viernes, 5 de agosto de 2016

Viernes de la Pasión y Muerte de Jesucristo: día de penitencia y abstinencia de carne, excepto fiesta de precepto (CDC 1250/3). 05/08/2016. Nuestra Señora de las Nieves ¡ruega por nosotros! (Santa María la Mayor)

JA

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 16, 24-28

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Si alguno quiere venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, cargue con su cruz y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la conservará. Pues ¿de qué le sirve a uno ganar todo el mundo, si pierde su vida? ¿O qué puede dar uno a cambio de su vida? El Hijo del hombre va a venir con la gloria de su Padre y con sus ángeles. Entonces tratará a cada uno según su conducta. Les aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin ver antes al Hijo del hombre venir como rey".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

 

vie 18a. Ordinario año Par

Antífona de Entrada

Tengo los ojos puestos en el Señor, porque él me libra de todo peligro. Mírame, Dios mío, y ten piedad de mí, que estoy solo y afligido.

 

Oración Colecta

Oremos:
Nos acogemos, Señor, a tu providencia que nunca se equivoca, y te pedimos humildemente que apartes de nosotros todo mal y nos concedas aquello que pueda contribuir a nuestro bien.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

¡Ay de la ciudad sanguinaria!

Lectura del libro del profeta Nahum 2, 1.3; 3, 1-3.6-7

Miren, ya se acerca por los cerros el mensajero que anuncia la paz. Celebra tus fiestas, Judá, cumple tus promesas; porque no volverá a invadirte el hombre siniestro; está totalmente aniquilado. Sí, el Señor restablece el orgullo de Jacob, la viña de Israel, que los saqueadores habían saqueado, destruyendo su ramaje.
¡Ay de ti, ciudad sanguinaria, repleta de fraude, llena de violencia, colmada de rapiña! Escuchen: chasquidos de látigos, estruendos de ruedas, galopes de caballos, rodar de carros, cargas de caballería, brillar de espadas, destellar de lanzas, multitud de heridos, montones de muertos, infinidad de cadáveres con los que se tropiezan al andar.
Te cubriré de basura y de infamia, y te pondré como espectáculo público. Todo el que te vea huirá de ti y dirá: "Nínive está desolada. ¿Quién la compadecerá? ¿Dónde encontrar quién la consuele?"
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Dt 32, 35cd-36ab.39abcd.41

Yo doy la muerte y la vida.

Está cerca el día de su ruina, se precipita su desenlace. El Señor hará justicia a su pueblo, tendrá misericordia de sus siervos.
Yo doy la muerte y la vida.

Vean ahora que yo soy el único Dios, que no hay otro fuera de mí. Yo doy la muerte y la vida, yo causo la herida y la curo.
Yo doy la muerte y la vida.

Cuando yo afile mi espada reluciente y comience a impartir justicia, me vengaré de mis enemigos y daré su merecido a mis adversarios.
Yo doy la muerte y la vida.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos, dice el Señor.
Aleluya.

Evangelio

¿Qué podrá dar el hombre a cambio de su vida?

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 16, 24-28

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Si alguno quiere venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, cargue con su cruz y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la conservará. Pues ¿de qué le sirve a uno ganar todo el mundo, si pierde su vida? ¿O qué puede dar uno a cambio de su vida? El Hijo del hombre va a venir con la gloria de su Padre y con sus ángeles. Entonces tratará a cada uno según su conducta. Les aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin ver antes al Hijo del hombre venir como rey".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Confiados en tu misericordia, Señor, venimos a tu altar con nuestros dones, a fin de que te dignes purificarnos por este memorial que estamos celebrando.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

La gloria de Dios es el hombre viviente

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Tú eres el Dios vivo y verdadero; el universo está lleno de tu presencia, pero sobre todo has dejado la huella de tu gloria en el hombre, creado a tu imagen. Tú lo llamas a cooperar con el trabajo cotidiano en el proyecto de la creación y le das tu Espíritu para que sea artífice de justicia y de paz, en Cristo, el hombre nuevo.
Por eso,
unidos a los ángeles y a los santos, cantamos con alegría el himno de tu alabanza:

Antífona de la Comunión

Yo te invoco, porque tú me respondes, Dios mío; inclina el oído y escucha mis palabras.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Padre Santo, tú que nos has alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, guíanos por medio de tu Espíritu a fin de que no sólo con palabras, sino con toda nuestra vida, podamos demostrarte nuestro amor y así merezcamos entrar al Reino de los cielos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

18ª semana. Viernes

EL AMOR Y LA CRUZ

— La muestra de amor más grande.

— El sentido y los frutos del dolor.

— Mortificaciones voluntariamente buscadas.

I. Jesús había llamado a sus discípulos y estos, dejándolo todo, le siguieron. Iban tras el Maestro por los caminos de Palestina, recorriendo ciudades y aldeas, compartiendo con Él alegrías, fatigas, hambre, cansancio... También, en ocasiones, expusieron su vida y su honra por Jesús. Pero esta compañía externa se fue convirtiendo, poco a poco, en un seguimiento interior, se fue realizando una transformación de sus almas. Este seguimiento más hondo requiere algo más que el desprendimiento, e incluso el abandono efectivo de casa, hogar, familia, bienes... Así se lo manifestó el Señor, como leemos en el Evangelio de la Misa1: si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.

Negarse a sí mismo significa renunciar a ser uno el centro de sí mismo. El único centro del verdadero discípulo solo puede ser Cristo, a Quien se dirigen constantemente los pensamientos, los afanes, el quehacer ordinario que se convierte en una verdadera ofrenda al Señor.

Cargar con la Cruz indica que se está dispuesto a morir. El que coge el madero y lo pone sobre sus hombros acepta su destino, sabe que su vida terminará en esa cruz. Tomar la cruz expresa una decisión resuelta, indica que estamos dispuestos a seguirle, si fuera preciso, hasta la muerte, que queremos imitarle en todo, sin poner límite alguno. Para seguir a Cristo hemos de identificar nuestra voluntad con la suya, que tomó con decisión el madero y lo llevó hasta el Calvario, donde se ofrecería a Dios Padre en una oblación de valor y amor infinitos.

Hemos de considerar frecuentemente que la Pasión y Muerte en la Cruz es la máxima expresión de su entrega al Padre y de su amor por nosotros. Ciertamente, el menor acto de amor de Jesús, la más pequeña de sus obras, aun niño, tenía un valor meritorio infinito para obtener a todos los hombres, pasados y presentes y los que habrían de venir a lo largo de los siglos, la gracia de la redención, la vida eterna y todas las ayudas necesarias para llegar a ella. Pero, a pesar de todo, quiso sufrir todos los horrores de la Pasión y de la Muerte en la cruz para mostrarnos cuánto amaba al Padre, cuánto nos amaba a cada uno de nosotros. En ocasiones, manifestó a sus discípulos esta urgencia de amor que le llenaba el alma: Tengo que recibir un bautismo, y ¡cómo me siento urgido hasta que se cumpla!2. El Espíritu Santo nos ha dejado escrito a través de San Juan que tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo Unigénito3. Jesús entregó voluntariamente su vida por amor hacia nosotros, pues nadie tiene amor más grande que el de dar uno la vida por sus amigos4.

