme necesidad de acudir a los desamparados, viendo en cada pobre el rostro sufriente de Jesús.

Pero como el Plan de Dios en los hombres ha de cumplirse, en el año 1937, la gran formadora de este Jesuita, doña Ana Cruchaga, madre de Alberto, se encamina al encuentro con el Señor, cuando ella muere, Alberto estaba en esos momento en sus Ejercicios Espirituales, y a pesar del dolor por la partida de su madre, se siente reconfortado porque su convicción de la vida eterna en la manos de Dios es dueña de su corazón.

El Padre Alberto, hombre de gran carisma, atrae a personas de toda edad, es feliz trabajando con los jóvenes, es feliz oyendo a cada necesitado, y con mucho entusiasmo invita a enloquecerse por Cristo, lo que el llamada con alegría motivadora el "chiflarse" por Cristo.

Entonces observando y sintiendo la triste realidad social del país, se empeña en llevar a cada rincón del territorio una palabra de aliento y esperanza, es así, como en este ambiente el ve la necesidad permanente de la Iglesia de aumentar las vocaciones sacerdotales, entonces esta la oportunidad de captar nuevos servidores y los exhorta a seguir el bello camino del servicio, con su ejemplo de vida la motivación siempre estaba en buenas manos. Es así como impartió Ejercicios Espirituales y dirigió espiritualmente a un grupo de jóvenes, que mas tarde dio como resultado a buenos hombres de fe y servicio social.

Por el año 1941, es nombrado asesor de la Juventud de la Acción Católica, que a partir de ese instante y a través de su conducción, el movimiento cobra gran auge, debiendo viajar constantemente por distintos lugares del país. El además se caracteriza por ser buen escritor, excelente crítico social, buen observador de las cosas cotidianas, buen analista de la realidad social de país, todo inspirado en su gran amor a Cristo, su irrenunciable fe, su amor al prójimo, su espíritu de servicio, su gran preocupación por la comunidad y principalmente los pobres.

El Padre Hurtado, conciente de lo que llamaba la "injusticia social trae más males que los que puede reparar la caridad", se transforma en un buen obrero luchador por la transformación de una sociedad más justa, las tristes y pobres condiciones en las cuales viven los marginados socialmente en chile, la situación de los obreros, le causa un gran dolor, y una gran motivación para dedicarse a ellos, es tan vehemente, que busca, piensa y expresa todo los que puede ser de ayuda a los sufridos trabajadores, bajo el único concepto de justicia y amor que habita en su corazón, que es el espíritu de Cristo. Es así como él se hace presente en muchos sectores laborales, pala en mano se hace presente en las minas salitreras o de carbón en Chile.

En su incansable preocupación por los asuntos sociales, este notable solidario con sus hermanos, viaja a otros lugares como Paris en busca de elementos de juicio que aporten a su causa, llega a entrevistarse hasta con el Papa S.S.Pío XII, en Roma, a quien expone y presenta la realidad religiosa, social y política de su país Chile, haciéndole notar temas tan urgentes como llevar la doctrina social de la Iglesia al mundo sindical y hacer presente el espíritu cristiano en los trabajadores. También pasa por Bélgica, donde se ordeno sacerdote, para estudiar la liga de los campesinos católicos y los sindicatos cristianos.

En el año 1944 se involucra en lo que sería su proyecto más importante y de gran reconocimiento hoy en todo el País. Este comienza en una noche fría y lluviosa en una fecha que no es tradicional para la estación primaveral, en el mes de octubre, cuando es interceptado por un hombre de condición económica pobre que le solicita ayuda porque no tiene un lugar en donde dormir. Alberto con su gran corazón, se estremece, al verlo, desamparado y enfermo, y ve en aquel hombre pobre al mismo Cristo desolado.

Absolutamente conmovido, mas tarde cuenta su experiencia a un grupo de señoras de la congregación del Apostolado Popular que se encontraba en un retiro, con una gran respuesta, porque ellas también se conmovieron y sintieron el llamado de Cristo y decidieron entregar sus joyas y bienes que tenían a mano para dar impulso a una gran obra de caridad, así el 21 de diciembre de ese mismo año, el Padre Alberto Hurtado coloca la primera piedra del Hogar de Cristo.

El Hogar de Cristo es una de las obras de caridad mas grande y talvez la de mayor reconocimiento en el país, en ella el chileno expresa su solidaridad, en ella se refugian los pobres de Chile, en ella encuentran paz, descanso, comida y la presencia espiritual del Padre Alberto Hurtado. Esta obra surge de la espiritualidad del Padre Alberto, y de su gran concepto de lo que es ser solidario en Cristo, viéndolo a El en el rostro del desolado, el desamparado, el marginado y el hambriento hombre en busca de refugio.

