jueves, 14 de diciembre de 2017

[ † ] Jueves del Santísimo Sacramento. 14/12/2017. San Juan de la Cruz ¡ruega por nosotros!

JA

JMJ

Pax

No ha habido ninguno más grande que Juan el Bautista

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 11-15

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a la gente:
"Les aseguro que no ha surgido entre los hombres nadie mayor que Juan el Bautista; sin embargo,
el más pequeño en el Reino de los cielos es mayor que él.
Desde que apareció Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los cielos sufre violencia, y los violentos pretenden apoderarse de él. Pues todos los profetas y la ley anunciaron esto hasta que vino Juan. Y es que, lo acepten o no, él es Elías, el que tenía que venir.
El que tenga oídos, que oiga".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

 

jue 2a. Adviento

Antífona de Entrada

Tú estás cerca, Señor, y todos tus caminos son derechos. Desde el principio comprendí que tu alianza la estableciste para siempre.

 

Oración Colecta

Oremos:
Haz, Señor, que nos decidamos a preparar los caminos de tu Hijo, para que por el misterio de su venida podamos servirte con un corazón limpio.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Yo soy tu redentor, el Dios de Israel

Lectura de libro del profeta Isaías 41, 13-20

Yo, el Señor tu Dios, sostengo tu brazo y te digo: "No temas, yo mismo te auxilio". No temas, gusanito de Jacob, oruga de Israel; yo te auxilio, palabra del Señor; tu redentor es el Santo de Israel.
Te convertiré en trilladora afilada, trilladora nueva de doble filo; trillarás los montes hasta molerlos, reducirás a paja las colinas. Los echarás al viento y éste se los llevará, el ventarrón los esparcirá. Y tú podrás alegrarte gracias al Señor, gracias al Santo de Israel te gloriarás. Los necesitados y los pobres buscan agua y no la encuentran; su lengua está reseca por la sed.
Pero yo, el Señor, los atenderé; yo, el Dios de Israel, no los abandonaré. Haré que broten ríos en las colinas secas y fuentes en medio de los valles; trasformaré el desierto en estanque, la tierra árida en manantiales de agua. Pondré en el desierto cedros, acacias, mirtos y olivares; plantaré en la llanura abetos, y también cipreses y olmos, para que vean y sepan, para que reflexionen y aprendan que el poder del Señor ha hecho esto, que el Santo de Israel lo ha creado.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Sal 144, 1 y 9.10-11.12-13ab

Bueno es el Señor para con todos.

Te glorificaré, rey y Dios mío, bendeciré tu nombre por siempre. El Señor es bondadoso con todos, a todas sus obras se extiende su ternura.
Bueno es el Señor para con todos.

Que tus obras te den gracias, Señor, y tus fieles te bendigan; que proclamen la gloria de tu reinado y hablen de tus hazañas.
Bueno es el Señor para con todos.

Das a conocer a los hombres tus hazañas, la gloria y el esplendor de tu reinado. Tu reinado es eterno, tu gobierno permanece para siempre.
Bueno es el Señor para con todos.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Dejen, cielos, caer su rocío y que las nubes lluevan al justo; que la tierra se abra y haga germinar al Salvador.
Aleluya.

Evangelio

No ha habido ninguno más grande que Juan el Bautista

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 11-15

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a la gente:
"Les aseguro que no ha surgido entre los hombres nadie mayor que Juan el Bautista; sin embargo,
el más pequeño en el Reino de los cielos es mayor que él.
Desde que apareció Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los cielos sufre violencia, y los violentos pretenden apoderarse de él. Pues todos los profetas y la ley anunciaron esto hasta que vino Juan. Y es que, lo acepten o no, él es Elías, el que tenía que venir.
El que tenga oídos, que oiga".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, estas ofrendas que hemos tomado de tus mismos dones, y concédenos que esta Eucaristía que estamos celebrando nos alcance la salvación eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Las dos venidas de Cristo

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Quien al venir por vez primera en la humildad de nuestra carne, realizó el plan de redención trazado desde antiguo y nos abrió el camino de la salvación; para que cuando venga de nuevo en la majestad de su gloria, revelando así la plenitud de su obra, podamos recibir los bienes prometidos que ahora, en vigilante espera, confiamos alcanzar.
Por eso,
con los ángeles y arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Antífona de la Comunión

Vivamos en este mundo como seres humanos responsables, justos y que sirven a Dios, en espera de que se cumpla la feliz esperanza: la manifestación gloriosa de Jesucristo, nuestro Dios y salvador.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Como fruto de nuestra participación en este sacramento de vida eterna, enséñanos, Señor a no sobrevalorar las cosas terrenales y a estimar las del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Dia 14/12 San Juan de la Cruz (presbítero y doctor de la Iglesia, blanco)

Antífona de Entrada

El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar la Buena Nueva a los pobres y anunciar su liberación a los cautivos.