Jesucristo revela las ansias incontenibles de entregar su vida por amor. Y si queremos seguirle, no ya externamente sino hondamente, identificándonos con Él, ¿cómo podremos rechazar la Cruz, el sacrificio, que tan íntimamente está relacionado con el amor y con la entrega? El seguir a Cristo de cerca nos llevará a la abnegación más completa, a la plenitud del amor, a la alegría más grande. La abnegación, la identificación con su santa voluntad en todo, limpia, purifica, clarifica el alma y la diviniza. "Tener la Cruz, es tener la alegría: ¡es tenerte a Ti, Señor!"5.

II. Se cuenta de un alma santa que al ver cómo todos los sucesos le eran contrarios y a una prueba le sucedía otra, y a una calamidad un desastre mayor, se volvió con ternura al Señor y le preguntó: Pero, Señor, ¿qué te he hecho?, y oyó en su corazón estas palabras: Me has amado. Pensó entonces en el Calvario y comprendió un poco mejor cómo el Señor quería purificarla y asociarla a Él en la redención de tantas gentes que andaban perdidas, lejos de Dios. Y se llenó de paz y de alegría6.

En nuestra vida vamos a encontrar penas, como todos los hombres. "Si vienen contradicciones, está seguro de que son una prueba del amor de Padre, que el Señor te tiene"7. Son ocasiones inmejorables para mirar con amor un crucifijo y contemplar a Cristo y comprender que Él, desde la Cruz, nos está diciendo: "a ti te quiero más", "de ti espero más". Quizá sea una enfermedad dolorosa que rompe todos nuestros proyectos, o la desgracia que llega a esas personas que más queríamos, o el fracaso profesional... Señor, ¿qué te he hecho? Y nos responderá calladamente que nos quiere y que desea una entrega sin límites a su santa voluntad, que tiene una "lógica" distinta a la humana. Llega el momento de la aceptación y del abandono, y comprendemos, quizá más tarde, ese inmenso bien. ¡Cuántas gracias daremos entonces al Señor!8.

Muchas veces, sin embargo, la Cruz la encontraremos en asuntos pequeños, que salen a nuestro paso los más de los días: el cansancio, el no disponer del tiempo que desearíamos, el tener que renunciar a un plan más agradable que nos habíamos forjado, el llevar con caridad los defectos de otras personas con las que convivimos o trabajamos, una pequeña humillación que no esperábamos, la aridez en la oración... Ahí nos espera también el Señor; nos pide que sepamos aceptar esas contradicciones, pequeñas o grandes, sin quejas estériles, sin malhumor, sin rebeldía. Nos pide amor, recoger eso que nos contraría y ofrecerlo como una joya de mucho valor. Nuestros pequeños sufrimientos, unidos a los de Cristo en la Cruz, cobran un valor infinito para reparar por tantos pecados que se cometen cada día en la tierra, y por los nuestros también.

El dolor, llevado con y por amor, tiene otros muchos frutos: satisface por nuestros pecados, purifica el alma, "y profundiza y refuerza nuestro carácter y nuestra personalidad. Nos da una comprensión y una capacidad de simpatía por nuestro prójimo que no puede adquirirse de otra manera. De hecho nos abre la vida interior del mismo Cristo, y al hacerlo así nos une más estrechamente a Él. A menudo el sufrimiento profundo es también un punto decisivo en nuestras vidas, y conduce al principio de un nuevo fervor y una nueva esperanza"9, a una nueva manera, más honda y más llena, de entender la propia existencia. Pero dolor y sufrimiento no son tristeza. La Cruz, llevada junto a Cristo, llena el alma de paz y de una profunda alegría en medio de las tribulaciones. La vida de los santos está llena de alegría; un júbilo que el mundo no conoce porque hunde sus raíces en Dios.

III. Si alguno quiere venir en pos de Mí... Nada en el mundo deseamos más que seguir a Cristo de cerca; ninguna otra cosa, ni la propia vida, amamos más que esta: identificarnos con Él, hacer nuestros sus deseos y los sentimientos que tuvo aquí en la tierra. Estamos junto a Él no solo cuando todo nos va bien, sino también al aceptar con paciencia las adversidades, contentos de poder acompañarle en su camino hacia la Cruz, uniendo nuestros sufrimientos a los suyos10.

Pero si nos limitáramos solamente a esperar las tribulaciones, las contrariedades, el dolor que no podemos evitar, faltaría generosidad a nuestro amor. Sería una actitud que escondería el deseo de contentarnos con lo mínimo. "Sería actuar con una disposición remisa, que bien podría expresarse con estas palabras: ¿Mortificación? ¡Bastantes sinsabores tiene ya la vida! ¡Ya tengo suficientes preocupaciones!

"Sin embargo, la vida interior necesita demasiado de la mortificación, como para no buscarla activamente. La mortificación que nos viene dada es importante y valiosa, pero no debe ser excusa para rehuir una generosa expiación voluntaria, que será señal de un verdadero espíritu de penitencia: Yo te ofreceré voluntario sacrificio; cantaré, ¡oh Yahvé!, tu nombre, porque es bueno (Sal 53, 8)"11.

Precisamente la Iglesia nos propone un día a la semana, el viernes, para que examinemos el sentido penitencial de nuestra vida, a la luz de la Pasión de Cristo. En este día, muchos cristianos consideran más detenidamente los misterios de dolor de la vida de Cristo, o hacen el ejercicio piadoso del Vía Crucis, o meditan o leen la Pasión del Señor... Es un día para que examinemos cómo llevamos habitualmente las contradicciones, y la generosidad, fruto del amor, con que buscamos esa mortificación voluntaria, en cosas quizá pequeñas, que vence constantemente el egoísmo, la pereza, el deseo de quedar bien en todo, de ser habitualmente el centro... Mortificaciones pequeñas para hacer más amable la vida a los demás: ser cordiales en el trato, vencer los estados de ánimo que nos llevarían quizá a tener un tono más adusto en el trato, sonreír cuando quizá tendemos a mostrarnos serios, cuidar la puntualidad en el trabajo o estudio, comer algo menos de aquello que más nos gusta o tomar un poco más de aquello que menos nos apetece, no comer entre horas, mantener el orden en la mesa de trabajo, en el armario, en la habitación... Mortificar la curiosidad, cuidar con particular esmero la guarda de los sentidos, no quejarse ante el calor, el frío o el excesivo tráfico...

Al terminar hoy la meditación sobre las palabras de Jesús: si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sigame, le decimos en la intimidad de nuestra oración: "Dame, Jesús, Cruz sin cirineos. Digo mal: tu gracia, tu ayuda me hará falta, como para todo; sé Tú mi Cirineo. Contigo, mi Dios, no hay prueba que me espante...

