lunes, 18 de noviembre de 2013

Martes por los ángeles custodios. 19/11/2013. Santa Matilde ¡ruega por nosotros!

JMJ

Pax

Lectura del Santo Evangelio según san Lucas 19, 1-10

Gloria a ti, Señor

En aquel tiempo, Jesús entró en Jericó y al ir atravesando la ciudad, sucedió que un hombre
llamado Zaqueo era de maja estatura. Entonces corrió y subió a un árbol pata verlo cuando
pasará por ahí. Al llegar a ese lugar, Jesús levantó los ojos y le dijo: "Zaqueo, bájate pronto,
porque hoy tengo que hospedarme en tu casa".
El bajó en seguida y lo recibió muy contento. Al ver esto, comenzaron todos a murmurar
diciendo: "Ha entrado a hospedarse a la casa de un pecador".
Zaqueo poniéndose de pie, dijo a Jesús, "Mira, Señor, voy a dar a los pobres la mitad de mis
bienes, si he defraudado a alguien le restituiré cuatro veces más". Jesús le dijo: "Hoy a llegado
la salvación de esta casa, porque también es el hijo de Abraham , y el Hijo del hombre ha venido
a buscar y a salvar lo que se les había perdido"
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354

Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

Misal

 

mar 33a. Ordinario año impar

Antífona de Entrada

Sírveme de defensa, Dios mío, de roca y fortaleza salvadoras; porque Tú eres mi baluarte y mi refugio, acompáñame y guíame.

 

Oración colecta

Oremos:
Mueve, Señor, los corazones de tus hijos, para que, correspondiendo generosamente a tu
gracia, reciban con mayor abundancia la ayuda de tu bondad.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Dejaré un gran ejemplo, para que aprendan a arrostrar una muerte noble por amor a nuestra ley

Lectura del segundo libro de los Macabeos 6, 18-31

Había un hombre llamado Eleazar, de edad avanzada y aspecto muy digno. Era uno de los
principales maestros de la ley. Querían obligarlo a comer carne de cerdo y para ello le abrían a la
fuerza la boca. Pero él, prefiriendo una muerte honrosa a una vida de infamia, escupió la carne y
avanzó voluntariamente hacia el suplicio, como deben hacer los que son constantes en rechazar
manjares prohibidos, aun a costa de la vida.
Los que presidían aquel sacrificio pagano, en atención a la antigua amistad que los unía con
Eleazar, lo llevaron aparte y le propusieron que mandara traer carne permitida y que la comiera,
simulando que comía la carne del sacrificio ordenada por el rey. Así se podría librar de la muerte
y encontrar benevolencia, por la antigua amistad que los unía.
Pero Eleazar, adoptando una actitud cortés, digna de sus años y de su noble ancianidad, de sus
canas honradas e ilustres, de su conducta intachable desde niño y, sobre todo, digna de la ley
santa, dada por Dios, respondió enseguida:
"Envíenme al sepulcro, pues no es digno de mi edad ese engaño. Van a creer los jóvenes que
Eleazar, a los noventa años, se ha pasado al paganismo, y si, por miedo a perder el poco tiempo
de vida que me queda, finjo apartarme de la ley, se van a extraviar con mi mal ejemplo. Eso
sería manchar y deshonrar mi vejez. Y aunque por el momento me librara del castigo de los
hombres, ni vivo ni muerto me libraría de la mano del Omnipotente. En cambio, si muero ahora
como un valiente, me mostraré digno de mis años, y dejaré a los jóvenes un gran ejemplo, para
que aprendan a arrostrar voluntariamente una muerte noble por amor a nuestra santa y
venerable ley".
Dicho esto, se fue enseguida hacia el suplicio. Los que lo conducían, considerando arrogantes
las palabras que acababa de pronunciar, cambiaron en dureza su actitud benévola.
Cuando Eleazar estaba a punto de morir a causa de los golpes, dijo entre suspiros:
"Tú, Señor, que todo lo conoces, bien sabes que pude librarme de la muerte; pero, por respeto a
Ti, sufro con paciencia y con gusto crueles dolores en mi cuerpo y en mi alma".
De esta manera, Eleazar terminó su vida y dejó no sólo a los jóvenes, sino a toda la nación, un
ejemplo memorable de virtud y heroísmo.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 3

El Señor es mi defensa.

Mira, Señor, cuántos contrarios tengo y cuántos contra mí se han levantado; cuántos dicen de mí: "Ni Dios podrá salvarlo".
El Señor es mi defensa.

Mas Tú, Señor, eres mi escudo, mi gloria y mi victoria; desde tu monte santo me respondes cuando mi voz te invoca.
El Señor es mi defensa.

En paz me acuesto, duermo y me despierto, porque el Señor es mi defensa. No temeré a la enorme muchedumbre que se acerca y me acecha.
El Señor es mi defensa.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Dios nos amó y nos envió a su Hijo, como víctima de expiación por nuestros pecados.
Aleluya.