 

Oración Colecta

Oremos:
Dios nuestro, luz y pastor de los creyentes, que confiaste a san Juan de la Cruz la misión de instruir a tus ovejas con la palabra y el ejemplo; concédenos, por su intercesión, ser fieles a la fe que enseñó con su palabra e imitar el ejemplo que nos dio con su vida.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Predicamos una sabiduría divina, misteriosa

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 2, 1-10

Hermanos: Cuando llegué a la ciudad de ustedes para anunciarles el Evangelio, no busqué hacerlo mediante la elocuencia del lenguaje o la sabiduría humana, sino que resolví no hablarles sino de Jesucristo, más aún, de Jesucristo crucificado.
Me presenté ante ustedes débil y temblando de miedo. Cuando les hablé y les prediqué el Evangelio, no quise convencerlos con palabras de hombre sabio; al contrario, los convencí por medio del Espíritu y del poder de Dios, a fin de que la fe de ustedes dependiera del poder de Dios y no de la sabiduría de los hombres.
Es cierto que a los adultos en la fe les predicamos la sabiduría, pero no la sabiduría de este mundo ni la de aquellos que dominan al mundo, los cuales van a quedar aniquilados. Por el contrario, predicamos una sabiduría divina, misteriosa, que ha permanecido oculta y que fue prevista por Dios desde antes de los siglos, para conducirnos a la gloria. Ninguno de los que dominan este mundo la conoció, porque, de haberla conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria.
Pero lo que nosotros predicamos es, como dice la Escritura, que lo que Dios ha preparado para los que lo aman, ni el ojo lo ha visto, ni el oído lo ha escuchado, ni la mente del hombre pudo siquiera haberlo imaginado. A nosotros, en cambio, Dios nos lo ha revelado por el Espíritu, que conoce perfectamente todo, hasta lo más profundo de Dios.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 36

Rectas y sabias son las palabras del justo.

Confía en el Señor, practica el bien y vivirás tranquilo en esta tierra; que agradar al Señor sea tu deleite, y él te dará cuanto deseas.
Rectas y sabias son las palabras del justo.

Pon tu vida en las manos del Señor, en él confía, y él hará que tu justicia y tu derecho brillen igual que el sol de mediodía.
Rectas y sabias son las palabras del justo.

Rectas y sabias son las palabras del justo; pues lleva en su interior la ley de Dios, sus pasos son seguros.
Rectas y sabias son las palabras del justo.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Aleluya.

Evangelio

El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser mi discípulo

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 14, 25-33

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, caminaba con Jesús una gran muchedumbre y él, volviéndose a sus discípulos, les dijo:
"Si alguno quiere seguirme y no me prefiere a su padre y a su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, más aún, a sí mismo, no puede ser mi discípulo. Y el que no carga su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo. Porque, ¿quién de ustedes, si quiere construir una torre, no se pone primero a calcular el costo, para ver si tiene con qué terminarla? No sea que, después de haber echado los cimientos, no pueda acabarla y todos los que se enteren comiencen a burlarse de él, diciendo: "Este hombre comenzó a construir y no pudo terminar. ¿0 qué rey que va a combatir a otro rey, no se pone primero a considerar si será capaz de salir con diez mil soldados al encuentro del que viene contra él con veinte mil? Porque si no, cuando el otro esté aún lejos, le enviará una embajada para proponerle las condiciones de paz.
Así pues, cualquiera de ustedes que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser' mi discípulo".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, estos dones que te presentamos en la fiesta de san Juan de la Cruz, y concede a cuantos celebramos los misterios de la pasión del Señor manifestar fielmente en nuestras vidas lo que celebramos en la Eucaristía.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Los santos pastores siguen presentes en la Iglesia

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque permites que tu Iglesia se alegre hoy con la festividad de san Juan de la Cruz, para animarnos con el ejemplo de su vida, instruirnos con su palabra y protegernos con su intercesión.
Por eso,
con los ángeles y los santos, te cantamos el himno de alabanza diciendo sin cesar:

Antífona de la Comunión

El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga, dice el Señor.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Señor, Dios nuestro, que has iluminado de modo admirable el misterio de la pasión en la vida de san Juan de la Cruz; concédenos ahora, fortalecidos con este sacrificio, permanecer siempre unidos a Cristo por la fe y trabajar en la Iglesia por la Salvación de todos los hombres.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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Meditación diaria

Adviento. 2ª semana. Jueves

COMENZAR DE NUEVO

— Hemos de luchar contra los propios defectos y pasiones hasta el final de nuestros días. La vida cristiana no es compatible con el aburguesamiento.

— Contar con las derrotas. Recomenzar muchas veces.

— El Señor desea que comencemos de nuevo después de cada fracaso: ese es el fundamento de nuestra esperanza.

I. En estos días de Adviento se nos presenta la figura de Juan el Bautista como modelo para imitar en muchas virtudes, y como figura dispuesta por Dios para preparar la llegada del Mesías. Con él se cierra el Antiguo Testamento y se llega al umbral del Nuevo.

El Señor nos anuncia en el Evangelio de la Misa de hoy que desde los días de Juan hasta ahora el Reino de los Cielos padece violencia, y quienes se esfuerzan lo conquistan1. Padece violencia la Iglesia por parte de los poderes del mal, y padece violencia el alma de cada hombre, inclinada al mal como consecuencia del pecado original. Será necesario luchar hasta el final de nuestros días para seguir al Señor en esta vida y contemplarle eternamente en el Cielo. La vida del cristiano no es compatible con el aburguesamiento, la comodidad y la tibieza. «Hay quien no es capaz ni siquiera de cambiarse de sitio por Dios. Quisieran sentir gustos y consuelos de Dios sin hacer más esfuerzos que tragar lo que Él les echa en la boca, y gozar lo que les pone en el corazón sin mortificarse ellos en nada; sin dejar sus gustos y veleidades. Pero esperan en vano. Porque mientras ellos no salgan a buscar a Dios, por mucho que le llamen, no le encontrarán»2.

