jueves, 8 de marzo de 2018

[ † ] Jueves del Santísimo Sacramento. 08/03/2018. San Juan de Dios ¡ruega por nosotros!

JA

JMJ

Pax

El que no está conmigo, está contra mí

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 14-23

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús estaba expulsando un demonio que era mudo. Cuando salió el demonio, habló el mudo y la gente quedó maravillada. Pero algunos dijeron: 
"Expulsa a los demonios con el poder de Satanás, el príncipe de los demonios". 
Otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal milagrosa. Pero Jesús, que conocía sus malas intenciones, les dijo: 
"Todo reino dividido por luchas internas va a la ruina y se derrumba casa por casa. Si también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su reino? Ustedes dicen que yo expulso los demonios con el poder de Satanás. Ahora bien, si yo expulso los demonios con el poder de Satanás, sus hijos, ¿con qué poder los expulsan? Por eso ellos mismos serán sus jueces. Pero si yo expulso los demonios con el poder de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a ustedes.
Cuando un hombre fuerte y bien armado custodia su palacio, sus bienes están seguros. Pero si viene otro más fuerte que él y lo vence, le quita las armas en que confiaba y reparte el botín.
El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Catecismo 2181: La Eucaristía del domingo fundamenta y confirma toda la práctica cristiana. Por eso los fieles están obligados a participar en la Eucaristía los días de precepto, a no ser que estén excusados por una razón seria (por ejemplo, enfermedad, el cuidado de niños pequeños) o dispensados por su pastor propio (cf CIC can. 1245). Los que deliberadamente faltan a esta obligación cometen un pecado grave."

 

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

 

jue 3a. Sem cuaresma

Antífona de Entrada

Yo soy la salvación de mi pueblo, dice el Señor. Los escucharé en cualquier tribulación en que me llamen y seré siempre su Dios.

 

Oración Colecta

Oremos:
Te pedimos humildemente, Señor, que conforme se acerca la fiesta de nuestra redención, crezca en nosotros el fervor para celebrar santamente la Pascua de tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.

 

Primera Lectura

Este es el pueblo que no escuchó la voz del Señor, su Dios

Lectura del libro del profeta Jeremías 7, 23-28

Esto dice el Señor: 
"Esta fue la orden que di a mi pueblo: Si obedecen mi voz, yo seré su Dios y ustedes serán mi pueblo; 
sigan fielmente el camino que yo les he mandado para que sean felices.
Pero ellos no escucharon ni hicieron caso; siguieron las inclinaciones de su corazón endurecido; me dieron la espalda y no la cara. 
Desde el día en que sus antepasados salieron de Egipto hasta hoy les envié a mis siervos, los profetas. Pero no me obedecieron ni me hicieron caso, sino que endurecieron su corazón y fueron peores que sus 
antepasados. Cuando les comuniques todo esto, no te escucharán; cuando los llames, no te responderán. Entonces les dirás: Esta es la nación que no escucha la voz del Señor su Dios y no aprende la lección. La verdad ha desaparecido de su boca".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Sal 94, 1-2.6-7.8-9

Señor, que no seamos sordos a tu voz.

Vengan, cantemos alegres al Señor, aclamemos a la Roca que nos salva. Entremos en su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos.
Señor, que no seamos sordos a tu voz.

Entremos, postrémonos para adorarlo, arrodillémonos ante el Señor, que nos ha hecho. Porque él es nuestro Dios y nosotros su pueblo, ovejas que él apacienta. ¡Ojalá escuchen hoy su voz!
Señor, que no seamos sordos a tu voz.

"No endurezcan su corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto: cuando me tentaron sus antepasados y me pusieron a prueba, a pesar de haber visto mis obras".
Señor, que no seamos sordos a tu voz.

Aclamación antes del Evangelio

Honor y gloria a ti, Señor Jesús. 
Todavía es tiempo, dice el Señor. Arrepiéntanse de todo corazón y vuélvanse a mí, que soy compasivo y misericordioso.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Evangelio

