viernes, 25 de marzo de 2016

E y A-libros + NOVENA PODEROSA: ESPECIAL Viernes SANTO de la Pasión y Muerte de Jesucristo: día de penitencia y abstinencia de carne (CDC 1250/3). 25/03/2016

JA

JMJ

Pax

† Pasión de nuestro Señor Jesucristo, según san Juan 18, 1-40; 19, 1-42

Leer abajo por favor.

Nota: la Solemnidad de la Anunciación y Encarnación se pasa para después de la Octava de Pascua: lunes 4 de Abril de 2016. Ese día corresponde celebrar el día del niño por nacer.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

 

Viernes Santo

El día de hoy y el de mañana, por una antiquísima tradición, la Iglesia omite por completo la celebración del sacrificio eucarístico.
El altar deber estar desnudo por completo: sin cruz, sin candelabros, sin manteles.
Después del mediodía, alrededor de las tres, a no ser que por razón pastoral se elija una hora más avanzada, se celebra la Pasión del Señor, que consta de tres partes: Liturgia de la Palabra, Adoración de la Cruz y Sagrada Comunión. En este día la sagrada comunión se distribuye a los fieles únicamente dentro de la celebración de la Pasión del Señor.

No se dice "Oremos".

Oración Colecta

¡Oh Dios!, tu Hijo Jesucristo, Señor nuestro, por medio de su pasión ha destruido la muerte, que, como consecuencia del antiguo pecado, a todos los hombres alcanza. Concédenos hacernos semejantes a él. De este modo, los que hemos llevado grabada, por exigencia de la naturaleza humana, la imagen de Adán, el hombre terreno, llevaremos grabada en adelante, por la acción santificadora de tu gracia, la imagen de Jesucristo, el hombre celestial. Que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

 

Primera Lectura

Él fue traspasado por nuestros crímenes

Lectura del libro del profeta Isaías 52, 13-15; 53, 1-12

Mi siervo tendrá éxito, crecerá y llegará muy alto. Lo mismo que muchos se horrorizaban al verlo, porque estaba tan desfigurado que no parecía hombre ni tenía aspecto humano, así asombrará a muchas naciones. Los reyes se quedarán sin palabras, al ver algo que nunca les habían contado y comprender algo que nunca habían oído. ¿Quién creyó nuestro anuncio? ¿A quién se manifestó el poder del Señor?
Creció ante el Señor como un retoño, como raíz en tierra árida. No tenía gracia ni belleza para que nos fijáramos en él, tampoco aspecto atractivo para que lo admiráramos. Fue despreciado y rechazado por los hombres, abrumado de dolores y habituado al sufrimiento; como alguien a quien no se quiere mirar, lo
despreciamos y lo estimamos en nada. Sin embargo, él llevaba nuestros sufrimientos, soportaba nuestros dolores. Nosotros lo creíamos castigado, herido por Dios y humillado, pero eran nuestras rebeldías las que lo traspasaban y nuestras culpas las que lo trituraban. Sufrió el castigo para nuestro bien y con sus heridas nos sanó. Andábamos todos errantes como ovejas, cada uno por su camino, y el Señor cargó sobre él todas nuestras culpas. Cuando era maltratado, él se sometía, y no abría la boca; como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca. Sin defensa ni juicio se lo llevaron, y ¿quién se preocupó de su suerte?
Lo arrancaron de la tierra de los vivos, lo hirieron por los pecados de mi pueblo; lo enterraron con los malhechores, lo sepultaron con los malvados, aunque él no cometió ningún crimen ni hubo engaño en su boca. Pero el Señor quiso quebrantarlo con sufrimientos. Y si él entrega su vida como expiación, verá su
descendencia, tendrá larga vida y por medio de él, prosperarán los planes del Señor. Después de una vida de amarguras verá la luz, comprenderá su destino. Mi siervo, el justo, traerá a muchos la salvación cargando con las culpas de ellos.
Por eso, le daré un puesto de honor entre los grandes y con los poderosos participará del triunfo, por haberse entregado a la muerte y haber compartido la suerte de los pecadores. Pues él cargó con los pecados de muchos e intercedió por los pecadores.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Sal 30, 2.6.12-13.15-16.17 y 25

Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.

A ti, Señor, me acojo, que no quede yo nunca defraudado; líbrame por tu bondad. En tus manos encomiendo mi espíritu; tú, mi Dios leal, me librarás.
Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.

Soy la burla de mis agresores, motivo de risa para mis vecinos, el espanto de mis conocidos; los que me ven por la calle huyen de mí; olvidado de todos como un muerto, me he convertido en un objeto inútil.
Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.

Pero yo confío en ti, Señor; yo te digo: "Tú eres mi Dios". Mi destino está en tus manos, líbrame de los enemigos que me persiguen.
Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.

Que tu rostro resplandezca sobre tu siervo, sálvame por tu amor. Sean fuertes y anímense, todos los que esperan en el Señor.
Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.

Segunda Lectura

Aprendió a obedecer y se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que le obedecen

Lectura de la carta a los Hebreos 4, 14-16; 5, 7-9

Hermanos: Ya que tenemos en Jesús, el Hijo de Dios, un sumo sacerdote eminente que ha penetrado en los cielos, mantengámonos firmes en la fe que profesamos.
Pues no es él un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras flaquezas, sino que ha sido probado en todo como nosotros excepto en el pecado.
Acerquémonos, pues, con plena confianza al trono de la gracia, a fin de obtener misericordia y encontrar la gracia de un socorro oportuno.
El mismo Cristo, que en los días de su vida mortal presentó oraciones y súplicas con grandes gritos y lágrimas al que podía salvarlo de la muerte, fue escuchado en atención a su actitud reverente; y precisamente porque era Hijo, aprendió sufriendo a obedecer. Llegado a la perfección, se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que le obedecen.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Cristo se humilló por nosotros y por obediencia aceptó incluso la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Evangelio

† Pasión de nuestro Señor Jesucristo, según san Juan 18, 1-40; 19, 1-42

C. En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaron el torrente Cedrón y entraron en un huerto que había cerca. Este lugar era conocido por Judas, el traidor, porque Jesús se reunía frecuentemente allí con sus discípulos. Así que Judas, llevando consigo un destacamento de soldados romanos y los guardias puestos a su disposición por los sumos sacerdotes y los fariseos, se dirigió a aquel lugar. Iban armados y equipados con faroles y antorchas.
Jesús, que sabía todo lo que iba a ocurrir, salió a su encuentro y les preguntó:
†. "¿A quién buscan?"
C. Ellos contestaron:
S. "A Jesús de Nazaret".
C. Les dijo Jesús:
†. "Yo soy".
C. Judas, el traidor, estaba allí con ellos. En cuanto les dijo:"Yo soy", retrocedieron y cayeron a tierra. Jesús les preguntó de nuevo:
†. "¿A quién buscan?"
C. Volvieron a contestarle:
S. "A Jesús de Nazaret".
C. Jesús les dijo:
†. "Ya les he dicho que soy yo. Por tanto, si me buscan a mí, dejen que éstos se vayan".
C. Así se cumplió lo que él mismo había dicho: "No he perdido a ninguno de los que me diste".
Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la desenvainó e hirió con ella a un criado del sumo sacerdote, cortándole la oreja derecha. Este criado se llamaba Malco. Pero Jesús dijo a Pedro:
†. "Guarda tu espada. ¿Es que no debo beber este cáliz de amargura que el Padre me ha preparado?"
C. Los soldados romanos, con su comandante al frente, y la guardia judía, arrestaron a Jesús y le ataron las manos. Acto seguido, lo condujeron a casa de Anás, el cual era suegro de Caifás, que era sumo sacerdote aquel año. Caifás era el que había aconsejado a los judíos: "Conviene que muera un solo hombre por el pueblo".
Simón Pedro y otro discípulo seguían a Jesús. Este discípulo, que era conocido del sumo sacerdote, entró al mismo tiempo que Jesús en el patio interior de la casa del sumo sacerdote. Pedro, en cambio, tuvo que quedarse fuera junto a la puerta, hasta que el otro discípulo, el conocido del sumo sacerdote, habló a la portera y consiguió que lo dejara entrar. Pero la portera preguntó a Pedro:
S."¿No eres tú también uno de los discípulos de ese hombre?"
C. Pedro le contestó:
S. "No, no lo soy".
C. Como hacía frío, los criados y la guardia habían preparado una fogata y estaban en torno a ella calentándose. Pedro estaba también con ellos calentándose.
El sumo sacerdote interrogó a Jesús acerca de sus discípulos y de su enseñanza. Jesús declaró:
†. "Yo he hablado siempre en público. He enseñado en las sinagogas y en el templo, donde se reúnen todos los judíos. No he enseñado nada clandestinamente. ¿Por qué me preguntas a mí? Pregunta a los que me han oído, y ellos podrán informarte".
C. Al oír esta respuesta, uno de los guardias, que estaba junto a él, le dio una bofetada, diciéndole:
S. "¿Cómo te atreves a contestar así al sumo sacerdote?"
C. Jesús le dijo:
†. "Si he hablado mal, demuéstrame en qué; pero si he hablado bien, ¿por qué me pegas?"
C. Entonces Anás lo envió, con las manos atadas, a Caifás, el sumo sacerdote.
Mientras Simón Pedro estaba junto a la fogata, calentándose, uno le preguntó:
S. "¿No eres tú también uno de los discípulos de ese hombre?"
C. Pedro lo negó diciendo:
S. "No, no lo soy".
C. Uno de los criados del sumo sacerdote, pariente de aquél a quien Pedro había cortado la oreja, le insistió:
S. "¿Cómo que no? Yo mismo te vi en el huerto con él".
C. Pedro volvió a negarlo. Y en aquel momento cantó el gallo.
Después condujeron a Jesús desde la casa de Caifás hasta el palacio del gobernador. Era de madrugada. Los judíos no entraron en el palacio para no contraer impureza legal, y poder celebrar así la cena de pascua. Pilato, por su parte, salió adonde estaban ellos y les preguntó:
S. "¿De qué acusan a este hombre?"
C. Ellos le contestaron:
S. "Si no fuera un criminal, no te lo habríamos entregado".
C. Pilato les dijo:
S. "Llévenselo y júzguenlo según su ley".
C. Los judíos dijeron:
S. "Nosotros no estamos autorizados para condenar a muerte a nadie".
C. Así se cumplió la palabra de Jesús, que había anunciado de qué forma iba a morir. Pilato volvió a entrar en su palacio, llamó a Jesús y le interrogó:
S. "¿Eres tú el rey de los judíos?"
C. Jesús le contestó:
†. "¿Dices eso por ti mismo o te lo han dicho otros de mí?"
C. Pilato respondió:
S. "¿Acaso soy yo judío? Son los de tu propia nación y lo sumos sacerdotes los que te han
entregado a mí. ¿Qué has hecho?"
C. Jesús le explicó:
†. "Mi reino no es de este mundo. Si lo fuera, mis seguidores hubieran luchado para impedir que yo fuera entregado a los judíos. Pero no, mi reino no es de este mundo".
C. Pilato insistió:
S. "Entonces, ¿eres rey?"
C. Jesús le respondió:
†. "Soy rey, como tú dices. Y mi misión consiste en dar testimonio de la verdad. Precisamente para eso he nacido y para eso he venido al mundo. Todo el que pertenece a la verdad escucha mi voz".
C. Pilato le preguntó:
S. "¿Y qué es la verdad?"
C. Después de decir esto, Pilato salió de nuevo y dijo a los judíos:
S. "Yo no encuentro delito alguno en este hombre. Pero como ustedes tienen derecho a que les ponga en libertad un prisionero durante la fiesta de la pascua, ¿quieren que deje en libertad al rey de los judíos?"
C. Pero ellos seguían gritando:
S. "¡No, a ése no! ¡Deja en libertad a Barrabás!" (El tal Barrabás era un bandido).
C. Entonces Pilato ordenó que lo azotaran. Los soldados prepararon una corona de espinas y se la pusieron en la cabeza. También le colocaron sobre los hombros un manto rojo. Y se acercaban a él, diciendo:
S. "¡Salve, rey de los judíos!"
C. Y le daban bofetadas. Pilato salió, una vez más, y les dijo:
S. "Miren, lo traigo de nuevo para que quede bien claro que yo no encuentro delito alguno en este hombre".
C. Salió, pues, Jesús afuera. Llevaba sobre su cabeza la corona de espinas y sobre sus hombros el manto rojo. Pilato lo presentó con estas palabras:
S. "¡Este es el hombre!"
C. Los sumos sacerdotes y los guardias, al verlo, comenzaron a gritar:
S. "¡Crucifícalo, crucifícalo!"
C. Pilato les dijo:
S. "Llévenselo ustedes y crucifíquenlo; porque yo no encuentro delito alguno en él".
C. Los judíos insistieron:
S. "Nosotros tenemos una ley y, según ella, debe morir, porque se ha presentado a sí mismo como Hijo de Dios".
C. Al oír esto, Pilato sintió aún más miedo. Entró de nuevo en el palacio y preguntó a Jesús:
S. "¿De dónde eres tú?"
C. Pero Jesús no le contestó. Pilato le dijo:
S. "¿Te niegas a contestarme? ¿Es que no sabes que yo tengo autoridad, tanto para dejarte en libertad como para ordenar que te crucifiquen?"
C. Jesús le respondió:
†. "No tendrías autoridad alguna sobre mí, si no te la hubieran dado de lo alto; por eso, el que me entregó a ti tiene más culpa que tú".
C. Desde ese momento Pilato intentaba ponerlo en libertad. Pero los judíos le gritaban:
S. "Si pones en libertad a ese hombre, no eres amigo del emperador romano. Porque cualquiera que tenga la pretensión de ser rey, es enemigo del emperador".
C. Pilato, al oír esto, mandó que sacaran fuera a Jesús y lo sentó en el tribunal, en el lugar conocido con el nombre de "Enlosado" (que en la lengua de los judíos, se llama "Gábbata"). Era la víspera de la fiesta de la pascua, hacia el mediodía. Pilato dijo a los judíos:
S. "¡Aquí tienen a su rey!"
C. Ellos comenzaron a gritar:
S. "¡Mátalo! ¡Crucifícalo!"
C. Pilato insistió:
S. "¿Cómo voy a crucificar a su rey?"
C. Pero los sumos sacerdotes contestaron:
S. "Nuestro único rey es el emperador romano".
C. Entonces Pilato les entregó a Jesús para que lo crucificaran.
Se hicieron, pues, cargo de Jesús quien, llevando a hombros su propia cruz, salió de la ciudad hacia un lugar llamado "La Calavera" (que en la lengua de los judíos se dice "Gólgota"). Allí lo crucificaron junto con otros dos, uno a cada lado de Jesús.
Pilato mandó escribir y poner sobre la cruz un letrero con esta inscripción: "Jesús de Nazaret, el rey de los judíos". Leyeron el letrero muchos judíos, porque el lugar donde Jesús había sido crucificado estaba cerca de la ciudad, y estaba escrito en hebreo, en latín y en griego. Los sumos sacerdotes se presentaron a Pilato y le dijeron:
S. "No escribas: "El rey de los judíos", sino más bien: "Este hombre ha dicho: Yo soy el rey de los judíos"".
C. Pilato les contestó:
S. "Lo que he escrito, escrito queda".
C. Los soldados, después de crucificar a Jesús, se apropiaron de sus vestidos e hicieron con ellos cuatro partes, una para cada uno. Dejaron aparte la túnica. Como era una túnica sin costuras, tejida de una sola pieza de arriba abajo, los soldados llegaron a este acuerdo:
S. "Es mejor que no la dividamos, vamos a sortearla para ver a quién le toca".
C. Así se cumplió este texto de la Escritura:
Dividieron entre ellos mis vestidos y mi túnica la echaron a suertes.
Eso fue lo que hicieron los soldados.
Junto a la cruz de Jesús
estaban su madre, la hermana de su madre, María la mujer de Cleofás, y María Magdalena. Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo a quien tanto amaba, dijo a su madre:
†. "Mujer, ahí tienes a tu hijo".
C. Después dijo al discípulo:
†. "Ahí tienes a tu madre".
C. Y desde aquel momento, el discípulo la recibió como suya. Después Jesús, sabiendo que todo se había cumplido, para que también se cumpliera la Escritura, exclamó:
†. "Tengo sed".
C. Había allí una jarra con vinagre. Los soldados colocaron en la punta de una caña una esponja empapada en el vinagre y se la acercaron a la boca. Jesús probó al vinagre y dijo:
†. "Todo está cumplido".
C. E inclinando la cabeza, entregó el espíritu.