Ahora es un momento especialmente propicio para que examinemos cómo luchamos contra las propias pasiones, los defectos, el pecado, el mal carácter... Esa lucha «es fortaleza para combatir las propias debilidades y miserias, valentía para no enmascarar las infidelidades personales, audacia para confesar la fe también cuando el ambiente es contrario.

»Hoy, como ayer, del cristiano se espera heroísmo. Heroísmo en grandes contiendas, si es preciso. Heroísmo –y será lo normal– en las pequeñas pendencias de cada jornada»3.

Esta lucha que nos pide el Señor a lo largo de toda nuestra vida, y especialmente en estos tiempos litúrgicos en que se nos manifiesta de modo más cercano en su Santísima Humanidad, se concretará muchas veces en fortaleza para cumplir delicadamente nuestros actos de piedad con el Señor, sin abandonarlos por cualquier otra cosa que se nos presente, sin dejarnos llevar por el estado de ánimo de ese día o de ese momento; se concretará en el modo de vivir la caridad, corrigiendo formas destempladas del carácter (del mal carácter), esforzándonos por tener detalles de cordialidad, de buen humor, de delicadeza con los demás; en realizar bien el trabajo, que hemos ofrecido a Dios; en hacer un apostolado eficaz a nuestro alrededor; en poner los medios oportunos para que nuestra formación no se estanque... Ordinariamente será una lucha en lo pequeño. «Oigamos al Señor, que nos dice: quien es fiel en lo poco, también lo es en lo mucho, y quien es injusto en lo poco, también lo es en lo mucho (Lc16,10). Que es como si nos recordara: lucha cada instante en esos detalles en apariencia menudos, pero grandes a mis ojos; vive con puntualidad el cumplimiento del deber; sonríe a quien lo necesite, aunque tú tengas el alma dolorida; dedica, sin regateo, el tiempo necesario a la oración; acude en ayuda de quien te busca; practica la justicia, ampliándola con la gracia de la caridad»4.

Nuestro amor al Señor se expresará en recomenzar muchas veces en este esfuerzo diario para no dejarnos vencer por la comodidad y la pereza, siempre al acecho. «El diablo no duerme, ni es aún la carne muerta, por eso no ceses de prepararte para la batalla. A la diestra y a la siniestra están los enemigos, que nunca descansan»5. No descansemos tampoco nosotros en una lucha alegre y con metas concretas. El Señor está de nuestro lado y ha puesto un Ángel Custodio que nos prestará inestimables ayudas, si acudimos a él.

II. En nuestro andar hacia el Señor no siempre venceremos. Muchas derrotas serán de escaso relieve; otras sí tendrán importancia, pero el desagravio y la contrición nos acercarán más a Dios. Y comenzaremos de nuevo, con la ayuda del Señor, sin desánimos ni pesimismo, que son fruto de la soberbia, sino con paciencia y humildad para empezar una vez más aunque no veamos fruto alguno.

En muchísimas ocasiones oiremos al Espíritu Santo: Vuelve a empezar..., sé constante, no importa el reciente fracaso, no importan todas las experiencias negativas anteriores juntas..., vuelve a empezar con más humildad, pidiendo más ayuda a tu Señor.

En lo humano, la genialidad es fruto, normalmente, de una prolongada paciencia, de un esfuerzo repetido incesantemente y mejorado sin cesar. «El sabio repite sus cálculos y renueva sus experiencias, modificándolas hasta dar con el objeto de sus investigaciones. El escritor retoca veinte veces su obra. El escultor rompe uno después de otro sus intentos hasta que expresan su creación interior... Todas las creaciones humanas son fruto de una perpetua vuelta a empezar»6. En lo sobrenatural, nuestro amor al Señor no se manifiesta tanto en los éxitos que creemos haber alcanzado como en la capacidad de comenzar de nuevo, de renovar la lucha interior. La mediocridad espiritual, la tibieza, es, por el contrario, el abandono y la dejadez en nuestros propósitos y metas de vida interior. En el camino que conduce a Dios, «dormir es morir»7. El desánimo, que lleva siempre en sí mismo un punto de soberbia y de excesiva confianza en uno mismo, induce al abandono de los propósitos y metas que el Espíritu Santo sugirió un día en la intimidad del corazón.

Con frecuencia, el progreso de la vida interior viene después de fracasos, quizá inesperados, ante los que reaccionamos con humildad y deseos más firmes de seguir al Señor. Se ha dicho con razón que la perseverancia no consiste en no caer nunca, sino en levantarse siempre. «Cuando un soldado que está combatiendo recibe alguna herida o retrocede un poco, nadie es tan exigente o tan ignorante de las cosas de la guerra que piense que eso es un crimen. Los únicos que no reciben heridas son los que no combaten; quienes se lanzan con más ardor contra el enemigo son quienes reciben los golpes»8.

Pidámosle a la Virgen la gracia de no abandonar jamás nuestra lucha interior, aunque sea triste y catastrófica nuestra experiencia anterior, y la gracia y la humildad de recomenzar siempre.

Pidámosle también hoy a Nuestra Señora ser constantes en nuestro apostolado, aunque aparentemente no se vea fruto alguno. Un día, quizá cuando ya estemos en su presencia, el Señor nos hará contemplar los frutos de un apostolado que en ocasiones nos parecía estéril, y que fue siempre eficaz. La semilla que se siembra da siempre su fruto: una, cien; otra sesenta; otra, treinta...9. Mucho fruto para una sola semilla.