El que no está conmigo, está contra mí

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 14-23

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús estaba expulsando un demonio que era mudo. Cuando salió el demonio, habló el mudo y la gente quedó maravillada. Pero algunos dijeron: 
"Expulsa a los demonios con el poder de Satanás, el príncipe de los demonios". 
Otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal milagrosa. Pero Jesús, que conocía sus malas intenciones, les dijo: 
"Todo reino dividido por luchas internas va a la ruina y se derrumba casa por casa. Si también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su reino? Ustedes dicen que yo expulso los demonios con el poder de Satanás. Ahora bien, si yo expulso los demonios con el poder de Satanás, sus hijos, ¿con qué poder los expulsan? Por eso ellos mismos serán sus jueces. Pero si yo expulso los demonios con el poder de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a ustedes.
Cuando un hombre fuerte y bien armado custodia su palacio, sus bienes están seguros. Pero si viene otro más fuerte que él y lo vence, le quita las armas en que confiaba y reparte el botín.
El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Preserva, Señor, a tu pueblo de toda maldad para que sus ofrendas te sean agradables; no permitas que nos entreguemos a los falsos placeres, para que podamos alcanzar la recompensa prometida. 
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Los frutos del ayuno

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque con el ayuno corporal refrenas nuestras pasiones, elevas nuestro espíritu, nos fortaleces y recompensas, por Cristo, Señor nuestro.
Por él, 
los ángeles y arcángeles y todos los coros celestiales celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza:

Antífona de la Comunión

Tú promulgas tus preceptos para que se observen con exactitud. Que mi conducta se ajuste siempre al cumplimiento de tu voluntad.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Señor, que la gracia de tu salvación que hemos recibido en este sacramento, transforme toda nuestra vida. 
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

Cuaresma. 3ª semana. Jueves

SINCERIDAD Y VERACIDAD

— El «demonio mudo». Necesidad de la sinceridad.

— Amor a la verdad. Sinceridad en primer lugar con nosotros mismos. Sinceridad con Dios. Sinceridad en la dirección espiritual y en la Confesión. Medios para adquirir esta virtud.

— Sinceridad y veracidad con los demás. La palabra del cristiano. La lealtad y la fidelidad, virtudes relacionadas con la veracidad. Otras consecuencias del amor a la verdad.

I. Nos dice el Evangelio de la Misa que estaba Jesús echando un demonio que era mudo, y apenas salió el demonio, habló el mudo, y la multitud se quedó admirada1.

La enfermedad, un mal físico normalmente sin relación con el pecado, es un símbolo del estado en el que se encuentra el hombre pecador; espiritualmente es ciego, sordo, paralítico... Las curaciones que hace Jesús, además del hecho concreto e histórico de la curación, son también un símbolo: representan la curación espiritual que viene a realizar en los hombres. Muchos de los gestos de Jesús para con los enfermos son como una imagen de los sacramentos.

A propósito del pasaje del Evangelio que se lee en la Misa, comenta San Juan Crisóstomo que este hombre «no podía presentar por sí mismo su súplica, pues estaba mudo; y a los otros tampoco podía rogarles, pues el demonio había trabado su lengua, y juntamente con la lengua le tenía atada el alma»2. Bien atado le tenía el diablo.

Cuando en la oración personal no hablamos al Señor de nuestras miserias y no le suplicamos que las cure, o cuando no exponemos esas miserias nuestras en la dirección espiritual, cuando callamos porque la soberbia ha cerrado nuestros labios, la enfermedad se convierte prácticamente en incurable. El no hablar del daño que sufre el alma suele ir acompañado del no escuchar; el alma se vuelve sorda a los requerimientos de Dios, se rechazan los argumentos y razones que podrían dar luz para retornar al buen camino. Por el contrario, nos será fácil abrir con sinceridad el corazón si procuramos vivir este consejo: «... no te asustes al notar el lastre del pobre cuerpo y de las humanas pasiones: sería tonto e ingenuamente pueril que te enterases ahora de que "eso" existe. Tu miseria no es obstáculo, sino acicate para que te unas más a Dios, para que le busques con constancia, porque Él nos purifica»3.

Al repetir hoy, en el Salmo responsorial de la Misa, Ojalá escuchéis hoy su voz: no endurezcáis vuestro corazón4, formulemos el propósito de no resistirnos a la gracia, siendo siempre muy sinceros.

II. Para vivir una vida auténticamente humana, hemos de amar mucho la verdad, que es, en cierto modo, algo sagrado que requiere ser tratado con respeto y con amor. La verdad está a veces tan oscurecida por el pecado, las pasiones y el materialismo que, de no amarla, no sería posible reconocerla. ¡Es tan fácil aceptar la mentira cuando viene en ayuda de la pereza, de la vanidad, de la sensualidad, del falso prestigio...! A veces la causa de la insinceridad es la vanagloria, la soberbia, el temor a quedar mal.

El Señor ama tanto esta virtud que declaró de Sí mismo: Yo soy la Verdad5, mientras que el diablo es mentiroso y padre de la mentira6, todo lo que promete es falsedad. Jesús pedirá al Padre para los suyos, para nosotros, que sean santificados en la verdad7.

