jueves, 9 de mayo de 2013

Jueves 09/05/2013. Solemnidad de la Ascención (excepto algunos países que la celebran este Domingo)

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Marcos 16, 15-20

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once, y les dijo:
"Vayan por todo el mundo y proclamen la buena noticia a toda criatura. El que crea y se bautice, se salvará, pero el que no crea, se condenará. A los que crean, les acompañarán estas señales: expulsarán demonios en mi nombre, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes con sus manos y, aunque beban veneno, no les hará daño; impondrán las manos a los enfermos y éstos sanarán".
Después de hablarles, el Señor Jesús fue elevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos salieron a predicar por todas partes, el Señor los asistía y confirmaba la palabra acompañandola con señales.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354

Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

Misal

 

Ascensión del Señor (en algunos países: 7o dom pascua B)

Debido a que en algunas regiones la solemnidad de la Ascensión del Señor es celebrada el jueves de la sexta semana de Pascua, se proponen para este día dos formularios de Misa: 1. El correspondiente a la Solemnidad de la Ascensión. 2. El que corresponde al séptimo domingo de Pascua.

Antífona de Entrada

Galileos, ¿qué hacen allí mirando al cielo? Ese mismo Jesús, que los ha dejado para subir al cielo, volverá como lo han visto marcharse. Aleluya.

Se dice "Gloria".

Oración Colecta

Oremos:
Concédenos, Dios todopoderoso, llenar nuestro corazón de gratitud y de alegría por la gloriosa Ascensión de Jesucristo, tu Hijo, ya que su triunfo es también nuestra victoria; pues a donde Ilegó él, nuestra cabeza, tenemos la esperanza cierta de Ilegar nosotros como miembros de su cuerpo.
El, que vive y reina contigo...
Amén.

Primera Lectura

Se fue elevando a la vista de sus apóstoles

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 1, 1-11

Ya traté en mi primer libro, querido Teófilo, de todo lo que Jesús hizo y enseñó desde el principio hasta el día en que subió al cielo, después de haber dado sus instrucciones por la acción del Espíritu Santo a los apóstoles que había elegido.
Después de su pasión, Jesús se les presentó con muchas y evidentes pruebas de que estaba vivo, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles del reino de Dios.
Un día, mientras comían juntos, les mandó:
"No salgan de Jerusalén; esperen la promesa que les hice de parte del Padre; porque Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados con Espíritu Santo dentro de pocos días".
Los que lo acompañaban le preguntaron:
"Señor, ¿vas a restablecer ahora el reino de Israel?"
Jesús les contestó:
"A ustedes no les toca conocer los tiempos o momentos que el Padre ha establecido con su autoridad. Ustedes recibirán la fuerza del Espíritu Santo; él vendrá sobre ustedes para que sean mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los extremos de la tierra".
Después de decir esto, lo vieron elevarse hasta que una nube lo ocultó de su vista.
Cuando estaban mirando atentamente al cielo mientras él se iba, se acercaron dos hombres con vestidos blancos y les dijeron:
"Galileos, ¿por qué se han quedado mirando al cielo? Este Jesús que de entre ustedes ha sido llevado al cielo, vendrá de la misma manera que lo han visto irse".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Sal 46, 2-3.6-7.8-9

Entre voces de júbilo, Dios asciende a su trono.

Todos los pueblos, aplaudan; aclamen a Dios con gritos de alegría. Porque el Señor es grande y temible, es el rey de toda la tierra.
Entre voces de júbilo, Dios asciende a su trono.

Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al sonido de las trompetas: Toquen para Dios, toquen; toquen para nuestro rey, toquen.
Entre voces de júbilo, Dios asciende a su trono.

Porque Dios es el rey de toda la tierra: toquen con destreza. Dios reina sobre las naciones, Dios se sienta en su santo trono.
Entre voces de júbilo, Dios asciende a su trono.

Segunda Lectura

Lo hizo sentar a su derecha en el cielo

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 4, 1-13

Hermanos: Yo, Pablo, prisionero por amor al Señor, les ruego que, como corresponde a la vocación a la que han sido llamados, se comporten con gran humildad, amabilidad y paciencia, aceptándose mutuamente con amor. Preocúpense de conservar, mediante el vínculo de la paz, la unidad que es fruto del Espíritu. Uno solo es el cuerpo y uno solo el Espíritu, como también es una la esperanza que encierra la vocación a la que han sido llamados; un solo Señor, una fe, un bautismo, un Dios que es Padre de todos, que está sobre todos, actúa en todos y habita en todos.
A cada uno de nosotros, sin embargo, le ha sido dada la gracia según la medida del don de Cristo. Por eso dice la Escritura: Al subir a lo alto llevó consigo cautivos, repartió dones a los hombres. Eso de "subió" ¿no quiere decir que también bajó a las regiones inferiores de la tierra? Y el que bajó es el mismo que ha subido a lo alto de los cielos para llenarlo todo. Y fue también él quien constituyó a unos apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, y a otros apóstoles y doctores. Capacita así a los creyentes para la tarea del ministerio y para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que lleguemos todos a la unidad de la fe y del pleno conocimiento del Hijo de Dios, hasta que logremos ser hombres perfectos, hasta que consigamos la madurez conforme a la plenitud de Cristo.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, Aleluya,
Vayan y enseñen a todas las naciones, dice el Señor, y sepan que yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo.
Aleluya.