III. Levantaos, alzad la cabeza. Se acerca vuestra liberación10.

Se nos narra en los Hechos de los Apóstoles que un día Pedro y Juan subían al Templo para orar y se encontraron con un cojo de nacimiento que pedía limosna. Entonces Pedro le dijo: No tengo plata ni oro; pero lo que tengo, eso te doy: en el nombre de Jesucristo Nazareno levántate y anda11.

En el nombre de Jesucristo... Así hemos de recomenzar nosotros en el apostolado y en nuestra lucha contra todo lo que intenta separarnos de Dios. Esa es nuestra fuerza. No comenzamos de nuevo por un empeño personal, como si tratáramos de afirmar que nosotros podemos sacar adelante las cosas. Nosotros no podemos nada. Precisamente, cuando nos sentimos débiles, la fuerza de Cristo habita en nosotros12. ¡Y es una fuerza poderosa!

Como San Pedro que, después de aquella noche perdida en la que no había pescado nada, echa de nuevo las redes al mar solo porque el Señor se lo manda: Maestro, le dice, toda la noche hemos estado fatigándonos y no hemos cogido nada; pero porque Tú lo dices echaré la red13. A pesar del cansancio, a pesar de que no es hora para pescar, aquellos hombres volverán a tomar las redes, que ya estaban lavando para otro día. Los elementos humanos que hacían aconsejable la pesca han quedado atrás. El motivo de iniciar de nuevo la tarea es la confianza de Pedro en su Señor. Pedro obedece sin más razonamientos.

El fundamento de nuestra esperanza está en que el Señor desea que recomencemos de nuevo cada vez que hemos tenido un fracaso, quizá aparente, en nuestra vida interior o en nuestro apostolado. «Porque Tú me lo dices, Señor, comenzaré de nuevo». Si vivimos así, eliminaremos para siempre en nuestra vida el fantasma del desaliento, que a tantas almas ha sumido en la mediocridad espiritual y en la tristeza.

Recomienza de nuevo... Nos lo dice Jesús con especial intimidad en estos días en que la Navidad se acerca. «Cuando tu corazón caiga, levántalo, humillándote profundamente ante Dios con reconocimiento de tu miseria, sin maravillarte de haber caído, pues no tiene nada de admirable que la enfermedad sea enferma, la debilidad débil, y la miseria mezquina. Sin embargo, detesta con todas tus fuerzas la ofensa que has hecho a Dios y, con valor y confianza en su misericordia, prosigue el camino de la virtud que habías abandonado»14.

1 Mt 11, 12. — 2 San Juan de la Cruz, Cántico espiritual, 3, 2. — 3 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 82. — 4 Ibídem, 77. — 5 T. Kempis, Imitación de Cristo, II, 9, 8. — 6 G. Chevrot, Simón Pedro, Madrid 1980, p. 34. — 7 San Gregorio Magno,Hom. 12 sobre los Evangelios. — 8 San Juan Crisóstomo, Exhort. II a Teodoro 5.  9Mt 13, 8. — 10 Cfr. Is 35, 4. — 11 Hech 3, 6. — 12 2 Cor 11-12. — 13 Lc 5, 5. — 14San Francisco de Sales, Introd. a la vida devota, 3, 9.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

San Juan de la Cruz
Escritor
 Año 1591

San Juan de la Cruz: pídele al Señor que también a nosotros 
nos conceda un gran valor para ofrecer por amor de Dios 
todos los sufrimientos que Él permita que nos sucedan.

Quien regale aunque sea un vaso de agua,
 a un discípulo de Cristo, 
no quedará sin recibir su recompensa.

 

Es este el más famoso místico español.

Nació de familia muy humilde en Fontiveros, España, en 1542. Su nombre era Juan Yepes.

A la muerte de su padre, la familia quedó en la miseria, y el niño era muy pequeño todavía. La mamá trabajaba en oficios domésticos en un convento. La familia se trasladó a Medina del Campo, y allí Juan empezó a aprender el oficio de tejedor, pero como no tenía aptitudes para los trabajos manuales, entró a trabajar como mandadero y enfermero del hospital, y así duró siete años.

Mientras hacía sus estudios en el colegio de los jesuitas, practicaba fuertes mortificaciones corporales.

A los 21 años fue recibido como religioso en la comunidad de Padres Carmelitas, y obtuvo el permiso de observar los reglamentos con toda la exactitud posible sin buscar excepciones en nada.

Al ser ordenado sacerdote en 1567, pidió a Dios como especial regalo que lo conservara siempre en gracia y sin pecado y que pudiera sufrir con todo valor y con mucha paciencia toda clase de dolores, penas y enfermedades.

Santa Teresa había fundado la comunidad de las Hermanas Carmelitas Descalzas y deseaba fundar también una comunidad de Padres Carmelitas que se dedicara a observar los reglamentos con la mayor exactitud posible. Mientras tanto nuestro santo le pedía a Dios que le iluminara un modo de vivir tan fervoroso que lo llevara pronto a la santidad. Y he aquí que al encontrarse los dos santos, descubrió Santa Teresa que este frailecito pequeñito, flaco y debilucho era el hombre indicado para empezar su nueva comunidad (ella lo llamaba con humor: "mi medio fraile"). En adelante la amistad entre santa Teresa y nuestro santo los hará crecer mucho en santidad y en ciencias religiosas a los dos.