Mucho se habla hoy de ser sinceros, de ser auténticos o de palabras similares, y, sin embargo, los hombres tienden a ocultarse en el anonimato y, con frecuencia, a disfrazar los verdaderos móviles de sus actos ante sí mismos y ante los demás. También ante Dios intentan pasar en el anonimato, y rehúyen el encuentro personal con Él en la oración y en el examen de conciencia. Sin embargo, no podremos ser buenos cristianos si no hay sinceridad con nosotros mismos, con Dios y con los demás. A los hombres nos da miedo, a veces, la verdad porque es exigente y comprometida. Y en determinadas ocasiones puede llegar la tentación de emplear el disimulo, el pequeño engaño, la verdad a medias, la mentira misma; otras veces, podemos sentir la tentación de cambiar el nombre a los hechos o a las cosas para que no resulte estridente el decir la verdad tal como es.

La sinceridad es una virtud cristiana de primer orden. Y no podríamos ser buenos cristianos si no la viviéramos hasta sus últimas consecuencias La sinceridad con nosotros mismos nos lleva a reconocer nuestras faltas, sin disimularlas, sin buscar falsas justificaciones; nos hace estar siempre alerta ante la tentación de «fabricarnos» la verdad, de pretender que sea verdad lo que nos conviene, como hacen aquellos que pretenden engañarse a sí mismos diciendo que «para ellos» no es pecado algo prohibido por la Ley de Dios. La subjetividad, las pasiones, la tibieza pueden contribuir a no ser sincero con uno mismo. La persona que no vive esta sinceridad radical deforma con facilidad su conciencia y llega a la ceguera interior para las cosas de Dios.

Otro modo frecuente de engañarse a sí mismo es no querer sacar las consecuencias de la verdad para no tener que enfrentarse con ellas, o no decir toda la verdad: «Nunca quieres "agotar la verdad". —Unas veces, por corrección. Otras –las más–, por no darte un mal rato. Algunas, por no darlo. Y, siempre, por cobardía.

»Así, con ese miedo a ahondar, jamás serás hombre de criterio»8.

Para ser sinceros, el primer medio que hemos de emplear es la oración: pedir al Señor que veamos los errores, los defectos del carácter..., que nos dé fortaleza para reconocerlos como tales, y valentía para pedir ayuda y luchar. En segundo lugar, el examen de conciencia diario, breve pero eficaz, para conocernos. Después, la dirección espiritual y la Confesión, abriendo de verdad el alma, diciendo toda la verdad, con deseos de que conozcan nuestra intimidad para que nos puedan ayudar en nuestro caminar hacia Dios. «No permitáis que en vuestra alma anide un foco de podredumbre, aunque sea muy pequeño. Hablad. Cuando el agua corre, es limpia; cuando se estanca, forma un charco lleno de porquería repugnante, y de agua potable pasa a ser un caldo de bichos»9. Con frecuencia nos ayudará a ser sinceros el decir en primer lugar aquello que más nos cuesta.

Si rechazamos ese demonio mudo, con la ayuda de la gracia, comprobaremos que uno de los frutos inmediatos de la sinceridad es la alegría y la paz del alma. Por eso le pedimos a Dios esta virtud, para nosotros y para los demás.

III. Sinceros con Dios, con nosotros mismos y con los demás. Si no lo somos con Dios, no podemos amarle ni servirle; si no somos sinceros con nosotros mismos, no podemos tener una conciencia bien formada, que ame el bien y rechace el mal; si no lo somos con los demás, la convivencia se torna imposible, y no agradamos al Señor.

Quienes nos rodean han de sabernos personas veraces, que no mienten ni engañan jamás. Nuestra palabra de cristianos y de hombres y mujeres honrados ha de tener un gran valor delante de los demás:Sea pues, vuestro modo de hablar, sí, sí; no, no, que lo que pasa de esto, de mal principio procede10. El Señor quiere realzar la palabra de la persona de bien que se siente comprometida por lo que dice. La verdad en nuestro actuar debe ser también un reflejo de nuestro trato con Dios.

El amor a la verdad nos llevará a rectificar, si nos hubiéramos equivocado. «Acostúmbrate a no mentir jamás a sabiendas, ni por excusarte, ni de otro modo alguno, y para eso ten presente que Dios es el Dios de la verdad. Si acaso faltas a ella por equivocación, enmiéndalo al instante, si puedes, con alguna explicación o reparación; hazlo así, que una verdadera excusa tiene más gracia y fuerza para disculpar que la mentira»11.