Evangelio

Subió al cielo y está sentado a la derecha de Dios

† Lectura del santo Evangelio según san Marcos 16, 15-20

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once, y les dijo:
"Vayan por todo el mundo y proclamen la buena noticia a toda criatura. El que crea y se bautice, se salvará, pero el que no crea, se condenará. A los que crean, les acompañarán estas señales: expulsarán demonios en mi nombre, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes con sus manos y, aunque beban veneno, no les hará daño; impondrán las manos a los enfermos y éstos sanarán".
Después de hablarles, el Señor Jesús fue elevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos salieron a predicar por todas partes, el Señor los asistía y confirmaba la palabra acompañandola con señales.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice "Credo".

Oración de los Fieles

Celebrante:
Hermanos y hermanas, acudamos con confianza a Jesucristo, el Señor, que subió al cielo y allí vive cerca del Padre para orar por nosotros.
(Respondemos a cada petición: Te lo pedimos, Señor).

Por la santa Iglesia de Dios: para que alcance la unidad que quiso para ella su Fundador y, fiel a su misión, anuncie el Evangelio a toda criatura, roguemos al Señor.
Te lo pedimos, Señor.

Por el pueblo de Israel y por todos los pueblos del universo: para que conozcan al único Dios verdadero y a su enviado Jesucristo, roguemos al Señor.
Te lo pedimos, Señor.

Por los enfermos: para que el Padre que glorificó el cuerpo de su Hijo, cure también los dolores de nuestra carne, roguemos al Señor.
Te lo pedimos, Señor.

Por nuestra comunidad, para que espere sin desfallecer la venida del Reino y viva siempre en la unidad de la Iglesia, roguemos al Señor.
Te lo pedimos, Señor.

Celebrante:
Señor nuestro, Jesucristo, que para manifestar las maravillas de tu majestad subiste al cielo ante tus apóstoles; concédenos la ayuda de tu bondad y, según tu promesa, permanece siempre con nosotros. Tú que vives y reinas, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.
Amén.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, este sacrificio que te ofrecemos en acción de gracias por la ascensión de tu Hijo, y concédenos que esta Eucaristía eleve nuestro espíritu a los bienes del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Prefacio

El misterio de la Ascensión

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque Jesús, el rey de la gloria, vencedor del pecado y de la muerte, ha ascendido hoy ante el asombro de los ángeles a lo más alto del cielo, como mediador entre Dios y los hombres, como juez de vivos y muertos.
No se ha ido para desentenderse de este mundo, sino que ha querido precedernos como cabeza nuestra para que nosotros, miembros de su Cuerpo, vivamos con la ardiente esperanza de seguirlo en su reino.
Por eso,
con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría, y tambien los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:

Antífona de la Comunión

Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo. Aleluya.

Oración después de la Comunión

Oremos:
Dios todopoderoso, que ya desde este mundo nos haces participar de tu vida divina; aviva en nosotros el deseo de la patria eterna, donde nos aguarda Cristo, Hijo tuyo y hermano nuestro, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.

 

jue 6a. Sem Pascua

Antífona de Entrada

Cuando saliste, Señor, al frente de tu pueblo y le abriste camino a través del desierto, la tierra se estremeció y hasta los cielos se fundieron. Aleluya.

Oración Colecta

Oremos:
Dios nuestro, que nos has hecho partícipes de los dones de la redención, concédenos vivir siempre la alegría de la resurrección de tu Hijo. El cual vive y reina contigo...
Amén.