Con Fray Juan (que en adelante añadirá a su nombre el apellido "De la Cruz") y con otros dos frailes fundó santa Teresa su nueva comunidad de Carmelitas descalzos y los envió a vivir a un convento muy pobre, llamado Duruelo. Allá nace y empieza a extenderse la nueva comunidad, que tantos favores iba a traer a la humanidad. Pronto hubo varios conventos más, y al fundar su nuevo convento en Salamanca, fue nombrado como rector Fray Juan de la Cruz, el cual se dedicó con todas sus fuerzas al apostolado.

La S. Biblia dice que Dios a quien más ama, más le hace sufrir, para que gane mayores premios en el cielo. Y así lo hizo con San Juan de la Cruz. Él mismo cuenta lo que sucedió entonces: "De pronto se alejó la devoción sensible. No sentía ningún gusto al rezar y meditar, sino más bien antipatía y rechazo por todo lo que fuera devoción y oración. Llegaron los escrúpulos que hacían ver como pecado lo que no lo era. Y mientras el demonio atacaba con violentas tentaciones, la gente perseguía con calumnias". Todo esto lo describió él en su libro titulado Noche Oscura del Alma (nombre que desde entonces se ha hecho famoso para indicar el estado especial del alma en crisis). A esto sucedió un período todavía más penoso de sequedad espiritual, y tentaciones, de manera que el alma se veía como abandonada por Dios...". Pero luego vino una inundación de luces espirituales y de santas alegrías y consolaciones, que sirvieron de premio a la paciencia con la cual había soportado todo lo anterior.

En 1571, santa Teresa lo eligió como director espiritual de ella y de las monjitas en su convento en Ávila, y escribió acerca de él: "Está obrando maravillas. El pueblo lo tiene por santo. Y es mi opinión que lo es y que lo ha sido siempre". Sus dirigidas espirituales hacían grandes progresos en santidad, al recibir sus consejos.

Pero los que no aceptaban esa nueva fundación de Padres Carmelitas descalzos, dispusieron alejarlo para que la comunidad fracasara. Y una noche llegaron por sorpresa a su habitación y se lo llevaron preso a Toledo. Allá lo tuvieron encerrado durante nueve meses en la más inhumana de las prisiones. Una piezucha oscura, cuya única ventana era altísima; sin ropa para cambiarse, sin permitirle celebrar misa, con espantosos calores en verano y tremendos fríos en invierno. Con piojos y demás insectos. Allí sufrió San Juan de la Cruz lo que santa Teresa dice que les sucede a los santos cuando llegan a la "Sexta Morada" en santidad: insultos, calumnias, dolores físicos, hambre, sed, angustias espirituales, tentaciones de renunciar a todo su plan de santidad, etc. Más tarde cuando otros le pregunten de dónde ha sacado tanto valor para sufrir toda clase de males, responderá: "Cuando estuve preso en Toledo aprendí a sufrir".

El santo aprovechó aquellos meses de espantosa soledad e inactividad para componer alguna de sus más famosas poesías que lo han hecho célebre en todo el mundo. (En una de ella dice a Dios: "A dónde te escondiste amado – y me dejaste con gemido – Como el siervo huiste – habiéndome herido – Salí tras de Ti clamando y ya eras ido").

En la noche de la fiesta de la Asunción, la Sma. Virgen se le apareció en sueños y le dijo: "Ten paciencia, que pronto terminará este tormento". Y señalándole una alta ventana del convento que daba al río Tajo le añadió: "Por ahí saldrás y yo te ayudaré". Y sucedió que al cumplir nueve meses de estar preso, le concedieron al santo el poder salir cada mediodía unos pocos minutos a la azotea a asolearse y a hacer un poco de ejercicio físico. Y por allí vio la ventana que le había indicado la Virgen. Con un pequeño hierro fue aflojando por dentro las cerraduras de su prisión y luego rasgando sábanas y ropas, logró fabricarse un largo lazo para descolgarse hacia el precipicio por donde pasaba el tormentoso río.

Por la noche quitó las cerraduras, y salió hacia la ventana. Amarró su cuerda, y sin que los guardianes se dieran cuenta, se descolgó por el muro. Pero había calculado mal la distancia y quedó colgando a varios metros más arriba de la muralla que rodea al río. Si se dejaba descolgar sin mucha precisión, podía caer entre las aguas y se ahogaría. Se soltó y logró caer en la muralla, pero en un sitio que no tenía salida hacia la calle y donde podía ser descubierto. Entonces se encomendó a la Sma. Virgen y de un momento a otro se sintió colocado en la parte exterior que llevaba hacia la calle. Todo parecía como un milagro. Al amanecer corrió donde las hermanas carmelitas. Ellas lo escondieron muy bien y por más que lo buscaron luego los enviados a apresarlo no lo encontraron. Más tarde lo enviaron a un hospital lejano y así se salvó de la prisión. Estos terribles meses le dañaron su salud ya para toda la vida: pero lo hicieron crecer mucho en santidad.

Dios le había concedido una cualidad especial: la de saber enseñar el método para llegar a la santidad. Y eso que enseñaba de palabra a personas que dirigía, lo fue escribiendo y resultaron unos libros tan importantes que le han conseguido que el Sumo Pontífice lo haya declarado Doctor de la Iglesia. Algunos de sus libros más famosos son: "La subida del Monte Carmelo", y "La noche oscura del alma". Como poeta ha sido admirado por siglos a causa de la musicalidad de sus poesías y de la belleza de sus versos. Es muy popular su "Cántico Espiritual".