"Dar al que lo necesita hasta que duela", es una expresión acuñada en el corazón de muchos chilenos por el Padre Alberto Hurtado. También fue la invitación que ha sido acogida por sacerdotes y laicos que han estado dispuestos a trabajar por los más pobres, en un hogar que mucho amor, respeto y consideración se respira un aroma de autentica caridad para niños, adulto y ancianos, enfermos y sanos, chicos vagabundos, que habían hecho su hogar junto al Río, debajo de un puente, en una humilde choza de cartón, quienes en principio fueron recogidos por una típica camioneta de los años cincuenta que aún se conserva en excelentes condiciones.

Pero también, preocupado por la suerte del obrero chileno y sus paupérrimas condiciones, el Padre Alberto, se introdujo en el mundo del trabajo creando además la Acción Sindical y Económica Chilena (ASICH) en 1947, ocupando el cargo de Capellán. Allí en la (ASICH), formó dirigentes cristianos y organizó los servicios jurídicos y sociales para defender sus derechos. Cabe destacar el reconocimiento y la afiliación de esta organización a la Confederación Internacional de Sindicatos Cristianos e integrada a organismos internacionales como la ONU, UNESCO y la Organización Internacional del Trabajo.

También es el creador de la revista Mensaje, que público su primer número en octubre de 1951, revista con la cual se hicieron presente los valores de solidaridad, el servicio, la justicia social, y el Evangelio.

Así fue, como el 18 de agosto de 1952, a los cincuenta y dos años de edad, y estando enfermo de cáncer, fue llamado por Dios, del cual tenemos la convicción total, que fue recibido amorosamente, como uno de sus predilectos hijos, que se entregó por entero a vivir y trabajar en el espíritu del amor de Cristo como uno mas de sus apóstoles.

El Padre Alberto Hurtado Cruchaga, fue beatificado en Roma en 1994 y es el segundo de los chilenos, después de la carmelita Teresita de los Andes, y muy pronto también la joven Laurita Vicuña, que tiene un puesto de honor junto a todos los santos de Dios. Canonizado el 23 de octubre de 2005, por el Santo Padre, Papa Benedicto XVI.

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Fuente: Santiebeati.it
Reinaldo de Concorégio, Beato Obispo, 18 de agosto  

Reinaldo de Concorégio, Beato

Obispo

Martirologio Romano: En Ravena, en la Romaniola, beato Reinaldo de Concorégio, obispo, ilustre por su celo, prudencia y caridad (1321)

 

De la noble familia de los De Concorégio, nació en Milán entre los años 1240 y 1250; de su juventud no se sabe nada, lo encontramos ya en la universidad de Bolonia donde algunos ciudadanos de Lodi le proponen, que a partir de octubre de 1287, sea el profesor de Derecho en su ciudad; en el mayo de 1287, el obispo de Lodi le pide su opinión sobre algunos temas legales, esto nos hace entender que gozó de fama de jurisconsulto y en efecto tuvo el título académico de ´magister´ en 1295.

En 1289 entró en el equipo de trabajo del vice canciller de la Curia romana, el cardenal milanés Pietro Peregrosso, quien viendo los buenos resultados de varias misiones en Francia que llevó a feliz término, en 1295 lo designó entre sus herederos.

Continuó su labor en la Curia romana como secretario del cardenal Benedetto Gaetani y luego capellán del papa Bonifacio VIII. El 13 de octubre de 1296 el papa lo nombra obispo de Vicenza, sede que alcanzó de modo borrascoso, porque los vicentini
1 eligieron otro obispo, pero al final la autoridad del papa prevaleció.

Tuvo en aquel período encargos diplomáticos especiales siendo arbitro en las contiendas que agitaron Francia e Inglaterra a propósito de Guinea; fue llamado por el papa a Florencia para apoyar a los ´Neri´, como vicario en la Romaña
2 (1302), llegando a ser el Rector espiritual y temporal de la Región.

En esta función se encontró enredado en las conocidas turbulencias de esta zona que vivía en continuos conflictos, en Forlì, su sede, bajaba a la plaza para llevar la paz, pero fue atacado y herido gravemente, curó milagrosamente de las profundas heridas y continuó su labor pero sin éxito.

La "bofetada de Anagni"
3 y la posterior muerte de Bonifacio VIII, 11 de octubre1303, determinó la caída de la autoridad pontificia en Romaña. En el mismo año, tras la muerte de Obizzo Sanvitale arzobispo de Ravena, el clero ignorando las disposiciones del anterior pontífice, que asumía el nombramiento de los sucesores episcopales, se reunió y dividido en dos grupos, eligieron cada uno un sucesor; el nuevo papa Benedetto XI, acogió la solicitud de quienes habían elegido a Reinaldo de Concorégio, quien después de haber sido reemplazado en la sede de Vicenza y en la rectoría de Romaña, en octubre de 1305 tomaba posesión de la nueva sede arzobispal.