Primera Lectura

Pablo se estableció en la casa de Aquila; trabajaba y predicaba en la sinagoga

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
18, 1-8

En aquellos días, Pablo partió de Atenas y fue a Corinto. Allí encontró a un judío llamado Aquila, originario del Ponto, el cual acababa de llegar de Italia con su mujer Priscila, a causa del decreto por el cual el emperador Claudio había expulsado de Roma a todos los judíos. Pablo se unió a ellos y, como eran del mismo oficio -se dedicaban a fabricar tiendas de campaña-, se quedó trabajando en casa con ellos. Todos los sábados conversaba en la sinagoga, tratando de convencer a judíos y griegos. Pero, cuando Silas y Timoteo llegaron de Macedonia, Pablo se dedicó enteramente a la predicación de la palabra, dando testimonio ante los judíos que Jesús era el Mesías. Como se oponían y no dejaban de insultarlo, sacudió su ropa en señal de protesta y les dijo: 
"Ustedes son los responsables de cuanto les suceda. Mi conciencia está limpia. En adelante, pues, me dirigiré a los paganos".
Dicho esto, se fue de allí, y entró en la casa de un tal Ticio Justo, que adoraba al verdadero Dios y vivía junto a la sinagoga. Crispo, el jefe de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su familia, y muchos de los corintios que oían la predicación, creían y se bautizaban.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Sal 97, 1-2.3ab.3cd-4

El Señor nos ha demostrado su amor y su lealtad.

Canten al Señor un canto nuevo, porque ha hecho maravillas; su mano le ha dado la victoria, su santo brazo.
El Señor nos ha demostrado su amor y su lealtad.

El Señor hace pública su victoria, a la vista de las naciones muestra su salvación; ha recordado su amor y su fidelidad en favor de Israel.
El Señor nos ha demostrado su amor y su lealtad.

Toda la tierra ha visto la victoria de nuestro Dios. Aclamen al Señor habitantes de toda la tierra, estallen de gozo, griten de alegría, canten.
El Señor nos ha demostrado su amor y su lealtad.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Nos los dejaré desamparados, dice el Señor; me voy, pero volveré a ustedes y entonces se alegrará su corazón.
Aleluya.

Evangelio

Su tristeza se transformará en alegría

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 16, 16-20

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Dentro de poco dejarán de verme; pero, dentro de otro poco volverán a verme".
Al oír esto, algunos de sus discípulos comentaban:
"¿Qué significa esto? Acaba de decirnos: "Dentro de poco dejarán de verme, pero dentro de otro poco volverán a verme". También nos ha dicho: "Porque me voy al Padre"".
Y se preguntaban:
"¿Qué quiere decir con eso de "dentro de poco?" No sabemos a qué se refiere".
Sabiendo Jesús que deseaban una aclaración, les dijo:
"Están preocupados por el sentido de mis palabras: "Dentro de poco dejarán de verme, pero dentro de otro poco volverán a verme". Yo les aseguro que ustedes llorarán y gemirán, mientras que el mundo se sentirá satisfecho.
Ustedes estarán tristes, pero su tristeza se convertirá en alegría".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, las ofrendas que te presentamos, y purifica nuestros corazones para que podamos participar dignamente en este sacramento de tu amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Prefacio

Cristo, sacerdote y víctima

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor; pero más que nunca en este tiempo en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado. 
Porque él, con la inmolación de su cuerpo en la cruz, dio pleno cumplimiento a lo que anunciaban los sacrificios de la antigua alianza, y ofreciéndose a sí mismo por nuestra 
salvación, quiso ser al mismo tiempo sacerdote, víctima y altar. 
Por eso,
con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría, y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:

Antífona de la Comunión

Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo, dice el Señor. Aleluya.

Oración después de la Comunión

Oremos:
Dios todopoderoso y eterno,que en Cristo resucitado nos has hecho renacer a la vida eterna, haz que este misterio pascual en el que acabamos de participar por medio de la Eucaristía, dé en nosotros abundantes frutos de salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

 

Solemnidad de la Ascensión del Señor

JESÚS NOS ESPERA EN EL CIELO

— Culmina en este misterio la exaltación de Cristo glorioso.

— La Ascensión fortalece y alienta nuestro deseo de alcanzar el Cielo. Fomentar esta esperanza.

— La Ascensión y la misión apostólica del cristiano.

I. Una bendición fue el último gesto de Jesús en la tierra, según el Evangelio de San Lucas1. Los Once han partido desde Galilea al monte que Jesús les había indicado, el monte de los Olivos, cercano a Jerusalén. Los discípulos, al ver de nuevo al Resucitado, le adoraron2, se postraron ante Él como ante su Maestro y su Dios. Ahora son mucho más profundamente conscientes de lo que ya, mucho tiempo antes, tenían en el corazón y habían confesado: que su Maestro era el Mesías3. Están asombrados y llenos de alegría al ver que su Señor y su Dios ha estado siempre tan cercano. Después de aquellos cuarenta días en su compañía podrán ser testigos de lo que han visto y oído; el Espíritu Santo los confirmará en las enseñanzas de Jesús, y les enseñará la verdad completa.