A San Juan de la Cruz le costaba mucho dedicarse a las labores materiales, porque su pensamiento vivía ocupado en Dios y en lo espiritual. Después de celebrar la santa misa, el rostro le brillaba de una manera especial. Su corazón ardía de tal manera en amor a Dios que hasta en su piel se sentía su inmenso calor. Las horas que pasaba en oración le parecían minutos. La gente decía que cuando daba consejos espirituales parecía estar recibiendo mensajes directamente del Espíritu Santo.

Nuestro Señor le dijo un día: ¿Juan qué regalo me pides, por lo que has escrito de mí?". Y él le respondió: "Que me concedas valor para padecer por tu amor todos los sufrimientos que quieras permitir que me sucedan". Y en verdad que le fueron llegando, en gran cantidad. Hubo hombres que se dedicaron a inventarle toda clase de calumnias y hasta querían hacerlo echar de su comunidad religiosa, su salud, después de la prisión era muy deficiente, y llegaron a destituirlo de todos sus cargos y decretaron que debía irse a un convento lejano.

La flebitis y la erisipela le atormentaban una pierna, y el único modo que le permitía descansar un poco era amarrar la pierna a un lazo, y echar este sobre una alta viga y colgar así la pierna. Los superiores le propusieron dos conventos para ir a pasar sus últimos días, el de Beaza, donde estaba de superior uno que lo amaba mucho, y el de Ubeda donde el superior le tenía una tremenda antipatía. Y él escogió el de Ubeda para poder sufrir más. Y allá fue enviado. El superior le echaba en cara hasta la comida y los remedios que le daban. Le quitó un enfermero que era muy atento y puso a que lo cuidara otro que lo trataba mal. No dejaba que le llegaran visitas, y lo humillaba sin cesar. Esto lo hacía crecer cada día más y más en santidad. Todo lo soportaba en silencio con la más admirable paciencia.

Después de tres meses de sufrimientos muy agudos, el santo murió el 14 de diciembre del año 1591. Apenas tenía 49 años. Antes de morir quiso que le leyeran unos salmos de la S. Biblia. Murió diciendo: "En tus manos Señor, encomiendo mi espíritu".

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Venancio Fortunato, Santo Obispo de Poitiers, 14 Diciembre  

Venancio Fortunato, Santo

Obispo de Poitiers


Etimológicamente significa "cazador". Viene de la lengua latina.

Lejos de invitar a un repliegue, el Evangelio nos sugiere caminos muy concretos. Uno de ellos orienta a compartir con gestos sencillez, incluso con medios reducidos. ¡Qué asombro! Esos gestos repercuten en una generosidad imprevisible.

Este joven vino al mundo cerca de Venecia en el 530 y murió en Poitiers en el 600.

Hizo sus estudios en Ravena. Después se echó a vivir la vida como trovador durante unos años componiendo versos a cualquiera que le pagase dinero. Y con buena comida de por medio.

Cuando cayó enfermo de la vista, lo curó san Martín de Tours. Desde este instante decidió ir a esta ciudad a darle las gracias al santo.

Hizo un largo camino y cantando canciones pero sin mucho éxito.

Tan sólo en la localidad de Metz se celebraban las bodas de dos nobles. Aquí tuvo suerte con sus poemas y sus cantos.

Pero sus poesías cayeron pronto en el olvido porque el recién casado murió asesinado y ella falleció arrastrada por un caballo.

Después, y llevando una vida más acorde con sus principios cristianos, se entregó a pedir limosna para el monasterio en donde residía.

Es de esta época de donde datan los escritos que han llegado hasta nosotros. Son vidas de santos y poemas.

Nos quedan al menos diez mil hexámetros de su estilo y de su forma.

Hacia poemas para celebrar a los santos, para recordar las malas hazañas de los reyes merovingios o para dar gracias a Radegunda por los buenos banquetes que preparaba en su honor.

También componía himnos, sobre todo "Vexilla regis" que aún hoy día se cantan en las fiestas en las que se expone el Santísimo Sacramento y el "Pange lingua" que es es usada en alguna de las "Horas Canónicas", que son parte del Oficio Divino.

Con el paso del tiempo llegó a ser obispo de Poitiers.

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Fuente: Vatican.va
Nimatullah Al- Hardini, Santo Sacerdote religioso de la Orden Libanesa Maronita, 14 de diciembre  

Nimatullah Al- Hardini, Santo

Sacerdote religioso de la Orden Libanesa Maronita
Diciembre 14

 


Nació en Hardin, en el norte del Líbano, el año 1808. En el bautismo recibió el nombre de Youssef. Pertenecía a una familia maronita, con seis hijos, que fueron educados en un profundo amor a Dios y a su Iglesia. Tres de sus hermanos siguieron, como él, la vida monástica o sacerdotal. Tanios fue párroco; Eliseo entró en la Orden Libanesa Maronita, en la que vivió como ermitaño durante cuarenta y cuatro años; Msihieh abrazó la vida claustral en el monasterio de San Juan Bautista, en Hrasch.

Pasó los primeros años de su infancia frecuentando los monasterios y eremitorios de su pueblo. Terminados los estudios, fue a vivir con su abuelo materno, Youssef Raad, párroco de Tannourin, cuyo ejemplo suscitó en él el amor al sacerdocio, vivido para el servicio de la Iglesia. En Tannourin, rezaba el oficio divino en el monasterio con los monjes o en la parroquia con su abuelo y los fieles.
Ingresó en la Orden Libanesa Maronita a los veinte años. Fue enviado al monasterio de San Antonio de Qozhaya, cerca de la Qadischa ("Valle santo"), para hacer sus dos años de noviciado, durante los cuales se entregó con fervor a la oración comunitaria y al trabajo manual. Dedicaba todo su tiempo libre, e incluso parte del destinado al descanso, a visitar al santísimo Sacramento. Lo solían encontrar en la capilla, arrodillado, inmóvil, con las manos alzadas en forma de cruz y los ojos fijos en el sagrario.