Otra virtud relacionada con la veracidad y la sinceridad es la lealtad, que es la veracidad en la conducta: el mantenimiento de la palabra dada, de las promesas, de los pactos. Nuestros amigos y las personas con las que nos relacionamos han de conocernos como hombres y mujeres leales. La fidelidad es la lealtad a un compromiso estricto que se contrae con Dios o ante Él. A Jesús se le llama el que es fiel y veraz12. Y constantemente la Sagrada Escritura habla de Dios como el que es fiel al pacto con su pueblo, el que cumple con fidelidad el plan de salvación que tiene prometido13.

La infidelidad es siempre un engaño, mientras que la fidelidad es una virtud indispensable en la vida personal y en la vida social. Sobre ella descansan, por ejemplo, el matrimonio, el cumplimiento de los contratos, las actuaciones de los gobernantes...

El amor a la verdad nos llevará también a no formarnos juicios precipitados, basados en una información superficial, sobre personas o hechos. Es necesario tener un sano espíritu crítico ante noticias difundidas por la radio, la televisión, periódicos o revistas, que muchas veces son tendenciosas o simplemente incompletas. Con frecuencia, los hechos objetivos vienen envueltos en medio de opiniones o interpretaciones que pueden dar una visión deformada de la realidad. Especial cuidado hemos de tener con noticias referentes, directa o indirectamente, a la Iglesia. Por el mismo amor a la verdad, hemos de dejar a un lado los canales informativos sectarios que enturbian las aguas, y buscar una información objetiva, veraz y con criterio, a la vez que contribuimos a la recta información de los demás. Entonces se hará realidad la promesa de Jesús: La verdad os hará libres14.

1 Lc 11, 14; Mt 9, 32-33. — 2 San Juan Crisóstomo, Homilías sobre los Evangelios, 32, 1. — 3 San Josemaría Escrivá, Surco, n. 134. — 4 Sal 94. — 5 Jn 14, 6. — 6 Jn8, 44. — 7 Cfr. Jn 17, 17 ss. — 8 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 33. — 9 ídem,Amigos de Dios, 181. — 10 Mt 5, 37. — 11 San Francisco de Sales, Introd. a la vida devota, III, 30. — 12 Apoc 19, 11. — 13 Cfr. Rom 3, 7. — 14 Jn 8, 32.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

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San Juan de Dios
Fundador de la Comunidad 
de Hermanos Hospitalarios 
de San Juan de Dios
Año 1550

Nació y murió un 8 de marzo. Nace en Portugal en 1495 y muere en Granada, España, en 1550 a los 55 años de edad.

De familia pobre pero muy piadosa. Su madre murió cuando él era todavía joven. Su padre murió como religioso en un convento.

En su juventud fue pastor, muy apreciado por el dueño de la finca donde trabajaba. Le propusieron que se casara con la hija del patrón y así quedaría como heredero de aquellas posesiones, pero él dispuso permanecer libre de compromisos económicos y caseros pues deseaba dedicarse a labores más espirituales.

Estuvo de soldado bajo las órdenes del genio de la guerra, Carlos V en batallas muy famosas. La vida militar lo hizo fuerte, resistente y sufrido.

La Sma. Virgen lo salvó de ser ahorcado, pues una vez lo pusieron en la guerra a cuidar un gran depósito y por no haber estado lo suficientemente alerta, los enemigos se llevaron todo. Su coronel dispuso mandarlo ahorcar, pero Juan se encomendó con toda fe a la Madre de Dios y logró que le perdonaran la vida. Y dejó la milicia, porque para eso no era muy adaptado.

Salido del ejército, quiso hacer un poco de apostolado y se dedicó a hacer de vendedor ambulante de estampas y libros religiosos.

Cuando iba llegando a la ciudad de Granada vio a un niñito muy pobre y muy necesitado y se ofreció bondadosamente a ayudarlo. Aquel "pobrecito" era la representación de Jesús Niño, el cual le dijo: "Granada será tu cruz", y desapareció.

Estando Juan en Granada de vendedor ambulante de libros religiosos, de pronto llegó a predicar una misión el famoso Padre San Juan de Avila. Juan asistió a uno de sus elocuentes sermones, y en pleno sermón, cuando el predicador hablaba contra la vida de pecado, nuestro hombre se arrodillo y empezó a gritar: "Misericordia Señor, que soy un pecador", y salió gritando por las calles, pidiendo perdón a Dios. Tenía unos 40 años.

Se confesó, repartió entre los pobres todo lo que tenía en su pequeña librería, empezó a deambular por las calles de la ciudad pidiendo misericordia a Dios por todos sus pecados.