Aquí todos se arrodillan y oran en silencio unos instantes.

C. Como era el día de la preparación de la fiesta de pascua, los judíos no querían que los cuerpos quedaran en la cruz aquel sábado, ya que aquel día se celebraba una fiesta muy solemne. Por eso pidieron a Pilato que ordenara romper las piernas a los crucificados y que los bajaran de la cruz.
Fueron, pues, los soldados y rompieron las piernas a los dos que habían sido crucificados con Jesús. Cuando se acercaron a Jesús, se dieron cuenta de que ya había muerto; por eso no le rompieron las piernas. Pero uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza, y en seguida brotó del costado sangre y agua.
El que vio estas cosas da testimonio de ellas, y su testimonio es verdadero. El sabe que dice la verdad, para que también ustedes crean. Esto sucedió para que se cumpliera la Escritura, que dice: No le quebrarán ningún hueso. La Escritura dice también en otro pasaje: Mirarán al que traspasaron.
Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, aunque lo mantenía en secreto por miedo a los judíos, pidió autorización a Pilato para retirar el cuerpo de Jesús. Pilato se lo concedió.
Entonces él fue y tomó el cuerpo de Jesús. Llegó también Nicodemo, el que en una ocasión había ido a hablar con Jesús durante la noche, con unos treinta kilos de una mezcla de mirra y perfume. Entre los dos se llevaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron con vendas de lino bien empapadas en la mezcla de mirra y perfume, según la costumbre judía de sepultar a los muertos.
Cerca del lugar donde fue crucificado Jesús había un huerto y, en el huerto, un sepulcro nuevo en el que nadie había sido enterrado. Allí, pues, depositaron a Jesús, dado que el sepulcro estaba cerca y era la víspera de la fiesta de pascua.
Hasta aquí la Pasión de nuestro Señor Jesucristo, según san Juan.

`

Oración Universal

I. Por la Santa Iglesia

Oremos, hermanos y hermanas, por la santa Iglesia de Dios, para que el Señor le conceda la paz y la unidad, la proteja en toda la tierra y a todos nos conceda una vida serena para alabar a Dios Padre todopoderoso.

Se ora un momento en silencio. Prosigue el celebrante:

Dios todopoderoso y eterno, que en Cristo revelaste tu gloria a todas las naciones, conserva la obra de tu amor para que tu Iglesia, extendida por todo el mundo, persevere con fe inquebrantable en la confesión de tu nombre.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

II. Por el Papa

Oremos también por nuestro Santo Padre, el Papa N., para que Dios nuestro Señor, que lo eligió entre los obispos, lo asista y proteja para bien de su Iglesia como guía y pastor del pueblo santo de Dios.

Se ora un momento en silencio. Prosigue el celebrante:

Dios todopoderoso y eterno, cuya providencia gobierna todas las cosas: atiende nuestras súplicas y protege con tu amor al Papa que nos has elegido, para que el pueblo cristiano, confiado por ti a su guía pastoral, progrese siempre en la fe.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

III. Por el pueblo de Dios y sus ministros

Oremos también por nuestros obispos, presbíteros, diáconos, y por todos los miembros del pueblo santo de Dios.

Se ora un momento en silencio. Prosigue el celebrante:

Dios todopoderoso y eterno, que con tu Espíritu santificas y gobiernas a toda tu Iglesia; escucha las súplicas que te dirigimos por todos sus miembros, para que, con la ayuda de tu gracia, cada uno te sirva fielmente en la vocación a que les has llamado.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

IV. Por los catecúmenos

Oremos también por los catecúmenos, para que Dios nuestro Señor les ilumine interiormente y les comunique su amor; y para que, mediante el bautismo, se les perdonen todos sus pecados y queden incorporados a Cristo, nuestro Señor.

Se ora un momento en silencio. Prosigue el celebrante:

Dios todopoderoso y eterno, que sin cesar concedes nuevos hijos a tu Iglesia; aumenta en los catecúmenos el conocimiento de su fe, para que puedan renacer por el bautismo a la vida nueva de tus hijos de adopción.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

V. Por la unidad de los cristianos

Oremos también por todos los hermanos que creen en Cristo, para que Dios nuestro Señor les conceda vivir sinceramente lo que profesan y se digne reunirlos para siempre en un solo rebaño.

Se ora un momento en silencio. Prosigue el celebrante:

Dios todopoderoso y eterno, que reúnes a los que están dispersos y los mantienes en la unidad: mira con amor a todos los cristianos, a fin de que cuantos están consagrados por un solo bautismo formen una sola familia unida por el amor y la integridad de la fe.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

VI. Por los judíos

Oremos también por el pueblo judío, al que Dios se dignó hablar por medio de los profetas, para que el Señor le conceda progresar continuamente en el amor a su nombre y en la fidelidad a la alianza que selló con sus padres.

Se ora un momento en silencio. Prosigue el celebrante:

Dios todopoderoso y eterno, que prometiste llenar de bendiciones a Abrahán y su descendencia; escucha las súplicas de tu Iglesia y concede al pueblo de la primitiva alianza alcanzar la plenitud de la redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

VII. Por los que no creen en Cristo

Oremos también por los que no creen en Cristo, para que, iluminados por el Espíritu Santo, encuentren también ellos el camino de la salvación.

Se ora un momento en silencio. Prosigue el celebrante:

Dios todopoderoso y eterno, concede a quienes no creen en Cristo buscar sinceramente agradarte para que encuentren la verdad; y a nosotros, tus fieles, concédenos progresar en el amor fraterno y en el deseo de conocerte más, para dar al mundo un testimonio creíble de tu amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

VIII. Por los que no creen en Dios

Oremos también por los que no admiten a Dios, para que obren siempre con bondad y rectitud y puedan alcanzar el premio de llegar a él.

Se ora un momento en silencio. Prosigue el celebrante:

Dios todopoderoso y eterno, que creaste a todos los seres humanos para que te busquen, y, sólo al encontrarte, hallen descanso; concédenos que, en medio de las adversidades de este mundo, todos reconozcan las señales de tu amor y, estimulados por el testimonio de nuestra vida, tengan por fin la alegría de reconocerte como único Dios y Padre de todos los seres humanos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

IX. Por los gobernantes

Oremos también por los gobernantes de todas las naciones, para que Dios nuestro Señor les inspire decisiones que promuevan el bien común en un ambiente de paz y libertad.

Se ora un momento en silencio. Prosigue el celebrante:

Dios todopoderoso y eterno, en cuyas manos está mover el corazón de los seres humanos y defender los derechos de los pueblos; asiste a los que gobiernan para que, con tu ayuda, promuevan una paz duradera, un auténtico progreso social y una verdadera libertad religiosa.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

X. Por los que se encuentran en alguna tribulación

Oremos, hermanos y hermanas, a Dios Padre todopoderoso por todos los que en el mundo sufren las consecuencias del pecado, para que cure a los enfermos, dé alimento a los que padecen hambre, libere de la injusticia a los perseguidos, redima a los encarcelados, conceda volver a casa a los emigrantes y desterrados, proteja a los que viajan y dé la salvación a los moribundos.

Se ora un momento en silencio. Prosigue el celebrante:

Dios todopoderoso y eterno, consuelo de los que lloran y fuerza de los que sufren: lleguen hasta ti las súplicas de quienes te invocan en su tribulación, para que sientan en sus adversidades la ayuda de tu misericordia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Adoración de la Cruz

Se lleva al altar la cruz cubierta, acompañada por dos ministros con velas encendidas. El celebrante, de pie ante el altar, toma la cruz, descubre un poco su extremo superior y la eleva, comenzando a cantar el invitatorio "Miren el árbol de la cruz". Todos responden "Vengan a adorarlo". El celebrante descubre el brazo derecho de la cruz y, elevándola de nuevo, canta la invitación "Miren el árbol de la cruz", y prosigue como la primera vez. Finalmente descubre por completo la cruz y, elevándola, comienza por tercera vez el invitatorio "Miren el árbol de la cruz", y el pueblo responde "Vengan a adorarlo".
El celebrante el clero y los fieles se acercan procesionalmente y adoran la cruz, haciendo delante de ella una genuflexión simple o venerarla besándola. Mientras tanto, se canta la antífona "Tu cruz adoramos", los Improperios u otros cánticos apropiados.

Tu cruz adoramos

Tu cruz adoramos, Señor, y tu santa resurrección alabamos y glorificamos. Por el árbol de la cruz ha venido la alegría al mundo entero.

El Señor tenga piedad de nosotros y nos bendiga, que nos muestre su rostro radiante y misericordioso.
Tu cruz adoramos, Señor, y tu santa resurrección alabamos y glorificamos. Por el árbol de la cruz ha venido la alegría al mundo entero.

El Señor tenga piedad de nosotros y nos bendiga, que nos muestre su rostro radiante y misericordioso.

Improperios

Pueblo mío, ¿qué te he hecho, en qué te he ofendido? Respóndeme.
Yo te saqué de Egipto; tú preparaste una cruz para tu Salvador.

Santo es Dios. Santo y fuerte. Santo e inmortal, ten piedad de nosotros.

Yo te guié cuarenta años por el desierto, te alimenté con el maná, te introduje en una tierra excelente; tú preparaste una cruz para tu Salvador.

Santo es Dios. Santo y fuerte. Santo e inmortal, ten piedad de nosotros.

¿Qué más pude hacer por ti? Yo te planté como viña mía, escogida y hermosa. ¡Qué amarga te has vuelto conmigo! Para mi sed me diste vinagre, con la lanza traspasaste el costado a tu Salvador.

Santo es Dios. Santo y fuerte. Santo e inmortal, ten piedad de nosotros.

Celebrante:
Fieles a la recomendación del Salvador, y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir:

El celebrante, con las manos extendidas, y todos los presentes prosiguen:
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.

El celebrante con las manos extendidas, prosigue él solo:

Líbranos, Señor, de todos los males, y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.

Junta las manos. El pueblo concluye la plegaria aclamando:

¡Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria por siempre, Señor!

A continuación el celebrante, con las manos juntas, dice en secreto:

Señor Jesucristo, que esta comunión de tu Cuerpo que me atrevo a recibir, no sea para mí causa de condenación, sino que, por tu piedad, me aproveche para defensa de alma y cuerpo y como remedio saludable.

Seguidamente hace genuflexión, toma una hostia y, sosteniéndola un poco elevada sobre el copón y vuelto hacia el pueblo, dice en voz alta:

Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor.

Y juntamente con el pueblo, prosigue:

Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.

Luego, comulga reverentemente el Cuerpo de Cristo. Después distribuye a los fieles la comunión. Durante ella se pueden entonar cánticos apropiados.

Oración
Dios todopoderoso y eterno, que nos has redimido con la gloriosa muerte y resurrección de Jesucristo por medio de nuestra participación en este Sacramento, prosigue en nosotros la obra de tu amor y ayúdanos a vivir entregados siempre a tu servicio.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Oración sobre el Pueblo

Oremos:
Que tu bendición, Señor, descienda con abundancia sobre este pueblo, que ha celebrado la muerte de tu Hijo con la esperanza de su santa resurrección; venga sobre él tu perdón, concédele tu consuelo, acrecienta su fe y consolida en él la redención eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

___________________________________________________________________________________________

 

Meditación diaria

Viernes Santo
Pasión de Nuestro Señor

JESÚS MUERE EN LA CRUZ

— En el Calvario. Jesús pide perdón por quienes le maltratan y crucifican.

— Cristo crucificado: se consuma la obra de nuestra Redención.

— Jesús nos da a su Madre como Madre nuestra. Los frutos de la Cruz. El buen ladrón.

I. Jesús es clavado en la cruz. Y canta la liturgia: ¡Dulces clavos! ¡Dulce árbol donde la Vida empieza...!1.

Toda la vida de Jesús está dirigida a este momento supremo. Ahora apenas logra llegar, jadeando y exhausto, a la cima de aquel pequeño altozano llamado «lugar de la calavera». Enseguida lo tienden sobre el suelo y comienzan a clavarle en el madero. Introducen los hierros primero en las manos, con desgarro de nervios y carne. Luego es izado hasta quedar erguido sobre el palo vertical que está fijo en el suelo. A continuación le clavan los pies. María, su Madre, contempla toda la escena.