Después de la profesión monástica, que emitió el 14 de noviembre de 1830, fue enviado al monasterio de San Cipriano y Santa Justina, en Kfifan, para estudiar la filosofía y la teología, a la vez que trabajaba en el campo; además, destacaba por su habilidad para encuadernar manuscritos y libros, oficio que había aprendido durante el noviciado. Durante ese período, a causa de su ascetismo y su intensa aplicación a los estudios, se enfermó. Para evitarle la gran fatiga del trabajo en el campo, su superior lo destinó a la sastrería.

Al ser ordenado sacerdote, fue nombrado director del estudiantado y profesor, labor que desempeñó hasta sus últimos años. Dividía su jornada habitualmente en dos partes: la primera mitad para prepararse a la celebración de la misa y la otra mitad para la acción de gracias después de la eucaristía. Vivía esta dimensión contemplativa juntamente con su amor a los hermanos y a la cultura. Fundó una escuela para instruir gratuitamente a la juventud.

Le tocó vivir dos guerras civiles (en los años 1840 y 1845), que fueron preludio de sangrientos acontecimientos de 1860, durante los cuales muchos monasterios fueron quemados, muchas iglesias devastadas y muchos cristianos maronitas asesinados. En ese marco civil y religioso tan difícil y doloroso, su hermano el padre Eliseo, ermitaño, lo invitó a abandonar la vida comunitaria para retirarse a un eremitorio, pero él respondió: "Los que luchan por la virtud en la vida comunitaria tendrán más mérito".

Era severo y duro consigo mismo, pero misericordioso e indulgente con sus hermanos. Radical en su opción, concebía la santidad en términos de comunión. Afirmaba: "La primera preocupación de un monje debe ser, día y noche, no herir o afligir a sus hermanos".

Fue grande su devoción a la Virgen María. En sus aflicciones invocaba la intercesión de María, su principal auxilio, por el Líbano y por su Orden. Rezaba el rosario todos los días con los demás monjes. Nunca se cansaba de repetir el nombre bendito de María. Practicaba el ayuno en su honor todos los sábados y las vísperas de sus fiestas; tenía devoción particular por el misterio de la Inmaculada Concepción. Después de rezar el Ángelus, repetía estas palabras: "Bendita sea la Inmaculada Concepción de la santísima Virgen".

Se esforzó por inculcar a los fieles su devoción a María, formando cofradías. Fundó también dieciséis altares consagrados a la Madre de Dios; uno de estos, en el monasterio de Kfifan, fue llamado, después de su muerte, "Nuestra Señora de Hardini".

En 1845, a los 33 años, la Santa Sede lo nombró asistente general de su Orden con un mandato de tres años, por su celo en la observancia de las reglas monásticas. Para ese cargo fue reelegido otras dos veces, pero se negó siempre a aceptar el nombramiento de abad general de la Orden. Residía, con los demás asistentes, en el monasterio de Nuestra Señora de Tamich, casa general de la Orden, pero solía acudir al monasterio de Kfifan, tanto para continuar dando clases como para ejercer su trabajo de encuadernador, labor que realizaba con espíritu de pobreza, poniendo especial esmero en los manuscritos litúrgicos. De 1853 a 1859 tuvo entre sus alumnos a san Charbel, que asistió a la muerte de su maestro y a la conmovedora ceremonia de su funeral.
En lo más duro del invierno, mientras se encontraba en el monasterio de Kfifan para dar clases, debido al intenso frío, se vio afectado por una pulmonía; al agravarse, solicitó ser trasladado a una celda cercana a la iglesia para escuchar el canto del oficio y, tras una agonía de diez días, recibió la unción de los enfermos con un icono de la Virgen en las manos, e invocándola: "Oh María, te encomiendo mi alma". Falleció el 14 de diciembre de 1858, a los 50 años de edad.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04
Espiridión de Tremitunte, Santo Obispo y Confesor, 14 Diciembre  

Espiridión de Tremitunte, Santo

El santo obispo y confesor de Cristo san Espiridión nació en la isla de Chipre, en la segunda mitad del siglo III, y fue hijo de padres cristianos.

Pasó los prime ros años de su vida en el monte, hecho pastor del ganado de su padre, con lo cual se crió en grande simplicidad e inocencia de costumbres, ocupado en admirar las maravillas y perfecciones del Creador en sus criaturas.

Llegó a extenderse por toda ]a isla la fama del santo pastor Espiridión; de tal suerte que fue uno de aquellos confesores a quienes Maximino, gran perseguidor de los cristianos, mandó sacar el ojo derecho, cortar el nervio y desjarretar la pierna izquierda, y lo condenó a trabajar en las minas.

Holgóse el santo confesor de haber sido hallado digno de padecer por el nombre de Jesús; y permaneció en su destierro y pesadísimo trabajo durante algunos años, hasta que con la muerte del perseguidor cesó el destierro y pudo volver a Chipre y gozar de la paz que dio a la santa Iglesia el gran Constantino.