"—Pero, ¿y si la Cruz fuera el tedio, la tristeza? -Yo te digo, Señor, que Contigo estaría alegremente triste"12. "No perdiéndote a Ti, para mí no habrá pena que sea pena"13.

1 Mt 16, 24-25. — 2 Lc 12, 50. — 3 Jn 3, 16. — 4 Jn 15, 13. — 5 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 766. — 6 Cfr. R. Garrigou-Lagrange, El Salvador, p. 311. — 7 San Josemaría Escrivá, o, c., n. 815. — 8 Cfr. J. Tissot, La vida interior, p. 318. — 9 E. Boylan, El amor supremo, vol. II, p. 119. — 10 Cfr. Pablo VI, Const. Paenitemini, 17-II-1966, I. — 11 R. Balbín, Sacrificio y alegría, Rialp, 2ª ed., Madrid 1975, p. 130. - 12 San Josemaría Escrivá, o. c., n. 252. — 13 Ibídem, n. 253.

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5 de agosto

SANTA MARÍA DE LAS NIEVES*
Dedicación de la Basílica
de Santa María la Mayor
Memoria libre

— Origen del templo dedicado a Santa María Madre de Dios, en Roma.

— Madre de Dios y Madre Nuestra.

— María es el Acueducto por el que nos llegan todas las gracias.

I. Hoy celebramos la Dedicación de la Basílica de Santa María la Mayor de Roma, la iglesia más antigua consagrada en Occidente a la Virgen María, donde han tenido lugar tantos acontecimientos de la historia de la Iglesia. Esta Basílica mariana guarda una estrecha relación con la definición dogmática de la Maternidad divina de María, proclamada en el Concilio de Éfeso. Bajo esta advocación se levantó este templo en el siglo iv, sobre otro ya existente, poco tiempo después de terminado el Concilio. El pueblo de la ciudad de Éfeso celebró con enorme entusiasmo la declaración dogmática de esta verdad, que, por otra parte, creía desde siempre. Esta alegría se extendió a toda la Iglesia, y en Roma se levantó con todo fervor bajo esta advocación una grandiosa Basílica. Ese júbilo nos llega a nosotros también en la fiesta de hoy, en la que debernos alabar a Santa María como Madre de Dios, y también como Madre nuestra.

Según una piadosa leyenda, un patricio romano, llamado Juan, de común acuerdo con su esposa, determinó consagrar su hacienda a honrar a la Madre de Dios, pero sin saber a ciencia cierta cómo hacerlo. Al mismo tiempo tuvo un sueño, y también el Papa, por el que supo que la Virgen deseaba que se edificara un hermoso templo en su honor en el monte Esquilino, que apareció cubierto de nieve, cosa insólita, el día 5 de agosto. Aunque la leyenda es posterior a la edificación de la Basílica, ha servido para que la fiesta de hoy se conozca en muchos lugares como de la Virgen de las Nieves, y para que muchos amantes de las cumbres la tengan como Patrona.

En Roma, desde tiempo inmemorial, el pueblo fiel honra a Nuestra Madre en este templo bajo la advocación de Salus Populi Romani. Allí acuden a pedir favores y gracias, como al lugar en el que son escuchados siempre. El Papa Juan Pablo II también visitó a Nuestra Señora en este templo romano, poco tiempo después de su elección al Pontificado. "María decía entonces el Papa está llamada a llevar a todos al Redentor. A dar testimonio de Él, aun sin palabras, solo con el amor, en el que se manifiesta la índole de madre. A acercar incluso a quienes oponen más resistencia, para los que es más difícil creer en el amor (...). Está llamada para acercar a todos, es decir, a cada uno, a su Hijo". Y a sus pies hacía esta dedicación de toda su vida y de todos sus afanes a la Madre de Dios, que nosotros imitándole filialmente- podemos hacer nuestra: "Totus tuus ego sum et omnia mea tua sunt. Accipio Te in mea omnia (Soy todo tuyo, y todas mis cosas tuyas son. Sé Tú mi guía en todo)"1. Con su protección iremos bien seguros.

II. El misterio de la Encarnación ha permitido a la Iglesia penetrar y esclarecer cada vez mejor el misterio de la Madre del Verbo encarnado. En este profundizar tuvo particular importancia el Concilio de Éfeso (a. 431)2. Cuenta San Cirilo cómo la proclamación de este dogma mariano conmovió a todos los cristianos de Éfeso, y nos conmueve a nosotros ahora cuando meditamos que la Madre de Dios es también Madre nuestra. Describía así este Padre de la Iglesia aquellos acontecimientos: "todo el pueblo de la ciudad de Éfeso, desde las primeras horas de la mañana hasta la noche, permaneció ansioso en espera de la resolución... Cuando se supo que el autor de las blasfemias (Nestorio) había sido depuesto, todos a una comenzamos a glorificar a Dios y a aclamar al Sínodo, porque había caído el enemigo de la fe.

"Apenas salidos de la iglesia, fuimos acompañados con antorchas a nuestras casas. Era de noche: toda la ciudad estaba alegre e iluminada"3. ¡Cómo vibraban por su fe aquellos cristianos de los primeros tiempos! ¡Cómo debemos vibrar nosotros!

El mismo San Cirilo, en una homilía pronunciada en aquel Concilio, alaba de esta forma la Maternidad de Nuestra Señora: "Dios te salve, María, Madre de Dios, Virgen Madre, Estrella de la mañana... Dios te salve, María, la joya más preciosa de todo el orbe..."4. Por "ser Madre de Dios, tiene una dignidad en cierto modo infinita, a causa del bien infinito que es Dios. Y en esa línea no puede imaginarse una dignidad mayor, como no puede imaginarse cosa mayor que Dios"5, afirma Santo Tomás de Aquino. Está por encima de todos los ángeles y de todos los santos. Después de la Humanidad Santísima de su Hijo, es el reflejo más puro de la gloria de Dios. En Ella brilla como en ninguna otra criatura la participación de los dones divinos: la Sabiduría, la Belleza, la Bondad... Nada manchado hay en Ella. Es el esplendor de la luz eterna, el espejo sin mancha del actuar de Dios, imagen de su bondad6.

No dejemos hoy de recordarle muchas veces esa Maternidad divina, de la que proceden todas las gracias, virtudes y perfecciones que la adornan y embellecen: Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros... No nos dejes de tu mano, cuida de nosotros como las madres protegen a sus hijos más débiles y necesitados.

III. San Bernardo afirma que Santa María es para nosotros el acueducto por el que nos llegan todas las gracias que cada día necesitamos. A Ella debemos acudir siempre, "porque esta es la voluntad de aquel Señor que quiso que todo lo recibiéramos por María"7, y de modo particular cuando nos encontremos más débiles, en las dificultades, en las tentaciones..., y tanto en las necesidades del alma como en las del cuerpo.