El Señor está firmemente clavado en la cruz. «Había esperado en ella muchos años, y aquel día se iba a cumplir su deseo de redimir a los hombres (...). Lo que hasta Él había sido un instrumento infame y deshonroso, se convertía en árbol de vida y escalera de gloria. Una honda alegría le llenaba al extender los brazos sobre la cruz, para que supieran todos que así tendría siempre los brazos para los pecadores que se acercaran a Él: abiertos (...).

»Vio, y eso le llenó de alegría, cómo iba a ser amada y adorada la cruz, porque Él iba a morir en ella. Vio a los mártires, que, por su amor y por defender la verdad, iban a padecer un martirio semejante. Vio el amor de sus amigos, vio sus lágrimas ante la cruz. Vio el triunfo y la victoria que alcanzarían los cristianos con el arma de la cruz. Vio los grandes milagros que con la señal de la cruz se iban a hacer a lo largo del mundo. Vio tantos hombres que, con su vida, iban a ser santos, porque supieron morir como Él y vencieron al pecado»2. Contempló tantas veces cómo nosotros íbamos a besar un crucifijo; nuestro recomenzar en tantas ocasiones...

Jesús está elevado en la cruz. A su alrededor hay un espectáculo desolador; algunos pasan y le injurian; los príncipes de los sacerdotes, más hirientes y mordaces, se burlan; y otros, indiferentes, miran el acontecimiento. Muchos de los allí presentes le habían visto bendecir, e incluso hacer milagros. No hay reproches en los ojos de Jesús, solo piedad y compasión. Le ofrecen vino con mirra. Dad licor a los miserables y vino a los afligidos: que bebiendo olviden su miseria y no se acuerden más de sus dolores3. Era costumbre reservar estos gestos humanitarios con los condenados. La bebida –un vino fuerte con algo de mirra– adormecía y aliviaba el terrible sufrimiento.

El Señor lo probó por gratitud al que se lo ofrecía, pero no quiso tomarlo, para apurar el cáliz del dolor. ¿Por qué tanto padecimiento?, se pregunta San Agustín. Y responde: «Todo lo que padeció es el precio de nuestro rescate»4. No se contentó con sufrir un poco: quiso agotar el cáliz sin reservarse nada, para que aprendiéramos la grandeza de su amor y la bajeza del pecado. Para que fuéramos generosos en la entrega, en la mortificación, en el servicio a los demás.

II. La crucifixión era la ejecución más cruel y afrentosa que conoció la antigüedad. Un ciudadano romano no podía ser crucificado. La muerte sobrevenía después de una larga agonía. A veces, los verdugos aceleraban el final del crucificado quebrantándole las piernas. Desde los tiempos apostólicos hasta nuestros días muchos son los que se niegan a aceptar a un Dios hecho hombre que muere en un madero para salvarnos: el drama de la cruz sigue siendo motivo de escándalo para los judíos y locura para los gentiles5. Desde siempre, ahora también, ha existido la tentación de desvirtuar el sentido de la Cruz.

La unión íntima de cada cristiano con su Señor necesita de ese conocimiento completo de su vida, también de este capítulo de la Cruz. Aquí se consuma nuestra Redención, aquí encuentra sentido el dolor en el mundo, aquí conocemos un poco la malicia del pecado y el amor de Dios por cada hombre. No quedemos indiferentes ante un Crucifijo.

«Ya han cosido a Jesús al madero. Los verdugos han ejecutado despiadadamente la sentencia. El Señor ha dejado hacer, con mansedumbre infinita.

»No era necesario tanto tormento. Él pudo haber evitado aquellas amarguras, aquellas humillaciones, aquellos malos tratos, aquel juicio inicuo, y la vergüenza del patíbulo, y los clavos, y la lanza... Pero quiso sufrir todo eso por ti y por mí. Y nosotros, ¿no vamos a saber corresponder?

»Es muy posible que en alguna ocasión, a solas con un crucifijo, se te vengan las lágrimas a los ojos. No te domines... Pero procura que ese llanto acabe en un propósito»6.

III. Los frutos de la Cruz no se hicieron esperar. Uno de los ladrones, después de reconocer sus pecados, se dirige a Jesús: Señor, acuérdate de mí cuando estés en tu reino. Le habla con la confianza que le otorga el ser compañero de suplicio. Seguramente habría oído hablar antes de Cristo, de su vida, de sus milagros. Ahora ha coincidido con Él en los momentos en que parece estar oculta su divinidad. Pero ha visto su comportamiento desde que emprendieron la marcha hacia el Calvario: su silencio que impresiona, su mirar lleno de compasión ante las gentes, su majestad grande en medio de tanto cansancio y de tanto dolor. Estas palabras que ahora pronuncia no son improvisadas: expresan el resultado final de un proceso que se inició en su interior desde el momento en que se unió a Jesús. Para convertirse en discípulo de Cristo no ha necesitado de ningún milagro; le ha bastado contemplar de cerca el sufrimiento del Señor. Otros muchos se convertirían al meditar los hechos de la Pasión recogidos por los Evangelistas.

Escuchó el Señor emocionado, entre tantos insultos, aquella voz que le reconocía como Dios. Debió producir alegría en su corazón, después de tanto sufrimiento. Yo te aseguro, le dijo, que hoy mismo estarás conmigo en el Paraíso7.

La eficacia de la Pasión no tiene fin. Ha llenado el mundo de paz, de gracia, de perdón, de felicidad en las almas, de salvación. Aquella Redención que Cristo realizó una vez, se aplica a cada hombre, con la cooperación de su libertad. Cada uno de nosotros puede decir en verdad: el Hijo de Dios me amó y se entregó por mí8. No ya por «nosotros», de modo genérico, sinopor mí, como si fuese único. Se actualiza la Redención salvadora de Cristo cada vez que en el altar se celebra la Santa Misa9.

«Jesucristo quiso someterse por amor, con plena conciencia, entera libertad y corazón sensible (...). Nadie ha muerto como Jesucristo, porque era la misma vida. Nadie ha expiado el pecado como Él, porque era la misma pureza»10. Nosotros estamos recibiendo ahora copiosamente los frutos de aquel amor de Jesús en la Cruz. Solo nuestro «no querer» puede hacer baldía la Pasión de Cristo.

Muy cerca de Jesús está su Madre, con otras santas mujeres. También está allí Juan, el más joven de los Apóstoles. Jesús, viendo a su Madre y al discípulo a quien amaba, que estaba allí, dijo a su madre: Mujer, he ahí a tu hijo. Luego dijo al discípulo: He ahí a tu madre. Y desde aquel momento el discípulo la recibió en su casa11. Jesús, después de darse a sí mismo en la Última Cena, nos da ahora lo que más quiere en la tierra, lo más precioso que le queda. Le han despojado de todo. Y Él nos da a María como Madre nuestra.

Este gesto tiene un doble sentido. Por una parte se preocupa de la Virgen, cumpliendo con toda fidelidad el Cuarto Mandamiento del Decálogo. Por otra, declara que Ella es nuestra Madre. «La Santísima Virgen avanzó también en la peregrinación de la fe, y mantuvo fielmente su unión con el Hijo hasta la Cruz, junto a la cual, no sin designio divino, se mantuvo de pie (Jn19, 25), sufriendo profundamente con su Unigénito y asociándose con entrañas de madre a su sacrificio, consintiendo amorosamente en la inmolación de la Víctima que Ella misma había engendrado; y, finalmente, fue dada por el mismo Cristo Jesús, agonizante en la Cruz, como madre al discípulo»12.

«Se apaga la luminaria del cielo, y la tierra queda sumida en tinieblas. Son cerca de las tres, cuando Jesús exclama:

»—Elí, Elí, lamma sabachtani?! Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? (Mt 27, 46).

»Después, sabiendo que todas las cosas están a punto de ser consumadas, para que se cumpla la Escritura, dice:

»—Tengo sed (Jn 19, 28).

»Los soldados empapan en vinagre una esponja, y poniéndola en una caña de hisopo se la acercan a la boca. Jesús sorbe el vinagre, y exclama:

»—Todo está cumplido (Jn 19, 30).

»El velo del templo se rasga, y tiembla la tierra, cuando clama el Señor con una gran voz:

»—Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu (Lc 23, 46).

»Y expira.

»Ama el sacrificio, que es fuente de vida interior. Ama la Cruz, que es altar del sacrificio. Ama el dolor, hasta beber, como Cristo, las heces del cáliz»13.

Con María, nuestra Madre, nos será más fácil, y por eso le cantamos con el himno litúrgico: «¡Oh dulce fuente de amor!, hazme sentir tu dolor para que llore contigo. Hazme contigo llorar y dolerme de veras de sus penas mientras vivo; porque deseo acompañar en la cruz, donde le veo, tu corazón compasivo. Haz que me enamore su cruz y que en ella viva y more...»14.

1 Himno Crux fidelis. Adoración de la Cruz .— 2 L. de la Palma, La Pasión del Señor, pp. 168-169. — 3 Prov 31, 6-7. — 4 San Agustín, Comentario sobre el salmo 21, 11, 8. — 5 Cfr. 1 Cor 1, 23. — 6 San Josemaría Escrivá, Vía Crucis, XI, 1. — 7 Lc 23, 43. — 8 Gal 2, 20. — 9 Cfr. Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 3 y Oración sobre las Ofrendas del Domingo II del tiempo ordinario. — 10 R. Guardini, El Señor, Madrid 1956, vol. II, p. 170. — 11 Jn 19, 26-27. — 12 Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 58. — 13 San Josemaría Escrivá, Vía Crucis, XII. — 14 HimnoStabat Mater.

___________________________________________________________________________________________

 

Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

¿Cómo vivir el Viernes Santo?

Video: https://youtu.be/6D0j5hNHOug

Via Crucis

Es la oración inventada, rezada y vivida por la Santísima Virgen, ya desde la Pasión y luego todos los días de su vida terrena, tal como vio la Beata Ana Catalina Emmerick. Es una forma muy poderosa de reparar, ayudar a salvar almas y obtener gracias, en especial, para quienes no se mortifican (porque no piden amor a la Cruz a Dios).

http://www.devociones.org/viacrucisindex.htm

 

Meditación

Es muy bueno aprovechar para leer o escuchar las revelaciones de Emmerick sobre la Pasión, en http://www.emmerick.org/home/es/biblioteca

Son las revelaciones más detalladas sobre la vida del Señor y de la Santísima Virgen que tiene la Iglesia, a tal punto que permitieron descubrir la casa de la Virgen en Éfeso y muchos otros sitios y reliquias sagradas (aún quedan muchos otros por descubrir).

Se puede escuchar en:

https://gloria.tv/video/nNYv6mVcryt

https://gloria.tv/video/L7pm6DLx8W1

https://gloria.tv/video/mXNky2ovLSU

https://gloria.tv/video/6HjK7gRwUhH

https://gloria.tv/video/dGQPdPYoFK6

https://gloria.tv/video/HYB6hAWX34N

https://gloria.tv/video/5Yxo6QDvs1L

Hay más revelaciones en http://www.emmerick.org/home/es/biblioteca

Las 7 palabras de Jesús en la Cruz:

https://youtu.be/5xKUVFM7Avs?list=PLovntvwjHVGjS6inbJQRcD3KOaZa_DxFK

 

Novena a la Divina Misericordia

Lo mismo que en la Misa, aunque en menor grado porque la Misa es la Oración Perfecta donde se vive realmente la Pasión y Resurrección, ofrecemos al Padre no sólo los méritos de Su Hijo sino a Jesús mismo.

Es una novena con gran poder de intercesión revelada por Cristo mismo a Santa Faustina, cuyo Diario se puede bajar gratis de:

http://www.divina-misericordia.org/diario-de-santa-faustina/index.html

Coronilla a la Divina Misericordia

A través de ella obtendrás todo, si lo que pides está de acuerdo con Mi voluntad (1731).

Jesús garantiza la conversión, aunque no sea instantánea, de quien la rece (687). Salva a quienes amas: invítales a rezarla, aunque sea como regalo para tu cumpleaños. Rézala incesantemente... quienquiera que la rece recibirá gran misericordia a la hora de la muerte (687). Cuando un alma vea la gravedad de sus pecados, que no se desespere, sino que se arroje en Mi Misericordia, como un niño en brazos de su madre amadísima. Cuando se reza ante un agonizante la insondable misericordia envuelve al alma ¡y se salva! (si no puedes estar físicamente, basta espiritualmente, 809-11, 834, 207, 1798, 828, 924/8/9, 935).

La rezarás durante nueve días con un rosario común: primero rezarás una vez el Padre Nuestro y el Ave María y el Credo, después, en las cuentas correspondientes al Padre Nuestro, dirás las siguientes palabras: "Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad, de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación por nuestros pecados y los del mundo entero"; en las cuentas del Ave María, dirás las siguientes palabras: "Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero". Para terminar, dirás tres veces estas palabras: "Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero" (476). En las cuentas grandes, nos unimos a los sacrificios eucarísticos (Misas) que se celebran en ese momento en el mundo y ofrecemos las Hostias en todos los sagrarios. En las cuentas pequeñas, meditamos la Pasión.

Después de la Misa, Adoración, Rosario y Vía Crucis (recomendando el tradicional, Juan Pablo II creó uno 100% bíblico), es ideal para el ecumenismo rezarla con los hermanos separados: a) ellos rezan el Credo de los Apóstoles porque es un documento indiscutido y porque consideran 'católica' como 'universal' y b) El Ave María es 100% bíblico, incluso la intercesión de los Santos (Lc 16, 19-31; Jn 2, 1-11; si pedimos a los 'vivos' que recen por nosotros, ¿cómo no poder pedir a los que están cara a Dios?), además Lutero rezaba a la Virgen, pero si alguno se niega, puede quedarse callado desde el 'ruega'. CORONILLA POR TRES HORAS

El Señor me ha dado a conocer que a través de esta oración se puede obtener todo (1128). Incluso hacer llover. De rodillas con los brazos en cruz, rosario bendecido en mano derecha (23,268) y si puedes frente al Santísimo (346) y con otros. Es incoherente no ir antes a Misa, allí se vive realmente la coronilla.