Ejercitóse de nuevo en su oficio de pastor, esparciendo más puros rayos de santidad y edificación después de su confesión; hasta que habiendo fallecido el obispo de Tremitunte, en la isla de Chipre, el pueblo y el clero a una voz aclamaron por su sucesor a Espiridión.

Resistióse el humilde pastor, pero inútilmente, alegando su incapacidad, y después de recibidas las sagradas órdenes, fue consagrado obispo.

Convocóle el concilio de Nicea, en el que fue condenado Arrio, siendo Espiridión uno de los prelados que allí, en número de trescientos diez y ocho, se reunieron.

No faltaron algunos filósofos gentiles deseosos de ver aquella sagrada junta, y aquel como teatro de sabiduría y majestad; y entre ellos había uno de sutil ingenio y gran disputador, a quien los padres más doctos e ilustra dos jamás pudieron convencer.

Pidió Espiridión licencia para disputar con él; y le propuso con pocas y sencillas palabras la suma de lo que la fe cristiana cree y predica de la Trinidad y de la redención del hombre por Cristo; y después le dijo: "Filósofo, esto es lo que los cristianos creemos: tú ¿qué crees?" Quedó asombra do el gentil, y, como fuera de sí, respondió: "Yo creo lo que tú erees, y lo tengo por verdad", añadiendo, que cuando se le quiso convencer con razones, con razones había él respondido; mas cuando la virtud de Dios le había hablado por boca de su siervo, no pudo resistir: y se hizo cristiano.

También asistió al concilio sardicense y defendió contra los mismos arrianos la fe católica. Finalmente, habiendo corrido la carrera de su peregrinación, ilustre por sus virtudes y por la gloria de sus milagros, dio su bien aventurado espíritu al Señor, que para tanta gloria suya lo había creado.

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Fuente: FrateFrancesco.org
Francisca Schervier, Beata Fundadora, 14 Diciembre  

Francisca Schervier, Beata

FundadodoraHermanas de los Pobres
de San Francisco de Asís


María Francisca Schevrier nació en Aquisgrán el 3 de enero de 1819, hija de Juan Enrique y Luisa Migeon.

Era ahijada del emperador Francisco II. Después de la muerte de su madre, acaecida en 1832, tomó la costumbre de socorrer a los pobres en sus necesidades y de enseñarles el catecismo.

En un ambiente a menudo indiferente, a veces hostil, porque la burguesía ciudadana ostentaba una actitud volteriana, María Francisca no ahorraba fatiga alguna, no se dejaba vencer por ningún temor y encontró ayuda para su empresa en un sacerdote de su parroquia.

Después de haber hecho un retiro en Lieja, el 3 de octubre de 1846, con cinco compañeras formó en Aquisgrán un grupo que poco después tuvo la ocasión de prestar un gran servicio durante una epidemia de cólera y de viruela que asoló la ciudad.

Para dar una forma canónica a la naciente institución, escribió una regla en la que ponía a su pequeño grupo bajo la protección de San Francisco de Asís, poniendo de relieve la caridad, la pobreza y las obras de misericordia para con los pobres. De ahí viene el nombre del instituto de Hermanas de los Pobres de San Francisco de Asís.

Con sus compañeras entró en la vida religiosa el 12 de octubre de 1850. Pero su regla solamente fue aprobada por San Pío X en 1908. La nueva congregación se difundió rápidamente: ya en 1858 había sido fundada una casa provincial en Hartwel en Estados Unidos de América.

En vísperas de la aprobación pontificia, el Instituto contaba ya con 61 casas, de las cuales 16 en América y 1500 religiosas. Actualmente se cuentan 12 casas en Alemania y en Estados Unidos, hay algunas religiosas que se han dedicado a la obra de la recuperación de la juventud descarriada y otras que durante la guerra de 1864, 1866 y 1870 se dedicaron a la asistencia sanitaria de los militares en los hospitales.

A pesar de esta dinámica actividad, María Francisca sabía encontrar tiempo para dedicar a la oración, a la meditación, a la visita diaria, al Santísimo Sacramento, al cultivo de una tierna y filial devoción hacia la Madre de Dios.

Era suave para con todos y severa consigo misma; practicaba mortificaciones y penitencias, tenía un gran respeto hacia los sacerdotes en los cuales veía la misma persona de Cristo. Soportó con cristiana resignación la última enfermedad que afinó más su alma y la hizo digna de la gloria.

Murió el 14 de diciembre de 1876 en Aquisgrán. Tenía casi 58 años.

La ciudad acudió a su funeral y la lloró porque en ella perdió a la madre amadísima de todos, especialmente de los pobres, de los desgraciados y de los pequeños.

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Fuente: ServiDiMaria.org
Buenaventura de Pistoya, Beato Siervo de María, 14 Diciembre  

Buenaventura de Pistoya, Beato

Buenaventura nació en Pistoya hacia el año de 1250.

Impulsado por las palabras y el ejemplo de san Felipe Benicio a vivir una vida más santa, ingresó en la Orden de los Siervos y fue ordenado sacerdote.

Como prior de varios conventos, manifestó excelentes dotes de saiduría y de humanidad.

Durante el priorato en Montepulciano recibió la profesión de santa Inés, nativa de aquella ciudad, y la asistió en la fundación de su monasterio.

Buenaventura murió en Orvieto hacia el año 1315. Pío VII confirmó su culto en 1822.

Su cuerpo se venera en Pistoya, en nuestra iglesia de la Anunciación.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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