En el Calvario, junto a su Hijo, culminó la maternidad espiritual de María. Cuando todos desertan la Virgen se encuentra junto a la cruz de Jesús8, en perfecta conformidad con la voluntad divina, sufriendo y padeciendo con su Hijo, corredimiendo. Ella "no fue un instrumento puramente pasivo en las manos de Dios, sino que cooperó a la salvación de los hombres con fe y obediencia libres"9. Esta maternidad de la Virgen perdura sin cesar, y ahora, en el Cielo, "no ha dejado esta misión salvadora, sino que con su múltiple intercesión continúa obteniéndonos los dones de la salvación eterna"10.

Hemos de agradecer mucho a Dios que nos haya querido dar una Madre a quien acudir en la Vida de la gracia. Y que esta haya sido su propia Madre. María es Madre nuestra no solo porque nos ama como una madre, o porque hace sus veces. La maternidad espiritual de Nuestra Señora es muy superior, más efectiva que cualquier maternidad legal o de afecto. Es Madre porque realmente nos ha engendrado en el orden sobrenatural. Si se nos ha dado poder de llegar a ser hijos de Dios, de participar en la naturaleza divina11. es gracias a la acción redentora de Cristo, que nos hace semejantes a Él. Pero ese influjo pasa a través de María. Y así del mismo modo que Dios Padre tiene un solo Hijo según la naturaleza, e innumerables según la gracia, por María, Madre de Cristo, hemos llegado a ser hijos de Dios. De su mano recibimos todo el alimento espiritual, la defensa contra los enemigos, el consuelo en medio de las aflicciones.

Para Nuestra Madre del Cielo "jamás dejamos de ser pequeños, porque Ella nos abre el camino hacia el Reino de los Cielos, que será dado a los que se hacen niños (cfr. Mt 19, 14). De Nuestra Señora no debemos apartarnos nunca. ¿Cómo la honraremos? Tratándola, hablándole, manifestándole nuestro cariño, ponderando en nuestro corazón las escenas de su vida en la tierra, contándole nuestras luchas, nuestros éxitos y nuestros fracasos.

"Descubrimos así como si las recitáramos por vez primera el sentido de las oraciones marianas, que se han rezado siempre en la Iglesia. ¿Qué son el Ave María y el Ángelus sino alabanzas encendidas a la Maternidad divina? Y en el Santo Rosario (...) pasan por nuestra cabeza y por nuestro corazón los misterios de la conducta admirable de María, que son los mismos misterios fundamentales de la fe (...).

"En las fiestas de Nuestra Señora no escatimemos las muestras de cariño; levantemos con más frecuencia el corazón pidiéndole lo que necesitemos, agradeciéndole su solicitud maternal y constante, encomendándole las personas que estimamos. Pero, si pretendemos comportarnos como hijos, todos los días serán ocasión propicia de amor a María, como lo son todos los días para los que se quieren de verdad"12.

A Ella le decimos hoy con un antiguo himno de la Iglesia: monstra te esse matrem!, muestra que eres Madre y, que por ti nos atienda el que tomó sangre en tus venas para redimirnos13.

1 Juan Pablo II, Homilía en Santa María la Mayor, 8-XII-1978. — 2 ídem, Enc. Redemptoris Mater, 25-III-1987, n. 4. — 3 San Cirilo de Alejandría, Epístolas, 24. — 4 ídem, Encomio en honor de Santa María Madre de Dios. — 5 Santo Tomás, Suma Teológica, 1, q. 25, a. 6, ad 3. — 6 Cfr. Sab 7, 25-26 — 7 San Bernardo, Sermón en la Natividad de Santa María, 4-7. 8 Jn 19, 25. — 9 Conc. vat. II, Const. Lumen gentium, 56 — 10 Cfr. Ibídem, 62. — 11 Cfr. 2 Pdr 1, 4. — 12 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, Rialp, 4.ª ed., Madrid 1978, 290-291. — 13 Himno Ave Maris Stella.

* Después de la proclamación del dogma de la Maternidad divina de María en el Concilio de Éfeso (año 431), el Papa Sixto III consagró en Roma una Basílica en honor de la Virgen, llamada después Santa María la Mayor. Es la iglesia más antigua dedicada a Nuestra Señora.

La fiesta de hoy también es conocida como Nuestra Señora de las Nieves, debido a una antigua leyenda que cuenta cómo un matrimonio romano, que pedía a la Virgen luz acerca del modo de emplear su fortuna, recibió en sueños el deseo de Santa María de que se le erigiera un templo precisamente donde apareciera cubierto de nieve el monte Esquilino. Esto ocurrió en la noche del 4 al 5 de agosto. Al día siguiente, de modo sorprendente, se encontró cubierto de nieve un solar donde hoy se levanta la Basílica.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

Oraciones iniciales

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo…

Acto de Contrición:

¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita,
y porque os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del
infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia
propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.
Amén.

Oración para todos los días

Oh San Maximiliano María, fidelísimo imitador del Pobrecito de Asís, que inflamado del amor de Dios viviste practicando asiduamente las virtudes heroicas y las santas obras de apostolado, dirige tu mirada sobre nosotros tus devotos que confiamos en tu intercesión.

Tú que, aureolado por la luz de la Virgen Inmaculada atrajiste a innumerables almas a la santidad, llevándolas también bajo toda forma de apostolado hacia el triunfo del bien y la dilatación del Reino de Dios, alcánzanos luz y fuerza para obrar el bien y llevar muchas almas al amor de Dios.

Tú que, en perfecta conformidad con el Divino Salvador, llegaste a tan alto grado de caridad hasta ofrecer, en sublime testimonio de amor, tu vida para salvar la de un pobre prisionero, alcánzanos del Señor la gracia de que, animados por el mismo ardor de caridad, podamos también nosotros con la fe y con las obras dar testimonio de Cristo a nuestros hermanos, para llegar contigo a la posesión beatífica de Dios en la luz de la gloria. Amén.

Meditación del primer día: Kolbe, apóstol moderno de María

Pablo VI durante la solemne ceremonia de beatificación del P. Maximiliano, en su homilía dijo:

"Maximiliano Kolbe ha sido un apóstol de la Virgen considerada en su primer esplendor, original y privilegiado, el de su misma presentación en Lourdes: La Inmaculada Concepción, es imposible separar el nombre, la actividad, la misión del Beato Kolbe, de María Inmaculada".

"Conocemos cómo el humilde y sumiso Franciscano con increíble audacia y con extraordinaria mente organizadora, desarrolló la iniciativa y puso a María, contemplada vestida del sol (Apoc. 12, 1), como centro de su espiritualidad, de su apostolado, de su teología. No vacilemos en admirar, en adherirnos a la consigna que el nuevo Beato nos deja en heredad y como ejemplo, como si también nosotros desconfiásemos de semejante entusiasmo mariano, como si las dos corrientes teológicas y espirituales, que hoy prevalecen en el pensar y el vivir cristiano, la cristológica y la eclesiológica, estuviesen en franca rivalidad con la mariológica. No hay rivalidades".