 

Novena a la Divina Misericordia

Todo el año (476), pero especialmente, comenzarla el Viernes Santo. Durante este novenario concederé a las almas toda clase de gracias (796). Deseo que durante esos nueve días lleves a las almas a la Fuente de Mi misericordia para que saquen fuerzas, alivio y toda gracia que necesiten para afrontar las dificultades de la vida y especialmente en la hora de la muerte. Cada día traerás a Mi Corazón a un grupo diferente de almas y las sumergirás en este mar de Mi misericordia. Y no rehusaré nada a ningún alma que traerás a la Fuente de Mi misericordia. Cada día pedirás a mi Padre las gracias para estas almas por Mi amarga Pasión (1209-1229). Cada día, leer la oración correspondiente y rezar la coronilla (796):

1. Hoy, tráeme a toda la humanidad y especialmente a todos los pecadores, y sumérgelos en el mar de Mi misericordia. De esta forma, me consolarás de la amarga tristeza en que Me sume la pérdida de las almas.
Jesús misericordiosísimo, cuya naturaleza es la de tener compasión de nosotros y de perdonarnos, no mires nuestros pecados sino la confianza que depositamos en Tu bondad infinita. Acógenos en la morada de Tu muy compasivo Corazón y nunca nos dejes salir de Él. Te lo suplicamos por Tu amor, que Te une al Padre y al Espíritu Santo.
Oh omnipotencia de la Divina Misericordia,
salvación del hombre pecador,
Tú eres la misericordia y un mar de compasión,
ayudas a quien Te ruega con humildad.
Padre eterno, mira con misericordia a toda la humanidad y especialmente a los pobres pecadores que están encerrados en el Corazón de Jesús lleno de compasión, y por Su dolorosa Pasión, muéstranos Tu misericordia, para que alabemos su omnipotencia por los siglos de los siglos. Amén.

2. Hoy, tráeme a las almas de los sacerdotes y de los religiosos, y sumérgelas en Mi misericordia insondable. Fueron ellas las que Me dieron fortaleza para soportar Mi amarga Pasión. A través de ellas, como a través de canales, Mi misericordia fluye hacia la humanidad.
Jesús misericordiosísimo, de quien procede todo bien, aumenta Tu gracia en nosotros para que realicemos dignas obras de misericordia, de manera que todos aquellos que nos vean, glorifiquen al Padre de Misericordia que está en el cielo.
La fuente del amor de Dios,
vive en los corazones limpios,
purificados en el mar de misericordia,
resplandecientes como las estrellas,
claros como la aurora.
Padre eterno, mira con misericordia al grupo elegido de Tu viña, a las almas de los sacerdotes y a las almas de los religiosos; otórgales el poder de Tu bendición. Por el amor del Corazón de Tu Hijo, en el cual están encerradas, concédeles el poder de Tu luz para que puedan guiar a otros en el camino de la salvación y a una sola voz canten alabanzas a Tu misericordia sin límite por los siglos de los siglos. Amén.

3. Hoy, tráeme a todas las almas devotas y fieles, y sumérgelas en el mar de Mi misericordia. Estas almas Me consolaron a lo largo del Vía Crucis. Fueron una gota de consuelo en medio de un mar de amargura.
Jesús misericordiosísimo, que desde el tesoro de Tu misericordia les concedas a todos Tus gracias en gran abundancia, acógenos en la morada de Tu clementísimo Corazón y nunca nos dejes escapar de Él. Te lo suplicamos por el inconcebible amor Tuyo con que Tu Corazón arde por el Padre celestial.
Son impenetrables las maravillas
de la misericordia,
no alcanza sondearlas ni el pecador ni el justo,
Miras a todos con compasión,
y atraes a todos a tu amor.
Padre eterno, mira con misericordia a las almas fieles como herencia de Tu Hijo y por Su dolorosa Pasión, concédeles Tu bendición y rodéalas con Tu protección constante para que no pierdan el amor y el tesoro de la santa fe, sino que con toda la legión de los ángeles y los santos, glorifiquen Tu infinita misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

4. Hoy, tráeme a aquellos no creen en Dios y aquellos que todavía no Me conocen. También pensaba en ellos durante Mi amarga Pasión y su futuro celo consoló Mi Corazón. Sumérgelos en el mar de Mi misericordia.
Jesús misericordioso, que eres la luz del mundo entero, acoge en la morada de Tu piadosísimo Corazón a las almas de aquellos que no creen en Dios y de aquellos que todavía no Te conocen. Que los rayos de Tu gracia las iluminen para que también ellas unidas a nosotros, ensalcen Tu misericordia admirable y no las dejes salir de la morada de Tu compasivísimo Corazón.
Que la luz de Tu amor
ilumine las tinieblas de las almas.
Haz que estas almas Te conozcan,
y junto con nosotros glorifiquen
Tu misericordia.
Padre eterno, mira con misericordia a las almas de aquellos no creen en Dios y de aquellos que todavía no Te conocen, pero que están encerrados en el muy compasivo Corazón de Jesús. Atráelas hacia la luz del Evangelio. Estas almas desconocen la gran felicidad que es amarte. Concédeles que también ellas ensalcen la generosidad de Tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

5. Hoy, tráeme a las almas de los hermanos separados y de los cismáticos y sumérgelas en el mar de Mi misericordia. Durante Mi amarga Pasión, desgarraron Mi cuerpo y Mi Corazón, es decir, Mi Iglesia. Según regresan a la Iglesia, Mis llagas cicatrizan y de este modo alivian Mi Pasión.
Jesús misericordiosísimo, que eres la bondad misma, Tú no niegas la luz a quienes Te la piden. Acoge en la morada de Tu muy compasivo Corazón a las almas de nuestros hermanos separados y a las almas de los cismáticos y llévalas con Tu luz a la unidad con la Iglesia; no las dejes alejarse de la morada de tu compasivísimo Corazón sino haz que también ellas glorifiquen la generosidad de Tu misericordia.
También para aquellos que rasgaron
la vestidura de Tu unidad,
brota de Tu Corazón la fuente de piedad.
La omnipotencia de Tu misericordia, oh Dios,
puede sacar también a estas almas del error.
Padre eterno, mira con misericordia a las almas de los hermanos separados y de los cismáticos que han malgastado Tus bendiciones y han abusado de Tus gracias por persistir obstinadamente en sus errores. No mires sus errores, sino el amor de Tu Hijo y su amarga Pasión que sufrió por ellos, ya que también ellos están acogidos en el sumamente compasivo Corazón de Jesús. Haz que también ellos glorifiquen Tu gran misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

6. Hoy, tráeme a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños y sumérgelas en Mi misericordia. Estas son las almas más semejantes a Mi Corazón. Ellas Me fortalecieron durante Mi amarga agonía. Las veía como ángeles terrestres que velarían al pie de Mis altares. Sobre ellas derramo torrentes enteros de gracias. Solamente el alma humilde es capaz de recibir Mi gracia; concedo Mi confianza a las almas humildes.
Jesús misericordiosísimo, Tú Mismo has dicho: Aprendan de Mí que soy manso y humilde de corazón. Acoge en la morada de Tu compasivísimo Corazón a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños. Estas almas llevan a todo el cielo al éxtasis y son las preferidas del Padre celestial. Son un ramillete perfumado ante el trono de Dios, de cuyo perfume se deleita Dios mismo. Estas almas tienen una morada permanente en Tu compasivísimo Corazón y cantan sin cesar un himno de amor y misericordia por la eternidad.
De verdad el alma humilde y mansa,
ya aquí en la tierra respira el paraíso,
y del perfume de su humilde corazón,
se deleita el Creador Mismo.
Padre eterno, mira con misericordia a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños que están encerradas en el muy compasivo Corazón de Jesús. Estas almas son las más semejantes a Tu Hijo. Su fragancia asciende desde la tierra y alcanza Tu trono. Padre de misericordia y de toda bondad, Te suplico por el amor que tienes por estas almas y el gozo que Te proporcionan, bendice al mundo entero para que todas las almas canten juntas las alabanzas de Tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

7. Hoy, tráeme a las almas que veneran y glorifican Mi misericordia de modo especial y sumérgelas en Mi misericordia. Estas almas son las que más lamentaron Mi Pasión y penetraron más profundamente en Mi Espíritu. Ellas son un reflejo viviente de Mi Corazón compasivo... resplandecerán con un resplandor especial en la vida futura. Ninguna de ellas irá al fuego del infierno. Defenderé de modo especial a cada una en la hora de la muerte.
Jesús misericordiosísimo, cuyo Corazón es el amor mismo, acoge en la morada de Tu compasivísimo Corazón a las almas que veneran y ensalzan de modo particular la grandeza de Tu misericordia. Estas almas son fuertes con el poder de Dios Mismo. En medio de toda clase de aflicciones y adversidades siguen adelante confiadas en Tu misericordia y unidas a Ti, ellas cargan sobre sus hombros a toda la humanidad. Estas almas no serán juzgadas severamente, sino que Tu misericordia las protegerá en la hora de la muerte.
El alma que ensalza la bondad de su Señor,
es por Él particularmente amada.
Está siempre al lado de la fuente viva,
y saca gracias de la Misericordia Divina.
Padre eterno, mira con misericordia a aquellas almas que glorifican y veneran Tu mayor atributo, es decir, Tu misericordia insondable y que están encerradas en el compasivísimo Corazón de Jesús. Estas almas son un Evangelio viviente, sus manos están llenas de obras de misericordia y sus corazones desbordantes de gozo, Te cantan, oh Altísimo, un cántico de misericordia. Te suplico, oh Dios, muéstrales Tu misericordia según la esperanza y la confianza que han puesto en Ti. Que se cumpla en ellas la promesa de Jesús quien les dijo: "A las almas que veneren esta infinita misericordia Mía, Yo Mismo las defenderé como Mi gloria durante sus vidas y especialmente en la hora de la muerte." Amén.

8. Hoy, tráeme a las almas que están en la cárcel del Purgatorio y sumérgelas en el abismo de Mi misericordia. Que los torrentes de Mi sangre refresquen el ardor del Purgatorio. Todas estas almas son muy amadas por Mí. Ellas cumplen con el justo castigo que se debe a Mi justicia. Está en tu poder llevarles alivio. Haz uso de todas las indulgencias del tesoro de Mi Iglesia y ofrécelas en su nombre... Oh, si conocieras los tormentos que ellas sufren ofrecerías continuamente por ellas las limosnas del espíritu y saldarías las deudas que tienen con Mi justicia.
Jesús misericordiosísimo, Tú Mismo has dicho que deseas la misericordia, heme aquí que llevo a la morada de Tu muy compasivo Corazón a las almas del Purgatorio, almas que Te son muy queridas, pero que deben pagar su culpa adeudada a Tu justicia. Que los torrentes de Sangre y Agua que brotaron de Tu Corazón, apaguen el fuego del Purgatorio para que también allí sea glorificado el poder de Tu misericordia.
Del tremendo ardor del fuego del Purgatorio,
se levanta un lamento a Tu misericordia.
Y reciben consuelo, alivio y frescura,
en el torrente de Sangre y Agua derramado.
Padre eterno, mira con misericordia a las almas que sufren en el Purgatorio y que están encerradas en el compasivísimo Corazón de Jesús. Te suplico por la dolorosa Pasión de Jesús, Tu Hijo, y por toda la amargura con la cual Su sacratísima alma fue inundada, muestra Tu misericordia a las almas que están bajo Tu justo escrutinio. No las mires sino a través de las heridas de Jesús, Tu amadísimo Hijo ya que creemos que Tu bondad y Tu compasión no tienen límites. Amén.

9. Hoy, tráeme a las almas tibias y sumérgelas en el abismo de Mi misericordia. Estas almas son las que más dolorosamente hieren Mi Corazón. A causa de las almas tibias, Mi alma experimentó la más intensa repugnancia en el Huerto de los Olivos. A causa de ellas dije: Padre, aleja de Mí este cáliz, si es Tu voluntad. Para ellas, la última tabla de salvación consiste en recurrir a Mi misericordia.
Jesús misericordioso, que eres la compasión misma, Te traigo a las almas tibias a la morada de Tu piadosísimo Corazón. Que estas almas heladas que se parecen a cadáveres y Te llenan de gran repugnancia se calienten con el fuego de Tu amor puro. Oh Jesús tan compasivo, ejercita la omnipotencia de Tu misericordia y atráelas al mismo ardor de Tu amor y concédeles el amor santo, porque tú lo puedes todo.
El fuego y el hielo no pueden estar juntos,
ya que se apaga el fuego o se derrite el hielo.
Pero Tu misericordia, oh Dios,
puede socorrer las miserias aún mayores.
Padre eterno, mira con misericordia a las almas tibias que, sin embargo, están acogidas en el piadosísimo Corazón de Jesús. Padre de la misericordia, Te suplico por la amarga Pasión de Tu Hijo y por su agonía de tres horas en la Cruz, permite que también ellas glorifiquen el abismo de Tu misericordia. Amén.

___________________________________________________________________________________________

Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Margarita Clitherow, Santa Mártir, Marzo 25  

Margarita Clitherow, Samta

Mártir

Martirologio Romano: En York, en Inglaterra, santa Margarita Clitherow, mártir, la cual, con la anuencia de su marido, abrazó la fe católica, en la que educó también a sus hijos, y se preocupó de ocultar en su casa a sacerdotes que eran perseguidos, por cuyo motivo fue detenida varias veces durante el reinado de Isabel I, y finalmente, rehusando que su causa fuese llevada ante el tribunal para que los ánimos de los consejeros del juez no cargasen con la responsabilidad de su sentencia a muerte, la condenaron, por su fe en Cristo, a ser asfixiada hasta la muerte bajo un gran peso (1586).

Etimológicamente: Margarita = Aquella de belleza poco común, es de origen latino.

 

Tenemos la fortuna de poseer amplia información acerca de Margarita Clitherow, gracias a la biografía escrita por su confesor, padre John Mush, completada en sus detalles con otros documentos contemporáneos. En York todavía podemos ver la casa del ayuntamiento donde fue juzgada, el castillo en que estuvo encarcelada, la casa vecina al matadero, que se cree haber sido su hogar durante su vida matrimonial y la habitación con la buhardilla en la posada del Cisne Negro, que la tradición señala como el lugar que ella alquiló para que se celebrara la misa, cuando se consideró insegura su propia capilla.

Margarita fue hija de un rico vendedor de cera, llamado Tomás Middleton, que era hacendado de la ciudad de York y que tuvo el cargo de comisario, del año 1564 a 1565. Este murió poco después y su esposa, luego de cinco meses, contrajo nupcias con un hombre de inferior condición, de nombre May, que estableció su residencia con la familia en la casa Middleton y Davygate.

Allí fue donde Margarita se casó, en 1571, con Juan Clitherow, ganadero y carnicero que, como el padre de Margarita, era un hombre acomodado y había tenido cargos públicos. Había sido encargado de puente y camarlengo con lo que llegó a merecer el derecho de usar el título de Sir antes de su nombre.