En 1307 convocó un Concilio local, recompuso las relaciones con Roma, retomó la antigua práctica de las visitas parroquiales con un preciso ceremonial. Tuvo en 1309 un según concilio en Bolonia provincial y un tercero en Ravena en 1311.

Viajó mucho por los grandes e incómodos encargos que recibió tanto del Papa cuanto del rey de Francia; por encargo de Enrique VII, rey de Alemania, dio una vuelta por varias ciudades lombardas intentando lograr las reconciliaciones.

Fue artífice de la absolución a los Templarios italianos en el Concilio de Rávena, indagados y amenazados con la disolución de la orden por deseo de Felipe el Hermoso. Condenó junto a sus obispos coadjutores la tortura y la amenaza como medios para conseguir confesiones, no aceptándolas si eran obtenidas con estos métodos. En este tema discrepó con el Papa Clemente V.

Durante Concilio de Vienne, Francia, (1311 -1312), aunque la orden de los Templarios fue disuelta, el papa Clemente V, quien seguía consejos del rey de Francia, tuvo que admitir que ninguna de las acusaciones fueron probadas y Reinaldo, que participó en el Concilio, tuvo así una bonita confirmación a su recto actuar.

En 1314, convocó el cuarto Concilio diocesano en Argenta, con el objetivo de recobrar los bienes de la Iglesia, restablecer la disciplina del clero, de los fieles y del culto. Un quinto y último Concilio local se efectuó en Bolonia en 1317.

Con imponentes trabajos hizo restaurar la catedral de san Orso, incrementó la predicación en lengua vulgar. En 1314, ya inestable de salud, se estableció en el castillo de Argenta y gobernó la sede episcopal de Rávena por vicarios, alejándose paulatinamente de la acción política y limitándose a la dirección de la diócesis.

Murió el 18 de agosto de 1321, quizás en su castillo de Argenta, el culto a Reinaldo siempre ha sido una constante tradición de la Iglesia ravenesa; en un documento del 1340 le es atribuido el título de ´beato´; en el 1413 el franciscano Niccolò de Rimini escribe ´Actos y milagros´ relatando esos hechos; en el 1566 durante un reconocimiento, el cuerpo fue encontrado casi intacto y con una larga barba y así es representado.

Sus reliquias están en Lodi, Concorégio, Vicenza, lugares dónde incluso es venerado. El culto oficial fue concedido a la diócesis de Ravena y a las otras ciudades, por el papa Pío IX, el 15 de enero de 1852.

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

responsable de la traducción: Xavier Villalta



1vicentini: gentilicio de Vicenza.
arriba
2La Romaña es una región histórica de Italia central que actualmente forma parte de la región de la Emilia-Romaña.
arriba
"3La bofetada de Anagni es un episodio sucedido en la ciudad de Anagni el 7 de septiembre de 1303. Actualmente se cree que no se trató propiamente de una bofetada materialmente dada, sino más bien a un golpe moral, aun cuando algunos historiadores atribuyen a Sciarra Colonna el acto de abofetear al Papa Bonifacio VIII: El episodio fue cantado por Dante Alighieri en su Divina Comedia (Purgatorio, Canto XX, 85-90).
El absolutismo monárquico del rey de Francia, Felipe IV el Hermoso, teorizado por los romanistas de su corte, no admitía ningún poder exterior a su voluntad, por lo que chocó con la doctrina teocrática del papa Bonifacio VIII, que afirmaba el derecho pontificio sobre todos los hombres, incluso los soberanos. Para ello promulgó la bula "Unam Sanctam" (1302), que desató la tormenta entre los dos poderes, puesto que la acompañó poco después con la excomunión del rey. El canciller de Felipe IV, Guillaume de Nogaret, aconsejó al rey la acción directa contra el Papa. Con la calumnia, Nogaret indispuso los ánimos, al mismo tiempo que con sus tropas se presentó en la residencia papal de Anagni, forzó la guardia del castillo y en una escena violenta y humillante ultrajó al pontífice y se apoderó de su persona. Libre al día siguiente, con la ayuda de tropas romanas amigas, Bonifacio VIII no resistió la afrenta; al cabo de tres días murió en Roma (11 de octubre de 1303).
El ultraje causó la ira incluso de algunos adversarios de la política del Papa, como el mismo Dante, que consideró la ofensa como realizada contra Cristo mismo

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Floro, Lauro y compañeros, Santos Mártires, 18 de agosto  

Floro, Lauro y compañeros, Santos

Mártires

Martirologio Romano: En la Iliria, los santos Mártires Floro y Lauro, canteros, los cuales, en tiempo del prefecto Licinio, después del martirio de sus maestros Próculo y Máximo, ambos, al cabo de muchos tormentos, fueron sumergidos en un pozo profundo.