Evangelio

El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido

Lectura del Santo Evangelio según san Lucas 19, 1-10

Gloria a ti, Señor

En aquel tiempo, Jesús entró en Jericó y al ir atravesando la ciudad, sucedió que un hombre
llamado Zaqueo era de maja estatura. Entonces corrió y subió a un árbol pata verlo cuando
pasará por ahí. Al llegar a ese lugar, Jesús levantó los ojos y le dijo: "Zaqueo, bájate pronto,
porque hoy tengo que hospedarme en tu casa".
El bajó en seguida y lo recibió muy contento. Al ver esto, comenzaron todos a murmurar
diciendo: "Ha entrado a hospedarse a la casa de un pecador".
Zaqueo poniéndose de pie, dijo a Jesús, "Mira, Señor, voy a dar a los pobres la mitad de mis
bienes, si he defraudado a alguien le restituiré cuatro veces más". Jesús le dijo: "Hoy a llegado
la salvación de esta casa, porque también es el hijo de Abraham , y el Hijo del hombre ha venido
a buscar y a salvar lo que se les había perdido"
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Que este sacrificio, Señor, que vamos a ofrecerte, nos purifique y nos ayude a obtener la
recompensa eterna, prometida a quienes cumplen tu voluntad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Alabanza a Dios que nos creó y nos ha creado de nuevo en Cristo

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo
lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque has querido ser, por medio de tu amado Hijo, no sólo el creador del género humano, sino
también el autor generoso de la nueva creación.
Por eso,
con razón te sirven todas las criaturas, con justicia te alaban todos los redimidos y unánimes te
bendicen tus santos. Con ellos, unidos a los ángeles, nosotros queremos celebrarte y te
alabamos, diciendo:

Antífona de la Comunión

Tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca,

sino que tenga vida eterna.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Señor, aviva cada vez más en nosotros el deseo de recibir este pan eucarístico, por medio del
cual nos comunicas Tú la vida verdadera.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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Meditación diaria

33ª semana. Martes

LA FIDELIDAD DE ELEAZAR

— Ejemplaridad del anciano Eleazar.

— Obstáculos para la fidelidad.

— Lealtad a la palabra dada y a los compromisos adquiridos.

I. En tiempos del rey Antíoco se desató una fortísima persecución contra Israel. El Templo fue profanado y en él se introdujo el culto a los dioses griegos en lugar de Yahvé. Se prohibió celebrar el sábado, y cada mes los judíos eran obligados a celebrar el natalicio del rey, participando en los sacrificios que se inmolaban con este motivo y comiendo sus carnes.

Eleazar, un anciano venerable de noventa años, se mantuvo fiel a la fe de sus padres y prefirió la muerte a tomar parte en estos sacrificios. Antiguos amigos le propusieron traer alimentos permitidos para simular delante de los demás que había comido de las carnes sacrificadas, según el mandato del rey. Haciendo esto –le decían–, se libraría de la muerte. Pero Eleazar se mantuvo fiel a la vida ejemplar que había llevado desde niño, considerando que era indigno de su ancianidad disimular, no fuera que luego pudiesen decir los jóvenes que, a sus noventa años, se había paganizado con los extranjeros. Mi simulación por amor de esta corta y perecedera vida -dijo- los induciría a error, y echaría sobre mi vejez la afrenta y el oprobio; y aunque al presente lograra librarme de los castigos humanos, de las manos del Omnipotente no escaparé ni en la vida ni en la muerte.

Eleazar se encaminó al suplicio y, estando a punto de morir, exclamó: El Señor Santísimo ve bien que, pudiendo librarme de la muerte, doy mi cuerpo al tormento; pero mi alma lo sufre gozosa en el temor de Dios. El autor sagrado recoge la ejemplaridad de su muerte, no solo para los jóvenes, sino para toda la nación. Este relato1 nos recuerda también a nosotros la fidelidad sin fisuras a los compromisos contraídos en la fe, para ser leales al Señor también cuando quizá nos sería más fácil ceder por la presión de un ambiente pagano hostil, o por una circunstancia difícil que hayamos de atravesar.

San Juan Crisóstomo llama a Eleazar "protomártir del Antiguo Testamento"2. Su actitud gozosa en el martirio es como un preludio de aquella alegría que Jesús preconizará de los que serían perseguidos por su nombre3. Es el gozo que el Señor nos hace experimentar cuando, por ser fieles a la fe y a la propia vocación, padecemos alguna contrariedad.