Margarita fue educada en el protestantismo, pero dos o tres años después de su matrimonio abrazó la fe católica, después de haberla estudiado, como su biógrafo nos dice: "al no encontrar fundamento, verdad, ni consuelo cristiano en los ministros del Nuevo Evangelio, ni en su propia doctrina y, al enterarse de que muchos sacerdotes y laicos sufrían al defender la antigua fe católica".

Su esposo, bondadoso y de buen carácter, parece no haberse opuesto entonces ni en ningún momento a los deseos de su mujer. El no tenía madera de héroe y continuaba conforme a la religión del Estado, pero tenía un hermano sacerdote, y un cierto Tomás Clitherow que estuvo preso en el castillo de York a causa de su religión, en 1600, fue probablemente otro de sus hermanos.

El señor Clitherow acostumbraba decir que encontraba dos defectos en su mujer: que ayunaba demasiado y que nunca lo acompañaba a la iglesia. Muy al principio, parecía que Margarita podía practicar su fe sin mucha dificultad y podía buscar a los apóstatas y hacer que se convirtieran, pero las leyes se hicieron más duras y fueron cumplidas más estrictamente.

Varios cautelosos amigos le advirtieron que fuera más circunspecta. Se le impusieron multas al señor Clitherow por las continuas faltas de asistencia de su mujer a la iglesia y a ella misma se le encarceló varias veces en el castillo, una de ellas por dos largos años. Las condiciones de vida allí, como sabemos por datos contemporáneos, eran muy malas; las celdas eran obscuras, húmedas, llenas de parásitos, y muchos de los cautivos morían durante su reclusión; aún así, Margarita consideraba esos períodos de encarcelamiento como retiros espirituales, orando y ayunando cuatro días a la semana, práctica que continuó después de obtener su libertad. No está clara la fecha en que ella empezó a abrir su casa a sacerdotes fugitivos, pero se sabe que continuó haciéndolo así hasta el fin, a pesar de la promulgación de la ley que castigaba con la muerte el dar albergue a los sacerdotes.

Los padres Thompson, Hart Thirkill, Ingleby y muchos otros habían estado ocultos en la cámara secreta para sacerdotes, cuya entrada "era molesta para aquél que no estuviera familiarizado con la gran estrechez de la puerta, que era sin embargo amplia para un joven".

Más aún, a fin de que no se privara a nadie de la misa, cuando se podía celebrar, el padre Mush nos dice: "Ella había preparado dos cuartos, uno junto a su propia casa, adonde ella pudiera tener acceso en cualquier momento, sin ser vista o notada por sus vecinos. El otro, un poco distante de su casa, mantenido en secreto para todos, excepto para aquellos que ella sabía eran fieles y discretos. Ella preparaba este lugar para tiempos más calamitosos a fin de que Dios pudiera ser servido allí, cuando su propia casa no se considerara tan segura, aunque ella no pudiera acudir a ese lugar diariamente, como lo deseaba. También proporcionaba y se encargaba del cuidado de todo el material que se requería para el servicio del altar, tanto ornamentos como vasos sagrados.

Poseyendo una agradable figura, dotada de agudo ingenio y alegría, Margarita tenía una encantadora personalidad. "Todos la amaban", leemos, "y acudían a ella en demanda de auxilio, consuelo y consejo en sus penas. Su servidumbre le tenía un amor tan reverente que, a pesar de que su ama los corregía con razonable dureza por sus faltas y negligencias y que sabían cuándo los sacerdotes frecuentaban la casa, tenían tanto cuidado de conservar los secretos de su ama, como si fueran sus verdaderos hijos".

En muchos casos, gentes que sostenían otras creencias eran las primeras en escudarla y advertirla de algún peligro que la amenazaba. Más aún, como una verdadera mujer de Yorkshire, era una magnífica ama de casa y hábil para los negocios. "Al comprar y vender mercancía", se nos dice, "tenía mucho cuidado de saber su verdadero precio para satisfacer a su esposo que lo dejaba todo a su confianza y discreción".

No nos sorprende encontrar que a menudo urgía a su esposo a desentenderse de la tienda y todas sus preocupaciones y dedicar sus energías a ventas al mayoreo. Empezaba cada día con una hora y media dedicada a la oración y meditación. Si había algún sacerdote disponible, se celebraba la misa y para escucharla se arrodillaba atrás de sus hijos y sirvientes en el lugar más bajo, a un lado de la puerta, tal vez para poder dar la señal de alarma en caso de ser sorprendidos.

Dos veces por semana, los miércoles y domingos, trataba de confesarse. Aunque no era una mujer muy culta, había aprendido mucho de los sacerdotes que frecuentaban la casa y conocía tres libros perfectamente: la Biblia, la Imitación de Cristo, de Tomás de Kempis y el Ejercicio de Perrín. En alguna ocasión -quizás en la cárcel-, había aprendido de memoria el pequeño oficio de Nuestra Señora en latín, en previsión de que Dios la llamase alguna vez a la vida religiosa.

El recuerdo de los sacerdotes martirizados a quienes ella había conocido y que habían sufrido en Knavesmire, estaba constantemente en ella y, cuando su esposo salía de viaje, ella algunas veces iba descalza en peregrinación con otras mujeres al lugar de la ejecución, fuera de las murallas de la ciudad. A todas horas, era esto una acción peligrosa debido a los espías, pero particularmente durante el día, y por lo tanto, iban generalmente de noche y Margarita permanecía meditando y orando bajo la horca "todo el tiempo que su acompañamiento se lo permitía".

Estas visitas pronto terminaron, ya que Margarita, durante el último año y medio antes de su aprehensión final tuvo que permanecer recluida en su propia casa, "como en libertad encadenada", por el delito de haber enviado a su hijo mayor a una escuela allende los mares.

El 10 de marzo de 1586, el señor Clitherow fue citado a comparecer ante el tribunal de York, establecido por el Gran Consejo del Norte y, en ausencia del amo, su casa fue cateada. No se encontró nada sospechoso, hasta que los esbirros llegaron a un cuarto alejado, donde los niños y otros más estaban siendo instruidos por un maestro de escuela llamado Stapleton, a quien ellos tomaron por sacerdote.

En la confusión que se siguió, el maestro pudo eludirlos y escapar por el cuarto secreto, pero los niños fueron interrogados y amenazados. Un niño extranjero, de once años, que vivía con la familia, se aterrorizó tanto, que descubrió la entrada del cuarto de los sacerdotes. Nadie lo ocupaba, pero en una alacena se encontraron vasos y libros que obviamente eran usados para la celebración de la misa. Estos fueron confiscados y Margarita fue aprehendida y llevada, primero ante el Consejo y después a prisión en el castillo.

Una vez tranquilizada sobre la seguridad de su familia, su valor nunca la abandonó y cuando dos días más tarde se le reunió la señora Ana Tesk, a quien el mismo niño había delatado por frecuentar los sacramentos, las dos amigas bromearon y rieron juntas hasta que Margarita exclamó: "Hermana, estamos tan contentas juntas que temo, a no ser que se nos separe, perder el mérito de estar encarceladas."

Poco antes de que se les citara a comparecer ante el juez, dijo: "Antes de partir, haré felices a todos mis hermanos y hermanas del otro lado de la sala"; y, mirando hacia ellos a través de una ventana -eran 35 y la podían fácil mente ver desde allí- hizo un par de horcas con sus dedos y agradablemente se rió de ellas.

Después de leído el cargo, en que se le acusaba de albergar y sostener a los sacerdotes y de oír la misa, el juez le preguntó si se consideraba culpable o inocente. Ella replicó: "No conozco ninguna ofensa por la que me deba declarar culpable", y cuando se le preguntó cómo quería ser juzgada, ella sólo dijo: "No habiendo cometido ningún delito, no necesito ser juzgada".

Nunca se apartó de esta posición, aunque se le instruyó varias veces y se le urgió a que se declarara culpable y escogiera ser juzgada por un jurado. Ella sabía que esto significaba la muerte de todas maneras, pero si aceptaba ser juzgada, sus hijos, sirvientes y amigos serian llamados a atestiguar y, o mentirían para salvarla, cometiendo perjurio o tendrían que dar testimonio de lo que sabían y así sufrir el escándalo y la pena de haber causado su muerte.

Se hicieron muchos intentos para persuadirla a que apostatara o, por lo menos, a que se sujetara al juicio y un puritano, que había discutido con ella en la prisión, tuvo el valor de ponerse en pie en la corte y declarar que la condenación, basada en la acusación de un niño, era contraria a la ley de Dios y de los hombres. El juez Clinch, que habría querido salvarla, fue dominado por los otros miembros del Consejo y, finalmente, pronunció la terrible sentencia que la ley inglesa decretaba para todo el que se negaba a declararse culpable, a saber, que debería ser prensado hasta morir. Ella oyó la sentencia con la mayor serenidad y dijo: "Gracias sean dadas a Dios; todo lo que El me envíe es bien recibido. No soy digna de tener una muerte tan buena como ésta".

Después de esto, fue puesta en prisión en casa de Juan Trew, en Ouse bridge. Ni siquiera entonces se le dejó en paz, sino que fue visitada por diversas gentes que trataban en vano de conmover su constancia, incluyendo a su padrastro, Enrique May, que había sido elegido alcalde de York. Nunca le permitieron ver a sus hijos y solamente una vez pudo entrevistarse con su marido y eso en presencia del carcelero.

Margarita iba a ser ejecutada el 25 de marzo, viernes de la Semana de Pasión y la noche anterior, ella cosió su propia mortaja. Después pasó la mayor parte del tiempo de rodillas. A las ocho de la mañana, el comisario llegó a conducirla al calabozo, a pocos metros de la prisión y "todos se maravillaron de verla gozosa y de alegre semblante".

Llegados al lugar de la ejecución, se arrodilló para rezar y, algunos de los anglicanos ahí presentes le pidieron que rezara con ellos; pero Margarita rehusó, como el beato Guillermo Hart lo había hecho casi exactamente tres años antes. "Yo no rezaré con vosotros, ni vosotros rezaréis conmigo", dijo, "ni yo diré Amén a vuestras oraciones, ni vosotros a las mías". Ella rezó en voz alta por el Papa, los cardenales, el clero, los príncipes cristianos, y especialmente por la reina Isabel para que Dios la convirtiera a la fe y salvara su alma.

Entonces fue obligada a desnudarse y tenderse boca bajo en el suelo. Se le puso una piedra lisa sobre sus espaldas y sus manos fueron atadas a postes a los lados. Se colocó otra losa encima de ella y se pusieron pesas sobre esta piedra, hasta llegar a la cantidad de 700 u 800 kilos. Sus últimas palabras, al recibir el peso sobre su cuerpo, fueron: "¡Jesús, Jesús, ten misericordia de mí!"

Tardó alrededor de un cuarto de hora en morir, pero su cuerpo fue dejado seis horas en la prensa. Tenía aproximadamente treinta años. A su esposo le había enviado su sombrero "en señal de amorosa devoción, como cabeza de su familia" y a Inés, su hija de doce años, sus zapatos y medias para significar que debería seguir sus pasos.

La niñita se hizo monja en Lovaina, mientras que dos de los hijos de la mártir fueron después sacerdotes. Una de las manos de Margarita Clitherow se conserva en un relicario en el Convento Bar, en York.

Para ver más sobre los 40 mártires en Inglaterra y Gales haz "click"
AQUI

___________________________________________________________________________________________

Vatican.va
Emiliano (Omeljan) Kovc, Beato Sacerdote y Mártir, Marzo 25  

Emiliano (Omeljan) Kovc, Beato

Sacerdote de la archieparquía de Lvov de los ucranios

Martirologio Romano: En la ciudad de Majdanek, cerca de Lublín, en Polonia, beato Emiliano Kovc, presbítero y mártir, que en tiempo de guerra fue deportado a un campo de concentración, donde, por el combate de la fe, alcanzó la vida eterna (1944).

Etimológicamente: Emiliano = Aquel que es gentil y amable, es de origen latino.

 

Cuando el Papa Juan Pablo II hizo su viaje pastoral a Ucrania, entre los muchos actos que llevó a cabo en tan poco tiempo, uno de los más importantes fue, sin duda, la beatificación de varios ucranianos y ucranianas.

En el discurso, con motivo de tal evento, el Papa –al dirigirse a los jóvenes–, les dijo: "Queridos jóvenes. Vuestro pueblo está viviendo un paso difícil y complejo desde el paso del régimen totalitario –que lo ha oprimido durante tantos años– a una sociedad libre y democrática. La libertad requiere conciencias fuertes, responsables y maduras. La libertad cuesta más que la esclavitud.. No paséis del régimen comunista al del consumo. Es otra forma de materialismo que, sin rechazar a Dios, en la realidad lo niega".

Nació el 20 de agosto de 1884 en Kosmach (región de Stanislaviv, actualmente Ivano-Frankivsk).

Fue ordenado sacerdote en 1911 e incardinado en la diócesis de Stanislaviv. En 1922 pasó a la archieparquía de Lvov, y ejerció su ministerio pastoral en Przemyslijany, en la región occidental de Ucrania.

Los comunistas lo encarcelaron en 1941, pero fue liberado por las tropas alemanas.

En 1942 los alemanes encerraron a los judíos en la zona del gueto. Acusado de ayudar a los judíos a evitar la deportación, fue arrestado el 30 de diciembre de 1942 y trasladado al campo de concentración de Majdanek, en la cercanías de Lublin (Polonia).

Murió allí el 25 de marzo de 1944, a los 60 años.

Juan Pablo II lo ha llevado al honor de los altares juntamente con otros 26 mártires.
Fue el 27 de junio del 2001.

___________________________________________________________________________________________

Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Lucia Filippini, Santa Fundadora, Marzo 25  

Lucia Filippini, Santa

Fundadora del Instituto
de Maestras Pías

Martirologio Romano: En el Montefiascone, en la Toscana, santa Lucía Filippini, fundadora del Instituto de Maestras Pías, para promover la enseñanza cristiana de jóvenes y mujeres, especialmente las carentes de recursos (1732).

Etimológicamente: Lucía = Aquella que lleva la luz, es de origen latino.

 

El Instituto de "Maestre Pie" no es tan conocido fuera de Italia como merece serlo. Pero en una época en la que todavía no se pensaba en la educación obligatoria, obró maravillas tanto en el mejoramiento religioso como en el social de las mujeres de su país.

Aunque Santa Lucía no fue la verdadera fundadora de esta notable organización, fue quizás la más celosa, la de mayor influencia y la más santa entre todas sus primeras propulsoras.