El Maestro les habla con la Majestad propia de Dios: Se me ha dado todo poder en el Cielo y en la tierra4. Jesús confirma la fe de los que le adoran, y les enseña que el poder que van a recibir deriva del propio poder divino. La facultad de perdonar los pecados, de renacer a una vida nueva mediante el Bautismo... es el poder del mismo Cristo que se prolonga en la Iglesia. Esta es la misión de la Iglesia: continuar por siempre la obra de Cristo, enseñar a los hombres las verdades acerca de Dios y las exigencias que llevan consigo esas verdades, ayudarles con la gracia de los sacramentos...

Les dice Jesús: recibiréis el Espíritu Santo que descenderá sobre vosotros y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.

Y después de decir esto, mientras ellos miraban, se elevó, y una nube lo ocultó a sus ojos5. Así nos describe San Lucas la Ascensión del Señor en la Primera lectura de la Misa.

Poco a poco se fue elevando. Los Apóstoles se quedaron largo rato mirando a Jesús que asciende con toda majestad mientras les da su última bendición, hasta que una nube lo ocultó. Era la nube que acompañaba la manifestación de Dios6: «era un signo de que Jesús había entrado ya en los cielos»7.

La vida de Jesús en la tierra no concluye con su muerte en la Cruz, sino con la Ascensión a los Cielos. Es el último misterio de la vida del Señor aquí en la tierra. Es un misterio redentor, que constituye, con la Pasión, la Muerte y la Resurrección, el misterio pascual. Convenía que quienes habían visto morir a Cristo en la Cruz entre insultos, desprecios y burlas, fueran testigos de su exaltación suprema. Se cumplen ahora ante la vista de los suyos aquellas palabras que un día les dijera: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios8. Y aquellas otras: Ya no estoy en el mundo, pero ellos están en el mundo y voy a Ti, Padre Santo9.

La Ascensión del Señor a los Cielos la contemplamos en el segundo misterio glorioso del Santo Rosario. «Se fue Jesús con el Padre. —Dos Ángeles de blancas vestiduras se aproximan a nosotros y nos dicen: Varones de Galilea, ¿qué hacéis mirando al cielo? (Hech 1, 11).

»Pedro y los demás vuelven a Jerusalén –cum gaudio magno– con gran alegría. (Lc 24, 52). —Es justo que la Santa Humanidad de Cristo reciba el homenaje, la aclamación y adoración de todas las jerarquías de los Ángeles y de todas las legiones de los bienaventurados de la Gloria»10.

II. «Hoy no solo hemos sido constituidos poseedores del paraíso –enseña San León Magno en esta solemnidad–, sino que con Cristo hemos ascendido, mística pero realmente, a lo más alto de los Cielos, y conseguido por Cristo una gracia más inefable que la que habíamos perdido»11.

La Ascensión fortalece y alienta nuestra esperanza de alcanzar el Cielo y nos impulsa constantemente a levantar el corazón, como nos invita a hacer el prefacio de la Misa, con el fin de buscar las cosas de arriba. Ahora nuestra esperanza es muy grande, pues el mismo Cristo ha ido a prepararnos una morada12.

El Señor se encuentra en el Cielo con su Cuerpo glorificado, con la señal de su Sacrificio redentor13, con las huellas de la Pasión que pudo contemplar Tomás, que claman por la salvación de todos nosotros. La Humanidad Santísima del Señor tiene ya en el Cielo su lugar natural, pero Él, que dio su vida por cada uno, nos espera allí. «Cristo nos espera. Vivimos ya como ciudadanos del cielo (Flp 3, 20), siendo plenamente ciudadanos de la tierra, en medio de dificultades, de injusticias, de incomprensiones, pero también en medio de la alegría y de la serenidad que da el saberse hijo amado de Dios (...).

»Si, a pesar de todo, la subida de Jesús a los cielos nos deja en el alma un amargo regusto de tristeza, acudamos a su Madre, como hicieron los apóstoles: entonces tornaron a Jerusalén... y oraban unánimemente... con María, la Madre de Jesús (Hech 1, 12-14)»14.

La esperanza del Cielo llenará de alegría nuestro diario caminar. Imitaremos a los Apóstoles, que «se aprovecharon tanto de la Ascensión del Señor que todo cuanto antes les causaba miedo, después se convirtió en gozo. Desde aquel momento elevaron toda la contemplación de su alma a la divinidad sentada a la diestra del Padre; la misma visión de su cuerpo no era obstáculo para que la inteligencia, iluminada por la fe, creyera que Cristo, ni descendiendo se había apartado del Padre, ni con su Ascensión se había separado de sus discípulos»15.