La gente lo creyó loco y empezaron a atacarlo a pedradas y golpes.

Al fin lo llevaron al manicomio y los encargados le dieron fuertes palizas, pues ese era el medio que tenían en aquel tiempo para calmar a los locos: azotarlos fuertemente. Pero ellos notaban que Juan no se disgustaba por los azotes que le daban, sino que lo ofrecía todo a Dios. Pero al mismo tiempo corregía a los guardias y les llamaba la atención por el modo tan brutal que tenían de tratar a los pobres enfermos.

Aquella estadía de Juan en ese manicomio, que era un verdadero infierno, fue verdaderamente providencial, porque se dio cuenta del gran error que es pretender curar las enfermedades mentales con métodos de tortura. Y cuando quede libre fundará un hospital, y allí, aunque él sabe poco de medicina, demostrará que él es mucho mejor que los médicos, sobre todo en lo relativo a las enfermedades mentales, y enseñará con su ejemplo que a ciertos enfermos hay que curarles primero el alma si se quiere obtener después la curación de su cuerpo. Sus religiosos atienden enfermos mentales en todos los continentes y con grandes y maravillosos resultados, empleando siempre los métodos de la bondad y de la comprensión, en vez del rigor de la tortura.

Cuando San Juan de Avila volvió a la ciudad y supo que a su convertido lo tenían en un manicomio, fue y logró sacarlo y le aconsejó que ya no hiciera más la penitencia de hacerse el loco para ser martirizado por las gentes. Ahora se dedicará a una verdadera "locura de amor": gastar toda su vida y sus energías a ayudar a los enfermos más miserables por amor a Cristo Jesús, a quien ellos representan.

Juan alquila una casa vieja y allí empieza a recibir a cualquier enfermo, mendigo, loco, anciano, huérfano y desamparado que le pida su ayuda. Durante todo el día atiende a cada uno con el más exquisito cariño, haciendo de enfermero, cocinero, barrendero, mandadero, padre, amigo y hermano de todos. Por la noche se va por la calle pidiendo limosnas para sus pobres.

Pronto se hizo popular en toda Granada el grito de Juan en las noches por las calles. El iba con unos morrales y unas ollas gritando: ¡Haced el bien hermanos, para vuestro bien! Las gentes salían a la puerta de sus casas y le regalaban cuanto les había sobrado de la comida del día. Al volver cerca de medianoche se dedicaba a hacer aseo en el hospital, y a la madrugada se echaba a dormir un rato debajo de una escalera. Un verdadero héroe de la caridad.

El señor obispo, admirado por la gran obra de caridad que Juan estaba haciendo, le añadió dos palabras a su nombre de pila, y empezó a llamarlo "Juan de Dios", y así lo llamó toda la gente en adelante. Luego, como este hombre cambiaba frecuentemente su vestido bueno por los harapos de los pobres que encontraba en las calles, el prelado le dio una túnica negra como uniforme; así se vistió hasta su muerte, y así han vestido sus religiosos por varios siglos.

Un día su hospital se incendió y Juan de Dios entró varias veces por entre las llamas a sacar a los enfermos y aunque pasaba por en medio de enormes llamaradas no sufría quemaduras, y logró salvarle la vida a todos aquellos pobres.

Otro día el río bajaba enormemente crecido y arrastraba muchos troncos y palos. Juan necesitaba abundante leña para el invierno, porque en Granada hace mucho frío y a los ancianos les gustaba calentarse alrededor de la hoguera. Entonces se fue al río a sacar troncos, pero uno de sus compañeros, muy joven, se adentró imprudentemente entre las violentas aguas y se lo llevó la corriente. El santo se lanzó al agua a tratar de salvarle la vida, y como el río bajaba supremamente frío, esto le hizo daño para su enfermedad de artritis y empezó a sufrir espantosos dolores.

Después de tantísimos trabajos, ayunos y trasnochadas por hacer el bien, y resfriados por ayudar a sus enfermos, la salud de Juan de Dios se debilitó totalmente. El hacía todo lo posible porque nadie se diera cuenta de los espantosos dolores que lo atormentaban día y noche, pero al fin ya no fue capaz de simular más. Sobre todo la artritis le tenía sus piernas retorcidas y le causaba dolores indecibles. Entonces una venerable señora de la ciudad obtuvo del señor obispo autorización para llevarlo a su casa y cuidarlo un poco. El santo se fue ante el Santísimo Sacramento del altar y por largo tiempo rezó con todo el fervor antes de despedirse de su amado hospital. Le confió la dirección de su obra a Antonio Martín, un hombre a quien él había convertido y había logrado que se hiciera religioso, y colaborador suyo, junto con otro hombre a quien Antonio odiaba; y después de amigarlos, logró el santo que le ayudaran en su obra en favor de los pobres, como dos buenos amigos.