Nacida un 13 de Enero de 1672, en Tarquinia, en Toscana, distante aproximadamente nueve kilómetros de Roma, quedó huérfana a temprana edad. Siendo aún joven, la seriedad de sus intenciones, su gran piedad y sus notables cualidades llegaron a oídos del obispo de la diócesis, cardenal Marcantonio Barbarigo, quien la persuadió a ir a Montefiascone para trabajar en un instituto educacional para el entrenamiento de maestros, que él había fundado y puesto bajo la dirección de religiosas.

Lucía se dedicó en cuerpo y alma al trabajo, donde tuvo contacto con la Beata Venerini, a quien por ser la más eficaz y dedicada organizadora de un instituto similar en Viterbo, el cardenal había llamado a Montefiascone para que con tribuyera con su experiencia al bien de su fundación.

Ningún alumno pudo haber mostrado más aptitudes que Santa Lucía. Su modestia, su caridad y su profunda convicción del valor de las cosas espirituales, aunados a su decisión y su práctico sentido común, se ganaron todos los corazones.

La obra prosperó asombrosamente. Nuevas escuelas para niños y centros educacionales se multiplicaron en todas direcciones y, en 1707, por deseo expreso del Papa Clemente XI, ella fue a Roma a fundar allí la primera escuela de "Maestre Pie" en la calle de Chiavi d´Oro.

Lucía pudo permanecer en la ciudad tan sólo un poco más de seis meses, ya que sus obligaciones la llamaban a otras partes, pero los niños acudían en multitudes que excedían, con mucho, el cupo destinado para ellos; a Lucía antes de partir, se le llegó a conocer en casi todo el distrito, como la Maestra Santa.

Como Rosa Venerini, tenía el don de la palabra fácil y convincente. Sin embargo, su fortaleza no igualaba el esfuerzo con que se dedicaba al trabajo. Enfermó gravemente en 1726 y, a pesar de la atención médica que se le dio en Roma, nunca pudo recuperar del todo su salud.

Murió con la más santa de las muertes, el 25 de marzo de 1732, día que ella misma había predicho.

Santa Lucía Filippini fue canonizada en 1930, siendo Papa Pío XI.

___________________________________________________________________________________________

Agapito de Sínada, San Obispo de Sínada, Marzo 25  

Agapito de Sínada, San

Obispo de Sínada

Esta santo que recordamos hoy, murió en el siglo III. Nació en Roma en el seno de la familia Anicia.

Su fe era tan firme que no dudó lo más mínimo en dedicarse a evangelizar. Se alimentaba de una continua oración y de la presencia de Dios en cuanto pensaba y hacía.

Fue obispo de Sínada, en Frigia (hoy Çifitkasaba, en Turquía). Una de las armas de su apostolado fue la correspondencia. Quedan muchas cartas de en las que se relatan sus dones taumatúrgicos y el sentido de su apostolado epistolar.

Una de estas cartas, dirigidas a su amigo san Teófilo, obispo de Alejandría, dice:"Si me dices, muéstrame a tu Dios", te diré yo a mi vez: "Muéstrame primero a tu hombre y te diré quién es mi Dios".

Cuando fue elegido obispo ,tuvo que afrontar un problema serio: Belisario, general de Justiniano, había entrado en Italia para luchar contra los Godos. Su intención era someter la península bajo la jurisdicción de Constantinopla.

El rey godo le pidió al Papa que intercediera para que no llevase a cabo su propósito.

Agapito fue a Oriente pero no logró nada en su misión. No obstante tuvo el valor de excomulgar al patriarca Antimo, y en su lugar consagró obispo a Menas con la aprobación del propio Justiniano.
De vuelta a Roma murió de repente.

___________________________________________________________________________________________

Fuente: Vatican.va
Josafata (Michaelina) Hordashevska, Beata Co-Fundadora, Marzo 25  

Josafata (Michaelina) Hordashevska, Beata

Cofundadora de la congregación de las Esclavas de María Inmaculada

Martirologio Romano: En el lugar de Chervonohrad, junto a Lwiw, en Ucrania, beata Josafata (Miguelina) Hordáshevska, virgen, que fundó el Instituto de Hermanas Esclavas de María Inmaculada, dedicándose a hacer el bien donde fuese mayor la necesidad (1919).


(1869-1919)


Nació el 20 de diciembre de 1869 en Lvov (Ucrania), en el seno de una familia numerosa, honrada y laboriosa, de rito bizantino.

Tuvo que renunciar a los estudios para dedicarse al trabajo, a fin de ayudar económicamente a los suyos.

Sensible e interesada en la vida espiritual, encontró un óptimo guía en el misionero basiliano padre Jeremías Lomnitskyj, que apoyó su deseo de consagrarse al Señor.

A los 20 años emitió el voto de castidad. En 1892 abandonó el proyecto de entrar en el monasterio de clausura de las monjas basilianas, y juntamente con el padre Jeremías fundó el instituto de las religiosas Esclavas de María Inmaculada, al servicio del pueblo.

El 24 de agosto de 1892 vistió el hábito religioso, tomando el nombre del gran obispo y mártir ucraniano san Josafat Kuntsevych. Así nació la congregación de Esclavas de María Inmaculada, la primera de vida activa para la asistencia a los hijos de campesinos, a los enfermos y a los pobres de las comarcas, así como para la instrucción de los analfabetos y los marginados.

Falleció el 25 de marzo de 1919.

Fue beatificada en Ucrania por Su Santidad Juan Pablo II el 27 de Junio de 2001

___________________________________________________________________________________________

Everardo (Everado) de Nellenburg, Beato Monje Benedictino, Marzo 25  

Everardo (Everado) de Nellenburg, Beato

Monje Benedictino

Martirologio Romano: En Schaffhausen, en Suabia, beato Everado, que, siendo conde de Nellenburg, abrazó la vida monástica en el cenobio de Todos los Santos (Allerheiligen), construido con su esfuerzo (1078).

Etimológicamente: Everardo = Fuerte como un jabalí, es de origen anglosajón.

 

Llevado por los impulsos hacia la santidad, pensó que su camino estaba centrado en la vida benedictina.

Ya hacia el 1050 fundó el monasterio de Allerheigen (Todos los Santos) en Schaffhausen.

Tuvo la inmensa suerte de que fuera a consagrarlo el propio Papa León IX el 22 de noviembre de 1049.

Y juntamente con el monasterio consagró también otras tres iglesias pocos años después.

Era todo un torrente de alegría y de satisfacción construyendo la paz entre la gente, haciendo el bien y evitando que el mal se extendiera.

Murió en el año 1080, en la fiesta de la Anunciación, pero su memoria tiene lugar en este día.

Su sepulcro, que está en la iglesia del monasterio era muy visitado, prácticamente como un lugar de peregrinaciones.

Pero en la época de la Reforma protestante –como ellos no quieren cultos a santos– decayó mucho.

El sarcófago se conserva todavía con la figura de Everardo al natural.

Igualmente, la esposa de Everardo, la condesa Ita, era muy venerada. Entre otras cosas, fue ella la fundadora del monasterio femenino de santa Inés.

Fue muy venerada en aquellos tiempos.

No hay mayor gozo que hacer desaparecer de nuestro lado el mal, e implantar – con la gracia y ayuda de Dios – el mundo del bien.

___________________________________________________________________________________________

Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Tomás de Costacciaro, Beato Eremita Camaldulense, Marzo 25  

Tomás de Costacciaro, Beato

Eremita

Martirologio Romano: Junto a Costacciaro, en la Umbría, beato Tomás, ermitaño, que pasó sesenta y cinco años en vida eremítica y la enseñó a otros a vivirla (1337).

Etimológicamente: Tomás = mellizo, es de origen arameo.

 

El Beato Tomás nació en el pequeño pueblo de Costacciaro, distante alrededor de once kilómetros de Gubbio, en Umbría.

Todavía niño, su corazón se inclinaba por las prácticas piadosas y su padre lo llevaba a la campiña a visitar los santuarios y lugares de peregrinación.

Fue de esta manera como conoció a los ermitaños camaldulenses de San Romualdo, en su retiro de Sitria y, le atrajo de tal suerte esa manera de vida, que obtuvo el consentimiento de su padre para entrar en esa orden.

Pasó varios años entre ellos, pero añoraba mayor penitencia y vida solitaria. Con el consentimiento del abad, tomó posesión de una vieja cueva en Montecupo o Montecucco, que se suponía haber estado habitada, en alguna ocasión, por San Jerónimo.

Cuatro años vivió en aquélla soledad y su manera de vida, como dice su biógrafo, fue sólo conocida de Dios. Es cierto que haya vivido de raíces y frutas silvestres, y que los fieles, no sabiendo de su existencia, no pudieron proporcionarle alimentos, como lo hacían con los otros ermitaños.

Por último, accidentalmente fue descubierto por unos viajeros que se habían extraviado en su camino. Sus penitencias y ayunos lo habían dejado reducido a la piel y a los huesos y la gente piadosa le trajo alimento y bebida, pero él no alteró su manera de vivir y regaló todo a los pobres que se habían empezado a reunir a su alrededor.

Varios jóvenes quisieron unirse a él y sujetarse a su disciplina, pero no los ató con ninguna promesa y les permitió discurrir libremente. Ellos atesoraron sus dichos y sus milagros y uno de ellos, posteriormente, escribió su vida.

Se dice que Tomás murió el año de 1337, agotado por las austeridades y privaciones.

Su culto fue confirmado por Pío VI el 18 de Marzo de 1778

___________________________________________________________________________________________

Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Hermelando, Santo Abad, Marzo 25  

Hermelando, Santo

Abad

Martirologio Romano: En la isla de Antrum (hoy Aindre), cerca de Nantes, en Francia, san Hermelando, el cual, después de servir en la corte real, se hizo monje del monasterio de Fontenelle y finalmente fue designado primer abad del lugar (c. 720).

 

San Hermelando nació en la diócesis de Noyon y desde su más temprana juventud aspiró a la vida religiosa. Sus padres, sin embargo, tenían mundanas ambiciones respecto a él y lo enviaron a la corte del rey Clotario III, donde fue nombrado escanciador.

Se dispuso casarlo y ya se hacían los preparativos para la boda, cuando convencido de que esa no era la voluntad de Dios para él, Hermelando abrió su corazón al rey que, aunque entristecido ante la idea de separarse de él, consintió en que siguiera su verdadera vocación.

Se trasladó a la abadía de Fontanelle, en Normandía, y recibió el hábito de manos de San Lamberto. Cuando San Pascasio, obispo de Nantes, solicitó monjes del monasterio para que tomaran parte en la evangelización de su diócesis, Lamberto escogió a Hermelando y le nombró superior de los doce hermanos que fueron enviados.

Pascasio les dio para que se establecieran un monasterio que él había construido en el estuario del río Loira, en la isla llamada Aindré; ahí observaron la regla de San Columbano, como la habían observado en Fontenelle. En aquélla soledad, San Hermelando y sus hermanos vivieron una vida de gran austeridad y, a pesar de su aislamiento, su fama se extendió rápidamente entre los habitantes de tierra firme. Los padres llevaban a sus hijos para que fueran educados por los monjes, que les enseñaban a ser buenos cristianos así como el amor al estudio.

El abad procuraba escapar a veces de la afluencia de visitantes que frecuentaban el monasterio y en ciertas épocas, especial mente en Cuaresma, se retiraba con otros varios monjes a Aindrette, una pequeña isla vecina para pasar allí unos días de retiro y especial austeridad.

San Hermelando tuvo el don de profecía y podía leer los pensamientos de los hombres. También fue famoso como obrador de portentos. Se dice que cierta vez cuando uno de sus monjes hablaba del exquisito sabor de una lamprea que había gustado a la mesa del obispo de Nantes, Hermelando preguntó: "¿No creéis que Dios sea capaz de enviamos una aquí?" Al terminar de hablar, una ola arrojó una lamprea a sus pies y, ese pequeño pez, distribuido por el abad, alimentó a la comunidad entera de monjes.

Otra leyenda refiere que, cuando el santo tuvo ocasión de visitar Coutances, recibió hospitalidad de un ciudadano al que le quedaba solamente un poco de vino para agasajar a sus huéspedes. Aunque un gran número de gente participó del vino, el barril, en lugar de agotarse, se encontró lleno milagrosamente. Cuando el santo envejeció, renunció a su oficio y se retiró a Aindrette, donde pasó los últimos años de su vida en la soledad.

Murió alrededor del año 720 D.C.

___________________________________________________________________________________________

Fuente: ACI Prensa
Dimas, Santo El buen ladrón, Marzo 25  

"HOY estarás conmigo en el Paraíso"

Martirologio Romano: Conmemoración del santo ladrón, que en la cruz reconoció a Cristo, y de Él mereció oír: Hoy estarás conmigo en el Paraíso (s. I).

 

Sólo poseemos noticias ciertas acerca de su muerte y de su solemne canonización -por parte del mismo Jesucristo-, no repetida en la historia de la Santidad. - Fiesta: 25 de marzo.

"Y con Él crucificaron dos ladrones, uno a la derecha y otro a la izquierda de Él. Y fue cumplida la Escritura que dice: Y fue contado entre los inicuos.

"Uno de los malhechores le insultaba diciendo: ¿No eres Tú el Mesías? Sálvate a Ti mismo y a nosotros.

"Mas el otro, respondiendo, le reconvenía diciendo: ¿Ni siquiera temes tú a Dios estando en el mismo suplicio? Nosotros, la verdad, lo estamos justamente, pues recibimos el justo pago de lo que hicimos; mas Éste nada ha hecho; y decía a Jesús Acuérdate de mí cuando vinieres en la gloria de tu realeza.

"Díjole: En verdad te digo, que hoy estarás conmigo en el Paraíso" (Marcos 17, 27s. y Lucas 23, 39-43).

Como hemos indicado al principio, nada más sabemos de San Dimas con certeza histórica, pues son unas actas, aunque muy antiguas, apócrifas las que iniciaron la leyenda sobre el mismo, que todos hemos oído relatar alguna vez.

En la cruz, Dimas se nos presenta ya convertido, como creyente en la divinidad de Cristo: "¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio?".

Un autor moderno atribuye la conversión de Dimas a la mirada de Jesucristo, la mirada clara de Cristo; en su cara abofeteada, escupida y demacrada, la mirada que había obrado tantos prodigios y que convertía al que se adentraba en ella con corazón limpio, en seguidor y discípulo...