III. Cuando estaban mirando atentamente al cielo mientras Él se iba, se presentaron junto a ellos dos hombres con vestiduras blancas que dijeron: Hombres de Galilea, ¿qué hacéis ahí mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo, vendrá de igual manera que le habéis visto subir16. «También como los Apóstoles, permanecemos entre admirados y tristes al ver que nos deja. No es fácil, en realidad, acostumbrarse a la ausencia física de Jesús. Me conmueve recordar que, en un alarde de amor, se ha ido y se ha quedado; se ha ido al Cielo y se nos entrega como alimento en la Hostia Santa. Echamos de menos, sin embargo, su palabra humana, su forma de actuar, de mirar, de sonreír, de hacer el bien. Querríamos volver a mirarle de cerca, cuando se sienta al lado del pozo cansado por el duro camino (Cfr. Jn 4, 6), cuando llora por Lázaro (Cfr. Jn 11, 35), cuando ora largamente (Cfr. Lc 6,12), cuando se compadece de la muchedumbre (Cfr. Mt 15, 32, Mc 8, 2).

»Siempre me ha parecido lógico y me ha llenado de alegría que la Santísima Humanidad de Jesucristo suba a la gloria del Padre, pero pienso también que esta tristeza, peculiar del día de la Ascensión, es una muestra del amor que sentimos por Jesús, Señor Nuestro. Él, siendo perfecto Dios, se hizo hombre, perfecto hombre, carne de nuestra carne y sangre de nuestra sangre. Y se separa de nosotros, para ir al cielo. ¿Cómo no echarlo en falta?»17.

Los ángeles dicen a los Apóstoles que es hora de comenzar la inmensa tarea que les espera, que no se debe perder un instante. Con la Ascensión termina la misión terrena de Cristo y comienza la de sus discípulos, la nuestra. Y hoy, en nuestra oración, es bueno que oigamos aquellas palabras con las que el Señor intercede ante Dios Padre por nosotros mismos: no pido que los saques del mundo, de nuestro ambiente, del propio trabajo, de la propia familia..., sino que los preserves del mal18. Porque quiere el Señor que cada uno en su lugar continúe la tarea de santificar el mundo, para mejorarlo y ponerlo a sus pies: las almas, las instituciones, las familias, la vida pública... Porque solo así el mundo será un lugar donde se valore y respete la dignidad humana, donde se pueda convivir en paz, con la verdadera paz, que tan ligada está a la unión con Dios.

«Nos recuerda la fiesta de hoy que el celo por las almas es un mandato del Señor, que, al subir a su gloria, nos envía como testigos suyos por el orbe entero. Grande es nuestra responsabilidad: porque ser testigo de Cristo supone, antes que nada, procurar comportarnos según su doctrina, luchar para que nuestra conducta recuerde a Jesús, evoque su figura amabilísima»19.

Quienes conviven o se relacionan con nosotros nos han de ver leales, sinceros, alegres, trabajadores; nos hemos de comportar como personas que cumplen con rectitud sus deberes y saben actuar como hijos de Dios en las incidencias que acarrea cada día. Las mismas normas corrientes de la convivencia –que para muchos quedan en algo externo, necesario para el trato social– han de ser fruto de la caridad, manifestaciones de una actitud interior de interés por los demás: el saludo, la cordialidad, el espíritu de servicio...

Jesús se va, pero se queda muy cerca de cada uno. De un modo particular lo encontramos en el Sagrario más próximo, quizá a menos de un centenar de metros de donde vivimos o trabajamos. No dejemos de ir muchas veces, aunque solo podamos con el corazón en la mayoría de las ocasiones, a decirle que nos ayude en la tarea apostólica, que cuente con nosotros para extender por todos los ambientes su doctrina.

Los Apóstoles marcharon a Jerusalén en compañía de Santa María. Junto a Ella esperan la llegada del Espíritu Santo. Dispongámonos nosotros también en estos días a preparar la próxima fiesta de Pentecostés muy cerca de nuestra Señora.

1 Lc 24, 51. — 2 Cfr. Mt 28, 17. — 3 Cfr. Mt 16, 18. — 4 Mt 28, 18. — 5 Primera lectura. Hech 1, 7 ss. — 6 Cfr. Ex 13, 22; Lc 9, 34 ss. — 7 San Juan Crisóstomo,Homilías sobre los Hechos, 2. — 8 Jn 20, 17. — 9 Jn 17, 11. — 10 San Josemaría EscriváSanto Rosario, Rialp, 24ª ed., Madrid 1979, Segundo misterio glorioso.  11San León MagnoHomilía I sobre la Ascensión. — 12 Cfr. Jn 14, 2. — 13 Cfr. Apoc. 5, 6. — 14 San Josemaría EscriváEs Cristo que pasa, 126. — 15 San León Magno,Sermón 74, 3. — 16 Hech 1, 11.— 17 San Josemaría EscriváEs Cristo que pasa, 117. — 18 Jn 17, 15. — 19 San Josemaría EscriváEs Cristo que pasa, 122.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

San Gregorio Ostiense
Obispo

Nada se conoce sobre los primeros años de Gregorio, llamado Ostiense, ni tampoco quiénes fueron sus padres. Sólo se sabe que en su juventud ingresó en el instituto de los benedictinos, en Roma, en el convento de San Cosme y San Damián. Por sus virtudes y consagración, pronto ganó la estima y el respeto de sus superiores, y fueron tales los progresos que hizo en los conocimientos, que a su fama de santo se unió la de docto.