Al llegar a la casa de la rica señora, exclamó Juan: "OH, estas comodidades son demasiado lujo para mí que soy tan miserable pecador". Allí trataron de curarlo de su dolorosa enfermedad, pero ya era demasiado tarde.

El 8 de marzo de 1550, sintiendo que le llegaba la muerte, se arrodilló en el suelo y exclamó: "Jesús, Jesús, en tus manos me encomiendo", y quedó muerto, así de rodillas. Había trabajado incansablemente durante diez años dirigiendo su hospital de pobres, con tantos problemas económicos que a veces ni se atrevía a salir a la calle a causa de las muchísimas deudas que tenía; y con tanta humildad, que siendo el más grande santo de la ciudad se creía el más indigno pecador. El que había sido apedreado como loco, fue acompañado al cementerio por el obispo, las autoridades y todo el pueblo, como un santo.

Después de muerto obtuvo de Dios muchos milagros en favor de sus devotos y el Papa lo declaró santo en 1690. Es Patrono de los que trabajan en hospitales y de los que propagan libros religiosos.

San Juan de Dios: alcánzanos de Dios un gran amor hacia los enfermos y los pobres.

NOTA: Los religiosos Hospitalarios de San Juan de Dios son 1,500 y tienen 216 casas en el mundo para el servicio de los enfermos. Los primeros beatos de Colombia pertenecieron a esta santa Comunidad.

Todo lo que hicisteis con cada uno de estos mis hermanos enfermos, conmigo lo hicisteis (Jesucristo Mt. 25,40).

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Veremundo, Santo Abad, 8 Marzo  

Veremundo, Santo

Abad

 

Etimológicamente significa "verdaderamente limpio". Viene de la lengua alemana.

Vivió en Edad Media, murió en el año 1092. Su tío era un benedictino de la abadía de Nuestra Señora de Irache, al lado mismo de Estella, en la Ribera de Navarra, España.

Con el tiempo, se convirtió en abad, siguiendo a su tío en la misma vocación a la que Dios le había llamado. Y durante sus años de abad de esta preciosa abadía, la influencia religiosa y cultural que salían de sus muros fue muy importante para todo el reino de esta autonomía española.

Veremundo, por sus méritos, preparación intelectual y sus dotes de prudencia se erigió en el consejero de los mismos reyes.

Pero, sin duda, lo que más destacan sus biógrafos, fue su entrega a los pobres y una cuidada recitación del Oficio divino, las oraciones que los monjes hacen en el coro varias veces al día.

Es una característica de la Orden benedictina el cuidado, esmero y elegantes ritos durante las celebraciones de los misterios sagrados.

Tuvo sus controversias acerca de si emplear o no el rito mozárabe, una vez que se había aprobado y extendido por todo el universo el rito romano. Lo suprimió. Una pena porque, a estas alturas, se vuelve a emplear de nuevo, y no solamente en Toledo – en donde nunca se perdió – sino porque supone un rito típicamente hispano y sería una lástima que se hubiera perdido.

Su estancia en la abadía, situada en las faldas del Montejurra, fue nada menos que de 42 años: desde 1056 a 1098.

Una de las cosas que también distinguió a este lugar en donde se forjaron santos, fue la acogida que dispensaban a los peregrinos del Camino de Santiago.

La razón era porque allí fundó un hospital para atender a los enfermos, igual que el que había en Puente la Reina y en Eunate.

Desde Nájera a Pamplona, Irache fue el foco cultural más importante junto con el monasterio de san Salvador de Leire, junto a Sangüesa.

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Faustino Miguez, Beato Presbítero Escolapio y Fundador, 8 Marzo  

Faustino Miguez, Beato

Sacerdote Escolapio y Fundador


Etimológicamente significa "afortunado". Viene de la lengua latina.

La familia y, en su caso, el mismo lugar montañoso en que vivía, le hicieron un joven trabajador, sensible a la mirada de Dios en la naturaleza y en las personas.

Vino al mundo en un pueblo de Orense, España, en el año 1831. Los padres lo enviaron a que estudiase en el santuario de Nuestra Señora de los Milagros de la capital.

Viendo la rectitud y la felicidad de aquellos profesores, sintió el deseo de ser sacerdote escolapio con el fin de dedicarse por entero a la labor pastoral y educativa en los colegios.