Y el corazón de Dimas debía ser limpio, a pesar de todos sus delitos. Inclinado al robo quizá por circunstancias externas, circunstancias tal vez de tipo social, había sabido conservar, empero, cierto cariño a los que le rodeaban, y un respeto sincero a sus padres y a las vidas de los demás.

Y Dios, por la Sangre de su Hijo que estaba a punto de derramarse, le premiaba lo bueno que había hecho y le perdonaba lo malo. Y en su Amor insondable -Dios es Amor- le había concedido las gracias suficientes y necesarias para aquel acto profundo de fe.

Y a continuación el gran acto de sometimiento a la Voluntad de Dios y a la justicia de los hombres: "Nosotros, la verdad, lo estamos justamente, pues recibimos el justo pago de lo que hicimos"; y después, en aquellos momentos solemnes, alrededor de los cuales gira toda la Historia, quiera el hombre reconocerlo o no, la petición confiada, anhelante a su Dios, que por él, con él y también por nosotros moría en una cruz: "Acuérdate de mí, cuando vinieres en la gloria de tu realeza".

Y de labios del mismo Cristo oye Dimas las palabras santificadoras: "En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el Paraíso".

He aquí un Santo original: hasta poco antes de morir, un ladrón, un malhechor, de familia seguramente innoble, sin ningún milagro en su haber, que puede ser, para nosotros, un magnífico tema de profunda meditación.

Su verdadera historia se puede leer en www.emmerick.org

el texto apócrifo denominadoEvangelio de Nicodemo, llama Dimas al 'buen ladrón' crucificado a la derecha de Cristo y Gestas al 'mal ladrón' crucificado a su izquierda.

En otro evangelio apócrifo, el Protoevangelio de Santiago, José de Arimatea explica que "El segundo […] se llamaba Dimas; era de origen galileo y poseía una posada. Atracaba a los ricos, pero a los pobres les favorecía. Aun siendo ladrón, se parecía a Tobías, pues solía dar sepultura a los muertos. Se dedicaba a saquear a la turba de los judíos; robó los libros de la ley en Jerusalén, dejó desnuda a la hija de Caifás, que era a la sazón sacerdotisa del santuario, y substrajo incluso el depósito secreto colocado por Salomón. Tales eran sus fechorías".

Además, el documento apócrifo 'Evangelio Árabe de la Infancia de Jesús' llama a ambos ladrones Tito y Dumaco, y añade una historia sobre cómo Tito (el bueno) impidió que otros ladrones le robaran a la Sagrada Familia cuando huía a Egipto, pero en realidad Emmerick explica que fueron los padres de Dimas quienes ayudaron a la Sagrada Familia en vez de asaltarla y el bebé Dimas quedó curado de lepra cuando se bañó en el agua que había dejado María luego de bañarlo al bebé Jesús en una piedra.

Es un error decir que fue el primer santo: se es santo al llegar al Cielo y Dimas fue al seno de Abraham hasta que Jesús llevó al Cielo a todos los justos que esperaban que abriera las puertas del Cielo pero el primero en entrar al Cielo después de Jesús, fue San José.

___________________________________________________________________________________________

Fuente: OCarm.org
Hilario (Pawel) Januszewski, Beato Mártir Carmelita, Marzo 25  

Hilario (Pawel) Januszewski, Beato

Presbítero y Mártir

Martirologio Romano: En el campo de concentración de Dachau, cercano a Munich, de Baviera, en Alemania, beato Hilario Januszewski, presbítero de la Orden de los Carmelitas Descalzos y mártir, que en tiempo de guerra, por confesar a Cristo fue deportado desde Polonia a esta cárcel, y habiéndose contagiado del tifus por asistir a los enfermos, falleció dejando un hermoso testimonio de fe y caridad (1945).

Etimológicamente: Hilario = Aquel que es alegre, es de origen latino.

 

El P. Hilario Januszewski nació el 11 de junio de 1907 en Krajenki (Polonia) y se le dio el nombre de Pawel. Fue educado cristianamente por sus padres Martin y Marianne. Después de frecuentar el colegio de Greblin ( donde su familia residía desde 1915), continuó sus estudios en el Instituto de Suchary que abandonó más tarde por problemas económicos familiares. Después de un tiempo la familia se trasladó a Cracovia, donde pudo hacer algunos estudios y entró luego en el 1927 en la Orden Carmelita.

Después de cumplir el noviciado en Leopoli, el 30 de diciembre de 1928, emitió la profesión simple. Al finalizar sus estudios en Cracovia, fue enviado al Colegio Internacional San Alberto en Roma. Fue ordenado sacerdote el 15 de julio de 1934. Habiendo obtenido el lectorado en teología y el premio destinado a los mejores estudiantes de la Academia Romana de Santo Tomás, en el 1935 regresó a Polonia destinado al convento de Cracovia.

Apenas vuelto a Polonia fue nombrado profesor de Teología Dogmática y de Historia de la Iglesia en el estudiantado de la Provincia Polaca en Cracovia. El 1 de septiembre de 1939, el P. Eliseo Sánchez-Paredes Arriaza, Provincial, lo nombró prior de la comunidad. En aquel tiempo, desde hacía pocas semanas, Polonia estaba ocupada por los alemanes. Un año después, los invasores decretaron el arresto de numerosos religiosos y sacerdotes. El 18 de septiembre de 1940, del Carmelo de Cracovia, fueron deportados por la Gestapo cuatro religiosos.

En el mes de diciembre, al ser arrestado de nuevo algunos religiosos, el P. Hilario decidió cambiarse por uno de los religiosos más ancianos y enfermos. Desde aquel día comenzó su calvario. Fue enviado a la prisión de Montelupi (Cracovia), en el campo de concentración de Dachau. Allí fue ejemplo de vida de oración, animando a los otros y sembrando la confianza en un mañana mejor. Junto a otros Carmelitas, entre los cuales estaba el Beato Tito Brandsma, se reunía a menudo para orar.

Mientras, en el campo de concentración, en la barraca 25, se extendía el tifus. Para asistir a los enfermos se presentaron a las autoridades del campo 32 sacerdotes. Un par de días después se asoció espontáneamente el P. Hilario Januszewski. Su apostolado duró 21 días, porque infestado del tifus moría el 25 de marzo de 1945, pocos antes de la liberación del campo de concentración. Su cuerpo fue quemado en el crematorio campestre de Dachau.

El P. Hilario Januszewski fue beatificado el 13 de junio de 1999 por Juan Pablo II durante su viaje apostólico en Varsovia (Polonia). En la misma ocasión el Papa ha beatificado 108 mártires polacos de la segunda guerra mundial, víctimas de la persecución nazista.

Para ver más sobre los 108 mártires Polacos durante la segunda guerra mundial haz "click"
AQUI

___________________________________________________________________________________________

Fuente: ACI Prensa
Isaac, Santo Patriarca, Marzo 25  

Isaac, Santo

Hijo de Abraham y Sara. Los incidentes de su vida están contenidos en Génesis 15-35, en una narrativa que ha sido estudiada por muchos académicos, basados en varios documentos (J,E,P) utilizados en la composición del Libro de Génesis (véase ABRAHAM).

De conformidad con Génesis 17:17; 18:12; 21:6, su nombre significa "quien ríe". Tuvo la circuncisión al octavo día después de su nacimiento, proclamándose el legal ancestro del pueblo escogido (21:1-12). Sus primero años los vivió en Bersabee, allí fue donde su padre lo tomó y llevó al Monte Moria para ofrecerlo en sacrificio, y donde su vida milagrosamente fue salvada (21:33; 22:19). Su madre murió cuando tenía treinta y seis años de edad (cf. Génesis 17:17; 23:1).

Unos pocos años más tarde, se casó con Rebeca, la hija de Bathuel, a quien uno de los sirvientes de su padre había traido de Mesopotamia, de acuerdo con indicaciones de Abraham (24). La unión tuvo lugar en el sur del país, donde Isaac vivía y donde continuó viviendo luego de que junto con Ismael sepultaron el cuerpo de Abraham en una cueva de Machpelah (24:62, 67; 25:7-11). Muchos años pasaron antes de que el deseo de Isaac, de tener niños fuera escuchado por Dios.

De los mellizos que procreó, Esaú fue el amado de Isaac, mientras que Jacob era el favorito de Rebeca (25:21-28). La sequía y el hambre hicieron que Isaac tomara el camino de Egipto, pero por llamado de Yahvé, detuvo su rumbo en Gerara, en donde tuvo lugar un incidente similar a la falta de votos de Abraham con Sara (26:1-11). Se nos indica que producto de la envidia que había hacia la prosperidad de Isaac, los filisteos principiaron a efectuar persecusiones, las cuales fueron soportadas por el patriarca de manera paciente. Finalmente él salió para Bersabee.

Allí fue favorecido con una visión por parte de Yahvé, y llegó a establecer una alianza solemne con Abimelech, Rey de Gerara (26:12-33). Durante los últimos años de la carrera de Isaac, ocurrió el muy conocido incidente mediante el cual confirió la divina bendición a Jacob, la que había de ser para Esaú (27). A ello siguió la preocupación de Isaac para proteger a Jacob del resentimiento de su hermano y de asegurarle una esposa del linaje de su madre en Mesopotamia (28:1-5). Luego del retorno de Jacob, Isaac murió a la edad de ciento ochenta años y fue enterrado por sus hijos en la cueva de Machpelah (35: 27-29; 49:31).

Tal y como es delineado en Génesis, la figura de Isaac es mucho menos impactante que la de Abraham, su padre. Aún así, por la forma de su vida, siempre silencioso, gentil, fiel a la guía de Dios, fue de valor en la transmisión de las gloriosas promesas hechas a Abraham. Fue fundamentalmente un hombre de paz, alquien que se ajustaba a ser un príncipe de la paz. Alguien de quien el gran sacrificio del Monte Calvario, fue previsto en la obediencia hasta la muerte en el Monte Moria.

___________________________________________________________________________________________

Fuente: Vatican.va
María Rosa (Margarita) Flesch, Beata Fundadora, Marzo 25  

María Rosa (Margarita) Flesch, Beata

Fundadora del Instituto de Religiosas Franciscanas
de Santa María de los Ángeles

Nació el 24 de febrero de 1826 en Shönstat, localidad situada cerca de Vallander, a orillas del río Rhin, donde sus padres, Jorge Flesch e Inés Breitbach, vivían de la modesta producción de un molino. En el bautismo recibió el nombre de Margarita.

El nacimiento de sus dos hermanas, Mariana y Cristina, obligó al padre a buscar un trabajo de molinero más rentable, que encontró en Urbach, en las proximidades de Unkel. Fue el primer traslado de una serie que llevaría a la familia Flesch a establecerse definitivamente en el hermoso valle del torrente Focken, en Niederbraitbach, para administrar un molino. En 1832 una grave pérdida afectó a toda la familia: la muerte prematura de la madre.

Jorge Flesch, no pudiendo educar solo a sus tres hijas pequeñas, se casó por segunda vez con Helena Richarz, una viuda con un hijo nacido de su matrimonio precedente. El carácter duro y difícil de Helena se convirtió muy pronto en causa de sufrimiento para las tres pequeñas. De la nueva unión nacieron otros dos hijos. Margarita, la primogénita, se puso a disposición de la familia con un sentido de responsabilidad superior a su edad, encontrando sólo en el padre algo de apoyo y consuelo.

Mientras tanto, el don de la fe iba arraigándose cada vez más en su alma, hasta el punto de que sostenía con alegría las primeras pruebas difíciles de la vida. Frecuentaba de buen grado la parroquia y se recogía largamente en oración. Un día, cuando aún tenía siete años, notó por primera vez en la iglesia un cuadro que representaba los estigmas de san Francisco. Ese episodio de la Verna se grabó vivamente en el alma de Margarita, que desde entonces comenzó a cultivar una devoción sincera y confiada al Poverello de Asís.

A la edad de 14 años, Margarita fue admitida a la primera comunión. Fue un día de gracia particular. Pasó toda la tarde ante el sagrario, gustando la intimidad con el Señor. Desde entonces, participó todos los días en la santa misa y recibió la sagrada Comunión.

El 2 de abril de 1845 murió su padre, dejando en la miseria a sus seis hijos y a su viuda. Margarita, que tenía 16 años, no se desanimó, y para ayudar a la familia trabajó como costurera, bordadora y recolectora de hierbas medicinales, mientras que la madrastra llevaba una vida poco decorosa. Mientras tanto, tuvo buenas propuestas de matrimonio, pero las rechazó todas porque comprendió que Jesús había aceptado su propósito, manifestado ya de niña, de permanecer virgen. Con los ahorros de su duro trabajo, logró comprar en 1851 el molino en el que vivía su familia ya desde hacía tiempo, en el valle de Niederbraitbach. Sus hermanos ya eran mayores e independientes. Finalmente, podía entregarse de lleno a los pobres, a los ancianos y a los huérfanos. En la solemnidad de Todos los Santos de aquel año se trasladó a una ermita anexa a la capilla de la Santa Cruz, un ambiente propicio para el recogimiento y la oración.

En 1856, el Señor le mandó a su primera compañera, Margarita Bonner, y, poco después, a la segunda, Gertrudis Beisel. Era imprescindible encontrar una casa para los huérfanos y un hospital para los enfermos. En 1861, en medio de muchas dificultades e incomprensiones, se comenzó una nueva construcción en la cumbre del monte situado detrás de la capilla de la Santa Cruz.

El 13 de marzo de 1863, el obispo de Tréveris aprobó la nueva fundación y admitió a la sierva de Dios y a sus compañeras a la toma del hábito religioso. Margarita tomó el nombre de sor María Rosa. Bajo su guía iluminada, la nueva familia religiosa recibió desde el primer momento un gran impulso, con la apertura de nuevas casas filiales a orillas del Rhin, en la región de Eifel, en Westfalia. En 1869, el obispo de Tréveris aprobó la Regla y las Constituciones del nuevo Instituto de las Religiosas Franciscanas de Santa María de los Ángeles, así llamadas en honor de la Porciúncula de Asís.

La generosidad y la abnegación de las religiosas se mostraron sobre todo en la dolorosa circunstancia de la guerra franco-prusiana, en 1870. Más de cincuenta religiosas, es decir, casi la mitad de los miembros del Instituto, con la fundadora a la cabeza, se prodigaron en la asistencia a los heridos y moribundos, poniendo en peligro su vida. En efecto, doce de ellas murieron mientras realizaban esa obra caritativa. Al final de la guerra, muchas religiosas fueron condecoradas por su valor civil. La madre María Rosa, que había ido hasta el frente de batalla y había sido herida en el hombro por una bala, recibió una de las condecoraciones más elevadas: la "Verdienstkreuz".