Al morir el abad de San Cosme y San Damián, todos pensaron en Gregorio para sucederlo.

En su nueva  dignidad, se acrecentó la fama de Gregorio, por la sabiduría, bondad y rigor puestos en el cumplimiento de su ministerio, y a tanto llegó  ella que sus virtudes se hicieron públicas, lo cual movió al papa Juan XVIII a designarlo obispo de Ostia - el puerto de Roma  - y luego cardenal. Lo nombró además bibliotecario apostólico, y en este cargo sirvió Gregorio  a cuatro papas.

Por aquel tiempo en España las provincias de Navarra y La Rioja eran asoladas por plagas, principalmente de langostas. Agotados los recursos humanos, los pobladores solicitaron la ayuda del papa.

Éste, instituyó a Gregorio como su legado apostólico enviándolo a España. Al hallarse en la península, Gregorio recorrió aquellos pueblos, predicando la penitencia y organizando rogativas. Contó entre sus discípulos, como valiosa ayuda, a santo Domingo de la Calzada, y es fama que los fieles siguieron con fervor aquellas indicaciones, saneándose de ese modo la región.

Cinco años demandaron a Gregorio aquellas  tareas, padeciendo grandes fatigas. Consumido por ellas cayó gravemente enfermo y, retirándose a Logroño, dedicó el tiempo que le quedaba a prepararse para su muerte, que ocurrió el 9 de mayo de 1044, según unos, o 1048, según otros. Fue sepultado con gran solemnidad en la iglesia de San Salvador de Peñalba.

Otros Santos cuya fiesta se celebra hoy:  Santos: Geroncio, Prisco, Mainardo, Gregorio, obispos; Hermas, confesor; Beato, Benito, Dubán, Tomás, Esteban, Egidiano, Pacomio, abades; Nicolás Albergato, cartujo; Cristóbal, mártir; Luminosa, virgen.

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Pacomio, Santo Abad, Mayo 9  

Pacomio, Santo

Abad

La extraordinaria vida de los ermitaños, con sus mortificaciones a veces exageradas y con aquella especie de encarnizamiento en sobrecargarse de abstinencias, ayunos, vigilias, era verdaderamente la traducción práctica del Evangelio. Su soledad podía de hecho tapar el engaño de sus extravagancias y de su orgullo.

Para eliminar este peligro un monje egipcio del siglo IV, San Pacomio, tuvo la idea de una nueva forma de monaquismo: el cenobitismo, o la vida en común, donde la disciplina y la autoridad reemplazaba la anarquía de los anacoretas.

Educó a sus monjes a la vida en común, constituyendo, poco lejos de las riberas del Nilo, la primera "koinonía", una comunidad cristiana, a imitación de la fundada por los apóstoles en Jerusalén, basada en la comunión en la oración, en el trabajo y en el alimento y concretada en el servicio recíproco. El documento fundamental que regulaba esta vida era la Sagrada Escritura, que el monje aprendía de memoria y recitaba en voz baja durante el trabajo manual. Esta era también la forma principal de oración: un contacto con Dios mediante el sacramento de la Palabra.

San Pacomio nació en el Alto Egipto el año 287, de padres paganos. Enrolado a la fuerza en el ejército Imperial a la edad de 20 años, acabó en prisión en Tebas con todos los reclutas. Protegidos por la oscuridad, por la noche los cristianos les llevaban un poco de alimento. El gesto de los desconocidos conmovió a Pacomio, quien preguntó quién los incitaría a traer esto. "El Dios de los cielos" fue la respuesta de los cristianos. Aquella noche Pacomio rezó al Dios de los cristianos que lo liberara de las cadenas, prometiéndole a cambio dedicar su propia vida a su servicio.

Tan pronto recobró su libertad cumplió el voto uniéndose a una comunidad cristiana de una aldea del sur, la actual Kasr-es-Sayad en donde tuvo instrucción necesaria para recibir el bautismo.