Los gemelos Floro y Lauro eran aprendices de escultores y Proclo y Máximo sus maestros. Dejando Bizancio, su ciudad natal se establecieron en la región de la Dardania, en Ulpiano, donde ejercían su arte.

Fueron llamados por Licinio para la construcción de un templo a los dioses paganos; un día, Alejandro, hijo de Anastasio, sacerdote pagano, mientras asistía a la construcción, fortuitamente fue golpeado en un ojo.

Floro y Lauro instruyeron a Alejandro en la fe de Cristo cuando éste se convirtió al cristianismo, los Santos obraron el milagro de devolverle la vista al ojo enfermo.

Tal fue la admiración del padre por el prodigio, que también él se convirtió. Terminada la construcción del templo, Floro y Lauro, reunidos con los cristianos del lugar, entraron al templo con velas encendidas, portando en andas la Cruz.

Enterado Licinio de este hecho, les propuso perdonarlos, siempre que hicieran sacrificios a los dioses. Habiendo obtenido como respuesta una enérgica negativa, los Santos fueron flagelados, quedando su sangre esparcida por todo el piso, y luego ahogados en un pozo

Iliria es una antigua región histórica de Europa que, en su mayor extensión, incluía la parte occidental de la península Balcánica en la costa oriental del Mar Adriático, en lo que hoy es Albania. Su nombre griego fue Illyris, y el latino Illyricum. El nombre de Iliria prácticamente no fue usado por los autores clásicos.

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Fuente: Franciscanos.net
Paula Montaldi, Beata Abadesa Clarisa, 18 de agosto  

Paula Montaldi, Beata

Abadesa Clarisa

Martirologio Romano: En Mantua, de la Lombardía, beata Paula Montaldi, virgen, abadesa de la Orden de las Clarisas, que se distinguió por su devoción a la pasión del Señor y por su constante oración y austeridad (1514).

Etimología: Paula = "la que descansa".

 

Paula Montaldi nació en Volta Mantovana en 1443. De sólo quince años, en 1458, ingresó en el monasterio de las Hermanas Clarisas, de Santa Lucía en Mantua, donde por largos años fue abadesa. La Pasión de Jesús era el objeto más familiar de sus conversaciones, como también de sus meditaciones y contemplaciones. Fue devotísima de la Eucaristía. Llevó una vida muy austera, llevaba cilicio, se flagelaba y ayunaba, siempre feliz en las humillaciones, en el trabajo y en las fatigas.

Para con sus cohermanas se mostró llena de caridad y pronta a todas sus necesidades. Bajo su dirección el monasterio de Santa Lucía fue floreciente por las numerosas vocaciones y por la vida seráfica que allí se llevaba.

Agradecida al Señor por los favores que le había concedido, solía repetir esta oración: "Dios mío, te amo con todo mi corazón, con un amor sin medida y por toda mi vida no cesaré de cantar tus alabanzas!". En 56 años de vida religiosa nunca dio un disgusto a sus cohermanas. Como superiora prudente, procuró también el bien material de su comunidad, convencida de que habrá perfecta observancia de la regla cuando no falte lo necesario para la vida. En el jardín hizo excavar un pozo, llamado "Pozo de la Beata Paula", cuya agua abundante posee virtudes curativas.

Su confianza en Dios era grande. A menudo repetía la expresión de San Pablo: "Sé de quién me he fiado!". Su alma a veces era arrebatada en dulces éxtasis, a veces se oyeron coros angélicos que cantaban junto al tabernáculo. Escribió varios opúsculos especialmente sobre el nombre de Jesús, que lamentablemente se han perdido.

Un día mientras oraba en éxtasis ante un crucifijo situado en lo alto de una escalera, el demonio la atacó y la arrojó por tierra pavorosamente. Fue recogida por las cohermanas y recostada sobre un jergón. Eran los últimos días y las últimas pruebas. Exhausta por las vigilias prolongadas, por el riguroso ayuno y otras ásperas penitencias, asistida por su confesor y sus cohermanas, apretando contra su corazón el crucifijo, repitió nuevamente su jaculatoria predilecta: "Pasión de Cristo, Sangre de Cristo, misericordia de mí". Y serenamente expiró. Era el 18 de agosto de 1514. Tenía 71 años, de los cuales transcurrió en el monasterio 56.

Su culto fue aprobado por Pío IX el 6 de septiembre de 1876.

 

 

Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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