Oración de gozos

- Testigo de amor Rosal en flor oh mártir santo de Cristo el olor. Corona inmortal de Cristo Jesús, palabras en luz del Cristo total.

- Testigo de la sangre Del hermano derramada, Testigo de libertades Testigo del odio cruel en su misión callada, canto y cielo en los labios de un alma fiel, inmolada.

- Testigo del dolor al acercarse la muerte, al guarda dice: ¡detente! verás al cambiar la suerte de este hombre que es padre, reunirse con sus hijos y con ella que es su madre.

- Testigo del cansancio de una vida inmolada, a golpe del Evangelio y al golpe de la espada. Tu vida por otra vida tu amor por otro amor ganancia para el cielo del mártir el galardón.

- Espíritu sublime oh mártir glorioso feliz morador de la inmortal Sión ruega por los que luchan en las batallas recias que alcancen la victoria y eterno galardón.

- Oh mártir glorioso de roja vestidura que brilla con eterno fulgor ante Dios; intercede por el hombre que lucha con tesón a obtener de la gracia el más divino don.

- Palabra del Señor ya rubricada en la vida del mártir, ofrecida como prueba fiel de que la espada no puede ya truncar la fe vivida. Fuente de fe y de luz es su memoria coraje para el justo en la batalla del bien, de la verdad, siempre victoria que, en vida y muerte, el justo en Cristo halla.

Oración final

"Dios, fortaleza de los mártires, que al presbítero y mártir San Maximiliano María Kolbe, encendido en el amor de la Inmaculada Virgen María, lo llenaste de celo por las almas y de amor con el prójimo; por su intercesión concédenos que trabajando con entusiasmo por difundir tu gloria en el servicio de nuestros hermanos, podamos llegar hasta la muerte a asemejarnos a tu Hijo, Jesucristo que vive Contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén".

Segundo día: Kolbe, generosidad y entrega.

El Dr. Rodolfo Diem, médico polaco, evangelista, prisionero en el "Lager" de Oswiecim, pero trabajaba en el hospital. Suya es esta declaración:

"El P. Kolbe era un hombre sereno, equilibrado, psíquicamente sano. Llegó con fiebre, enfermo de los pulmones… Pero no obstante los sufrimientos, se encontraba tranquilo y esperaba su turno, para la visita médica, como cualquier otra persona de las 200-500 o mil que se visitaron en el día. Me llamó la atención porque una vez, encontrándolo muy enfermo, le propuse internarlo en el hospital y no quiso.

Más aún, me dio el nombre de un prisionero, compañero suyo que según él necesitaba curas más urgentes. Muchas otras veces volví a insistir para que accediera a internarse y siempre obtuve las mismas evasivas de generosidad hacia el prójimo, me tenía intrigado y un día le pregunté quién era, me dijo: soy sacerdote católico, en un ambiente donde la lucha por la sobrevivencia era acentuadísima, semejante abnegación y sacrificio por los demás me sorprendieron de veras.

Tercer día: Kolbe, el Santo de la solidaridad

Quien ha leído algún libro sobre los campos de exterminio nazis, sabe que de todos los tiempos de muerte, el del hambre era el más temido. La búsqueda de un pedazo de pan o de papa más, no era sólo – dicen los sobrevivientes- una necesidad fisiológica: era, cada día, la afirmación del propio derecho a la vida.

Para los más conscientes, era incluso un acto de rebelión contra el proyecto de genocidio elaborado por Hitler y sus secuaces. Es también por esto que en aquellos sitios de horror quien era capaz de altruismo en lo que se refería al alimento, era considerado un héroe o un santo. Veinte años después de la liberación, un ex-prisionero me hablaba con lágrimas en los ojos de Monseñor Beran, el futuro cardenal checoslovaco, que cada día renunciaba a una parte de su pan en favor de algún compañero.

Digo esto porque me parece que sirva para iluminar ulteriormente la grandeza del sacrificio del padre Kolbe.

Cuarto día: Kolbe, solidario con la Familia, bienhechor de los papás.

El Dr. Aniceto Wlodarski, médico y filósofo, prisionero también en Oswiecim, dice:

"He paseado muchas veces con el P. Kolbe, he asistido a sus paraliturgías clandestinamente organizadas, me he confesado con él, fui testigo ocular cuando diezmaron al grupo 14 por la huída de un prisionero. Me encontraba muy cerca de él cuando salió para voluntario en lugar de Francisco Gajowniczek: éste comprendió muy bien lo que le sucedería y suspiró lleno de dolor, recordándose de su esposa y de sus hijos. Fue un momento dramático. El P. Kolbe salió de su fila y se presentó al Lagarfurer diciendo que quería sustituir al N° 5659 pues él no tenía ni esposa ni hijos. Le preguntó qué profesión tenía y quedó sorprendido cuando oyó que era sacerdote católico. Gajowniczek volvió a su puesto y el P. Kolbe se unió al grupo de los condenados. Se sacrificó voluntariamente para salvar a un padre de familia y lo hizo sin duda alguna por amor a Dios y al prójimo. Considero su acto como un gesto de heroicidad suprema. Excluyo cualquier atisbo de imprudencia o precipitación, sobre todo porque él entonces se encontraba en óptimas condiciones físicas y psíquicas.

Quinto día: Kolbe, Sacerdote, otro Cristo.

El Sr. Gajowniczek, ex-sargento del ejército polaco, recordando los dramáticos momentos en que el P. Kolbe le salvó la vida, ofreciendo la suya nos cuenta:

"¡Qué infausto acontecimiento! Dirigiéndome al final de la fila dije: ¡Mi pobre esposa, mis pobres hijos!, ¡Irremisiblemente debía ir a la celda de la muerte! El P. Kolbe vio mi desesperación, se acercó al "Lagerfurer" Fritsch e intentó besarle la mano. El Fritsch preguntó a su intérprete: "¿Qué desea este puerco polaco?" Extendiendo la mano e indicándome a mí, le dijo que quería morir en mi lugar. Con un gesto brusco y diciendo: "Heraus" ¡fuera! Me ordenó que saliese de las filas; mi puesto lo ocupó el P. Kolbe. Al instante los enviaron a la celda de la muerte y a nosotros nos dijeron de retirarnos según costumbre. En aquellos momentos me resultó difícil calibrar la impresión sufrida, estaba trastornado, "yo", condenado, cuntinuaré viviendo… mientras otros libremente y con valentía sacrifica su vida por mí… ¿sueño o realidad?. Se corrió la noticia, todos admiraban el heroico acto del sacerdote católico que había sacrificado su vida por mí".

Sexto día: Kolbe, un Santo para el progreso.

Vivía profundamente sumergido en la vida y en la cultura de su tiempo. Era apasionado del progreso técnico. Para el apostolado adoptaba los últimos adelantos de las ciencias. Estaba convencido que el progreso no debía ahogar la interioridad del hombre.