II. A los primeros cristianos se les designaba frecuentemente con el apelativo de fieles4. Este término nace en momentos de dificultades externas, de persecuciones, de calumnias y de la presión de un ambiente pagano que trataba de imponer su manera de pensar y de vivir, muy opuesta a la doctrina del Maestro. Ser fieles era mantenerse firmes ante estos obstáculos externos. Sé fiel hasta la muerte -se lee en el Apocalipsis- y Yo te daré la corona de la vida5. Esto se pide a los cristianos de todas las épocas: Sé fiel hasta la muerte. Ya antes advierte el Apóstol: No temas por lo que vas a padecer: el diablo va a encarcelar a algunos de vosotros, para que seáis tentados; y sufriréis tribulación por diez días. Eso es la vida: diez días, un poco de tiempo. ¿Y no vamos a permanecer fieles sí tuviéramos que sufrir alguna contradicción, muchas veces pequeña, alguna discriminación por ser cristianos que no se avergüenzan de serlo? ¿Nos vamos a avergonzar de nuestra fe, que tiene consecuencias prácticas en el modo de actuar, en las que muchos quizá no estén de acuerdo? "Es fácil –recordaba el Papa Juan Pablo II– ser coherente por un día o algunos días. Difícil e importante es ser coherente toda la vida. Es fácil ser coherente a la hora de la exaltación, difícil serlo en la hora de la tribulación. Y solo puede llamarse fidelidad una coherencia que dura toda la vida"6.

A veces los obstáculos no llegan de fuera, sino de dentro. La soberbia es el principal obstáculo de la fidelidad, y junto a ella la tibieza, que hace perder la alegría en el seguimiento de Cristo, idealizando otras posibilidades que están al margen del camino que nos lleva a Dios. Otras veces surge la oscuridad del alma, consecuencia de la desgana y falta de lucha, o porque Dios la permite para purificar el alma. Sea cual fuere la causa de estas tinieblas, la fidelidad muchas veces estará en la humildad de ser dóciles a la dirección espiritual, en mantener una oración viva con el Señor, en permanecer en ese trato diario con Él, que nos llevará como de la mano hasta la luz. "Se quedaron muy grabadas en mi cabeza de niño –cuenta San Josemaría Escrivá– aquellas señales que, en las montañas de mi tierra, colocaban a los bordes de los caminos; me llamaron la atención unos palos altos, ordinariamente pintados de rojo. Me explicaron entonces que, cuando cae la nieve, y cubre senderos, sementeras y pastos, bosques, peñas y barrancos, esas estacas sobresalen como un punto de referencia seguro, para que todo el mundo sepa siempre por dónde va la ruta.

"En la vida interior, sucede algo parecido. Hay primaveras y veranos, pero también llegan los inviernos, días sin sol, y noches huérfanas de luna. No podemos permitir que el trato con Jesucristo dependa de nuestro estado de humor, de los cambios de nuestro carácter. Esas posturas delatan egoísmo, comodidad, y desde luego no se compaginan con el amor.

"Por eso, en los momentos de nevada y de ventisca, unas prácticas piadosas sólidas –nada sentimentales–, bien arraigadas y ajustadas a las circunstancias propias de cada uno, serán como esos palos pintados de rojo, que continúan marcándonos el rumbo, hasta que el Señor decida que brille de nuevo el sol, se derritan los hielos, y el corazón vuelva a vibrar, encendido con un fuego que en realidad no estuvo apagado nunca: fue solo rescoldo oculto por la ceniza de una temporada de prueba, o de menos empeño, o de escaso sacrificio"7.

III. La lealtad de Eleazar a la fe de sus mayores sirvió además para que otros muchos del pueblo escogido permanecieran firmes en sus creencias y costumbres. Nunca queda aislada la fidelidad de un hombre, de una mujer. Son muchos los que, quizá sin saberlo expresamente, se apoyan en ella. Una de las grandes alegrías que el Señor nos hará gustar será el poder contemplar a todos aquellos que permanecieron firmes en su fe y en su vocación porque se apoyaron en nuestra sólida coherencia.

La virtud humana que corresponde a la fidelidad es la lealtad, esencial para toda convivencia. Sin un clima de lealtad, las relaciones y vínculos entre los hombres degenerarían a lo sumo en una mera coexistencia, con su cortejo inseparable de inseguridad y desconfianza. La vida propiamente social no sería posible si no se diera "aquella observancia de los pactos sin la que no es posible una tranquila convivencia entre los pueblos"8: un clima de confianza mutua, de honradez, de lealtad. No es infrecuente que en la sociedad, en la empresa, en los negocios... parezca perdida esta virtud tan esencial. La mentira, la manipulación de la verdad, es un arma más que algunos utilizan como si fuera normal en los medios de la opinión pública, en la política, en los negocios... Muchas veces se echa de menos la honradez para cumplir la palabra dada y los compromisos libremente adquiridos. Es más, en ocasiones se comenta la infidelidad matrimonial, como si los compromisos adquiridos delante de Dios y delante de los hombres tuvieran poco valor. Otros, con el fin de aumentar su disponibilidad económica, o para satisfacer su ansia desordenada de placeres, de figurar en la vida social, incumplen sus deberes religiosos, familiares, sociales o profesionales traicionando los compromisos más nobles y santos.