Sin embargo, el Señor quiso probar a la madre María Rosa con la cruz y la humillación: en el capítulo general de 1878, la sierva de Dios entregó su mandato a la superiora general; en su lugar eligieron a sor Agata Simons, secretaria general. La nueva superiora general persiguió sin motivo a la sierva de Dios y dispuso su traslado a la casa más lejana, en Niederwenigern, donde le asignaron una celda sin ventanas y la trataron como la última de las convertidas.

Sor María Rosa aceptó la humillación con plena obediencia y perfecta sumisión, perdonando repetida y explícitamente a quienes le causaban esa pena. La sierva de Dios soportó estas humillaciones durante veintiocho años. Con su comportamiento humilde y heroico, fue la luz del Instituto. Murió el 25 de marzo de 1906, después de recibir con gran devoción los santos sacramentos.

Fue beatificada, bajo el pontificado de S.S. Benedicto XVI, el 24 de mayo de 2008.

___________________________________________________________________________________________

Fuente: Santiebeati.it
Procopio de Sázava, Santo Abad, Marzo 25  

Procopio de Sázava, Santo

Abad

Martirologio Romano: En Sázava, en Bohemia, san Procopio, que, dejando mujer e hijo, abrazó la vida eremítica y después presidió el monasterio fundado allí por él mismo, celebrando las divinas alabanzas en rito griego y en lengua eslava (1053).

Etimológicamente: Procopio = Aquel que se prodiga, es de origen griego

 

Es uno de los santos Patrones del Bohemia (actual República Checa), su representación es abundante en el País, en especial el episodio legendario, según el cual San Procopio logró atar el demonio a un arado, haciéndoselo tirar de él.

Sobre su historia se han sido escritas ocho obras, la primera de las cuales es de 1061-67 y otras dos estoy en lengua bohemia, uno en versos y uno en prosa.

Desaforadamente estas obras, todas escritas hace muchos siglos, relatan hechos diferentes y a veces contradictorios, a fuerza, es necesario resumir y compaginar las distintas informaciones, teniendo presente que dichos relatos puedan incluir leyendas doradas.

Procopio nació hacia el 975, en el castillo de Kourim cerca de Chotoun y recibe su instrucción en las letras eslavas en Vysehrad, que fue el centro administrativo y eclesiástico del Bohemia, cerca de Praga y dónde existía una famosa escuela de la lengua eslava.

Está comprobado que el alfabeto eslavo fue inventado por el santo obispo Cirillo y aprobado por la Iglesia, teniendo en cuenta que el Cristianismo eslavo influenció en Bohemia ya desde los años 869-870, es decir después del bautismo del duque Borivoj por acción de San Metodio.

Agreguemos ahora que en la época de su nacimiento, que fue alrededor del 975, Bohemia pertenecía, eclesiásticamente hablando, a la diócesis de rito latino de Ratisbona y que en aquel año fue erigida la nueva diócesis latina de Praga; pero pese a estos eventos los duques bohemios opinaban firmemente que debía usarse la liturgia eslava.

Las buenas relaciones que existieron entre Procopio y la familia ducal, indica su noble origen y que el nombre griego Procopio llegó ciertamente a Bohemia a través de la liturgia eslava.

Él fue sacerdote diocesano de vida honesta y casta, dedicado al servicio de Dios; después de su ordenación fue recibido entre los canónigos de Vysehard cercanos a la iglesia de San Clemente.

Siguiendo las costumbres locales, y tal como otros sacerdotes, Procopio era casado y tuvo a un hijo llamado Jimram (Emeramo) quien también llegará a ser monje en el monasterio de su padre, quien, como a menudo sucedía en aquella época, influenciado por el gran movimiento benedictino, fue atraído por el ascetismo de los benedictinos y se hizo monje, casi con certeza en el monasterio de Brevnov, uno de los dos existentes en aquella época en Bohemia.

Pero después de un breve tiempo, Procopio averiguó a sus superiores la posibilidad de asumir una vida aún más austera, y con el permiso de ellos, se apartó en soledad en una gruta cerca del río Sázava a unos dos millas del nativo castillo de Kourim.

Por el año 1009 construyó una capilla y la dedicó a la Virgen y a San Juan Bautista; dedicado a la oración y a la meditación, no descuidó la regla benedictina "Ora y labora" dedicándose a desbrozar el agreste terreno para preparar un área arable.

Y aquí se introduce la leyenda señalada al inicio, de haber obligado al diablo, a tirar el arado por él. Tal como ocurrió con muchos otros santos ermitaños, su soledad atrajo a muchos visitantes, a los que habló de la fe y curó sus enfermedades con hierbas; era natural que algunos quisieran participar de aquella vida de oración y a penitencia, lo que dio inicio a una pequeña aldea de ermitaños, el actual nombre bohemio de la localidad, significa "las chozas negras" y probablemente recuerda sus orígenes.

Un día el duque Oldrich (Ulderico) siguiendo un ciervo en la selva, se extravió y Procopio lo localizó; de tal encuentro nació una relación de amistad y respeto, por lo que el duque sufragó la mano de obra necesaria para la construcción de un monasterio, mismo que contó entre sus monjes, al hijo y al nieto de Procopio: Jimram y Vito.

Después de la muerte del duque Oldrich, el título lo heredó su hijo Bretislav duque de Moravia, el que luego de una visita al monasterio quedó tan complacido con la vida de Procopio, que decidió hacerlo elegir abad, cargo que él no había querido.

El nuevo y primero abad de Sázava, quiso que la Comunidad siguiera la Regla de San Benito, la liturgia del ritual occidental romano, la lengua litúrgica eslava. Bajo su guía, los monjes además de los trabajos normales, se dedicaron a obras literarias y artísticas, ampliando cada vez más las relaciones con el mundo eslavo.

Fue paternal con sus monjes más allá de lo que se pueda contar, exigiéndoles con el ejemplo y también con amonestaciones; durante su gobierno, no les faltó nunca nada.

En todo caso, Procopio tomó parte de la vida eclesiástica de Bohemia en sus tiempos, estuvo en buenas relaciones con el duque Bretislav y con Sebér (Severo) el obispo de Praga, quien presidió el entierro del santo abad de Sázava, cuando murió el 25 de marzo 1053.

Los monjes lo veneraron enseguida como santo, lo testimonia el culto existente en Hungría, país que lo acogió entre el 1056 y el 1061, pocos años después de la muerte del abad, los monjes expulsados por el duque Spytihnev II; su "elevación", como entonces fue definida la proclamación de un santo de parte de un obispo, ocurrió 40 años después de su muerte en el año 1093, pero la misma no fue reconocida oficialmente, desconocemos los motivos.

De todos modos, la canonización oficial ocurrió el 4 de julio de 1204, bajo el pontificado de Inocencio III; se cuenta que el papa se apresuró en hacer tal proclamación, después de que en un sueño Procopio le dio un golpe en la cabeza con el anillo pastoral de los abades.

La fiesta religiosa por San Procopio de Sázava se celebra el 4 de julio; él es venerado como Patrón de los campesinos y mineros; también algunos manantiales de aguas saludables, cerca del monasterio, llevan su nombre.

Sus reliquias, excluido un brazo devuelto en 1669 a Sázava, fue trasladado al 1588 al monasterio en Praga, dónde ahora se veneran en la Iglesia Ognissanti del castillo real.

El martirologio romano lo recuerda el 25 de marzo.

___________________________________________________________________________________________

Fuente: Zenit.org
Maria Alfonsina Danil Ghattas, Beata Fundadora, 25 de marzo  

Maria Alfonsina Danil Ghattas, Beata

Co-fundadora de la Congregación de
las Hermanas Dominicas del Santísimo Rosario de Jerusalén

Fecha de beatificación: 22 de noviembre de 2009, en la basílica de la Anunciación de Nazaret.

 

Nacida el 4 de octube de 1843, desde pequeña Mariam Soultaneh, como fue su nombre de pila, sentía una especial devoción a la Vírgen María y al rezo del rosario: "¡Qué madre bella, María! No la puedo describir; ninguna imagen se asemeja ni un poco a su inmensa belleza. ¡Bienaventurado quien goza eternamente!", dice en uno de sus escritos divulgados por su comunidad.

Fue gracias a su relación estrecha con María que pudo ver con claridad cuando tenía sólo 14 años su llamado a la vida religiosa. Su amor a la Virgen le ayudó a afrontar también algunas dificultades como la oposición de su mismo padre a su vocación. No obstante en 1860 vistió el hábito en la comunidad de San José de la aparición tomando el nombre de Marie-Alphonsine.

"Se distinguía por su profunda piedad y firme adhesión a la fe católica. Fundó la asociación de las Hijas de María y también otra orientada a las Madres cristianas. Prosiguió su labor apostólica en Belén", asegura el postulador para su causa, padre Vito Tomás Gómez, OP.

Tras 14 años de vida comunitaria sintió un fuerte llamado de la misma Madre de Dios a dejar a las hermanas de San José de la aparición para fundar una congregación que se dedicara al rezo del rosario. Para ello tuvo que solicitar una dispensa a Roma y regresar a vivir a la casa de sus padres. Este permiso lo obtuvo en 1880, luego de muchas dificultades y con la ayuda del padre Josèph Tannùs Yammìn, un sacerdote del patriarcado latino.

Así, ella junto con otras cinco postulantes comenzaron a formar parte de esta nueva comunidad. El 6 de octubre de 1883, la hermana Marie-Alphonsine, quien quiso conservar el mismo nombre como religiosa en su nueva comunidad, recibió el hábito de la Congregación del Rosario. En 1885 fue admitida para hacer su profesión y pronunciar sus primeros votos.

Marie-Alphonsine pasó 42 años al servicio de su comunidad: abrió en Belén un taller para dar trabajo a las jóvenes pobres de la ciudad, luego fue Jaffa de Nazaret donde asistió a su director espiritual, el padre Tannous Giuseppe hasta el momento de su muerte. Más tarde fue a Beit Sahur, Salt, Nablus, Zababdeh, Belén, Jerusalén y, finalmente a Ain Karem, donde mandó fundar un orfanato. Allí permaneció hasta su muerte muerte el 02 de marzo de 1927.

"¡Oh Señor! ¡Es así que te muestras generoso y que consuelas a los pecadores que no te suplican! ¿De qué cosa será hecha tu caridad hacia tus amigos y elegidos? ¡Oh María madre mía! ¿quién te puede comprender? ¿Quién puede darse cuenta de tu compasión hacia las hijas de tu raza, especialmente aquellas que se sienten desorientadas en su vida?", escribió la futura beata.

En todos los lugares donde habitaba concentró su acción en enseñar a leer o escribir, enseñar los trabajos manuales, fundar confraternidades para mujeres, enseñar el catecismo y, por supuesto, difundir el rezo del rosario. "La mortificación de sí mismo atrae gracias inmensas, así como la oración y la modestia", repetía constantemente Marie-Alphonsine.

Hoy son cerca de 300 hermanas de la Congregación del Santo Rosario, presentes en Palestina e Israel, Jordania, Líbano, Siria, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Roma.

La secretaria general de la Congregación, sor Ildefonsa, explicó en declaraciones a la agencia italiana Sir, que no sólo la congregación, sino toda la comunidad cristiana, en especial en Galilea está preparándose desde hace tiempo para esta ceremonia.

La beatificación "será, para nuestras comunidades cristianas, una invitación al valor, a permanecer a pesar de las dificultades", añadió la religiosa.

"Me he donado con una ofrenda total por todo lo que la Divina Providencia quería de mí. No encuentro ningún mal en aquello que sufro porque soy una ofrenda del Rosario", decía Marie-Alphonsine.

___________________________________________________________________________________________

Fuente: Martirologio Romano
Otros Santos y Beatos Completando el santoral de este día, Marzo 25  

Otros Santos y Beatos

San Dula, mártir
En Nicomedia, san Dula, mártir (s. inc.).

San Quirino, mártir
En Roma, en el cementerio de Ponciano, en la vía Portuense, san Quirino, mártir (s. inc.).

Santa Matrona, mártir
En Tesalónica, de Macedonia, santa Matrona, mártir, que, siendo esclava de una hebrea, a escondidas daba culto a Cristo, y descubierta por su señora, sufrió muchas penalidades, fue azotada con varas y en la confesión de Cristo entregó a Dios su espíritu incorrupto (s. inc.).

San Mona, obispo
En Milán, en la región transpadana, san Mona, obispo (c. 300).

Beato Jacobo Bird, mártir
En Winchester, en Inglaterra, beato Jacobo Bird, mártir, que bajo la misma reina, a los diecinueve años de edad, convertido desde poco al catolicismo, rechazó participar en una liturgia herética, mereciendo por ello llegar a la celebración del culto celestial (1592).

 San Tarasio, (en griego: Ταράσιος), (c. 730–25 de febrero de 806) fue patriarca de Constantinopla desde el 25 de diciembre de 784 hasta su muerte en 806.

Tarasio nació y murió en Constantinopla. Hijo de un juez de alto rango, desde su infancia tuvo relación con otras familias importantes, como la del último patriarca, Focio. Tarasio desarrolló una carrera en la administración seglar y pasó a ser secretario imperial (asekretis). En este cargo, como mostró simpatías tanto por los Iconodulas como por la obediencia a las órdenes imperiales, la emperatriz Irene le nombró patriarca en 784, aunque en aquel tiempo era seglar. Sin embargo, como todos los bizantinos educados, estaba muy versado en teología. Para poder ser nombrado patrirca Tarasio fue ordenado apresuradamente sacerdote.

En 784 participó en el Concilio de Nicea, convocado para tratar la controversia iconoclasta. Mientras duraron las deliberaciones se produjeron varios tumultos. Finalmente se condenó la iconoclasia y se afirmó oficialmente la veneración de las imágenes.

___________________________________________________________________________________________

 

Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

Si NO desea el evangelio, santoral y meditación diaria y sólo artículos interesantes censurados por la prensa (la mayoría), unos 4 por semana escriba a: ave-maria-purisima+subscribe@googlegroups.com (responder el mensaje de confirmación).

 

Para de-suscribirse escribir desde su casilla de email a:

REEMPLACEporNOMBREdelGRUPO+unsubscribe@googlegroups.com

Si no se desuscribe es porque recibe el mensaje en su otro email que le reenvía al actual: debe escribir desde ese otro email.