Apasionado del Progreso

Desde el momento que el Santo Padre declara santo al franciscano polaco Maximiliano Kolbe – un hombre del cual hemos oído hablar, al que hemos visto y conocido – y el agregarse a la rosa de los Santos un contemporáneo, suscita en nosotros el deseo de descubrir en esta figura circundada por la veneración universal, ese "algo" que la rinde particularmente cercana a nuestros tiempos.

Los Santos pertenecen a la eternidad. Colocados en los altares, superan su propia época, volviéndose hombres de todos los tiempos, y representando nuestro modelo, nos trasmiten una enseñanza de vida, realizable y actual.

Séptimo día: Kolbe, Franciscano del siglo XX.

Maximiliano Kolbe y Francisco de Bernardone: dos épocas, dos historias. Dos santos que han sabido interpretar los signos de los tiempos. Dos rostros que han cambiado la historia de ayer y la de hoy.

La vida de Francisco, revolucionaria y original en todos sus aspectos, encuentra en Kolbe uno de sus intérpretes más verdaderos y auténticos. Al "estilo" de Francisco, corresponde el "estilo" de Kolbe, Francisco se convierte al Cristo crucificado de San Damián y abraza la Dama pobreza. Se convierte en "otro Cristo" que camina por aldeas y ciudades anunciando la buena nueva del Reino. En torno a él, un número siempre creciente de hermanos. Dejan todo para seguirlo hasta la cruz. En un mundo ávido de riquezas y poder, la opción de Francisco se vuelve provocación cristiana. Para seguir a Cristo, predica Francisco, es necesario abandonarlo todo. Para ser verdaderamente libres, debe seguirse el Evangelio de las bienaventuranzas. Bienaventurados los pobres, bienaventurados los perseguidos por la justicia, bienaventurados los puros de corazón, los que son calumniados a causa de Cristo.

Octavo día: Kolbe, maestro y profeta.

Kolbe es un santo de nuestro tiempo. Lo es principalmente porque en esta nuestra época, maraña de bien y mal, de maravilloso progreso científico y de siempre nuevas y masivas esclavitudes, él supo, durante todo el camino de su vida, salvar la integridad de su persona izando un mensaje de esperanza que va más allá de la muerte. Es por este motivo que el hombre y el santo Kolbe se constituye hoy para todos indistintamente en valor de símbolo y profecía. Y no fue sólo el acto de su escogida entrega final sino toda su vida tan cargada de humanidad y guiada siempre por ideales de fe, a colocar al P. Kolbe en esa extraordinaria dimensión.

El nuevo santo se presenta a la iglesia de hoy como modelo a motivo de dos notas que caracterizaron su vida y que lo hacen muy cercano a nosotros, a nuestra problemática:

   - La disponibilidad a leer los "signos de los tiempos" unida a la capacidad de comprenderlos según el criterio de Dios.

   - La prontitud fiel en emprender el camino nuevo que esos "signos".

Noveno día: Kolbe, un proyecto de vida.

Se busca un joven…

Que tenga capacidad de relación humana e inquietud cristiana, ilusionado por la vida y con ganas de compartir en actitud abierta, gozosa y comprometida, el don de la fe cristiana.

Que quiera se protagonista de su vida:

  • Con valentía
  • Con originalidad
  • Con profundidad
  • Con responsabilidad
  • Con ilusión
  • Sin complejos

Que desee experimentar cómo se vive en nuestros Centro Educativos de orientación vocacional esa inquietud cristiana y de entrega que tanto le preocupa y esté dispuesto a trabajar en su proceso formativo de cara a una futura opción libre, responsable y firme.

Que se portador de vida y esperanza con estilo nuevo, para eso es joven aceptando vivir en familia la triple dimensión de fe, trabajo y expansión:

  • Si eres tú, mi parabién más sincero.
  • Si lo conoces o encuentras, ayúdale.
  • Cristo y sus hermanos, los hombres contamos con él.

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Nona de Nacianzo, Santa Madre y Esposa, 5 de agosto  

Nona de Nacianzo, Santa

Esposa y Madre

Martirologio Romano: En Nacianzo, de Capadocia, santa Nona, esposa de san Gregorio el Viejo y madre de los santos Gregorio el Teólogo, Cesáreo y Gorgona (374).

Etimología: Nonna o Nona = nueve o nacido en noveno lugar. Viene de la lengua latina.

En Asia Menor y en Capadocia en concreto, el nombre de Nonna es un nombre propio. El cristiano Filtazio le puso a su hija, al ser bautizada, ese bello nombre.

Creció como una niña. Más tarde fue una joven devota y con una sonrisa luminosa como todas las chicas de Capadocia.

Fue requerida como esposa de Gregorio, magistrado de Nacionceno, que era pagano.

Ella, con sus buenas formas y su profunda educación y preparación en temas cristianos, logró – con la gracia de Dios – que su prometido se convirtiera al cristianismo.

Tan a fondo se tomó su conversión que a los 60 años fue elegido obispo de Nazancio. Murió a los cien años..

Su hijo llegaría a ser el gran san Gregorio de Nazancio, doctor de la Iglesia, llamado también "el Teólogo".

Tuvieron otra hija, Gorgona, que es también santa y su hermano san Cesáreo, el médico.

En la historia del cristianismo es raro que todos los miembros de una familia hayan sido santos.

Nonna estuvo siempre al lado de su marido sirviendo a los pobres.
Murió en la iglesia mientras hacía oración.

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Fuente: ACIprensa.com
Emigdio de Áscoli, Santo Obispo y Mártir, 5 de agosto  

Emigdio de Áscoli, Santo

Obispo y mártir

Martirologio Romano: En Áscoli, en el Piceno, de Italia, san Emigdio, al que se venera como primer obispo de esta ciudad y como mártir (s. IV)

Etimología: Emigdio = de piel morena, del griego.

En Italia se le profesa gran veneración, sobre todo porque se le considera protector contra los terremotos. Por la misma razón, su culto se ha popularizado mucho en los últimos años en las ciudades de Los Angeles y San Francisco, zonas donde también se suceden fuertes y frecuentes movimientos telúricos.

Según las "actas" Emigdio era un alemán originario de Treveris. Después de su conversión al cristianismo, se trasladó a Roma en la época del Papa Marcelo I. Lleno de celo por la fe, Emigdio entró a un templo pagano y derribó una estatua de Esculapio. Ello enfureció tanto a los paganos, que el Papa Marcelo I para protegerlo le ordenó sacerdote, le consagró obispo y le envió a evangelizar el territorio de Ascoli Piceno.

Ahí trabajó el santo con gran éxito y logró numerosas conversiones. Fue decapitado durante la persecución de Dioclesiano, junto con los santos Eupolo, Germán y Valentín. Dado que San Marcelo ciñó la tiara pontificia en el año 308, es imposible que él haya ordenado a San Emigdio, pero la tradición popular no respeta la cronología. La fiesta de San Emigdio se celebra en Italia no sólo el 9 de agosto, sino también en otras fechas, según las diversas tradiciones locales.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Margarita de Cesolo, Santa Viuda, 5 de agosto  

Margarita de Cesolo, Santa

La Descalza

Martirologio Romano: En San Severino Marche (Septémpeda), santa Margarita, viuda (1395).