Una vez que lo ordenaron de sacerdote, lo destinaron al colegio de Getafe, Madrid. Y de este centro, como es habitual en los religiosos dedicados ala educación, fue pasando por muchos otros centros.

Le encantaba dar ciencias naturales. Desde pequeño as había apreciado en aquellos parajes de su tierra natal.

No le gustaba figurar en nada. Su placer era la obra a favor de los chicos y jóvenes. Los trataba con mucha amabilidad, respeto y afecto. Sólo buscaba hacerles el bien humano y espiritual.

Era un verdadero maestro amigo de la gente. Sus ratos libres los empleaba escribiendo libros sencillos sobre ciencias naturales. Y como sacerdote, le gustaba mucho echar horas y horas en el confesionario.

Hombre con grandes dotes científicas. No pasó de largo ante el dolor físico de los hombres de su tiempo, sobre ellos quiso derramar el aceite del amor y de la ciencia para aligerar el peso de su sufrimiento.

Fue en Guanabacoa donde observa el uso de los habitantes de las plantas con fines terapéuticos, y se siente atraído por ello. Puso sus estudios y dotes científicas al servicio del que sufre la enfermedad. Como el samaritano que recorre los caminos del mundo, desde su mirada atenta, no pasa de largo ante el dolor físico de sus hermanos, los hombres. Supo derramar sobre el enfermo el aceite del amor y de la ciencia para aligerar el peso de su sufrimiento. Faustino tiene la ocasión de conocer más de cerca y de forma más continuada la utilidad terapéutica de las plantas.

Inicia sus experimentos con la flora del país que continúa a su regreso a la Península. En 1872 el Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda le encargan el análisis de las propiedades curativas de las aguas de los manantiales de la ciudad.

Dios le concedió el don de curar a enfermos. Muchos otros acudían a él para hacerle consultas sobre plantas medicinales. Elabora unos preparados medicinales, La Dirección General de la salud registró, en el año 1922, doce de sus preparados a los que se les dió el nombre de "Específicos Miguez", dando origen a unos de los legados del P. Faustino, el "Laboratorio Miguez". Este surge de la conjunción de varios rasgos característicos en él: caminar cercano a las necesidades de los hombres, la preocupación por el que sufre en el cuerpo, el amor a la ciencia y la convicción que tiene que Dios ha puesto en la naturaleza los medios suficientes para curar la enfermedad, y precisamente en las plantas.

El P.Faustino sabe que las niñas de su tiempo son "las esposas y madres del mañana", descubre en ellas "al apóstol de la familia, la parte más interesante de la sociedad, la portadora de paz, y el alma de la familia ". Desde su experiencia, descubre la necesidad que tiene la niñez femenina de alguien que le guíe por el camino de la promoción humano-cristiana. Su respuesta para hacer presente el Reino entre los marginados con un nuevo proyecto de fundación: la Congregación de Hijas de la Divina Pastora cuyo fin es:" formar el corazón e ilustrar la inteligencia del bello sexo para hacerlo culto y civilizado según el espíritu de Jesucristo, a fin de que sea un día el alma de la familia y la salvación de la sociedad".

Ya anciano, a los 94 años murió en Getafe el 8 de marzo de 1925.
Juan Pablo II lo beatificó el 23 de Octubre de 1998.

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Fuente: ACI Prensa
Vicente (o Vincent) Kadlubek, Santo Obispo de Cracovia, 8 Marzo  

Vicente (o Vincent) Kadlubek, Santo

Obispo de Cracovia
Marzo 8


(KADLUBO, KADLUBKO)

Obispo de Cracovia, cronista, nacido en Karnow, ducado de Sandomir, Polonia, en 1160; falleció en Jedrzejow el 8 de marzo de 1222.

Hijo de una rica familia polaca, hizo tales progresos en sus estudios que en 1189 podía firmar como "Magister Vincentius" (Zeissberg, in ""Archiv fur osterreichische Geschichte", XLII, Vienna, 1870, 25), de lo cual algunos concluyen que para ese entonces era canónigo en Cracovia y director de la escuela catedralicia.

En otro documento de 1212 (Zeissberg, 29) firma como quondam Sandomirensis praepositus.

Cuando muere el obispo Fulk de Cracovia, el 11 de septiembre de 1207, el capítulo votó por Vincent.

Inocencio III aprobó la elección el 28 de marzo de 1208, y Vicente fue consagrado por Henry Kielicz, arzobispo de Gnesen.