Por algún tiempo llevó

Pacomio, Santo

una vida de asceta entregándose al servicio de la gente del lugar, después se puso por siete años bajo la guía de un monje anciano, Palamone. Durante un paréntesis de soledad en el desierto una voz misteriosa lo invitó a establecer su residencia en aquel lugar, al cual después habrían llegado numerosos discípulos. A la muerte de Pacomio, los monasterios masculinos eran nueve, más uno femenino.

Del santo se desconoce el lugar de la sepultura, pues en su lecho de muerte dijo al discípulo Teodoro que escondiera sus restos para evitar que sobre su tumba edificaran una iglesia, a imitación de los "martyrion" o capillas construidas en las tumbas de los mártires.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Nicolás Albergati, Beato Cardenal, Mayo 9  

Nicolás Albergati, Beato

Obispo de Boloña

Etimológicamente significa "vencedor de los pueblos". Viene de la lengua griega.

El Beato Micolás Albergati fue obispo de Bologna en el siglo XV. Era docto y humanista, pero sobre todo era un hombre de una gran piedad.

Nació en el seno de una familia noble en la ciudad de Boloña en el año 1375.

Al terminar sus estudios de Derecho, decidió hacerse religioso. De esta manera, cuando quedó vacante la sede de Certosa, toda la gente le aclamó a él como su obispo.

Como pastor de la diócesis se distinguió en seguida por su caridad, su prudencia y su modestia. Estos valores le otorgaron la confianza del Papa Martín V. Sin tener la menor duda, lo nombró cardenal de la santa Cruz de Jerusalén.

Trabajó para restablecer la paz entre Francia e Inglaterra y presidió el Concilio de Ferrara. Al lado de Siena, tuvo un cólico de riñón que le llevó a la muerte en el año 1443.

Su culto fue confirmado por el Papa Benedicto XIV el 25 de septiembre de 1744.

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Fuente: omiusa.org
José (Jozef) Cebula, Beato Mártir Oblato, Mayo 9  

José (Jozef) Cebula, Beato

Durante su viaje a Polonia en 1999, el Papa Juan Pablo II beatifico 108 mártires que murieron en campamentos de concentración de los Nazis. Entre ellos estaba un Oblato, el Padre Jozef Cebula, OMI.

Jozef Cebula nació el 23 de Marzo de 1902 en Malnia en Silesia Alta, en ese entonces era territorio Alemán.

En 1918, mientras atendía el colegio de entrenamiento para profesores en Opole, se enfermó con tuberculosos y fue declarado no curable. Se recuperó inesperadamente, y mientras visitaba el santuario a Nuestra Señora de Piekary, que estaba bajo el cuidado de los Oblatos, contó su historia al Padre Jan Pawolek, OMI (que luego murió en Auschwitz).

El Padre Pawolek envió a Jozef al recien establecido seminario menor de los Oblatos en Krotoszyn para estudiar con los Oblatos.
Jozef fue ordenado al sacerdocio el 5 de Junio de 1927 y enseñó en el seminario menor en Lubiniec donde fue superior desde 1931 hasta 1937. En 1936- cuando tenia 34 años de edad- fue considerado como candidato para ser Provincial, pero en 1937 fue asignado como maestro de novicios en Markowice.

El 4 de Mayo de 1940, todos los novicios fueron llevados a un campamento de concentración en Dachau, Baviera. El Padre Cebula, quien continuó ejerciendo su ministerio sacerdotal en la region a pesar de la prohibición que había, fue arrestado el 2 de Abril de 1941.

El 18 de Abril fue llevado al campamento de concentración en Mauthausen, cerca de Austria.

"Durante 21 días de detención, fue maltratado, azotado, y particularmente insultado por ser sacerdote, también fue ordenado a que se ahorcara. Al fin fue asignado a la compañía de castigo donde tenia que cargar piedra que pesaban 40-60 Kg sobre sus hombros a un campamento a 2 kilómetros de allí. En el camino, había una escalera de 144 gradas llamada la Escalera de la Muerte. Aquellos en la compañía de castigo tenia que subirla con sus carga entre una lluvia de insultos y golpes que venían de los soldados Alemanes y el SS. Muchos decidieron morir tirándose contra la cerca eléctrica o saltando hacia su muerte en la cantera.

Despues de dos viajes, el Padre Cebula ya no podía más. Recogiendo la fuerza que le quedaba reprochó a los guardias y al SS por su crueldad. Un poco sorprendidos, los guardias lo ordenaron a correr con la piedra sobre su espalda. Desplomó a 50 metros de la cerca. Un guardia le disparó con su ametralladora declarando que, "Disparó porque trataba de escaparse." Como todavía estaba respirando, terminaron al Padre Jozef con un segundo disparo. Su cuerpo fue llevado al crematorio y quemado. Era Viernes 9 de Mayo de 1941.