Santa Margarita, nació en 1325 en Cesolo, en San Severino Marche.

Sus progenitores, de humilde origen y dedicados a la agricultura, le dieron un profunda educación cristiana.

A a los quince años, mientras cuidaba un rebaño de ovejas, se le apareció Jesús bajo la apariencia de un pobre peregrino. El peregrino le pide comida, y Margarita le ofrece el único pan que llevaba. De regreso a su hogar, hambrienta, le pregunta a su madre si tiene algo para comer, pero ella le responde que no hay nada. Margarita le rogó que se fijara si había algo en la bolsa, y con sumo estupor, su madre comprobó que estaba tan llena de pan como para abastecer las necesidades de la familia y de todos los pobres de la vecindad.

La santa, por no contradecir la voluntad de sus padres, aceptó unirse en matrimonio con un joven de la ciudad. De esta unión, tuvo una hija a quien educó según los principios cristianos. A la muerte de su marido, decide dedicar toda su vida al servicio de los pobres, a la oración y a la penitencia.

Para imitar la Pasión de Cristo, se inflige terribles penitencias: caminaba descalza por las calles de la ciudad (de allí que se la llame Margarita "la descalza"), llevaba cilicio y dormía sobre un lecho de ramas apoyando su cabeza sobre una piedra.

Soportó una larga y dolorosa enfermedad con gran fe y resignación.

Entregó su alma al Señor el 5 de agosto de 1395. Su cuerpo reposa en la iglesia parroquial de Cesolo.

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Fuente: Enciclopedia Católica || ACI Prensa
Osvaldo de Northumbria, Santo Rey y Mártir, 5 de agosto  

Osvaldo de Northumbria, Santo

Rey y Mártir

Martirologio Romano En el lugar de Maserfield, posteriormente llamado Oswestria en su honor, en la región de Shropshire, en Inglaterra, san Osvaldo, mártir. Siendo rey de Northumbria se hizo ilustre por las armas, pero, más inclinado a la paz, propagó con decisión la fe cristiana en la región y, en un combate contra los paganos, fue muerto por el odio de éstos contra Cristo (642).

Nació, probablemente, en el año 605. Murió el 5 de agosto de 642. Fue el segundo de siete hermanos, hijos de Ethelfried, quien era nieto de Ida, fundador del reino de Northumberland en 547. Su madre fue Acha, hija de Ella, o Alla, el cual había capturado Deira y la había separado de Bernicia del Norte.

Osvaldo pasó su juventud en casa, mientras reinó su padre, pero cuando, en 617, Ethelfried fue muerto en batalla a manos de Redwald, Rey de Angles del Oeste, hubo de huir junto con sus hermanos para recibir protección de su tío,
Edwin, hermano de Acha. Hallaron refugio en la tierra de los escoceses, en el monasterio de Columba, en Hii, o Iona. Permanecieron ahí hasta la muerte de Edwin en la batalla de Heathfield (633). Su hermano mayor, Eanfrid, retornó entonces para aceptar la corona de Deira, mientras Osric, primo de Edwin, recibía Bernicia.

De ese modo el reino quedó dividido de nuevo y ambas partes recayeron en el paganismo. Osric cayó en batalla al año siguiente y Eanfried murió a traición a manos del rey británico, Cadwalla. A consecuencia de ello Osvaldo bajó desde el norte, y en 635 ya había reunido en torno a sí a una pequeña banda de decididos guerreros, cerca del Muro Romano, siete millas al norte de Hexham, que después vino a ser conocido como Hevenfelt, o Campo Celestial. En ese sitio, alentado por una visión en la que san Columba le prometía la victoria mientras cubría su campamento con su manto, Osvaldo escogió una cruz de madera como su estandarte- el primer signo cristiano levantado en Bernicia- y combatió a los británicos, conducidos probablemente por Cadwalla. Los británicos fueron devastados y de ahí en adelante sólo les quedó defenderse.

La victoria de Osvaldo reunificó el reino de Northumbria no sólo porque él lo salvó del vergonzoso yugo de los mercianos y británicos, sino porque por el lado de su padre él era descendiente de Ida de Bernicia y, del de su madre, de la casa real de Ella de Deira. Ya reunificados, no podía evitarse que Northumbria se constituyera en la fuerza principal de una confederación en contra de Prenda de Mercia y de los británicos de Gales. Osvaldo conocía profundamente los principios de la religión cristiana y si bien sólo doce de los nobles que volvieron con él del exilio eran cristianos, lejos de abandonar su fe, su primer cuidado fue tratar de extenderla entre los bernicianos, confirmando así con una unión religiosa la unión política llevada a cabo por Edwin.

Es cierto que Edwin había recibido el bautismo en 627, por la influencia de su esposa Ethelburga, hermana del rey de Kent, que había traído del norte a san Paulino, pero su ejemplo sólo fue seguido por la gente de Deira. Osvaldo, educado en el monasterio de Columba en Iona, naturalmente buscó misioneros en el norte. El primer predicador que llegó tuvo un pronto regreso a casa, habiendo encontrado que el pueblo de Northumbria era demasiado bárbaro y terco. Posteriormente fue enviado Aidan, un "varón de mansedumbre singular, piedad y moderación", quien estableció la sede episcopal en Lindisfarne en 635. La celosa colaboración de Osvaldo con el obispo monje pronto llenó el paisaje de templos y monasterios, y la iglesia de York, comenzada bajo el reinado de Edwin, fue llevada a buen fin. Más aún, su admirable humildad en medio del éxito, su caridad y su piedad pronto obraron su efecto al hacer que sus súbditos se convirtieran de Woden a Cristo. Se cuenta que el Rey en su corte actuaba como intérprete de los misioneros que no conocían el leguaje de su pueblo.

Fue obra de Osvaldo el añadir la fuerza moral del cristianismo a la gloria militar de su padre Ethelfried y a la sabia administración de Edwin, su tío, y construir un gran reino. Edwin había logrado reunir toda la raza inglesa en un cuerpo político y era el señor de todos los reinos ingleses, excepto el de Kent. Beda el Venerable (III,6) dice que Osvaldo tuvo mayor dominio que cualquiera de sus antecesores, y que "atrajo bajo su mando a todas las naciones y provincias de Bretaña, que estaban divididas en cuatro lenguajes, a saber, británicos, pictos, escoceses e ingleses". Tuvo mucha fuerza en el noreste, hasta Chester y Lancashire, en el sur, y era reconocido como soberano por el reino galés de Strath Clyde, igual que por los pictos y escoceses de Dalriada. Fue el soberano en el este, en Lindsey, y las palabras de Beda parecen dar a entender que también lo fue de Mercia, la cual aún era regida por Penda. Pero esto no parece haber sido sino algo nominal. Los sajones del oeste en el sur, influenciados por el temor de Penda, fácilmente reconocieron el señorío de Osvaldo, y su alianza se vio fortalecida, en 635, por la conversión del Rey Cynegils, de Wessex, en cuyo bautismo Osvaldo fungió como padrino, y con cuya hija se casó. Ambos soberanos establecieron, entonces al obispo Birinus en Dorchester.