En estos momentos urge que los cristianos –luz del mundo y sal de la tierra– procuremos ser ejemplo de fidelidad y de lealtad a los compromisos contraídos. San Agustín recordaba a los cristianos de su tiempo: "El marido debe ser fiel a la mujer, y la mujer al marido, y ambos a Dios. Los que habéis prometido continencia, cumplid lo prometido, puesto que no se os exigiría si no lo hubieseis prometido (...). Guardaos de hacer trampas en vuestros negocios. Guardaos de la mentira y del perjurio"9. Son palabras que conservan plena actualidad.

Perseverando, con la ayuda del Señor, en lo poco de cada día, lograremos oír al final de nuestra vida, con gozosísima dicha, aquellas palabras del Señor: Muy bien, siervo bueno y fiel; has sido fiel en lo poco, te constituiré sobre lo mucho; entra en el gozo de tu Señor10.

1 Primera lectura. Año 1. 2 Mac 6, 18-31. — 2 San Juan Crisóstomo, Homilía 3, sobre los santos Macabeos. — 3 Cfr. Mt 5, 12. — 4 Hech 10, 45; 2 Cor 6, 15; Ef 1, 1. — 5 Apoc 2, 10. — 6 Juan Pablo II, Homilía 27-I-1979. 7 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 151. 8 Pío XII, Alocución 24-XII-1940, 26. — 9 San Agustín, Sermón 260. — 10 Mt 25, 21-23.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

Fuente: Archidiócesis de Madrid
Abdías, Profeta 19 de noviembre, Siglo V  

Abdías, Profeta

Noviembre 19

 

El libro de Abdías es el más corto de los libros proféticos. Aparte de las discusiones entre exegetas, parece que se sitúa la vida y escrito de Abdías en el siglo V antes de Cristo. Esta profecía se desarrolla en dos planos: el castigo de Edom y el triunfo de Israel en el "Día de Yahvéh" que, como se sabe, es el día apocalíptico de la justicia de Dios. Ni que decir tiene que los edomitas son los enemigos de Israel que han aprovechado la ruina de Jerusalén y han invadido la Judea meridional. Contra su soberbia, despotismo y engreimiento dirá el Todopoderoso: "Aunque te encumbres como un águila, y pongas tu nido en las estrellas, de allí te haré bajar... te cubrirá la vergüenza y serás cercenado para siempre". Todo el libro es un grito apasionado de venganza que exalta la justicia terrible y el poder de Yahvéh.

Con todas las matizaciones precisas y, sin sacar de su contexto histórico este breve escrito veterotestamentario que está suficientemente cumplido no ya sólo por la acción bélica, conquista y sometimiento de los edomitas en el año 312 a. C. por parte de los nabateos, sino por toda la ulterior profundización "del día de Yahvéh" que se sitúa al final de los tiempos, podría hacer mucho bien a determinadas personas individuales, colectividades y naciones la lectura reposada de los 21 versos que contiene la inspiración de Abdías puesta por escrito para tomar el pulso a sus responsabilidades propias. Porque a la postre, guste o no, será Dios mismo quien "mida" a cada cual en "su Día" e importa mucho no encontrarse "falto de peso".

Como reclamaba justicia divina el ultraje que sufría Israel —el pueblo de Dios— en el tiempo de esta profecía, hoy siguen postulando la misma justicia cantidad innumerable de ultrajes cuyos responsables habrán de responder en el "Día de Yahvéh". ¿No estarán llegando a los oídos de Dios los gritos de los millones de famélicos que hay en el mundo? ¿Y los de las víctimas de quienes promueven las guerras? ¿Y las quejas de los ignorantes? ¿Desoirá Dios el quejido mudo de los no-nacidos porque se les privó aberrantemente de su primer derecho con el aborto? ¿Tendrá sordera Dios para las protestas de los que soportan leyes inicuas? ¿Se habrá tapado los oídos para no escuchar la indecible algarabía que forman los lamentos de los parados, de los sin-techo, de los que contemplan el despilfarro irresponsable de otros?

Yahvéh sigue hoy viendo a los prepotentes, a los que explotan, a los que impulsan al destierro, a los que hacen trata de blancas, a los orgullosos y a los soberbios, a los que calumnian, a los que causan el desprecio, a los que insultan y maldicen, a los que humillan, a los que roban lo ajeno... y a los que se venden por dinero.

Todo "machacado" por la malicia del hermano vive en tierra suya, habita en su dominio, le pertenece ¡Es su pueblo!

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Santiago Benfatti, Beato Obispo, 19 Noviembre  

Santiago Benfatti, Beato

Etimológicamente significa "usurpador". Viene de la lengua hebrea.

Nació a finales del siglo XIII en Mantua, Italia.

Fraile dominico en Mantua, Doctor en Teología título que obtuvo en la universidad de París, sacerdote y amigo personal y hermano de la Orden de los Predicadores de Nicolás Boccasino, quien más tarde se convirtió en el Papa Benedicto XI y para quien Santiago realizó varias misiones.