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Fuente: Fundacion Divina Misericordia
Beato de Lungern, Santo Apóstol de Suiza, Mayo 9  

Beato de Lungern, Santo

San Beato es el primer apóstol de Suiza. Aunque galo de nacimiento, fue enviado por San Pedro a ese pais en los primeros tiempos de la era cristiana, luego de ser ordenado sacerdote, para difundir el Evangelio. En la ciudad de Vindonissa, su predica fue de tal manera escuchada, que los habitantes destruyeron los templos paganos.

Beato vio al demonio en una ocasión, cuando se encontraba escuchando a uno de sus discípulos predicando en una iglesia. El maligno estaba debajo de un pulpito anotando en una piel de cordero los nombres de los que dormian durante el sermon. Estaba furioso porque la piel era demasiado pequeña y no cabían todos. Por eso, tiró de la piel hasta romperla con un movimiento tan brusco que su cabeza chocó contra la parte inferior del púlpito. Con el estruendo despertaron todos los que estaban durmiendo y como todo esto sucedió antes que terminara la Misa, pudieron escapar sanos y salvos de su poder.

Ya anciano, Beato decidió convertirse en ermitaño. Buscando un lugar donde terminar sus dias, llegó a la orilla del lago de Thun. Los habitantes del lugar le mostraron una gran cueva donde habitaba un dragón. Beato, sin mostrar miedo, enfrentó a la bestia que se arrojó contra él, despidiendo fuego y azufre. Sólo hizo la señal de la Cruz y destruyó al monstruo ante la mirada atónita de una multitud. Fue en esa cueva donde este santo pasó el resto de su vida. Murió a los noventa años y su sepulcro es lugar de peregrinación, ya que allí ocurren numerosos milagros, en especial la curación de enfermedades terminales.

Es protector especial de los enfermos de cáncer.

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Fuente: LaVerdadCatolica.org
Teresa de Jesús Gerhardinger, Beata Fundadora, Mayo 9  

Teresa de Jesús Gerhardinger, Beata

Funddora de las Pobres Hermanas Escolásticas de Nuestra Señora"

Nació en Ratisbona, Alemania, el 20 de junio de 1797, y fue bautizada con el nombre de Carolina.

Su vida y parte de su obra se vio envuelta en las vicisitudes -sociales, políticas y religiosas-, originadas por la Revolución francesa iniciada en 1789.

Fue educada bajo los cánones de la orden de san Agustín. Se desconocen pormenores de su infancia y juventud; tuvo que abandonar la escuela al ser cerrada ésta por el gobierno bávaro (1809); sin embargo, Carolina conservó los valores cristianos que le habían inculcado con la convicción de dedicarse a Dios.

En 1828, al restablecerse las libertades religiosas, encuentra el clima propicio para cristalizar la idea surgida desde hace tiempo: crear un instituto para la educación cristiana. Así, junto con varias compañeras de ideas afines, abre un convento, donde establece la primera Escuela de las Hermanas de Notre Dame.

Por su admiración a la vida y obra de santa Teresa de Ávila, adopta este nombre.

Funda la congregación de las Pobres Hermanas Escolásticas de Nuestra Señora; recibe la aprobación pontificia de su Regla y Constituciones en 1854.

La hermana Teresa manifestó vocación innata como guía de religiosas y educandas. Su carisma y profunda fe permitió la rápida expansión de su congregación a toda Europa y a Norteamérica, donde fundan escuelas -diurnas y nocturnas para trabajadoras-, primarias y para preescolares, orfelinatos y las llamadas "Casas de Día", donde las madres trabajadoras dejaban a sus hijos mientras laboraban; asimismo, funda escuelas femeninas de capacitación para el trabajo en fábricas, talleres o industrias.

Con fama de santidad, querida, respetada y admirada por alumnas y hermanas religiosas entrega su alma en Munich, Alemania, el 9 de mayo de 1879.

Su Santidad Juan Pablo II la beatificó el 15 de noviembre de 1985.

En la actualidad, la congregación cuenta con cerca de cinco mil religiosas que trabajan en treinta y tres países.

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Estefano Grelewski, Beato Sacerdote y Mártir, Mayo 9  

Estefano Grelewski, Beato

Nació en Dwikozy, Polonia, el 3 de julio de 1899.

Estefano (Stefan) Grelewski, sacerdote de la diocésis de Radom, cayó víctima del nazismo en el tristemente celebre campo de concentración de Dachau, cercano a Munich, de Baviera, en Alemania.

Fue torturado hasta morir, el 9 de mayo de 1941.

Fue beatificado junto a otros
107 mártires que murieron en campamentos de concentración de los Nazis, el 13 de junio de 1999.

 

 

Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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