Esta vasta soberanía, que se extendía de norte a sur, y que sólo se veía interrumpida por el reino de Penda en el centro de Bretaña, y por el reino de Angles del Este, llevó a Adamnan de Hii a llamar a Osvaldo "Emperador de toda Bretaña". El cristianismo parecía estar formando una red alrededor del pagano Penda de Mercia. El reino de Angles del este, que aún era cristiano, pero reconocía a Penda como señor, era necesario para que Osvaldo pudiera mantener la conexión entre sus dominios en el norte y sur. La guerra era inevitable.

En la batalla de Masefeld, que parece haber acontecido a siete millas de Shrewsbury, "en la frontera de Gales, cerca de la represa de Offa", Osvaldo fue asesinado el 5 de agosto de 642, y así pereció el "rey más poderoso y cristiano", en el año octavo de su reinado y en la flor de su vida. Sus últimas palabras fueron dirigidas a sus soldados, buscando su bien espiritual, de donde proviene el proverbio: "Dios salve sus almas, como dijo Osvaldo al morir". Penda mutiló su cuerpo y clavó sus miembros en estacas, donde permanecieron todo un año, hasta que fueron retirados por Oswy y entregados a los monjes de Bardney, en Lindsey. En el siglo X algunos de sus huesos fueron llevados a la iglesia de San Pedro, en Gloucester, por Ethelred y Ethelfleda de Mercia. Su cabeza fue retirada del campo de batalla a la iglesia de San Pedro en la fortaleza real de Bamborough, y posteriormente trasladada a Lindisfarne donde, por miedo a los daneses, fue depositada durante un año, 875, en el ataúd de San Cutberto, el cual fue posteriormente llevado a Durham en 998. La cabeza de Osvaldo estaba en ese ataúd cuando San Cutberto fue trasladado en 1104, y se cree que permanecía aún allí al abrirse la tumba en 1828. Su brazo y manos fueron llevados a Bamborough y probablemente trasladados posteriormente a Peterborough, y seguían incorruptos en tiempos de Symeon de Durham, a principios del siglo XII. Reginaldo nos hace una breve descripción de su apariencia física: brazos largos y de gran fuerza, ojos de azul brillante, cabello amarillo, rostro largo y barba delgada, y sus labios pequeños siempre sonreían amablemente.

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Vardan Mamikonian y compañeros, Santos Mártires, 5 de agosto  

Vardan Mamikonian y compañeros, Santos

Armenia está dotada de un rico patrimonio cultural, se destacó como la primera nación en adoptar el cristianismo como religión oficial en los primeros años del siglo IV (la tradición indica que esto pasó en el año 301). Aunque Armenia es un estado constitucional secular, la fe cristiana desempeña un papel importante en su historia y en la identidad del pueblo armenio.

Tan importante como lo era en el siglo V cuando estaban bajo el yugo persa, quienes intentaban de encontrar la forma de que los armenios asumieran toda su cultura, pero vieron que no iban a poder llegar a sus propósitos, porque para aquellos, aparte de la cultura, el mayor impedimento era su fe cristiana. Los persas eran mazdeístas, adoraban al fuego, el rey Yaztikert II de Persia ordenó a los armenios renunciar al cristianismo y convertirse al mazdeísmo, y les promete aliviarlos de los impuestos como premio.

Viendo las ventajas que tendrían desde el punto de vista político, alguno príncipes armenios junto con el gobernante nombrado por los persas, Vasak Siuní, deciden aceptar esta proposición y renegar del cristianismo, temiendo que ellos no iban a poder enfrentar una confrontación con los persas. La mayoría de los príncipes y el pueblo, sin embargo, presienten el peligro de la apostasía y la probabilidad de perder su identidad armenia.

Como respuesta a la oferta el cuerpo eclesiástico escribe una carta de rechazo al Shah de Persia, en donde especifica: "Nuestra deuda y obligación es someternos y servir al gobierno del Shah; sin embargo, en los asuntos espirituales, nosotros nos sometemos a Dios. No servimos a los elementos de la tierra, ni tampoco adoramos al sol, ni a la luna, ni al viento, ni al fuego. He aquí que nosotros estamos totalmente en sus manos, hagan lo que quieran con nosotros. De vuestra parte sufrimientos, de la nuestra, paciencia. Pero de esta fe (cristiana) nadie nos puede apartar, ni los ángeles ni los hombres".

Ante esta respuesta tan categórica el Shah de Persia envía un gigantesco ejército hacia armenia, para obligarles por la fuerza a cambiar de religión. Al mando del ejército y del pueblo armenio se encuentra Vardan Mamikonian.

Vardan príncipe de la familia Mamikonian fue hijo de Hamazasp y Dustr, hija de san Isaac, katholikós (arzobispo) armenio. Fue educado por su santo abuelo en la piedad y en la fe cristiana, y especialmente en el conocimiento de la Sagrada Escritura, como testimonia el historiógrafo Lázaro Parpeci. A su vez como padre de familia, educó cristianamente a su única hija, Susana, quien con el tiempo logró ser mártir y santa. No menor fue su ánimo y la habilidad en el arte militar; en efecto combatió toda su vida en el ejército persa sobre el frente oriental, mereciendo el reconocimiento del mismo rey persa.

"Como narra el historiador Eliseo, en vísperas del enfrentamiento, a los soldados los exhortaron a defender la fe con estas palabras: "Quienes creían que el cristianismo era para nosotros como un vestido, ahora sabrán que no podrán arrebatárnoslo, como no nos pueden quitar el color de la piel". Se trata de un testimonio elocuente del valor de esos creyentes: morir por Cristo significaba para ellos participar en su pasión, afirmando los derechos de la conciencia. No podía permitirse renegar de la fe cristiana, que el pueblo consideraba como el bien supremo. Este valiente soldado y sus compañeros son martirizados en la batalla de Avarayr (año 451)".
1

El clero armenio también sale al campo de batalla bajo el mando del katholikós Hovsep. En el transcurso de ésta, se destaca por su valentía y sus fervientes mensaje patrióticos el sacerdote Ghevond Ierents, que, después de la batalla, en el 454, fue llevado a Persia junto con Hovsep y otros eclesiásticos, y con la orden del Shah, fueron decapitados. Los armenios pierden la batalla de Vardanants, sin embargo, en las montañas continúan los enfrentamientos. Finalmente, el Shah persa se da cuenta que es imposible hacer cambiar de religión en forma violenta a los armenios.

1 Tomado de la carta apostólica de S.S. Juan Pablo II por el XVII centenario del bautismo del pueblo armenio.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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