Fue nombrado Obispo de Mantua en 1303, y ganó fama por su contino servico para con los más pobres, la reconstrucción de su catedral y de muchas iglesias.

Fue en estos tiempos en los que Dante escribió su más famosa novela. Había unas terribles luchas entre los Güelfos, que eran acérrimos enemigos del gran escritor.

Los de su ciudad lo llamaban "su padre".
Estuvo en la coronación de Enrique VII en Milán y participó en el concilio de Vienne (Francia).

Sus 28 años de obispo se pueden definir como el obispo de la caridad.

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Epímaco y Alejandro, Santos Mártires, 19 de noviembre  

Epímaco y Alejandro, Santos

Noviembre 19
Mártires

 

Etimológicamente significan " fácil de atacar y protector". Vienen de la lengua griega y alemana.

Jesús dijo a la mujer samaritana: Si conocieses el don de Dios y quién es el que te pide agua, serías tú la que le pedirías de beber y él te daría agua viva".

Fueron dos mártires del siglo III.

"La sangre de los mártires, escribía Tertuliano, es semilla de nuevos cristianos".

Esto se demuestra a lo largo y ancho de toda la historia de la Iglesia.

Estos mártires se vieron entre la espada y la pared, O negaban a Cristo y se salvaban, o iban a la muerte.

Fueron arrojados a una caldera del cal hirviendo.

Esto sucedía en el año 250, y la fecha del martirio el 12 de diciembre según atestigua Eusebio de Cesarea. Las reliquias del primero se llevaron pronto a Roma.

El juez Gordiano, convertido al cristianismo, fue condenado también a la muerte en el 362.
Lo enterraron en donde estaba san Epímaco. Su culto se debe, en gran parte, a la reina Hildagarda, esposa de Carlomagno.

Obtuvo parte de sus reliquias que las llevó a la abadía de Kempten, Alemania, de donde ahora son patrones.

Los restos se quedaron en Roma en la Basílica de san Juan de Letrán, en el altar de Presepio. San Alejandro fue uno de los patrones de Palestrina, cerca de Roma.

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Fuente: Corazones.org
Santísima Virgen de la Divina Providencia Patrona de Puerto Rico, 19 Noviembre  

Santísima Virgen de la Divina Providencia

La devoción a la Virgen de la Divina Providencia se origina en el siglo XIII en Italia, de donde llegó poco tiempo después a España, en donde se construyó un santuario en Tarragona, Cataluña.

Se dice que el nombre de Divina Providencia, le fue asignado a la Virgen por San Felipe Benicio, quinto superior de los Siervos de María, quien en una ocación en la que él y sus frailes no tenían nada que comer, invocó la protección de su Patrona, al poco tiempo se oyó toques en la puerta del convento, encontrando al abrila dos canastas llenas de alimentos.

La imagen original venerada por los Siervos de María y otras órdenes religiosas italianas, es un hermoso óleo en el que aparece la Virgen con el Divino Niño dormido plácidamente en sus brazos. Se cuenta que el título "de la Divina Providencia", se debe a San Felipe Benicio, quinto superior de los Siervos de María, quien al invocar la protección de la Virgen un día en que sus frailes no tenían nada que comer, encontró a la puerta del convento dos cestas repletas de alimentos sin que se pudiese conocer su procedencia.

La imagen mandada a hacer por Don Gil Esteve fue tallada en Barcelona según el gusto de la época. Es una hermosa imagen sentada, "de ropaje, (es decir, hecha para ser vestida), y estuvo expuesta al culto en la catedral durante 67 años, hasta que en 1920 fue sustituida por otra magnífica talla, toda de madera, que es la imagen de Nuestra Señora de la Divina Providencia más familiar y conocida por las comunidades puertorriqueñas.

María se inclina sobre el Niño, que en total actitud de confianza duerme plácidamente en su regazo. Las manos de la Virgen se unen en oración mientras sostiene suavemente la mano izquierda del Divino Infante. El conjunto sugiere ternura, abandono, devoción y paz.

El Papa Pablo VI declaró a Nuestra Señora Madre de la Divina Providencia, como patrona principal de la isla de Puerto Rico mediante un decreto firmado el 19 de noviembre de 1969. En ese documento se decretó también que la solemnidad de la Virgen debía trasladarse del dos de enero, aniversario de su llegada a la isla, al 19 de noviembre, día en que fue descubierta la isla de Borinquen. Se quiso unir así los dos grandes afectos de los puertorriqueños; el amor por su
preciosa isla y el amor por la Madre de Dios.

La talla más antigua, que data del 1853, fue la elegida para ser coronada solemnemente durante la reunión del Consejo Episcopal Latino Americano celebrada en San Juan de Puerto Rico el 5 de noviembre de 1976. La víspera del acontecimiento esta imagen fue vilmente quemada en la Parroquia de Santa Teresita de Santurce. Pero eso no detuvo la solemne coronación, que ocurrió en medio de la emoción y las lágrimas de millares de sus hijos y la presencia de cardenales, arzobispos y obispos venidos de toda Latinoamérica.