Polonia se encontraba entonces en un estado de degradación moral en lo político y lo eclesial, e Inocencio le había pedido al arzobispo, su compañero de estudios, que llevara a cabo una reforma en el clero y en el pueblo. Vicente trabajó en armonía con su metropolitano, y en sus visitas y sermones buscó obedecer las instrucciones del Pontífice.

Asistió a los religiosos en su diócesis, e hizo importantes donaciones a los monasterios de Sulejow, Koprzywnica y Jedrzejow.

También fue a través de su influencia que en 1214 se restauró la paz entre Andrés de Hungría y Leslek de Polonia, quienes estaban luchando por la posesión de Galicia. En 1218, Vicente envió su renuncia, y después de ser aceptada por Honorio III, ingresó al monasterio de Jedrzejow.

Fue el primer polaco en recibir el hábito de Cisterciense (Starovolscius, 56). En su debido momento realizó su profesión, y vivió en el retiro hasta su muerte. Fue enterrado delante del altar mayor de la iglesia abacial.

En 1682 John Sobieski solicitó a la santa Sede su beatificación. El capítulo General de la Orden del Císter hizo una petición similar en 1699.
El 18

Vicente (o Vincent) Kadlubek, Santo

de febrero de 1764, Clemente XIII ratificó su culto con base en la solicitud de Wojciech Ziemicki, abad de Jedrzejow.

Obras
"Chronica seu originale regum et principum Poloniae", en cuatro tomos.
Los tres primeros están escritos en forma de diálogo entre el arzobispo John de Gnesen (1148-65) y Matthew, obispo de Cracovia (1145-65). El primero es legendario, el segundo está basado en la crónica de Galo, y el tercero y cuarto contienen sucesos de la propia experiencia de Vicente. Algunos afirman que esta obra fue escrita por solicitud del rey Casimiro, mientras otros dicen que por pedido del rey Leslek, mientras Vincent era obispo; y otros, que fue escrito cuando se retiró a la vida monástica. La edición más reciente de esta obra fue hecha por Bielowski en "Mon. Pol. Hist.", II (Lemberg, 1870)

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Fuente: ACI Prensa
Teófilo de Nicomedia, Santo Obispo, Marzo 8  

Teófilo de Nicomedia, Santo

Obispo

Martirologio Romano: En Nicomedia, de Bitinia, san Teofilacto, obispo, que desterrado por defender el culto de las sagradas imágenes, falleció en Estróbilo de Caria (c. 840).

Etimológicamente: Teófilo = Aquel que ama a Dios, es de origen griego.

 

Fue discípulo de San Tarasio quien al darse cuenta de la vocación y dones del muchacho para la vida religiosa, decidió confiárselo a otros de sus discípulos, San Migel el Confesor, quien se hallaba fundando un monasterio junto al Bósforo. Años más tarde, y luego de soportar ambos las más duras y difíciles pruebas, San Tarasio confirió la dignidad episcopal: Teófilo recibió la sede de Nicomedia y Miguel a la Sínada.

Cuando el León V emprendió de nuevo su batalla contra las imágenes, San Nicéforo, sucesor de San Tarasio en la sede de Constantinopla, convocó a un Concilio para mantener la doctrina católica contra el emperador. San Teofilo y otros teólogos de gran saber defendieron con elocuencia el punto de vista de la Iglesia, pero el emperador pemanecía inconmovible.

Fue entonces, que el santo, al ver la dureza del corazón del emperador, vaticinó terribles desgracias y pesares que caerían sobre él; el emperador, enfurecido, mandó a encarcelar al santo en un oscura y terrible celda, donde falleció treinta años después.

San Teófilo tuvo un corazón grande y generoso; su incansable servicio y entrega hacia los más pobres y enfermos conllevó a que más adelante, el santo fundase varios hospitales en la región.

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Fuente: OremosJuntos.com
Félix de Dunwich, Santo Obispo, 8 Marzo  

Félix de Dunwich, Santo

San Félix, que convirtió a los anglos del este, nació en la región de Borgoña (la cual ahora es Francia).

Era un obispo que fue enviado a Inglaterra por órdenes de San Honorio de Canterbury para evangelizar en Anglia del Este.

San Félix se estableció en Dunwich en la costa de Suffolk en el año 731, y trabajado allí con éxito por diecisiete años.

Fundó una escuela para jóvenes con la ayuda del rey Siegeberto, y comandado por profesores de Canterbury.

San Félix murió en el año 748 y fue enterrado en Dunwich, pero sus reliquias fueron transferidas a la abadía de Ramsey en Huntingdonshire en el año 971.

San Félix ha dado su nombre a Felixstowe en Suffolk, y a Felixkirk en Yorkshire.

 

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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