La imagen quemada fue enviada a España para ser restaurada. Actualmente espera la construcción del proyectado gran santuario nacional para ser allí colocada

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Fuente: Carmelnet.org
Rafael de San José (José Kalinowski), Santo Presbítero Carmelita, 19 Noviembre  

Rafael de San José (José Kalinowski), Santo

José Kalinowski


Se llamó José y nació en Vuna (Polonia) el 1.9.1835 de noble familia.

Pasó su juventud entregado a la piedad y al estudio, aunque después enfrió un poco en su vida de piedad.

En 1953 ingresó en la carrera militar y muy pronto escaló altos cargos en la misma, que desempeñó con gran competencia.

Se entregó a las obras de piedad y de caridad. Alejandro II de Rusia lo elogió grandemente. Se levantó para defender a su patria y, apresado, llevó una vida de mucha oración y penitencia.

Fue deportado a los campos de Siberia, donde pasó en trabajos forzados cuatro años. Iba madurando en la fe. Después fue confinado a otros campos más benignos.

Sus compañeros quedaban admirados de su virtud, caridad y paz. Le consultaban y acudían a él como a un santo. Fue el preceptor del duque Augusto y le acompañó a varias naciones de Europa.

A los 42 años dijo adiós al mundo y pidió al provincial de Austria ser carmelita teresiano (1877), cambiando su nombre por el de Rafael de San José. En Polonia se ordenó sacerdote el 15.1.1882.

Trabajó con todas las fuerzas de su alma para extender su Orcien en Polonia. Fue vice-maestro de novicios, prior y vicario provincial y fundó el convento de Wadowice en 1892, donde desarrolló un fecundo apostolado.

En esta ciudad nació en 1920 el papa Juan Pablo II y por el afecto que sentía a los carmelitas y la veneración de los restos de este venerable carmelita, intentó Karol Woyti la, por dos veces, ser religioso carmelita.

Murió santamente el 15.11.1907.

El papa Juan Pablo II lo beatificó en su misma patria el 22 de Junio de 1983. Fue canonizado por el mismo Papa el 17 de noviembre de 1991 en la Basílica Vaticana.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04
Matilde de Hakeborn (o de Helfa), Santa Abadesa y cantante, 19 Noviembre  

Matilde de Hakeborn (o de Helfa), Santa

Matilde nació en Turingia. Ella provenía de la estirpe de los barones de Hackeborn, quienes poseían tierras en el norte de Turingia y en la zona de Harz y estaban emparentados con los Hohenstaufern.

A los siete años fue Matilde a la escuela del convento, entró más tarde en la Orden y se convirtió en directora de la escuela del convento.

Son conocidas sus grandes dotes musicales. Se convirtió en primera cantante en el coro litúrgico, sacristana, bibliotecaria, a ella le fueron confiados los valiosos escritos, copias y pinturas de libros.

Su principal obra se llama "Libro de la corriente de alabanza", en el cual Matilde de Hackeborn escribe: "Yo soy más fácil de alcanzar que cualquier otra cosa ni un hilo ni una astilla, nada es tan pequeño y tan inferior que uno pudiera atraerlo a sí con un simple acto de la voluntad. A Mí en cambio, puede el ser humano llevarme a sí con su simple voluntad".

 

Ingles

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Frances

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BENEDICTO XVI: SANTA MATILDE DE HACKEBORN, "RUISEÑOR DE DIOS"



Hoy en la Audiencia General

 

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 2 de septiembre de 2010 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación la catequesis que el Papa Benedicto XVI dirigió hoy a los miles de peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro para la audiencia general.

* * * * *

Queridos hermanos y hermanas,

hoy quisiera hablaros de santa Matilde de Hackeborn, una de las grandes figuras del monasterio de Helfta, que vivió en el siglo XIII. Su hermana religiosa santa Gertrudis la Grande, en el VI libro de la obra Liber specialis gratiae (El libro de la gracia especial), en el que se narran las gracias especiales que Dios otorgó a santa Matilde, afirma así: "Lo que hemos escrito es bien poco en comparación con lo que hemos omitido. Únicamente para gloria de Dios y utilidad del prójimo publicamos estas cosas, porque nos parecería injusto mantener el silencio sobre tantas gracias que Matilde recibió de Dios no tanto para ella misma, en nuestro parecer, sino para nosotros y para los que vendrán después de nosotros" (Mechthild von Hackeborn, Liber specialis gratiae, VI, 1).

Esta obra fue redactada por santa Gertrudis y por otra hermana de Helfta y tiene una historia singular. Matilde, a la edad de cincuenta años, atravesaba una grave crisis espiritual, unida a sufrimientos físicos. En estas condiciones confió a dos hermanas amigas las gracias singulares con las que Dios la había guiado desde la infancia, pero no sabía que éstas lo anotaban todo. Cuando lo supo, se sintió profundamente angustiada y turbada. Pero el Señor la consoló, haciéndole comprender que cuanto se había escrito era para gloria de Dios y para bien del prójimo (cfr ibid., II,25; V,20). Así, esta obra es la fuente principal de la que obtener informaciones sobre la vida y la espiritualidad de nuestra Santa.

Con ella nos introducimos en la familia del Barón de Hackeborn, una de las más nobles, ricas y poderosas de Turingia, emparentada con el emperador Federico II, y entramos en el monasterio de Helfta en el periodo más glorioso de su historia. El Barón había ya dado al monasterio una hija, Gertrudis de Hackeborn (1231/1232 - 1291/1292), dotada de una destacada personalidad. Abadesa durante cuarenta años, capaz de dar una impronta peculiar a la espiritualidad del monasterio, llevándolo a un florecimiento extraordinario como centro de mística y de cultura, escuela de formación científica y teológica. Gertrudis ofreció a las monjas una elevada instrucción intelectual, que les permitía cultivar una espiritualidad fundada en la Sagrada Escritura, en la Liturgia, en la tradición Patrística, en la Regla y espiritualidad cisterciense, con particular predilección por san Bernardo de Claraval y Guillermo de St-Thierry. Fue una verdadera maestra, ejemplar en todo, en la radicalidad evangélica y en el celo apostólico. Matilde, desde su juventud, acogió y gustó el clima espiritual y cultural creado por su hermana, ofreciendo después su impronta personal.

Matilde nació en 1241 o 1242 en el castillo de Helfta; es la tercera hija del Barón. A los siete años con su madre, visitó a su hermana Gertrudis en el monasterio de Rodersdorf. Quedó tan fascinada por ese ambiente que deseaba ardientemente formar parte de él. Entró como educanda y en 1258 se convirtió en monja del convento, que entre tanto se había transferido a Helfta, en la propiedad de los Hackeborn. Se distinguió por la humildad, fervor, amabilidad, limpieza e inocencia de vida, familiaridad e intensidad con que vivió su relación con Dios, la Virgen y los Santos. Estaba dotada de elevadas cualidades naturales y espirituales, como "la ciencia, la inteligencia, el conocimiento de las letras humanas, la voz de una suavidad maravillosa: todo la hacía adecuada para ser un verdadero tesoro para el monasterio bajo todos los aspectos" (Ibid., Proemio). Así, "el ruiseñor de Dios" – como se la llamaba – aún muy joven, se convirtió en directora de la escuela del monasterio, directora del coro, y maestra de novicias, servicios que llevó a cabo con talento e infatigable celo, no sólo en beneficio de las monjas, sino de todo el que deseara acudir a su sabiduría y bondad.

Iluminada por el don divino de la contemplación mística, Matilde compuso numerosas oraciones, Es maestra de fiel doctrina y de gran humildad, consejera, consoladora, guía en el discernimiento: "Ella – se lee – distribuía la doctrina con tanta abundancia que nunca se había visto en el monasterio, y tenemos, ¡ay! gran temor de que nunca vuelva a verse algo semejante. Las monjas se reunían a su alrededor para escuchar la palabra de Dios, como a un predicador. Era el refugio y la consoladora de todos, y tenía, como don singular de Dios, la gracia de revelar libremente los secretos del corazón de cada uno. Muchas personas, no sólo en el monasterio, sino también extraños, religiosos y seglares, llegados de lejos, atestiguaban que esta santa virgen les había liberado de sus penas y que nunca habían probado tanto consuelo como a su lado. Compuso además y enseñó tantas oraciones que si se reuniesen, superarían el volumen de un salterio" (Ibid., VI,1).

En 1261 llegó al convento una niña de cinco años de nombre Gertrudis: fue confiada a los cuidados de Matilde, con apenas veinte años, que la educa y la guía en la vida espiritual hasta hacer de ella no sólo su discípula excelente, sino su confidente. En 1271 o 1272 entra en el monasterio también Matilde de Magdeburgo. El lugar acogió así a cuatro grandes mujeres – dos Gertrudis y dos Matildes –, gloria del monaquismo germánico. En su larga vida transcurrida en el monasterio, Matilde sufrió continuos e intensos sufrimientos, a los que añadió las durísimas penitencias elegidas para la conversión de los pecadores. De este modo participó en la pasión del Señor hasta el final de su vida (cfr ibid., VI, 2). La oración y la contemplación fueron el humus vital de su existencia: las revelaciones, sus enseñanzas, su servicio al prójimo, su camino en la fe y en el amor tienen aquí su raíz y su contexto. En el primer libro de la obraLiber specialis gratiae, las redactoras recogen las confidencias de Matilde señaladas en las fiestas del Señor, de los santos y, de modo especial, de la Beata Virgen. Es impresionante la capacidad que esta santa tenía de vivir la Liturgia en sus varios componentes, incluso los más sencillos, llevándola a la vida monástica cotidiana. Algunas imágenes, expresiones, aplicaciones quizás están alejadas de nuestra sensibilidad, pero, si se considera la vida monástica y su tarea de maestra y directora de coro, se nota su singular capacidad de educadora y formadora, que ayuda a sus hermanas a vivir intensamente, partiendo de la Liturgia, cada momento de la vida monástica.

En la plegaria litúrgica Matilde dio particularmente relieve a las horas canónicas, a la celebración de la santa Misa, sobre todo a la santa Comunión. En ese momento a menudo se elevaba en éxtasis en una intimidad profunda con el Señor en su Corazón ardentísimo y dulcísimo, en un diálogo estupendo, en el que pedía iluminación interior, mientras intercedía de modo especial por su comunidad y por sus hermanas. En el centro están los misterios de Cristo hacia los cuales la Virgen María remite constantemente para caminar por el camino de la santidad: "Si deseas la verdadera santidad, estate cerca de mi Hijo; él es la santidad misma que lo santifica todo" (Ibid., I,40). En esta intimidad suya con Dios está presente el mundo entero, la Iglesia, los benefactores, los pecadores. Para ella Cielo y tierra se unen.

Sus visiones, sus enseñanzas, las circunstancias de su existencia se describen con expresiones que evocan el lenguaje litúrgico y bíblico. Se capta así su profundo conocimiento de la Sagrada Escritura, su pan cotidiano. Recurre continuamente a ella, sea valorando los textos bíblicos leídos en la liturgia, sea tomando símbolos, términos, paisajes, imágenes, personajes. Su predilección era por el Evangelio: "Las palabras del Evangelio eran para ella un alimento maravilloso y suscitaban en su corazón sentimientos de tal dulzura que a menudo por el entusiasmo no podía terminar su lectura… El modo como leía esas palabras era tan ferviente que suscitaba la devoción en todos. Así también, cuando cantaba en el coro, estaba toda absorta en Dios, transportada por tal ardor que a veces manifestaba sus sentimientos con los gestos... Otras veces, elevada en éxtasis, no oía a las que la llamaban o la movían y a duras penas recuperaba el sentido de las cosas exteriores" (Ibid., VI, 1). En una de sus visiones, Jesús mismo le recomienda el Evangelio; abriéndole la herida de su dulcísimo Corazón, le dijo: "Considera cuán inmenso es mi amor: si quieres conocerlo bien, en ningún lugar lo encontrarás expresado más claramente que en el Evangelio. Nadie ha sentido nunca expresar sentimientos más fuertes y más tiernos que estos: Como mi Padre me ha amado, así os he amado yo (Jn. 15, 9)" (Ibid., I,22).

Queridos amigos, la oración personal y litúrgica, especialmente la Liturgia de las Horas y la Santa Misa son la raíz de la experiencia espiritual de santa Matilde de Hackeborn. Dejándose guiar por la Sagrada Escritura y nutrir por el Pan eucarístico, Ella recorrió un camino de íntima unión con el Señor, siempre en la plena fidelidad a la Iglesia. Esto es también para nosotros una fuerte invitación a intensificar nuestra amistad con el Señor, sobre todo a través de la oración cotidiana y la participación atenta, fiel y activa en la Santa Misa. La Liturgia es una gran escuela de espiritualidad.

La discípula Gertrudis describe con expresiones intensas los últimos momentos de la vida de santa Matilde de Hackeborn, durísimos, pero iluminados por la presencia de la Beatísima Trinidad, del Señor, de la Virgen, de todos los Santos, y también de su hermana de sangre Gertrudis. Cuando llegó la hora en que el Señor quiso llevarla con Él, ella le pidió poder vivir un poco más en el sufrimiento por la salvación de las almas, y Jesús se complació por este ulterior signo de amor.

Matilde tenía 58 años. Recorrió el último trecho del camino caracterizado por ocho años de graves enfermedades. Su obra y su fama de santidad se difundieron ampliamente. Llegada su hora, "el Dios de Majestad ... única suavidad del alma que le ama ... le cantó: Venite vos, benedicti Patris mei ... Venid, vosotros benditos de mi Padre, venid a recibir el reino ... y la asoció a su gloria" (Ibid., VI,8).

Santa Matilde de Hackeborn nos confía al Sagrado Corazón de Jesús y a la Virgen María. Invita a alabar al Hijo con el Corazón de la Madre y a alabar a María con el Corazón del Hijo: "¡Os saludo, oh Virgen veneradísima, en ese dulcísimo rocío, que del Corazón de la santísima Trinidad se difundió en vos; os saludo en la gloria y en el gozo con que ahora os alegráis eternamente, vos que con preferencia a todas las criaturas de la tierra y del cielo, fuisteis elegida antes aún de la creación del mundo! Amén" (Ibid., I, 45).

[Traducción del original italiano por Inma Álvarez

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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